OPINIÓN
Código de conducta
Educación, por Isabel Venegas //
Todos lo percibimos, sabemos que la polarización social nos ha llevado a límites peligrosos, discusiones que abordan cualquier posicionamiento político, la lucha por los derechos humanos, las acciones de promoción económica, e incluso las perspectivas de formación y educación de las nuevas generaciones, que no aportan propuestas y sin embargo generan conflictos ya sea entre las relaciones cercanas o en las lejanas, pero que se vuelven cercanas por las redes sociales.
La semana pasada hablábamos sobre la iniciativa para subir a rango de ley la prohibición de usar correctivos que impliquen violencia hacia los niños, aunque hay a quienes defienden una reprimenda “severa” por la necesidad de la formación en valores aduciendo que es necesario establecer límites con rigor, con energía y que de lo contrario, habremos de pagar las consecuencias porque los niños no entienden de razones.
Tanto en ese como en la mayoría de los casos solemos comparar objetos cuyas categorías no corresponden para hacer una valoración; la discusión no debería de ir en el sentido de la formación en valores, cuando de entrada la educación basada en la violencia ya nos aparta de la principal intención de la vida en sociedad que es la de armonizar, del mismo modo que la escuela debiera tener como propósito de origen el que todos sus estudiantes vivieran ese recreo espiritual que brinda al intelecto la oportunidad de desarrollar grandes ideas.
Eh ahí una de las grandes divisiones de nuestros días, son los profesores reclamando a los padres de familia la falta de educación en valores, el abandono, el descuido y desapego en todos los sentidos; pero también los padres saltan a la cancha llevando muchas quejas por un juicio generalizado para los profesores.
¿Qué hacen los maestros para educar en el respeto, la solidaridad, la empatía, etc.? ¿Se conciben ellos mismos como forjadores del modelo de conducta de los ciudadanos felices y exitosos que México reclama día con día?
Ciertamente nos volvemos a topar con el difícil punto de decidir cuál es la concepción del hombre desde un constructo filosófico, es decir, si el hombre es bueno por naturaleza y lo que le empuja a actuar de manera no deseada son las interacciones socio-culturales que le afectan, o en el caso contrario, es por definición un ser malo per se, pero la misma vida en sociedad es la que le orienta a auto-regularse en función de la comprensión de cada una de las implicaciones.
Es fácil escuchar: la educación es la base de la transformación, pero ¿cómo se orienta y cuáles son sus bases? porque si se trata del primer caso, la bondad del ser humano requiere una normatividad para asegurar las condiciones positivas que forjarán sus actitudes y todo su ser. Se necesita de un cuerpo legal que regule lo que se transmite por televisión por ejemplo, y se le otorga a la autoridad el poder decidir “qué es bueno y qué es malo”. Para algunos la censura se debió haber terminado hace mucho, pero para otros es mejor prohibir que se pronuncien palabras altisonantes, que se fomente el narco a través de la música o las series en plataformas digitales, etc. La libertad del hombre se ve reducida porque “necesita” que alguien se haga cargo de los factores que podrían producir consecuentes negativos.
La página de la Secretaría de Educación Pública del gobierno de la cuarta transformación aloja un documento titulado “Código de conducta SEP”, en su primer capítulo cita lo siguiente:
Para lograr la transformación de la función gubernamental y construir un buen gobierno, creíble y confiable para la ciudadanía, es fundamental que las instituciones cuenten con un Código de Conducta que concientice a quienes se desempeñan en el servicio público en torno al alto valor social de sus acciones.
Desde esta lectura, quienes laboran en esta dependencia no habían hecho conciencia de lo que implicaba su trabajo, pero la cuarta transformación se encargará de hacerlo. Esta administración se va centrando cada vez más en regular las conductas de los hombres con un argumento que parece ser comprado fácilmente por la ciudadanía: “no importa que tengamos qué hacer sacrificios, porque a la larga se convertirán en grandes satisfacciones”. Esa premisa se contrapone con el hecho de querer formar en virtudes, cuando el principal valor del ser humano es la LIBERTAD. Todo sería por la gran desconfianza con la que nos manejamos en la mayoría de los aspectos.
