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MUNDO

El negocio del terror: Población civil convertida en escudos humanos de Hamás e Israelíes

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Política Global, por Jorge López Portillo // 

¿Es válido que los palestinos no tengan un país reconocido por el mundo? Dejemos de lado a Israel que tiene broncas con los palestinos desde que fue refundado en 1947-1948, pero preguntémonos por la ONU, la OTAN, la llamada Liga Árabe  o por los poderosos países árabes o musulmanes como Egipto, Siria, Líbano, Qatar, Arabia Saudita o Irán y qué decir de la propia Europa, EUA y Canadá quienes en conjunto tienen más palestinos en sus países como refugiados e incluso ya ciudadanos con doble nacionalidad ya sea europea o de algún otro país de América del Norte que los que habitan en la propia palestina.

Hace tres años en agosto del 2020 y con motivo de la explosión en el Líbano, publicamos algunos comentarios sobre las organizaciones terroristas de la zona patrocinadas por Irán. La desgracia del sábado antepasado en Israel y la continuación en Gaza nos obligan a dar otro vistazo a esa región. En particular porque recordaremos lo que hemos dicho en otras notas sobre el abuso del poder y del uso de personas como peones en ajedrez de potencias y de intereses ajenos. 

Empiezo por el final. Si pensamos que Israel es duro con Palestina, habría que ver que los que dicen estar a favor de Palestina son peores, ya que los mantienen en la miseria y los usan como pretexto para sacar provecho en otros temas. Me refiero específicamente a Hamás y a sus aliados que utilizan pleitos con Israel y Occcidente, algunos justos, otros realmente ridículos, para envenenar las mentes de niños que se convierten en terroristas por unos centavos o de a gratis. Y claro mantienen a un número importante de civiles inocentes como rehenes de un régimen que solo es utilizado, pero no es querido por sus hermanos musulmanes. 

LOS INCITAN, PERO NO LOS QUIEREN RECIBIR EN CASA 

Lo anterior lo digo porque Palestina como pueblo y país independiente no fue ideado sino hasta los años 60s y prácticamente se consolidó la idea en los 80s. Así es, la región llamada Palestina ha sido de muchos imperios, pero nunca un país. De hecho, al final de la segunda guerra mundial el territorio del antiguo Israel se ideó como parte de un tri gobierno que sería un país llamado Pan-Árabe otro Israel y una tercera zona llamada internacional en Jerusalén y Belén. En 1947-1948 la ONU decidió que ese terreno que estaba en ocupación inglesa y francesa durante años se partiera en tres con zonas limítrofes muy raras y basadas en que en el centro del ahora Israel había más árabes y al sur este más judíos. Iban a ser tres zonas de judíos y tres de árabes, pero sin continuidad territorial, muy raro y en el centro Jerusalén siendo gobernada por una alianza internacional. Esto era la recreación porque debemos recordar que Israel ya había existido ahí en varias ocasiones desde al menos mil quinientos años antes de Cristo. 

La zona que va de Jordania, del Mar de Galilea y del Mar Muerto al este hasta el Mediterráneo al oeste y de Libia y Siria en el norte y este a Egipto o a la península del Sinaí y del Mar Rojo en el sur ha sido dominada y ocupada por todos los imperios, salvo los EUA, desde Babilonia, Persia, Mongolia, Egipto, Alejandro el Grande, Roma, y el imperio Otomán hasta Inglaterra al término de la primera guerra mundial y de esa guerra a la segunda guerra se mantuvo como tierra ocupada por Europa. 

Según los arqueólogos la llamada tierra santa ha sido habitada desde 4 mil años antes de Cristo por los cananeos en un pueblo llamado Júbitas al que después llegaron pobladores de la zona costera de Gaza, llamados filisteos o palestinos. Como podemos recordar Abraham padre de Ismael y de Isaac es decir padre oficial de los Islamitas y de los Israelitas decía que él era un “pobre” cananeo. Así las cosas y después de ser liberados de Egipto los descendientes de Abraham encabezados por Saúl gobernaron un reino, desde el norte en la frontera con Líbano hasta gaza en el sur, su sucesor el famoso Rey David fundó Jerusalén y su Templo por allá del año 1100 antes de Cristo. Como sabemos de David siguió Salomón y de ahí se partió el reino y luego fue conquistado y expulsado por Babilonia, en ese momento Gaza, la tierra de los filisteos o palestinos, fue retomada por Egipto y sus habitantes también expulsados o asimilados. 

