OPINIÓN
Cambios obligados a la política energética: ¿Hay futuro?

Opinión no pedida, por Armando Morquecho Camacho //
Tendemos a considerar la ciencia ficción como un género especulativo que relata una serie de acontecimientos desarrollados en un marco imaginario, que buscan plantear sociedades que sufren de los estragos provocados por avances dentro de los campos de las ciencias físicas, naturales y sociales.
La ciencia ficción tiene una gran importancia en nuestro desarrollo, especialmente, durante la niñez; este género nos enseña a soñar e imaginar, y a desarrollar y fortalecer nuestra capacidad de asombro, y hasta cierto punto, despierta en nosotros un cierto interés en nuestro entorno y en todo lo desconocido del mundo que nos rodea.
Sin embargo, cometemos un error al creer que todo lo que la ciencia ficción nos plantea es una mera especulación desarrollada dentro de un marco imaginario, ya que en algunas ocasiones, la ficción, ya sea literaria o cinematográfica se vale de elementos ficticios para analizar problemáticas reales de nuestro mundo tratando de darnos, a su manera, un posible escenario futuro para de esta manera generar consciencia dentro de la sociedad.
Es así, que en el 2004, el director, guionista de cine y productor alemán: Roland Emmerich, atrapó y puso a temblar a millones de espectadores con la famosa película The Day After Tomorrow. Esta cinta protagonizada por Jake Gyllenhall y Dennis Quaid, plantea las catástrofes que se pueden desatar en nuestro mundo como consecuencia de los cambios climáticos causados por el calentamiento global, y cómo estos podrían significar el fin del planeta como lo conocemos.
Asimismo, la película, criticando la política medioambiental del entonces presidente de Estados Unidos George W. Bush, denuncia la falta de compromiso por parte del gobierno en los temas relevantes a la protección de nuestro ecosistema y la forma en la que las autoridades por su falta de acción y su negligencia se convierten en los principales responsables de los problemas ambientales que enfrenta la humanidad.
Años después, en el 2011, la famosa y galardonada serie, Game of Thrones, basada en la saga de libros A Song of Ice and Fire de Georges R. R. Martin, relató, dentro de uno de sus arcos narrativos, los esfuerzos realizados por un grupo de personajes para contener en el norte a los temibles caminantes blancos que fueron creados siglos atrás por los hijos del bosque que buscaban parar la destrucción de su entorno perpetrada por los hombres, y que ahora amenazan con llevar un largo invierno a todo el reino.
Ciertamente desconozco si George R.R. Martin o David Benioff, buscaban plantear cómo la destrucción ambiental provocada por el ser humano nos está arrastrando poco a poco a un colapso ambiental que desatará una inestabilidad climática que provocará largos e intensos inviernos en algunas zonas y calores extremos en otras, no obstante, creo que al ver una serie, leer un libro o ver una película no debemos limitarnos a una sola interpretación de la obra, ni si quiera a la del autor/productor/director, creo que debemos de buscar en ellas el mensaje que más paz nos brinde, y en este caso, yo he decidido darle a este arco narrativo una interpretación ambiental pese a todo el contexto político que rodea la serie.
Sin lugar a duda, el 2021 fue un año esperado por muchos, un gran número de personas creyeron que con el cambio en el calendario todos los problemas del año anterior desaparecerían por acto de magia y esto generó muchas expectativas alrededor de este nuevo año, pero al igual que en el 2020, el inicio de este año ha sido turbulento y todo parece indicar que los problemas del año pasado comienzan a agravarse día con día.
Lo anterior, se debe a que las nuevas cepas y/o variantes del virus han puesto a temblar a la comunidad científica y a varios gobiernos del mundo, como lo son Estados Unidos e Israel que han avanzado de manera exitosa con sus estrategias de vacunación, ya que saben que una nueva cepa podría hacer inútiles los esfuerzos que hasta hoy se han hecho para garantizar que la vacuna sea aplicada a toda su población.
