MUNDO
La historia de Albert Bourla, director de Pfizer: Del milagro frente al paredón al milagro de la vacunación

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
Albert Bourla es director de la empresa Pfizer y responsable de la vacuna contra el COVID-19 elaborada por dicha empresa. Es médico veterinario con especialidad en zoología, y ha pasado su vida estudiando enfermedades de los animales y su transmisión durante décadas en varios continentes, pero lo interesante de su historia es que sus padres, de origen griego y religión judía escaparon de milagro a la muerte.
Durante la Segunda Guerra Mundial, más de 45,000 griegos-judíos fueron llevados del pueblo de Salónica en el Mar Egeo a varios campos de concentración. Prácticamente el 90% de ellos fueron sacrificados en cámaras de gas, pero un par de jóvenes –Sara y Moisés- lograron escapar para evadir ser llevados a dichos campos y sobrevivir. Años después esos jóvenes se conocieron y de su matrimonio nació el ciudadano griego-estadounidense Alberto Bourla, quien durante el 2020 se convirtió en uno de los hijos preferidos de sus paisanos israelíes.
En el pueblo natal de Sarah y de Moisés, vivían 50 mil judíos de los que el 80% fueron enviados a los campos de concentración y otra gran parte fue fusilada frente al paredón, los que lograron salvarse debieron ser fugitivos o ocultarse durante varios años y a los que regresaban o eran delatados, los encarcelaban como sucedió con la joven Sarah.
La futura madre de Albert incluso estuvo a segundos de la muerte cuando un pelotón de soldados nazis la colocó frente a la pared para ser ejecutada, pero un milagro y la intervención de un pariente y un amigo no judío, lograron que fuese dispensada por el momento, pero continuó encarcelada. Días después del episodio los nazis abandonaron Grecia. Esto lo cuenta el propio doctor Bourla en un video recientemente hecho público por él mismo durante una conferencia.
Albert no es un improvisado, ha trabajado en Pfizer desde 1993, cuando fue contratado como médico veterinario de dicha empresa en Grecia, de ahí fue ascendiendo a varias posiciones de mayor responsabilidad, siendo enviado a trabajar en África, América y Europa, después fue director de operaciones a nivel mundial, responsabilidad desde donde pasó a ser designado director general a nivel mundial de esa renombrada empresa farmacéutica.
A inicios del 2020 el doctor y empresario Bourla se fijó la meta de producir y presentar ante las autoridades sanitarias de Estados Unidos una vacuna contra el coronavirus para inicios de octubre de ese mismo año, dicha postura puso presión a todos los competidores y dio referencia al entonces Presidente de EUA –Trump- para decir en público que dichos fármacos estarían listos en otoño del año pasado.
Naturalmente los funcionarios médicos de casi todo el mundo, incluidos la OMS y el famoso doctor Fauci de Estados Unidos, pensaron y declararon que eso era imposible, pero los empresarios y científicos de Pfizer, Moderna y AstraZeneca demostraron que sí lo era. De hecho, los “expertos”, altos médicos burócratas, decían que por lo menos stardarían dos o tres años, pero ya vemos que hasta Rusia, China y la India han desarrollado sus propias vacunas en menos de 12 meses.
DE LA MUERTE A LA ESPERANZA
Según el diario “Jewish Journal”, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu estuvo muy en contacto con el doctor Bourla para asegurar las dosis necesarias y tempranas de la vacuna vs el COVID-19 a favor del pueblo israelí.
El gobierno de Israel ha tenido una historia de éxito con su programa de vacunación, siendo ejemplo para el mundo. Pero poco se podría haber hecho si no se contase con el fármaco. La vacuna de Pfizer es una de las primeras y más eficientes en el mercado, pero además esta historia muestra lo que la tenacidad y el esfuerzo de una nación y de una persona pueden lograr.
Al escapar de las fauces de la muerte, los padres de Bourla se casaron y lograron inculcar en su hijo los valores de la educación, de la perseverancia y el trabajo; 80 años después de que ellos libraron la muerte, su hijo lidera una campaña mundial para librar de la muerte a millones de personas víctimas potenciales del nuevo Corona Virus.
