OPINIÓN
Inflación galopante sin freno: El huracán económico que se avecina en Estados Unidos

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
Jamie Dimon, presidente y director general de JP Morgan Chase Bank hace 15 días declaró que los inversionistas deberían prepararse para… “un huracán económico que venía en nuestra dirección… debemos prepararnos para el impacto”, remató el señor Dimon, quien es sin duda uno de los banqueros más importantes e influyentes de todo el mundo y tal vez trató de advertir algo que normalmente no advierten los inversionistas.
De inmediato otros vendedores de casas bursátiles y la Casa Blanca desestimaron sus comentarios, pero los números de la economía norteamericana del mes de mayo y sus resultados acumulados de los últimos 12 meses parecen dar la razón al Chairman and CEO de JP Morgan.
Los americanos no están acostumbrados a una inflación galopante y francamente nosotros ya la habíamos olvidado. Los datos económicos de mayo son decepcionantes y no se ve que vayan a mejorar pronto, declaró John Leer, consultor económico en jefe de la revista británica The Economist.
Estos números tan malos refuerzan la idea de que el país más poderoso del mundo se dirige o tal vez ya llegó a una recesión. La deuda de EEUU alcanza 120% de su PIB, lo que no había sucedido desde la segunda guerra mundial en donde alcanzó un 112% del PIB.
Desde hace semanas los mercados bursátiles en NY están bajando y de hecho hilan tantos días a la baja como los que hilaron a finales de los años 30´s, allá cuando inició la llamada Gran Depresión. Es decir que ni en Covid19 hubo tantas sesiones en rojo.
Los norteamericanos padecen el alza galopante en los precios de gasolina, que ya es la más acelerada desde que se mide ese indicador en 1959. La inflación de la canasta básica en EEUU alcanza el 17%. La llamada inflación general alcanza el 8.6%, la más alta desde 1981. Los precios de combustibles, alimentos y energía aumentaron un escandaloso 106% durante los últimos 12 meses.
Biden se está convirtiendo de manera acelerada en la peor catástrofe económica de la era reciente, siendo comparado por sus paisanos con Jimmy Carter. El poder adquisitivo del salario mínimo de EUA perdió un 6% acumulado en los últimos 12 meses.
La idea de Biden de forzar el cambio tecnológico sacando del mercado norteamericano en un corto plazo a las industrias del petróleo, de la gasolina, del gas natural, de la energía nuclear y del carbón para sustituirlas por solares y de viento, puede estar saliendo muy caro.
En su angustia por diferir responsabilidad sobre la crisis que nos afectará a todos los países, el presidente de EEUU culpa al 100% a Putin a pesar de que la inflación acelerada y su guerra contra las energías tradicionales iniciaron desde antes de la invasión a Ucrania. El escándalo económico y el dolor son tan grandes que el indicador de confianza del consumidor indicó su peor resultado desde que se creó, esto es hace 85 años. Al amanecer del viernes pasado la bolsa de valores de NY cayó 500 puntos al darse a conocer los resultados de la inflación, pero después de que se había frenado la caída se conocieron estos datos del índice de confianza y la caída de las acciones en Wall Street se reanudó cayendo otros 400 puntos con lo que sumó un total de 900 puntos en un solo día y una semana en la que se perdió el 4% de su valor.
Pero si Putin es el culpable de la carestía mundial, entonces podría ser más poderoso de lo que se creía y la negociación le sería favorable. ¿Será que hasta Putin saldrá ganando con la política industrial y económica de EUA?
BIDEN VIAJARÁ A ROGAR A LOS ÁRABES
Encuestas de la semana pasada nos indican que el partido en el poder en Washington está francamente preocupado por el posible resultado electoral de las llamadas elecciones intermedias del próximo mes de octubre, en donde se renovará la totalidad de su Cámara de Representantes y una parte importante de su Senado de La República. El Partido Demócrata controla las dos cámaras y el poder ejecutivo de ese país, pero gracias a los resultados de sus políticas económicas al mes de junio el Presidente JB se encuentra muy desprestigiado con una aprobación del 27% en manejo de combustibles, del 28% en manejo de la inflación, del 37% en manejo de migración, del 37% en manejo de la recuperación económica, del 37% en política fiscal, y del 38% en política de seguridad pública.
