NACIONALES
Imposibilidad de consensos

Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //
El discurso rijoso que todos los días se repite desde palacio nacional, aunado al clima pre electoral, nos tiene ante un país dividido, partido por la mitad. El ejercicio autocrático del poder hace nugatorio el ejercicio de la política como forma de construir acuerdos en un estado democrático.
El gobierno que debiera ser plural y abierto a todas las fuerzas sociales, económicas y políticas, se tornó, desde el primer momento en un gobierno militante, más ocupado en la rentabilidad política de sus acciones a favor de su partido, que en buscar la unidad nacional.
Los costos de recurrir a la aniquilación del contrario y negarse al ejercicio de la política, entendido como la vía del diálogo para la obtención de consensos, los está cosechando ya, precisamente en el ocaso de su administración. Sus intentos por modificar la Constitución, en la segunda mitad del sexenio, han sido derrotados en las Cámaras legislativas y las 18 modificaciones constitucionales que obtuvo en la primera mitad, cuando contó con una mayoría artificial e ilegalmente constituida, han sido controvertidas y revertidas en parte por la Suprema Corte de Justicia. La necedad de que fueran aprobadas sin discusión y sin cambiarle ni una coma, negó la práctica parlamentaria y hoy, las propuestas presidenciales rebotan ante un bloque opositor surgido para rescatar algo de dignidad y legalidad.
Esa resistencia al diálogo ha hecho que en la realidad, la cuarta transformación pregonada haya quedado en mera pirotecnia de efecto electoral. No se puede descalificar la intención transformadora, ni desaprobar los postulados generales de este gobierno a favor de reducir pobreza y desigualdad, pero si se puede imaginar lo que hubiera sido posible si en vez de la determinación absolutista con la que se buscó imponer medidas irracionales, dictadas más al parecer por capricho e improvisación que por razones técnicas, se hubieran concertado y convencido a los actores de la viabilidad y beneficios.
Es lamentable que, ante la falta de consensos con la sociedad, y la evidente inutilidad del gabinete presidencial, la administración avance en los hombros de las fuerzas armadas y no siempre con buenos resultados.
En el tema de seguridad, las fuerzas estatales fueron desvencijadas y las municipales ignoradas para fortalecer a la Guardia Nacional militarizada. Los resultados están a la vista, la delincuencia controla muchos territorios y se expande, mientras en palacio se exhiben estadísticas que riñen con la realidad.
Ahora la SEDENA es accionista junto con el Banco del Ejército, de una paraestatal denominada Grupo Aeroportuario, Ferroviario de Servicios Auxiliares y Conexos, Olmeca-Maya-Mexica, que habrá de controlar cuando menos 12 aeropuertos, una línea ferroviaria, Tren Maya, así como hoteles y líneas aéreas. Construye aeropuertos, caminos, sucursales bancarias, vías ferroviarias y lo que ordene el presidente. La Marina también participa y al igual que el ejército administra aeropuertos, puertos, y aduanas.
Esta omnipresencia de las fuerzas armadas cumpliendo órdenes directas, representa la verdadera cara del régimen, incapaz de construir desde la estructura civil el andamiaje de la transformación soñada, nunca explicada ni expuesta orgánicamente, sino solo imaginada en la retórica presidencial.
El discurso vindicativo, la necesidad de legitimar decisiones a costa de desprestigiar a los supuestos adversarios y la lógica de fortalecimiento electoral mantuvo a este gobierno alejado de los acuerdos y la presidencia republicana se tornó en autocracia.
Los resultados están hoy muy lejos de lo que se esperaba y por ello la urgencia de dejar sucesión que continúe, pues será necesario tapar los grandes hoyos que deja. Seguridad, energía, salud, educación, deuda, tienen saldo negativo y son ecuaciones a resolver, así como el déficit presupuestario y el apalancamiento de los recursos para los programas sociales.
