OPINIÓN
Reforma fiscal 2021

Opinión, por Héctor Romero Fierro //
El Presidente Manuel Andres López Obrador no honró su palabra al aumentar los impuestos para el próximo año, al menos así se desprende de las diferentes minutas de la llamada Miscelánea Fiscal 2021 ya que en el renglón de “Derechos” propuso a la Camara de Diputados un incremento del 56.5% en cuanto a los derechos de uso del espectro radioeléctrico de bloques en la banda de los 800 Mhz. Además, aunque se dice que no hay aumentos en los impuestos la reforma otorga muchísimas nuevas facultades al fisco federal para la fiscalización de los contribuyentes.
A pesar de que la Comisión de Hacienda planteó una disminución de ese porcentaje a solo el 3.5%, el cobro de esos derechos es incongruente con la urgente política fiscal para la tan prometida conectividad universal, por lo que abusan por ser bandas necesarias para la inminente entrada de las redes de última generación 5G.
Por ejemplo, en esa banda de 800 mhz. y a pesar de la propuesta de disminución de los diputados el cobro para 2021 resulta ser cuatro veces superior al de los países socios económicos de México; 9.9 veces en la banda de 600 Mhz. Y 3 veces en la banda de los 3.5 Ghz; 4 veces más alta para los 850 Mhz. Además mantuvieron la creación de nuevos derechos para las frecuencias de 600 Mhz, 1,500 Mhz, y 3.5 Ghz que representan hasta 10 veces mas caras que el comparativo de otros países.
Nuestro país privilegia la recaudación fiscal sobre el desarrollo de redes de telecomunicaciones, desalentando por el alto costo de los derechos la entrada de nuevos competidores en las próximas licitaciones del espectro radioeléctrico y consecuentemente el incremento de los precios en la telefonía celular e internet. Es claro que esos incrementos los acabaremos pagando los consumidores, ademas con esos altos precios será imposible lograr la tan anhelada conectividad universal, a solo que se implemente ésta por el gobierno, (esto es subsidiando con el pago de nuestros impuestos).
La disminución de esos Derechos la propuso la Comisión de Hacienda ya que diversos organismos e instituciones les advirtieron del grave impacto que tendría en el sector el voraz cobro pretendido por el Presidente, sin embargo los otros cobros de derechos pone en riesgo el necesario despliegue de nueva infraestructura e inversiones necesarias para la entrada de la 5G.
Es importante señalar que la Barra Americana de Abogados ABA, envió el pasado 20 de octubre una carta al Presidente MALO, donde señala: “El gobierno (mexicano) ha pedido a personas o entidades que supuestamente no han cumplido con sus obligaciones fiscales, que se abstengan de buscar alguna representación legal. Les sugieren acercarse directamente al gobierno para ponerse al corriente con el fisco”.
En dicha carta se afirma que la Procuraduría Fiscal ha iniciado o amenazado con iniciar investigaciones de carácter penal, como parte de su “estrategia de negociación” para presionar a personas o entidades que, según el SAT, evaden el pago de contribuciones. “La Barra Americana (de abogados) se opone a cualquier acción que tomen los gobiernos para restringir el derecho de las personas a buscar asesoría legal para tener un juicio justo, o para impugnar la presunta violación de cualquier ley o estatuto, a través de los canales legales apropiados”.
En el mismo sentido se han pronunciado la Asociación Nacional de Abogados de Empresa (ANADE) y la Barra Mexicana de Abogados (BMA). Hemos visto que esta campaña que se aplica a grandes contribuyentes ha generado una recaudación récord en el país, pero con el menoscabo de la imagen de México en el extranjero, donde proyectamos un país donde no se respetan la presunción de inocencia, el debido proceso, ni que se privilegie la Seguridad Juridica del inversionista, imagen que se vino a deteriorar aun más con la carta que dirigieran congresistas americanos al Presidente Trump solicitando su intervención para que recuerde a López el contenido del T-Mec y diversos Tratados Internacionales y México deje de obstruir el sector energético donde ya peligran inversiones multimillonarias.
En la misma reforma, preocupa el que presunciones del fisco en relación a que algunas operaciones reales celebradas por los contribuyentes al considerarse que éstas carecen de razón de negocios, puedan provocar consecuencias penales, se torna sumamente grave, ya que de ninguna forma son operaciones simuladas o realizadas en fraude al fisco federal, por lo que no caen en la tipicidad o conducta antijurídica de ese delito o de sus equiparables.
También ha provocado mucha molestia el que el fisco pretenda usar herramientas tecnológicas tales como videos y fotografías en el ejercicio de sus funciones, violatorio del articulo 16 Constitucional que tutela la inviolabilidad del domicilio, no basta que el fisco prometa que guardará absoluta reserva del material recabado, ya me imagino ver un Drone propiedad del SAT sobrevolando un domicilio con la excusa de que las fotografías son para planear actos de fiscalización.
