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MUNDO

Davos 2020, la ONU «VIP»

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Por Jorge López Portillo //

Mientras que en Washington iniciaba el juicio político contra el presidente de los EUA por presunto abuso de poder y obstrucción al Congreso, en Suiza se realizaba del 21 al 24 de enero, la 50ª reunión anual de grupo llamado “Foro Económico Mundial”, lo que yo he nombrado como “la ONU VIP”.

El Foro Económico Mundial en Davos o WEF -por sus siglas en inglés- lleva 50 años de existir, pero cada año que pasa, se fortalece como un espacio de coincidencia de gobiernos, empresas, billonarios, líderes académicos, líderes sociales y medios de comunicación, con agendas globales y temáticas definidas. En este 2020 el Foro se titula “interesados para un mundo unido y sustentable”.

Le llamo la ONU VIP, porque es un organismo de origen particular –ahora una ONG-, creado por súper ricos que está diseñado para servir como un medio de contacto permanente entre diversos actores mundiales a través de iniciativas, estudios y eventos que se desarrollan durante todo el año pero que cada enero tienen una cumbre en las hermosas montañas nevadas de los Alpes Suizos.

El evento anual del WEF ha ido cobrando relevancia y lo que empezó en 1971 como una reunión de 444 altos directivos de empresas europeas para mejorar sus estrategias de administración y dirección, buscando imitar el modelo empresarial de EUA, se ha convertido en un escaparate de reflexión y de lujos, de enriquecimiento intelectual y económico con un inmenso derroche monetario.

Para el 2020, los organizadores del evento han intentado ser más coherentes entre sus discursos y sus hechos, pidiendo a sus asistentes, tratar de usar medios comerciales para llegar al lugar, caminar para reducir el uso de automóviles al trasladarse en el pequeño pueblo, utilizar más alimentos locales en lugar de importar cantidades industriales de lujosas viandas desde otros puntos y destinar algunos eventos al consumo y conocimiento de proteínas vegetales, todo esto con el fin de aligerar las críticas que desde muchos rincones del mundo se dan a los que supuestamente defienden a la naturaleza, mientras se dan una vida de excesos, generando un alto consumo de energéticos fósiles para poderles atender.

Imagine cuánto esfuerzo debe ser llevar cocos, plátanos o mangos a los Alpes Suizos, eso sin contar cuántos arboles se deben cortar para encender fogatas de los altos dignatarios o empresarios y sus muy amplios séquitos. Recordemos que al evento asisten más de 3 mil personas de manera directa, pero son acompañadas por otras 27 mil, lo que implica que cada año la población de 11 mil personas del poblado pase a ser de 30 mil por 5 días de locura económica en lo que fue un refugio para ricos y para enfermos durante décadas atrás.

El Foro es sin duda un exitoso ejemplo de organización y de marketing, que durante el año, además de realizar varias publicaciones e iniciativas, tiene reuniones regionales en Asia, África y América. Fue fundado por su actual presidente el ingeniero y economista alemán Klaus Shwab quien cumplirá 82 años de edad el próximo 30 de marzo. Él y sus aliados han logrado poner en la misma sala a los líderes empresariales de las corporaciones más ricas del mundo con los líderes políticos y sociales más poderosos.

El lema de la Fundación WEF es “comprometidos con mejorar el estado del mundo”. No todo es miel sobre hojuelas para dicha fundación que ha sido acusada de elitista –como creo que sí lo es- y de superflua por sus excéntricos eventos a los que únicamente tienen acceso un puñado de personas en el planeta, pero debemos recordar que son un organismo privado, por lo que tienen el derecho de invitar a quien quieran. En el pasado los organizadores del evento han sido criticados por invitar y después retirar dicha invitación a empresarios de algunos países como Rusia. También han sido acusados de machistas ya que casi el 80% de sus líderes invitados son hombres, quienes, según otros críticos, ni siquiera pagan los impuestos que debiesen, generando así la pobreza que dicen querer combatir con sus iniciativas.

