MUNDO
Primer debate de elecciones en EEUU el 10 de septiembre: Viene recta final con acusaciones de guerra sucia contra demócratas

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
De Trump ya hemos oído de todo. Desde sus excesos en vocabulario hasta sus asuntos íntimos. Como lo hemos dicho antes, cuando Biden estaba en campaña la elección era prácticamente de Donald para perderla, pero el cambio de candidato dio un vuelco inesperado a la campaña de EUA y posiblemente al resultado de la elección.
Pero de Kamala Harris hemos escuchado poco en comparación con lo que normalmente sabríamos de otros candidatos a estas alturas de la campaña. Algunos sabemos que fue abogada general del Estado de California y de ahí subió a ser senadora por ese estado desde donde se lanzó como precandidata a presidenta de EUA en el 2019 y perdió contra Joe Biden quien la invitó como su compañera de fórmula para la elección del 2020.
Los estrategas de la vicepresidenta argumentan que su campaña ha traído “alegría” a su partido y que es la evolución de la “esperanza” que trajo la campaña de Obama hace 17 años. Comentan que lo corto de la campaña debe ser utilizado para tratar de llegar directamente a los ciudadanos sin la necesidad de dar largas o constantes entrevistas en TV o en redes, sino llevar la campaña a eventos multitudinarios tipo Trump.
Dicha sea la verdad, Biden iba en picada y seguramente habría perdido contra Trump y arrastrado consigo a los candidatos a Senadores y a Congresistas de muchos estados de su partido en la Unión Americana. Desde que Kamala fue designada como candidata las encuestas muestran que está o empatada o por arriba de Trump en la mayoría de los estados que se consideran indecisos, es decir los que no están históricamente cargados a un partido o a otro de los dos partidos mayores en ese país.
Como comentario recordemos que en ese país hay de facto un bipartidismo entre los Republicanos, fundados por Abraham Lincoln, y los Demócratas fundados años después de la independencia de EUA. Pero hay también la figura de candidatos independientes y dos partidos pequeños que han tratado de sobresalir, pero nunca lo han logrado. Dichos partidos son el Partido Verde y el Partido Libertario.
Como lo hemos indicado, las encuestas están muy apretadas y con una ligera ventaja para Kamala Harris. Su campaña la ha mantenido lejos de los escándalos o de las controversias, lo que evita que le puedan pegar por declaraciones reales o mal interpretadas. Recordemos que normalmente los candidatos pasan un año o más en el escrutinio público intenso en sus procesos partidistas internos y después en la campaña general por lo que al haberla nombrado recientemente no ha habido ese periodo de crítica y análisis típico.
Pero esto también ha sido causa de ataques ya que muchos ciudadanos y claro la oposición critican que se esté tratando de elegir con base en la apariencia y no en la sustancia. De todos modos, su estrategia está dando resultado. A casi dos meses solo ha dado una entrevista en la que ratificó que sus valores no han cambiado desde que fue candidata en el 2019 pero que había propuestas que en ese entonces hizo que ya no apoya. Pero el principal argumento de su partido y de ella es que no son Donald Trump a quien señalan como un peligro para la democracia.
Así mismo, debe ser cuidadosa de no ser demasiado lejana a Biden, pero nunca demasiado cercana ya que la mayoría de los norteamericanos están descontentos con el rumbo del país. La vicepresidenta Harris ha propuesto dar dinero gratuito a los jóvenes para adquirir su primera casa y perdonar deudas médicas y de escuela a millones de personas.
Otra propuesta fue la de control de precios y la de endurecer la política migratoria, lo que causó algunas burlas por parte del equipo de Trump quien ha usado dicho tema como bandera por años, finalmente también ha propuesto eliminar los impuestos en propinas lo que también fue propuesto antes por Trump. Cosa curiosa es que las últimas cosas las puede hacer hoy como vicepresidenta.
Llevamos años diciendo que EUA está dividido y una muestra evidente y hasta cierto punto ridícula es que la famosa cantante Taylor Swift, quien ha manifestado su apoyo a Kamala Harris, es novia de uno de los jugadores más famosos de futbol americano y durante el Superbowl del 2024 se sentó en un palco junto a la esposa del más famoso jugador y mariscal de campo Mahomes, quien en fecha reciente ha manifestado su apoyo a Trump, lo que al parecer ocasionó que la cantante pidiera que se le siente en palcos separados para no estar en fotos junto a una mujer que no apoya a Kamala.
