OPINIÓN
Las 24 horas que afectarán al mundo: Biden supera a Trump en encuestas, pero…

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
En 1864, el Partido Demócrata logró atraer a sus filas a varios líderes republicanos en contra del presidente que buscaba su reelección en medio de la guerra civil. En una campaña muy complicada Lincoln se reeligió y fue asesinado seis meses después.
Estamos a 24 horas del cierre de la jornada electoral más intensa y larga en la historia de los EUA. Desde la reelección de Abraham Lincoln no hay un resultado tan incierto. Aunque los americanos iniciaron sus votaciones por correo o anticipadas desde el 18 de septiembre, mañana la jornada inicia a las 5 am y cierra a las 7:30 pm.
Ambos candidatos dicen que es la elección más importante en la historia de los EUA, no sé si lo sea, pero debe ser una de las que más afectará a sus ciudadanos e incluso tendrán un impacto inmediato y de largo plazo en el mundo.
LA CARGADA
Al estilo priista, en el 2016 y ahora en el 2020, el Partido Demócrata ha logrado consolidar los apoyos de las fuerzas sindicales de maestros, armadoras, líderes de burócratas y empresariales en Wall-Street, quienes han donado hasta mil millones de dólares por cabeza, para recuperar la Presidencia, el Senado y mantener el Congreso. Las campañas en EUA costarán $11 mil millones de dólares.
LOS CANDIDATOS
Joe Biden es el candidato del sistema, refleja tranquilidad y confianza, se vende como el candidato empático de la decencia, que no mantendrá al mundo en angustia con mensajes diarios en redes sociales. Es el candidato que apoyó la guerra en Irak por lo que cuenta con el apoyo de varios republicanos, empresas de armamento y militares o políticos pro guerra. Las empresas que tienen inversiones en China por su mano de obra regalada necesitan el regreso a la normalidad y por eso están aportando miles de millones de dólares en donaciones.
Trump es el candidato de retórica incendiaria y de eventos multitudinarios incluso en la pandemia, con 10, 20 y hasta 30 mil personas entrando a los medios locales con su mensaje sin necesidad de pago.
LOS ERRORES
El protagonismo de Trump permite que Biden no tenga necesidad de aclarar algunos de sus escándalos de sexismo, racismo o presunta corrupción o demencia senil evidentes en múltiples errores y documentos recientes. Lo que debiera ser una campaña entre dos, está siendo de Trump vs Trump.
ELECCIÓN ENTRE AMPATÍA Y EL BOLSILLO.
En el 2016, la gente de los Estados industriales y rurares votó por un candidato que no fuese parte de la política norteamericana. En el 2020, se verá si la gente quiere continuar con la política antiglobal, con una muy retórica que raya en lo grosero o se regresa a la política de las formas.
Los resultados económicos le dan la razón por haber logrado un incremento en los ingresos familiares de más de $6 mil dólares por casa al haber bajado impuestos y eliminado regulaciones, beneficiando especialmente a las minorías. El empleo entre latinos, negros y asiáticos es el más alto en la historia de ese país.
El candidato Biden no genera emociones, pero se mantiene en línea con su mensaje del Covid-19 vs Trump y su campaña sabe usar las emociones que esto genera.
LA ESTRATEGIA BIDEN: CAMPAÑA VIRTUAL
Mantenerse alejado de la cámara para evitar errores que le cuesten y dejar que Trump los cometa solo.
Recordar 24/7 que Trump se ha opuesto a medidas más drásticas para controlar el Covid-19 como en Europa y culparlo por la muerte de un cuarto de millón de personas e incluso indicando que su negligencia podría costar otras 500 mil vidas en los próximos meses.
Recordar que Trump se burló de contrincantes, del uso de máscaras y que ha tratado de eliminar la llamada “Obama Care” en medio de la pandemia.
Atraer al voto de millones de jóvenes pro socialismo del senador Sanders quien ahora es asesor principal de Biden.