Lo cuestionable de Davos es que los gobiernos con recursos públicos comprometan políticas nacionales para favorecer a empresas privadas multinacionales, pero lo positivo de Davos es que logre reunir a ese tipo de líderes para actualizar de manera un poco relajada los temas de sus regiones y del mundo. La Agenda de Davos es variada y lo mismo hablan del nuevo brote de gripe en China, que del proyecto de siembra de mil millones de árboles durante los próximos años o de las energías renovables para sustituir a las tradicionales.

EL WEF EL PODER DEL DINERO

Aunque el WEF con sede en Suiza, es el primer grupo empresarial que promueve sus metas tan abiertamente a nivel mundial con eventos mediáticos, no es el primer grupo de empresarios y políticos que crean una organización privada para promover sus ideas o intereses a nivel regional o mundial, cuando menos recuerdo dos de los que hemos hablado en este espacio, con fines similares pero mucho más discretos. Por un lado tenemos al “Consejo de las Américas”, con sede en NY formado en 1963 en el que participó el padre del actual embajador de EUA en MX y el “Consejo en Relaciones Exteriores” con sede en EUA, formado a inicios de 1921, y por supuesto los Caballeros de Malta; todas estas organizaciones han sido creadas para unir intereses económicos-político-sociales a nivel global y han logrado tener influencia considerable en decisiones que de una u otra forma han afectado una parte importante de la humanidad.

Lo que no se había visto en la era moderna era a una ONG que lograse obtener para su evento estelar, mensajes de los principales líderes políticos y religiosos del mundo. Así las cosas, el Papa dedicó un mensaje desde el Vaticano para los asistentes a dicho encuentro y los gobiernos de los países más ricos del mundo están representados por sus jefes de estado o de gobiernos o por sus ministros de Finanzas o Comercio. Prácticamente todos los grandes corporativos y naciones del G20 están ahí.

Para estar en la reunión anual de Davos, puedes llegar pagando unos $626 mil dólares por cabeza (como lo hacen las empresas globales asociadas al WEF) o puedes esperar a ser invitado de manera gratuita y aun así hay diferencias, es decir los gafetes con acceso a conferencias para los llamados “Davos Man” o sólo para estar en el hotel sede como invitado para ver la fiestas o algunos de los eventos periféricos.

La Fundación tiene un cuerpo similar al de un Consejo de Administración que está integrado por casi 30 personas de alto perfil político, económico, social o intelectual a nivel mundial; podemos presumir que en dicho cuerpo directivo “muy fifi”, está el mexicano José Ángel Gurría, director de la OCDE, también forman parte del grupo Al Gore, ex presidente de EUA y varios ex Ministros de Finanzas y directores de Bancos Centrales de múltiples países del mundo así como empresarios y ex presidentes de grandes corporaciones, con lo que se hace el coctel perfecto para sentar en el mismo lugar a sus respectivos amigos en un solo lugar.

NOTAS ARDIENTES DESDE LOS ALPES

Durante estos 4 días, escuchamos mensajes variados: Donald Trump informó que una vez que ha alcanzado acuerdos comerciales con China, México, Canadá, Japón y Corea del Sur, se enfocará en un nuevo acuerdo con Europa. Además aceptó sumarse a una iniciativa para reforestar un billón de arboles a nivel mundial durante los próximos años; casi en respuesta a los Americanos, la Canciller Ángela Merkel dijo que reforzarían los lazos comerciales de Europa con China y que para el 2030 Alemania generaría más del 65% de su energía a partir de fuentes renovables.

La jefa del poder ejecutivo de Hong Kong aprovechó el evento para reafirmar que su relación con Beijín es excelente y aclaró –para quienes lo duden- que el Gobierno del Presidente Xi Jinping siempre le ha recalcado que quieren respetar el sistema de libertades de la región a pesar de lo que se ha pensado por las revueltas y protestas recientes.

