LOS PELOTEROS
El proyecto de expandir la LMP a Arizona y California

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
Por fin podremos volver a disfrutar las emociones del beisbol de la Liga Mexicana del Pacífico en el Estadio Panamericano, la casa de Charros de Jalisco y se inician las hostilidades el próximo sábado frente a Venados de Mazatlán.
Charros ha tenido una buena pretemporada con la dirección de Benjamín Gil y han cerrado los entrenamientos en Ciudad de México, Tucson y Salt Lake, con una visión de hacer presencia en mercados atractivos que permitan abrir nuevas posibilidades de desarrollo para nuestro beisbol.
Lo interesante de llevar al conjunto de Charros a otras ciudades de estados fronterizos de Estados Unidos no son producto de alguna ocurrencia, sino pensando que mañana se puede expandir la Liga a equipos de esos lugares, donde existe un buen número de mexicanos asentados y que tienen el gusto por el beisbol.
Me comentó Juan Carlos González Íñigo que se contó con una regular asistencia de mexicanos y muchos de Jalisco en los juegos que realizó Charros.
Se puede pensar en un futuro no muy lejano en expansión de equipos en Arizona, California y posiblemente Texas, donde existe una gran comunidad de mexicanos y jaliscienses. Alguien podría pensar que es una idea descabellada, pero si hacemos una retrospectiva de lo que ha sido la Liga Mexicana del Pacífico, veremos los cambios que ésta ha registrado al paso de los años.
La fundación de lo que es hoy la Liga Mexicana del Pacífico integrada por diez equipos (Naranjeros de Hermosillo, Tomateros de Culiacán, Venados de Mazatlán, Yaquis de Ciudad Obregón, Águilas de Mexicali, Algodoneros de Guasave, Mayos de Navojoa, Cañeros de Los Mochis, Charros de Jalisco y Sultanes de Monterrey) se dio en 1945 con la llamada Liga de la Costa del Pacífico en la que participaron inicialmente cuatro equipos de Sonora y Sinaloa.
Esta Liga ha vivido varias etapas, la primera fue de 1945 a 1958 que se llamó la Liga Costa del Pacífico, en la que participaron Queliteros de Hermosillo, Venados de Mazatlán, Ostioneros de Guaymas y Tacuarineros de Culiacán y en esa primera etapa se contó con grandes jugadores de MLB, además de las Ligas Negras, como el cubano Orestes “Minnie” Miñoso, que jugó para los Naranjeros en invierno y en verano pertenecía a los Medias Blancas de Chicago; Yaquis trajo en 1953 al lanzador Don Larsen, por citar dos casos.
La Liga Costa del Pacífico crecería con 5 equipos nuevos para las siguientes temporadas con la incorporación de los Rieleros de Empalme, Mayos de Navojoa, Trigueros de Ciudad Obregón, Pericos de Los Mochis y Potros de Tijuana. Durante un tiempo los Pericos de Los Mochis desaparecieron para darle entrada a los Medias Azules de Guadalajara que se incorporaron en la temporada 1952-53, pero para 1955 la franquicia regresaría a Los Mochis.
Para 1958 la Liga cambia a Liga Invernal de Sonora, da un paso para atrás con cuatro equipos, Naranjeros de Hermosillo, Ostioneros de Guaymas, Yaquis de Obregón y Rieleros de Empalme.
En 1965 toma el nombre de Liga Sonora-Sinaloa al incorporar a Tomateros de Culiacán y Venados de Mazatlán.
Es en 1970 toma el nombre de Liga Mexicana del Pacífico y es cuando ingresa a la Confederación del Caribe y es en 1971, es Naranjeros el primer participante en 1971 y el primer equipo en ganar la Serie del caribe en 1976.
LO QUEN VIENE EN EL FUTURO
El pensar en el crecimiento de la Liga Mexicana del Pacífico con equipo de Estados Unidos deberá ser la siguiente etapa de esta Liga a la que se integró Charros de Jalisco en la temporada 2014-2015, que fue una gran noticia, cuando no pocas voces aseguraban que ésta era una plaza muy futbolera y que el regreso del beisbol profesional sería un fracaso.
