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JALISCO

El desafío de gobernar Guadalajara: Pablo Lemus, el nuevo hombre fuerte de Jalisco

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Por Mario Ávila //

Cuenta la historia que en lo que va del presente siglo se ha hecho una tradición, un hábito y una costumbre, que el alcalde que gobierne el municipio de Guadalajara después de las elecciones intermedias, se convierte en automático en el siguiente gobernador de Jalisco, sea del partido que sea.

Y así ha ocurrido con los panistas Francisco Ramírez Acuña y Emilio González Márquez, con el priísta Jorge Aristóteles Sandoval Díaz y con el emecista Enrique Alfaro Ramírez. Es decir, durante casi un cuarto de siglo, esa ha sido la historia. Hoy la duda es qué ocurrirá con el eslogan de campaña preferido de Enrique Alfaro. ¿En Jalisco se cambiará la historia o se repetirá?

Este jueves 30 de septiembre, Pablo Lemus Navarro dejó el cargo que ostentó durante seis años, de Presidente Municipal de Zapopan y al día siguiente, el viernes 1 de octubre inició su nueva etapa como Presidente Municipal de Guadalajara.

Para lograr esta hazaña, primero se impuso al interior del Partido Movimiento Ciudadano, a la candidatura natural de Ismael del Toro Castro, el discípulo preferido del Gobernador Enrique Alfaro, pero además impuso como candidato del partido naranja en Zapopan, a su compañero de aventuras en el sindicato patronal de la Coparmex, Juan José Frangie Saade.

Y en una segunda acción, en la elección constitucional aplastó a los enemigos más poderosos del partido con mayor crecimiento en el país; derrotó en Guadalajara a Carlos Lomelí y en Zapopan a Alberto Uribe. Pero lo más importante no fue solo la victoria en sí misma, sino la manera en la que Pablo Lemus salió victorioso, aplastando al partido del Presidente de México y a los dos candidatos con mayor relevancia, al que traía el mayor poderío económico y al que tenía presuntamente los mejores vínculos con el Gobierno Federal, en particular con el personaje más fuerte del gabinete, con el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Pablo Lemus cargó sobre sus hombros las candidaturas de Guadalajara y Zapopan, se hizo cargo de las campañas, se responsabilizó de la jornada electoral y hoy para nadie es un secreto que sus decisiones tienen tanta relevancia que habrá de gobernar de facto, en ambos municipios.

Él, seguramente habrá de tomar las determinaciones importantes, en el tema de la seguridad ya lo hizo, habrá un mando en cada corporación, pero también un ente coordinador; en el tema de la basura estará tomando también las primeras determinaciones, para resolver en principio con inmediatez el problema de Los Laureles, pero la concesión para Caabsa Eagle, será una decesión única de Pablo Lemus.

Lo mismo podría ocurrir con los servicios públicos y las eventuales privatizaciones, con las grandes compras en común para ambos municipios, con la adjudicación de la obra pública y las empresas que se vean favorecidas para su ejecución; para ello seguramente contará con el apoyo de los líderes de la iniciativa privada que se han podido colocar en posiciones clave en el servicio público o como representantes populares.

Es pues, de aquí en adelante, Pablo Lemus Navarro, el nuevo hombre fuerte de Jalisco, que seguramente le disputará notoriedad y le quitará relectores a quien hasta la semana pasada podría considerarse como el mandamás de la política de Jalisco, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez.

LEMUS Y SU INFLUENCIA EN EL 34.2% DE LOS JALISCIENSES

De acuerdo a los datos oficiales del Censo realizado por el INEGI en el 2020, Jalisco tiene una población de 8 millones 348 mil 151 habitantes, de los cuales en Zapopan el municipio más poblado del Estado habita 1 millón 476 mil 491 jaliscienses y en el municipio de Guadalajara viven 1 millón 385 mil 629 tapatíos.

Esto significa que el rango de influencia de Pablo Lemus es de una población de 2 millones 862 mil 120 habitantes en ambos municipios, lo que representa el 34.2% del total de la población de la entidad. Es decir, Lemus Navarro cuenta con el doble del capital político (adeptos) de los que en su momento tuvo Francisco Javier Ramírez Acuña, Emilio González Márquez, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz y el propio Enrique Alfaro Ramírez, para catapultarse desde la alcaldía de Guadalajara a la gubernatura del Estado.

Lo que ocurre ahora es que todo dependerá de la determinación que tome en su momento el Partido Movimiento Ciudadano, que podría postularlo o no como su candidato en la elección del 2024. Podría pensarse que el mismo Pablo Lemus tiene en este momento las mejores condiciones para llegar a la gubernatura, con o sin el aval de Movimiento Ciudadano, ya que el alcalde tapatío ha repetido hasta el cansancio que él no es militante de MC y que lo que ha ocurrido es que MC le ha pedido que sea su candidato en el 2015 y en el 2018 para Zapopan y en el 2021 para Guadalajara.

Seguramente el que Pablo Lemus sea o no el candidato de MC para el 2024, dependerá en gran medida de la relación que mantenga con el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, quien sigue siendo el líder moral de ese partido y quien en los siguientes tres años se convertirá en el factor de contrapeso y de equilibrio del afán de poder y de dominio con el que llega ex presidente de Coparmex.