A pesar del excelente resultado de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (PRODECON), la misma sigue acéfala, ya que mejor retiraron la inconstitucional terna que había propuesto el Presidente, urge que se nombre ya un titular que cumpla los requisitos de la ley y que no llegue a dicho cargo por su sumisión al Presidente, debe ser alguien que actúe como verdadero ombudsman del Contribuyente. Por cierto en la reforma fiscal para 2021 se limita el acceso a los acuerdos conclusivos, en perjuicio del contribuyente.
Es tan importante esta reforma fiscal que invitamos a los interesados a las tradicionales platicas organizadas por el CUCEA de la Universidad de Guadalajara por conducto del Doctorado y Maestria en Estudios Fiscales y la División de Contaduría, 11 y 12 de noviembre, donde participarán el Rector del Centro, Mtro. Gustavo Padilla Montes, el diputado federal y ex-rector Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla quien nos comentará su experiencia en la discusión en la Camara de Diputados de este paquete de reformas, reconocidos maestros del Doctorado y Maestria y de la ANADE, BMA, CCPGJ y ANAFINET, entre otros.
JALISCO
El horror de Teuchitlán alcanza a Alfaro

De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //
La primera semana de diciembre del año pasado escribí en este espacio una colaboración que titulé “Alfaro y el karma de la vida”.
En esa ocasión afirmé:
“Enrique Alfaro deja con su adiós una larga estela de agravios.
“Durante su estancia en el poder siempre privilegió satisfacer su apetito egocéntrico.
“Se sabe muy bien que con el tiempo creció su agrado por la sumisión absoluta de sus colaboradores.
“El control férreo fue su sello particular.
“Incluso algunos de sus chiqueados más cercanos admitían en lo corto que sus furiosas reacciones no eran más que una proyección de su personalidad soberbia e intolerante.
“Se dice del karma que toda acción tiene una consecuencia y que todo lo que se envía al universo volverá a nosotros.
“Si atendemos esto, entonces quizás el ahora ex gobernador de Jalisco debe prepararse para carear las consecuencias de esta ley inevitable”.
No pasó mucho tiempo para que el horror de Teuchitlán lo alcanzara.
Lo que son las cosas, mientras disfrutaba de lo lindo en Europa, se le apareció el rostro macabro de lo que fue su sexenio en materia de desaparecidos.
Las consecuencias serán muchas.
Por lo pronto, me aseguran que Pablo Lemus ni siquiera tiene ganas de responderle las llamadas y que derivado de este y otros asuntos, emprenderá una serie de medidas para despojar a Jalisco y a su gobierno de todo aquello que huela a alfarismo.
Tomar el control de partido MC sería una de sus primeras acciones.
Por cierto, en el centro del drama heredado por Alfaro Ramírez, es pertinente colocar el nombre de quien fue la mente perversa de la pasada gestión: Hugo Luna.
Sabemos que al margen de haber sido el zalamero más cercano, toda decisión institucional pasaba por su aduana, de tal modo que en la mira del actual gobierno su persona se vuelve un objetivo prioritario.
El fuero es un tema que ya está en revisión.
Al respecto, no sé si la justicia se encargará de estos dos personajes; sin embargo tengo fe en que el veredicto de la historia los colocará en el lugar que se merecen, porque ambos –hay que decirlo con toda claridad- se comportaron como unos miserables con los colectivos de padres y madres buscadoras.
Les ignoraron, descalificaron y re-victimizaron.
Por eso creo que podrán escapar de la ley, pero del karma, jamás.
En X: @DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista
político.
JALISCO
La justicia, un privilegio inalcanzable: Teuchitlán, la negación como crimen de Estado

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Hay maneras múltiples de negar un crimen, formas infinitas de enterrar un cuerpo, procedimientos diversos para desaparecer personas, ideas, realidades. En México, especialmente en Jalisco, el gobierno parece haberlas aprendido todas. El más reciente y grotesco episodio de negación oficial se escenifica alrededor de un rancho en Teuchitlán, cuyo nombre, «Izaguirre», se volvió sinónimo del horror: fosas, huesos quemados, restos calcinados, zapatos sin dueño.
Pero, según la fiscalía general del Estado, allí nunca hubo hornos crematorios. Así lo dijeron, con palabras oficiales, tranquilas, demasiado tranquilas, con la frialdad de quien niega para no actuar.
Héctor Flores, vocero del colectivo Luz de Esperanza, habla con el tono cansado de quien ya conoce todas las versiones oficiales. «Quieren minimizar la crisis, callar lo que dicen las familias y los medios», señala. No habla desde la teoría; lo suyo es la práctica cotidiana de una búsqueda desesperada, un intento de hacer justicia con propias manos, mientras el Estado responde con burocracia y negaciones. Y no habla solo de Teuchitlán, sino de una realidad que atraviesa todo México: más de 15,000 desaparecidos solo en Jalisco y decenas de miles más en todo el país. Números que aumentan, cifras que no despiertan acción sino indiferencia.
