Beisbol
La poderosa máquina azul

Vuelacercas, por Salvador Cosío Gaona //
Los Charros de Jalisco siguen mostrando ser uno de los conjuntos más sólidos en esta campaña 2019-2020 de la Liga Mexicana del Pacífico (LMP), pues están ubicados en la cima del standing pero además enseñando que tienen los elementos humanos adecuados para afrontar esta segunda vuelta en inmejorables condiciones procurando el éxito en los compromisos, sin que les cause gran problema el cubrir con eficacia los huecos que provocan las lesiones y altibajos en el desempeño de algunos peloteros o las ausencias temporales o permanentes por diversas causas.
Cuentan con un roster de cuarenta beisbolistas y quienes han venido teniendo acción para cubrir las necesidades ocurridas han respondido bastante bien a las exigencias deportivas, y no existe incertidumbre por un posible desajuste aún cuando se realizan cambios por necesidades emergentes, pues los blanquiazules conservan su fortaleza.
No está de más recapitular que tras haber barrido a los Venados de Mazatlán en Zapopan, durante la serie ocurrida entre el domingo 22 y el martes 24 de noviembre, los albiazules tuvieron una expedición interesante a la frontera y en tierra cachanilla sostuvieron dos cotejos ante los Caballeros Águilas de Mexicali, ya que por el asunto climático no se pudo efectuar el último encuentro del serial de tres, en lo que fue sin duda una jornada inusual toda vez que la lluvia impidió la realización de otros 5 juegos en las diversas plazas de la LMP.
En esa oportunidad Charros se trajo a casa el primer evento ocurrido el martes 26 pero sucumbieron en el kilométrico segundo juego iniciado el miércoles 27 y que con más de siete horas de duración se extendió hasta la madrugada del jueves 28, llegando al final hasta la vigésima primera entrada, en un épico evento del que Charros no pudo salir bien librado pues aunque logró romper el empate a tres carreras al anotar su cuarta rayita en la parte alta de ese inning número 21, en la baja de esa entrada los locales anotaron dos carreras ante la incapacidad del pItcher Michael Broadway y la defensiva para impedirlo, quedando así tirados en el terreno al quedarse con la victoria los cachanillas al son de 5 carreras por 4 de los albiazules de Jalisco.
Pero Charros regresó a su casa el estadio de la colonia Tepeyac en Zapopan para recibir y apalear a los Sultanes de Monterrey por 14 carreras a 1, ofreciendo una demostración de poderío ofensivo, capacidad defensiva y buen manejo del cuerpo de lanzadores en el primero de la serie efectuado el viernes 29 de noviembre y al día siguiente volvieron a vencer a los regiomontanos en un emocionante cotejo que terminó al resolverse en la novena y última entrada a favor de los locales ya que lograron romper el empate a 2 carreras.
Al concluir el serial contra Monterrey los albiazules irán de gira a Navojoa en donde buscarán traerse victorias sobre los alicaídos Mayos y permanecer en lo alto de la tabla de posiciones, pero tendrán el próximo fin de semana una tan interesante como peligrosa serie al recibir en Zapopan a los Tomateros de Culiacán en el marco de una ya trascendente rivalidad deportiva entre ambas escuadras
Lo cierto es que, sin dejar de existir errores, lesiones, bajas de juego, que son naturales en el béisbol, Charros está mostrando empaque de campeón y además de brindar buen espectáculo a su noble afición, sigue avanzando en pos del bicampeonato.
Resulta importante también mencionar que en ese marco de suficiencia en el desempeño de quienes como parte del conjunto de peloteros Charros son considerados como de soporte o no estelares han tenido muy buena acción en las oportunidades que se les han permitido. Son rescatables Julián Ornelas, Osiel Flores, Fernando Villegas, Misael Rivera, así como el ya conocido Alberto Carreón y Enrique “La viborita” Osorio, quien ya ha estado con el escuadrón jalisciense en otras temporadas, y para sorpresa de muchos que lo consideran poco útil, ha dado buenas cuentas.
