OPINIÓN
Se agudiza incertidumbre económica; criptomonedas y Wall Street: Indicadores de una nueva recesión

Economía Global, por Alberto Gómez-R. //
La incertidumbre económica y las movedizas condiciones de los mercados de inversiones hacen eco en los bienes de alto riesgo, como las inversiones en criptomonedas, que han tenido en las últimas semanas inesperadas caídas generalizadas en sus precios, luego de alcanzar máximos históricos en 2021, cuando Bitcoin (BTC) alcanzó los $69,000 dólares por unidad; en contraste, los últimos días ha llegado en algunos exchanges a bajar a casi $20,000 dólares, (nivel alcanzado en noviembre del 2020).
El sector de las criptodivisas ha perdido cerca de 2 billones de dólares en valor desde que alcanzó su valor máximo de 2.9 billones en noviembre de 2021.
Todos los principales tokens digitales están en números rojos este año. Bitcoin se ha desplomado más de un 55%, situándose en torno a los 20,000 dólares. Ethereum (ETH) ha perdido un 70%, hasta los 1100 dólares. Cardano se ha desplomado un 65%, hasta situarse por debajo de los 50 céntimos. Dogecoin se ha desplomado un 68%, hasta aproximadamente cinco céntimos. Litecoin se ha desplomado casi un 70%, por debajo de los 50 dólares.
El Bitcoin y sus compañeros podrían estar liderando la caída de los mercados financieros, lo que sugiere que las monedas virtuales podrían estar sirviendo como medida del apetito de riesgo general de los inversores.
Tanto si el Bitcoin se une a la caída del mercado en general como si actúa como indicador del sentimiento de los inversores, los analistas coinciden en que está claro que el entorno actual también está afectando al ecosistema de las criptomonedas. Los temores a la recesión, el aumento de la inflación, el conflicto militar en Europa del Este, la plétora de desafíos económicos de China y el aumento de las tasas de interés son factores que impulsan los movimientos de los operadores en 2022.
El principal impulsor de la venta de criptomonedas ha sido la subida de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed). Este fue el catalizador de la fuerte caída del mercado, dice Jay Hatfield, director de inversiones de Infrastructure Capital Management.
“La sobreexpansión de la hoja de balance de la Fed condujo a una serie de burbujas, incluyendo las acciones tecnológicas, (y) los tokens de criptomonedas”, escribió en una nota. (es.theepochtimes.com)
Si bien esta estrepitosa caída de las criptomonedas representa un duro revés para el mundo de las finanzas descentralizadas (DeFi), es poco probable que esto signifique el fin de Bitcoin y las demás criptomonedas.
Estos acontecimientos probablemente sean el punto de inflexión del mundo cripto, saturado de nuevos proyectos de tokens cuyo origen y autenticidad es mayormente desconocido. Actualmente existen en el mercado casi 20 mil distintas criptomonedas, un crecimiento exponencial fuera de control. Lo que ahora se vive es algo similar a las empresas “puntocom” de finales de la década de los 90 y principios del 2000, cuando se generó una gran burbuja especulativa con miles de empresas que operaban a través de internet siguiendo los exitosos modelos de negocios de empresas como Yahoo, Apple, Microsoft, del mercado tecnológico
La mayoría de estas empresas cotizaban en el NASDAQ (el segundo mercado de valores y bolsa de valores automatizada y electrónica más grande de los Estados Unidos), con precios de acciones inflados y en aumento, debido al furor generalizado por las empresas del sector de tecnología y la bursatilización de estas sin mayores restricciones o reglas por parte de la SEC (Comisión de Bolsa y Valores, por sus siglas en inglés) debido a las enormes cantidades de dinero que se movieron en este tipo de inversiones.
La burbuja estalló, y la mayoría de estas empresas “puntocom” se fueron a la quiebra, sobreviviendo únicamente aquellas cuyo estructura y valor agregado estaba alineado a las necesidades reales de los crecientes mercados de comercio y servicios en línea, entre ellas algunas de las empresas con mayor capitalización de mercado actualmente.
Este es el momento que los adeptos, fieles y creyentes en las DeFi esperaban, cuando finalmente se vaya a depurar la oferta cripto y se regule su uso, como está sucediendo ya en muchos países. Lo que actualmente sucede, que podría parecer la debacle de las criptomonedas, será en realidad la oportunidad de fortalecerse y convertirse en un activo de valor confiable –hasta donde las cualquier tipo de inversión lo es- que comenzará a extender su uso y aplicación en muchos ámbitos, no únicamente para la compra-venta de estas.