EMPIEZAN A VER RESULTADOS POSITIVOS
Según el Ministerio de Salud de Israel, a unas cuantas semanas de iniciada su campaña de vacunación a los adultos mayores, los números empiezan a dar buenas nuevas. A la fecha más del 90% de las personas mayores a 60 años de edad han recibido la primera dosis de la vacuna de Pfizer, en el mismo periodo se ha registrado una disminución de un 41% de contagios y una caída del 31% en hospitalizaciones de dicho grupo poblacional.
Un efecto similar se dio en el grupo poblacional de los “profesionales de la salud” a quienes se les esta vacunando y ya muestran una disminución de infecciones del 41%.
Recordemos que en ambos casos la mayoría han recibido únicamente la primera dosis, conforme la segunda dosis se vaya aplicando estos números seguirán mejorando.
Los efectos positivos del programa de vacunación son más evidentes cuando se comparan con los números de infectados entre la población menor a los 59 años y que no son parte de los servicios médicos, por lo que el porcentaje de vacunados aún es menor. Recordemos que Israel está vacunando a los adultos mayores y a los servicios médicos de manera prioritaria pero también está vacunando a población abierta cuando las fármacos están disponibles en los centros de vacunación y no podrán ser aplicados a otros habitantes parte de los grupos poblacionales prioritarios.
La vacuna de Pfizer –como la de moderna-, deben estar en una refrigeración especial y de no ser utilizada al ser descongelada se echa a perder, por lo que Israel en comparación a muchos otros países, ha decidido usar todas sus vacunas diarias logrando que los contagios disminuyan en un 12% en la población menor a 59 años y no parte de los “Servicios Médicos” y una reducción del 5% en las hospitalizaciones de esta categoría poblacional.
Aunque Israel aplicó medidas de encierros durante diciembre y enero, dichas medidas también habían sido aplicadas el verano pasado y las disminuciones de contagios y de hospitalizaciones no habían sido tan pronunciadas como ahora, por lo que los números de estas semanas dan una clara idea de los resultados positivos del uso de los nuevos fármacos que previenen el contagio del COVID-19.
En general Israel ha mostrado durante las últimas dos semanas, una disminución del 45% en infecciones y un 26% en las hospitalizaciones de cuidados intensivos, según indicó el Primer Ministro israelí, presumió que han vacunado a más de 6 millones de habitantes con al menos una dosis de la vacuna y ya 2 millones de personas con las dos dosis. Estos números positivos muestran que “las vacunas sirven” aseveró Netanyahu. Más del 60% de los habitantes han recibido una dosis de la vacuna y casi el 30% de la población total habrá recibido la doble vacunación a menos de 2 meses de haberse iniciado el programa.
El reto es saber si las nuevas variantes del COVID-19 arruinarán el avance o solo pondrán un bache en el camino. Le apuesto a lo segundo pero espero que los políticos y los médicos burócratas lean y confíen en los científicos particulares en contraste de lo que pasó durante el 2020.
En Israel y en los círculos diplomáticos y farmacéuticos del mundo, saben que Netanyahu presionó y negoció directamente con Albert Bourla para lograr tener dosis iniciales y suficientes, lo que indica que cuando un político se pone a trabajar logra las cosas.
Ojalá y pronto estemos en el mismo estado de avance que Israel y que veamos nuestros números de hospitalizaciones a la baja. Si nuestros líderes y políticos usasen las redes para leer temas internacionales y no sólo para pegarse políticamente, podrían aprender o comparar estrategias.
Mientras tanto, al viernes pasado, los Emiratos Árabes Unidos pasaron el 35% de población vacunada, Inglaterra pasó el 17%, seguido de los EUA pasó el 10% y de las demás potencias mejor ni hablar, van por el 3% al 5% incluidas las poderosas Francia, Alemania y Canadá. Estos porcentajes son con una vacuna pero ya a muchos les están aplicando la segunda dosis.
