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Cambios radicales que vienen: Economía digital, profesionales del metaverso con alta demanda

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Economía Global, por Alberto Gómez-R. //

La carrera por el Metaverso comenzó y las más grandes empresas de tecnología del mundo van en pos de su conquista, ya que promete convertirse en el entorno cotidiano para el trabajo, educación, encuentros sociales y de entretenimiento en el mediano plazo.

Asimismo, en esta la Era Digital o de la Economía Digital, las Finanzas Descentralizadas (DeFi) y la Tecnología Financiera (FinTech) avanzan cada vez con mayor celeridad y firmeza en el espacio no sólo de las inversiones especulativas, sino en la creación de todo el ecosistema y entorno en el que el dinero se moverá en un futuro próximo.

El desarrollo del Metaverso –un tema que se abordará continuamente en este espacio- en conjunto con la era del dinero digital y todo lo que de ello se desprende, traerá no sólo radicales cambios en la economía y finanzas, sino en los ámbitos político, social, cultural, y el educativo.

Algunas carreras y especialidades universitarias que hoy en día tienen aún mucha demanda, antes del 2030 habrán desaparecido, serán anacrónicas y fuera del contexto en el que la humanidad se encuentre.

Tan solo en el ambiente del metaverso, algunas de las futuras carreras serán, por ejemplo:

1. Científico Investigador del Metaverso. Los científicos investigadores de AR y VR ya son un elemento básico de las mejores universidades y las principales empresas tecnológicas. Pero a medida que el metaverso se convierte lentamente en una idea ampliamente aceptada, se necesitará mucha más capacidad intelectual. Los científicos investigadores del metaverso tendrán que construir algo similar a la teoría del todo, en la que el mundo entero es visible y procesable digitalmente (piense en Ready Player One sin la diversión). Esta arquitectura será la base sobre la cual se construirán todos los demás casos de uso; juegos, anuncios, control de calidad en fábricas, salud conectada, DeFi…

2. Planificador de Metaverso. Una vez que se tenga un Metaverso en funcionamiento, la capacidad de planificar e implementar todos los asuntos de funcionalidades en un mundo completamente virtual será absolutamente clave para la mayoría de las empresas. Aquí es donde entra en juego Metaverse Planner. A medida que los directores ejecutivos establecen una visión y una estrategia para la creación y el crecimiento de los ingresos del Metaverso de su negocio, el Planner deberá impulsar una cartera estratégica de oportunidades desde la prueba de concepto hasta el piloto y la implementación. Eso significa identificar oportunidades de mercado, construir casos de negocios, influir en las hojas de ruta de ingeniería, desarrollar métricas clave…

3. Desarrollador de Ecosistemas. Será necesario construir todo un ecosistema alrededor del Metaverso. Sensores, CPU, GPU, procesos KYC, lagos de datos, producción de electricidad verde, computación de punta, leyes, regulaciones… el mundo es complejo y digitalizarlo aún más (más de lo que ya es) no será tarea fácil. Se puede comparar esa dificultad con la que enfrenta actualmente la industria automotriz en la transición a vehículos eléctricos. Los productos están ahí, pero el mayor obstáculo para su adopción es la falta de estaciones de carga generalizadas a lo largo de las calles y carreteras y la constante evolución de las capacidades de la batería.

De igual manera, se podría tener el software y el hardware para tener un Metaverso, y aún faltaría todo lo demás. El Ecosystem Developer estaría a cargo de coordinar socios y gobiernos para garantizar que las diversas funcionalidades creadas sean posibles a gran escala. Impulsarán las inversiones gubernamentales en infraestructura y animarán a grandes comunidades de actores. Una cosa clave en la que deberán concentrarse es en la interoperabilidad, para garantizar que un cliente de Metaverso pueda usar sus elementos virtuales en diferentes experiencias. Otros esfuerzos de cabildeo se orientarán hacia las instituciones financieras, que deberán respaldar las tecnologías de registros distribuidos y los contratos inteligentes para el intercambio de bienes y servicios en la plataforma.

4. Administrador de Seguridad del Metaverso. Intimidad. Verificación de identidad en el mundo. Casco seguro. Sensores adecuados… Se necesitarán personas que puedan brindar orientación y supervisión para todo esto durante las etapas de diseño, validación y producción en masa, para asegurarse de que el mundo digital sea seguro y cumpla o supere los requisitos de seguridad reglamentarios aplicables. Todo sin sacrificar la funcionalidad o el diseño de vanguardia — o reducir los ingresos — obviamente. Esa persona será el Administrador de Seguridad del Metaverso.

