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OPINIÓN

Entre la incertidumbre y el miedo: Gestionar y armonizar las emociones ante el COVID-19

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Comuna México, por Benjamín Mora Gómez //

Fiódor Mijáilovich Dostoyevski encauzó, a través de la lectura de su obra, mi interés por conocer el alma atormentada del ser humano. De él, recuerdo: “Creo que en el último día del mundo, en el momento de la eterna armonía, sucederá algo tan sublime, que hará rebosar todos los corazones, que ahogará todas las indignaciones, que redimirá todas las maldades humanas y toda la sangre derramada; y que, entonces, no sólo se podrá perdonar todo, sino que será posible justificar todo…”

El coronavirus nos ha robado la alegría de vivir. De un día a otro, unos antes y otros después, hemos dejado de entender cómo gestionar y armonizar nuestras emociones y hemos permitido que un virus –no siempre mortal- bloqué nuestra vida personal, familiar, social y económica, al punto de impedirnos ser plenamente felices.

Era una condena anunciada cuando dejamos de otorgar equilibrio a nuestra obra en la tierra, rompiendo con el debido equilibrio entre nosotros y la Madre Naturaleza; al recluirnos, los movimientos ambientalistas encontraron las evidencias de que somos los peores enemigos de las demás formas de vida cuando los hábitats de los demás volvieron a acogerlos, pero el interés de los medios de comunicación pronto se enfocó en el escándalo y perdió sentido la reivindicación de la armonía ambiental.

La pandemia ha hecho realidad lo que antes nos dijera Haruki Marakami: “Los corazones humanos no se unen sólo mediante la armonía. Se unen, más bien, herida con herida. Dolor con dolor. Fragilidad con fragilidad. No existe silencio sin un grito desgarrador, no existe perdón sin que se derrame sangre, no existe aceptación sin pasar por un intenso sentimiento de pérdida. Ésos son los cimientos de la verdadera armonía”, que aún hoy pocos comprenden y honran.

La pandemia nos ha robado la felicidad porque en la vorágine de lo superfluo y la inmediatez exigida hacia nuestros caprichos, dejamos de entender que aquella, la felicidad, no está determinada por lo que nos pasa sino por el modo en cómo lo interpretamos y el sentido que damos a nuestras vidas y, sabiendo que, del cómo asumamos los retos para con nuestras vidas, iremos transformando a nuestros genes para bien o para mal; hemos optado por el temor… hemos optado por el terror… y hemos optado por apartarnos de nuestra esencia gregaria, hiriéndonos de deshumanización cuando nos enoja permanecer en el hogar por fuerza y a la fuerza.

Al cerrar las escuelas, la mujer se ha visto obligada a dividirse -cuando ella trabajaba fuera de casa- entre atender a sus menores hijos e hijas, y hacer trabajo desde casa.

El Covid-19 no sólo puede matarnos por asfixia sino, principalmente, nos mata por la imposibilidad de alcanzar una vida lograda porque la vida, en palabras de don Quijote, se realiza en el borde del camino y en el encuentro de aquel o aquella que me explica y dimensiona.

Mi padre me decía que los negocios están en la calle porque a través de ellas llegamos a nuestros clientes potenciales o ellos llegan a nuestro restaurante, tienda, fábrica u oficina; al cerrarse éstos, las ciudades se quedaron dormidas y la economía se detuvo, se contuvo.

Experiencias de años e inversiones económicas importantes se perdieron y nuestros gobiernos, simplemente, las dejaron morir, y miles de empleos dejaron de ser remunerados. Millones de mexicanos se volvieron pobres en un gobierno que declara ser de ellos, por ellos y para ellos, y se sabe que son los más pobres quienes más sufren por esta pandemia.