El balance de este gobierno no le es favorable, salvo en este renglón de los programas sociales, los cuales han servido para compensar, y mal, la pérdida de capacidades institucionales.
El clima de polarización que la conducta presidencial creó hizo imposible tener espacios de negociación que permitieran mejores logros, y hoy en época electoral son inimaginables.
Las intenciones y acciones del gobierno, intentando la colonización o mediatización de los órganos electorales, nos acerca peligrosamente a una elección de estado y pese a ello, la ciudadanía tendrá que decidir el 2 de junio, con un país partido por la mitad, el gobierno y el futuro que queremos.
Urge rescatar los altos valores de la política y no será con una elección de estado, como se avizora, que este país recupere la capacidad de conducirse como sociedad unificada en propósitos y metas. La propuesta del bloque opositor, de un gobierno de coalición, suena atractiva para conseguir en principio la reconciliación nacional y encontrar un proyecto común, diferente a la propuesta oficial sectaria, disfrazada de humanismo. Avanzar juntos requiere de consensos que en este momento son imposibles de alcanzar, y ya sabemos por qué.
NACIONALES
Los claroscuros de Claudia Sheinbaum

Desde los Campos del Poder, por Benjamín Mora Gómez //
Claudia Sheinbaum, gracias a la democracia, es presidente, aunque está a punto de destruirla, pues no la cree digna de seguir viva. Para organizarnos como sociedad solo hay un camino y un modo: La democracia. Quien atenta contra ella es un criminal de lesa humanidad.
Claudia Sheinbaum es una mujer de claroscuros graves y pronunciados. Una mujer que no entiende, quizá por incapacidad, o no quiere entender, por obvia indolencia, que lleva un lastre -Andrés Manuel López Obrador- que debe limpiarse si acaso desea terminar su mandato con resultados medianamente aceptables.
El gobierno de Claudia Sheinbaum estará siempre opacado por dos hechos que ella misma se ha impuesto y la flagelan: El golpe de Estado al Poder Judicial que pretende dar en el primer domingo de junio próximo y su ley mordaza a la comunicación que nos aguarda.
Sugiero a Claudia Sheinbaum escuchar a Virginia Woolf, escritora británica, cuando nos dice: “No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”. Sheinbaum siempre podrá hundirse más y más.
El mayor pecado de cualquier político es no dar crédito a las ansias de libertad del pueblo. A Claudia Sheinbaum le aterra la democracia. He sostenido que la democracia obliga a un diálogo inteligente y perspicaz entre el pueblo y el gobernante y eso implica un riesgo para quien teme a la verdad.
En la democracia, el pensamiento, la conciencia y la palabra deben permanecer siempre libres, aunque al gobernante no le agraden o incomoden. A pocas semanas del inicio de su mandato, de no enmendar sus terquedades, el gobierno de Claudia Sheinbaum jamás será un buen referente mundial sobre la verdad y democracia.
Claudia Sheinbaum debe entender que no puede acallar al poder de la voz popular sin correr el riesgo de que el pueblo se haga del poder de las armas, de inicio, y después, que el mundo nos bloquee de mil y un modos. Claudia Sheinbaum podría descubrir que siempre hay cosas peores que los aranceles de Trump.
Aprendí que sólo cuando comprendemos que hemos encontrado la mejor de las causas es que asumimos un compromiso y nos entregamos a su consecución. Hoy, la mejor causa en México es defender nuestra democracia. Me preocupa la incapacidad de la presidente para advertir las anomalías éticas de su gobierno. La realidad da golpes de timón que pocos saben sortear.
Hemos aprendido que la construcción de la democracia implica la suma de voluntades de un pueblo y de la nación por ellos construida durante décadas. El Estado mexicano no puede convertirse en delincuente para combatir a criminales. La Suprema Corte de Justicia de la Nación se extralimitó en muchos casos, como al pronunciarse por derechos contra natura, como el de permitir asesinar a un ser humano no nacido en aras de complacer a mujeres enfurecidas por ser mujeres y quedar embarazadas.