Armando Navarro convenció al entonces gobernador Aristóteles Sandoval de que apoyara al beisbol con la adaptación del Estadio Panamericano de Atletismo, convertido en diamante y con la compra de la franquicia de Algodoneros de Guasave, se dio el gran campanazo y aquella aventura se convirtió en una empresa exitosa.
Pienso que es tiempo de que se busque el crecimiento de la Liga Mexicana del Pacífico (por cuestión comercial se le llama Arco) y con empresarios creativos, de empuje, apoyados en estudios de marketing, es factible que en poco tiempo la liga se expanda a estos estados, particularmente Arizona y California.
AZTECA DE LOS ÁNGELES
Allá a finales de agosto pasado el Semanario RÍODOCE publicó que algo se está moviendo para que esto se pueda acelerar con lo que llaman Azteca de Los Ángeles que busca ingresar a la LMP. Aparecieron en una foto el empresario Carlos Peralta, ex dueño de Tigres del México e hijo de don Alejo Peralta con el líder sindical Pedro Haces, quien desde hace un año tiene el Visto Bueno del gobierno del Estado para operar el estadio y el equipo.
Se dice que el ingeniero Carlos Slim está respaldando a los Aztecas de los Ángeles, junto con Carlos Peralta, para que los Jaguares de Nayarit entren con equipo para a la LMP.
Se dijo en aquel entonces que Carlo Peralta y Pedro Haces viajaron en un avión privado hasta Los Ángeles y fueron directo al estadio San Bernardino, donde juega el equipo de Clase A de los Dodgers para atestiguar las condiciones de dicho parque, que sería la casa de Los Aztecas.
También RÍODOCE publicó que Tucson es otra ciudad que aspira seriamente a tener un club en la LMP y que el condado de Pima ya le concesionó incluso el estadio a un empresario mexicano para que opera una franquicia en la LMP.
LOS PELOTEROS
Charros vs. Diablos: ¿Habrá de nuevo jarabe tapatío como en Monterrey?

– Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac
En una final de la Serie del Rey, cualquiera puede ganar. Cuando los Charros de Jalisco enfrenten a los Diablos Rojos del México a partir de este miércoles, el diamante será un campo de batalla donde el corazón, la estrategia y la pasión decidirán al campeón de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).
Este duelo es inédito en la historia de las finales de la LMB, un choque de titanes que promete emociones al límite. Los Diablos Rojos llegan como favoritos. Campeones en 2024 y bicampeones de la Zona Sur, buscan su título 18 y el primer bicampeonato de la LMB en 15 años.
Con un récord arrollador de 63-25 en la temporada regular, liderados por figuras como Robinson Canó, Río Ruiz, José Marmolejos y el tapatío Julián Ornelas, los escarlatas, bajo la dirección del experimentado Lorenzo Bundy, son una máquina ofensiva.
Su fortaleza en el Estadio Alfredo Harp Helú, donde abrirán los juegos 1 y 2 (10 y 11 de septiembre, 19:00 horas), los respalda. Pero, como diría un viejo aficionado, “en el béisbol, la grandeza no basta si el corazón no late”.
Los Charros de Jalisco, en cambio, son la sorpresa de 2025. Con un récord modesto de 46-46, se colaron al playoff con el sexto boleto tras vencer a Saraperos de Saltillo. Nadie apostaba por ellos.
“Charros no tiene nada que hacer ante Monterrey”, decían.
Pero, liderados por Benjamín Gil, considerado el mejor timonel del béisbol mexicano, dieron la campanada. Con cinco banderines en la Liga Mexicana del Pacífico (cuatro con Tomateros y uno con Charros en 2024-2025), Gil transformó un equipo inconsistente en una fuerza imparable.
En los playoffs, con 19 juegos (12 victorias, 7 derrotas), vencieron a Unión Laguna en un séptimo juego épico y humillaron a los Sultanes de Monterrey, líderes de la temporada con 55-37, en dos rondas (4-3 y 4-1). “El béisbol no miente: premia al que lucha”, diría Gil.