«La confianza está en las familias, no en las instituciones», sentencia Flores. Las palabras golpean con fuerza porque reflejan una verdad ya inocultable: el Estado ha dejado hace tiempo de ser garante de seguridad para convertirse en cómplice por omisión, por negligencia, por indiferencia. Flores lo explica sencillo, pero la simplicidad de su denuncia encierra toda la complejidad del fracaso institucional: «La federación no puede lavarse las manos echándole la culpa a los estados. La delincuencia organizada es competencia federal y tienen que actuar».
Pero México es el país donde los gobiernos siempre encuentran razones para no actuar. La Fiscalía argumenta que necesita denuncias formales para iniciar carpetas de investigación. Las familias responden que denunciar es ponerse en peligro, es exponerse a la violencia del crimen organizado, protegido por autoridades corruptas. La paradoja es brutal: se exige que las víctimas, ya violentadas, vulnerables, amenazadas, sean quienes se arriesguen aún más para hacer el trabajo que el Estado rechaza.
La negativa oficial sobre los hornos de Teuchitlán no solo busca invisibilizar la tragedia, sino evitar las consecuencias internacionales que podría acarrear el reconocimiento de un crimen que claramente constituye una violación masiva de derechos humanos. Flores apunta hacia organismos internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos o la Corte Penal Internacional, advirtiendo que esta crisis, de ocurrir en cualquier país europeo, sería inmediatamente calificada como una emergencia global. Pero ocurre en México, donde los muertos pesan menos, donde los desaparecidos son culpables antes que víctimas.
La negación no es solo federal, es también local. Enrique Alfaro, gobernador saliente de Jalisco, dejó en herencia un récord macabro: pasó de 5,000 a más de 15,000 desaparecidos durante su mandato. Colectivos como «Por Amor a Ellxs» recuerdan cómo Alfaro prometió diálogo y puertas abiertas, pero solo entregó indiferencia y abandono. María del Refugio Torres resume así el gobierno de Alfaro: «ineficaz, lleno de omisiones y deficiencias».
Ahora la responsabilidad recae en Pablo Lemus, sucesor político que, al parecer, ante esta prueba está actuando a destiempo. En reuniones en noviembre del año pasado, previas a la toma de poder, Salvador Zamora, quien ahora es secretario general de Gobierno, asistió solo para sacarse la foto. No escuchó, no conversó, no actuó, en esta crisis, no ha aparecido.
La crisis institucional no se detiene en el Ejecutivo. Jonathan Ávila, del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad), denunciaba al finalizar la administración de Enrique Alfaro que no había ni siquiera un programa estatal de búsqueda en Jalisco y que el rezago en el Servicio Médico Forense alcanzaba niveles vergonzosos: más de 9,400 cuerpos sin identificar.
Mientras las autoridades siguen negando la realidad, las familias se organizan y protestan. Este sábado pasado, frente al Palacio de Gobierno de Jalisco, más de dos mil personas gritaron consignas claras y dolorosas: «El Estado sí sabía, Alfaro sí sabía». Lo sabían porque es imposible no saberlo, porque los campos del horror no nacen en secreto sino bajo el amparo de complicidades. Daniela Gómez, quien busca a su hermano desaparecido, resume el sentimiento común: «No es posible que haya más de 18,000 desaparecidos y solamente seis buscadores en el gobierno».
La vigilia del sábado fue otra demostración del dolor transformado en resistencia. Héctor Águila Carvajal, padre de otro desaparecido, pidió unidad: «Sigamos uniendo fuerzas, el dolor no cesa». Y no cesa porque la respuesta oficial sigue siendo mínima, burocrática, cínica.
Y lo de que Teuchitlán no se trata de un caso aislado. La lista de sitios donde se repite la tragedia es dolorosamente extensa: desde la macabra «Gallera» en Veracruz hasta los cuerpos disueltos en ácido por el infame «Pozolero» de Tijuana, pasando por la escalofriante cifra de restos en «La Bartolina», Tamaulipas. Un catálogo infernal de barbaries toleradas, acaso protegidas, por autoridades que prefieren mirar hacia otro lado.
Esta crisis no puede seguir siendo escondida bajo excusas burocráticas ni minimizada con comunicados oficiales. Los colectivos lo denuncian: Teuchitlán no es un caso aislado, sino un símbolo más de la impunidad institucionalizada. Héctor Flores alerta sobre al menos seis puntos más similares en Jalisco, que nadie quiere investigar porque nadie quiere reconocer lo evidente.