Los números de junio son tan malos que 8 de cada 10 americanos se dicen muy descontentos con la economía y el rumbo de la misma, el número más alto en la historia desde 1920 en que dicha medición se empezó a tomar. En contraste, a mediados del 2020 en medio del Covid19, 7 de cada 10 americanos se decían optimistas sobre el futuro económico de su país. Para colmo de males y a pesar de los esfuerzos de los demócratas por desacreditar a Trump quien para desacreditarse no necesita ayuda, las encuestas muestran que Joe Biden es hoy menos popular que Trump en su peor momento, allá por la época en la que perdió su reelección.
Las encuestas mensuales nos dan una imagen clara de la evolución de esta popularidad y sin duda alguna podemos asegurar que la misma está íntimamente ligada con las políticas económicas y sus efectos. En febrero del 2021 allá a unos días de su toma de protesta y de los panchos y quejas de Trump, Biden y su partido gozaban de un impresionante 60% de aprobación en comparación de un 38% del mandatario y del partido saliente, pero ya para septiembre octubre del 2021 la inflación empezaba a crecer, el gobierno decía que era temporal y la popularidad de demócratas y republicanos se empataba en 50% y así siguieron las cosas hasta que para el 1 de junio de este 2022, Biden está en donde estaba Trump en el 2021 -35%- y su desaprobación muy cercana al 60%.
Enfrentando una crisis económica técnicamente autogenerada, el Presidente de EEUU anuncia que irá a visitar Arabia Saudita para pedir que aumenten su producción diaria de petróleo, pero el Príncipe heredero de ese país no está muy contento con Joe Biden porque durante la campaña prácticamente dijo que era un asesino lo que no fue muy bien tomado y no se ha olvidado, además Biden ha tratado de restablecer un tratado nuclear con Irán, que es un país enemigo de Arabia y de Israel con quienes Trump hizo los llamados Acuerdos de Abraham pero que Biden no ha querido abrazar del todo.
Está también tratando de negociar venta de petróleo con Irán para ver si con el acuerdo nuclear logra obtener algo de alivio, está tan desesperado que incluso ha pedido petróleo a Venezuela al que decidió no invitar a la llamada Cumbre de las Américas que se celebró en Los Ángeles, California, la semana pasada sin la presencia del Presidente López Obrador.
Pero ¿por qué le pega tanto a Biden la crisis económica mundial? Como lo advertimos hace casi dos años, las políticas públicas del actual habitante de la Casa Blanca, sus propias declaraciones y las de su equipo desde la campaña del lejano 2020 y en especial sus decretos de febrero del 2021 a mayo del 2022 han sido encaminados a sacar del negocio a las petroleras de los EEUU.
Trump era un vulgar, imprudente y poco sensible en sus mensajes, pero él y su equipo lograron reformas económicas y de políticas energéticas que fortalecieron el poder adquisitivo de sus paisanos, de su economía en general y hasta de nosotros con las nuevas reglas de contenido regional del T-MEC, en contraste Biden y sus allegados han sido muy eficientes en el manejo de comunicación social nacional e internacional, pero los resultados de sus políticas han sido realmente nefastos y los efectos en nuestro país apenas se están viendo.
Claro que la economía de México debe mejorar, pero por un lado mientras el comercio internacional nos ayuda a tener bienes y servicios generalmente de buena calidad y económicos, cuando el mundo se va al fregadero, pues nosotros nos vamos con él porque a pesar de que la gasolina en nuestro país no ha subido lo que en el resto de los países desarrollados, todos los insumos importados -que son muchísimos- han subido astronómicamente de precio por el aumento de los combustibles, las nuevas regulaciones a la industria de la administración Biden, la Guerra en Ucrania y por supuesto, las restricciones de China a su propia planta productiva.
PESO MAS O MENOS ESTABLE
A pesar del deslis del pasado viernes la moneda mexicana ha estado más o menos estable y hasta fuerte en los años de la presente administración. Si la historia sirve como referente, debemos recordar los años 70´s en donde el Presidente Jimmy Carter sufrió una importante derrota por la crisis económica, principalmente causada por el incremento de los energéticos. Biden es muy cercano a Carter, de hecho durante su campaña y recién electo se le vio reunido con el ex mandatario en varias ocasiones.