5. Generador de Hardware de Metaverso / Product Manager. El metaverso no sólo se construirá sobre códigos. Se basará también en sensores, cámaras y auriculares. Sensores que harán sentir el toque en la piel; cámaras que detecten si la persona está de mal humor para que la IA no la moleste demasiado. Auriculares que sienten el sol alrededor de los metanautas y proyectar un día de verano en el mundo digital para mayor realismo; y todo esto además de unidades de medida inercial, cámaras de luz visual, cámaras de profundidad para ayudar con el seguimiento, el mapeo y la localización… Todo este hardware, necesario para crear un mundo completamente digital que se entrelaza con el mundo físico, es costoso, y complejo. Un Metaverse Hardware Builder deberá ensamblarlo y adaptarlo a medida que el Metaverso se vuelva más complejo.

Actualmente, los mejores sensores se crean para operaciones industriales y la industria automotriz. Estas son industrias con grandes cantidades de capital. Entonces, como un desafío adicional, quien construya el hardware del metaverso deberá asegurarse de que se pueda construir de manera económica y segura para que el metaverso no se convierta en el único juguete de los ricos.

6. Narrador del Metaverso. A medida que la economía de la experiencia y el concepto de gamificación continúan ganando fuerza, resulta lógico que la realidad extendida enriquezca las experiencias a través de historias de las que uno pueda aprender grandes lecciones.

Esta persona estará a cargo de diseñar misiones inmersivas para que los usuarios exploren el Metaverso, escenarios de entrenamiento para militares, oportunidades de marketing difíciles de detectar en forma de narraciones para corporaciones, sesiones de psicología (¿por qué matar demonios internos cuando puedes fingir matarlos en el mundo digital?)… y la lista continúa.

7. Constructor de Mundos. Una vez que se ha construido la arquitectura, hardware e historias, aún se necesitará crear mundos completos, imaginándolos.

Este rol requerirá muchas de las mismas habilidades que se les pide a los diseñadores de videojuegos, aunque con un conjunto de reglas potencialmente completamente diferente. Los World Builders deberán tener visión de futuro y mirar hacia el futuro, ya que gran parte de lo que soñarán aún no existirá en forma de tecnología o solución de producto.

También deberán considerar las reglas y la ética. Cuando el mundo digital parece real, ¿está bien matar a alguien en él? ¿Cometer crímenes de guerra? Ya comienzan a plantearse estas preguntas, pero aún se está lejos del final de la discusión.

8. Experto en Bloqueo de Anuncios. Empresas como Facebook que gana cientos de millones de dólares lo hace mediante la venta de publicidad, entre otras cosas. Sin embargo, son cada vez más los usuarios de redes sociales digitales y cibernautas que recurren a bloqueadores de anuncios por lo molesto que es visualizarlos a todo momento y sin su consentimiento.

La aparición de anuncios será lo cotidiano; recorriendo las calles, de cada comercio, restaurante o negocio, aparecerá su publicidad en tu visor, en tu entorno personal. Al principio puede ser divertido, pero intrusivo a largo plazo. Los metanautas solicitarán los servicios de bloqueadores de anuncios que deberán ser lo suficientemente avanzados para detectar anuncios incrustados en la realidad misma. Aquí es donde entran los expertos en bloqueo de anuncios.

9. Seguridad Cibernética del Metaverso. El Metaverso es el objetivo perfecto para los ataques cibernéticos y el fraude: avatares pirateados, robo de NFT, fugas de datos biométricos/fisiológicos (patrones de ondas cerebrales), auriculares pirateados… las posibilidades de que las cosas salgan mal son casi innumerables. Es por eso que se necesitará de expertos en seguridad cibernética del Metaverso. Personas que bloquearán los ataques en tiempo real y se asegurarán de que las leyes y los protocolos se reconsideren y modifiquen, y tal vez incluso se inventen, para incluir todos los riesgos del Metaverso.

Sólo será cuestión de tiempo antes de que las infracciones virtuales se conviertan en casos judiciales en el mundo real.

10. Especialista en Mercadotecnia. Dado que se espera que el mercado del Metaverso alcance los 814.200 millones de dólares para 2028, las empresas ya están ávidas para contratar al que se está convirtiendo en una de las profesiones más solicitadas : los expertos en marketing de Metaverso. Estos perfiles deben ser capaces de concebir, crear y ejecutar una campaña o experiencia publicitaria interactiva e inmersiva que difumine las líneas entre lo físico y lo digital y atraiga a las nuevas generaciones de consumidores.