A pesar de la reticencia y la lucha frontal que le han declarado a las criptomonedas los bancos centrales e instituciones financieras, muchos ya se han visto obligados a ofrecer servicios de inversión con exposición a las cripto, directa e indirectamente; aunque continúan siendo inversiones de alto riesgo, la recompensa puede ser muy alta si se sabe leer y aprovechar el timing de los ciclos (bearish y bullish).
Colateralmente el conflicto Rusia-Ucrania ha puesto en la vitrina mundial a otros medios alternativos de financiamiento y sistemas de pagos, como son las criptomonedas y la red blockchain.
Ucrania ha utilizado las criptomonedas como una forma de obtener ayuda no tanto de los gobiernos, sino de los ciudadanos del resto del mundo. La facilidad y el bajo coste de las transferencias en este tipo de activos así como su rapidez frente a otros tipos de ayudas han permitido a millones de personas realizar pequeñas donaciones para la causa ucraniana que, si bien no han sido mayoritarias en cuanto importe (se habla de más de 65 millones de dólares donados por esta vía desde el inicio del conflicto), sí que han tenido un significado muy importante a la hora de involucrar a personas de todo el mundo como parte de la ayuda, independientemente si ese dinero se está utilizando para los fines para los que supuestamente se pide.
Rusia es, según la Universidad de Cambridge, el tercer país del mundo por producción minera de bitcoins, sólo por detrás de Estados Unidos y Kazajistán. Ucrania, por su parte, es, según un estudio de Chainalysis, el cuarto país del mundo con mayor adopción de criptomonedas en su economía. Cabe destacar ambos datos en un contexto bélico en el que las divisas de ambos países han perdido gran parte de su valor, y los ciudadanos buscan alternativas para mantener a flote sus ahorros. Todo esto ha generado un caldo de cultivo idóneo para las criptomonedas, aunque el uso que le han concedido ambos países ha sido muy distinto. (cincodías.elpais.com)
La postura del Banco Central de Rusia con respecto a bitcoin (BTC) y las criptomonedas parece estar suavizándose. La titular de la entidad financiera, Elvira Nabiullina, señaló en estos días estar de acuerdo con que los criptoactivos sean utilizados para el pago de compromisos internacionales.
Nabiullina intervino en el foro económico de San Petersburgo este 16 de junio, explicando que aún mantienen su postura de no permitir el uso de bitcoin y las criptomonedas como medio de pago dentro del país. «En cuanto al uso en acuerdos internacionales, si no penetra en el sistema financiero ruso, entonces sí es posible», dijo la funcionaria a un medio local. (criptonoticias.com)
La fuerte turbulencia económica mundial, está afectando ya al mundo financiero tanto en las inversiones tradicionales (acciones, bonos) como de las DeFi. La fuerte caída en la cotización de los activos se observa en los principales indicadores bursátiles de Wall Street como el Dow Jones, S&P 500, y el NASDAQ, que cerraron la semana del 17 de junio con la peor caída desde 2020 por más intentos de seguir inflando los precios de las acciones y apuntalar lo insostenible, que cederán ante el enorme peso de un colapso económico en ciernes.
JALISCO
Alfaro y la negación de la crisis de desaparecidos

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Cómo entender la desaparición de cerca de 10 mil personas en un sexenio y de estos un buen número son jóvenes?
Por qué el gobernador Enrique Alfaro siempre negó la crisis de desaparecidos y en forma machacona repetía una y otra vez que no eran desaparecidos, que se iban de sus casas por propia voluntad y en su último informe sostuvo su discurso de seis que durante su administración fueron localizadas 17 mil 405 personas (con vida): 5 mil 595 mujeres y 11 mil 810 hombres (…) No hay crisis de desaparecidos, muchos se van por voluntad propia”.
¿Y cuántos no regresaron? Eso no respondió porque eso no le importó nunca. Un personaje sin un ápice de empatía con las víctimas y con sus familiares.
¿Pero cómo tapar o esconder tanto desaparecido? ¿En qué cabeza cabe que tarde o temprano el problema iba a explotar y que su sucesor no lo taparía?
Y pensar que hubo medios de comunicación que completita le compraban esa narrativa, desde la oficina de Comunicación del Gobierno del Estado hasta les dictaban las cabezas, sin siquiera tener el pudor de cambiar la redacción a ese boletín.