Es justo decir que los pobladores originales de la zona son tanto judíos como no judíos y de muchas tribus distintas. Si tomamos la idea de que la tierra es de quien la trabaja pues habría que ver quién la ha trabajado más, si la idea es de quien la ocupa, pues seguiríamos en problemas porque son muchos pueblos en una pequeña zona, pero principalmente el problema es que son de diferente religión. Principalmente judía y musulmana, pero también hay cristianos. 

Así las cosas, al final de la segunda Guerra Mundial la liga de países árabe que nunca pidió la creación o liberación de Palestina para los palestinos, se negaron a reconocer el acuerdo de la ONU para crear tres países, naturalmente Israel aceptó y de inmediato se preparó para defender su zona y en cuanto las fuerzas militares de Inglaterra se retiraron, los países musulmanes le declararon la guerra, por el sur Egipto, por el Este Jordania, por el norte Siria.

Israel sobrevivió y de hecho conquistó terrenos que eran parte de los otros, lo que fue conocido como tierras ocupadas. Incluso se dice que por debajo de la mesa Jordania no quería que Egipto o que otros tomaran Palestina por lo que después de muchos muertos, principalmente palestinos y judíos, Egipto y Jordania llegaron a un acuerdo de paz con Israel. 

Podemos ver que la bandera de Palestina fue creada en el 95 y el pasaporte creado a finales de los años 90’s el cual solo tiene acceso libre a 11 países, todos los demás les piden visa y muy difícil que se les admita en otro país salvo como refugiados. La mayoría de los países musulmanes, incluidos Egipto, Libia, Turquía, Arabia, Qatar y Jordania les piden visa para entrar. Si comparamos los mexicanos podemos entrar a más de 100 países sin visa. 

Palestina ha sido usado por Irán para pelear su guerra santa en contra de Israel, así como Irán usa a Hezbollah para pelear desde el norte y dominar Líbano. También Irán utiliza a la guerrilla llamada Guardia islamita desde Siria para atacar en el mundo a los llamados infieles e incluso a otros países árabes como Arabia Saudita.

Por eso los acuerdos de Abraham firmados con Trump eran tan importantes, permitían un camino mediante el cual Israel y el mundo árabe o al menos los países más influentes llegaban a un entendimiento de mutuo respeto aislando a Irán. Pero esos acuerdos debían ser apoyados por acciones de EUA como evitar que Irán tuviese armas nucleares y miles de millones de dólares para poder pagar sus grupos de terroristas internacionales. 

Lamentablemente del 2021 a la fecha Irán negoció con EUA la liberación de sanciones y en consecuencia accedió a más de $36 mil millones de dólares ayudando con petróleo a China y a otros aliados creando un eje entre China-Rusia-Siria-Irán-Sudáfrica-Venezuela. 

Hamás ha presumido videos de niños secuestrados durante su ataque a Israel, niños que pueden ser judíos o no, porque en el ataque se llevaron a más de 200 rehenes que estaban en la región atacada. Pero lo triste es que se necesita ser cobarde para usar a niños o a inocentes para cubrirse en una guerra. Pero si los terroristas se suicidan y tratan a sus mujeres como objetos, entonces qué podemos pedir o esperar del trato que darán a los que no son de su ideología. 

Hamaás advierte a sus propios ciudadanos que no abandonen la ciudad de Gaza, es decir que quieren usar a sus propios civiles además de los extranjeros como escudos para que cuando Israel entre a perseguirlos, haya muertos civiles que sirvan para generar odio en el mundo occidental y árabe contra Israel lo que siempre funciona mientras que los verdaderos líderes de Hamás descansan en hoteles de lujo en Qatar y en Irán. 

