Connect with us

MUNDO

Presentan libro: La misión de Rusia, en el actual cambio de época

La ideas centrales del orden unilateral

Publicado

el

En el actual cambio de época

Por Lorenzo Carrasco

La irrupción estratégica a escala global de Rusia es, sin lugar a dudas, uno de los mayores acontecimientos universales modernos. Lo que nos proponemos en este libro, al compilar varios artículos sobre ese tema, es indagar el papel que tendrá en el cambio de época histórica que se gesta. Ya en sí mismo, el resurgimiento de Rusia constituye un evento no lineal, si partimos del papel que las potencias occidentales atribuían a un país que salía del cautiverio comunista de setenta años y que se suponía debería quedar preso de un nuevo orden mundial unilateral después de superada la Guerra fría.

El derrumbe del Muro de Berlín en 1989 y la disolución del Imperio soviético en 1990 provocó la euforia de los ideólogos del poder hegemónico angloamericano, quienes creían tener la oportunidad de su vida para hacer realidad un viejo sueño: imponer una asfixiante estructura de poder mundial sobre los escombros, no solo de los estados nacionales de los países cubiertos del paraguas soviético, sino sobre absolutamente todos los demás, es decir un sistema maltusiano de soberanías limitadas dirigido por un poder financiero y militar global.

La agenda unimundista impuso el examen de admisión para poder ingresar al sistema de la globalización financiera, disciplinarse al designio de la denominada soberanía limitada bajo pretextos diversos (medio ambiente, derechos humanos, problemas indígenas), cuestiones de identidad, como la ideología de género etc., y como garantía, la utilización de fuerza militar cual política externa angloamericana unilateral.

Nada del programa era original, sencillamente se apegaron literalmente al ideario del Leviatán del ideólogo británico Thomas Hobbes, cerebro de la política exterior de las potencias coloniales, veamos: En la “bellum omnium contra omnes” (la guerra de todos contra todos) nada es injusto. Las nociones de derecho e ilegalidad, justicia e injusticia están fuera de lugar. Donde no hay poder común, la ley no existe; donde no hay ley, no hay justicia. En la guerra, la fuerza y el fraude son las dos virtudes cardinales.” (Leviatán, Capítulo XIII).

¿Acaso no fueron la invasión a Panamá en diciembre de 1989 y la Guerra del Golfo en 1991 las señales inequívocas del trato hobbesiano que recibirían las naciones rebeldes de esa agenda unimundista?

Fue también en este clima dónde surge la unificación alemana, que bien podría haber sido el mensaje de un renacimiento económico global, pero de inmediato vilipendiada por la primera ministra inglesa Margaret Thatcher como si fuese el peligro del advenimiento de un Cuarto Reich; una nueva Alemania nazi. Luego, los Tratados de Maastricht, firmados en febrero de 1993, fueron la camisa de fuerza que se colocó a las naciones europeas para controlar el desarrollo económico a la par de su sometimiento a la agenda contracultural o postmoderna claramente anticristiana, mediante la dictadura ejercida por la burocracia de la Unión Europea (UE) enseñoreada en Bruselas.

LAS IDEAS CENTRALES DEL ORDEN UNILATERAL

Tres documentos, entre muchos otros, son característicos de este orden. El primero, El Fin de la Historia y el Último Hombre publicado en 1992 por Francis Fukuyama. La tesis central transcurría en que, con la disolución del imperio soviético, el occidente liberal sería el Titán victorioso de la Guerra fría. La muerte del comunismo y la lucha de clases creaban las condiciones para el establecimiento de un Gobierno Mundial universal y evidentemente, eterno.

El segundo documento El Choque de Civilizaciones escrito en 1996 por el profesor de Harvard, Samuel Huntington, defendía la tesis de que con el fin de la Guerra fría, el sistema de dominación maniqueo debía de desplazarse de la lucha del liberalismo occidental contra el comunismo, hacia un choque de civilizaciones, principalmente entre el Occidente cristiano y el mundo musulmán, pero también entre el Occidente y la China en ascensión. Si bien existía ya en la época el grupo Al Qaeda comandado por la figura de Osama Bin Laden, es verdad que su creación fue obra de las agencias de inteligencia de Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel, Arabia Saudita y Paquistán, con el propósito de combatir a la Unión Soviética en la Guerra de Afganistán.

Irónicamente, Bin Laden fue el primero en entender el cambio de orientación de la lucha contra el comunismo hacia el choque de civilizaciones. Si esta no hubiese sido su intención, de cualquier forma sirvió perfectamente para dar veracidad al nuevo maniqueísmo de Huntington.

La Guerra del Golfo en 1991, los bombardeos continuos y la invasión norteamericana de Irak en 2003, crearon las condiciones para el surgimiento de una forma diabólicamente radical de extremismo islámico. El nacimiento del Estado Islámico en 2014 como la Primavera Árabe, iniciada tres años antes, tenían el propósito de derrocar los regímenes seculares en el mundo árabe, establecer estados clericales y exterminar las minorías cristianas en el Medio Oriente. Como nos explica el sacerdote argentino Alfredo Sáenz en su artículo en este libro, las comunidades originarias del cristianismo en el Medio Oriente fueron casi eliminadas, sin que las potencias occidentales levantaran su voz y sus armas en su defensa.