Una mirada juiciosa de todo lo que nos rodea, le ha concedido demasiada credibilidad a un sujeto bastante torpe: nuestra percepción. Recordemos el caso de la chica que dijo: “Mamá, el conductor del taxi se ve sospechoso…” obviamente que la madre, la amiga o ella misma sabría que la siguiente frase a manera de respuesta sería “no te subas al auto”; si bien es cierto que es necesario contar con un sistema de alerta, tal parece que la configuración está mal hecha, o que ya caducó y aun así no hemos actualizado esa aplicación. Esas alarmas pudieron hacer ver al “sospechoso” como un factor de riesgo cuando en realidad lo que estaba viendo era pobreza, cansancio o cánones de belleza que no corresponden con sus esquemas de bondad.
Es ese mismo prejuicio el que se lanza para los profesores dedicados a la tarea de orientar en el diseño del hombre a través de la educación, pero sin saber si su código de ética empata con el de los padres de familia, con el de la institución o con el del gobierno en turno, que dicho sea de paso, redibujan las reformas educativas cada 6 años tratando de no dejar huella del anterior sexenio, en el intento por justificar el esfuerzo de transformación y previendo que los resultados desastrosos no se los van a poder achacar dado que la educación es un proceso lento cuyos resultados tardan en verse más de dos o tres décadas.
El primer punto del código de conducta de la Secretaría de Educación dice:
Respetar, garantizar, promover y proteger los derechos humanos prestando sus servicios a todas las personas de forma respetuosa eficiente e imparcial sin discriminación, ostentación y con una clara orientación al interés público. Así mismo, evitarán agredir, hostigar, amedrentar, acosar, intimidar, extorsionar o amenazar física, verbalmente o por algún medio al alumnado, personal superior y subordinado, compañeros y compañeras de trabajo y ciudadanía en general.
Si un padre de familia aplica correctivos violentos a sus hijos de forma que sean visibles por las marcas corporales, las actitudes del niño o por alguna otra evidencia, el profesor debería entrar a su defensa porque desde el código de conducta se promueve una actuación de protección, pero más aún, porque al subirlo a términos de ley, el docente que tiene datos de la violación a los derechos del niño sin que reporte a las autoridades correspondientes y/o canalice a las instancias debidas, será cómplice y por tanto sujeto de sanción también.
Hay quienes se desempeñan en la función pública, e incluso en el sector privado en el ámbito de educación, que se han encargado de cuidar la integridad de los niños desde siempre (si su código de ética así lo dicta), pero quienes son indiferentes, no están atentos o utilizan el cargo para desahogar frustraciones, complejos y carencias emocionales, ¿cambiarán su conducta al firmar una carta? Es interesante cómo el nuevo gobierno parece que en el discurso sigue apostando a propuestas con mucho romance y poesía, pero en el ejercicio de la política pública sigue sin establecer medidas operativas eficientes y efectivas.
Me comprometo a seguir las normas que regulan mis actos como persona servidora pública y promover su cumplimiento entre mis superiores, subordinados, homólogos o cualquier persona, con quien tenga trato, con motivo de mi trabajo. Realizar mis funciones con actitud de servicio y bajo los principios establecidos, así como a denunciar cualquier irregularidad, acto u omisión contrarios a este Código, en tanto me encuentre prestando mis servicios en la Secretaría de Educación Pública.
Mat. y M. en C. Isabel Alejandra María Venegas Salazar
E-mail: isa venegas@hotmail.com
JALISCO
Lemus llega a conciliar, no a pelear
Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
Antes de entrar a los planteamientos del nuevo gobernador para enfrentar el principal problema que vive y sufre Jalisco, inseguridad y violencia, traducido en desaparecidos y homicidios dolosos, quiero recordar los números fríos que nos presenta el doctor Víctor Manuel González Romero, un académico que le estuvo dando seguimiento puntual a los números de la inseguridad en el Estado.
Y sobre lo que llama “La herencia de Enrique Alfaro”, precisa que hubo: 12 mil 424 homicidios dolosos, 9 mil 092 personas desaparecidas sin localizar y cuerpos acumulados en el forense 4 mil 712.
Terminó el gobierno de la grandilocuencia, del personaje que decía que vendría a refundar Jalisco, queriéndose ubicar a la altura de próceres como Prisciliano Sánchez, Mariano Otero e Ignacio L. Vallarta. Pero más bien queda como el personaje lleno de ego y vanidad, incapaz de ejercer la autocrítica, que se sintió y se siente, dueño de la verdad absoluta.
Cabe recordar que el estado de derecho y el cumplimiento del orden es la razón de ser del Estado, conforme se establece en el Contrato Social de Juan Jacobo Rousseau. La sociedad sacrifica parte de su libertad y le cede al Estado, la potestad para que ejerza el monopolio del uso de la fuerza, en aras de buscar su tranquilidad y seguridad colectiva.