Pero eso no es todo, ya que desgraciadamente, aunque a lo largo de un año se trabajó como si lo fuera, el COVID-19 nunca ha sido nuestro único problema y al igual que el año pasado, el medio ambiente y la crisis ambiental vuelven a mandar señales al mundo entero para advertir que si no se toman acciones de carácter global para atender a este problema, podemos estar muy cerca de llegar a un punto sin retorno.
En cuanto a medio ambiente, debemos tener presente que al igual que el año pasado, con el alarmante incendio en Australia que se salió de control debido a las altas temperaturas y a las bajas precipitaciones del país, este año, para no perder la costumbre, lo estamos iniciando entre apagones preocupantes y nevadas que además de ser históricas, son verdaderamente alarmantes, ya que estas, al igual que el COVID-19, han exhibido, en menos de un mes las fallas y deficiencias de una política energética arcaica, reflejando así lo peligroso y dañino que resulta para la sociedad seguir dependiendo de las energías fósiles y contaminantes.
La semana pasada Texas experimentó algunas de sus temperaturas más frías en más de 30 años, en algunas áreas se alcanzaron los -18°C el domingo pasado, y al igual que en The Day After Tomorrow, la fuerte tormenta invernal que los azota ha congelado tuberías, también, debido a la alta demanda en la red de energía, millones de personas se han quedado sin electricidad, los animales de los zoológicos mueren congelados y hasta el momento han fallecido más de 20 personas.
Pero esta crisis climática que enfrenta Texas no es ajena para México por dos principales razones: primero, porque los estragos climáticos han alcanzado a los estados del norte del país, en donde se reportan bajas temperaturas, y segundo porque el estado froterizo ha suspendido las exportaciones de gas natural hasta el 21 de febrero, esto mientras se resuelve el problema de suministro eléctrico.
Ahora, puede que se pregunten: ¿Esto que tiene que ver con México? ¿Por qué esta decisión afecta a nuestro país? ¿Qué tiene que ver esto con nuestro política energética? Bueno, es muy sencillo: en México más de un 60% de la generación energética depende del gas natural que utilizan las centrales de ciclo combinado, y alrededor del 70% de ese consumo, se cubre con importaciones desde Estados Unidos.
Esta crisis ambiental y de apagones nos manda un mensaje más que claro: tenemos que impulsar cambios reales en nuestra política energética, cambios que nos permitan adaptarnos a los nuevos métodos para conseguir energía.
Asimismo, lo sucedido en Texas también debe hacernos ver que los efectos del cambio climático no solo no conocen de fronteras, sino que tampoco reconocen gobiernos ni ideales políticos, sus efectos son letales para todos los que habitamos este planeta.
Debemos prepararnos para el futuro, y por ello, partiendo de la idea de que este ecosistema no nos pertenece, debemos comenzar a replantearnos la manera en la que nos relacionamos con el medio ambiente para así poder impulsar de manera responsable, una verdadera transición energética.
No podemos olvidar que la mejor manera para predecir el futuro, es creándolo.
NACIONALES
Grupo Salinas y la erosión de la justicia fiscal

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
La posibilidad de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) falle a favor de Grupo Salinas, eximiendo al conglomerado de Ricardo Salinas Pliego de pagar más de 74 mil millones de pesos en impuestos, trasciende un simple revés fiscal: representa un agravio directo al pueblo de México.
Esta cifra colosal, que supera el presupuesto anual de 25 estados y el financiamiento de programas sociales esenciales como salud y educación, pone en evidencia una verdad incómoda: el poder económico puede doblegar las instituciones diseñadas para velar por el interés colectivo. En un país donde las desigualdades persisten, este caso no es solo un debate legal, sino un reflejo de cómo las élites financieras influyen en la democracia y erosionan la confianza ciudadana.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha calificado un fallo favorable como “la injusticia llevada a la máxima expresión”, y su afirmación encuentra eco en los números. Con 74 mil millones de pesos se podrían construir hospitales como el Agustín O’Horán en Mérida, cuyo costo estimado es de 3 mil millones, financiar el programa de apoyo a mujeres de 60 a 64 años, con un presupuesto de 54 mil millones, o sostener la beca universal para estudiantes de secundaria, beneficiando a millones de jóvenes.
