NACIONALES
Un presidente rebasado por la realidad: La reconstrucción de Acapulco costará más de 15 mil millones de dólares

Desde los campos del poder, Benjamín Mora Gómez //
En el pasado, hubo en México, un personaje de la televisión, interpretado por los Polivoces llamado Gordolfo Gelatino, que satirizaba a un hombre muy poco agraciado cuya mamá lo idolatraba. Tenía una canción que decía: “Cuando niño yo tuve una sorpresa al descubrir que en mi todo era belleza, no me resigno a que toda mi hermosura dentro de un tiempo se vaya a la basura…”.
Hoy, en el México del huracán Otis y de la catástrofe en Acapulco, a nuestro presidente le ganó la vanidad y su irrisorio orgullo de saberse muy querido y nos dijo ser el segundo presidente más popular en el mundo, en vez de dolerse por los damnificados, muertos y sus miserias acumuladas en una sola noche. Por ello tenemos a un presidente gelatino.
En menos de un año, el presidente Andrés Manuel López Obrador se irá a su rancho, cuyo nombre nos recuerda un destino peor y aún más merecido que la basura: La Chingada. Claudia Sheinbaum será quien de fe de su derrota y muerte histórica en política. La Sheinbaum ya recibió un primer aviso en el estadio azul en la Ciudad de México -su ciudad- con el abandono de sus huestes.
Cuentan en Sahuayo, Michoacán, la historia de un señor cuya mujer le resultó de cascos ligeros y moral distraída que algún día la echó al carretón de la basura, diciéndole, “la basura a la basura”.
El presidente López Obrador extinguió al Fondo Nacional de Desastres Naturales (FONDEN), hecho y mantenido por años por aquellos gobiernos que a él tanto incomodan; sin embargo, hoy sería el medio del gobierno para brindar ayuda y construir esperanza. La miseria en el alma siempre se manifiesta en el peor de los momentos. Lo malo es que el karma del presidente y los legisladores de Morena y sus aliados lo pagan los miles de guerrerenses hoy dolidos y empobrecidos.
La reconstrucción total de Acapulco y muchos municipios de Guerrero tomará varios lustros y más de 15 mil millones de dólares; miles de acapulqueños jamás reconstruirán sus vidas y patrimonios. El gobierno de López Obrador heredará a su sucesora un boquete presupuestal que le impedirá atender nuevos desastres naturales. ¿Así o más miserable la herencia de un gobierno fallido?
Veo por televisión a decenas de miles de niños, niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres, hombres y ancianos caminando por las calles de Acapulco sin comida, hambrientos, y sin poder hacerse de mendrugo de pan; sin más ropa que la que llevan puesta al haber perdido todo: sin un techo de sus casas para resguardarse, destruidas; sin una cama en dónde descansar su ambular diurno; niños, niñas, adolescentes y jóvenes que se quedaron sin sus escuelas y con su educación interrumpida… con su futuro truncado; sin centros de salud, mujeres embarazadas que no tendrán en dónde traer a sus hijos al mundo… a un mundo destruido hoy; sin fuentes de trabajo para hacerse del dinero para comprarse lo mínimo, y a un presidente, vestido de traje de ciudad para ir a un lugar destruido, entre lodos y escombros. Un presidente que, una vez más, nos demostró que jamás estuvo a la altura de México. Andrés Manuel no solo se vistió de traje para ir a Acapulco; se vistió con sus miserias.
¿A qué fue el presidente a Acapulco si traía tanta prisa por regresar a Palacio Nacional a dormir en su cama presidencial y comer sus delicias bien calientitas?, porque no fue para ponerse a trabajar pues eso no se le ha dado jamás.
El huracán es inherente a la naturaleza; sin embargo, el mandar extinguir al FONDEN es la expresión más evidente y clara de la bajeza de las razones que motivan al presidente López Obrador y la obediencia chaira. Es la misma vileza con que hoy extingue los fideicomisos del Poder Judicial, y razón de sus ataques al INE y el INAI, y advertencia de qué nos aguardaría si le regalamos un solo voto a cualquiera de sus candidatos a diputados y senadores; acabarían con todo orden y futuro para nosotros y México. Morena y sus aliados no merecen ni un voto nuestro.
Movimiento Ciudadano no encuentra cómo jugar solo en las elecciones sin mostrar sus afinidades que rayan en sumisión hacia López Obrador. Dante Delgado quiere a Marcelo Ebrard como su candidato, aunque se conforma con Samuel García en tanto divida el voto del Frente Amplio por México con Xóchitl Gálvez.
Pregunto si Pablo Lemus o quien sea candidata a la gubernatura de Jalisco por MC será un aliado o aliada de Morena. La obediencia de Dante Delgado parece de locura, pero podría operarle milagros presupuestales y canonjías políticas y de negocios, claro si Claudia Sheinbaum ganase la elección presidencial. Hagamos una verdadera historia, provocando el arrepentimiento de quiénes se la jueguen con Morena o sus aliados, el Verde o el PET en México y Jalisco.
México necesita de ganadores de espíritu para vencer al mal en lo público y de gobierno. No más desastres naturales como el Acapulco con un gobierno de irresponsables, mala entraña y estúpidos. ¡Hemos nacido para ganar y ganaremos!
ENTREVISTAS
Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Por Francisco Junco //
“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.
Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.
Un camino desde abajo
Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.
“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.
Retos de una elección sin precedentes
En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.
Dilemas judiciales
Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.
“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.
Una justicia humana y equitativa
Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.
Propuestas claras
¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:
“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.
Deuda histórica con las víctimas
Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.
El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.
En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.
En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.
CARTÓN POLÍTICO
Herida abierta
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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