DISCRIMINACIÓN
Tras el éxito que tuvo el seleccionado mexicano que compitió en el certamen preolímpico Premier12 en los primeros días del pasado noviembre obteniendo su calificación a los Juegos Olímpicos de Japón en 2020, se ha colocado de nuevo en la palestra un polémico tema largamente discutido pero que al menos en la Liga Mexicana del Pacífico no ha llegado a buen puerto y se hace necesario retomarlo en espera de que de una vez por todas venga un manotazo desde la esfera más alta de este país para que se instruya modificar lo que se deba a fin de que los peloteros nacidos fuera del territorio mexicano pero de padre o madre o ambos nacidos en este país, puedan desempeñarse como jugadores nacionales y se les deje de considerar extranjeros.
Y es que, ocurre que en la integración de ese equipo que disputó el boleto a las olimpiadas participaron muchos jugadores nacidos fuera de territorio mexicano, situación que incluso mereció críticas al manager Juan Gabriel Castro por algún segmento de analistas, editorialistas, periodistas deportivos y uno que otro pelotero y directivo que le reprocharon por haber dispuesto de estos beisbolistas.
Castro respondió con firmeza y dejó clara su postura en el sentido de que ya debe terminar esa polémica y permitir el acceso como mexicanos en la LMP a quienes constitucionalmente lo son.
No puede ser posible que en la LMP y en algunos otros sectores siga causando polémica un tema que evidentemente raya en la discriminación y se preserve una absurda -por no llamarle más crudamente- norma reglamentaria que vincula a los equipos y a los beisbolistas que los integran y que establece que solamente son reconocidos como mexicanos aquellos nacidos en el territorio nacional.
Como tampoco es permisible que el tema se maneje de acuerdo a los intereses o conveniencias de algunos, haciendo excepciones totalmente discrecionales favoreciendo cada indeterminado tiempo a algunos beisbolistas no nacidos en territorio mexicano a quienes sí se les reconoce su nacionalidad, ya sea por trayectoria o aspectos sentimentales en razón de quienes son sus ancestros o quizá por el tiempo que ya tienen participando en algunos equipos es que reciben ese privilegio.
Hemos señalado casos de injusticia como el de Sergio Romo, quien sigue siendo considerado extranjero en la LMP, cuando es reconocido como mexicano en las Grandes Ligas donde se ha desempeñado con éxito durante muchos años poniendo en alto el nombre de nuestro país y además ha representado a nuestra nación portando la franela tricolor en innumerables eventos internacionales tales como Clásicos Mundiales, Series del Caribe, y certámenes preolímpicos.
Es el caso también de Adrian “El titán” González Sabin, y pudiera ser el de otros peloteros estelares quienes han gozado de gran éxito en su trayectoria como ligamayoristas y que de querer jugar en equipos del béisbol invernal mexicano profesional tendrían que hacerlo con plaza de jugadores foráneo; sería el caso por ejemplo de Alexander Brady Verdugo, Anthony Michael Rendon, Christopher Adrian Davis Alarcón, Luis Javier Guerra Díaz, Aaron Jacob Sánchez, Jason Vargas, Vidal Vicente Nuño, Adam Marcos Rosales, Daniel Richard Espinoza, Vidal Vicente Nuño, Jesse David Chávez, entre otros que han descollado como mexicanos en muchos lugares menos en nuestro país.
Es tiempo que la LMP revise el tema y de ser necesario intervenga incluso el más alto nivel del Gobierno Federal. Debe existir ya una gestión para que este asunto termine de una vez por todas y ojalá sea este mismo año cuando al menos se permita a aquellos peloteros que estuvieron en la Selección, como es el caso de Brennan Bernardino de Charros o Jonathan Jones de Los Mochis puedan jugar como mexicanos en sus respectivos equipos y que el próximo año se evite de tajo esta práctica vergonzante.