La nueva economía en el Metaverso, traerá consigo cambios radicales en la manera de concebir el mundo y los negocios, y con ello la transformación de la vida profesional y social de las próximas generaciones, por lo cual habrá que prepararse desde ahora y estar en sintonía para ser parte de ese salto cuántico a la era virtual.

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El Capitán América y la batalla ideológica

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Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //

El cómic del Capitán América nació con un objetivo claro y acorde a un momento histórico muy concreto. El Nº1 de la serie apareció en los puestos de revistas estadounidenses en marzo de 1941, en su portada mostraba a un musculoso hombre enmascarado que portaba un traje lleno de barras y estrellas, mismo que propinaba un golpe en la mandíbula a Adolf Hitler. Este primer número vendió más de un millón de ejemplares.

Cuando se publicó el cómic, Estados Unidos aún no había entrado en la Segunda Guerra Mundial pero la situación era cada vez más tensa con las fuerzas del Eje y el gobierno ya estaba preparado para lo que podía suceder.

En diciembre de ese año, Pearl Harbor fue bombardeado por aviones japoneses y entonces EEUU se unió a los aliados. El Capitán América, que había conquistado el corazón de los jóvenes lectores, se sumó a la lucha difundiendo mensajes patrióticos o apareciendo en campañas propagandísticas.

El origen del Capitán América decía bastante de él: Steve Rogers era un joven que intentó alistarse en el ejército llevado por el compromiso que sentía hacia su país, pero que fue rechazado debido a su mala condición física. Sin embargo, su valentía y valores llamaron la atención de un grupo de científicos que lo eligieron para ser el primer “supersoldado” de la historia inyectándole un suero especial.

Si bien es cierto que lo que hace a Steve un héroe es el resultado de la inyección del suero (fuerza sobrehumana, súper reflejos, etc.), sus habilidades son una consecuencia de los valores que ya tenía. Es decir, que Steve era tan importante cómo el capitán. Los propagandistas gringos tenían claro lo que querían comunicar: cualquier estadounidense puede ser un héroe para su nación.

El panorama que enfrenta Estados Unidos en pleno 2024 es diametralmente distinto al que se tenía previo a la segunda guerra mundial. Los jóvenes ya no creen en lo que hace el gobierno, piensan que la guerra contra el Estado Islámico y Hamás es incorrecta y aquel sentimiento patriótico que llevó a Estados unidos a ser lo que es, se desvanece.

Los jóvenes estadounidenses, empujados por una serie de ideas que ven en redes sociales y por un pensamiento propio que critica a las instituciones, han salido a protestar en sus campus universitarios. Los manifestantes exigen a los centros educativos que rompan vínculos con cualquier proyecto que beneficie al Gobierno israelí o a las empresas que financian el conflicto entre Israel y Palestina.

La primera manifestación se dio en la Universidad de Columbia. Decenas de estudiantes instalaron una zona de tiendas de campaña en el campus y en días pasados, la policía intentó desalojar el campamento, cuando arrestó a más de 100 personas.

El fin de esta historia es de pronóstico reservado, pues parece increíble que hoy los jóvenes salgan a protestar contra un gobierno que de una u otra manera garantiza su expresión y su desarrollo personal para en cambio, defender ideas de aquellos que han buscado destruirlos. Algo de razón tendrán los jóvenes, pero, de seguir adelante con esto, ponen en riesgo a las instituciones que les brindan una serie de privilegios que pocos tienen en el mundo; pareciera que viven el síndrome de Estocolmo.

México, con diferencias de fondo, vive una situación similar. La admiración a la delincuencia organizada y a lo que representa, lleva a los jóvenes aspirar a ser como aquellos que generan inseguridad en el país, a compartir sus ideas, escuchar su música, replicar su vestimenta y a llevar a cabo acciones similares a las de que aquellos que tanto dañan a la sociedad.

Tal vez la guerra ideológica se perdió cuando faltaron líderes positivos a quien admirar, cuando se inició una guerra y el estado se mostró débil, cuando la pobreza y marginación llevaron a los jóvenes a buscar salir de esa situación a cualquier costo o cuando se propuso que a los delincuentes se le debían dar abrazos.

Estados Unidos y México comparten el problema de la falta de credibilidad de sus jóvenes hacia el gobierno. En ambos casos, parece que la batalla ideológica está perdida. ¿Qué hacer para recuperar la admiración y el respeto de los jóvenes por el país que los vio nacer?