La política de Israel era contener a Hamás en Gaza, pero ahora va por una incursión terrestre para cazar a los soldados de Hamás, por lo que ha pedido a la población de Gaza que se salga de la ciudad lo que es una cosa terrible porque son más de un millón de habitantes de la ciudad que tratan de salir, pero no los dejan. De hecho, Egipto no ha dicho nada y no parece que vaya a dejar entrar a muchos palestinos, porque como apunté, a los pobres de Gaza nadie los quiere ayudar e Irán, Hamás y otros, solo los explotan.

Ayer leí que la ciudadana Israelí-Americana Cindy flash y su marido estaban de visita en Israel durante el ataque del sábado ante pasado, ella era vocal pro Palestina y siempre pidió que se reconociera el Estado Palestino, pero eso no le sirvió de nada porque ella y su marido, ambos hijos de judíos asesinados por Hitler en el holocausto, fueron ahora asesinados en Israel por Hamás.

EL ODIO ES MEJOR INVERSIÓN QUE EL DESARROLLO

Según el reporte de la ONU en 1947 el Estado Pan árabe -Ahora Palestina- no tendría dinero para subsistir por sí mismo por lo que necesitaría ser patrocinado por los demás estados árabes. Eso no ha cambiado nada, en especial porque el 60% del dinero que recibe Gaza se usa en fabricar armas para atacar a Israel lo que es un crimen y un acto de terror en contra de su propio pueblo. Hoy en día más del 80% de los habitantes de Gaza necesitan apoyo económico para vivir, pero sus líderes prefieren gastar en odio que en desarrollo. Odio es barato y fácil de enseñar, la educación y el esfuerzo no tanto, menos si quieres a esclavos.

El líder de Irán fue claro en su sentimiento sobre el ataque de Hamás a Israel “…Besamos las manos de quienes realizaron ese ataque que cumple con los ideales de nuestra lucha…”.

En efecto esta crisis puede crecer porque Hezbollah desde Libia en el norte ya dijo que ellos quieren entrar en la guerra y otros podrían ser arrastrados al conflicto. Para los que dudan de lo que pasó el sábado antepasado, me quedo con las palabras del líder de Hamás quien dijo que el violar y después matar a mujeres no musulmanas, no era un pecado “porque ellas son como animales, uno debe esperar a que pase su menstruación para que estén limpias del hombre anterior y después usarlas”. 

La liberación de Palestina debe iniciar por su propia liberación y entender que, lo que no hagan ellos por salir adelante, sus vecinos árabes tampoco lo harán por ellos.

Es verdad que los judíos han sido expulsados de muchos lugares, incluida tierra santa en varias ocasiones, pero este asunto de Palestina empieza con los propios palestinos. Si el pueblo de Irán y de Palestina, tienen honor deberían pelear de frente y no atacar a inocentes y más aún utilizar a sus propios ciudadanos para taparse de las balas de los soldados enemigos. Eso es de cobardes.

Pero no todo es malo, los vendedores de armas de Occidente estarán felices Ucrania y ahora esto, solo falta Taiwán y claro los líderes fundamentalistas harán su agosto.

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MUNDO

El Capitán América y la batalla ideológica

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Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //

El cómic del Capitán América nació con un objetivo claro y acorde a un momento histórico muy concreto. El Nº1 de la serie apareció en los puestos de revistas estadounidenses en marzo de 1941, en su portada mostraba a un musculoso hombre enmascarado que portaba un traje lleno de barras y estrellas, mismo que propinaba un golpe en la mandíbula a Adolf Hitler. Este primer número vendió más de un millón de ejemplares.

Cuando se publicó el cómic, Estados Unidos aún no había entrado en la Segunda Guerra Mundial pero la situación era cada vez más tensa con las fuerzas del Eje y el gobierno ya estaba preparado para lo que podía suceder.

En diciembre de ese año, Pearl Harbor fue bombardeado por aviones japoneses y entonces EEUU se unió a los aliados. El Capitán América, que había conquistado el corazón de los jóvenes lectores, se sumó a la lucha difundiendo mensajes patrióticos o apareciendo en campañas propagandísticas.