El debate entre Trump y Kamala será el 10 de septiembre, por la cadena ABC y seguramente será la única oportunidad en la que los veremos juntos. Se dice que Trump se ha preparado para el evento con el apoyo de la ex precandidata a presidente de EUA por el partido demócrata Tulsi Gabber quien ha acusado a su ex partido de ser un partido ahora dirigido por intereses de grandes capitales por la guerra. Por su lado, Kamala recibió el apoyo del ex vicepresidente de EUA, Dick Cheney, artífice de la guerra de Irak, quien a pesar de ser militante del Partido Republicano, ha dicho que Trump no debe ser presidente.
Los empresarios están divididos, unos pro-Trump, otros líderes de empresas pro-Kamala. Podemos ver que el excandidato Kennedy se sumó a Trump acusando a los demócratas de usar al departamento de Justicia para sabotear su campaña. Es interesante que Jill Stein, quien es candidata del Partido Verde a la presidencia de EUA esté acusando a los demócratas de utilizar el poder del Estado para evitar que otros candidatos puedan contender por la presidencia.
Tanto Jill como Kennedy, sin contar a Trump, aseguran que el Partido Demócrata ya no es lo que era y que en la actualidad ha utilizado a medios de comunicación afines y al sistema judicial para atacar a oponentes. Jill ha dicho que el partido que dice proteger a la democracia no quiere que haya otros candidatos.
Kamala ha conseguido el apoyo de la mayoría de los grandes sindicatos quienes tradicionalmente son pro-demócratas, pero parece ser que hay varios de esos mismos sindicatos que admiten que muchos de sus integrantes ya no creen en ese partido y buscaba votar por otras opciones como Trump o Kennedy.
Finalmente debemos recordar que la economía de EUA ha sufrido mucho del 2021 a la fecha. Esto lo admite la propia candidata Harris y por eso debe asegurar que la elección no sea un referéndum en la administración de Biden-Harris sino en la mala imagen de Trump. A pesar de que las elecciones son oficialmente el 5 de noviembre, muchos estados ya han iniciado con la recepción de votos anticipados vía correo. Es decir, que muchos ya habrán votado antes del debate.
Trump ha estado tratando de enfocar su ataque vs Kamala, pero no ha sido exitoso a pesar de eso Kamala no ha logrado ser contundente en la razón práctica del por qué ella debe ser promovida a presidenta en un momento en el que la situación mundial es cada vez más tensa y la de su país parece pedir cambio de rumbo.
Yo creo que Kamala Harris puede ser mejor que Biden, pero no ha demostrado por qué debe ganar, sin embargo, Trump por sus errores constantes hoy tampoco merece ganar. Gane quien gane nosotros perdemos dicen los ciudadanos independientes cansados de los insultos de ambos lados ¿Quién será el que gane la batalla del acarreo de votos?
MUNDO
Nueva York y el sueño del comunismo

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
En Nueva York la muestra del capitalismo y sus excesos, el pasado jueves se realizaron las elecciones internas (llamadas primarias) del Partido Demócrata. El actual alcalde Adams, expolicía de ascendencia africana, buscará la reelección como independiente, ya que desde el 2023 tuvo serias diferencias con las políticas del presidente Biden. Los republicanos han lanzado un candidato hijo de italianos y de políticas muy cargadas a la derecha.
Así, los candidatos virtuales son: El actual alcalde expolicía Eric Adams, el Republicano Curtis Sliwa, expolicía quien ya perdió contra Adams en el 2021 y el joven carismático, inmigrante, musulmán y pro-comunismo Zohran Mandani. El candidato republicano tiene menos del 7% de preferencia por lo que nos podemos ahorrar el espacio a menos de que el sistema divida entre dos o 3 los votos de la elección final en noviembre de este año. Solo como comentario, mañana se definirá la segunda vuelta de la elección en NY.