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El radicalismo viene de la izquierda

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Opinión, por Fernando Núñez de la Garza Evia //

“La estabilidad lo es todo”, dice un antiguo proverbio chino. Pronto nos daremos cuenta de su sabiduría al quedar atrás la relativa estabilidad vivida en el país y el mundo durante los últimos treinta años. Además del regreso de las rivalidades geopolíticas, del desafío del calentamiento global y los riesgos de las nuevas tecnologías, tendremos que añadir el regreso del radicalismo político. En ciertos países proviniendo de la derecha, mientras que en otros de la izquierda.

Ha habido un debilitamiento de la democracia ante una creciente radicalización política. En Estados Unidos, una parte de la izquierda se ha vuelto más fundamentalista con la cultura del woke, aunque se ha mantenido en los márgenes partidistas. En la derecha, sin embargo, la radicalización se ha normalizado al llevar al extremo los principios del libre mercado, la negación del calentamiento global y la militarización de la política exterior.

Asimismo, en Europa ha sido la derecha política la que se ha tornado más extremista, llegando inclusive al poder en países tan relevantes como Italia. Pero, ¿por qué es la derecha la que ha llevado la delantera radical? Fundamentalmente, por la migración masiva y sus crecientes problemas culturales. Y un problema mayúsculo es que ese extremismo no solo es a nivel de las élites, sino también de las poblaciones.

La derecha en México no se ha radicalizado, al menos no aún. Porque no ha hecho suyas las políticas de mano dura contra la inseguridad, como la derecha salvadoreña. Porque no tiene una dura retórica anti-migrante, como la derecha europea. Y porque no niega el calentamiento global ni ha hecho suyo el dogma del libre mercado, como la derecha estadounidense. Además, la derecha mexicana es democrática, porque cree en los canales institucionales, la negociación partidista y las elecciones populares como mecanismos fundamentales para resolver los problemas políticos nacionales.

Sin embargo, su problema fundamental estriba en su falta de cuadros políticos, tanto así, que una persona sin militancia partidista será su candidata a la presidencia de la República, y lanzaron a una ex-Miss Universo para tratar de recuperar su otrora joya de la corona en el norte del país: Lupita Jones en Baja California.

La izquierda en México es la que se ha radicalizado. Tiene sentido: si en Occidente la derecha lo ha hecho a raíz de la migración masiva y sus choques culturales, en México ha sido la izquierda derivada de un contexto de pobreza y desigualdad, y de la desconfianza social que inevitablemente generan.

Las políticas del populismo de izquierda están ahí: militarización de la vida pública, exclusión del calentamiento global y los temas medioambientales, una profunda aversión a la ciencia y la tecnología, reparto de dinero sin condicionantes de por medio, adelgazamiento continuo de las capacidades del Estado, y un largo etcétera. Ni hablar de su manifiesto autoritarismo y sus políticas que podrían llevar al fin de la democracia-liberal en el país.

La izquierda y la derecha son dos lados de la misma moneda ideológica. Sin embargo, ha sido la izquierda política la que se ha radicalizado en México, tomada por el populismo lopezobradorista. La buena noticia es que la radicalización ha ocurrido más a nivel de las élites, sin haber permeado del todo entre la población. Por ahora.

  • Fernando Nuñez es analista político con estudios en derecho, administración pública y política pública, y ciencia política por la Universidad de Columbia en Nueva York

E-mail: fnge1@hotmail.com

En X: @FernandoNGE

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Abordando la desigualdad económica: El papel esencial del gobierno en las políticas de redistribución

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A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

En la actualidad, la desigualdad económica es un tema candente que suscita debates y preocupaciones en todo el mundo. Esta disparidad en la distribución de la riqueza y los recursos económicos no solo es un fenómeno presente en economías en desarrollo, sino que también afecta a las naciones más industrializadas.

Mientras algunos defienden el valor de la meritocracia y la libre empresa, argumentando que el éxito económico debería ser el resultado del esfuerzo y el talento individual, otros señalan la creciente brecha entre ricos y pobres como una injusticia fundamental que requiere atención urgente.

La idea de que cada individuo debe tener la oportunidad de prosperar según su mérito es una piedra angular de muchas sociedades modernas, pero en la práctica, esta promesa de igualdad de oportunidades puede ser inalcanzable para muchos debido a barreras estructurales y desigualdades sistémicas.

En este contexto, surge una pregunta crucial: ¿Cuál es el papel del gobierno en la reducción de la desigualdad económica? Si bien algunos abogan por una intervención mínima del Estado en los asuntos económicos, argumentando que el mercado libre eventualmente corregirá cualquier desequilibrio, la realidad es que la desigualdad económica persiste y se profundiza en muchas sociedades.