Si la felicidad es aquello que colma nuestra alma y corazón y si la felicidad la encontramos en ese algo que se aprende, gestiona y armoniza en el día a día, por qué nos hemos dejado sojuzgar por cuarentenas juzgadas como penitenciarias en vez de convertirlas en días de re-encuentro con nosotros mismos y los nuestros. No podemos pasar por alto que la experiencia es reflexión, que la reflexión nos conduce a la armonía y que ésta habita en dónde nos aguarda la felicidad deseada, como dijera Norys Uribe Santana; pero no, pocos reflexionan y menos aún armonizan; los más se rebelan y enojan y desobedecen sugerencias del gobernante y de la experiencia global.

Me pregunto, cuáles hormonas segregamos hoy ante el Covid-19; desde luego que la dopamina u hormona de la confianza, y la serotonina u hormona de la felicidad y el placer se encuentran a la baja; ello podría probarse –lo señalo como hipótesis de investigación- a través de una resonancia magnética.

Nuestra vida está dimensionada por aquello que recordamos de ella, dándole singularidad, especificidad y particularidad, y el quiénes somos, por aquello que los demás recuerdan de nosotros. Si los recuerdos son gratificantes para nosotros y los demás, habremos tenido, seguramente, una vida excepcional.

¿Cuáles recuerdos tenemos cada quién de nuestras vidas en 2020, de encierro o de reencuentro, de detenimiento y retroceso en los derechos de las mujeres, las niñas, los ancianos, los indígenas, o de realización, de tristeza y amargura para quienes todo lo han perdido o de felicidad y confianza para quienes aún sobreviven?

En los confinamientos hubo quienes perdieron un poco del sentido del por qué levantarse cada mañana, pues en sus encuentros en la escuela, en el trabajo, en la compra, en el gimnasio o en la iglesia, dejaron de sentir la calidez de la cercanía. Hay quien dice que la vida se nos hizo más eficiente y eficaz en las reuniones de trabajo por zoom, y ello les alegró, pero sin duda, tales reuniones fueron un poco menos humanas y aún más deshumanizantes. No podemos olvidar que el principal propósito de la vida está en el Ser.

Si el Covid nos ha vuelto a enseñar la importancia de vivir en el presente del cada día, a entender que nada volverá ser como lo fue antes y a reconocer que nadie sabe cómo será el futuro, entonces, por qué nos cuesta tanto tomar consciencia de nuestra frágil esencia humana. Debemos –lo acepto- reencontrarnos con nuestros ideales aun en la intimidad de nuestros hogares, dedicándoles un tiempo adicional para platicar de lo suyo, de lo nuestro, de lo personal, de lo cotidiano… No podemos deshumanizarnos en lo inhumano del internet.

Me decía mi madre: Todo lo que deseas se hará realidad si en verdad lo deseas, y si lo deseas en verdad, te prepararás para lograrlo, le brindarás el tiempo que merezca sin escatimarle ni un instante y, una vez alcanzado, estarás listo para disfrutarlo y compartirlo.

Hoy queremos que el Covid pase y ello tardará lo que queda de 2021 y quizá de 2022: sin embargo, poco hemos mejorado en lo que él nos puso a prueba: Hoy no somos más resilientes que en marzo de 2020, tampoco hemos elevado nuestros apegos, ni siquiera hemos vuelto a mirar las bondades de nuestras ausencias en la naturaleza como cuando los delfines volvieron a Venecia o los cangrejos a Cuyutlán. Más aún, el tener ya varias vacunas para inmunizarnos del coronavirus tampoco nos infundió de un optimismo responsable; en diciembre, cuando se tuvieron las primeras vacunaciones, los contagios se agravaron en México, y me pregunto sobre qué nos hizo relajar los cuidados que habíamos logrado.