El Director Ejecutivo del Royal Bank of Canadá, David McKay, rompiendo con el coro general de acabar con las petroleras, dijo que el cambio de combustibles no puede ser de la noche a la mañana como muchos plantean.

Al Gore –siempre presente en esos eventos- comentó que el daño por el cambio climático era comparable al de los muertos por los ataques terroristas a NY en 9/11 y de paso se tomó fotos con la joven activista ambiental “Greta” quien fue presentada para hablar sobre el “cambio climático”; sobre el mismo tema, el Srio del Tesoro de EUA dijo que dejaría que la joven de 17 años le de clases una vez que ella termine de estudiar economía o medio ambiente.

El multimillonario George Soros dijo que el presidente de China Xi Jinping es el más peligroso oponente de los que creen en una sociedad abierta, ya que manipula y controla a su pueblo a través de la Inteligencia Artificial. Ya de paso, el también patrocinador de Clinton y Obama, criticó a su paisano Trump, pero nada dijo de sus números record en EUA –los mejores en 20 años-, sobre la confianza del consumidor, ni de la asistencia del presidente de EUA a la Marcha por la Vida en Washington DC. Cabe señalar que el republicano es el primer presidente que asiste en persona a dicho evento que se realizó a las afueras del Capitolio, justamente a la misma hora -literal-, en la que lo estaban enjuiciando.

Escuchar las conferencias del WEF y sus publicaciones es una buena oportunidad para escuchar temas muy interesantes y para conocer qué están pensando 1000 de las empresas más influyentes del mundo y su participación en los programas gubernamentales o en las instituciones de la ONU con la que están muy enlazados elaborando estudios económicos y/o ambientales. ¿O será que el objeto del evento es pagar millones de dólares sólo para tomar unas copas con los políticos? Al escuchar las ponencias, no olvide que son patrocinados y que el objeto de las empresas es ganar dinero.

NI JEFF BEZOS SE SALVA…

Según la empresa FN1 y la ONU, el equipo celular del empresario Jeff Bezos -dueño de Amazon y del periódico “TWP”-, fue infiltrado por un software de piratería, enviado vía MP4 por el príncipe de la Corona Saudita como medio de intimidación, a consecuencia de las denuncias del periódico Washington Post en contra de dicha monarquía por el asesinato del escritor Jamal Khashoggi.

Por lo pronto y ante la ola de hackeos VIP, le recuerdo la oportunidad para hacer negocio vía internet en las Bolsas de Valores de China y EUA, invirtiendo en empresas que se dedican a la fabricación de microchips para los celulares o en las que se dedican a la instalación de antenas 5G o en desarrollos de software para detección de hábitos y tendencias como los que usó Google en la campaña electoral de EUA del 2016, con lo que consiguió que más de 2 millones de personas indecisas votasen por Hillary Clinton, esto según testimoniales presentadas ante el Senado en Washington por el Dr. Robert Epstein. Esas tecnologías están a la venta y usted puede invertir en ellas para lograr que su empresa y su patrimonio crezcan.

Comparto mi opinión, usted juzgue y genere sus propias conclusiones, agradezco a usted que hace el favor de leerme y a este medio que me da la oportunidad de llegar hasta su persona. 

Para cualquier comentario sobre la presente agradezco me contacte al siguiente correo electrónico: columnadeopionionjlpb@gmail.com

Dios nos bendiga, que es lo mejor que uno puede desear.

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El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?

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Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //

La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.

Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.

Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.

En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.

El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.

La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.

El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.

E-mail: samcg2002@gmail.com

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MUNDO

Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto

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Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //

Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.

Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.

Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.

Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.

El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.

La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.

En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.

Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.

Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.

Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.

Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.

Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.

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En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales

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Actualidad, por Alberto Gómez R. //

En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.

La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.

LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN

La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.

Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.

El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.

DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA

El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.

La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.

En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.

FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN

La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.

Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.

La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.

RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES

Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.

Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.

El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.

El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.

EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE

El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.

El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.

En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.

El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.

Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.

Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.

El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.

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