LA ESTRATEGIA TRUMP: CAMPAÑA POR TIERRA
Recordar que en su administración se dio el mayor número de empleos y de incrementos en ingresos, especialmente a la clase baja y media, contrastando con la era Obama en donde se favoreció a la clase alta, pero casi nada a las otras dos clases.
Recordar que Biden apoyó el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio lo que envió empleos de EUA a ese país, acusando a la familia de Joe de haber recibido millones de dólares de Rusia, de China y de Ucrania por acuerdos de supuesta corrupción.
Recordar que logró acuerdos de Paz en Medio Oriente, que logró el T-MEC y la independencia energética de EUA con respecto al petróleo extranjero, mientras que Biden apoyó guerras e invasiones, resaltando que Biden ha propuesto eliminar el uso de combustibles fósiles para el 2035, lo que ocasionaría la pérdida del 5% de los empleos de ese país y elevaría el costo de vida de todos los ciudadanos, regresando a la dependencia energética que increíblemente se logró en menos de tres años con la desregulación y el fomento a la producción nacional.
Realizar hasta cimco eventos multitudinarios al día, especialmente en los Estados industriales que se verían afectados por las propuestas de Biden como impuestos y energías más caras.
Recordar que EUA invirtió desde enero miles de millones de dólares para desarrollar vacunas y medicamentos que eliminen el Covid-19, mismos que están casi listos y que hasta él usó y que a pesar de las muertes, EUA tiene un promedio menor de fallecidos que en Europa en donde están además con mayores restricciones y daños económicos.
Presume que tiene un porcentaje record de apoyo con las comunidad afroamericana (20%) e hispanos (35%), por sus políticas para mejorar a la clase trabajadora sin distingo de raza o filiación y en especial porque los latinos del caribe rechazan el comunismo y las altas regulaciones que proponen algunos de los aliados de Biden. Lo anterior puede compensar su baja de popularidad con electores blancos de la tercera edad.
¿DÓNDE ESTAMOS?
El tema central Economía y Covid-19. Muy pronto sabremos si la votación en persona ayudó a Trump para empatar la votación por correo o anticipada que al sábado ya superó 90 millones de sufragios de los 150 millones proyectados para toda la elección. La estrategia de Biden apostó al voto por correo al invertir 2×1 en tele y anuncios, haciendo pocos eventos presenciales en contraste con el Trump.
Veremos si el auto-sabotaje de Trump y su pésimo manejo de comunicación en la pandemia le costaron la Presidencia que en febrero tenía prácticamente asegurada por sus resultados económicos y comerciales.
De los llamados Estados competidos, Trump debe mantener los que tradicionalmente ganan, es decir por el sur de Texas a Florida y ganar Pensilvania para reelegirse incluso perdiendo Arizona, Wisconsin, Michigan y Carolina del Norte. Pero si Biden gana Florida o Texas ya lo demás no importa porque con eso los Demócratas tendrán más de los 270 votos del llamado colegio electoral.
Los demócratas ganan las zonas urbanas, mientras que Trump gana el campo y las zonas industriales que antes eran demócratas. Biden busca repetir el escenario de Clinton quien fue el último demócrata que ganó Arizona.
Con Biden tendremos la tranquilidad del status quo, la resurrección del Tratado Asia Pacífico y los políticos mexicanos bien conectados allá; con Trump estaremos angustiados con sus mensajes, pero seguramente habrá mayor crecimiento económico para la clase media y popular de nuestros paisanos y el desarrollo de nuestras exportaciones para sustituir a China en el mercado de EUA.
LAS ENCUESTAS VS LAS IMÁGENES
75% de los electores pro Biden le darán su voto porque detestan a Trump y sólo 25% por sus ideas. Con Trump 79% de sus seguidores están a su favor y sólo 21% le apoyan por miedo a Biden.
Biden debe aumentar su votación en zonas urbanas como Atlanta, Filadelfia, Chicago, Detroit, Miami, Houston de Estados industriales para lograr recuperar lo que Trump arrebató en el 2016.