Quizá, solo quizá, dejó de funcionar en nosotros, adecuadamente, el cortisol o la hormona del estrés. Y esto, que parece negativo, es también lo correcto porque cuando el cortisol se mantiene elevado de manera crónica por largo tiempo –digamos una cuarentena- se producen dos efectos, uno físico y otro psicológico; en el primer caso, hay pérdida de cabello, problemas al tragar, colon irritado, artritis, fibromialgia, migrañas, taquicardias, sensación de falta de aire y más: a nivel psicológico hay cambios en los patrones del sueño, pérdida en la memoria de corto plazo e irritabilidad, lo que explica tanto pleitos, violencia y depresión en casa que sufre más la mujer y las hijas. En palabras de Wendy Suzuki, neurocientífica norteamericana y autora del libro Cerebro Humano y Vida Feliz: “El estrés crónico mata neuronas” y quizá altera nuestro cerebro moral.

De parte de ese relajamiento decembrino debemos culpar al actual gobierno porque, al instigar a la confrontación social, no tuvo tiempo de pensar en lo que nos dice Daniel Coleman: “La clave para alcanzar un alto coeficiente intelectual colectivo es la armonía social”, así que, cómo entender el bien colectivo si lo comunitario dejó de tener sentido y si, en la confrontación social está la base de permanecer en el poder para consolidar un proyecto que se deleita en resquebrajar a la nación.

Aun cuando se ha criticado a Masaru Emoto por sus afirmaciones pseudocientíficas sobre la fuerza de nuestras palabras, oraciones, sonidos y pensamientos dirigidos hacia un cierto volumen de agua y la formación armónica o caótica de los cristales de hielo obtenidos del mismo, no tengo duda de que nuestras palabras y pensamientos determinan nuestra salud emocional en esta pandemia. Es tiempo de hablar con esperanza y confianza, de forma respetuosa y cauta.

Se afirma que son los más pobres de México quienes más sufren pérdidas de vidas y empleos en esta pandemia y las razones son muchas, pero si ello fuere cierto, alguien en el gobierno podría ser responsable de aquellas muertes y, por tanto, culpable de un posible genocidio por negligencia y subordinación cobarde; la doctora Laurie Ann Ximénez-Fybie, jefa del Laboratorio de Genética Molecular de la UNAM y doctora en Ciencias Médicas por la Universidad de Harvard, quizá nos dé luces en su libro “Un Daño Irreparable”.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha reconocido que renunció a la entrega, ya programada, de un pedido importante de vacunas contra el Covid-19 para favorecer a otra nación y a su pueblo, y pregunto si acaso eso podría constituir una traición al pueblo mexicano por exponerlo a contagios y muertes evitables y, con aquella, a la patria. Y pregunto si por ambos hechos, acaso debería iniciarse un juicio político, presentándose una demanda penal en el Congreso de México o ante la Corte Internacional de La Haya, en contra de quién o quiénes, resulten responsables.

En México, a veces decimos: Me dio mala vibra, y en esto del Covid-19, tengo mala vibra sobre lo que hace el gobierno federal de México frente al coronavirus.

E-mail: benja_mora@yahoo.com

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JALISCO

Mis dudas razonables sobre el futuro de la transparencia en Jalisco 

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

¿Representa la propuesta del gobernador Pablo Lemus un retroceso en la autonomía y participación ciudadana del Subsistema de Transparencia y su Consejo Consultivo?

Lemus promete un “organismo completamente ciudadano”, integrado por rectores, empresarios y miembros de la sociedad civil. Sin embargo, el proceso de designación del titular y los consejeros del órgano desconcentrado dependerá de ternas propuestas por el Comité de Participación Social del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) y el Consejo Consultivo, pero la decisión final recaerá en el gobernador.

Esto genera suspicacias: ¿cómo puede ser un organismo ciudadano si el Ejecutivo tiene la última palabra?
De entrada, la transferencia de las funciones del ITEI a la Contraloría del Estado, un organismo subordinado al Ejecutivo, plantea serias dudas. Este modelo, inspirado en el federal (“Transparencia para el Pueblo”), ha sido criticado por su falta de independencia, y en Jalisco parece repetirse el mismo error.