La hazaña de los Charros trasciende los números. Rompen una sequía de 54 años sin llegar a la Serie del Rey (desde 1971), su tercera final en la LMB (1950, 1971, 2025).
Son el único equipo que este año disputó la final de la Liga Mexicana del Pacífico, la Serie del Caribe y ahora la Serie del Rey, un logro histórico que los consagra como élite.
“Jalisco no juega solo por un trofeo; juega por su gente, por los que llenan el Panamericano con cánticos y banderas”, escribiría un cronista tapatío.
La serie, que continuará en el Estadio Panamericano de Zapopan (13 y 14 de septiembre, 18:00 y 17:00 horas, con un posible juego 5 el 15) y podría regresar a la capital (17 y 18 de septiembre), será una batalla épica.
Esta final es una fiesta nacional. El duelo enfrenta dos estilos: la solidez de Bundy, con su experiencia, contra el ímpetu de Gil, un motivador que levanta la autoestima de sus jugadores. En el diamante, como en la vida, gana quien entiende el alma de su equipo.
Este choque es más que deportivo; es una metáfora de México. Los Diablos representan la tradición y el poderío de la capital, un equipo que no admite derrotas. Los Charros encarnan la rebeldía tapatía, un conjunto que desafía pronósticos con garra.
La afición será clave. En Guadalajara, el Panamericano roza el lleno, respondiendo al llamado de Gil para hacer del estadio un volcán.
En la CDMX, los Diablos cuentan con un público leal que llena el Harp Helú. El béisbol es el pulso de un pueblo que se juega la gloria en cada lanzamiento. Los Charros necesitan consistencia en pitcheo y bateo oportuno para superar la historia de los Diablos. Los escarlatas deben evitar la complacencia ante un rival que crece bajo presión.
Cada juego será un capítulo de esta narrativa, donde el orgullo regional de Jalisco choca con la hegemonía capitalina. En esta Serie del Rey, el centenario de la LMB se celebra con un duelo que trasciende el marcador. Charros y Diablos nos regalan un espectáculo donde la estrategia, la pasión y el coraje decidirán al rey.
Diablos llega como favorito, como lo fue Monterrey ante Charros en los playoffs. “Sultanes no tiene rival”, decían, pero Jalisco bailó el jarabe tapatío en el Palacio Sultán. Con Gil al frente, Charros juega inspirado.
¿Lograrán los Diablos su corona 18 o veremos nacer a un nuevo titán de la LMB, como ya lo es Charros en el Pacífico?
El béisbol no tiene guion escrito; es un juego de valientes donde cada batazo escribe la historia.
Este miércoles es el primer juego, comienza esta leyenda. Que el diamante hable y que el corazón tapatío, con su afición rugiendo, deje una huella imborrable en esta batalla por la eternidad.
LOS PELOTEROS
Charros vs. Diablos: Viviremos la Serie del Rey soñada

– Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac
¡Qué manera de pelear la de los Charros de Jalisco en los playoffs de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) 2025!
Su campeonato en la Zona Norte, bajo la dirección de Benjamín Gil, marca un hito histórico que enciende el orgullo tapatío.
Nadie daba un peso por ellos. Entraron al playoff de panzazo, con el sexto boleto tras vencer a Saraperos de Saltillo, y un récord regular de 46-46 frente al imponente 55-37 de los Sultanes de Monterrey.
“Charros no tiene nada que hacer”, sentenciaban los escépticos. Pero Guadalajara, como su mariachi, no se rinde: canta hasta el amanecer.
Con 19 juegos en tres series (12 victorias, 7 derrotas), los Charros desafiaron todos los pronósticos. Remontaron contra Unión Laguna en un séptimo juego cardiaco y vencieron a los Sultanes en dos rondas, mostrando temple y estrategia.
Incluso tras desperdiciar una ventaja de 3-0 en la Serie de Campeonato, cerraron con fuerza en el Juego 5 (6-4, con un out polémico en la décima entrada).
