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NACIONALES

Las marchas

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Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //

En las marchas políticas siempre hay un antes y un después. Un antes que motiva la movilización, un hecho público que cause irritación o un acto de gobierno que concita las voluntades y las expresiones para protestar o apoyar tal decisión o intención, y un después que transita por la evaluación de sus efectos.

Pocas en México han tenido tanta trascendencia como la realizada el domingo 13 de noviembre, en principio por el antes en forma de una iniciativa de reforma electoral que busca alterar la integración del poder legislativo, la elección de los integrantes de las cámaras, así como a los órganos encargados de la organización, realización y calificación de los votos y elecciones. Iniciativa cuyo trámite en el poder legislativo estuvo impregnado de autoritarismo, rigidez y negación a la discusión que trajo consigo la polarización del debate y así trascendió a la sociedad, polarizada a la vez por un consuetudinario discurso presidencial repleto de clasificaciones sociales y descalificaciones a sus críticos. Este mismo discurso fue un prolegómeno de la propia marcha, pues desde su anuncio y convocatoria a la marcha la narrativa presidencial se exacerbó y a la descalificación siguió la burla y el reto fanfarrón para que acudieran al zócalo de la Ciudad de México.

El después ha sido sorprendente, tanto para el propio titular del poder ejecutivo que ha tenido que recalibrar la profundidad del rechazo a sus medidas y pretensiones, como para los organizadores que tendrán que crear una estrategia para capitalizar la respuesta ciudadana. Los efectos han sido inmediatos y un primer logro ha sido la reactivación de la alianza opositora en el poder legislativo, comprometida a no dejar pasar la controvertida y polémica iniciativa y por otro lado, el empoderamiento del ciudadano por el conocimiento de su poder de movilización. A los partidos les debe haber quedado claro que ya no pueden decidir por el ciudadano y que los arreglos cupulares y componendas legislativas no pasarán como antes.

Por su parte el presidente que ha dicho que dicha iniciativa de reforma electoral busca democratizar y hacer partícipe al pueblo en la vida política del país, también le debería haber quedado claro que fue el pueblo, su otro pueblo, el que está tumbando esta pretendida reforma en un abierto rechazo a las decisiones autoritarias y a la imposición de normas y procesos sin consensos. E insisto en el término debería, porque parece que no fue así y retoma el discurso beligerante y retador convocando a otra nueva manifestación, ahora encabezada por él mismo, para anteponer la manifestación de su fuerza, la fuerza del poder y los recursos públicos, a lo que fue una espontánea explosión ciudadana, no contra él en lo particular, sino contra una decisión que una gran mayoría, la otra mayoría ignorada y menospreciada, rechaza.

El antes de esta marcha convocada para el 27 de noviembre estriba solo en la voluntad presidencial, en la afirmación de su estrategia polarizadora que ha conformado en su visión maniquea de un México bueno y otro malo. Bueno él y sus seguidores, el resto somos los malos. Una marcha para decir, nosotros somos más. Una marcha enmarcada en uno de sus múltiples informes que más que reflejar la realidad la ocultan en la bruma de manifiestos ideológicos, una realidad alterna, la suya. Ese es el antes de la marcha convocada por el gobierno, para oponerla a otra realizada por el pueblo, es decir, el gobierno contra su pueblo.

El después estará por escribirse y en el momento solo para imaginarse, que el 27 de noviembre habrá una movilización nacional, con recursos públicos por supuesto, para llenar el zócalo y calles aledañas, lo que lograrán, con el propósito formal y explícito de alabar la obra gubernamental, como aquellas del priismo viejo. Los efectos también predecibles serán eso, una cataplasma al ego presidencial ahora magullado por el rechazo ciudadano a su propuesta de reforma. Fuera de eso no habrá cambio alguno.

Si hemos de medir ambas marchas por su trascendencia, sin duda que sale ganando la del 13 de noviembre por la toma de conciencia de la fuerza de la ciudadanía organizada y por haber evitado el asalto al INE y la imposición autoritaria de un sistema de representación y de elecciones con más malicia que sentido democrático.

Nada trascendente tendrá la siguiente; al vaciarse el zócalo el discurso presidencial seguirá siendo el mismo, burlón, retador, maniqueo, polarizante, y tanto la marcha como la narrativa seguirán siendo los distractores que el régimen necesita para evitar que trascienda lo que cada vez es más obvio, el fracaso gubernamental. Los postulados con los que se abordó el poder como el combate a la corrupción, la redistribución social, la construcción de una sociedad más justa, el perfeccionamiento del sistema de salud, el combate a la inseguridad, la protección del medio ambiente, los asuntos de género y feminismo, siguen pendientes sin avances sustantivos a cuatro años de gestión de gobierno y seguramente, no serán temas para la marcha convocada. Eso sí, la maquinaria para la movilización electoral tendrá otro ensayo sin importar lo que cueste, hay “cash”.

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CARTÓN POLÍTICO

¿Quién se cansa primero?

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NACIONALES

Encuesta de Datalink: Gana el debate Claudia Sheinbaum con 59.7% favorable, Xóchitl obtiene el 35.4%

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Claudia Sheinbam, candidata de la Coalición “Sigamos haciendo historia”, ganó el segundo debate presidencial, según encuesta levantada por Datalink a través de la metodología de Inteligencia Artificial con una confiabilidad del 95% y un margen de error de más o menos 5%. Sheinbaum logró el 59.7%, Xóchitl Gálvez el 35.4% y Jorge Álvarez Máynez el 3.8%.
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NACIONALES

El segundo debate: Se dicen desde narcocandidata hasta corrupta y mentirosa

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

Al igual que el primero en este segundo debate, poco vimos de distinto. Ataques, descalificaciones, se dijeron narco candidata, mentirosa y corrupta, como si fuera una competencia para ver quien tiene más negativos, porque si nos vamos a lo que se expresaron las dos mujeres que aspiran a la presidencia de México, una de otra, ninguna debería gobernar este país.