La falta de autonomía podría convertir al órgano desconcentrado en una extensión del gobierno estatal, incapaz de sancionar la opacidad o exigir rendición de cuentas de manera imparcial, como advirtió Olga Navarro, titular del ITEI, al señalar que las autoridades serán “juez y parte”.

Por un lado, el gobernador exalta la participación ciudadana en 15 foros con más de 3,000 asistentes; por otro, académicos critican que las propuestas de la iniciativa “Compromiso Jalisco por el Derecho de Acceso a la Información” fueron ignoradas por el Congreso del Estado.

Esta iniciativa pedía un Sistema Estatal de Transparencia robusto y un Consejo Consultivo verdaderamente ciudadano, pero los legisladores de la alianza Movimiento Ciudadano-Morena optaron por un modelo que centraliza el poder en la Contraloría.

La exclusión de estas propuestas debilita la legitimidad del nuevo sistema y refuerza la percepción de que la reforma busca cumplir con la desaparición del INAI e ITEI sin innovar ni proteger los avances de Jalisco, pionero en transparencia.

La centralización en la Contraloría podría generar conflictos de interés, especialmente en casos que involucren información sensible, como contratos, licitaciones o el ejercicio del gasto público.

Otro punto débil es la falta de claridad en temas como datos abiertos y rendición de cuentas. Aunque la iniciativa menciona transitar hacia datos abiertos y mantener la publicación de sueldos, agendas y obras públicas, la vaguedad de estas promesas las deja sin fuerza.

LAS CONTRALORÍAS MUNICIPALES

La iniciativa del gobernador contempla legislar la obligatoriedad de transparencia en los 125 municipios de Jalisco, un aspecto que la reforma federal omite. Sin embargo, esta propuesta choca con la realidad, el problema es que la gran mayoría de los municipios del estado carecen de la fortaleza económica de los ayuntamientos de la zona metropolitana.

Es positivo que se piense en los municipios, pero sin un plan robusto para capacitar y financiar sus contralorías, la transparencia municipal será una quimera. Muchos ayuntamientos ya incumplen con sus obligaciones actuales; ¿cómo esperamos que manejen un sistema más complejo?»

La carga adicional a las contralorías municipales podría generar desigualdades en el acceso a la información entre municipios urbanos (como Guadalajara) y rurales, perpetuando la opacidad en regiones marginadas.
Sin un marco claro, ¿qué garantiza que este modelo no se quede en buenas intenciones?

El ITEI, con sus limitaciones, tenía mecanismos para obligar a las autoridades a transparentar información; el nuevo sistema, en cambio, podría permitir que se eluda la publicación de datos clave, debilitando 20 años de cultura de transparencia en Jalisco.

La iniciativa de Pablo Lemus, aunque bien intencionada, resulta insuficiente al priorizar la armonización federal sobre los avances históricos de Jalisco en transparencia. El estado, que fue referente nacional, corre el riesgo de dar un paso atrás si este modelo no se fortalece con verdadera independencia y participación ciudadana. La transparencia no se decreta; se construye con hechos.

 

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JALISCO

Transparencia en Jalisco: El costo político de extinguir el ITEI

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

El 10 de junio de 2025, el Congreso de Jalisco aprobó con 27 votos a favor de Movimiento Ciudadano (MC), Morena, Hagamos, Futuro, PT y Verde, y 8 en contra de PAN y PRI, la desaparición del Instituto de Transparencia e Información Pública de Jalisco (ITEI), cuyas funciones fueron transferidas a la Contraloría del Estado.

Esta decisión, que armoniza la legislación local con la reforma constitucional federal de 2024 impulsada por Morena para eliminar organismos autónomos como el INAI, ha desatado un debate crucial: ¿fortalece o debilita la transparencia en Jalisco? La medida, aunque obligada por la federación, revela tensiones políticas, contradicciones ideológicas y un pragmatismo que podría costarle caro al gobierno de Pablo Lemus.