El Estado tiene una legislación que pide el 50% de los votos para ser el candidato único de un partido, pero también permite que los dos o tres candidatos punteros de un mismo partido puedan pasar a la final sacando a candidatos de la oposición menos bien posicionados.
Mandani, el político del momento, lleva una ventaja de varios puntos sobre su contrincante interno, el exgobernador Andrew Cuomo, quien como recordarán dejó el cargo después del COVID-19 en escándalos de presunto acoso sexual que se desvanecieron al renunciar al cargo en el 2021.
El exgobernador Cuomo es importante porque a pesar de reconocer que en la primera vuelta fue atropellado por Mandani, no ha dicho a quién apoyará en la general o si se mantendrá en la boleta. Esto es relevante porque Adams está abajo en las encuestas y tiene una imagen general poco favorable, al igual que Mandani. Así es, la mayoría de los electores opinan de manera negativa sobre el joven comunista, siendo Cuomo con su pasado cuestionable el único de los 3 que tiene una imagen con números positivos.
Solo por matemáticas, los Republicanos se podrían sumar a Eric Adams, quien ha buscado ser más de centro, o de bajarse Adams podrían apoyar a Cuomo si es que se mantiene en la contienda, pero si las cosas siguen así en Nueva York, el joven militante del Partido Socialista de América y ahora por necesidad candidato demócrata a los 33 años sería alcalde, y tan solo a siete años de que obtuvo su ciudadanía. Nada mal para ser un recién llegado y una minoría.
Como se ha señalado en otras notas, los jóvenes de EUA están inclinándose al comunismo por sentirse decepcionados por el capitalismo y por la democracia. La mayoría de las universidades públicas de las costas, salvo Texas y Florida, han favorecido programas de educación con tendencia de izquierda recibiendo millones de dólares en donaciones provenientes de empresas situadas en China, Europa u Oriente Medio y con un gran desprecio o resentimiento en contra de la cultura occidental y en particular de la raza blanca y la familia llamada nuclear-tradicional.
La forma en la que se votó por el joven Mandani refleja el electorado de la izquierda de EUA. Básicamente, los demócratas tenían a dos candidatos. Al candidato blanco de edad media avanzada, exgobernador Andrew Cuomo quien perdió con un 36.3% de los votos de la primera ronda y tenían a Mandani, el migrante musulmán quien obtuvo el 43.8% de los votos de esa etapa estando apenas por debajo del 50% que le hubiera garantizado no ir a la segunda ronda mañana martes 1 de julio, para ser el candidato oficial en la elección general de noviembre.
Pero los votos muestran otras cosas más. La mayoría de los votos a favor del joven fueron de personas ricas de raza blanca o clase alta y educada en donde ganó casi 2 a 1 mientras que Cuomo de 67 años obtuvo el voto de las minorías y de las clases populares que en esta elección no participaron en los mismos montos que en otras por sentirse decepcionados.
Desde hace 20 años el Partido Demócrata ha dominado las elecciones en los estados de la costa de ambos lados de EUA. Ese tema podría ser para otra nota, pero lo que es de llamar la atención es el mensaje y la metodología de la campaña del ahora presunto candidato del partido dominante en esa ciudad a la alcandía más importante de ese país y tal vez una de las más emblemáticas del mundo.
California, Washington, Oregon, Nueva Inglaterra y claro, Nueva York, son lugares en los que ser el candidato demócrata es ser prácticamente el gobernador y en las capitales o ciudades más ricas es ser el alcalde. El partido en el poder tiene márgenes del 60 al 70% de los diputados de la zona por el sistema electoral que permite a los partidos tener a múltiples candidatos y a la gente votar por varios candidatos de la manera que uno vota por su primera segunda y tercera opción asegurando al partido que tiene más candidatos votados en las primeras posiciones ganar no solo la 1 sino la 2 y casi todo.
El joven Mandani nació en Uganda, de niño emigró a Sudáfrica en donde hay una ciudad con su mismo apellido y de ahí emigró a EEUU con sus padres. Era músico de hip hop y hace 2 años entró como concejal -regidor- de Queens. Su padre es profesor y su madre una productora de medios y cine muy exitosa.