El origen del Capitán América decía bastante de él: Steve Rogers era un joven que intentó alistarse en el ejército llevado por el compromiso que sentía hacia su país, pero que fue rechazado debido a su mala condición física. Sin embargo, su valentía y valores llamaron la atención de un grupo de científicos que lo eligieron para ser el primer “supersoldado” de la historia inyectándole un suero especial.

Si bien es cierto que lo que hace a Steve un héroe es el resultado de la inyección del suero (fuerza sobrehumana, súper reflejos, etc.), sus habilidades son una consecuencia de los valores que ya tenía. Es decir, que Steve era tan importante cómo el capitán. Los propagandistas gringos tenían claro lo que querían comunicar: cualquier estadounidense puede ser un héroe para su nación.

El panorama que enfrenta Estados Unidos en pleno 2024 es diametralmente distinto al que se tenía previo a la segunda guerra mundial. Los jóvenes ya no creen en lo que hace el gobierno, piensan que la guerra contra el Estado Islámico y Hamás es incorrecta y aquel sentimiento patriótico que llevó a Estados unidos a ser lo que es, se desvanece.

Los jóvenes estadounidenses, empujados por una serie de ideas que ven en redes sociales y por un pensamiento propio que critica a las instituciones, han salido a protestar en sus campus universitarios. Los manifestantes exigen a los centros educativos que rompan vínculos con cualquier proyecto que beneficie al Gobierno israelí o a las empresas que financian el conflicto entre Israel y Palestina.

La primera manifestación se dio en la Universidad de Columbia. Decenas de estudiantes instalaron una zona de tiendas de campaña en el campus y en días pasados, la policía intentó desalojar el campamento, cuando arrestó a más de 100 personas.

El fin de esta historia es de pronóstico reservado, pues parece increíble que hoy los jóvenes salgan a protestar contra un gobierno que de una u otra manera garantiza su expresión y su desarrollo personal para en cambio, defender ideas de aquellos que han buscado destruirlos. Algo de razón tendrán los jóvenes, pero, de seguir adelante con esto, ponen en riesgo a las instituciones que les brindan una serie de privilegios que pocos tienen en el mundo; pareciera que viven el síndrome de Estocolmo.

México, con diferencias de fondo, vive una situación similar. La admiración a la delincuencia organizada y a lo que representa, lleva a los jóvenes aspirar a ser como aquellos que generan inseguridad en el país, a compartir sus ideas, escuchar su música, replicar su vestimenta y a llevar a cabo acciones similares a las de que aquellos que tanto dañan a la sociedad.

Tal vez la guerra ideológica se perdió cuando faltaron líderes positivos a quien admirar, cuando se inició una guerra y el estado se mostró débil, cuando la pobreza y marginación llevaron a los jóvenes a buscar salir de esa situación a cualquier costo o cuando se propuso que a los delincuentes se le debían dar abrazos.

Estados Unidos y México comparten el problema de la falta de credibilidad de sus jóvenes hacia el gobierno. En ambos casos, parece que la batalla ideológica está perdida. ¿Qué hacer para recuperar la admiración y el respeto de los jóvenes por el país que los vio nacer?

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El radicalismo viene de la izquierda

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Opinión, por Fernando Núñez de la Garza Evia //

“La estabilidad lo es todo”, dice un antiguo proverbio chino. Pronto nos daremos cuenta de su sabiduría al quedar atrás la relativa estabilidad vivida en el país y el mundo durante los últimos treinta años. Además del regreso de las rivalidades geopolíticas, del desafío del calentamiento global y los riesgos de las nuevas tecnologías, tendremos que añadir el regreso del radicalismo político. En ciertos países proviniendo de la derecha, mientras que en otros de la izquierda.

Ha habido un debilitamiento de la democracia ante una creciente radicalización política. En Estados Unidos, una parte de la izquierda se ha vuelto más fundamentalista con la cultura del woke, aunque se ha mantenido en los márgenes partidistas. En la derecha, sin embargo, la radicalización se ha normalizado al llevar al extremo los principios del libre mercado, la negación del calentamiento global y la militarización de la política exterior.

Asimismo, en Europa ha sido la derecha política la que se ha tornado más extremista, llegando inclusive al poder en países tan relevantes como Italia. Pero, ¿por qué es la derecha la que ha llevado la delantera radical? Fundamentalmente, por la migración masiva y sus crecientes problemas culturales. Y un problema mayúsculo es que ese extremismo no solo es a nivel de las élites, sino también de las poblaciones.