¿Cómo lo va a tomar el elector local? ¿Qué tanto le va a afectar a Movimiento Ciudadano ir con Morena en esta decisión de desaparecer al ITEI? Pablo sacrifica parte de la autonomía regional que demandó en campaña contra el centralismo chilango -así le llamó- para evitar conflicto con la presidenta Claudia Sheinbaum

La reforma federal, respaldada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta Claudia Sheinbaum, extinguió el INAI y reasignó sus tareas a la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, una dependencia del Ejecutivo.

En Jalisco, el Congreso tuvo hasta el 18 de junio de 2025 para alinear su marco legal, optando por disolver el ITEI y crear un órgano desconcentrado dentro de la Contraloría. Aunque Lemus no inició esta reforma, su decisión de alinearse con Morena en el Congreso local contrasta con la postura combativa de su antecesor, Enrique Alfaro, quien desafió al gobierno federal en defensa de la autonomía estatal. Este pragmatismo sugiere que Lemus prioriza la gobernabilidad y una relación tersa con Sheinbaum, pero a un costo político que aún está por definirse.

Movimiento Ciudadano enfrenta una contradicción evidente. En el Senado, su coordinador, Clemente Castañeda, defendió con vehemencia la autonomía del INAI durante las discusiones de 2024, calificando su eliminación como un retroceso democrático que socavaría la rendición de cuentas y la lucha contra la corrupción.

En el foro “Diálogos Abiertos por la Transparencia” de noviembre de 2024, Castañeda respaldó a expertos que alertaron sobre los riesgos de centralizar funciones en el Ejecutivo, como la pérdida de la Plataforma Nacional de Transparencia y la falta de independencia en la gestión de información pública.

Sin embargo, en Jalisco, los legisladores de MC votaron junto a Morena para extinguir el ITEI, exponiendo una dualidad discursiva que podría confundir a su base electoral, especialmente en un estado donde MC ha construido su identidad en torno a la autonomía regional y la crítica al centralismo.

El ITEI, hay que reconocerlo, no era un bastión de imparcialidad. Durante el sexenio de Alfaro, expertos en transparencia acusaron al organismo de ser cooptado por el Ejecutivo, funcionando más como una extensión del poder estatal que como un contrapeso al servicio de la sociedad. Gabriel Torres Espinoza, académico y analista, cuestiona la utilidad de los Organismos Constitucionalmente Autónomos (OCA), describiéndolos como “burocracias politizadas, independientes solo en el papel”. En su opinión, muchos OCA, incluido el ITEI, se convirtieron en espacios para colocar aliados en la nómina o tejer redes de influencia con fines de lucro, desviándose de su propósito original. “Deben ser contrapesos reales, no simulaciones ni monumentos vacíos”, sentencia Torres, reflejando un escepticismo compartido por sectores críticos que ven en la extinción del ITEI una oportunidad para replantear la transparencia, siempre que se garantice su efectividad.

Consciente de las críticas, Lemus propuso un nuevo modelo dentro de la Contraloría, con participación de universidades, sociedad civil y actores independientes, para preservar la transparencia y el acceso a la información. Sin embargo, PAN y PRI han acusado al gobierno de convertirse en “juez y parte” al subordinar estas funciones a un organismo dependiente del Ejecutivo, lo que podría comprometer la imparcialidad.

La alianza de MC con Morena, su rival directo en las elecciones intermedias de 2027, añade una capa de complejidad. En campaña, Lemus prometió resistir el “centralismo chilango”, pero su voto conjunto con Morena podría alienar a votantes que valoran la autonomía regional, especialmente en un contexto donde la polarización política está en aumento.

El impacto electoral de esta decisión es incierto, pero significativo. MC ha dominado Jalisco en los últimos años, pero la percepción de que Lemus cede ante el gobierno federal podría erosionar su capital político, particularmente entre los sectores urbanos y jóvenes que apoyaron su discurso de independencia. Además, la transferencia de funciones a la Contraloría plantea desafíos operativos: ¿tendrá la capacidad técnica y la autonomía necesaria para manejar solicitudes de información y garantizar la protección de datos? La inclusión de la sociedad civil en el nuevo modelo es un intento de mitigar estas dudas, pero su éxito dependerá de la transparencia en su implementación y de la vigilancia ciudadana.