Pero para México esto debe ser una advertencia, recordemos que en los años de José López Portillo, México vivió durante 4 años un gran desarrollo económico, tal vez el más importante en porcentaje del PIB de los últimos 50 años, impulsado principalmente por el precio del petróleo y el aumento de nuestra producción, pero a la llegada de Reagan y ante el acuerdo de EEUU con los árabes, el precio se desplomó y fue una severa crisis de los años 80´s. No todo el populismo es malo ni todo el capitalismo es bueno y viceversa.
Actualmente el peso vs dólar está estable por los ingresos petroleros y la medida atinada del actual gobierno de aumentar nuestra producción petrolera y de gasolinas al mismo tiempo de que EUA disminuyó la propia de manera abrupta. Pero la inflación generada por el aumento de todos los insumos importados no se podrá contener fácilmente y cualquier disminución de los precios del petróleo generará de manera inmediata una revaloración del tipo de cambio.
Los especialistas dicen que el petróleo puede llegar a los $160 dólares por barril antes de bajar, ¿será? La irresponsabilidad de los EUA de imprimir dólares a lo loco y devaluar su moneda nos está afectando a todos. Lo hemos venido advirtiendo el ganador de ésta ronda es China.
Hablando de China, el Presidente Xi a finales del 2021 se adelantó a comprar y a pre-contratar cantidades muy importantes de alimentos y de energéticos como si hubiesen sabido el futuro. La verdad es que no se necesitaba saber el futuro, solo leer los informes de la economía que Washington desestimó.
MUNDO
Musk, el gran perdedor en su choque con Trump

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El enfrentamiento entre Elon Musk y Donald Trump, dos titanes que pasaron de aliados a fieros adversarios, revela una lucha de poder con profundas implicaciones. Musk emerge como el principal perdedor, con daños a su reputación, empresas y capital político, mientras Trump consolida su autoridad y avanza su agenda.
Este choque, más allá de una disputa personal, refleja tensiones entre nacionalismo y globalismo, errores estratégicos de Musk y desafíos para países como México en un contexto de políticas proteccionistas.
Musk cometió un error al integrarse al gobierno de Trump, asumiendo que su riqueza, influencia mediática y popularidad en redes le otorgarían un rol protagónico en Washington. Subestimó la dinámica política estadounidense, donde el poder reside en cargos electos, no en asesores externos. Su visión globalista y tecnocrática chocó con el nacionalismo de Trump, especialmente en temas como aranceles y gasto público, generando fricciones con figuras clave de la administración, como Peter Navarro y Howard Lutnick.
La incursión política de Musk tuvo un costo elevado para sus empresas, particularmente Tesla. Las acciones de la compañía se desplomaron, con pérdidas estimadas en 9,000 millones de dólares en valor de mercado, tras la controversia con Trump. Esta caída, junto con las críticas a su gestión, refleja una pérdida de confianza de los inversores, quienes percibieron que Musk priorizó ambiciones políticas sobre la innovación tecnológica. La estabilidad de Tesla y su futuro están ahora en entredicho, evidenciando el impacto desastroso de esta aventura.
El choque entre Musk y Trump también fue una batalla de egos. Musk, acostumbrado a liderar, no estaba preparado para un rol subordinado en una administración que exige lealtad absoluta a Trump. La ruptura era previsible: dos personalidades dominantes compitiendo por controlar la narrativa política en un momento de reacomodo del orden global. Musk buscó influir en políticas que beneficiarían a Tesla y SpaceX, como desregulación y contratos federales, pero subestimó el costo reputacional y financiero de alinearse con Trump.
En un contexto geopolítico, la agenda proteccionista de Trump, que prioriza la economía estadounidense frente a competidores como China, chocó con la visión globalista de Musk, defensor del libre comercio.
Este desacuerdo refleja tensiones más amplias entre nacionalismo económico y globalización, con implicaciones para México. Los aranceles propuestos por Trump podrían imponer nuevas barreras comerciales, afectando la economía mexicana, que depende de su relación con Estados Unidos. México debe prepararse para negociar con una administración fortalecida tras neutralizar a Musk.