E-mail: opinión.salcosga@hotmail.com
Twitter: @salvadorcosio1
Beisbol
Lecciones del diamante: La redención de Urías y Osuna

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
Será el El 17 de julio de 2025, cuando el comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, levantará la suspensión impuesta al lanzador sinaloense Julio Urías por violar la política de violencia doméstica de la MLB. Esta decisión abre la puerta para que “El Culichi” pueda ser firmado por cualquier equipo de la Gran Carpa, pero su camino de regreso al estrellato está lejos de ser claro.
Hace apenas unos años, hablábamos de un talento generacional, un pitcher mexicano que lideró la Liga Nacional en victorias (2021) y efectividad (2022), y que se perfilaba para firmar un contrato histórico cercano a los 200 millones de dólares, un hito para un pelotero latinoamericano. Sin embargo, su comportamiento fuera del diamante ha opacado su brillo en el montículo.
Urías, quien fue clave en el título de los Dodgers en 2020, ha demostrado ser un diamante en bruto desde los 16 años, cuando Los Ángeles lo firmó. Su talento es innegable: una recta que roza las 97 millas, un cambio y curva devastadores, y una habilidad para el pickoff que lo hizo destacar desde su debut en 2016. Pero las decisiones personales han sido su talón de Aquiles.
Dos incidentes de violencia doméstica, el primero en 2019 y el segundo en 2023, lo llevaron a ser el primer jugador suspendido dos veces bajo la política de la MLB. El video de 2023, donde se le ve agrediendo a su pareja, fue un golpe duro para su imagen y su carrera. La sanción hasta el Juego de Estrellas de 2025 refleja la gravedad de sus acciones, pero también le da una nueva oportunidad.
¿Qué sigue para Julio Urías?
La pregunta no es solo si un equipo apostará por su brazo, sino si él ha aprendido de sus errores. En 2022, escribí que un contrato de 200 millones estaba al alcance de su mano, pero advertí que su futuro dependía de mantener el enfoque dentro y fuera del campo.
Hoy, esa proyección parece lejana. Equipos como los Yankees o los Mets podrían considerar su talento, pero el riesgo reputacional es alto, como lo demuestra el caso de Trevor Bauer, quien tras una suspensión similar no ha regresado a MLB y ha optado por ligas en Japón y México. Urías, a sus 28 años, aún tiene tiempo para redimirse, pero deberá cumplir con el programa de tratamiento ordenado por la MLB y demostrar un cambio genuino.
En México, especialmente en Culiacán, esperan que “El Culichi” retome el camino. Los Tomateros de Culiacán podrían ser una opción para mantenerse activo si la MLB no le abre las puertas de inmediato. Pero más allá del béisbol, Urías debe sanar como persona. Su historia es un recordatorio de que el talento no basta si no va acompañado de responsabilidad. Ojalá, por el bien del béisbol mexicano y de él mismo, que esta segunda oportunidad no sea la última.
Son dos grandes talentos mexicanos que pareciera haber tropezado con la misma piedra para truncar sus carreras en el mejor beisbol del mundo. Los dos son sinaloenses. En su momento fueron considerados entre los mejores cinco lanzadores de Grandes Ligas, uno como inicialista y el otro como relevista.
Roberto Osuna, con su recta de fuego, ostentaba 39 salvamentos con Toronto en 2017 y parecía destinado a ser el mexicano con más juegos salvados en la historia. Sin embargo, sus errores fuera del campo los llevaron al ostracismo, dejando lecciones cruciales para los jóvenes peloteros que sueñan con brillar en la MLB.
¿Qué salió mal?
Ambos sucumbieron a la presión de un sistema ferozmente competitivo, como señaló el periodista Mario Villagrán: la MLB es una maquinaria que exprime no solo el físico, sino también la mente y el carácter.
Osuna, acusado de agresión a su pareja en 2018, fue suspendido 75 juegos y, tras una lesión en 2020, no volvió a la MLB, encontrando refugio en Japón. Sus actos no solo mancharon su reputación, sino que cerraron puertas que su talento había abierto de par en par.