En última instancia, la extinción del ITEI refleja un dilema más amplio: cómo equilibrar la armonización con las reformas federales sin sacrificar los principios de autonomía y transparencia que Jalisco ha defendido. Lemus apuesta por un enfoque pragmático, pero el costo político y social de esta decisión podría manifestarse en las urnas y en la confianza ciudadana, especialmente si el nuevo modelo no logra desterrar las prácticas de control que marcaron al ITEI en el pasado.

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JALISCO

Un gobernador de redes sociales: La diplomacia según Lemus y el silencio que delata…

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Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //

Pablo Lemus quiso jugar a la diplomacia. Se colocó su traje de “estadista internacional”, abrió su cuenta de X y decidió pronunciarse —veinticuatro horas después— sobre un conflicto que ni le competía ni le concernía directamente, pero que olía a oportunidad política: una funcionaria menor de Morena, Melissa Cornejo, fue cancelada —en redes y en visa— por el exembajador Christopher Landau, actual vicecanciller estadounidense. Lemus, con más cálculo que convicción, tomó aire, y escribió: “Eso no es Jalisco”.

Pero, ¿qué es Jalisco para Lemus? ¿Es acaso ese estado ejemplar que presume ante los diplomáticos gringos mientras, al mismo tiempo, sufre una de las tasas más alarmantes de desapariciones en el país? ¿Es ese “pueblo hermano” que, según él, mantiene relaciones respetuosas con los Estados Unidos, mientras la impunidad se pasea libremente entre sus aliados políticos, como Enrique Alfaro en Madrid, sin rendir cuentas por los más de 17 mil desaparecidos?

En su intento por desmarcarse de Melissa Cornejo —una joven militante que se inmoló en un tuit rabioso contra el imperio migratorio estadounidense— Lemus no midió que estaba exponiendo su propia desnudez política. Porque es muy cómodo condenar un mensaje soez desde la altura del poder, pero es más difícil responder cuando la diputada Itzul Barrera le devuelve el golpe con los datos que Lemus no publica en sus redes: alcaldes de su partido presos por crimen organizado, crisis hídrica en medio estado, y una Mesa de Seguridad donde el gobernador prefiere scrollear a intervenir.

Lemus no defendió a Jalisco. Se defendió a sí mismo. Se posicionó como el “buen mexicano”, el que sabe hablar inglés, el que presume relaciones internacionales y que, como todo buen político tecnócrata, se sube a los trending topics con frases bien medidas para caerle bien a los de afuera.

Pero en casa, su voz suena hueca. ¿Dónde está el mismo Lemus para condenar las ejecuciones extrajudiciales que policías municipales han protagonizado en su administración? ¿Dónde está para exigir justicia para las madres buscadoras hostigadas o desaparecidas? ¿Dónde estaba cuando Itzul Barrera le respondió con datos y él no supo replicar más que con silencio?

Este es el verdadero problema: Lemus no ve el fondo, solo la forma. Mientras Melissa Cornejo borra sus redes, él limpia su imagen con trapos ajenos. Mientras el vicecanciller Landau pontifica sobre los “glorificadores de la violencia”, el gobernador guarda silencio sobre los desaparecidos del 5 de mayo, los cuerpos embolsados en el río Santiago o los feminicidios en la zona metropolitana.

Y todo, para quedar bien con Washington.

Como decía un viejo columnista —al que esta pluma sigue rindiendo tributo—, “los políticos no son lo que dicen, sino lo que callan”. Y Lemus, al callar frente a los escándalos reales que le competen, pero alzar la voz solo cuando hay reflector extranjero de por medio, se pinta de cuerpo entero: es un gobernador de redes, no de gobierno.

En X @DEPACHECOS

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