La derecha en México no se ha radicalizado, al menos no aún. Porque no ha hecho suyas las políticas de mano dura contra la inseguridad, como la derecha salvadoreña. Porque no tiene una dura retórica anti-migrante, como la derecha europea. Y porque no niega el calentamiento global ni ha hecho suyo el dogma del libre mercado, como la derecha estadounidense. Además, la derecha mexicana es democrática, porque cree en los canales institucionales, la negociación partidista y las elecciones populares como mecanismos fundamentales para resolver los problemas políticos nacionales.

Sin embargo, su problema fundamental estriba en su falta de cuadros políticos, tanto así, que una persona sin militancia partidista será su candidata a la presidencia de la República, y lanzaron a una ex-Miss Universo para tratar de recuperar su otrora joya de la corona en el norte del país: Lupita Jones en Baja California.

La izquierda en México es la que se ha radicalizado. Tiene sentido: si en Occidente la derecha lo ha hecho a raíz de la migración masiva y sus choques culturales, en México ha sido la izquierda derivada de un contexto de pobreza y desigualdad, y de la desconfianza social que inevitablemente generan.

Las políticas del populismo de izquierda están ahí: militarización de la vida pública, exclusión del calentamiento global y los temas medioambientales, una profunda aversión a la ciencia y la tecnología, reparto de dinero sin condicionantes de por medio, adelgazamiento continuo de las capacidades del Estado, y un largo etcétera. Ni hablar de su manifiesto autoritarismo y sus políticas que podrían llevar al fin de la democracia-liberal en el país.

La izquierda y la derecha son dos lados de la misma moneda ideológica. Sin embargo, ha sido la izquierda política la que se ha radicalizado en México, tomada por el populismo lopezobradorista. La buena noticia es que la radicalización ha ocurrido más a nivel de las élites, sin haber permeado del todo entre la población. Por ahora.

  • Fernando Nuñez es analista político con estudios en derecho, administración pública y política pública, y ciencia política por la Universidad de Columbia en Nueva York

E-mail: fnge1@hotmail.com

En X: @FernandoNGE

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Abordando la desigualdad económica: El papel esencial del gobierno en las políticas de redistribución

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A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

En la actualidad, la desigualdad económica es un tema candente que suscita debates y preocupaciones en todo el mundo. Esta disparidad en la distribución de la riqueza y los recursos económicos no solo es un fenómeno presente en economías en desarrollo, sino que también afecta a las naciones más industrializadas.

Mientras algunos defienden el valor de la meritocracia y la libre empresa, argumentando que el éxito económico debería ser el resultado del esfuerzo y el talento individual, otros señalan la creciente brecha entre ricos y pobres como una injusticia fundamental que requiere atención urgente.

La idea de que cada individuo debe tener la oportunidad de prosperar según su mérito es una piedra angular de muchas sociedades modernas, pero en la práctica, esta promesa de igualdad de oportunidades puede ser inalcanzable para muchos debido a barreras estructurales y desigualdades sistémicas.

En este contexto, surge una pregunta crucial: ¿Cuál es el papel del gobierno en la reducción de la desigualdad económica? Si bien algunos abogan por una intervención mínima del Estado en los asuntos económicos, argumentando que el mercado libre eventualmente corregirá cualquier desequilibrio, la realidad es que la desigualdad económica persiste y se profundiza en muchas sociedades.

Esto plantea la necesidad de una evaluación cuidadosa del papel que el gobierno puede y debe desempeñar en la promoción de la equidad económica y la justicia social. La cuestión no es solo una de moralidad, sino también de estabilidad social y cohesión comunitaria. Una sociedad profundamente dividida por la desigualdad económica corre el riesgo de enfrentar tensiones sociales y políticas que pueden socavar la estabilidad y el progreso a largo plazo

En este contexto, el papel del gobierno en la reducción de la desigualdad económica es crucial, ya que a través de ella, y con debida perspectiva social, se pueden implementar políticas de redistribución que promuevan una distribución más equitativa contribuyendo así a una sociedad más justa y próspera.