La campaña de este joven es muy atractiva y claro, apoyado por jóvenes y dos líderes del partido demócrata. Uno es Bernie Sanders, senador por Vermont, también del partido socialista, y por Alejandra Ocasio, la representante (diputada federal) por NY quien es parte del equipo del mismo senador.
Los jóvenes demócratas que en su mayoría apoyan al comunismo ven en el concejal y tal vez, futuro alcalde, lo que el partido perdió con Biden que es la energía, la virilidad, la velocidad de palabra y claro esto mezclado con que es una minoría como lo era Obama. Ya algunos dicen que podría ser el nuevo Obama, pero al no haber nacido en EUA no puede ser presidente, pero su religión le permite acercarse a muchos que no son católicos o judíos. Lo curioso es que tanto él como la representante Alejandra Ocasio hablen tan mal de Estados Unidos, país que le abrió las puertas a sus padres, quienes inmigraron de manera legal.
Su campaña está enfocada en dar apoyos económicos para que edificios de NY sean repoblados por familias pobres con subsidios de gobierno. Crear algo así como las tiendas del programa oportunidades o Diconsa antes y claro dar ingresos básicos, seguro médico y apoyos sociales mínimos a todos los habitantes de NY no solo a los residentes legales sino a todos para lo que propone subir impuestos y pedir préstamos.
No es tan fácil como decir que el capitalismo falló y que por eso avanza la idea del comunismo. No es tan fácil como decir que la democracia falló y que por eso avanza la idea del autoritarismo. Pero es claro que para los jóvenes blancos de EUA y especialmente a los ricos, cada día es más fácil pedir que se regalen cosas o que se den bienes por condición racial o sexual que pedir que haya trabajo y respeto para todos sin importar sexo, raza o credo.
Se sabrá cómo le fue al joven en la segunda vuelta, pero en unas semanas veremos si las minorías lo abrazan como propio o si las minorías abrazan al blanco exgobernador presunto acosador sexual o al actual alcalde que es de raza negra. En noviembre sabremos si la capital del capitalismo es ahora la ciudad más grande y rica gobernada por el comunismo y claro la primera en la historia de EUA. ¿Le llegó su hora al capitalismo? Y ¿quién pagará por esos programas de todo gratis?
Suena padre, pero la vez pasada no funcionó. De todos modos, el candidato es un excelente orador y su mensaje está pegando fuerte desde NY hasta California con los jóvenes y mujeres de clase media alta y raza blanca que se sentían desencantados con Biden y más molestos con la victoria de Trump. “New York, New York” la ciudad que nunca duerme puede estar por despertar al comunismo que nunca se fue.
MUNDO
El auge de los videos de noticieros falsos creados con IA

Por Redacción Conciencia Pública, con información de DW en Español //
En plataformas como TikTok circulan videos que aparentan ser entrevistas reales con ciudadanos comunes opinando sobre temas políticos. Sin embargo, muchas de estas escenas nunca ocurrieron: ni el reportero ni los entrevistados existen, y todo fue generado con inteligencia artificial (IA).
Un ejemplo reciente muestra a una mujer británica hablando de política frente a una cabina telefónica; aunque convincente, todo fue creado con la herramienta Veo de Google DeepMind, apenas delatado por una sutil marca de agua.
Estos videos forman parte de un fenómeno creciente: los noticieros sintéticos. Aunque el uso de presentadores digitales no es nuevo —China los introdujo en 2018 como una curiosidad—, la tecnología ha avanzado al punto de que cualquier persona puede crear contenido hiperrealista con IA a bajo costo. Esta accesibilidad ha provocado una oleada de contenido falso que imita el formato periodístico, muchas veces con intenciones manipuladoras o provocadoras.
Algunos videos buscan el humor o la parodia, pero otros cruzan una línea más peligrosa al simular reportes de eventos que nunca sucedieron, como convoyes militares o desastres. Estas producciones suelen aparecer durante momentos de crisis, cuando el público está más vulnerable a la desinformación. En muchos casos, no hay contexto ni verificación, solo una narrativa diseñada para sembrar confusión o dramatismo.