Estaban así creadas las condiciones de un choque total de civilizaciones. El Estado Islámico se alimentaba de brigadas de jóvenes provenientes del propio Occidente para enfrentar una Europa apóstata. Un terrorismo islámico occidental que ayudado por olas de migrantes musulmanes pretendía dar muerte a una civilización culturalmente suicida.

EL GRAN TABLERO MUNDIAL

El tercer documento, El Gran tablero Mundial, la supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos, fue escrito en 1997 por el exconsejero de Seguridad Nacional estadounidense, Zbigniew Brzezinski. En el libro, Brzezinski retoma la orientación geopolítica británica que causó las dos Guerras Mundiales en el siglo XX, intentando establecer un nuevo cerco contra Rusia, política que orientó la actual extensión de la OTAN hacia las fronteras de Rusia, así como el cambio de régimen en Ucrania.

Para Brzezinski la subversión de Ucrania impediría el resurgimiento de Rusia como una potencia euroasiática. De la misma forma, consideraba contrario a los intereses hegemónicos estadounidenses el establecimiento de coaliciones euroasiáticas entre países como China, Rusia o Irán. La crisis ucraniana y la incorporación de Crimea a Rusia, provocaron lo que Brzezinski también deseaba, el alejamiento entre Rusia y Europa Occidental, especialmente Alemania.

Con base a las premisas de los tres trabajos anteriores fue fundado en 1997 el Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense (Project for the New American Century – PNAC) del cual participaron importantes miembros del Partido Republicano, a saber: Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz, Jeb Bush, Dick Cheney, Francis Fukuyama y muchos otros ligados al Complejo Industrial Militar estadounidense. El axioma del proyecto era que ya estarían dadas las condiciones para un dominio hegemónico planetario hacia el siglo 21, una Pax Americana.

Explota en nuevo orden mundial iniciado en 1991


Es claro que el llamado Nuevo Orden Mundial iniciado en 1991, o el proyecto de Un Nuevo Siglo Estadounidense de 1997, explotó con la derrota del Estado Islámico en Siria, especialmente después de la caída de Alepo en diciembre de 2016, cerrando el espacio para la continuación de bombardeos, por lo menos en lo que toca al Oriente Medio. Quiere decir que el intento de crear un gobierno mundial ha fracasado. No obstante, no quiere decir que podemos regresar a las condiciones de la Guerra fría, por más que el poder angloamericano insista en separar a Rusia del destino europeo, como pretendía Brzezinski en su tablero geopolítico.

Putin ha insistido, una y otra vez, que Rusia es una nación que tiene sus raíces en Europa así lo dijo el canciller ruso, Sergei Lavrov en su artículo: Bases espirituales de la política exterior rusa. “Rusia es esencialmente una rama de la civilización europea”. Por otro lado, regresar al espíritu de la Guerra fría en un mundo en que no existen las reglas de esferas de influencia definidas, establecidas en el mundo anterior a 1990, es caminar hacia el abismo de la guerra termonuclear.

El declive estratégico evidente de los Estados Unidos tanto en relación con Europa y con el resto del Mundo, no presupone un cambio de potencia hegemónica y de moneda de reserva mundial como la que se experimentó en el inicio del siglo 20, en el relevo del Imperio Británico y la libra esterlina por los Estados Unidos y el dólar. No hay más espacio histórico para una nueva hegemonía. El hecho que ni Europa Continental, ni China, ni Rusia, tengan capacidad de sustituir a los Estados Unidos, no implica evidentemente que estos permanecerán dando las órdenes al mundo, por más que insistan en su excepcionalismo enfermo.

Esto nos presenta una paradoja histórica que cuestiona la llamada “trampa de Tucídides”, según la cual el declive de una potencia y su eventual sustitución por otra emergente, implica necesariamente un conflicto bélico total. Si bien esta trampa puede haber sido válida desde las Guerras del Peloponeso descritas por Tucídides, en el presente histórico implicaría la total destrucción de la civilización.

De hecho la doctrina nuclear de la Destrucción Mutua Asegurada durante la Guerra fría (MAD en su sigla en inglés) era ya el preludio de esta inflexión en la historia de la Humanidad, que la oligarquía angloamericana ignoró a lo largo de los últimos 30 años. El desarrollo de las armas hipersónicas anunciadas por el presidente Putin el 1 de marzo de 2018 prueba que la proyección de poder de una potencia sobre otra resulta absolutamente inocua. Avances tecnológicos semejantes están siendo desarrollados por China.

Esta realidad singular nos lleva a otro aspecto más profundo. El anuncio de Putin sobre la impresionante colección de nuevas súper armas estratégicas, no solamente muestra una superioridad tecnológica militar rusa, sino por fortuna, una oportunidad, especialmente dirigida a los Estados Unidos, de explorar un camino de entendimiento dirigido a un nuevo orden mundial multipolar y cooperativo, que es la condición sine qua non para sembrar el camino del progreso y la paz mundial.

