Connect with us

JALISCO

Los libros de textos gratuitos y el magisterio, medios básicos para la educación: «Ni erotizan no buscan formar comunistas», Villanueva

Publicado

el

Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //

La niñez y la educación son fundamentales para el desarrollo de la nación. México se caracterizó desde el triunfo de la Revolución Mexicana, por auspiciar instrucción pública gratuita para todos los estudiantes de niveles básicos.

Sin embargo, no fue sino hasta 1959 cuando el 12 de febrero se decretó por el inolvidable Adolfo López Mateos, la creación de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito (CONALITEG). En el informe correspondiente, expresó el citado presidente: «En un país de tantos desheredados, la gratuidad de la enseñanza primaria supone el otorgamiento de libros de texto”.

El organismo antedicho, inmediatamente se dedicó a cumplir con su labor: convocó para escribir los textos, a maestros y escritores, y además para ilustrarlos, a notables pintores (como Roberto Montenegro, Raúl Anguiano (jaliscienses ambos), David Alfaro Siqueiros y Alfredo Zalce) y, para el 16 de enero siguiente -1960-, permitió que el poeta Jaime Torres Bodet (secretario de educación) llevara a cabo la primera entrega de esos impresos a los niños mexicanos, por cierto, en el pequeño poblado de El Saucillo, San Luis Potosí. Así se conmemoró el 150 aniversario del inicio de la guerra por la independencia nacional, y medio centenario del arranque de la Revolución maderista de 1910.

Nos dice un relato que ante “un panorama de grandes desigualdades en el sistema educativo, con crecidos retos por afrontar: la necesidad de institucionalizar la escolarización bajo el principio de un Estado educador; la desarticulación entre los contenidos y métodos de enseñanza; los problemas de cobertura de la demanda; la inequidad de quienes accedían a la educación básica y la falta de materiales que permitieran proporcionar servicios educativos de calidad. Por estas y otras razones, editar los libros de texto, era una decisión que permitía resolver o aminorar algunos de esos problemas, pues se presentaban como una oportunidad de homogenizar los contenidos, orientar la didáctica y disminuir los costos indirectos de la educación de las familias, lo cual mejoraba las condiciones para integrar a más estudiantes a las aulas.” (CONALITEG, BLOG, 31-08-2023).

Hemos de anotar, que en el principio de la historia de los Libros de Texto Gratuito, se alzaron algunas voces impugnando a dichas publicaciones, que por entonces solo cubrían los grados de primaria. Pero esas críticas, fueron más que nada alaridos de los siempre inconformes con el avance de las ideas y la impartición de la educación pública.

En este papel siempre se han destacado organismos al estilo de la Unión Nacional de Padres de Familia, -fundado como Asociación, y de ideas conservadoras, rayanas en la ultraderecha, muy adheridas al catolicismo tradicional- cuyo origen data del 27 de abril de 1917, época en que se emitió la Constitución Federal que nos rige, en la cual precisamente su artículo tercero está dedicado al tema educativo. En lo político, actualmente se ubican como afines al panismo, a sectores empresariales y ONG’S derechistas.

En general, la edición y distribución de estos materiales para la educación básica (ahora integrada por la preprimaria hasta los niveles secundarios) se llevó a cabo sin contratiempos mayores. Pero este año, el gobierno de la autollamada Cuarta Transformación (4T) al innovar los ya 70 libros que cubren el espectro educativo básico, desataron una serie de ataques -más que críticas- hacia dichos libros, al gobierno de la 4T y particularmente, del primer mandatario Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Esas casi descalificaciones de las obras en cuestión, sumaron a muchos comentócratas antiobradoristas, y como afirmó Jorge Zepeda Patterson: “muchos de mis colegas dedicados al análisis político han decidido, de una vez y para siempre, que son instrumentos perversos de adoctrinamiento y condenan al atraso a las futuras generaciones.” (Pensándolo-bien/la-batalla-de-los-libros-incómodos, 10-08-2023,Milenio).