Es cierto que tenemos jueces corrompidos que se someten a quien tiene dinero, poder político o se complace en el crimen, pero todo eso no se acabará por dar un golpe de Estado al Poder Judicial como el que pretende Sheinbaum. Es deficitario como deficiente su inteligencia procesal.
La 4T de López Obrador prevalece en sus fijaciones discursivas, muchas de ellas peligrosas y sin cimientos en la razón. Los caprichos enfermos del expresidente contagian a su heredera, y aunque le parezca que todo lo logra, es un pensamiento propio del perdedor por condena propia. No tiene conciencia del derrotismo que busca acallar.
Se nos convoca a no votar en la elección del primer domingo de junio próximo y a manifestar nuestro repudio en una marcha nacional: ¡Hagámoslo! Cuando no hacemos todo lo que en nosotros está para que lo justo prevalezca, somos tan culpables como quien genera algo injusto. El silencio ante el atentado a nuestra democracia y libertades de Sheinbaum es criminal por indolencia.
Claudia Sheinbaum, quizá, el mismo domingo de los cuchillos largos antidemócratas, se atreverá a festinar su crimen. Su linaje anticonstitucional la dominará. Su narrativa recurrirá a más mentiras. Por herencia y gratitud (maldita herencia y perversa gratitud), Claudia Sheinbaum complace a Andrés Manuel López Obrador en eso de dar la última estocada a la historia libertaria de México expresada en leyes, jueces y magistrados.
En el “Silencio de los corderos” de Thomas Harris, al hablar del equilibrio entre el control y el caos, escribe: “No te desvíes de eso. No te desvíes ni un ápice por ninguna razón”. Claudia Sheinbaum, hoy se desvía del mandato que juró cumplir y hacer cumplir cuando asumió la presidencia de México. El piso por el camino es bastante resbaladizo. ¡Cuidado!
La democracia es, por esencia, voluntad de encuentros entre iguales y distintos para la construcción del espacio de acuerdos que unan. La democracia exige de pasión, inteligencia, humildad y voluntad, todas férreas. Es hora de que Claudia Sheinbaum comprenda que, en las cosas del poder político, cada una de sus intenciones se lee e interpreta por el pueblo de maneras distintas.
ENTREVISTAS
Fabiola Moreno Pérez: Ofrece justicia penal con sensibilidad y experiencia

Por Gabriel Ibarra Bourjac //
Con “24 años en la carrera judicial, habiendo transitado por todos los escalafones”, Fabiola Moreno Pérez es una figura destacada del Poder Judicial de la Federación. Desde su rol como magistrada en un Tribunal Colegiado Penal en Jalisco, donde ha servido durante cuatro años tras una década como juez de distrito, Moreno ha resuelto casos complejos como feminicidios y desaparición forzada, siempre con un enfoque humano.
“Contribuir a la creación de criterios y tesis jurisprudenciales que amplían el acceso a la justicia para las víctimas” es para la maestra Fabiola Moreno, uno de sus mayores legados, reflejando su compromiso con una justicia abierta y efectiva, quien aspira a ser electa magistrada en materia penal en las elecciones para la renovación del Poder Judicial Federal el próximo 1 de junio.
Moreno, inspirada desde niña por “las injusticias” que observó en su pueblo en Chihuahua, ve en este proceso una oportunidad para acercar el Poder Judicial a la gente. Sin embargo, advierte que “el mayor desafío es informar a la ciudadanía sobre su rol”, enfrentando el desconocimiento y críticas que “carecen de análisis profundo”.
Moreno aboga por una justicia que vaya más allá de la legalidad, “colocando a la persona en el centro”. Desde la protección de niñas vulnerables hasta la incorporación de la perspectiva de género, su labor demuestra que la equidad y la imparcialidad son pilares irrenunciables.
