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JALISCO

Premio Estatal de Periodismo a la Excelencia Jalisco 2024: «Necesitamos un gremio unido y fortalecido», Rubén Iñiguez

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Por Diego Morales Heredia //

Un premio de periodistas para periodistas, para reconocer esa vocación, trayectoria, pasión y trabajo diario fue el que se entregó a más de cuarenta compañeros de los medios de comunicación por parte del Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores A.C.

En voz el presidente del Capítulo Jalisco de esta organización, Rubén Íñiguez, es un momento importante para mantener unido al gremio, debido a las dificultades diarias que enfrenta el ejercicio del periodismo en un país como México.

El periodismo siempre ha sido crítico, no podemos dejar de señalar los errores que se cometen. En alguna ocasión, me decían que no hablamos de lo bonito, de lo que hacen. Es que, le dije que esa es su obligación, para eso la gente votó por ustedes. El periodismo si no es crítico, no es periodismo. Tan así, que, a un mes de este nuevo gobierno federal, que de corazón le deseamos todo el éxito, ya hay un periodista asesinado. Es importante decirlo y señalarlo”.

Agregó: “México es el país más peligroso para el ejercicio del periodismo. En el 2023, en la guerra de Rusia y Ucrania fueron asesinados 7 corresponsales de guerra; en México, en el mismo año, fueron asesinados 13 periodistas, en un país democrático, con libertades y sin aparente guerra. La moraleja de este tipo de actividades que realiza nuestra asociación es hacer consciencia de que necesitamos un gremio unido y fortalecido, necesitamos sumarnos”.

Además del galardón, desde el Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores A.C se ha venido impulsando una aplicación para que los colegas periodistas puedan tener protección en el ejercicio de su trabajo.

Desde el año pasado estamos impulsando una aplicación para el celular que se llama Alerta Prensa, se descarga, es compatible con todos los sistemas operativos, sirve para que puedas poner a dos personas de tu confianza, si aprietas este botón le llegará la geolocalización en tiempo real a estas personas, les dirá que estás en peligro por el ejercicio del periodismo, la invitación para todos es descargar la aplicación”.

Los galardonados de la noche son elegidos por un comité de periodistas y los que tengan más menciones son los que reciben el diploma y reconocimiento de sus compañeros de los medios de comunicación.

La asociación se fundó hace 10 años, ahora se posiciona como una de las más grandes del país. Representamos dignamente a Jalisco. Este premio es de periodistas para periodistas, no es del gobierno, no es de universidades, es de periodistas para periodistas. Nombramos a un comité de 10 periodistas que fueron los que nos pasaron los nombres de los que debían ser reconocidos en las diferentes categorías, los más votados y los que más tuvieron nominación a ellos y ellas son los que premiamos”.

En el emotivo evento, Rubén Íñiguez resaltó que gracias a estos eventos se permite la convivencia entre colegas, al mismo tiempo que agradeció a los empresarios que apoyan el periodismo independiente y son patrocinadores del premio.

Este tipo de acciones permiten la convivencia, el compartir y partir el pan y la sal, poder saber que mi compañero es un compañero de batalla que nos va a permitir fortalecernos como gremio. Es un gran esfuerzo, el premio se financia a través de nuestros amigos empresarios que de manera voluntaria nos ayudan a resolver los gastos que son un esfuerzo, porque somos una asociación civil sin fines de lucro, a través de las donaciones podemos organizar este tipo de actividades que nos permiten integrarnos como gremio, esfuerzos que son extraordinarios”.

Añadió: “La sociedad nos necesita, a todos los compañeros que son los portavoces en la sociedad y los gobiernos. Nosotros solemos estar del otro lado, porque los protagonistas son las figuras públicas, los políticos, los empresarios, los ciudadanos, la vox populi, la vox Dei, pero hacemos este esfuerzo para reconocer su labor diaria, su esfuerzo y sacrificio, por esta razón este pequeño homenaje para todos, que es merecido”.

UN PREMIO CON GRAN VALOR

Por su trayectoria de más de cuatro décadas en el periodismo jalisciense, fue galardonado Gabriel Ibarra Bourjac, director del Semanario Conciencia Pública, quien agradeció el gesto de los compañeros y reconoció el valor que tiene un premio de periodistas para periodistas, más en el contexto que vivió la prensa en el último sexenio con el gobierno estatal y federal que han intentado desprestigiar la labor de los medios de comunicación.