EL PROMETER NO EMPOBRECE
La semana pasada resaltábamos la hipocresía de los líderes políticos y económicos que se dicen globalifílicos y que se la pasan dando sermones de integración a los países y a los habitantes del mundo. El llamado proyecto “Covax”, programa de la OMS que se supone distribuirá 330 millones de vacunas vs COVID-19 durante este 2021 entre los países más pobres o necesitados, es un buen ejemplo de mi opinión.
A la fecha de los siete países más desarrollados y ricos del mundo sólo Canadá es parte de dicho esfuerzo, pero hace tres días nos enteramos que el Primer Ministro Trudeau decidió incumplir con su compromiso. Lo anterior se dio ante la natural presión local para acelerar la vacunación local que va en un penoso 5%.
Llama la atención la retórica de la Vice Primer Ministro canadiense Chrystia Freeland quien antes las críticas internacionales y de algunos locales sentenció: “Nuestro gobierno nunca se apenará, ni pedirá disculpas por tratar de vacunar a nuestro país lo más pronto posible”, suavizando su comentario con la aseveración de que también tratarán de ayudar al resto del mundo. Su declaración fue un “Canadá First” al estilo Trump a pesar de que la funcionaria es de izquierda y como su jefe Trudeau, fue muy crítica de Trump.
A pesar de que Canadá pre compró cientos de millones de vacunas, incluso para vacunar a su población hasta 8 veces, lo hizo en la segunda ola de preventas, por lo que sus pedidos aún se están surtiendo y su compromiso con el llamado “Covax” deberá ser demorado.
Según el acuerdo “Covax”, Canadá recibiría por un tiempo la mitad de sus dosis mensuales de Astra-Zeneca y de Pfizer y la otra mitad sería entregada para ser distribuida a través de la OMS, pero la presión y necesidad de sus ciudadanos, es decir los que pagarán los $440 millones de dólares vía impuestos que comprometió Trudeau por esas vacunas, le están haciendo difícil cumplir con su compromiso global, por lo que ahora el país de la hoja de maple usará el 100% de las primeras entregas que le hagan sus proveedores y después aportará al mecanismo de la OMS las que ya no urgentes.
El mecanismo multinacional en el que como dije, no están los países más ricos, aportaría 330 millones de vacunas para ser distribuidas entre 145 países, pero eso no cubre ni el 3.3 % de la población de dichas naciones. Como siempre “Covax” es un acuerdo para verse bien y parecer bueno, pero ni es su obligación regalar vacunas ni es la de nosotros los pobres el de esperar que nos resuelvan los problemas. Naturalmente Japón, Alemania, Francia, Inglaterra y EUA que no están en “Covax” podrán donar cuando quieran pero por lo pronto no se comprometieron con lo que no incumplieron, pero Canadá presumió y ahora se “rajó”.
MUNDO
Bojayá y la esperanza de paz

Opinión, por Miguel Anaya //
A finales de los años noventa y principios de los 2000, Colombia vivió una crisis de violencia que superaba a la que actualmente enfrenta México. Uno de los departamentos más afectados fue el de Chocó, donde operaban las FARC, grupos delictivos y autodefensas.
El 2 de mayo de 2002, la pequeña comunidad de Bojayá se convirtió en el escenario de una de las tragedias más devastadoras del conflicto armado. En medio de intensos enfrentamientos entre las FARC y grupos paramilitares, cientos de habitantes buscaron refugio en la iglesia del pueblo, confiando en que sus paredes consagradas los protegerían del horror que se vivía afuera.
Alrededor de las 3 de la tarde, un cilindro-bomba impactó directamente en el templo, causando la muerte instantánea de 79 personas, entre ellas 48 niños. Los cuerpos quedaron mutilados y las paredes de la iglesia manchadas de sangre. Días después, el número de víctimas fatales alcanzó las 119, ya que muchos no sobrevivieron a las heridas.
