NACIONALES
México al borde del precipicio

Desde los Campos del Poder, por Benjamín Mora Gómez //
“Caer está permitido. ¡Levantarse es obligatorio!”, dicho popular.
Mi padre me dijo: “No olvides que la vida es apenas un instante y que las oportunidades pasan frente a ti en menos de lo que dura un instante. Aprovecha pues, ese brevísimo momento en que tu vida resplandece porque jamás volverá a ser igual”.
Todo en nuestra vida debe tener un propósito: Trascender. Quien no lo tiene claro, se vende por 20 monedas de plata que fueron las que Judas pidió por su Maestro y eran por las que se compraba a un esclavo.
En la vida no nos arrepentimos tanto de haber hecho mal alguna cosa como de haber dado nuestro mejor esfuerzo por la persona equivocada. Al elegir, tomamos la que creemos es la mejor opción; sin embargo, a veces nos equivocamos.
San Bernardo de Claraval dijo: «La culpa no está en el sentimiento, sino en el consentimiento”, por ello, cuando elegimos el mal, consintiendo sus consecuencias, somos sus responsables.
Cada seis años, los mexicanos tenemos la oportunidad de elegir a quien esperamos dirija con acierto y honorabilidad al gobierno de la República; por una razón u otra, siempre nos quedamos con sabor de arrepentimiento en menor o mayor grado. Sin embargo, jamás me sentí tan decepcionado como hoy con López Obrador. Su historia será mala, muy mala, para contarse. Su lugar en la historia patria es ya de miseria humana.
Estamos en medio de la vorágine más perversa del ser humano: El poder político. Tirios y troyanos, unos y otros, buscan militantes traidores que conculquen sus valores y principios, sus causas, sus partidos, a cambio de puestos o encargos de gobierno prometidos o imaginados, y se sumen a sus ansias de poder a cambio de un sueldo más miserable que sus miserias humanas. Me asquea.
Las deslealtades de muchos candidatos y candidatas han sido más que evidentes, las conocemos, son parte de su identidad, las llevan tatuadas… ellos y ellas fueron priistas, panistas o perredistas y hoy están en dónde todos los judas caben… No nos vistamos con sus harapos de deshonestidades y traiciones. Son de cara dura y sonrisa falsa.
A las tentaciones no hay que mirarlas por demasiado tiempo si no queremos caer en sus redes. La traición no tiene ambigüedades ni justificaciones. La lealtad no debería estar en razón a lo que el otro u otra me den sino en relación con quien soy.
Excusas habrá mientras mentiras sobren y sus engaños se desborden. Nunca como hoy vi tanta vileza. Me entristece. Estamos al borde del precipicio y de todos los partidos se empujan creyendo que “los buenos se quedarán a salvo sin comprender que el primero en empujar fue el más perverso y los demás resultaron simples marionetas”. Se unen a meretrices y lacayos del poder por miedo a quedarse fuera del poder.
A mi abuela Rafaela, a quien le encantaba la política, le oí decir: “Niégate a entrar en la política si acaso es el único modo de ganarte el sustento diario porque harás de ella la forma más perversa de ejercerla. No permitas que el dinero esté por encima de todo y de todos”. También me decía. “Aquel que nos guarda un cierto grado de insatisfacción sobre su vida se condena a la mediocridad” y hoy sobra mediocridad en el gobierno, de uno y otros partidos políticos.
Siempre he sostenido que la honorabilidad hace que el ejercicio del poder sea una experiencia única y maravillosa. Aprendí que gobernar es permitir que el dolor del pueblo nos hiera y a estos nos les duele nada pues son muertos vivientes, zombis políticos.
“Estábamos al borde del precipicio y dimos un paso para atrás”, así empezaba un cuento breve que escribí cuando estaba en secundaria. Hoy vuelve a mi memoria; hoy que miro cómo muchos echan ese brinco que los llevará a la muerte de su palabra y de su honor. Saben que al brincar al vacío su destino lo tienen marcado, que no tienen marcha atrás, que es imposible, y aun así lo hacen. A ellos, aunque tuviese una mano libre jamás se las daría pues también me jalarían a su destino mortal, y si acaso los salvase, me reclamarían.
Veo sentimientos de vacío. Por ello traicionan, por ello se abandonan a las falsas promesas de quienes no deberían ni siquiera atender. No comprenden que al unirse a traidores se arropan con palabras sin valor. Son avaros que temen quedarse solos cuando ya viven en la soledad de su avaricia.
Necesitamos iniciar un re-aprendizaje de cómo ser un político digno y confiable y, sobre todo, preguntarnos para qué incursiono en la política: ¿Para servir a cualquier candidato o candidata, para servirme a mi, o para servir a México? No es complicado: México no merece vivir en medio de tanta violencia y crimen, de deforestación y contaminación, de empresas quebradas del Estado mexicano, de muertes anticipadas por falta de servicios de salud y medicamentos, de rompimiento de derechos y destrucción de instituciones. Quienes lo promueven no son buenos para México y quien encabeza todo ello tiene nombre y apellido, y es presidente.
Hay quienes buscan el poder para servir y quienes lo quieren para ser reconocidos, estos son avaros. No nos sometamos al mal político por conveniencia personal pues nos adherimos a quienes atentan en contra de México, de los nuestros, de nosotros mismo. Que la tempestad de las deslealtades ideológicas no crezca y a todos nos hunda. Que la ligereza política no nos domine este 2 de junio.
ENTREVISTAS
Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Por Francisco Junco //
“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.
Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.
Un camino desde abajo
Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.
“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.
Retos de una elección sin precedentes
En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.
Dilemas judiciales
Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.
“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.
Una justicia humana y equitativa
Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.
Propuestas claras
¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:
“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.
Deuda histórica con las víctimas
Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.
El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.
En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.
En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.
CARTÓN POLÍTICO
Herida abierta
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
-
Uncategorized6 años atrás
Precisa Arturo Zamora que no buscará dirigencia nacional del PRI
-
Beisbol5 años atrás
Taiwán marca camino al beisbol en tiempos del COVID-19: Reinicia partidos sin público
-
REPORTAJES6 años atrás
Pensiones VIP del Ipejal: Arnoldo Rubio Contreras, ejemplo del turbio, sucio e ilegal proceso de tabulación de pensiones
-
VIDEOS6 años atrás
Programas Integrales de Bienestar, desde Guadalajara, Jalisco
-
VIDEOS6 años atrás
Gira del presidente López Obrador por Jalisco: Apoyo a productores de leche en Encarnación de Díaz
-
OPINIÓN5 años atrás
¡Ciudado con los extremistas! De las necedades de FRENA y otros males peligrosos
-
VIDEOS6 años atrás
Video Columna «Metástasis»: Los escándalos del Ipejal
-
OPINIÓN4 años atrás
Amparo, la esperanza de las Escuelas de Tiempo Completo