LAS INJUSTICIAS LA MOTIVARON A ESTUDIAR DERECHO
P: ¿Qué la motivó a dedicarse a la carrera judicial?
Crecí en un pueblo de Chihuahua, donde las injusticias me motivaron a estudiar derecho, inspirada por mi hermano, magistrado estatal. La materia de amparo, que protege derechos humanos, me apasionó, y un maestro con visión humana reforzó mi vocación de servir a la justicia.
P: ¿Cuáles son las principales responsabilidades de un Tribunal Colegiado de Distrito y por qué es crucial su labor?
Los Tribunales Colegiados de Distrito revisan apelaciones y amparos como última instancia, resolviendo casos penales para determinar penas o revisar sentencias. Analizamos errores procesales, garantizando constitucionalidad y derechos humanos, actuando como contrapeso al poder público.
P: ¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta el Poder Judicial en el contexto actual de reformas judiciales y presión social?
El mayor desafío del Poder Judicial es informar a la ciudadanía sobre su rol, especialmente con la reforma que introduce la elección de jueces. El desconocimiento, las restricciones de comunicación y las críticas poco fundamentadas complican la tarea. Urge garantizar votos informados por perfiles éticos.
P: ¿Comparte las críticas al Poder Judicial y qué tan necesaria considera esta reforma?
No comparto todas las críticas al Poder Judicial, ya que carecen de análisis profundo. La reforma actual es limitada, pues ignora problemas estructurales como las deficiencias en ministerios públicos, defensorías y comisiones de víctimas, esenciales para una justicia efectiva.
P: Cuando enfrenta casos con alta carga política o social, ¿qué principios guían sus decisiones para garantizar la imparcialidad?
La imparcialidad es el principio rector en todos los casos, independientemente de su magnitud. Los magistrados contamos con causas de impedimento que nos permiten excusarnos si percibimos que la presión social o cualquier factor podría comprometer nuestra neutralidad.
P: ¿Cómo incorpora la perspectiva de género en sus resoluciones y qué avances o retos observa en este enfoque?
La perspectiva de género es esencial en la justicia, aplicándose a víctimas, imputados y casos con desequilibrios de poder. Requiere pruebas de oficio, análisis sin prejuicios y lenguaje no estigmatizante. Pese a avances en capacitación, persisten resistencias culturales y falta de sensibilización.
P: ¿Qué medidas son esenciales para fortalecer la autonomía de los jueces y magistrados?
La autonomía judicial requiere selecciones transparentes y meritocráticas, sin influencias políticas. Pese al componente político de la elección popular, los candidatos deben ser éticos y experimentados para actuar independientemente, sin presiones, y mantener la confianza en el sistema.
P: ¿Cómo ha transformado la tecnología, como los juicios en línea o el expediente electrónico, el trabajo de los tribunales colegiados?
La digitalización, como el expediente electrónico, agiliza procesos judiciales, ahorra recursos y facilita la justicia con mayor acceso a internet. Aunque los servidores limitados son un riesgo, las oportunidades son mayores. La inteligencia artificial puede apoyar tareas administrativas, pero nunca reemplazar el análisis humano.
P: ¿Qué habilidades considera fundamentales para los magistrados en el siglo XXI y cómo se mantiene actualizada?
Los magistrados necesitan conocimientos jurídicos, sensibilidad humana y adaptabilidad. La capacitación continua es clave, con cursos del Poder Judicial, pero las altas cargas de trabajo limitan su uso. Me mantengo actualizada en avances legales y tecnológicos para enfrentar retos.
P: ¿Podría compartir una experiencia que haya marcado su carrera como magistrada?
Un caso impactante involucró a dos niñas sustraídas y violentadas por su abuela, quien las privaba de educación por motivos económicos. Mediante un amparo, ordenamos su protección inmediata, reafirmando la necesidad de actuar rápido y con sensibilidad por los vulnerables.
P: ¿Cuál es la diferencia entre justicia y legalidad?