Hace cuatro años aposté a que ganaría Trump porque la gente estaba cansada de políticos y de empresas trasnacionales que recibían condiciones especiales por el dinero que dan a las campañas o familiares de gobernantes americanos, algo parecido a México, pero debo confesar que una semana antes creí que perdería mi apuesta porque las encuestas decían que Hillary arrasaría.
Si Trump pierde será por sus tonterías mediáticas respecto al Covid-19 lo que le afectó a su amplia base de personas blancas de la tercera edad, quienes lo apoyaron en el 2016, porque es un hecho que mantiene el apoyo de trabajadores y clase media que dicen estar mejor hoy que con Obama.
Las elecciones se ganan con votos, pero los votos se consiguen con emociones no con razones, sin embargo, dicen que la economía es la razón que da emoción.
Las encuestas dicen que Biden ganará con más de 10% de diferencia y que eso le dará cuando menos 330 votos electorales. Las mismas encuestas dicen que 56 % de los americanos se sienten económicamente mejor hoy que con Obama. La mayoría se siente molesta con la personalidad de Trump y eso podría ser el principal motivo para votar a favor de Biden.
Tradicionalmente el voto por correo era republicano pero en 2020 los papeles se invirtieron por las estrategias de cada candidato con respecto al Covid-19. En votos por correo Biden va a la cabeza, pero Trump espera una ola roja de votos que sobre pasen el voto temprano del Partido Demócrata, pero otros predicen que se verán los resultados de la ola del Covid-19 que sepultará a Trump.
Según las encuestas el Presidente está perdido y se cargará a su partido consigo, pero si uno ve las multitudes que le esperan por horas en todo el país, de verdad que uno se cuestiona esos números.
¿A QUIÉN LE APUESTO?
Creo que el entusiasmo y los resultados de la economía están con Trump, incluso durante Covid-19 el país vecino perdió mucho menos que cualquier otro país del G7 y va en rápida recuperación. El PIB de EUA creció dos o tres veces más al de cualquier país europeo. Pero su personalidad le ha afectado demasiado. Aun así, creo que si la gente se siente mejor económicamente votará por él como pasó con Reagan, Obama o Bush hijo en sus respectivas reelecciones.
Si apago la televisión y escucho a los americanos que me escriben desde EUA o a muchos pequeños empresarios migrantes en redes, creo que ganará Trump, pero si veo las encuestas y la tele creo que ganará Biden.
Las reglas de varios estados que gobiernan la elección presidencial fueron alteradas para permitir que el conteo continúe hasta 9 días después de la misma. Por lo que podrían pasar semanas antes de saber el verdadero resultado.
JALISCO
Contratación bajo investigación

Luchas Sociales, por Mónica Ortiz //
De los problemas que actualmente enfrenta el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), el escándalo por la contratación de la conductora de televisión Eli Castro, un personaje polémico que se mantiene en circunstancias similares la mayor parte del tiempo, demuestra una vez más que la política se desvía sin duda del objetivo que debería tener: el bienestar, la transparencia y la calidad de los servidores públicos.
Es muy lamentable que, ante el aumento injustificado de las tarifas de un sistema de agua potable, también saliera a la luz un tema tan desagradable que opaca el servicio público y la política. Este hecho carece de justificación y evidencia corrupción y opacidad.
En este sentido, lo que toca es analizar la intervención de los entes públicos encargados de esclarecer este bochornoso episodio, que afectará la imagen pública del partido que hoy gobierna Jalisco. Será lógicamente imposible justificar que la conductora tenga el perfil para ocupar el cargo de asesora técnica y que la manera de haber llegado a él fue bajo absoluta transparencia y control.
Por lo tanto, que esté en la nómina del SIAPA con un salario de alto rango, comisionada sin asistir, y que argumente públicamente que su caso es un asunto de resentimiento social, por ser una persona que consigue lo que se propone, es un tema delicado que evidencia prácticas de corrupción.