El incentivo económico es un motor clave detrás de este auge. Las plataformas como Meta favorecen el contenido viral —aunque provenga de fuentes dudosas—, y los creadores ganan dinero por cada visualización. Esto ha dado origen a «fábricas de basura IA», donde se producen en masa videos sintéticos de baja calidad, especialmente durante noticias de último momento, con cifras falsas y testimonios fabricados para captar la atención.
Detectar estos engaños no siempre es fácil, pero hay pistas: marcas de agua (a veces recortadas), movimientos antinaturales, errores en los labios o gestos faciales y textos con errores. Aun así, muchos usuarios caen en la trampa. El consejo de los expertos es claro: si no quieres ser engañado, acude a medios confiables y con trayectoria. En tiempos donde la desinformación puede ser indistinguible de la realidad, el escepticismo informado es la mejor defensa.
MUNDO
Nominar a Trump, la devaluación del Premio Nobel de la Paz

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Hay similitudes entre Donald Trump, la Madre Teresa y Nelson Mandela?
La pregunta, lanzada con sarcasmo por un colega, apuntaba a la reciente nominación de Trump al Premio Nobel de la Paz. La respuesta: Trump podría unirse a este selecto grupo.
La idea me dejó atónito. ¿Ha caído tan bajo la credibilidad de este galardón como para premiar a un líder cuya retórica se nutre de confrontación, cuya política persigue a migrantes y carece de un ápice de humanismo?
Hoy martes este debate resuena mientras el mundo observa el conflicto Israel-Irán, donde la autoproclamación de Trump como nominado expone las tensiones geopolíticas y mediáticas.
La nominación, promovida por congresistas republicanos como Buddy Carter y respaldada por Pakistán, parece más un ejercicio de autopromoción que un reconocimiento genuino.
En redes sociales, como X, las reacciones son polarizadas: partidarios de Trump celebran el “logro” con hashtags como #TrumpForPeace, mientras críticos lo tildan de “cínico” y “absurdo”, citando su historial belicista.
Trump prometió evitar “guerras eternas” tras su victoria en 2024, pero autorizó ataques a instalaciones nucleares iraníes el pasado sábado, usando B-2 y misiles Tomahawk. Este acto contradice su discurso, y el supuesto “acuerdo de alto el fuego” con Irán, presentado como mérito, ya muestra fisuras, según posts en X que reportan nuevos enfrentamientos.
La nominación parece un intento de blanquear su imagen tras decisiones controvertidas.
El Nobel de la Paz, históricamente un bastión de humanitarismo, ha perdido brillo. La entrega a Barack Obama en 2009, sin resultados concretos en paz, marcó un precedente de devaluación. Nominar a Trump, conocido por su retórica agresiva y políticas antiinmigrantes, refuerza la idea de que el premio se ha convertido en una herramienta de legitimación política. En X, usuarios ironizan: “¿El Nobel para Trump? ¡Solo falta nominar a Kim Jong-un por sus sonrisas!”.
Esta percepción se agrava por el contexto: el ataque a Irán, justificado por la supuesta inminencia de una bomba nuclear, evoca el engaño de Irak en 2003 bajo Bush, cuestionando la transparencia de EEUU.
Los méritos alegados incluyen el “acuerdo de alto el fuego” y su giro diplomático con Corea del Norte en 2018-2019, aunque este último colapsó. Sin embargo, su intervención en Irán, alineada con Israel, sugiere una agenda de poder más que de paz. En redes, analistas como
@GeoPoliticaMX destaca que la nominación coincide con la presión de Trump para reafirmar la hegemonía estadounidense ante China y Rusia, aliados cautelosos de Irán.
La posibilidad de que Donald Trump reciba el Premio Nobel de la Paz, pese a su retórica de combate y confrontación, plantea un dilema ético y simbólico que erosiona la esencia del galardón. Este escenario no solo reflejaría una devaluación histórica del premio, sino que legitimaría una narrativa donde el poder y la autopromoción prevalecen sobre los principios humanitarios que han definido a figuras como Mandela o la Madre Teresa.
Si el Nobel cae en manos de un líder cuya trayectoria contradice la paz, el desafío será redescubrir su propósito original, promoviendo un diálogo global que priorice la humanidad sobre la hegemonía. Solo así se podrá contrarrestar la ironía de un mundo al revés, donde la confrontación se corona como virtud.
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