La legalidad implica aplicar la ley y la jurisprudencia, mientras que la justicia va más allá, colocando a la persona en el centro. Justicia significa considerar el contexto, las particularidades de cada caso y las condiciones de vida que llevaron a una persona a determinada situación. La ley no puede prever todos los escenarios, por lo que un magistrado debe resolver con equidad, buscando lo más justo para cada individuo en su realidad específica.
P: ¿Por qué deberían los ciudadanos votar por usted en la elección del 1 de junio?
Mi trayectoria de 24 años en el Poder Judicial, mi experiencia resolviendo casos complejos y mi compromiso con una justicia humana y accesible me respaldan. Tengo la sensibilidad y la vocación para impartir justicia con puertas abiertas, priorizando a las víctimas y colocando a las personas en el centro del sistema. Mi objetivo es garantizar resoluciones éticas y equitativas que fortalezcan la confianza en el Poder Judicial.
¿QUIÉN ES FABIOLA MORENO?
“Llevo 24 años en la carrera judicial, habiendo transitado por todos los escalafones, desde secretaria de estudio y cuenta hasta magistrada. Durante 12 años he sido juzgadora en Jalisco, primero como juez de distrito en materias penal, civil, administrativa y laboral, y desde hace cuatro años como magistrada en un tribunal colegiado penal.
He resuelto casos de gran relevancia, como delitos de delincuencia organizada, feminicidios, desaparición forzada, abuso infantil y violencia familiar, que son asuntos complejos y emocionalmente demandantes. Sin embargo, uno de los aportes más significativos ha sido contribuir a la creación de criterios y tesis jurisprudenciales que amplían el acceso a la justicia para las víctimas, promoviendo mayor apertura y asesoría jurídica efectiva.
ENTREVISTAS
Nadia Licón, candidata a magistrada en materia administrativa: «Todos podemos transformar la justicia con nuestro voto»

Por Francisco Junco //
El 1 de junio de 2025 marcará un antes y un después en la justicia mexicana. Por primera vez, los ciudadanos decidirán quiénes impartirán justicia en los tribunales federales, un hito que Nadia Licón, candidata a magistrada del Tribunal Colegiado en Materia Administrativa en Jalisco, ve como una oportunidad histórica.
“Todos podemos contribuir a la transformación del Poder Judicial con nuestro voto”, afirmó a Conciencia Pública con una mezcla de convicción y calidez. Con 27 años de servicio en el Poder Judicial Federal, Licón no solo busca un cargo, sino acercar la justicia a la gente, haciéndola transparente, ética y humana.
UNA VIDA DEDICADA A LA JUSTICIA
Nadia Cecilia Lupita Licón González, conocida como Nadia Licón, comenzó su carrera judicial a los 19 años como meritoria en el Tercer Tribunal Unitario. “Sin salario, solo con la sed de aprender, me enamoré de la función jurisdiccional”, recuerda.
Nacida el 12 de julio, Día Nacional del Abogado, bromea: “Soy abogada de nacimiento, pero lo elegí por vocación”. Criada en una familia de maestros, su hogar estaba lleno de libros jurídicos que encendieron su pasión por la justicia. Tras un breve paso por el litigio durante la universidad, ingresó al Poder Judicial Federal en 1997 y nunca se fue.
Hoy, como secretaria del Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, aspira a ser magistrada en el mismo órgano. “Los magistrados revisamos sentencias de jueces de distrito en juicios de amparo, en áreas como salud, educación o medio ambiente”, explica.
La materia administrativa, señala, exige aprendizaje constante por su impacto directo en la vida cotidiana. “Las leyes cambian de un día a otro. Debemos estar preparados para que la justicia realmente sirva a las personas”.
