JALISCO
La segunda ola naranja

Mujeres y Hombres del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Qué pasó en Jalisco en las elecciones del pasado domingo 6 de junio? ¿Cómo se dio la segunda ola naranja que permite romper el maleficio para los gobiernos estatales que pierden la elección intermedia, como le pasó a Alberto Cárdenas, Emilio González Márquez y Aristóteles Sandoval?
¿El triunfo de los candidatos postulados por Movimiento Ciudadano cómo interpretarlo? ¿Es un espaldarazo al gobernador Enrique Alfaro o más bien es el voto de rechazo al gobierno de izquierda de la 4T que encabeza López Obrador?
El resultado que favorece a Movimiento Ciudadano, en particular en Guadalajara y Zapopan, así como el triunfo en 16 distritos electorales locales, es una suma de aciertos de unos y errores de otros.
Por un lado, Movimiento Ciudadano tuvo un líder que jaló el voto ciudadano, como es Pablo Lemus y que se unió para hacer campaña con Juan José Frangie. Con el liderazgo y carisma de Lemus lograron articular al partido naranja que se convirtió en una máquina electoral y al mismo tiempo instrumentaron una campaña de ataque hacia los morenos muy efectiva, particularmente a través de redes donde lograron convertir a la clase media en su gran aliado.
A su vez los del Movimiento de Regeneración Nacional se vieron lentos de reflejos a la hora de responder a la ofensiva naranja, especialmente en los días de veda en la que inundaron las redes sociales con ataques y descalificaciones contra el doctor Carlos Lomelí.
Fue Zapopan la punta de lanza de esa estrategia mediática de redes sociales desde una clase media muy sólida que se unió a brazo partido contra los morenos que se vieron desarticulados, con un partido completamente dividido, deshilvanado y cuyos liderazgos se dedicaron a obstaculizarse entre ellos mismos.
La clase media se convirtió en la gran plataforma de propaganda a favor de MC.
EL TRIUNFO DE ALFARO
Sin estar en la boleta, Enrique Alfaro ganó la elección, lo cual le da un gran respiro para la segunda mitad de su sexenio. Entre el gobierno alfarista y el de la 4T los jaliscienses optaron por el primero, habrá que ver la lectura que el propio Alfaro le de a estos resultados y puede ser de dos sopas: una, que le permita realizar un análisis frío para visualizar los ajustes y cambios que debe hacer a su gobierno, revisando aquello que no le ha funcionado y que le ha hecho crisis, como es el tema de seguridad, la crisis del agua, el desastre de las políticas en materia de medio ambiente.
Dos que le gane el ego y esto se convierta en un elemento para sentir que su gobierno va por el camino correcto, como lo ha expresado cuando sale a defender sus programas y estrategias para ofrecer seguridad, minimizando los miles de desaparecidos, las decenas de tumbas clandestinas y cientos de cadáveres allí localizados, así como los asesinatos de un ex gobernador y del empresario inmobiliario más importante del país, sin que se haya castigado a sus autores materiales e intelectuales.
Debe revisar también a su equipo de gobierno y ese esquema de coordinaciones que se ha visto inoperantes y el mejor ejemplo es la Coordinación de Seguridad, cuyo titular se dedica a redactar comunicados para defender las políticas en la materia con cifras amañadas, ignorando la realidad.
LA ESTRELLA EN EL FIRMAMENTO
A la presidencia municipal de Guadalajara llega Pablo Lemus, quien mucho tiene que ver en el triunfo de Movimiento Ciudadano al convertirse en el dínamo para generar la segunda ola naranja que permitió romper el maleficio que había atacado a los gobiernos a la mitad del camino en las elecciones intermedias. Lemus jaló el voto en Guadalajara e hizo una excelente mancuerna en Zapopan con Juan José Frangie, quien llega a la presidencia municipal con todo el bagaje que le da la experiencia de cerca de 6 años de estar al frente del Gabinete Municipal. Tiene todo Juan José para hacer un buen gobierno.
La luz de Pablo Lemus domina a Movimiento Ciudadano por representar no sólo el presente exitoso, sino un futuro mejor, le da certidumbre a quienes han formado parte del proyecto naranja, pues después de esta aplastante victoria que han logrado en Guadalajara y Zapopan, el camino se le despeja para el 2024 que es el Gobierno de Jalisco.
Me gustó la entereza y la honestidad con la que encaró Alberto Uribe el resultado adverso de la elección del pasado domingo para la Presidencia Municipal de Zapopan. Es un ejemplo de honestidad y ojalá sirva de ejemplo para otros que se obsesionan con el poder y buscan justificarse, echándole la culpa al contrario de los desaciertos o de los malos resultados que se tienen en la vida.
“Lo primero que hay que decir es: 1. La elección no la ganamos nosotros, la elección la ganó Juan José Frangie. 2. No vamos a interponer ningún recurso como la están planteando los jurídicos. Cuando en la vida, en la democracia, uno juega, uno sabe que alguien gana y alguien pierde. No voy a ganar en los tribunales, lo que no gané en las urnas, así de sencillo”, dijo Uribe Camacho.