La misión principal del Estado como gobierno es garantizar el orden y la seguridad de la sociedad, así como proteger los derechos y las libertades de las personas.
¿Cumplió Alfaro de darle vigencia al contrato social para darle tranquilidad y seguridad a los ciudadanos? Si en algo fracasó el gobierno de Alfaro fue precisamente en el tema de la seguridad, tan fracasó que en su primer mensaje como gobernador que dirigió a los jaliscienses Pablo Lemus, se centra en el tema de la seguridad, como un reconocimiento tácito del Jalisco que recibe.
¿O va también a descalificar a Pablo Lemus, porque centró su mensaje en el tema de inseguridad?
LAS PRIORIDADES DE LEMUS
Al hablar del tema de la inseguridad, el nuevo gobernador de Jalisco, aseguró que “el país ya no soporta que la discordia sea quien gobierne nuestro país, por eso el mensaje lo aceptamos de parte de la doctora Sheinbaum, en la cordialidad y el trabajo conjunto, en Jalisco no buscaremos conflicto, queremos tender puentes, no levantar barricadas; estoy convencido de que puede más el diálogo, que el humo de mil batallas”.
También planteó que para transformar para bien la vida de las personas, el tema prioritario para su administración, será la seguridad y se dijo que también lo es para el gobierno federal, por lo que expuso: “No hay tiempo que perder, la tranquilidad de las familias es el eje de cualquier proyecto de desarrollo y garantizarla, exige un esfuerzo conjunto”.
Habría que recordar que Alfaro como gobernador, se lavó las manos a propósitos de los homicidios dolosos, señalando que eso era tarea del gobierno federal, por tratarse de delitos federales, pero Lemus piensa diferente: “la seguridad nos toca a todos, aquí nadie se ‘lava las manos’ y todos trabajamos de manera conjunta y en equipo por la seguridad de las personas”.
LOS DESAPARECIDOS
En su mensaje Pablo Lemus Lemus Navarro subrayó que en este flagelo pondrá a las órdenes de la presidenta, todas las fuerzas de Jalisco, “en el trabajo conjunto uno de los retos principales, diría yo, la principal tragedia sensible de este país, que son las desapariciones, esta crisis que afecta a miles de familias y que es una deuda histórica que será prioridad para nosotros”.
Pablo Lemus ha llegado, su mensaje es conciliador, muestra empatía con los familiares de los desaparecidos. El nuevo gobernador considera este tema como prioritario y este lunes tiene programado reunirse con colectivos de búsqueda de personas desaparecidas.
El reconocer lo que le duele a Jalisco es un buen principio para buscar la solución y en ese sentido vemos a un gobernador preocupado por resolver los problemas, con la humildad de aceptar que para encontrar la solución, todos debemos de participar, los tres niveles de gobierno, la sociedad, los medios de comunicación, las iglesias, las escuelas, las universidades.
Finalmente me quedó con estas dos expresiones del nuevo gobernador:
“Voy a ser un gobernante serio, cercano, alegre. Voy a estar cerca de la gente, de los medios de comunicación. Estoy muy feliz. Gracias a todas y a todos ustedes por haberme convertido en su Gobernador. No les voy a fallar. A quienes tanto han sufrido, quiero decirles que cuentan conmigo, que seré un gobernador cercano y solidario y la muestra es la nueva creación de la Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de Personas, primera en su tipo a nivel nacional y agradezco a los diputados a haberla aprobado”.
Beisbol
Ronnie Camacho: Cerca de 500 jonrones en el beisbol mexicano
Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
Una leyenda viviente del beisbol mexicano es Ronaldo “Ronnie” Camacho, quien tiene el récord de más cuadrangulares en una temporada en la Liga Mexicana del Pacífico, que son 27, hazaña lograda en1963, para superar al Supermán de Chihuahua, Héctor Espino y a Saúl Villegas en la penúltima serie del rol oficial cuando los tres disputaban quien se quedaba con la corona.
Ronnie lo hizo precisamente en su tierra, Empalme. Ronnie, es junto con Héctor Espino, de los dos bombarderos más poderosos en las dos ligas mexicanas, la Liga Mexicana de Beisbol (Verano) y la Liga Mexicana del Pacífico (invierno).