Tanto el presidente Putin como el canciller Serguei Lavrov han insistido en el camino que llaman “un espacio común de paz, seguridad igual e indivisible y cooperación mutua en la zona, del Atlántico al Pacífico,” lo que permitiría la sintonía de esfuerzos para echar a andar un gran proyecto de integración euroasiática del cual China está dispuesta a encabezar. El desarrollo de Eurasia, abrigando dos tercios de la población mundial, representa un corredor de estabilidad en una región atravesada por zonas de conflicto endémicas. Romper con las viejas ideas de la geopolítica británica actualizadas por Brzezinski, y unir a los mismos Estados Unidos a los beneficios económicos del esfuerzo, es el único camino a un mundo cooperativo. Es, pues, claro que la misión de Rusia es ser la liga entre Oriente y Occidente.

Cardenal Juan Sandoval: “Rusia no es comunista; regresa al cristianismo”

El Cardenal Juan Sandoval Iñiguez tras recomendar la lectura del libro La misión de Rusia en el cambio actual de época,  porque abre una perspectiva amplia y completa de lo que pasa con el Nuevo Orden Mundial y el papel que juega aquel gran país y su líder Vladimir Putin.  

El líder religioso católico hizo la invitación al participar en la presentación del libro referido editado por el Foro de Guadalajara en la sede de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, (México).

Al explicar la condición que vive actualmente el Nuevo Orden Mundial y el gigante euroasiático, desvirtuado por occidente, dijo que “Rusia no es comunista, sino un país místico”, que vive una férrea fe cristiana.

En una semblanza histórica recorrió aspectos socio políticos desde la Guerra Fría, la Perestroika y el nuevo orden mundial y calificó que este libro resulta “interesantísimo” como un moderno referente de la transformación de este gran país, Rusia.

Luego, afirmó que, “el comunismo pasó y ahora Rusia vuelve a su cristianismo”. Se refirió al presidente Vladimir Putin como el mandatario más hábil del mundo. “Es un cristiano como jefe de Estado. Habla del cristianismo no confesional, sino hecho práctica. Habla del cristianismo como el motor de la cultura rusa”.

Ponderó la religiosidad del Estado ruso que ha llevado a cabo su transformación, saliendo del comunismo. Hizo una analogía respecto al pueblo mexicano “que en algunos sectores se dice fervoroso de sus creencias religiosas pero que lamentablemente se limitan a asistir a misa una vez por semana, aunque la presencia icónica de “la morenita” resulta importante para la religiosidad, algo similar, representa Fátima para los rusos.

El moderador Antonio Álvarez Esparza dijo que el libro “La Misión de Rusia”, enriquece el acervo de actividades del Foro Guadalajara, cuya primera edición fue en 2012, con el tema “Por la unión de los Estados Nacionales, la Justicia social y el bien común”.

La segunda edición en 2014, tuvo por título “Las bases para un nuevo orden internacional justo. La Política como forma superior de Caridad”. Recordó que en 2013 se llevó a cabo el Foro Sindical Brasil-México, patrocinado por la central de Sindicatos Brasileños (CSB) y la Federación Revolucionaria de Obreros y Campesinos del Estado de Jalisco, en la ciudad de Rio de Janeiro, en Brasil.

Explicó que el libro contiene tres partes en 158 páginas. Estos tres capítulos son: La propuesta para un nuevo orden mundial; Rusia y Occidente; y acercamiento histórico de los dos pulmones, católico y ortodoxo.

Participó también en la presentación del libro Lorenzo Carrasco, quien junto con su esposa, Silvia Palacios, coordinaron la edición respaldada por la editorial Capax Dei, la Federación Revolucionaria de Obreros y Campesinos del Estado de Jalisco (FROC) el Movimiento de Solidaridad Iberoamericano (MSla), representado en Guadalajara por Ángel Palacios y Verónica Cruz, y por el informativo Página Iberoamericana.

Este compendio contiene textos de: Vladimir Putin, presidente de Rusia; Dr. Ján Carnogurský, Padre Alfredo Saénz SJ, Elisabeth Hellenbroich, Anno Hellenbroich, Paolo Raimondi, Silvia Palacios, con la traducción de Luis Nava y fecha de edición enero de 2019.

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MUNDO

El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?

Publicado

el

Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //

La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.

Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.

Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.

En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.

El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.

La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.

El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.

E-mail: samcg2002@gmail.com

Continuar Leyendo

MUNDO

Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto

Publicado

el

Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //

Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.

Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.

Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.

Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.

El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.

La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.

En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.

Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.

Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.

Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.

Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.

Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.

Continuar Leyendo

MUNDO

En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales

Publicado

el

Actualidad, por Alberto Gómez R. //

En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.

La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.

LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN

La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.

Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.

El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.

DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA

El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.

La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.

En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.

FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN

La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.

Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.

La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.

RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES

Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.

Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.

El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.

El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.

EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE

El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.

El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.

En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.

El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.

Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.

Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.

El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.

Continuar Leyendo

Tendencias

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.