El operador de esa desinformación fue Ricardo Sánchez Berumen, coordinador del gabinete de seguridad, le preparaba los datos a Alfaro, quien quería convencer que “los periodistas enemigos de Jalisco inventábamos estos datos de los miles de desaparecidos”.
Alfaro vivió gran parte de su gobierno protegido por cientos de guaruras, con carros blindados, con una Casa Jalisco y un Palacio de Gobierno rodeado de bayas. Los liderazgos de los colectivos de buscadores de desaparecidos le echaban en cara al entonces gobernador: “ustedes tienen a sus familias bien aseguradas, con carros blindados, escoltas y los ciudadanos estamos en el desamparo”
La seguridad se convirtió en una crisis por un desgobierno que no tuvo ni quiso tener contacto con los familiares de las víctimas. Simplemente hay que echarle una mirada al Semefo para ver que hay más de 5 mil cuerpos sin identificar. La bronca se la hereda Alfaro a Pablo Lemus.
Y Jalisco así se convirtió en el estado líder en desaparecidos.
Desde el 2022 el gobierno de Jalisco dejó de subir información al Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas (RNDDNO).
Quienes confrontábamos la información de desaparecidos con los datos de Alfaro fuimos satanizados por el propio gobernador desde la muralla de Casa Jalisco.
SE ABRE LA CAJA DE PANDORA
El campo de entrenamiento y exterminio de Teuchitlán, abre la caja de pandora de un gobierno que en lugar de cumplir con su compromiso de poner orden, dejó crecer a la criminalidad. Sin embargo, todo gobierno tiene fecha de caducidad y ahora Alfaro sin la protección de ser la cabeza del Poder Ejecutivo de Jalisco que le permitió asumir una arrogancia, sintiéndose dueño de la verdad absoluta, podría enfrentar lo que su irresponsabilidad generó que el Estado sea un desastre en inseguridad y violencia, como lo muestran las imágenes en el Izaguirre Ranch, los 200 pares de calzado y las prendas de vestir e hombres y mujeres muestran el tamaño de la tragedia con los delitos de lesa humanidad allí cometidos.
Gente cercana a Alfaro comentan que éste estaba harto de los problemas de Jalisco que no pudo o no quiso resolver, de allí que se inventaba viajes a Europa o fuera de México.
Por eso el último día de su gobierno huyó de Jalisco y se fue a vivir a España.
Dice que se prepara en Europa para convertirse en director técnico de Chivas de Guadalajara. Imaginemos a Alfaro de director técnico del equipo más popular de México, del hombre que dejó esa larga estela de sangre y cadáveres, por no haber asumido su responsabilidad y aplicar la ley.
¿LO CITARÁ LA FISCALÍA?
No se qué ideas pasen por la cabeza de Alfaro allá en España, donde seguramente disfruta de una tranquilidad que en Jalisco no es posible. ¿Cómo tomará la información de estos centros de exterminio en Teuchitlan? ¿Cuándo va a subir sus clásicos vídeos para desmentir “las falsedades de las Fiscalías y de los Guerreros Buscadores de Jalisco”?
¿Qué le responde al fiscal general de la República, Alejandro Hertz Manero a esos graves señalamientos que hizo la pasada al calificar de «muy crítico y muy grave» el hallazgo del crematorio clandestino”?
El Fiscal General cuestionó la falta de conocimiento y acción por parte de las autoridades locales y estatales respecto a la existencia de este centro de exterminio. Hertz Manero expresó:»no es creíble» que las autoridades municipales y estatales no estuvieran al tanto de las actividades ilícitas que se llevaban a cabo en el rancho Izaguirre por lo que anunció que la Fiscalía General de la República (FGR) iniciará una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades correspondientes. La investigación se centrará en identificar posibles omisiones o complicidades de las autoridades locales y estatales en relación con el funcionamiento de este centro de exterminio.
El Fiscal General también enfatizó la importancia de coordinar esfuerzos entre las distintas instancias de gobierno para combatir eficazmente al crimen organizado y evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro y subrayó la necesidad de fortalecer las instituciones de seguridad y justicia para garantizar la protección de los ciudadanos y el respeto a los derechos humanos.
¿Qué responsabilidad tuvo Alfaro en minimizar el suceso de Izaguirre Ranch y dejarlo en que se trataba de un campo de entrenamiento de un grupo criminal? ¿Alfaro desconoció que se trataba de un centro de exterminio de jóvenes?
Habrá que ver hasta dónde se quiere llegar en esta terrible tragedia y si el brazo de la justicia no sólo queda en un agente del ministerio público, agentes de investigación y algunos funcionarios menores de la Fiscalía.