El poder descomunal de Ronnie lo hizo uno de los dos bateadores más temidos de todos los tiempos en el beisbol mexicano. Entre las dos ligas el llamado “roperón de Empalme” conectó 457 jonrones, 317 en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) y 140 en la Liga del Pacífico.
Le preguntaba a Ronnie en días pasados cuáles de los jonrones gozó más y esto me respondió: “Nada es más hermoso, que escuchar el sonido del impacto del bat con la bola y verla viajar arriba de las bardas».
“Emoción grande cuando superé el récord de Jonrones en 1963. Y ese mismo año, pero en Invierno, el haber implantado el récord de jonrones en la Liga de la Costa del Pacifico (ahora ARCO) CON 27, superando a Héctor Espino y Saul Villegas en la penúltima serie del Roll Oficial. Y fue en mi tierra Empalme, con Rieleros”.
Ronnie recuerda que en aquél mes de febrero, cuando terminaba la temporada, se dio la batalla del jonrón junto con Héctor Espino y Saúl Villegas, una batalla que se libró como nunca antes se había dado en esta liga invernal.
Llegaron a Empalme los líderes de la Liga, Naranjeros de Hermosillo para jugar la penúltima serie del rol regular de cuatro juegos. Ronnie tenía 24 jonrones, Espino y Saúl Villegas estaban empatados con 23 jonrones. En el primer juego Ronnie conecta el jonrón 25; en el segundo juego conecta el jonrón 26 y en el cuarto y último juego logra el jonrón 27.
La serie en Empalme la vieron 15 mil fanáticos de todo el Estado.
Y ese récord de 27 jonrones nadie lo ha roto. Tiene 61 años de implantado. Únicamente la logró empatar la marca el gigantón norteamericano Bob Darwin en la temporada 1971-1972, jugando para Hermosillo, otro gran pelotero que jugaría en MLB con Medias Blancas de Chicago.
Un grandioso pelotero, indiscutiblemente Ronnie Camacho, a quien el Ayuntamiento de Guadalajara, cuando estuvo de interino durante el último año de la administración que encabezó Enrique Alfaro, el orgullo de Tototlán, tuvo a bien hacerle este emotivo homenaje en Palacio Municipal y en el que tuve la oportunidad de dirigir mi mensaje.
UN ÍCONO MEXICANO
Aquí transcribo parte de la crónica que redactó el periodista Diego Morales Heredia en Conciencia Pública: “Para el periodista Gabriel Ibarra Bourjac, el reconocimiento es merecido, a un atleta de alto rendimiento, ejemplo para la juventud, que destacó en el béisbol profesional con su entrega, pasión y compromiso en cada uno de los equipos donde militó, que lo llevó a conseguir records que hasta la fecha siguen vigentes.
“Ronnie Camacho es un ícono mexicano, de los valores que demuestran lo que es tener profesionalismo, cuando hay talento, pasión, entrega, vocación, se puede lograr. A estos grandes mexicanos que son ejemplo para la juventud es oportuno que sean reconocidos”.
Emocionado, Gabriel Ibarra recordó sus inicios en el periodismo, que se dio por su pasión por el béisbol; ahora, de la mano de un alcalde que también disfruta el rey de los deportes y de la peña más beisbolera del occidente, con alrededor de 150 miembros, resaltó Camacho Durán, como un distinguido sonorense, rey de los cuadrangulares en México.
“El vivir la pasión del béisbol y que lo podamos disfrutar con Charros de Jalisco me parece extraordinario, hay que reconocer a esos grandes deportistas mexicanos que son ejemplo, con sus hazañas, con sus aportaciones, como Ronnie Camacho, un distinguido sonorense, mexicano, que simple y sencillamente los grandes reto que se han logrado de cuadrangulares mexicanos es el protagonista”.
LOS RECORDS
Subrayó: “Ronnie en la Liga Mexicana de Béisbol fue quien implantó la marca de más cuadrangulares de 39 jonrones, pero luego en la Liga Mexicana del Pacífico jugó con los Rieleros de Empalme, en esta liga también implantó una marca de 27 cuadrangulares, que tiene 50 años y nadie la ha logrado romper. Entre las dos ligas, conectó cerca de 500 cuadrangulares, de los que más han hecho en el béisbol profesional mexicano”.
Ronaldo “Ronnie” Camacho nació en la ciudad de Empalme, Sonora, el 26 de Octubre de 1953. Su carrera, que duró más de 20 años, cuenta con más de 2 mil 200 juegos como pelotero tanto en México como en los Estados Unidos.