JALISCO
¿Ahogará el SIAPA a MC en Guadalajara?

De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //
La regidora morenista del Ayuntamiento de Guadalajara, Mariana Fernández, agitó las aguas la semana pasada. Lo hizo al insistir que Bernardo Fernández, jefe de gabinete del gobierno municipal, y representante del mismo ante el SIAPA, comparezca en la Comisión de Servicios Municipales con el objetivo de exponer la crisis del agua en la ciudad.
Dijo textual: “Hay cientos de colonias que están recibiendo mala calidad del agua, deficiencias en el servicio, y eso sí la reciben, porque muchas ni siquiera desde hace meses están recibiendo el agua.
“¿Qué nos interesa en esta reunión trabajo con el jefe de gabinete?
La programación de los tandeos, en qué se va a invertir en la nueva infraestructura de redes hidráulicas en el municipio y sobre todo, que la silla que representa al municipio defienda a las y los tapatíos. Espero que por su conducto (Verónica Delgadillo), sí podamos tener esta reunión de trabajo para saber qué está sucediendo en el SIAPA”.
Hace algunas semanas abordé el tema en este espacio en una colaboración que titulé “Pablo, ¡aguas con el agua!”, cuyo alcance, me aseguraron, fue de más de dos mil lectores.
Al margen de ello, lo verdaderamente importante es colocar en la agenda un dato revelador: fuentes (valga la expresión) que conocen de la gravedad del asunto, me confían que en el organismo calculan que la afectación alcanza a más de 100 mil hogares tapatíos.
Si esto es verdad, y hacemos un cálculo conservador basado en dicha cifra, entonces hablamos de más de 400 mil personas que, al abrir la llave, reciben el llamado líquido vital hecho una porquería.
Es de tal magnitud la inconformidad colectiva, que en encuestas que están en poder de la autoridad, el agua se ha convertido en una molestia mayor para la población, colocando a este servicio como uno de los cuatro peores evaluados de la presente administración.
Cómo estará la cosa, que compite –para mal- con la inseguridad, la movilidad y la carestía en la renta y compra de vivienda.
Y es que el enojo crece a diario entre los tapatíos.
Así, el agua se ha convertido no solo en un auténtico problema social, sino en un arma política para la oposición.
¿Ahogará el SIAPA a Movimiento Ciudadano en Guadalajara?
Pronto lo sabremos.
En X: @DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, activista, escritor y analista político.
JALISCO
Los dos Pablo Lemus

Opinión, por Fernando Plascencia //
Pablo Lemus será recordado por ser el empresario que llegó a ser gobernador de Jalisco. Carismático para algunos, buenondés para otros o con exceso de romantizar el trabajo político. No sabemos si se cumple la vieja teoría platónica que sostiene que, si los mejores no gobiernan, estamos destinados a que lo hagan los peores.
Lo que sí muestra – como una forma central de su estilo – es el diálogo con las partes y esto es una continuidad de sus anteriores aventuras municipales, porque ya sabíamos que en sus redes sociales encontraríamos autoelogios.
Su empresariado se ha visto disminuido con su labor política, ello se debe a que poco sabemos de sus negocios. Empresario desde joven, heredó una tienda de instrumentos musicales por parte de su familia; su padre nunca estuvo cerca de la política, pero eso le permitió sentarse en mesas con otros empresarios y, por qué no, con políticos. Se le vio con una labor de presidir a los patrones, que si bien o mal, logró romper con ese esquema y colarse en la clase, que no se siente muy de ella, pero que le rodea.
En la esfera de la política, a decir verdad, Lemus no es el tipo de actor que requiere de un rival. Alfaro lo requería para su supervivencia política y mediática; el propio Andrés Manuel, lo llevó al extremo y logró polarizar al país entre un bando y otro. Por ahora, se dice que es lo que necesita Claudia y que su rival debe estar en su propio partido. Como quiera que sea, Lemus no ha pretendido eso, sino montar una estrategia de cercanía con quien pueda o no pueda favorecerle.
Por otro lado, se le avista un pensamiento socialdemócrata, pero con ligero desprecio hacia las personas que piden desde la pobreza una mejor posición social. Quizás es heredero de una tradición de occidente, de permanecer con el estatus, pero sí dar dádivas a la gente que lo necesita; así se piensa de este lado. Es curioso que Lemus entienda el problema de la desigualdad como el nulo acceso a servicios, pero no como una mejor repartición de la riqueza individual.
Se sabe poco de por qué Lemus incursionó en la política, y no me refiero a la invitación que le hizo Alfaro en 2015, como tantas veces lo ha expresado, sino a sus verdaderos motivos. Un empresario exitoso difícilmente vendría a mejorar el mundo, un mundo que no es de él y en el que no ha tenido dificultades.