JALISCO
El horror de Teuchitlán alcanza a Alfaro

De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //
La primera semana de diciembre del año pasado escribí en este espacio una colaboración que titulé “Alfaro y el karma de la vida”.
En esa ocasión afirmé:
“Enrique Alfaro deja con su adiós una larga estela de agravios.
“Durante su estancia en el poder siempre privilegió satisfacer su apetito egocéntrico.
“Se sabe muy bien que con el tiempo creció su agrado por la sumisión absoluta de sus colaboradores.
“El control férreo fue su sello particular.
“Incluso algunos de sus chiqueados más cercanos admitían en lo corto que sus furiosas reacciones no eran más que una proyección de su personalidad soberbia e intolerante.
“Se dice del karma que toda acción tiene una consecuencia y que todo lo que se envía al universo volverá a nosotros.
“Si atendemos esto, entonces quizás el ahora ex gobernador de Jalisco debe prepararse para carear las consecuencias de esta ley inevitable”.
No pasó mucho tiempo para que el horror de Teuchitlán lo alcanzara.
Lo que son las cosas, mientras disfrutaba de lo lindo en Europa, se le apareció el rostro macabro de lo que fue su sexenio en materia de desaparecidos.
Las consecuencias serán muchas.
Por lo pronto, me aseguran que Pablo Lemus ni siquiera tiene ganas de responderle las llamadas y que derivado de este y otros asuntos, emprenderá una serie de medidas para despojar a Jalisco y a su gobierno de todo aquello que huela a alfarismo.
Tomar el control de partido MC sería una de sus primeras acciones.
Por cierto, en el centro del drama heredado por Alfaro Ramírez, es pertinente colocar el nombre de quien fue la mente perversa de la pasada gestión: Hugo Luna.
Sabemos que al margen de haber sido el zalamero más cercano, toda decisión institucional pasaba por su aduana, de tal modo que en la mira del actual gobierno su persona se vuelve un objetivo prioritario.
El fuero es un tema que ya está en revisión.
Al respecto, no sé si la justicia se encargará de estos dos personajes; sin embargo tengo fe en que el veredicto de la historia los colocará en el lugar que se merecen, porque ambos –hay que decirlo con toda claridad- se comportaron como unos miserables con los colectivos de padres y madres buscadoras.
Les ignoraron, descalificaron y re-victimizaron.
Por eso creo que podrán escapar de la ley, pero del karma, jamás.
En X: @DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista
político.
JALISCO
La justicia, un privilegio inalcanzable: Teuchitlán, la negación como crimen de Estado

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Hay maneras múltiples de negar un crimen, formas infinitas de enterrar un cuerpo, procedimientos diversos para desaparecer personas, ideas, realidades. En México, especialmente en Jalisco, el gobierno parece haberlas aprendido todas. El más reciente y grotesco episodio de negación oficial se escenifica alrededor de un rancho en Teuchitlán, cuyo nombre, «Izaguirre», se volvió sinónimo del horror: fosas, huesos quemados, restos calcinados, zapatos sin dueño.
Pero, según la fiscalía general del Estado, allí nunca hubo hornos crematorios. Así lo dijeron, con palabras oficiales, tranquilas, demasiado tranquilas, con la frialdad de quien niega para no actuar.
Héctor Flores, vocero del colectivo Luz de Esperanza, habla con el tono cansado de quien ya conoce todas las versiones oficiales. «Quieren minimizar la crisis, callar lo que dicen las familias y los medios», señala. No habla desde la teoría; lo suyo es la práctica cotidiana de una búsqueda desesperada, un intento de hacer justicia con propias manos, mientras el Estado responde con burocracia y negaciones. Y no habla solo de Teuchitlán, sino de una realidad que atraviesa todo México: más de 15,000 desaparecidos solo en Jalisco y decenas de miles más en todo el país. Números que aumentan, cifras que no despiertan acción sino indiferencia.
«La confianza está en las familias, no en las instituciones», sentencia Flores. Las palabras golpean con fuerza porque reflejan una verdad ya inocultable: el Estado ha dejado hace tiempo de ser garante de seguridad para convertirse en cómplice por omisión, por negligencia, por indiferencia. Flores lo explica sencillo, pero la simplicidad de su denuncia encierra toda la complejidad del fracaso institucional: «La federación no puede lavarse las manos echándole la culpa a los estados. La delincuencia organizada es competencia federal y tienen que actuar».