Habrá que recordar que Alfaro Ramírez es el que trae el control del partido, de los gobiernos municipales, de la que seguirá siendo la fracción mayoritaria en el Congreso del Estado y del grupo parlamentario naranja en la Cámara de Diputados Federal, lo mismo que entre los senadores. Si bien es cierto que Lemus Navarro pidió colocar en algunas posiciones de cargos de representación popular a gente de su entera confianza, está lejos de que sea él quien imponga sus criterios como seguramente ocurrirá en Guadalajara y Zapopan.

La clave podría estar en el respeto y en los acuerdos, pero los últimos años ha quedado en evidencia que en la medida que Pablo Lemus se siente más aceptado por la ciudadanía, en esa exacta dimensión se ha alejado de la disciplina que le debe a Enrique Alfaro. Antes bien, se ha opuesto tajantemente a algunas determinaciones al extremo de llegar a la confrontación, como fue el caso de las Villas Panamericanas que siguen si habitarse, por voluntad expresa de Pablo Lemus.

De ahí que no sería nada extraño que en el 2024 Movimiento Ciudadano pudiera echar mano de otro candidato al Gobierno del Estado, diferente a Pablo Lemus, quien seguramente pudiera tomar la determinación de aparecer en la boleta por cualquier otro organismo político que lo quisiera abanderar.

Y el otro factor al que Lemus Navarro se habrá de enfrentar seguramente en el 2024, será el crecimiento de Morena en Jalisco, una vez que se ha reafirmado como la segunda fuerza política en la entidad, mejoró sus condiciones en el Congreso del Estado y ni qué decir en los gobiernos municipales en donde incidirá en el interior como Puerto Vallarta y Zapotlán el Grande (PT), pero también lo hará de manera determinante desde los gobiernos municipales de Tonalá, Zapotlanejo y en caso de que ganen la elección que se repetirá en el municipio de Tlaquepaque.

GUADALAJARA LO HABRÁ DE CATAPULTAR O SEPULTAR

Pablo Lemus seguramente sabe que Guadalajara será solo el escaparate para promocionarse en el contexto estatal y nacional, pero finalmente serán sus acciones las que lo catapulten a la candidatura a gobernador en el 2024 o las que sepulten sus aspiraciones.

En el acto de toma de posesión dio algunas muestras de que estará atento en todo. Por lo pronto sin ser militante de MC y haber presumido en varias ocasiones su condición de candidato ciudadano, tuvo un trato afable con el dueño de la franquicia naranja. “Gracias Dante Delgado, no solo por estar aquí, sino por la oportunidad y la confianza”, dijo públicamente.

Reconoció también el trabajo realizado por Enrique Alfaro Ramírez, desde hace seis años para iniciar lo que ellos llaman la transformación de la ciudad y el inicio de una nueva etapa en la historia de Guadalajara y le dijo: “Tu iniciaste la reconstrucción de Guadalajara y desde aquí pusiste los cimientos de un cambio para el estado”.

Pero también tuvo palabras de aprecio para Ismael del Toro, el personaje para quien originalmente estaba destinado el proyecto político de alcalde-gobernador, del que ahora es propietario Pablo Lemus. Para el “Pope” tuvo este mensaje: “Mi reconocimiento, mi amistad y mi respeto para Ismael del Toro, mi cariño y mi solidaridad, siempre contarás con un amigo, un aliado y pronto te esperamos acá, querido Pope”.

Pero además de los mensajes de cortesía política, en su primer discurso como Presidente Municipal de Guadalajara, Palo Lemus habló del que ha sido durante décadas el problema número uno de la ciudad, el estado y el país, la inseguridad.

Expuso que habrá de adquirir equipamiento y tecnología más avanzada, con la intención de unir los C-5 para que al menos en Zapopan y en Guadalajara tengan la misma tecnología. Y de inmediato seguramente a todos los que lo escucharon (incluyendo a los propios regidores de MC) se les vino a la mente el suceso del lunes 8 de febrero en el restaurante Los Otates, en la Zona de Andares, donde después de una balacera y el secuestro de un individuo, sujetos armados trepan a la caja de una camioneta a un herido, circulan por las principales y más transitadas avenidas de Zapopan, durante más de media hora y las cámaras del C-5 demostraron que sí son importantes, pero sin la voluntad de los operadores y técnicos no sirven absolutamente de nada.

Ofreció crear un escuadrón de drones; comprar de inmediato 400 nuevas patrullas; contratar mil 300 policías más durante la administración y homologar el sueldo de los policías de Guadalajara, con los de Zapopan, considerados los policías mejor pagados del país.

Con ello, anticipó que habrá entre Zapopan y Guadalajara más de 2 mil vehículos de seguridad a disposición de la ciudadanía, patrullarán 8 mil elementos en ambos municipios porque no habrá fronteras y se contará en ambas demarcaciones con un total de 4 mil cámaras de videovigilancia.

En síntesis, el derrotero político para Guadalajara y para Jalisco en los próximos años, ya está trazado. Solo depende en gran medida del mismo Pablo Lemus que se haga realidad, pero no se debe descartar las determinaciones que en su momento tome también, quien pese al crecimiento del liderazgo de Pablo Lemus, sigue siendo el líder político de Jalisco, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, quien podría tener la última palabra, para decidir, como él mismo lo dijo en el 2015, si vienen a cambiar la historia, o a repetirla.

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