A los 17 años, siendo el más joven del equipo, Ronnie inició en el béisbol en 1953 con el equipo de Fresno en la Liga de California clase C, sucursal de los Cardenales de San Luis. Debutó profesionalmente en la Liga Invernal de Sonora (antecesora de la Liga Mexicana del Pacífico) en 1958, ganando la triple corona de bateo jugando para los Rieleros de Empalme.
Forma parte del Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México desde 1983. “Ronnie”, jugó también con las Águilas de Mexicali, los Tecolotes de Nuevo Laredo, Pericos de Puebla, entre otros. Se retiró en 1975, jugando para Aguascalientes.
JALISCO
La coreografía del poder en Jalisco: Una crónica de protagonismos y protocolos violados
Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
La orden del día contemplaba un acto de solemne, con los posicionamientos previos a la toma de protesta. Sin embargo, la ausencia del gobernador saliente, Enrique Alfaro, y del entrante, Pablo Lemus, obligó a la presidenta del Congreso, Mónica Magaña, a modificar el protocolo, respondiendo a la moción del diputado Enrique Velázquez del extinto partido Hagamos.
Con un conocimiento preciso del protocolo legislativo y una capacidad política que brilló por encima del resto, Velázquez logró lo improbable: unir a las dispersas fuerzas opositoras para exigir la presencia de Alfaro –como Poder Ejecutivo- en el acto.
“Presidenta queremos invitar la fracción de Hagamos y algunos otros diputados a que se cumpla con esta sesión solemne, no es una sesión ordinaria donde podamos discutir los diputados, el día de hoy tenemos la presencia de los poderes, no es cualquier sesión, el día de hoy la entrega del bando solemne y tendrían que estar presentes los otros poderes para que las fuerzas políticas puedan hacer posiblemente, le pediría no sé qué es lo que pasó pero si no ha llegado alguien, pero, le pediría que se cumpla con la sesión solemne con los honores a la bandera, con la presencia de los poderes porque tenemos que dialogar mucho aquí en Jalisco”, señaló enfático Enrique Velázquez, al dar catedra de conocimiento del protocolo legal del Poder Legislativo
La espera se prolongó cincuenta minutos, hasta que Alfaro hizo acto de presencia con su característica indiferencia. En pleno discurso de la diputada Tonantzin Cárdenas de Futuro, el gobernador saliente se dedicó a revisar su celular, un gesto que encapsula su relación con los ciudadanos durante su sexenio: indiferente, distante y ensimismado.
EL NOMBRAMIENTO DEL FISCAL: NEGOCIACIÓN EVIDENCIADA
Por la noche, se supo que, en paralelo a la ceremonia de protesta, el Congreso se encontraba inmerso en otra operación política clave: la designación del nuevo fiscal estatal, Salvador González de los Santos.
En una sesión cargada de tensiones y críticas, nuevamente Enrique Velázquez emergió como una de las pocas voces disidentes, señalando la prisa y la falta de rigor en el procedimiento.
Con un discurso que se ganó los aplausos de algunos asistentes y la indiferencia de la mayoría de los diputados, Velázquez denunció la falta de análisis en la designación de un funcionario tan crucial. “¿Vamos a ratificar algo sin conocerlo?”, cuestionó enfático, dejando al descubierto la mecánica sumisa con la que las fracciones legislativas –Movimiento Ciudadano, Morena, PAN, PRI y Hagamos– aprobaron el nombramiento con 30 votos a favor.
Las palabras de Enrique Velázquez desnudan el sometimiento de sus serviles compañeros:
“¿Que si es importante el tema de seguridad? Claro que es importante ¿Tenemos que nombrar al fiscal? Sí. Lo presentan hoy, pata discutirse hoy, van a votar, ¿Y todos conocen el currículum del candidato a fiscal? ¿Saben lo que ha hecho? O sea ¿Vamos a ratificar algo sin conocerlo? Porque esa práctica le ha hecho mucho mal al estado ¿eh? Y mi intervención ha sido en ese sentido nada más, de no hacer las cosas así – lo dice tronando los dedos-, de cuando te avientan las cosas a las patas y tiene que ser para hoy -realiza movimientos con las manos aventando algo al piso-, de eso es lo que estoy en contra, no de que tengamos un fiscal, ni de los perfiles de las personas, me parece que tienen todo mi respeto y admiración los dos que postulan, pero el tema del procedimiento, si para muchos no es importante. Yo sí requiero hacer mi trabajo”, denunció Enrique Velázquez.