No se crea que decimos exageraciones: el 2 de agosto, el líder del PAN, Marko Cortés, se lanzó contra esos libros y dijo en una entrevista con Ciro Gómez Leyva (otro lector de noticias muy conocido) que en su opinión los nuevos libros de la Secretaría de Educación Pública (SEP) “tratan de adoctrinar a los pequeños” por lo que les pidió a los padres de familia que los quemen y destruyan, algo similar a lo que ya había expresado Ricardo Anaya, el excandidato panista que anda, a salto de mata, en autoexilio voluntario. (diario Tribuna, 2-08-023). Esas invectivas, surten efectos, según se registró por La Jornada el 21 de agosto: “Habitantes de la comunidad San Antonio del Monte, municipio de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, quemaron ayer varios paquetes de los nuevos libros de texto gratuitos que les fueron enviados para sus hijos y exigieron que les entreguen los anteriores, con el argumento de que su contenido es “comunista” y “son del diablo”. Los pobladores, son en su gran mayoría indígenas tzotziles, de credo evangélico. Paradójicamente, la escuela a la que privaron del material docente, se llama Benito Juárez García, y tiene 700 niños y niñas. Los inconformes apilaron los libros con todo y cajas, les rociaron gasolina y les prendieron fuego, porque como dicen son del diablo, “por eso no se queman tan rápido”.

Se llegó el 28 de agosto, fecha del inicio del ciclo escolar 2023-24, lo cual conlleva la entrega de los libros de texto gratuitos, casi 200 millones de ejemplares. Para ese día, ya se habían amparado algunos gobernadores de oposición, (Chihuahua y Coahuila) y otros como Jalisco, habían abierto un paréntesis, en espera del desenlace judicial. En el caso de los mencionados Estados, el ministro de la Suprema Corte de Justicia, Luis María Aguilar Morales, determinó con gran rapidez, que los materiales educativos no se repartan. Por ello lo señaló AMLO, aduciendo que su conducta contrasta con asuntos como la deuda fiscal de Ricardo Salinas Pliego, que siendo de 25 mil millones de pesos, duerme el sueño de los justos en la oficina de dicho ministro. En total fueron 7 entidades donde no se repartieron los libros.

En nuestro Estado jalisciense, el ejecutivo reunió el 24 de agosto a varios especialistas en educación, y tras responsable análisis, acordó el martes 29 que si se distribuyeran los multicitados textos: “Es mejor que este ciclo escolar se desarrolle con esos libros en las escuelas, que no tenerlos”, expresó con mucho tino el mandatario. Y agregó: “Estábamos listos para iniciar el ciclo escolar sin contratiempos. Esto fue exactamente lo que ocurrió el día de ayer -28-, arrancamos el ciclo escolar con normalidad y con nuestras escuelas trabajando a todo vapor”. El secretario de educación estatal, Juan Carlos Flores, informó que, de la totalidad de maestros consultados (más de 78 mil) sobre los libros, 61 por ciento los aprobó, en tanto que 27% opinó neutralmente y solo un 13% se opuso. “Son una herramienta necesaria para el proceso de aprendizaje y el trabajo en el aula de los docentes”, concluyó.

Como mayor respaldo aún, aparte de los sindicatos en sus secciones 16 y 47 de los profesores locales, el Rector de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva Lomelí, manifestó: “Hay que ser muy claros, esta discusión está llena de desinformación y ‘fake news’, tanto en redes sociales como en los medios de comunicación” y tajante, afirmó: “contrario a lo que se ha dicho, estos libros de texto no erotizan o sobre estimulan sexualmente a las y los estudiantes, ni buscan formar comunistas”; así, lamentó que exista tanta información falsa sobre estos textos y pidió a los padres de familia estar tranquilos al respecto. (El Informador y El Universal, 29-08-2023).

Poco después, el mismo gobierno federal, que se mostró complacido con las declaraciones de Villanueva, anunciaba que ya solo restaban dos estados, sin sumarse a la entrega de los tan llevados y traídos libros de texto gratuito de la Nueva Escuela Mexicana, cuyo objetivo es educar, lo cual se logrará teniendo como factor a los maestros y de sustancial apoyo ese material impreso tan importante. Por ello es oportuno recordemos al gran filósofo y matemático griego originario de Samos (570-490 a.C.) Pitágoras, quien pregonó: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”.

 

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

JALISCO

El horror de Teuchitlán alcanza a Alfaro

Publicado

el

De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //

La primera semana de diciembre del año pasado escribí en este espacio una colaboración que titulé “Alfaro y el karma de la vida”.

En esa ocasión afirmé:

Enrique Alfaro deja con su adiós una larga estela de agravios.

“Durante su estancia en el poder siempre privilegió satisfacer su apetito egocéntrico.