Musk podría argumentar que su incursión política buscaba beneficiar a sus empresas a largo plazo, consolidando su imagen entre los círculos conservadores que apoyan su discurso de libre mercado. Sin embargo, los resultados inmediatos muestran un fracaso: no logró influir en las políticas clave y sacrificó la estabilidad de sus compañías. Su falta de experiencia en el ámbito público lo hizo vulnerable a los juegos de poder de Washington, una lección que otros empresarios han aprendido a un costo similar.
Para recuperar su posición, Musk debe enfocarse en restaurar la confianza en Tesla y sus otras empresas, evitando futuras incursiones políticas mal calculadas. Su reputación como innovador está en riesgo, y la percepción de oportunismo político podría alejar a inversores y consumidores. Mientras tanto, Trump sale fortalecido, manteniendo el control de su administración y demostrando que, en la política estadounidense, el poder electoral supera a la influencia mediática o económica.
El caso de Musk es un recordatorio de que el poder económico no siempre se traduce en poder político. Su intento de influir en Washington, sin comprender las dinámicas de poder, resultó en un revés significativo.
México y América Latina, por su parte, enfrentan el desafío de adaptarse a un entorno de políticas proteccionistas, donde la fortaleza de Trump podría complicar las relaciones comerciales. La lección es clara: en los juegos del poder, la estrategia y la preparación son tan cruciales como la ambición.
P.D. Tras su ruptura el 5 de junio de 2025, Musk acusó a Trump en X de aparecer en los archivos de Epstein, sin pruebas. Trump lo llamó “loco” en Truth Social, amenazando con cancelar contratos del gobierno estadounidense con Musk. Tesla perdió 150 mil millones de dólares. Musk reclamó la victoria electoral de Trump en 2024; Trump lo acusó de ingratitud, marcando un quiebre definitivo.
Beisbol
Julio Urías y el sueño guinda: ¿Un regreso triunfal a Tomateros?

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Es posible que en octubre veamos a Julio Urías, el talentoso pitcher mexicano, lanzar con los Tomateros de Culiacán en la Liga Arco Mexicana del Pacífico? ¿O es solo un anhelo de los aficionados que soñamos con ver al monticulista sinaloense retomar su carrera tras la sanción impuesta por la MLB, que concluirá el 17 de julio de 2025, después del Juego de Estrellas?
La afición guinda, reconocida como una de las más apasionadas de México, vibraría con el regreso de su hijo pródigo al montículo. Urías podría encabezar un roster estelar junto a ex grandes ligas como el relevista Víctor González y el poderoso Joey Meneses, formando un equipo competitivo que elevaría el espectáculo de la Liga Arco y atraería a más aficionados al estadio.
A sus 28 años, Julio Urías sigue siendo un talento excepcional. Su recta, que supera las 97 millas por hora, y su variado repertorio de pitcheos lo consolidaron como una pieza clave en la Serie Mundial de 2020 con los Dodgers de Los Ángeles. Sin embargo, su carrera se vio opacada por un caso de violencia doméstica que derivó en cinco cargos menores en Los Ángeles. Aunque la Fiscalía del Condado no presentó cargos graves, Urías se declaró no culpable a uno de los delitos, mientras que los otros cuatro fueron desestimados tras aceptar un programa de tratamiento de un año.
La MLB, tras su investigación, determinó que Urías violó la Política Conjunta de Violencia Doméstica, Agresión Sexual y Abuso Infantil, imponiéndole una suspensión que finalizará a mitad de la temporada 2025. Aunque esto le permitirá recuperar su elegibilidad, el estigma y el «pacto no escrito» entre los dueños de equipos de Grandes Ligas podrían complicar su retorno al béisbol estadounidense.
Aquí es donde surge la posibilidad de verlo en la Liga Arco con los Tomateros, el equipo de sus amores desde niño. Vestir el uniforme guinda en Culiacán, su ciudad natal, sería más que un regreso al béisbol: sería una oportunidad para reconectar con sus raíces, donde brilló en categorías infantiles y juveniles antes de ser firmado por los Dodgers a los 16 años.