Existen historias al revés de dejar lo público para irse al empresariado, porque aunque Lemus no pertenezca a la clase política de cepa, ha convivido una década y ha sobrevivido a embates, a descortesías y más importante, a enfrentamientos directos con Alfaro, capitán de su partido. Sin embargo, con los suyos de Zapopan mantiene una relación fresca; ¿será que la distancia une más?
Existen dos Lemus. Uno que tiene amigos y aliados por todo Jalisco y otro que no conocemos, porque no entendemos cómo es su empresariado. Él ha sido el primero en separarlos, en no mezclar sus negocios en sus declaraciones, aun cuando no niega su origen, COPARMEX.
Pero el que sí conocemos, se dice que recibió en su gobierno a traidores, viejos enemigos del alfarismo – Esquer es uno – y que mantiene una relación de poder con este y otros más. No ha sido el único, Alfaro lo hizo, Aristóteles también con gabinetes amplios y variados, que a la larga rompieron con el anterior dueño y se transformaron en secuaces; no había de otra.
Lemus es apasionado por tomar el control de las situaciones y que extrañamente está mezclada con su característica central de no rivalidad y tejer puentes. Toma primero la palabra, la usa, la rebota y luego permite que los demás sumen. Por supuesto, que en estos tiempos es difícil de entender, porque la confrontación y la oposición están de moda. Pero ¿qué te parece si usamos la oposición como palanca? Debí haber escuchado a uno de sus asesores.
Pablo Lemus quizás rompe con el patrón de político por sí mismo, el que vino de una tradición familiar, y lo hace con mecanismos aparentemente antisistémicos que, con palabra dulce, mejor explicación de los hechos y cercanía ciudadana, se mantiene como un gobernador prometedor. Siguen siendo meses apabullantes, sacando agenda propia, pero también con agendas nacionales que le exigen hígado. Ojalá pudiera concluir que a los dos Lemus los une el pragmatismo, porque lo que verdaderamente importa es que el Lemus visible aplique racionalidad y determinación para resolver problemas públicos, que más que nunca lo requiere, porque los conocemos, los vivimos y padecemos.
JALISCO
El madruguete del Infonavit: ¿Premiar la ilegalidad en Jalisco?

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
Increíble, pero cierto: el delito de despojo ahora podría recompensarse con escrituras a precio de ganga. Así lo anunció Octavio Romero Oropeza, director del Infonavit, en la mañanera del 16 de junio, con la presidenta Claudia Sheinbaum como testigo.
Su iniciativa busca regularizar 145,000 viviendas ocupadas irregularmente, ofreciendo a los invasores un arrendamiento con opción a compra en 4 a 5 años. ¿El mensaje? Invade una casa, espera un poco, y el Infonavit te la venderá en abonos. ¿Qué sigue, escrituras gratis para asaltantes?
Este “madruguete” huele a la clásica opacidad de la 4T. Sin consultar a gobiernos estatales ni a la sociedad civil, Romero pretende resolver las 843,000 viviendas “emproblemadas” del Infonavit con una medida que incentiva la ilegalidad.
¿Es esta la solución, o un anzuelo para más invasiones?
El gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, no tardó en responder: “No vamos a permitir invasiones irregulares, eso es contribuir a la ilegalidad en el país.” Y tiene razón. La iniciativa ignora un principio básico: “Todo tiene un dueño, todas las viviendas por abandonadas que estén tienen un dueño,” como señaló Lemus. Ya sea un particular que dejó de pagar su crédito o el propio Infonavit, los derechos de los propietarios originales son pisoteados.
El Infonavit, un organismo tripartita de trabajadores, patrones y gobierno, no puede actuar como si fuera propiedad de la 4T. La propuesta de Romero, además de torpe, es ilegal: debe pasar por la Asamblea General, donde obreros y empresarios ya la rechazaron en la Comisión de Vigilancia. La ignorancia del director es alarmante.
En Jalisco, la certeza jurídica es clave para atraer inversión extranjera, especialmente con el Mundial 2026 en puerta. Medidas como esta ahuyentan a empresarios y erosionan la confianza ciudadana.
Lemus elogió el plan de Tlajomulco, donde el alcalde Gerardo Quirino recuperó viviendas abandonadas en “Chernóvila” con inversión privada, mostrando que la legalidad sí funciona. Mientras, el Infonavit va en sentido contrario.
Romero promete “reprogramar créditos” o “reponer viviendas” a los dueños originales, pero ¿cómo? En un país donde la burocracia sepulta derechos, suena a promesas vacías. Si el gobierno premia la ilegalidad, ¿qué mensaje envía a los jaliscienses que pagan sus créditos puntualmente?
Este albazo no solo amenaza la certeza jurídica, sino la credibilidad del Infonavit. En lugar de regularizar invasiones, deberíamos fortalecer la ley y proteger a los verdaderos dueños. La pregunta es clara: ¿Queremos un México donde la ilegalidad se premia, o uno donde la justicia prevalece?
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