Estos recursos representan una oportunidad perdida para mejorar la calidad de vida de las mayorías, en contraste con el accionar de Grupo Salinas. Este conglomerado, que incluye gigantes como Elektra y TV Azteca, ha acumulado 32 litigios fiscales durante 16 años, retrasando desde 2008 el pago de impuestos que, según la Procuraduría Fiscal, debió saldarse. ¿Es esto justicia o un privilegio camuflado tras tecnicismos legales que solo los poderosos pueden costear?
El trasfondo de esta situación revela una relación alarmante entre el poder económico y el judicial. Durante casi dos décadas, Grupo Salinas ha empleado estrategias como amparos y maniobras dilatorias para evadir sus obligaciones fiscales, una práctica que ha escalado hasta llegar a la SCJN.
Reportes sugieren que ministros como Luis María Aguilar Morales han retrasado resoluciones, dejando expedientes congelados por meses, lo que alimenta sospechas de influencias indebidas. Este problema no es un fenómeno aislado ni reciente; tiene raíces en las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, cuando el emporio comenzó a litigar para eludir impuestos, acumulando una deuda que hoy alcanza niveles escandalosos.
La pregunta se impone: ¿quién protege los intereses de la nación cuando las instituciones ceden ante la presión de unos pocos magnates? La respuesta parece diluirse en un sistema donde la balanza de la justicia se inclina hacia quienes pueden pagar por su defensa.
Sheinbaum ha vinculado las críticas de TV Azteca —un brazo mediático de Grupo Salinas— contra la reforma judicial y su gobierno con un interés claro: preservar un sistema que permita a corporativos evadir responsabilidades fiscales. Este señalamiento no puede tomarse a la ligera. La cadena ha intensificado su narrativa en contra de las iniciativas del Ejecutivo, lo que refuerza la percepción de un conflicto de intereses.
Un fallo favorable a Grupo Salinas no solo legitimaría una deuda impaga, sino que enviaría un mensaje devastador: en México, la justicia se doblega ante quienes tienen los recursos para litigar eternamente, mientras el pueblo carga con las consecuencias económicas y sociales. Este precedente podría abrir la puerta a más empresas para seguir el mismo camino, agravando la erosión fiscal y la desigualdad.
Estos excesos del poder económico, respaldados por complicidades en el ámbito judicial, justifican la urgente necesidad de reformar el sistema. Millones de mexicanos, sin los recursos ni el acceso a un ejército de abogados como el de Salinas Pliego, quedan desprotegidos frente a un sistema que favorece a las élites.
A nivel local, la situación no es distinta. En Jalisco y otras entidades, se han documentado casos de jueces coludidos con funcionarios políticos para reprimir a ciudadanos que denuncian corruptelas, utilizando su autoridad para aplastar voces disidentes. Algunos de estos actores judiciales incluso buscaron el voto popular para perpetuarse en el poder, pero su pasado de complicidad ha sido expuesto, desmantelando su fachada de imparcialidad.
La reforma judicial propuesta por el gobierno actual busca romper con este ciclo de impunidad. Sin embargo, su éxito dependerá de la voluntad política y de la presión ciudadana para garantizar que los nuevos mecanismos no sean cooptados por los mismos intereses que hoy se cuestionan. Se espera que esta nueva etapa trace un horizonte donde la justicia sea verdaderamente igualitaria, sin distinción de clases ni influencias económicas.
En México y Jalisco, urge un sistema renovado donde el poder político y el económico no dicten el rumbo de la justicia, sino que esta responda a los principios de equidad y transparencia.
Este debate sigue vigente, reflejando las tensiones entre poder político y el económico, y el papel que el poder judicial ha asumido en un país en transformación. La ciudadanía debe mantenerse vigilante, exigiendo que la SCJN actúe con integridad y que las reformas prometidas se traduzcan en un sistema judicial que sirva a todos, no solo a unos pocos. Solo así se podrá cerrar el capítulo de los “juegos del poder” y abrir uno donde la justicia fiscal sea un pilar de la democracia mexicana.