Hay que hacer un reconocimiento por este esfuerzo que se hace, tiene un gran valor este premio, porque es de periodistas a periodistas. Esto es significativo, en los últimos años hemos visto cómo a nivel nacional el presidente se dedicó a descalificar a la prensa crítica. Y en Jalisco, también Enrique Alfaro en estos seis años se dedicó a despotricar contra los medios de comunicación. La prensa crítica tiene un gran valor, exhibe lo que los gobiernos de tendencia autócrata quieren esconder, son intolerantes y quieren tener el monopolio de la verdad”.

Subrayó: “Esto que hace Rubén Íñiguez es valioso, reivindica el trabajo y esfuerzo no solo de periodistas con trayectoria, también de jóvenes valores, es amplio lo que se hace y se hace con recursos limitados, no son recursos de gobierno, algunos patrocinadores apoyan al periodismo independiente y son patrocinadores. Tiene un gran valor porque es un premio cuya razón está en reconocer el esfuerzo que se hace”.

Para Gabriel Ibarra, el reconocimiento es estimulante y reiteró su agradecimiento con Rubén Íñiguez, el Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores A.C, y a los compañeros de profesión que lo eligieron en esta edición de 2024.

Para mí es estimulante, no busco el reconocimiento, tengo una trayectoria de más de cuatro décadas en Jalisco, agradezco este reconocimiento, como se lo hace a otros grandes periodistas como Héctor Huerta, Alfonso Javier Márquez, Manuel Baeza, que con esfuerzo y trabajo están posicionados en medios locales y nacionales, Alejandro Tavares con su gran trabajo en radio, Pepe Díaz Betancourt, que ha mostrado su talante”.

UNA RESPONSABILIDAD MAYOR

De igual manera, en la sección de Noticia, fue galardonado el periodista colaborador de Conciencia Pública Francisco Junco, quien estuvo en compañía de su esposa, se mostró emocionado por el premio y aseguró que esto lo motiva para seguir trabajando de manera ética, profesional y cuenta con una mayor responsabilidad para seguir haciendo su trabajo de la mejor manera.

Es un reconocimiento de periodistas para periodistas, eso lo hace especial, que un colega te reconozca tu trabajo, eso tiene relevancia. Más que un reconocimiento lo veo como una responsabilidad mayor al contar historias, significa que estás haciendo las cosas bien y las tienes que hacer mejor. Estamos en un país que no está en guerra, pero tiene más asesinados que países en guerra, eso es lamentable. Por lo tanto, te obliga a ser más responsable”.

Paco Junco comenzó su carrera en 1988 en la campaña de Clouthier, ha tenido paso por algunos medios como Heraldo, fue parte del nacimiento de Reforma en Ciudad de México, en donde pudo entrevistar al Subcomandante Marcos. Trabajó en la nota roja, fue jefe de información de Notimex Guadalajara, vivió en Madrid y trabajó para el mismo Notimex para toda Europa.

Al volver, incursionó en la comunicación social y hace dos años regresó al periodismo escrito en Conciencia Pública, en donde sigue soñando con más en su trayectoria profesional. “Hay que seguir trabajando, me gusta la talacha del periodismo, me veo escribiendo en la revista, me gustaría retomar el tema de una columna para dar opinión”, puntualizó.

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JALISCO

El horror de Teuchitlán alcanza a Alfaro

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De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //

La primera semana de diciembre del año pasado escribí en este espacio una colaboración que titulé “Alfaro y el karma de la vida”.

En esa ocasión afirmé:

Enrique Alfaro deja con su adiós una larga estela de agravios.

“Durante su estancia en el poder siempre privilegió satisfacer su apetito egocéntrico.

“Se sabe muy bien que con el tiempo creció su agrado por la sumisión absoluta de sus colaboradores.

“El control férreo fue su sello particular.

“Incluso algunos de sus chiqueados más cercanos admitían en lo corto que sus furiosas reacciones no eran más que una proyección de su personalidad soberbia e intolerante.