La dirección de Gil forjada en la Liga Mexicana del Pacífico con cinco campeonatos, fue clave. Su enfoque táctico y motivacional transformó un equipo con altibajos en una máquina aceitada. “El béisbol es corazón y cabeza; Charros tiene ambos”, escribiría un cronista apasionado.
Este 2025, los Charros rompen una sequía de 54 años sin llegar a la Serie del Rey, su tercera final en la LMB (1950, 1971, 2025). Son el único equipo que este año disputó la final de la Liga Mexicana del Pacífico, la Serie del Caribe y ahora la Serie del Rey, un logro sin precedentes que los consagra como élite del béisbol mexicano.
Guadalajara no juega solo por un título; juega por su gente, por los que llenan el Estadio Panamericano con banderas y cánticos, respondiendo al llamado de “El Matador” Gil, quien pidió a la afición convertir el estadio en un volcán de apoyo.
Enfrentan a los Diablos Rojos del México, bicampeones de la Zona Sur y campeones vigentes, que buscan su título 18 y el primer bicampeonato de la LMB en 15 años. Con una ofensiva explosiva liderada por Robinson Canó, Río Ruiz (autor de un jonrón clave contra Campeche), José Marmolejos y el tijuanense Julián Ornelas, los Diablos salen como favoritos.
Su fortaleza en el Estadio Alfredo Harp Helú, donde abrirán los juegos 1 y 2 (10 y 11 de septiembre, de ser necesario), los respalda. La serie continuará en Zapopan (13 y 14 de septiembre de 2025, el 5 el 15) y, si es necesario, regresará a la capital (17 y 18 de septiembre).
Los Charros encarnan la rebeldía tapatía, un equipo que desafía las probabilidades con garra y corazón. Los Diablos, dirigidos por Lorenzo Bundy, representan la solidez de un equipo que no admite derrotas. “El béisbol, como la vida, no perdona a quien confía solo en su grandeza”, reflexionaría un observador.
El Matador, con su ímpetu, choca contra la experiencia de Bundy. La clave para los Charros será la consistencia en el pitcheo y el bateo oportuno; para los Diablos, evitar la complacencia ante un rival que crece bajo presión.
La afición es el alma de esta serie. En Guadalajara, el Panamericano roza el lleno, con una afición que ha respondido al llamado de Gil, convirtiendo cada juego en una celebración de la identidad jalisciense.
En la capital, los Diablos cuentan con un público leal que llena el Harp Helú. “El béisbol no es solo un juego; es el pulso de un pueblo que se juega la gloria en cada lanzamiento”, diría un cronista.
Esta Serie del Rey es una metáfora de México: la lucha entre lo regional y lo centralista, entre la ilusión de un equipo que resurge y la tradición de un gigante.
Los Charros, con su hazaña, han reavivado la pasión beisbolera en Jalisco. Su camino, lleno de remontadas y momentos épicos, los convierte en un símbolo de resiliencia. Los Diablos, con su historial, cargan el peso de la expectativa.
Los Charros vienen a hacer historia, ya lo dijo José Luis González Iñigo, el objetivo es convertir a Guadalajara en la capital del beisbol nacional.
La Serie del Rey 2025 no es solo béisbol; es el latir de un país que vibra con cada jugada. Charros y Diablos nos ofrecen un espectáculo donde el orgullo, la estrategia y la pasión decidirán al rey.
La afición de Charros de Jalisco, con su enjundia y espíritu indomable, impulsa al equipo en la LMB, creando una base leal que llena el Estadio Panamericano, según Íñigo González Covarrubias. A diferencia de la LMP, donde muchos apoyan a Naranjeros, Tomateros o Venados, los Charros han forjado una afición firme que vibra con el equipo local, llevando a Jalisco hacia adelante en la Serie del Rey 2025.
A disfrutar de una serie de platillos exquisitos de beisbol y nuestro deseo es que ganen los Charros y hagan historia, con dos campeonatos en un mismo año en las dos ligas mexicanas de beisbol.
Prepárense, porque esta batalla será leyenda.
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