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NACIONALES

Los vacíos de la Ley Federal de Salud: La donación de sangre, ¿un nicho de negocio?

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Bioética, por Omar Becerra Partida //

La donación de sangre es un procedimiento voluntario que puede ayudar a salvar vidas, existen varios tipos de donación de sangre y cada tipo ayuda a satisfacer diferentes necesidades médicas.

La donación de sangre entera es el tipo más común de donación y a través de la misma cada persona voluntaria regala aproximadamente un promedio menor del medio litro de sangre, luego la sangre se separa en sus componentes como lo son glóbulos rojos plasma y a veces plaquetas.

Cada año millones de personas necesitan transfusiones sanguíneas algunas de ellas pueden necesitar sangre durante una cirugía, otras porque padecen alguna enfermedad determinada.

La donación de sangre es segura y se utilizan equipos nuevos estériles y desechables, pero para ser donador se tiene que cubrir varios requisitos.

Como sabemos la donación de sangre en México es un acto altruista, pero desprotegido a nivel legal en nuestro país. Como lo hemos mencionado antes, la Ley General de Salud a nivel nacional presenta vacíos legales, uno de ellos es la falta de protección al patrimonio genético.

Por ejemplo en el caso de España el banco nacional de ADN, que es una entidad sin ánimo de lucro y cuyo fin es crear una colección de muestras de ADN representativas de la población residente en ese país, tiene como objetivo ponerlas a disposición de los investigadores para facilitar, promover y desarrollar estudios acerca de la evolución humana y la diversidad genética en la relación con la salud, el desarrollo de las enfermedades y el tratamiento para ellos, centros de colaboración regionales de transfusión y bancos de sangre recogen estas muestras.

Lo interesante de ese país es que se les da a firmar un consentimiento informado en el que se establece a dónde irá destinado su patrimonio genético o su sangre.

En otro país como es el caso de Estados Unidos el suministro de sangre depende casi por completo de donantes voluntarios y de una red de centros de recolección hospitalarios, organizaciones sin fines de lucro como el banco de sangre de los institutos nacionales de salud y el programa de sangre de los servicios armados del departamento de la defensa de Estados Unidos.

Las transfusiones de sangre son uno de los procedimientos más frecuentes realizados en los hospitales de dicho país y ayudan a tratar a los pacientes que sufren lesiones traumáticas y se someten a cirugía o reciben un tratamiento para el cáncer o los trastornos sanguíneos, así como las nuevas madres o bebés prematuros.

Pero en este país cabe la posibilidad de vender su sangre ya que en ella existen patrimonio genético, plasma y en muchos de los casos células madre.

Aquí la pregunta sería ¿usted cobraría por donar su sangre?

La industria millonaria del plasma sanguíneo ha ido en aumento y hay gente en Estados Unidos que dona su plasma hasta 8 veces en un periodo de cuatro semanas, el máximo permitido en Estados Unidos.

Dichas donaciones podría proporcionar 280 USD cada mes, el plasma ese es el líquido amarillento que conforma el 55% del volumen de nuestra sangre cada sesión de donación de plasma dura 1 hora en la que el donante se le extrae la sangre en estado, puro luego el plasma es separado por una máquina ubicada junto a la camilla y finalmente las células de la sangre se vuelven a introducir en el paciente mediante una solución salina.

Esto quiere decir que la venta de sangre, en este caso de plasma ya es un hecho en países de primer mundo.

En el caso de nuestro país la ley de salud sólo contempla la donación de sangre pura y altruista, pero quedan muchas dudas, porque como dice el principio de derecho, lo que no esta en la ley está permitido.

Estados Unidos es el mayor exportador de productos derivados de la sangre y envía mensualmente por un valor de más de 2000 millones de USD de ganancia a distintos países.

El plasma según los investigadores ocupa el puesto número 12 entre las exportaciones más valiosas que hace el Estados Unidos.

En Canadá ya existen compañías o empresas privadas que pagan a las personas por donar su sangre.

En nuestro país, esto es olvidado por los políticos. Pero aquí la pregunta si es ético pagar por sangre. Como sabemos, en la mayoría de los países la donación altruista no es suficiente para satisfacer la creciente necesidad mundial de plasma, sabemos que existen nuevas células artificiales que crean sangre, pero en el caso del plasma es un creciente negocio porque personas con varias enfermedades lo están solicitando, la demanda de plasma está creciendo a medida que más personas en el mundo tienen acceso a la atención médica.

La Unión Europea está evaluando en su legislación actual sobre donación de sangre a la luz de la entrada del mercado de operadores privados en un sector sin fines de lucro.

Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS), quiere avanzar hacia una donación de sangre no remunerada en un 100% en todos los países ya que considera que esto es la base de un suministro de sangre seguro y sostenible, sin embargo, nosotros creemos que pagar por plasma y otros artículos de la sangre es una opción interesante para las personas que pueden llegar a él.

Italia en su caso tiene un punto medio si bien no paga los donantes de sangre les da un día libre pagado para que vayan a donar, esto equivale a 170 USD por el trabajador italiano promedio.

En nuestro país lo que se busca con las campañas de donación de sangre es que sea libre y altruista, pero como hemos mencionado no sabemos realmente hacia dónde va destinada nuestra sangre ya que muchos de los casos no se nos hace firmar un consentimiento informado, ni mucho menos la obligación del banco de sangre de hacia dónde va ir dirigido nuestro patrimonio genético.

Falta mucho por legislar y mucho por estudiar Bioética.

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ENTREVISTAS

Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

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Por Francisco Junco //

“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.

Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.

Un camino desde abajo

Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.

“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.

Retos de una elección sin precedentes

En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.

Dilemas judiciales

Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.

“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.

Una justicia humana y equitativa

Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.

Propuestas claras

¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:

“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.

Deuda histórica con las víctimas

Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.

El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.

En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.

En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.

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CARTÓN POLÍTICO

Herida abierta

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NACIONALES

Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

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Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.

Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.

Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.

Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.

Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.

La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.

El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.

Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.

Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.

Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.

Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.

Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.

Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.

Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.

A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.

 

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