Pero México es el país donde los gobiernos siempre encuentran razones para no actuar. La Fiscalía argumenta que necesita denuncias formales para iniciar carpetas de investigación. Las familias responden que denunciar es ponerse en peligro, es exponerse a la violencia del crimen organizado, protegido por autoridades corruptas. La paradoja es brutal: se exige que las víctimas, ya violentadas, vulnerables, amenazadas, sean quienes se arriesguen aún más para hacer el trabajo que el Estado rechaza.
La negativa oficial sobre los hornos de Teuchitlán no solo busca invisibilizar la tragedia, sino evitar las consecuencias internacionales que podría acarrear el reconocimiento de un crimen que claramente constituye una violación masiva de derechos humanos. Flores apunta hacia organismos internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos o la Corte Penal Internacional, advirtiendo que esta crisis, de ocurrir en cualquier país europeo, sería inmediatamente calificada como una emergencia global. Pero ocurre en México, donde los muertos pesan menos, donde los desaparecidos son culpables antes que víctimas.
La negación no es solo federal, es también local. Enrique Alfaro, gobernador saliente de Jalisco, dejó en herencia un récord macabro: pasó de 5,000 a más de 15,000 desaparecidos durante su mandato. Colectivos como «Por Amor a Ellxs» recuerdan cómo Alfaro prometió diálogo y puertas abiertas, pero solo entregó indiferencia y abandono. María del Refugio Torres resume así el gobierno de Alfaro: «ineficaz, lleno de omisiones y deficiencias».
Ahora la responsabilidad recae en Pablo Lemus, sucesor político que, al parecer, ante esta prueba está actuando a destiempo. En reuniones en noviembre del año pasado, previas a la toma de poder, Salvador Zamora, quien ahora es secretario general de Gobierno, asistió solo para sacarse la foto. No escuchó, no conversó, no actuó, en esta crisis, no ha aparecido.
La crisis institucional no se detiene en el Ejecutivo. Jonathan Ávila, del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad), denunciaba al finalizar la administración de Enrique Alfaro que no había ni siquiera un programa estatal de búsqueda en Jalisco y que el rezago en el Servicio Médico Forense alcanzaba niveles vergonzosos: más de 9,400 cuerpos sin identificar.
Mientras las autoridades siguen negando la realidad, las familias se organizan y protestan. Este sábado pasado, frente al Palacio de Gobierno de Jalisco, más de dos mil personas gritaron consignas claras y dolorosas: «El Estado sí sabía, Alfaro sí sabía». Lo sabían porque es imposible no saberlo, porque los campos del horror no nacen en secreto sino bajo el amparo de complicidades. Daniela Gómez, quien busca a su hermano desaparecido, resume el sentimiento común: «No es posible que haya más de 18,000 desaparecidos y solamente seis buscadores en el gobierno».
La vigilia del sábado fue otra demostración del dolor transformado en resistencia. Héctor Águila Carvajal, padre de otro desaparecido, pidió unidad: «Sigamos uniendo fuerzas, el dolor no cesa». Y no cesa porque la respuesta oficial sigue siendo mínima, burocrática, cínica.
Y lo de que Teuchitlán no se trata de un caso aislado. La lista de sitios donde se repite la tragedia es dolorosamente extensa: desde la macabra «Gallera» en Veracruz hasta los cuerpos disueltos en ácido por el infame «Pozolero» de Tijuana, pasando por la escalofriante cifra de restos en «La Bartolina», Tamaulipas. Un catálogo infernal de barbaries toleradas, acaso protegidas, por autoridades que prefieren mirar hacia otro lado.
Esta crisis no puede seguir siendo escondida bajo excusas burocráticas ni minimizada con comunicados oficiales. Los colectivos lo denuncian: Teuchitlán no es un caso aislado, sino un símbolo más de la impunidad institucionalizada. Héctor Flores alerta sobre al menos seis puntos más similares en Jalisco, que nadie quiere investigar porque nadie quiere reconocer lo evidente.
Desde Madrid hasta Nueva York, mexicanos en el exilio exigen lo básico: reconocer el término «sitios de exterminio», proteger efectivamente a las buscadoras, garantizar justicia y reparación. Es un grito desesperado, es una demanda urgente, y es, sobre todo, una advertencia: la negación no borrará los muertos, solo prolongará el sufrimiento.
Negar lo evidente es una forma más de violencia. México merece más que excusas. Las víctimas merecen más que palabras. Y la justicia, que debería ser obvia, hoy parece un privilegio inalcanzable.
En X @DEPACHECOS
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