La afición culichi, conocida por su lealtad, recibiría a Urías con los brazos abiertos, ofreciéndole el apoyo que necesita tras los momentos difíciles. Este retorno cumpliría un sueño que el propio pitcher expresó en 2021: jugar con el equipo de su tierra. Más allá de lo deportivo, sería un capítulo de redención personal, un mensaje de que los errores no definen el futuro de un talento generacional.
Si Urías demuestra un cambio genuino y compromiso, su incorporación a los Tomateros no solo revitalizaría su carrera, sino que también inspiraría a peloteros y aficionados, mostrando que la perseverancia puede superar los tropiezos. Su llegada sería un hito para la Liga Arco, un impulso para el béisbol mexicano y una narrativa de superación que combina datos, pasión y emoción.
Aunque no hay certeza de que Urías juegue con los Tomateros, la posibilidad existe. Todo dependerá de si un equipo de MLB lo contrata tras el fin de su sanción o si decide regresar a casa para escribir un nuevo capítulo en su historia. La pelota está en el aire, y los aficionados guindas ya sueñan con verla cruzar el plato.
MUNDO
El rompimiento de Musk con Trump

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El quiebre se anticipaba, lo que muchos preveían ocurrió antes de lo esperado: la ruptura entre el magnate Elon Musk y el presidente Donald Trump. Musk, quien había apoyado fervientemente a Trump durante su reelección en 2024 y fue nombrado jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), anunció su separación del gobierno trumpista, frustrado por políticas que calificó de “absurdas” y decepcionantes.
Críticas contundentes a la política fiscal
El 3 de junio de 2025, Musk arremetió en la plataforma X contra la ley “One Big Beautiful Bill Act”, aprobada por la Cámara de Representantes, que incluye recortes de impuestos por billones de dólares y un aumento en el gasto de defensa. La describió como una “abominación repugnante”, advirtiendo que incrementará el déficit presupuestario en $600 mil millones para el próximo año fiscal, según señaló en CBS News.
Musk, quien logró ahorros estimados en $175 mil millones a través de DOGE, criticó que el proyecto contradice sus esfuerzos de austeridad, alertando que “este nivel de gasto excesivo llevará a Estados Unidos a la esclavitud de la deuda”, con un déficit proyectado de más de $2 billones anuales y un 25% de los ingresos gubernamentales destinados a intereses.
Tensiones económicas y políticas
Análisis independientes de la Oficina Presupuestaria del Congreso respaldan las preocupaciones de Musk, estimando que la ley podría elevar el déficit entre $2.3 y $3.8 billones en una década, aunque cuestionan la efectividad de las cifras de DOGE por inconsistencias. Además, la eliminación de incentivos para vehículos eléctricos en el proyecto afecta directamente a Tesla, lo que podría influir en la postura de Musk, cuya empresa ya enfrenta protestas y caídas en ventas por su asociación con Trump.
Mientras tanto, Trump defiende los recortes fiscales, aunque reconoce aspectos mejorables, y su administración, a través de Stephen Miller, niega que la ley agrave el déficit, contradiciendo los análisis.
Un rompimiento con repercusiones
La ruptura no solo refleja diferencias ideológicas sobre el gasto público, sino también tensiones comerciales, como los aranceles que Musk ya había criticado por su impacto en Tesla. Aunque Trump no ha confrontado directamente a Musk, la influencia del magnate podría complicar el avance de la ley en el Senado, donde enfrenta resistencia de republicanos fiscalmente conservadores.
Este quiebre evidencia las complejidades de una relación marcada por intereses económicos y políticos en conflicto, dejando un escenario incierto para ambos.
Un futuro incierto en el tablero del poder
El rompimiento entre Elon Musk y Donald Trump no solo sacude la política fiscal estadounidense, sino que también podría redefinir alianzas en el escenario global. La salida de Musk del gobierno trumpista, junto con su capacidad para influir en la opinión pública y en el Senado, amenaza con frenar la ambiciosa «One Big Beautiful Bill Act», mientras las tensiones comerciales y los intereses de Tesla agravan el distanciamiento.
Este quiebre podría debilitar la cohesión del bloque republicano, afectar la credibilidad de Trump en temas económicos y abrir un nuevo capítulo de incertidumbre, donde la voz de Musk, aún poderosa, podría moldear el rumbo de Estados Unidos en un momento crítico.
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