Xóchitl le dice a Sheinbaum que tiene una empresa que contamina y que evade impuestos al estar en paraísos fiscales, que es una mentirosa, porque tiene escondidas cuatro casas, mientras que Sheinbaum la refutó al decirle que como funcionaria pública tuvo 17 contratos con el gobierno lo cual es ilegal y es un delito.

La hidalguense le espetó y le dijo que “son negocios legales”, que ella no violó la ley. Y luego lo “pior”, Xóchitl se bajó al nivel de las redes al decirle #Narcocandidata a su contrincante, sin tener mayores elementos que así lo fundamentara, lo que me parece muy delicado y muestra el bajo nivel de dicho debate.

Vino la respuesta cuando Sheinbaum al señalarla de corrupta y mentirosa, refregándole los negocios que ha hecho con el gobierno, siendo funcionaria pública, además de desmentirla que sea dueña de una empresa como lo aseveró la candidata de Fuerza y Corazón por México, al ser ésta de su abuelo y posteriormente pasar a propiedad de su madre, cuando aquel falleció.

EL IMPACTO DE LAS DESCALIFICACIONES

¿Cambiará la tendencia de votos que se ha hecho sentir en todo el país entre las candidatas y el candidato a presidencial después del segundo debate?

Como se ha señalado, un debate difícilmente gana una elección, o sólo que el candidato que esté abajo gane por KO, lo cual no vimos en este segundo enfrentamiento en el que se vio a una Xóchitl Gálvez más desenvuelta, siguió, al igual que en el primero, lanzando golpes, pero ninguno de ellos fue contundente.

La llamada de atención de la moderadora Adriana Pérez Cañedo a Xóchitl encendió a las redes al manifestarse las tendencias, cuando éste incumplió el acuerdo de no mostrar mensajes en cartulinas cuando tuviera la palabra los otros contendientes.

Los Xochilovers y los chairos se lanzaron a las redes sociales, cada quien para afirmar y remarcar que una y otra estaba ganando y asestando una madriza a la que está enfrentr. Vimos muy activos a Carlos Alazraki, a Vicente Fox y luego en el postdebate a un descompuesto de Germán Martínez como vocero de Xóchitl, entrevistado en el programa de análisis del debate de Televisa quien sin analizar los contenidos, las mentiras y contradicciones que cada una expresó no lo argumentó para repetir #LaCandidataDeLasMentiras y la #Narcocandidata. ¿Finalmente cuál de las dos será la que impere en las redes sociales y en el postdebate?

En lo personal, creo que el debate lo ganó Jorge Álvarez Máynez, quien se mantuvo al margen de las descalificaciones, mostró más sobriedad, y aunque la competencia por la Presidencia está entre las dos candidatas presidenciales, el abanderado de Movimiento Ciudadano logrará subir algunos puntos que se traducirán en más votos y diputados para el partido naranja.

LAS ENCUESTAS

¿Qué señalan las primeras encuestas que tuvimos acceso sobre quién ganó el debate?

Tenemos dos: las de Massive Caller y la de Datalink con resultados muy encontrados, diametralmente opuestos. La de Massive Caller, que se ha distinguido por presentar encuestas con resultados muy distintos al de la mayoría que conocemos, ya que sostiene que la distancia de Claudia sobre Xóchitl es menos de un dígito, contra las que indican que la abanderada de Morena supera con 15, 20 y hasta 30 puntos a la de la Coalición Fuerza y Corazón por México.

Para Massive Caller la gran ganadora del debate es Xóchitl Gálvez con 56% de los encuestados, frente al 32.4% de Claudia Sheinbaum, mientras que Máynez obtiene el 11.6%.

Datalink a su vez muestra en su encuesta que la gran ganadora del debate fue Claudia Sheinbaum con el 59.7 que la vio mejor contra 35.4 que vio a Xóchitl ganar; A Álvarez Máynez lo vio ganar el 3.8% y únicamente el 1.1% señaló no tener opinión.

VIENE EL POSTDEBATE

¿Qué dicen las candidatas después del debate?

Claudia Sheinbaum expresó: Hemos ganado el debate, porque hemos presentado propuestas y hemos presentado un plan de desarrollo para los próximos seis años’’. Refirió que presentó una serie de propuestas para lograr más crecimiento económico; reducción de la desigualdad y la pobreza; creación de más y mejor infraestructura, así como su visión para la construcción de un país más sustentable”.

Xóchitl a su vez, escribió en sus redes: “Quien gana arrasa…ganamos el debate y vamos a ganar el 2 de junio. La cuenta regresiva empezó para Claudia y sigue en la lona. De esta no se levanta, de mi se acuerdan (…) En Morena se van a llevar la sorpresa de su vida el 2 de junio. Hay mucho voto oculto, pero ya estamos en empate y en menos de una semana vamos a estar arriba en las encuestas. No hay ninguna duda, vamos a ganar la Presidencia de México”.

Vemos un mensaje muy triunfalista, que tiene la finalidad de levantar el ánimo a sus seguidores. Vamos a ver que resulta de esto y que nos dice la realidad que suele ser más terca que todo.

Faltan 30 días para que esto terminé y se acaben las especulaciones y todo lo que estamos viviendo entre las posiciones y ataques de uno y otro bando, tan radicales los de la izquierda como la derecha.

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