La lección para las nuevas generaciones es clara: el éxito en la MLB no se mide solo en ponches o salvamentos, sino en la capacidad de administrar la fama, el dinero y las tentaciones. Urías y Osuna, con contratos millonarios en el horizonte, dejaron que decisiones personales los traicionaran.
Como escribí en 2021, cuando Urías alcanzó 20 victorias, el talento debe ir acompañado de madurez. La presión de ser figura pública, como señaló Esteban Loaiza, es inmensa, y los errores se magnifican bajo la lupa de los medios y los aficionados. Los jóvenes como Alejandro Osuna, quien debutó con Texas en 2025, o Isaac Paredes, estrella en ascenso, deben aprender a navegar este entorno.
Primero, la disciplina personal es innegociable. La MLB tiene una política estricta contra la violencia doméstica desde 2015, y casos como los de Urías, el primero en ser suspendido dos veces, muestran que no hay excepciones. Segundo, rodearse de un círculo de apoyo sólido es vital. Urías contó con su padre, Carlos, como guía en sus inicios, pero las malas decisiones lo alejaron de ese respaldo.
Osuna, por su parte, habló de ansiedad en 2017, un tema que los prospectos deben abordar con profesionales para no derrumbarse bajo presión. Tercero, entender que el béisbol mexicano depende de sus embajadores.
Cada error de un pelotero azteca no solo afecta su carrera, sino la percepción de los prospectos mexicanos en la Gran Carpa.
Para los jóvenes que hoy entrenan en Culiacán, Hermosillo o Tijuana, el mensaje es contundente: el talento los llevará a la puerta de la MLB, pero solo la integridad los mantendrá dentro (…) Urías y Osuna son un espejo donde los prospectos deben mirarse: no para imitar sus errores, sino para aprender de ellos.
Beisbol
Brilla Alejandro Osuna en su debut con Rangers y semana de oro para Muñoz y Paredes

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
En el diamante de las Grandes Ligas, donde los sueños se forjan a golpe de recta y batazo, dos mexicanos han izado la bandera tricolor con una semana para la historia. Del 19 al 25 de mayo de 2025, Andrés Muñoz e Isaac Paredes no solo brillaron; incendiaron el escenario con actuaciones que resuenan desde Seattle hasta Los Mochis y Hermosillo.
Pero, ¿es este fulgor un destello aislado o el amanecer de una nueva era para el béisbol azteca?
Andrés Muñoz, el sinaloense de 26 años, se ha convertido en el guardián implacable de los Marineros de Seattle. Esta semana, sumó su 17º salvamento de la temporada, consolidándose como líder de la MLB en rescates. Con una efectividad de 0.00 en 22.2 entradas y 28 ponches, su recta de 100 millas y slider quirúrgico son un martirio para los bateadores. Contra los Angels el 22 de mayo, cerró la novena con tres outs fulminantes, asegurando una victoria 3-2.
Por su parte, Isaac Paredes, el orgullo del barrio de La Mosca en Hermosillo, de 26 años, desató una tempestad ofensiva con los Astros de Houston. En una semana de ensueño, conectó cuatro jonrones, elevando su total a 11 en la temporada. Con un promedio de .285, 7 dobles, 1 triple y 31 impulsadas, Paredes es el corazón de la alineación texana. Su versatilidad en la tercera base y su ojo clínico para el pitcheo lo confirman como un All-Star en potencia.
El clímax llegó el 24 de mayo, cuando Muñoz y Paredes se enfrentaron en un duelo épico en el T-Mobile Park. Con los Marineros liderando 4-3 en la novena, Paredes enfrentó a Muñoz. Tras una recta de 98 millas, Isaac conectó una línea que Randy Arozarena atrapó, sellando el salvamento de Muñoz. Este choque, con 25,000 gargantas conteniendo el aliento, fue más que un turno al bat; fue un himno al talento mexicano, con Arozarena como testigo de un tridente azteca en el escenario mayor.