“Se sabe muy bien que con el tiempo creció su agrado por la sumisión absoluta de sus colaboradores.

“El control férreo fue su sello particular.

“Incluso algunos de sus chiqueados más cercanos admitían en lo corto que sus furiosas reacciones no eran más que una proyección de su personalidad soberbia e intolerante.

“Se dice del karma que toda acción tiene una consecuencia y que todo lo que se envía al universo volverá a nosotros.

“Si atendemos esto, entonces quizás el ahora ex gobernador de Jalisco debe prepararse para carear las consecuencias de esta ley inevitable”.

No pasó mucho tiempo para que el horror de Teuchitlán lo alcanzara.

Lo que son las cosas, mientras disfrutaba de lo lindo en Europa, se le apareció el rostro macabro de lo que fue su sexenio en materia de desaparecidos.

Las consecuencias serán muchas.

Por lo pronto, me aseguran que Pablo Lemus ni siquiera tiene ganas de responderle las llamadas y que derivado de este y otros asuntos, emprenderá una serie de medidas para despojar a Jalisco y a su gobierno de todo aquello que huela a alfarismo.

Tomar el control de partido MC sería una de sus primeras acciones.

Por cierto, en el centro del drama heredado por Alfaro Ramírez, es pertinente colocar el nombre de quien fue la mente perversa de la pasada gestión: Hugo Luna.

Sabemos que al margen de haber sido el zalamero más cercano, toda decisión institucional pasaba por su aduana, de tal modo que en la mira del actual gobierno su persona se vuelve un objetivo prioritario.

El fuero es un tema que ya está en revisión.

Al respecto, no sé si la justicia se encargará de estos dos personajes; sin embargo tengo fe en que el veredicto de la historia los colocará en el lugar que se merecen, porque ambos –hay que decirlo con toda claridad- se comportaron como unos miserables con los colectivos de padres y madres buscadoras.

Les ignoraron, descalificaron y re-victimizaron.

Por eso creo que podrán escapar de la ley, pero del karma, jamás.

En X: @DeFrentealPoder

*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista

político.

Continuar Leyendo

CARTÓN POLÍTICO

¿Dormirá tranquilo en Madrid?

Publicado

el

Continuar Leyendo

JALISCO

La justicia, un privilegio inalcanzable: Teuchitlán, la negación como crimen de Estado

Publicado

el

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //

Hay maneras múltiples de negar un crimen, formas infinitas de enterrar un cuerpo, procedimientos diversos para desaparecer personas, ideas, realidades. En México, especialmente en Jalisco, el gobierno parece haberlas aprendido todas. El más reciente y grotesco episodio de negación oficial se escenifica alrededor de un rancho en Teuchitlán, cuyo nombre, «Izaguirre», se volvió sinónimo del horror: fosas, huesos quemados, restos calcinados, zapatos sin dueño.

Pero, según la fiscalía general del Estado, allí nunca hubo hornos crematorios. Así lo dijeron, con palabras oficiales, tranquilas, demasiado tranquilas, con la frialdad de quien niega para no actuar.

Héctor Flores, vocero del colectivo Luz de Esperanza, habla con el tono cansado de quien ya conoce todas las versiones oficiales. «Quieren minimizar la crisis, callar lo que dicen las familias y los medios», señala. No habla desde la teoría; lo suyo es la práctica cotidiana de una búsqueda desesperada, un intento de hacer justicia con propias manos, mientras el Estado responde con burocracia y negaciones. Y no habla solo de Teuchitlán, sino de una realidad que atraviesa todo México: más de 15,000 desaparecidos solo en Jalisco y decenas de miles más en todo el país. Números que aumentan, cifras que no despiertan acción sino indiferencia.

«La confianza está en las familias, no en las instituciones», sentencia Flores. Las palabras golpean con fuerza porque reflejan una verdad ya inocultable: el Estado ha dejado hace tiempo de ser garante de seguridad para convertirse en cómplice por omisión, por negligencia, por indiferencia. Flores lo explica sencillo, pero la simplicidad de su denuncia encierra toda la complejidad del fracaso institucional: «La federación no puede lavarse las manos echándole la culpa a los estados. La delincuencia organizada es competencia federal y tienen que actuar».