“Se dice del karma que toda acción tiene una consecuencia y que todo lo que se envía al universo volverá a nosotros.

“Si atendemos esto, entonces quizás el ahora ex gobernador de Jalisco debe prepararse para carear las consecuencias de esta ley inevitable”.

No pasó mucho tiempo para que el horror de Teuchitlán lo alcanzara.

Lo que son las cosas, mientras disfrutaba de lo lindo en Europa, se le apareció el rostro macabro de lo que fue su sexenio en materia de desaparecidos.

Las consecuencias serán muchas.

Por lo pronto, me aseguran que Pablo Lemus ni siquiera tiene ganas de responderle las llamadas y que derivado de este y otros asuntos, emprenderá una serie de medidas para despojar a Jalisco y a su gobierno de todo aquello que huela a alfarismo.

Tomar el control de partido MC sería una de sus primeras acciones.

Por cierto, en el centro del drama heredado por Alfaro Ramírez, es pertinente colocar el nombre de quien fue la mente perversa de la pasada gestión: Hugo Luna.

Sabemos que al margen de haber sido el zalamero más cercano, toda decisión institucional pasaba por su aduana, de tal modo que en la mira del actual gobierno su persona se vuelve un objetivo prioritario.

El fuero es un tema que ya está en revisión.

Al respecto, no sé si la justicia se encargará de estos dos personajes; sin embargo tengo fe en que el veredicto de la historia los colocará en el lugar que se merecen, porque ambos –hay que decirlo con toda claridad- se comportaron como unos miserables con los colectivos de padres y madres buscadoras.

Les ignoraron, descalificaron y re-victimizaron.

Por eso creo que podrán escapar de la ley, pero del karma, jamás.

En X: @DeFrentealPoder

*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista

político.

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CARTÓN POLÍTICO

¿Dormirá tranquilo en Madrid?

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JALISCO

La justicia, un privilegio inalcanzable: Teuchitlán, la negación como crimen de Estado

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Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //

Hay maneras múltiples de negar un crimen, formas infinitas de enterrar un cuerpo, procedimientos diversos para desaparecer personas, ideas, realidades. En México, especialmente en Jalisco, el gobierno parece haberlas aprendido todas. El más reciente y grotesco episodio de negación oficial se escenifica alrededor de un rancho en Teuchitlán, cuyo nombre, «Izaguirre», se volvió sinónimo del horror: fosas, huesos quemados, restos calcinados, zapatos sin dueño.

Pero, según la fiscalía general del Estado, allí nunca hubo hornos crematorios. Así lo dijeron, con palabras oficiales, tranquilas, demasiado tranquilas, con la frialdad de quien niega para no actuar.

Héctor Flores, vocero del colectivo Luz de Esperanza, habla con el tono cansado de quien ya conoce todas las versiones oficiales. «Quieren minimizar la crisis, callar lo que dicen las familias y los medios», señala. No habla desde la teoría; lo suyo es la práctica cotidiana de una búsqueda desesperada, un intento de hacer justicia con propias manos, mientras el Estado responde con burocracia y negaciones. Y no habla solo de Teuchitlán, sino de una realidad que atraviesa todo México: más de 15,000 desaparecidos solo en Jalisco y decenas de miles más en todo el país. Números que aumentan, cifras que no despiertan acción sino indiferencia.

«La confianza está en las familias, no en las instituciones», sentencia Flores. Las palabras golpean con fuerza porque reflejan una verdad ya inocultable: el Estado ha dejado hace tiempo de ser garante de seguridad para convertirse en cómplice por omisión, por negligencia, por indiferencia. Flores lo explica sencillo, pero la simplicidad de su denuncia encierra toda la complejidad del fracaso institucional: «La federación no puede lavarse las manos echándole la culpa a los estados. La delincuencia organizada es competencia federal y tienen que actuar».

Pero México es el país donde los gobiernos siempre encuentran razones para no actuar. La Fiscalía argumenta que necesita denuncias formales para iniciar carpetas de investigación. Las familias responden que denunciar es ponerse en peligro, es exponerse a la violencia del crimen organizado, protegido por autoridades corruptas. La paradoja es brutal: se exige que las víctimas, ya violentadas, vulnerables, amenazadas, sean quienes se arriesguen aún más para hacer el trabajo que el Estado rechaza.