Pero no todo es euforia. Mientras Muñoz y Paredes brillan, el béisbol mexicano enfrenta sombras. La Liga Mexicana carece de reflectores, y talentos como Alejandro Kirk, con un jonrón esta semana para los Blue Jays, apenas se mencionan. ¿Por qué celebramos a unos y olvidamos a otros? La falta de apoyo estructural y la dependencia de la MLB para visibilizar a nuestros peloteros son grietas que no podemos ignorar. Muñoz y Paredes, que jugaron juntos en un mundial infantil en 2009, son excepciones forjadas en el sacrificio, no productos de un sistema.
Esta semana, México vibró con sus hazañas. Muñoz, el cerrojo indomable; Paredes, el cañonero incansable. Son más que atletas: son espejos de un país que sueña grande. Pero su brillo nos interpela: ¿cuándo construiremos un béisbol propio que no dependa de las luces de la MLB? Por ahora, celebremos. El diamante es suyo, y el orgullo, nuestro.
EL DEBUT DE ALEJANDRO OSUNA
El pasado domingo 25 de mayo de 2025, Alejandro Osuna, jardinero mexicano de 22 años, debutó en la MLB con los Texas Rangers, venciendo 5-4 a los Chicago White Sox en el Guaranteed Rate Field.
Osuna, prospecto número 7 de los Rangers, fue convocado desde Triple-A Round Rock tras la fractura de Joc Pederson el 24 de mayo. Nacido en Ahome, Sinaloa, y hermano de Roberto Osuna, firmó en 2020 por $125,000. En 2024, fue Jugador del Año de Ligas Menores de los Rangers, bateando .292 con 18 jonrones. En 2025, bateó .283 en Double-A Frisco y .259 en Triple-A, con 9 bases por bolas en 8 juegos.
En su primer turno al bat, Osuna negoció una base por bolas tras un conteo completo de 8 o 9 lanzamientos, demostrando gran disciplina en el plato, luego fue sorprendido intentando robar segunda base. En turnos posteriores, no conectó hit, pero su enfoque en el plato fue destacado como prometedor.
A la defensiva: Osuna brilló con una atrapada espectacular en el jardín izquierdo, calificada como “joya defensiva” por @Liga_Arco y “tremenda” por @MLB_Mexico. Videos compartidos en X mostraron su habilidad para cubrir terreno y hacer jugadas clave, consolidándolo como un defensor versátil.
El debut entusiasmó a México, con Excélsior celebrándolo. Comparado con Alex Verdugo por su contacto y velocidad (34 robos en 2024), Osuna es un “table-setter” para los Rangers (25-28 en la División Oeste). Su rol es incierto, posiblemente alternando en los jardines, pero podría descansar contra zurdos (.594 OPS en 2024). Scouts lo ven como futuro jardinero central si mejora su consistencia.
Junto a Andrés Muñoz (17 salvamentos) e Isaac Paredes (11 jonrones), Osuna resalta el auge mexicano en la MLB.
Beisbol
Edwin Díaz se despide como un grande: Charros arrasa a los Dorados y enciende la pasión en el Panamericano

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
Los Charros de Jalisco han encontrado su ritmo en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) y lo demostraron con una contundente barrida ante los Dorados de Chihuahua en el Estadio Panamericano. Bajo la batuta de Benjamín Gil, “El Matador”, el equipo ha transformado su estilo de juego, convirtiéndose en una máquina de espectáculo que combina velocidad, estrategia y garra. Esta serie no solo marcó un punto de inflexión en la temporada, sino que también hizo vibrar a la afición jalisciense, que se rindió ante la entrega de sus caporales.