Este acto brutal puso de manifiesto la vulnerabilidad de las comunidades atrapadas entre las fuerzas violentas. A raíz de este y otros eventos que conmocionaron al país, Colombia emprendió un camino hacia la pacificación y la reconstrucción social. Las políticas implementadas, que combinaban estrategias de seguridad con inversión social y económica, comenzaron a dar frutos en las dos décadas siguientes.
Según datos del Banco Mundial, la tasa de homicidios en Colombia pasó de 70 por cada 100 mil habitantes en 2002 a 25 en 2022. En ese contexto, la ciudad de Medellín llegó a tener una tasa alarmante de 380 homicidios por cada 100 mil habitantes.
El entonces gobierno colombiano aplicó la estrategia de ‘Seguridad Democrática’. Esta política implicó el despliegue masivo de fuerzas de seguridad para recuperar el control territorial, fortalecer las capacidades de inteligencia y aumentar la presencia del Estado en zonas rurales, donde guerrillas y grupos paramilitares habían establecido su dominio. La creación de redes de informantes y la colaboración con las comunidades fueron fundamentales para desmantelar estructuras criminales y reducir los enfrentamientos armados.
Tras el debilitamiento militar de las FARC, el gobierno reconoció que la violencia era también un efecto de problemas estructurales como la pobreza y la falta de oportunidades en las regiones rurales.
En respuesta, se implementaron programas de desarrollo rural que incluyeron la construcción de infraestructura, carreteras y electrificación, con el fin de conectar comunidades aisladas con el resto del país.
Además, se promovieron programas de acceso a créditos para pequeños agricultores y cooperativas rurales, incentivando la sustitución de cultivos ilícitos por productos agrícolas comerciales.
En el ámbito social, las políticas de reparación y reconciliación jugaron un papel central. La creación de una Unidad para las Víctimas permitió que quienes sufrieron violencia fueran reconocidos y compensados, generando un proceso de catarsis social.
La inversión en educación y salud fue un eje central: entre 2002 y 2022, el acceso a la educación secundaria aumentó en un 20 por ciento, mientras que la cobertura de salud pública se amplió significativamente en las zonas rurales. A pesar de que aún persisten desafíos en materia de seguridad, el avance en Colombia ha sido notable.
Esta experiencia ofrece lecciones valiosas para México. La implementación de políticas que fortalezcan instituciones, promuevan el desarrollo económico, social y fomenten la cohesión social son esenciales para revertir la tendencia de violencia.
La profesionalización de las fuerzas de seguridad, la recuperación del control territorial y la implementación de programas sociales en zonas marginadas son pasos fundamentales para reconstruir el tejido social. Políticas de desarrollo rural, como las aplicadas en el país sudamericano, podrían replicarse en México para incentivar la economía local, alejar a los jóvenes de las dinámicas del crimen organizado y generar alternativas económicas en comunidades atrapadas en el ciclo de la violencia.
En conclusión, la trágica masacre de Bojayá simboliza el profundo sufrimiento que la violencia puede infligir a una nación. Sin embargo, también demuestra que por muy cruda que sea la realidad violenta que nos rodea, esta puede cambiar con voluntad política y estrategias integrales adecuadas.
El caso de Teuchitlán debe ser un llamado a la acción colectiva. Debemos abrir los ojos y encontrar en la experiencia de otros países una guía para diseñar e implementar políticas efectivas que conduzcan a un futuro más seguro y próspero.
MUNDO
La cumbre no es eterna: El peso del poder y la caída inevitable

A título personal, por Armando Morquecho Camacho //
La historia está repleta de ejemplos de líderes que, enceguecidos por la ambición, olvidaron la fragilidad de su posición. Luis XVI, convencido de que su linaje era suficiente para sostener su trono, ignoró las señales del descontento popular hasta que el filo de la guillotina le enseñó lo contrario. Napoleón, tras haber conquistado media Europa, creyó que Rusia sería otra joya en su corona, solo para encontrar en la crudeza del invierno su Waterloo anticipado.
El ascenso y la caída de los poderosos no es un fenómeno reciente ni exclusivo de una geografía en particular. Desde la antigüedad, los imperios han crecido con el ímpetu de la ambición y se han desplomado con la misma rapidez con la que olvidaron los límites de su propio poder.