En este contexto, habrá que estar atentos a la intervención de la Fiscalía Anticorrupción del Estado de Jalisco. Las declaraciones de la conductora, involucrada en escándalos mediáticos, también sugieren abiertamente que está a un par de años de jubilarse, tras más de 27 años como servidora pública. Esto resulta enormemente dudoso y podría demostrar que, desde hace más dos décadas, ha estado en las nóminas del servicio público por conocidos en la política.
Entonces, tendríamos que analizar los escándalos de Pensiones del Estado de Jalisco para determinar si esta será una «pensión dorada» para alguien que, presuntamente, nunca fungió como servidora pública. Sería imposible asistir a trabajar y tener dos o tres empleos más; en términos laborales, hablaríamos de incompatibilidad de jornadas laborales.
Por lo tanto, podríamos estar ante la figura coloquialmente llamada «aviadora» —término que se le da a quien cobra en el servicio público, pero no trabaja—. Esta situación es lo más denigrante que puede tener un gobierno en funciones.
En Jalisco, contamos con un Sistema Estatal Anticorrupción, del cual se desprende la Fiscalía Anticorrupción, que anunció que abrió una investigación de oficio por la contratación de Eli Castro. El caso de la contratación de Eli Castro en el SIAPA es un claro ejemplo de cómo la corrupción y la opacidad socavan la confianza pública y desvían los recursos que deberían destinarse al bienestar de la ciudadanía.
Más allá de la legalidad de la contratación en sí, lo verdaderamente preocupante es la aparente falta de transparencia en el proceso y la ausencia de un perfil técnico idóneo para el puesto de asesor técnico. Esto, sumado a las declaraciones de la propia conductora sobre sus años de «servicio» y una posible «pensión dorada», pinta un panorama alarmante de prácticas arraigadas en el sistema político y público.
La intervención de la Fiscalía Anticorrupción de Jalisco es crucial en este punto. No solo debe investigar a fondo las denuncias de nepotismo y posibles desvíos de recursos, sino que también tiene la obligación de comunicar los hallazgos de manera transparente y abierta a la sociedad.
Es imperativo que se apliquen las sanciones correspondientes a quienes resulten responsables, tanto a la persona que cobró posiblemente sin trabajar, como a quienes permitieron y facilitaron esta situación.
Este episodio no solo afecta la imagen del SIAPA y del partido en el gobierno, sino que también erosiona profundamente la confianza de los ciudadanos en las instituciones públicas. Para recuperar esa seguridad, es fundamental que el Sistema Estatal Anticorrupción demuestre su efectividad y que se envíe un mensaje claro: la corrupción no será tolerada y aquellos que abusan de su poder para beneficio personal serán llevados ante la justicia. La calidad de los servidores públicos y la transparencia en la gestión son pilares de un buen gobierno, y este caso es una oportunidad para reafirmarlos.
NACIONALES
Que no son lo que son

Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //
En el oficialismo, que incluye en este caso al gobierno, Poder Legislativo y partido, se han empeñado en no reconocer y negar lo que es evidente: la construcción de un Estado policial y la oficialización de la censura gubernamental atacando la libertad de expresión. La conversación se ha seguido en los medios públicos y privados con las voces del régimen negando y la oposición acusando la coartación de las libertades civiles.
Dos son los argumentos oficiales destacados; el primero es la necesidad que tiene el estado de combatir con mayor eficacia al crimen organizado y el segundo es que la oposición exagera para beneficiarse electoralmente y que en realidad ya todo está en la legislación y solo se adecua.
Se puede coincidir en que la presencia criminal se ha extendido territorialmente y diversificado en su actividad delictiva, así como también en que el Estado requiere mejores instrumentos para combatirla; y que bueno que así se piense, pues eso implica que el Estado retome su potestad del uso legítimo de la fuerza para mantener el orden y la observancia de la ley.
En lo que no se puede estar de acuerdo es en que para hacerlo tenga que convertir a toda la población en potenciales delincuentes, sospechosos solo por poseer teléfonos celulares o participar en redes sociales. Poco importa que digan que se requerirá una disposición judicial para escudriñar las vidas de particulares, cuando el nuevo poder judicial está poblado por incondicionales del régimen.
