NACIONALES
En juego el futuro del T-MEC: El poder de la negociación

Actualidad, por Alberto Gómez R. //
La negociación es una habilidad milenaria que ha acompañado a la humanidad en sus procesos sociales, económicos y políticos. Desde los primeros intercambios de bienes en las sociedades primitivas hasta los acuerdos comerciales y tratados internacionales contemporáneos, la negociación ha sido una herramienta esencial para resolver conflictos, alcanzar acuerdos y maximizar beneficios para las partes involucradas.
El concepto de negociación tiene raíces profundas en la historia de la civilización. En las primeras comunidades humanas, los individuos aprendieron a intercambiar recursos y servicios como forma de satisfacer necesidades mutuas. Este proceso de trueque, aunque rudimentario, estableció las bases para el desarrollo de la negociación. Con el tiempo, las sociedades complejizaron sus estructuras, y las habilidades negociadoras se adaptaron para mediar en disputas territoriales, consolidar alianzas y gestionar intercambios comerciales.
La filosofía clásica también jugó un papel fundamental en el desarrollo teórico de la negociación. Sócrates, por ejemplo, planteaba la importancia del diálogo como medio para resolver discrepancias. Más tarde, Maquiavelo, en El Príncipe, enfatizó la importancia de la persuasión y el cálculo estratégico en el ámbito político, sentando precedentes sobre cómo negociar desde una posición de poder.
La negociación es un proceso de comunicación en el que dos o más partes buscan alcanzar un acuerdo que satisfaga, en mayor o menor medida, los intereses de todos los involucrados. Este proceso se caracteriza por la interacción, el intercambio de información y el uso de estrategias que pueden variar desde la cooperación hasta la confrontación.
Una negociación efectiva incluye los siguientes elementos:
Preparación: Identificar objetivos, intereses propios y los de la contraparte.
Comunicación: Establecer un diálogo claro, directo y persuasivo.
Flexibilidad: Estar dispuesto a ceder en ciertos aspectos para lograr un beneficio mayor.
Estrategia: Utilizar técnicas que optimicen la posibilidad de éxito, como generar opciones creativas o apelar a intereses compartidos.
Cierre: Consolidar el acuerdo alcanzado de manera clara y verificable.
El poder de la negociación reside en su capacidad para resolver conflictos y construir relaciones mutuamente beneficiosas. Entre sus principales beneficios destacan:
Resolución pacífica de conflictos: Permite evitar enfrentamientos innecesarios y resolver disputas de manera diplomática.
Creación de valor: Al generar acuerdos creativos, puede incrementar los beneficios totales para todas las partes involucradas.
Fortalecimiento de relaciones: Construye confianza y cooperación entre las partes, promoviendo interacciones futuras.
Adaptabilidad: Puede aplicarse en una amplia gama de contextos, desde negociaciones familiares hasta tratados internacionales.
La negociación tiene una aplicación casi universal. Es fundamental en el ámbito empresarial, en el que se utiliza para cerrar contratos, resolver disputas laborales y establecer alianzas estratégicas. En la política, juega un papel central en la formulación de políticas públicas, la resolución de conflictos internacionales y la consolidación de tratados comerciales.
Uno de los casos más destacados de negociación en el ámbito político internacional es el de Donald Trump. Antes de convertirse en presidente de los Estados Unidos, Trump forjó su reputación como un astuto negociador en el mundo empresarial, particularmente en el sector inmobiliario y del entretenimiento.
Su enfoque, conocido por ser directo y a menudo controvertido, se basaba en principios fundamentales de negociación, como el uso del poder de la alternativa (estar dispuesto a retirarse de un acuerdo si no cumple con sus estándares) y el apalancamiento de la percepción de fuerza.
La experiencia de Donald Trump como empresario moldeó su estilo de negociación durante su administración presidencial. Uno de los ejemplos más ilustrativos fue su enfoque hacia los acuerdos comerciales, particularmente con China. Trump implementó políticas arancelarias agresivas con el objetivo de presionar a Beijing para renegociar términos que, según él, eran desfavorables para Estados Unidos. Este enfoque, aunque criticado por algunos sectores, mostró su habilidad para utilizar la amenaza de sanciones económicas como herramienta de apalancamiento.
Otro ejemplo relevante fue su intervención en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que resultó en el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA). En este caso, Trump utilizó una combinación de amenazas de retirada y concesiones estratégicas para alcanzar un acuerdo que reflejara sus prioridades económicas y políticas.
Además, su relación con líderes internacionales como Kim Jong-un de Corea del Norte demostró su disposición para romper con las convenciones diplomáticas tradicionales. Trump buscó encuentros cara a cara, apostando por la personalización de las negociaciones como una forma de desactivar tensiones y avanzar en los objetivos estratégicos de su país.
Las declaraciones y amenazas hechas por Trump en las recientes semanas, luego de haber resultado electo como presidente de los Estados Unidos -y desde antes del inicio de su campaña- han marcado sus objetivos con la controversial tónica que lo caracteriza -que lo llevó nuevamente a la Casa Blanca- marcando cuáles serán sus prioridades al inicio de su administración, adelantándose a establecer las reglas del juego con sus contrapartes tanto en el ámbito internacional, como al interior de su país.
Un negociador como Trump, primero explora a su oponente, mide fuerzas, analiza su astucia e inteligencia, y si percibe debilidad e inseguridad en éste, lo tendrá ya a su merced sometiéndolo desde el primer momento.
A las declaraciones hechas por Trump acerca de la imposición de aranceles del 25% a productos de Canadá y de México, hubo una inmediata respuesta de ambos países; Justin Trudeau, el primer ministro canadiense inicialmente se mostró molesto, indignado, ya que no esperaba que las amenazas apuntaran a su país, tan altamente dependiente de los Estados Unidos. Más del 67% del Producto Interno Bruto (PIB) de Canadá depende del comercio exterior.
Los principales destinos de las exportaciones de Canadá en 2022 fueron los Estados Unidos (de lejos el principal socio, que representó el 76.9% del total de las exportaciones), China (3,7%), el Reino Unido (2,4%) y Japón (2,3%). De manera similar, casi la mitad de las importaciones de Canadá tuvieron origen en los Estados Unidos (49,2%), seguido por China (13,5%), México (5,5%), Alemania (3%) y Japón (2,3%).
continuará….
ENTREVISTAS
Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Por Francisco Junco //
“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.
Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.
Un camino desde abajo
Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.
“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.
Retos de una elección sin precedentes
En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.
Dilemas judiciales
Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.
“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.
Una justicia humana y equitativa
Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.
Propuestas claras
¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:
“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.
Deuda histórica con las víctimas
Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.
El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.
En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.
En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.
CARTÓN POLÍTICO
Herida abierta
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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