JALISCO
Uribe y su circunstancia

De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //
Hay cuatro asignaturas en la agenda de Guadalajara que están fastidiando al gobierno de Movimiento Ciudadano: Inseguridad, agua, movilidad y basura.
En todas las evaluaciones brotan esos temas de manera consistente.
Personalmente creo que Verónica Delgadillo hace –como puede y con lo que tiene- un esfuerzo que merece un alto reconocimiento.
Y aunque no tenemos condiciones para afirmar que su labor pinta para lograr la postulación naranja con miras a nuestro próximo encuentro con las urnas, lo cierto es que nadie puede negar que le pone seriedad y esfuerzo a su función como presidenta.
En un contexto así, a Morena se le presenta una oportunidad única para conquistar el triunfo en menos de dos años.
Hay cartas con nombre y apellido en la baraja guinda.
Cito algunos con verdaderas posibilidades de alcanzar la nominación:
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Merilyn Gómez Pozos, presidenta de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara Federal de Diputados.
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Claudia Delgadillo González, ex diputada federal y ex candidata al gobierno del Estado.
-
Carlos Lomelí Bolaños, ex candidato al gobierno de Jalisco y actual senador de la República.
Sin embargo debemos colocar en la primera línea a quien ya ha sido alcalde, Alberto Uribe.
Hombre de las confianzas de Marcelo Ebrard, es titular de la Dirección General de Contenido Nacional y Fomento en el Sector Energético y Coordinador del Corredor del Bienestar del Pacífico (Jalisco, Michoacán, Colima y Nayarit) de la Secretaría de Economía, posición que lo coloca en inmejorables condiciones para vincularse con sectores estratégicos que si bien no definen una elección, sí inciden en ella.
Por una extraña razón, distinguidos opinantes se resisten a suponer que a Uribe Camacho le aguarda un futuro prometedor en la escena electoral.
Yo difiero. Lo conozco, y si alguien sabe sortear el oleaje del impredecible e implacable mar de la política, es Alberto.
Por eso, para aquellos que sostienen que la historia sobre la designación de la candidatura de Morena rumbo a la alcaldía tapatía ya se escribió, vale la pena recordarles esa máxima que dice que en la política, como en la vida misma, la circunstancia lo es todo.
En X: @DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, activista, escritor y analista político.
JALISCO
El agua sucia del poder: Megacortes, tarifas infladas y la red clientelar del SIAPA

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
En Jalisco, el agua no solo escasea: se pudre. Apesta a burocracia, a negocios entre compadres, a ineptitud maquillada de eficiencia y a un modelo de saqueo que, bajo el nombre del Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), ha convertido “el vital líquido” en un bien de lujo, controlado por burócratas de alto sueldo y baja moral.
Apenas 72 horas tras el Congreso, dominado por MC, Verde, PAN y HAGAMOS, aprobar un 9.65% de alza al agua para 2025, SIAPA anunció un megacorte de cuatro días a 113 colonias por reparaciones. Con cortes, fugas y baja presión en zonas pobres, el servicio flaquea.
Entre las afectadas están comunidades de Zapopan, Guadalajara y San Pedro Tlaquepaque: nombres que, para los operadores del SIAPA, parecen no existir más que como renglones en una lista de cobros. Porque eso sí: la factura llega puntual, aunque el agua no.
TARIFAZO CON PREMIO DE IMPUNIDAD
Con 21 votos a favor y 16 en contra, el Congreso del Estado avaló el tarifazo. Aumentaron las tarifas y, de paso, aprobaron que las siguientes subidas se actualicen automáticamente conforme al índice inflacionario. Como si el ciudadano de a pie tuviera una inflación personal controlada, o un ingreso garantizado. El pretexto fue la “viabilidad financiera” del organismo, aunque el mismo SIAPA admitió que el alza no resolverá la crisis del servicio.
Eso no impidió, claro, que el gobernador Pablo Lemus les diera un espaldarazo: “Se acabaron los pretextos, ahora deben mejorar el servicio”. Palabras que, como muchas en Casa Jalisco, no se traducen en acciones.