Lo anterior cobra relevancia ya que en un sistema económico basado en la libre empresa, a menudo se promueve la idea de que el gobierno debe tener una mínima intervención en la economía, dejando que el mercado se autorregule.

Sin embargo, esta perspectiva puede pasar por alto el importante papel que el gobierno puede desempeñar en la reducción de la desigualdad económica a través de políticas de redistribución las cuales no necesariamente implican una intervención directa en la economía, sino más bien un enfoque en la redistribución equitativa de la riqueza y los recursos para garantizar un mayor equilibrio social y económico.

Por otro lado, en esta tesitura, el gobierno puede adoptar medidas para fortalecer la seguridad social, proporcionando una red de seguridad para los ciudadanos más vulnerables lo que puede incluir programas de asistencia social, como seguro de desempleo, subsidios alimentarios y programas de vivienda asequible, que ayudan a proteger a los individuos y familias de caer en la pobreza extrema debido a circunstancias adversas.

Asimismo, es fundamental invertir en infraestructuras sociales, como educación pública de calidad y acceso equitativo a oportunidades de desarrollo profesional. Al proporcionar a todos los ciudadanos las herramientas y habilidades necesarias para tener éxito en la economía moderna, se puede reducir significativamente la desigualdad económica y promover una mayor movilidad social.

No podemos perder de vista que, si bien la libre empresa puede ser un motor importante para el crecimiento económico, el gobierno tiene un papel vital que desempeñar en la reducción de la desigualdad a través de políticas de redistribución equitativa de la riqueza y los recursos. Estas políticas no solo promueven la justicia social, sino que también pueden contribuir a un mayor crecimiento económico y estabilidad social a largo plazo.

A pesar de ello, la realidad es que un enfoque equilibrado es necesario. Mientras que el exceso de intervención del gobierno puede tener efectos negativos en la innovación y la eficiencia económica, la falta de intervención puede exacerbar la desigualdad y crear tensiones sociales insostenibles. Por lo tanto, es importante que el gobierno encuentre el equilibrio adecuado, implementando políticas de redistribución que sean efectivas y eficientes sin socavar el espíritu emprendedor y la vitalidad económica.

Es evidente que la desigualdad económica es un desafío significativo que enfrentan muchas sociedades modernas, tanto que este desafío constantemente nos genera la necesidad de plantear preguntas difíciles, pero cuyas respuestas son necesarias.

Si bien la libre empresa puede ser un motor importante para el crecimiento económico, no puede garantizar por sí sola una distribución justa y equitativa de la riqueza y los recursos. En este sentido, el gobierno puede desempeñar un papel crucial en la reducción de la desigualdad a través de políticas de redistribución que promuevan un mayor equilibrio social y económico.

Al considerar estas políticas de redistribución, es importante tener en algunas de las ideas planteadas por Michael Sandel en su libro «La tiranía del mérito».

Sandel argumenta que la meritocracia, la idea de que el éxito se debe exclusivamente al mérito individual, ha contribuido a la creciente desigualdad económica al glorificar el éxito personal mientras denigra a aquellos que no tienen éxito. Esta narrativa del mérito puede llevar a la creencia de que aquellos que están en la parte inferior de la escala económica merecen su situación, lo que socava la solidaridad social y perpetúa la desigualdad.

Por lo tanto, las políticas de redistribución deben ir más allá de simplemente corregir las desigualdades económicas y también abordar las injusticias subyacentes en el sistema. Esto puede implicar cambiar la forma en que valoramos el éxito y reconocer que el mérito individual no es el único determinante del éxito económico. En su lugar, debemos adoptar un enfoque más colectivista que reconozca la contribución de todos los miembros de la sociedad y garantice que todos tengan acceso a oportunidades y recursos básicos para prosperar.

La lucha contra la desigualdad económica requiere un enfoque integral que combine políticas de redistribución efectivas con un cambio en nuestra concepción del mérito y el éxito. Al hacerlo, podemos trabajar hacia una sociedad más justa y equitativa, donde todos tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial independientemente de su origen socioeconómico.

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