El nombramiento de González de los Santos es un recordatorio de cómo en Jalisco, las negociaciones políticas parecen ser más importantes que las capacidades técnicas o éticas de los postulados. Sin una terna que ofreciera alternativas, la propuesta de Pablo Lemus pasó casi sin oposición real, salvo por unas pocas voces que, en un mar de obediencia, parecieron gritos de desesperación.
Desde 2017, se ha señalado la necesidad de una reforma que garantice la independencia de esta institución, crucial en un estado donde la violencia y el crimen organizado han alcanzado niveles alarmantes. Sin embargo, el proceso de designación mostró todo menos autonomía.
La diputada de Morena, Itzul Barrera, resumió con claridad la inconformidad que llevó a su voto en contra: “Hoy voté en contra de la designación del fiscal del estado de Jalisco y quiero contarles por qué:
Primero, aclarar que no tenía que ver con el perfil, porque no lo conozco, escuché su nombre el día de hoy y no conocía su currícula, ni experiencia en un tema tan delicado y doloroso como es la seguridad para las y los jaliscienses. Segundo, porque la discusión del perfil idóneo para un espacio coyuntural en el estado requiere más que unas horas de discusión y meditación, sin duda. Y finalmente, porque si hablamos de la buena voluntad del nuevo gobernador, lo mejor sería que se atendiera la urgente necesidad de legislar la reforma que desde 2017 pedía al estado que nuestra Fiscalía fuera autónoma, y entonces sí, cambiáramos el proceso de designación al que marca la Constitución del estado.
“Hoy y siempre mi voto será definido por mi profundo compromiso con las y los tapatíos que me eligieron y que confían en que no decidiré “fast track” algo tan importante para ellas y para ellos”, afirmó, dejando en evidencia la contradicción de sus compañeros de bancada, quienes, encabezados por Miguel de la Rosa, optaron por alinearse a la negociación política que favorecía al nuevo gobernador.
Salvador González de los Santos no es un desconocido en el ámbito jurídico de Jalisco, su currículum no está exento de méritos. Sin embargo, su imposición por parte de Lemus, sin un proceso transparente ni el respaldo de una consulta amplia, lo deja en una posición frágil frente a una ciudadanía que desconfía de las instituciones.
La tarea que le espera no es menor. La Fiscalía estatal acumula más de 526 mil carpetas de investigación pendientes, una cifra que evidencia el rezago monumental en la impartición de justicia.
El episodio del Congreso es también un reflejo del legado de Enrique Alfaro, un gobernador que deja un estado polarizado, con problemas de seguridad agravados y una ciudadanía desencantada. Su indiferencia durante la sesión no es solo un gesto simbólico, sino un recordatorio de la desconexión que marcó su administración.
Por su parte, Pablo Lemus enfrenta un panorama complicado. La negociación que permitió la aprobación de su fiscal fue una victoria política, pero también un recordatorio de que su gobierno nace de compromisos que podrían limitar su margen de acción. La ciudadanía estará atenta a si estos acuerdos se traducen en resultados concretos o en más de lo mismo.
En Jalisco, la política se mueve al ritmo de los protagonismos, las negociaciones y los protocolos violados. Lo ocurrido en el Congreso local es un microcosmos de una realidad más amplia: un sistema donde las formas importan más que los contenidos, y donde la simulación sigue siendo la moneda de cambio en un estado que demanda cambios reales.
En X @DEPACHECOS
-
Uncategorized6 años atrás
Precisa Arturo Zamora que no buscará dirigencia nacional del PRI
-
Beisbol5 años atrás
Taiwán marca camino al beisbol en tiempos del COVID-19: Reinicia partidos sin público
-
REPORTAJES6 años atrás
Pensiones VIP del Ipejal: Arnoldo Rubio Contreras, ejemplo del turbio, sucio e ilegal proceso de tabulación de pensiones
-
VIDEOS6 años atrás
Programas Integrales de Bienestar, desde Guadalajara, Jalisco
-
VIDEOS6 años atrás
Gira del presidente López Obrador por Jalisco: Apoyo a productores de leche en Encarnación de Díaz
-
OPINIÓN4 años atrás
¡Ciudado con los extremistas! De las necedades de FRENA y otros males peligrosos
-
VIDEOS6 años atrás
Video Columna «Metástasis»: Los escándalos del Ipejal
-
OPINIÓN3 años atrás
Amparo, la esperanza de las Escuelas de Tiempo Completo