NACIONALES
La Marcha por la Democracia
Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
La defensa de la democracia es la bandera que llevó el domingo 18 de febrero a la clase media mexicana a salir a la calle y manifestarse contra las políticas centralistas y de control político del gobierno de López Obrador. La clase media que es el motor de la sociedad llenó el Zócalo de la Ciudad de México y marchó en más de 100 ciudades del país.
¿Cuántos marcharon? ¿cientos de miles? sumando los manifestantes de la Ciudad de México y en cerca de 100 ciudades del país, el número podría superar el millón de ciudadanos que expresaron su desacuerdo con las políticas del sexenio que ha encabezado López Obrador y cuya bandera ha sido: “Primero los pobres y la lucha contra la corrupción”.
El Zócalo de la Ciudad de México que ha sido el gran bastión de los morenos, lo abarrotaron esas familias que pocas ocasiones se manifiestan y lo hacen cuando llegan al hartazgo con los malos gobiernos.
Hace seis años las clases medias del país inconformes con la soberbia de una clase política rapaz, con los grandes negocios de una élite, la corrupción campante y la incapacidad para resolver problemas, con una inseguridad creciente y un estancamiento de la economía con mínimo crecimiento llegó al hartazgo, buscando un cambio y en ese estado emocional y de frustración votaron por la propuesta que ofrecía López Obrador en su tercera campaña presidencial.
DISCURSO CRÍTICO E INCLUYENTE
En Guadalajara la única oradora fue la jovencita Karla Magaña quien logró articular un discurso inteligente, fuera de la polarización que divide al país, con señalamientos críticos respecto a la defensa de la democracia y el reclamo por la anhelada paz social, contra el gobernante que cierra sus oídos a la crítica y trata de erigirse en la única voz y que pasará a la historia como un intento de dictador, un vanidoso amante de reflectores.
La voz de los manifestantes se fusionó en un grito de poner alto al autoritarismo y teniendo como base de protesta la defensa de la democracia, de que el INE sea imparcial, que el voto sea libre, un repudio a lo que se teme se convierta en una elección de Estado.
Y algo que para mi cobra mayor importancia con las siguientes frases que pronunció la oradora Karla Magaña a propósito del extremismo de derecha y las expresiones de odio, muy similares a los radicales de la 4T que hemos visto en redes, donde hasta profesionistas maduros le han entrado al juego de la polarización, conforme lo vemos en sus mensajes. El mensaje incluyente de Karla me pareció de la mayor pertinencia por el momento que vive el país:
“Pero tengamos cuidado, no queremos un México dividido: Aquí no olvidamos a nadie, aquí no hay “buenos o malos”; aquí nadie se queda afuera. México nos necesita a todos, a cada miembro de tu familia; algunos caminarán más lento, otros más rápido, pero no debemos olvidar a nadie, lleguemos todos juntos a la construcción de un país libre, soberano, verdaderamente incluyente”.
EL FRACASO DE LA 4T
Preguntamos: ¿Cuál ha sido el principal fracaso de este gobierno? ¿Está en la seguridad, en la salud, en la educación, en la lucha contra la corrupción?
Hoy hemos visto el desencanto ante las políticas de la llamada 4T cuando no hay mejora en la economía, el crecimiento es mínimo y los problemas tienden a agudizarse, como lo vemos en la inseguridad que está peor que hace seis años, en el desastre que resultó la política de salud y cuando la lucha contra la corrupción es un engaño.
En el tema de la seguridad, el gobierno ha impulsado su estrategia de “abrazos no balazos”, que implica no usar la fuerza del Estado para enfrentar y acotar a los grupos criminales que en no pocos estados del país imponen su ley al gobierno, ejemplo de ello son Guerrero, Colima, Michoacán, Tamaulipas, Baja California, Sonora, Jalisco y otros más donde los diversos niveles de gobierno se han visto rebasados.
Se creó la Guardia Nacional y en un principio le dimos el beneficio de la duda con la esperanza de que esa propuesta funcionaria, dándole el tiempo necesario para que este nuevo organismo de seguridad se pudiera desdoblar y se articulara, pero ya estamos en el último año del sexenio y los números crudos, duros y fríos es la mejor respuesta: son cerca de 180 mil homicidios y al ritmo que vamos, al término del gobierno del político tabasqueño llegaremos a 200 mil. Recordemos que con Calderón fueron 139 mil homicidios violentos; con Peña Nieto 150 mil y con AMLO un 25 por ciento más alto que éste último.
En el tema de la lucha contra la corrupción, el gobierno de AMLO supuestamente le declaró en su primer año la guerra a los grupos criminales que se han dedicado a la ordeña de los ductos de gasolina de Pemex. Incluso mandó a comprar pipas al extranjero para abastecer a zonas y regiones del país, para salir delante de los golpes que estaban dando estos grupos y que provocaba se paralizara el abastecimiento de los hidrocarburos.
¿Qué pasó con los ataques del gobierno a los llamados “huachicoleros? ¿Los acabaron? ¿Ya no hay robo de gasolina?
Es otro ruidoso fracaso ya que el propio Pemex acepta que en estos seis años se ha disparado el robo de huachicol. Datos entregados por la paraestatal muestran que de diciembre de 2018 a octubre de 2023 se han registrado 62 mil 441 tomas ilegales en sus ductos (Diario El Univeresal). El ilícito ha crecido 117% en lo que ha transcurrido del sexenio, respecto a la administración anterior que encabezó Peña Nieto que conforme al reporte de Pemex fue de 28 mil 835 perforaciones ilegales.
Vamos a ver el impacto de esta mega-marcha, qué tanto puede incidir en el proceso electoral, si es el despertar de la clase media o simplemente fue una expresión de hartazgo con poca trascendencia política; ya en el pasado se han presentado otras manifestaciones, pero que allí han quedado para el anecdotario.
¿Qué sigue?