UNA ELECCIÓN HISTÓRICA Y DESAFIANTE
La elección de jueces por voto popular, establecida por la reforma constitucional de 2024, ha generado controversia. Licón reconoce su politización: “Pasar de concursos internos a voto público lo cambia todo, pero me ha abierto puertas”. Como servidora pública, enfrenta restricciones: no puede hacer campaña de 9 a 15 horas, no recibe fondos públicos ni privados, y depende de recursos propios y redes sociales. “En Facebook e Instagram comparto mis recorridos calle por calle. La gente me sigue, comparte mis historias, y eso me emociona”, dice.
La campaña no ha sido sencilla. “Al principio, no sabía cómo presentarme. Muchos desconocían que habría una elección judicial”, admite. Sin embargo, tras semanas de esfuerzo, nota un cambio: “Ahora la gente sabe, incluso me dice por quién votará”.
Las limitaciones de tiempo y presupuesto no la detienen; al contrario, la han acercado a la ciudadanía, revelándole cuánto desconocen sobre el Poder Judicial. “Estar detrás de un escritorio nos ha aislado. Esta campaña me abrió los ojos: la justicia debe ser accesible”, reflexiona.
UNA JUSTICIA CERCANA Y TRANSPARENTE
Licón propone usar las redes sociales para difundir resoluciones en lenguaje claro, sin tecnicismos. “Que la gente entienda cómo resolvemos, que el Poder Judicial no sea algo lejano”, insiste.
Su compromiso es claro: independencia, ética y cero tolerancia a la corrupción y el nepotismo. “Actuaré con la transparencia y autonomía que he practicado en 27 años. Aunque soy secretaria, no estoy exenta de presiones, pero mi brújula es la Constitución y los derechos humanos”, asegura.
Cita la reforma constitucional de 2011, que prioriza el mayor beneficio para las personas, especialmente grupos vulnerables. “Si un tratado internacional protege más que la Constitución, lo aplicamos. Los derechos humanos son la guía”, explica. Su visión se basa en criterios de la Suprema Corte que exigen sensibilidad y perspectiva de género en las sentencias.
UN CASO QUE MARCÓ SU CARRERA
Uno de los momentos definitorios de su trayectoria ocurrió en un tribunal colegiado auxiliar, donde analizó un amparo penal. Un hombre, condenado por abuso deshonesto contra su hijastra de cinco años, buscaba reducir su pena. El caso era desgarrador: la niña, ignorada por su madre y las autoridades, seguía viviendo con el agresor durante el proceso. “Nadie la escuchó. Su dolor era invisible”, recuerda Licón.
Como secretaria proyectista, Licón propuso priorizar el interés superior de la menor. El tribunal negó el amparo y ordenó una reparación integral: atención psicológica, medidas de protección y seguimiento institucional.
La sentencia, emitida en 2013, incorporó tratados internacionales y perspectiva de género, ganando un premio nacional de la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia. “Era crucial que esa niña sintiera que el Estado la protegía. Eso es justicia”, afirma Licón. Este caso refleja su enfoque: mirar más allá del expediente, reparar el daño y dar voz a los vulnerables.
UN VOTO POR LA TRANSFORMACIÓN
El 1 de junio, los ciudadanos recibirán seis boletas electorales, una por cada cargo judicial en disputa. La boleta rosa, para tribunales colegiados en materia administrativa, incluirá 28 candidatos, con Licón entre las mujeres aspirantes. “El votante puede escribir mi número, subrayar mi nombre o escribirlo completo. Lo importante es la intención”, explica, destacando la flexibilidad del proceso para facilitar la participación.
Licón insiste en no desanimarse por la complejidad. “Hay tutoriales y simuladores. Lo esencial es votar. No dejen pasar esta oportunidad histórica”, urge. Su campaña, financiada con recursos propios, ha sido una lección de cercanía. “Me ha mostrado lo que la gente quiere: un Poder Judicial transparente, eficiente y humano”, dice.
Apartidista, su compromiso es con la ciudadanía, no con partidos. “Mi lealtad es con quienes me han abierto sus puertas y votarán”, asegura.
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