Esto plantea la necesidad de una evaluación cuidadosa del papel que el gobierno puede y debe desempeñar en la promoción de la equidad económica y la justicia social. La cuestión no es solo una de moralidad, sino también de estabilidad social y cohesión comunitaria. Una sociedad profundamente dividida por la desigualdad económica corre el riesgo de enfrentar tensiones sociales y políticas que pueden socavar la estabilidad y el progreso a largo plazo

En este contexto, el papel del gobierno en la reducción de la desigualdad económica es crucial, ya que a través de ella, y con debida perspectiva social, se pueden implementar políticas de redistribución que promuevan una distribución más equitativa contribuyendo así a una sociedad más justa y próspera.

Lo anterior cobra relevancia ya que en un sistema económico basado en la libre empresa, a menudo se promueve la idea de que el gobierno debe tener una mínima intervención en la economía, dejando que el mercado se autorregule.

Sin embargo, esta perspectiva puede pasar por alto el importante papel que el gobierno puede desempeñar en la reducción de la desigualdad económica a través de políticas de redistribución las cuales no necesariamente implican una intervención directa en la economía, sino más bien un enfoque en la redistribución equitativa de la riqueza y los recursos para garantizar un mayor equilibrio social y económico.

Por otro lado, en esta tesitura, el gobierno puede adoptar medidas para fortalecer la seguridad social, proporcionando una red de seguridad para los ciudadanos más vulnerables lo que puede incluir programas de asistencia social, como seguro de desempleo, subsidios alimentarios y programas de vivienda asequible, que ayudan a proteger a los individuos y familias de caer en la pobreza extrema debido a circunstancias adversas.

Asimismo, es fundamental invertir en infraestructuras sociales, como educación pública de calidad y acceso equitativo a oportunidades de desarrollo profesional. Al proporcionar a todos los ciudadanos las herramientas y habilidades necesarias para tener éxito en la economía moderna, se puede reducir significativamente la desigualdad económica y promover una mayor movilidad social.

No podemos perder de vista que, si bien la libre empresa puede ser un motor importante para el crecimiento económico, el gobierno tiene un papel vital que desempeñar en la reducción de la desigualdad a través de políticas de redistribución equitativa de la riqueza y los recursos. Estas políticas no solo promueven la justicia social, sino que también pueden contribuir a un mayor crecimiento económico y estabilidad social a largo plazo.

A pesar de ello, la realidad es que un enfoque equilibrado es necesario. Mientras que el exceso de intervención del gobierno puede tener efectos negativos en la innovación y la eficiencia económica, la falta de intervención puede exacerbar la desigualdad y crear tensiones sociales insostenibles. Por lo tanto, es importante que el gobierno encuentre el equilibrio adecuado, implementando políticas de redistribución que sean efectivas y eficientes sin socavar el espíritu emprendedor y la vitalidad económica.

Es evidente que la desigualdad económica es un desafío significativo que enfrentan muchas sociedades modernas, tanto que este desafío constantemente nos genera la necesidad de plantear preguntas difíciles, pero cuyas respuestas son necesarias.

Si bien la libre empresa puede ser un motor importante para el crecimiento económico, no puede garantizar por sí sola una distribución justa y equitativa de la riqueza y los recursos. En este sentido, el gobierno puede desempeñar un papel crucial en la reducción de la desigualdad a través de políticas de redistribución que promuevan un mayor equilibrio social y económico.

Al considerar estas políticas de redistribución, es importante tener en algunas de las ideas planteadas por Michael Sandel en su libro «La tiranía del mérito».

Sandel argumenta que la meritocracia, la idea de que el éxito se debe exclusivamente al mérito individual, ha contribuido a la creciente desigualdad económica al glorificar el éxito personal mientras denigra a aquellos que no tienen éxito. Esta narrativa del mérito puede llevar a la creencia de que aquellos que están en la parte inferior de la escala económica merecen su situación, lo que socava la solidaridad social y perpetúa la desigualdad.

Por lo tanto, las políticas de redistribución deben ir más allá de simplemente corregir las desigualdades económicas y también abordar las injusticias subyacentes en el sistema. Esto puede implicar cambiar la forma en que valoramos el éxito y reconocer que el mérito individual no es el único determinante del éxito económico. En su lugar, debemos adoptar un enfoque más colectivista que reconozca la contribución de todos los miembros de la sociedad y garantice que todos tengan acceso a oportunidades y recursos básicos para prosperar.

La lucha contra la desigualdad económica requiere un enfoque integral que combine políticas de redistribución efectivas con un cambio en nuestra concepción del mérito y el éxito. Al hacerlo, podemos trabajar hacia una sociedad más justa y equitativa, donde todos tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial independientemente de su origen socioeconómico.

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