Desde Madrid hasta Nueva York, mexicanos en el exilio exigen lo básico: reconocer el término «sitios de exterminio», proteger efectivamente a las buscadoras, garantizar justicia y reparación. Es un grito desesperado, es una demanda urgente, y es, sobre todo, una advertencia: la negación no borrará los muertos, solo prolongará el sufrimiento.
Negar lo evidente es una forma más de violencia. México merece más que excusas. Las víctimas merecen más que palabras. Y la justicia, que debería ser obvia, hoy parece un privilegio inalcanzable.
En X @DEPACHECOS
JALISCO
La bestia de Teuchitlán

Opinión, por Fernando Plascencia //
¿Qué nos hace humanos? La dichosa pregunta se ha respondido de muchas maneras. Dirían los antiguos que la racionalidad, o que tenemos un alma incrustada y atrapada en el cuerpo que funge como cárcel, o más complejo, la capacidad de pensarnos a nosotros mismos como seres pensantes. La pregunta viene bien ahora.
Lo que ocurrió en Teuchitlán descompone cada supuesto de humanidad. La racionalidad se perdió, llegó el animalismo, se diría, pero ya Mary Midgley vino a decirnos que no hay animal más cruel que el humano, ni el feroz lobo es capaz de desollar a sus presas, porque no son rivales, son presas. ¿Nos distingue el alma? Pero quién con alma sería capaz de cometer atrocidades contra decenas de seres humanos, un desalmado. No se ve más el reflejo del alma en los ojos, los ojos solo reflejan desdicha y sufrimiento.
No importa a dónde vayamos, la violencia nos persigue y nos hace cada vez menos humanos. Nos persigue para condenarnos y llevarnos de su mano. Como sociedad no hemos sido capaces de evitarla. Como humanidad nos sentamos en comunidad, creamos normas, para no hacernos daño los unos a los otros, cuán lejos nos sabemos de eso.
El contrato social que nos hizo humanos en el principio – cuál principio – se rompe y se rompe a cada rato. Teuchitlán lo confirma, el desmoronamiento de lo que creíamos nos quita lo humano. ¿Qué somos ya?
Desde hace años se habla de deshumanización, de una extrañeza que nos invade y nos hace menos humanos. ¿Somos menos humanos con cada tragedia como la de Teuchitlán? ¿El humano que se atrevió a tanto con qué será comparado? No hay más comparación que con el mismo humano. La bestia que llevamos dentro emerge y no como bestia de la naturaleza, sino como la bestia que no conoce el límite moral, porque sí hay animales que viven con una moralidad más digna.
Nuestra humanidad se encuentra extraviada y con símbolos y con ríos de sangre y dolor lo comprobamos. 400 zapatos son la muestra de una capacidad infinita de derrotar al rival como sea necesario y con los medios que se tengan al alcance, pero más que derrotar al rival nos derrotamos a nosotros mismos. Fuimos capaces de crear un Estado, tan sofisticado en algunas partes con instituciones que resuelven el más pequeño inconveniente público, pero ahora no somos capaces de protegernos.
La humanidad se nos va de las manos, eso que se propuso como proyecto de humanidad no quedó más que en el papel de tratados morales y filosóficos. El trazado racional que por mucho tiempo hemos tratado de seguir se tambalea y estamos a la deriva no solo de una razón instrumental, sino de una lógica de violencia por la violencia. Lo que creamos para servirnos de protección ha dejado de servirnos y ha servido para incrementarla – la violencia -, con disposición para que unos cuanto sigan al margen. Pero lo que se predice es que la violencia está por atacarnos a todos y de una vez por todas no habrá quién se salve, será responder o morir.
Más que nunca es falso que somos los seres del centro de la vida social, qué limitados estamos para salir de la violencia, y es que ningún impulso nos ha sacado de ese baño de sangre. Divinizar la violencia es el camino más torpe que pudimos tomar o ¿será que el exceso de libertad nos trajo hasta aquí?
Lo que ocurrió en Teuchitlán debe ser llamado como uno de los peores actos que como sociedad nos han ocurrido. Qué lejos nos pone de una idea de sociedad que seguimos compartiendo muchos, donde la violencia debe ser el instinto más controlable que tengamos. La violencia es biológicamente natural, pero debemos entender cómo moderarla y evitar que los conflictos lleguen a más. La información más valiosa que tenemos es que la violencia no es el único impulso que tenemos, ni el mejor, sino que tenemos instintos que juegan un papel fundamental como sociedades: la cooperación o la empatía.
No reforzar la violencia y sus conductas es vital como humanidad, si no es real que el hombre es lobo para el hombre es porque tenemos más caminos y Teuchitlán no es el destino ineludible del que no podamos escapar, sino debe ser el inicio de entender que como sociedad y humanidad no es lo que queremos muchas, pero muchas personas.
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