Aceptemos que la presencia criminal se ha extendido territorialmente y diversificado en su actividad delictiva, pero también que las competencias de las policías municipales y de los estados está severamente limitada por falta de recursos que la federación ha preferido destinar a la Guardia Nacional y a las fuerzas armadas, y que la expansión de los grupos delincuentes fue posible por la desidia y la indiferencia de las fuerzas federales dedicadas por seis años a solo hacer presencia y dar abrazos y no balazos, sin descontar la posible connivencia o complicidad de políticos, policías y gobernantes, tolerada con conveniente disimulo.
El giro de timón que ha tenido la estrategia gubernamental, persiguiendo y apresando delincuentes, no sabemos si obedece a una real voluntad de acabar con el problema o solo ha administrarlo en tanto baja la presión del gobierno estadounidense que ha exigido un combate a fondo de los grupos criminales y su asociación con los poderes del Estado. En todo caso, a pesar de los resultados estadísticos favorables, los carteles avanzan y controlan amplias franjas del territorio nacional y no se entiende cómo la censura y el uso faccioso y político de los datos personales puedan coadyuvar a detenerlos.
Se dice también que la nueva CURP con datos biométricos coadyuvará en la búsqueda de personas desaparecidas, así como unificar datos de la población para trámites y servicios. Esto implica un peligro adicional para la ciudadanía, porque conocemos la ineptitud del gobierno para manejar este volumen de información con seguridad y secrecía, y no sería remoto, dada la penetración del crimen en las estructuras gubernamentales, que los datos personales cayeran en malas manos.
Sin embargo, podríamos dar el beneficio de la duda y abonar las buenas intenciones del gobierno, si no fuera por la estructura totalitaria que se está construyendo alrededor.
El ogro filantrópico se ha venido construyendo sistemáticamente. Las bases se sentaron el sexenio anterior y no mintieron al decir que seguiría un segundo piso. Hoy el Estado subsidia y anestesia la pobreza, censura y cohesiona a medios y comentaristas, hizo ficción a la división de poderes, eliminó los órganos e instituciones autónomas e independientes y desnaturalizó a las fuerzas armadas garantes hoy de la seguridad pública.
Lo que queda por hacer es dominar, controlar y sujetar las libertades individuales para hacer imposible la disidencia.
En ese objetivo es donde encuadran todas estas reformas que presentan como útiles para recobrar la seguridad y hacer más efectiva la actuación de las fuerzas armadas utilizando las herramientas de la inteligencia y equipos cibernéticos. No existe en las leyes que han propuesto límite alguno para que el Estado utilice los datos personales para los fines que juzgue convenientes, sean en efecto para perseguir delincuentes o para presionar e intimidar a opositores o a simples ciudadanos.
Ejemplos recientes nos muestran el uso selectivo de la justicia, al menos en el Tribunal electoral en casos de violencia de género y no hay garantía de que esa conducta no se vuelva rutinaria en el régimen en configuración, especialmente cuando desde la tribuna presidencial se trata a los críticos como adversarios y a los opositores como traidores. El uso y abuso faccioso del poder es propio de tiranos, aunque digan que no lo son. La democracia es a partir de ahora, escenografía.
NACIONALES
Nombramientos sin mérito

Opinión, por Iván Arrazola //
La discusión sobre si los cargos públicos deben asignarse con base en el mérito o la lealtad es tan antigua como la política misma. Se trata de una tensión permanente entre dos principios fundamentales: por un lado, el mérito, entendido como la selección de personas con competencias técnicas, experiencia comprobada y formación adecuada para desempeñar sus funciones con eficacia; y por el otro, la lealtad, asociada a la necesidad de los gobernantes de rodearse de personas de su confianza ideológica o personal para garantizar cohesión, control y ejecución política.
Si bien ambos criterios pueden coexistir en ciertas circunstancias, en la práctica se suele imponer uno sobre el otro, con consecuencias directas en la calidad del gobierno y en la percepción pública sobre la legitimidad de los nombramientos. En este sentido, vale la pena analizar dos casos recientes que han generado amplia polémica en México.