El organismo tiene, sin embargo, otros mecanismos de supervivencia. No importa si baja la eficiencia (de 81.9% de reportes atendidos en 2023 a 78% en 2024), si disminuye el volumen de agua distribuido o si los reportes ciudadanos crecen. El SIAPA no colapsa. Se alimenta, eso sí, de la paciencia del contribuyente y de las arcas públicas, blindado por una red de intereses que lo mantiene a flote como una balsa mal armada en un mar de negligencia.
PIPAS GRATIS, ASESORES CAROS
A la par del anuncio del megacorte, el SIAPA ofreció pipas gratuitas. Un gesto que parecería generoso si no fuera un parche a un sistema crónicamente averiado. Y mientras familias almacenan agua en cubetas, el organismo desembolsa más de 73 mil pesos mensuales a una exconductora de televisión, sin formación técnica, convertida en asesora de dirección.
Elizabeth Margarita Castro Cárdenas —Según el periódico NTR, con un historial ligado a un fraude financiero, nexos con narcotraficantes y una carrera más cercana al espectáculo que al agua potable— fue nombrada asesora técnica del SIAPA. Su presencia en la nómina, denunciada por trabajadores del organismo, es sólo una muestra más de cómo el SIAPA sirve a fines políticos antes que ciudadanos. Ahí están los sueldos, los estímulos, las asesorías infladas, y los contactos bien ubicados.
En lugar de eficiencia, el organismo se volvió una caja chica para repartir favores. Y si no lo creen, revisen el historial: la misma Castro Cárdenas fue antes funcionaria en la Secretaría del Sistema de Asistencia Social, con un sueldo prácticamente idéntico. La política jalisciense no bota a sus leales: los recicla.
LA RESISTENCIA CIUDADANA Y LOS GRITOS QUE NO SE OYEN
No todo el Congreso se rindió. La diputada Itzul Barrera, de Morena, denunció no sólo la falta de transparencia en el uso de los mil millones de pesos adicionales que se recaudarán por el aumento, sino el hecho inaudito de que el director del SIAPA admitiera que el alza no servirá para mejorar el servicio. Vaya sinceridad.
Denunció, también, que la sesión para aprobar el alza fue convocada con apenas una hora de anticipación y que los diputados debieron revisar más de 136 páginas de dictamen al vapor, lo que impidió una discusión real. Eso no impidió el voto mayoritario. El SIAPA es, hoy, un monstruo que factura más de 5 mil millones de pesos al año, que contrata asesores sin perfil, y que cada vez da menos agua.
Las más de 15 iniciativas presentadas para su reforma duermen en el congelador legislativo. Y así, los “diálogos” se dan en lo oscurito, entre cenas discretas y acuerdos inconfesables.
MUNICIPIOS DIVIDIDOS Y CIUDADANÍA HARTA
Guadalajara y Zapopan justifican con tibieza el alza tarifaria prometiendo eficiencia, mientras Tlaquepaque y Tonalá alertan. Laura Imelda Pérez, alcaldesa de Tlaquepaque, impulsa condonar cobros a quienes carecen de agua buena, destacando 80 millones gastados por el Ayuntamiento en tareas del SIAPA.
El alcalde de Tonalá, Sergio Chávez, fue todavía más contundente: “Es un SIAPA saqueado”, dijo. Denunció contrataciones sin perfil, falta de inversión y abandono institucional. Que lo diga alguien que ha conocido tanto del sistema sólo hace más grave la declaración.
La propuesta de Tlaquepaque de condonar pagos a quienes no reciben servicio no es una ocurrencia: es una exigencia mínima. El recibo llega, aunque no haya agua. La injusticia también.
En simulaciones, el agua es metáfora: transparente pero invisible, vital pero ausente, promesa electoral sin gestión. El SIAPA, manejado como botín político, encarna un gobierno enquistado en Jalisco, castigando a ciudadanos, premiando leales, exhibiendo cifras millonarias mientras ignoran expertos.
Y así, entre tarifazos, pipas y asesores musicales, el agua en Jalisco se ha vuelto tan sucia como el sistema que la administra.
Porque, como decía un viejo maestro del periodismo: “lo que daña al país no es la política, sino los políticos que no saben servirla”.
En X @DEPACHECOS
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