El fin de semana fue un despliegue de emociones. Charros, que venía de menos a más, consolidó su ascenso con una actuación histórica. Hace apenas unas semanas, el equipo rompió récords al robar 12 bases en un solo juego, superando la marca centenaria de 9 hurtos y demostrando que la velocidad es su nueva carta fuerte. Este ímpetu se trasladó al enfrentamiento contra Chihuahua, donde los albiazules no solo ganaron, sino que humillaron a sus rivales con un juego vibrante y una remontada épica que quedará grabada en la memoria de los aficionados.
El segundo juego de la serie, el sábado por la noche en Zapopan, fue el clímax de la hazaña. Con un marcador adverso de 0-6, los Charros se negaron a rendirse. La afición, al borde de sus asientos, fue testigo de una remontada electrizante que culminó en la novena entrada. Fue entonces cuando el puertorriqueño Edwin Díaz, en su despedida de la temporada con Jalisco tras ser convocado por los Astros de Houston, conectó un batazo decisivo para dejar en el terreno a los Dorados con un apretado 11-10. El hit no solo aseguró la serie, sino que selló una noche mágica para Díaz, quien se fue de 3-3, con dos remolcadas, dos anotadas y un par de bases por bolas, despidiéndose como héroe.
La barrida a Chihuahua no fue solo un triunfo deportivo, sino una declaración de intenciones. Bajo el liderazgo de Gil, los Charros están redefiniendo su identidad: un equipo que combina talento joven, como el de Díaz, con una estrategia agresiva que pone en jaque a cualquier rival. La afición, entregada, respondió con un rugido que retumbó en el Panamericano, recordándonos por qué el beisbol es el deporte rey en Jalisco. Este equipo, que apenas comienza a escribir su historia en la temporada, ya nos hace soñar con la gloria en la LMB.
Mientras Edwin Díaz se prepara para brillar en las Grandes Ligas, los Charros de Jalisco se consolidan como un contendiente serio. La barrida a Dorados es un aviso: este equipo no solo juega, sino que enamora, pelea y, sobre todo, gana. Que siga el espectáculo, porque en Zapopan la pelota está más viva que nunca.
CHARROS LLEGA A MEDIA TABLA
Los Charros están encendiendo la pasión en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), consolidándose como un equipo que, de menos a más, ha encontrado su ritmo bajo la dirección de Benjamín Gil, “El Matador”. Este lunes, los albiazules amanecen en el quinto lugar de la Zona Norte con un récord de 14 victorias y 13 derrotas, a solo 4.5 juegos del líder Sultanes de Monterrey (18-8). Con Acereros (15-11), Tecos (14-11) y Toros (15-12) por encima, los jaliscienses han superado a Algodoneros, posicionándose en la pelea por un codiciado boleto a los playoffs.
El ascenso de Charros no ha sido casual. Los ajustes estratégicos de Gil y la directiva, especialmente en el cuerpo de pitcheo, han dado frutos, transformando a un equipo que ahora combina garra ofensiva con una defensa más sólida. Sin embargo, el pitcheo sigue siendo el talón de Aquiles de los caporales. Tanto los lanzadores inicialistas como el relevo han mostrado altibajos, y la afición espera que las recientes modificaciones permitan al equipo mantener el impulso en esta etapa crucial de la temporada.
La próxima semana será una prueba de fuego en el Estadio Panamericano, cuando Charros reciba a los Sultanes de Monterrey, líderes indiscutibles de la Zona Norte. Este enfrentamiento pondrá a prueba la capacidad de los lanzadores jaliscienses para contener a una ofensiva poderosa que ha dominado la liga. La serie no solo es una oportunidad para medir el progreso de los Charros, sino también para enviar un mensaje claro: los albiazules están listos para competir con los gigantes de la LMB.
La afición, siempre fiel, espera que el Panamericano se convierta en un fortín donde los Charros demuestren que su ascenso no es pasajero. Con el liderazgo de Gil y el apoyo de Zapopan, el equipo tiene todo para dar la sorpresa y acercarse aún más a la postemporada. Que retumbe el estadio, porque los Charros están decididos a seguir escalando en el “deporte rey”.
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