La negativa oficial sobre los hornos de Teuchitlán no solo busca invisibilizar la tragedia, sino evitar las consecuencias internacionales que podría acarrear el reconocimiento de un crimen que claramente constituye una violación masiva de derechos humanos. Flores apunta hacia organismos internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos o la Corte Penal Internacional, advirtiendo que esta crisis, de ocurrir en cualquier país europeo, sería inmediatamente calificada como una emergencia global. Pero ocurre en México, donde los muertos pesan menos, donde los desaparecidos son culpables antes que víctimas.

La negación no es solo federal, es también local. Enrique Alfaro, gobernador saliente de Jalisco, dejó en herencia un récord macabro: pasó de 5,000 a más de 15,000 desaparecidos durante su mandato. Colectivos como «Por Amor a Ellxs» recuerdan cómo Alfaro prometió diálogo y puertas abiertas, pero solo entregó indiferencia y abandono. María del Refugio Torres resume así el gobierno de Alfaro: «ineficaz, lleno de omisiones y deficiencias».

Ahora la responsabilidad recae en Pablo Lemus, sucesor político que, al parecer, ante esta prueba está actuando a destiempo. En reuniones en noviembre del año pasado, previas a la toma de poder, Salvador Zamora, quien ahora es secretario general de Gobierno, asistió solo para sacarse la foto. No escuchó, no conversó, no actuó, en esta crisis, no ha aparecido.

La crisis institucional no se detiene en el Ejecutivo. Jonathan Ávila, del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad), denunciaba al finalizar la administración de Enrique Alfaro que no había ni siquiera un programa estatal de búsqueda en Jalisco y que el rezago en el Servicio Médico Forense alcanzaba niveles vergonzosos: más de 9,400 cuerpos sin identificar.

Mientras las autoridades siguen negando la realidad, las familias se organizan y protestan. Este sábado pasado, frente al Palacio de Gobierno de Jalisco, más de dos mil personas gritaron consignas claras y dolorosas: «El Estado sí sabía, Alfaro sí sabía». Lo sabían porque es imposible no saberlo, porque los campos del horror no nacen en secreto sino bajo el amparo de complicidades. Daniela Gómez, quien busca a su hermano desaparecido, resume el sentimiento común: «No es posible que haya más de 18,000 desaparecidos y solamente seis buscadores en el gobierno».

La vigilia del sábado fue otra demostración del dolor transformado en resistencia. Héctor Águila Carvajal, padre de otro desaparecido, pidió unidad: «Sigamos uniendo fuerzas, el dolor no cesa». Y no cesa porque la respuesta oficial sigue siendo mínima, burocrática, cínica.

Y lo de que Teuchitlán no se trata de un caso aislado. La lista de sitios donde se repite la tragedia es dolorosamente extensa: desde la macabra «Gallera» en Veracruz hasta los cuerpos disueltos en ácido por el infame «Pozolero» de Tijuana, pasando por la escalofriante cifra de restos en «La Bartolina», Tamaulipas. Un catálogo infernal de barbaries toleradas, acaso protegidas, por autoridades que prefieren mirar hacia otro lado.

Esta crisis no puede seguir siendo escondida bajo excusas burocráticas ni minimizada con comunicados oficiales. Los colectivos lo denuncian: Teuchitlán no es un caso aislado, sino un símbolo más de la impunidad institucionalizada. Héctor Flores alerta sobre al menos seis puntos más similares en Jalisco, que nadie quiere investigar porque nadie quiere reconocer lo evidente.

Desde Madrid hasta Nueva York, mexicanos en el exilio exigen lo básico: reconocer el término «sitios de exterminio», proteger efectivamente a las buscadoras, garantizar justicia y reparación. Es un grito desesperado, es una demanda urgente, y es, sobre todo, una advertencia: la negación no borrará los muertos, solo prolongará el sufrimiento.

Negar lo evidente es una forma más de violencia. México merece más que excusas. Las víctimas merecen más que palabras. Y la justicia, que debería ser obvia, hoy parece un privilegio inalcanzable.

En X @DEPACHECOS

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