El reciente nombramiento de Hugo López-Gatell, exsubsecretario de Salud durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, como representante de México ante la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha generado una fuerte polémica. La presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, defendió su decisión señalando: “Yo reivindico a Hugo como un gran profesionista y creo que va a desempeñar un buen papel en la Organización Mundial de la Salud”. Sin embargo, no profundizó en los criterios específicos que motivaron su designación. Frente a las críticas, la presidenta ha atribuido los cuestionamientos a motivaciones políticas.
Desde una lógica institucional, este nombramiento resulta difícil de justificar bajo criterios de mérito. La gestión de López-Gatell durante la pandemia de COVID-19 fue severamente criticada por múltiples sectores sociales y médicos: desde la negativa inicial para recomendar el uso generalizado del cubrebocas, la falta de aplicación masiva de pruebas rápidas, la centralización opaca de la estrategia de vacunación, hasta su retórica polarizadora, como cuando llamó “golpeadores” a los padres de niños con cáncer que protestaban por el desabasto de medicamentos.
A pesar de que Sheinbaum defendió el nombramiento señalando su formación académica (es egresado de Johns Hopkins), lo cierto es que la percepción social de su desempeño es negativa. Informes independientes estiman que el número real de fallecimientos por la pandemia superó los 800 mil, muy por encima de las cifras oficiales que hablan de 300 mil muertes.
En este contexto, el nombramiento de López-Gatell no parece responder a una evaluación técnica o a un reconocimiento por resultados, sino más bien a un acto de lealtad política. Se premia a un aliado, se protege a una figura del obradorismo, aunque su desempeño haya sido profundamente cuestionado.
El segundo caso ilustra otra faceta del problema: el uso patrimonialista de los recursos públicos. Se trata de la comunicadora Eli Castro, quien recientemente fue exhibida por ocupar una plaza como asesora técnica en el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) en Jalisco, con un salario de más de 73 mil pesos mensuales. La polémica surgió a partir de una transmisión en vivo, en la que un ciudadano cuestionó sus capacidades técnicas para desempeñar el cargo.
En lugar de presentar credenciales técnicas, Castro se limitó a presumir su trayectoria en el gobierno, señalando que ha trabajado con diversas administraciones y que ha ocupado cargos en cada una de ellas, incluyendo el Consejo Estatal de Trasplantes, las Fiestas de Octubre y la entonces Secretaría de Vialidad. Concluyó su intervención afirmando con orgullo: “por eso estoy donde estoy”. En la misma transmisión, reconoció que estaba comisionada y no realizaba funciones técnicas, lo que agravó la controversia. El SIAPA, en respuesta, emitió un comunicado para deslindarse, afirmando que el contrato era temporal y que no se renovaría. El propio director del organismo señaló que las tareas de comunicación que Castro debía realizar ya las ejecutaba él mismo.
Este caso no solo revela una designación sin méritos técnicos, sino además una falta total de control institucional: la autoridad estatal no tenía conocimiento del nombramiento, y las explicaciones posteriores resultaron insatisfactorias. En un contexto de crisis hídrica en la Zona Metropolitana de Guadalajara, con colonias que enfrentan desabasto, agua sucia y aumentos en las tarifas, el caso profundiza la desconfianza ciudadana hacia las autoridades responsables del servicio.
Ambos casos ejemplifican la arbitrariedad en el ejercicio del poder público y el debilitamiento del principio del mérito como criterio de selección. En el caso de López-Gatell, se premia a un funcionario sin rendición de cuentas por decisiones que costaron miles de vidas. En el caso de Eli Castro, se revela un uso discrecional de la nómina pública como si fuera propiedad privada del funcionario en turno.
Lo más preocupante es que, en ambos casos, el daño no se limita al escándalo mediático, sino que impacta directamente en la calidad de los bienes públicos: la salud y el acceso al agua, derechos fundamentales que hoy están en entredicho.
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