Pero México es el país donde los gobiernos siempre encuentran razones para no actuar. La Fiscalía argumenta que necesita denuncias formales para iniciar carpetas de investigación. Las familias responden que denunciar es ponerse en peligro, es exponerse a la violencia del crimen organizado, protegido por autoridades corruptas. La paradoja es brutal: se exige que las víctimas, ya violentadas, vulnerables, amenazadas, sean quienes se arriesguen aún más para hacer el trabajo que el Estado rechaza.

La negativa oficial sobre los hornos de Teuchitlán no solo busca invisibilizar la tragedia, sino evitar las consecuencias internacionales que podría acarrear el reconocimiento de un crimen que claramente constituye una violación masiva de derechos humanos. Flores apunta hacia organismos internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos o la Corte Penal Internacional, advirtiendo que esta crisis, de ocurrir en cualquier país europeo, sería inmediatamente calificada como una emergencia global. Pero ocurre en México, donde los muertos pesan menos, donde los desaparecidos son culpables antes que víctimas.

La negación no es solo federal, es también local. Enrique Alfaro, gobernador saliente de Jalisco, dejó en herencia un récord macabro: pasó de 5,000 a más de 15,000 desaparecidos durante su mandato. Colectivos como «Por Amor a Ellxs» recuerdan cómo Alfaro prometió diálogo y puertas abiertas, pero solo entregó indiferencia y abandono. María del Refugio Torres resume así el gobierno de Alfaro: «ineficaz, lleno de omisiones y deficiencias».

Ahora la responsabilidad recae en Pablo Lemus, sucesor político que, al parecer, ante esta prueba está actuando a destiempo. En reuniones en noviembre del año pasado, previas a la toma de poder, Salvador Zamora, quien ahora es secretario general de Gobierno, asistió solo para sacarse la foto. No escuchó, no conversó, no actuó, en esta crisis, no ha aparecido.

La crisis institucional no se detiene en el Ejecutivo. Jonathan Ávila, del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad), denunciaba al finalizar la administración de Enrique Alfaro que no había ni siquiera un programa estatal de búsqueda en Jalisco y que el rezago en el Servicio Médico Forense alcanzaba niveles vergonzosos: más de 9,400 cuerpos sin identificar.

Mientras las autoridades siguen negando la realidad, las familias se organizan y protestan. Este sábado pasado, frente al Palacio de Gobierno de Jalisco, más de dos mil personas gritaron consignas claras y dolorosas: «El Estado sí sabía, Alfaro sí sabía». Lo sabían porque es imposible no saberlo, porque los campos del horror no nacen en secreto sino bajo el amparo de complicidades. Daniela Gómez, quien busca a su hermano desaparecido, resume el sentimiento común: «No es posible que haya más de 18,000 desaparecidos y solamente seis buscadores en el gobierno».

La vigilia del sábado fue otra demostración del dolor transformado en resistencia. Héctor Águila Carvajal, padre de otro desaparecido, pidió unidad: «Sigamos uniendo fuerzas, el dolor no cesa». Y no cesa porque la respuesta oficial sigue siendo mínima, burocrática, cínica.

Y lo de que Teuchitlán no se trata de un caso aislado. La lista de sitios donde se repite la tragedia es dolorosamente extensa: desde la macabra «Gallera» en Veracruz hasta los cuerpos disueltos en ácido por el infame «Pozolero» de Tijuana, pasando por la escalofriante cifra de restos en «La Bartolina», Tamaulipas. Un catálogo infernal de barbaries toleradas, acaso protegidas, por autoridades que prefieren mirar hacia otro lado.

Esta crisis no puede seguir siendo escondida bajo excusas burocráticas ni minimizada con comunicados oficiales. Los colectivos lo denuncian: Teuchitlán no es un caso aislado, sino un símbolo más de la impunidad institucionalizada. Héctor Flores alerta sobre al menos seis puntos más similares en Jalisco, que nadie quiere investigar porque nadie quiere reconocer lo evidente.

Desde Madrid hasta Nueva York, mexicanos en el exilio exigen lo básico: reconocer el término «sitios de exterminio», proteger efectivamente a las buscadoras, garantizar justicia y reparación. Es un grito desesperado, es una demanda urgente, y es, sobre todo, una advertencia: la negación no borrará los muertos, solo prolongará el sufrimiento.

Negar lo evidente es una forma más de violencia. México merece más que excusas. Las víctimas merecen más que palabras. Y la justicia, que debería ser obvia, hoy parece un privilegio inalcanzable.

En X @DEPACHECOS

Continuar Leyendo

Tendencias

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.