Alejandro Magno conquistó medio mundo, pero murió sin dejar un heredero capaz de sostener su imperio. Julio César creyó que su popularidad y victorias militares lo hacían intocable, hasta que sus propios aliados decidieron que representaba una amenaza mayor que un beneficio. La política, como la historia, es una danza peligrosa entre la gloria y la ruina, donde el exceso de confianza suele ser el último paso antes de la caída.
El mito de Ícaro nos recuerda precisamente esto: el peligro de volar demasiado alto sin medir las consecuencias. Ícaro, fascinado por su recién adquirida capacidad de volar, olvidó la advertencia de su padre y ascendió hacia el sol, hasta que el calor derritió la cera de sus alas y cayó al mar.
La política, como la vida misma, requiere de equilibrio. Quien se eleva sin mesura, sin comprender la delgada línea que separa el éxito de la caída, está condenado a desplomarse con mayor fuerza. El poder tiene un peso que pocos pueden sostener sin perder la compostura. No se trata solo de alcanzar alturas, sino de saber mantenerse en ellas.
Pero si Ícaro es el ejemplo de la caída, Sísifo representa la otra cara de la moneda: el castigo de quienes están atrapados en una lucha interminable. Su condena consistió en empujar una roca cuesta arriba solo para verla rodar de nuevo al punto de partida. En la política, muchas veces la lucha es constante y el esfuerzo parece nunca rendir frutos.
Sin embargo, el verdadero peligro no está en la repetición del intento, sino en la ilusión de que la cima es un lugar permanente. Muchos políticos creen que el poder les pertenece, que su ascenso es definitivo y que su esfuerzo no necesita ajustes. Pero la realidad es que la piedra siempre caerá, y lo único que define a los grandes es cómo afrontan la inevitable repetición del ciclo.
No hay imperio ni liderazgo que sea eterno. La historia es cíclica, y los excesos suelen conducir al mismo desenlace. En México y en el mundo, las trayectorias políticas están marcadas por ascensos meteóricos y caídas estrepitosas. Basta con observar cómo en cada sexenio surgen figuras que, creyendo haber conquistado la cima, terminan en el olvido o el descrédito. Quienes llegan al poder suelen olvidar que su estancia en la cúspide es efímera, que la rueda del destino sigue girando y que lo que hoy es gloria mañana puede ser polvo.
El sistema político parece diseñado para producir nuevos Sísifos, figuras condenadas a empujar sus delitos cuesta arriba, solo para verlos rodar nuevamente cuando cambian las administraciones. Cada sexenio, cada legislatura, cada relevo de poder trae consigo un ajuste de cuentas disfrazado de justicia o renovación, donde los caídos de ayer se convierten en los verdugos de hoy y los actuales intocables pronto serán las nuevas piezas sacrificables. La impunidad no es eterna, pero sí cíclica, y quienes creen haber asegurado su permanencia descubren, tarde o temprano, que la roca siempre vuelve a caer.
Las reformas, los cambios de gobierno y los giros políticos no son más que un nuevo acto en esta obra repetitiva, donde las promesas de castigo a la corrupción se mezclan con la selectividad de la justicia. Los escándalos que hoy cimbran las instituciones terminan convertidos en anécdotas cuando el tiempo y la indiferencia los diluyen, hasta que nuevos nombres ocupan los titulares y el proceso vuelve a empezar. En este juego de relevos, algunos consiguen deslizarse entre las grietas del sistema, mientras que otros terminan aplastados por el peso de sus propias ambiciones.
Y así, en un ciclo interminable, la historia se repite de forma tal que la pregunta no es si caerán, sino cuándo y con qué consecuencias. Algunos lo harán con estrépito, arrastrando consigo estructuras enteras y exhibiendo las miserias del sistema; otros, con sigilo, desaparecerán en la sombra de negociaciones y pactos que les garanticen una caída suave. Pero la constante es ineludible: nadie se mantiene en la cumbre para siempre, y aquellos que creen haber burlado el destino solo están posponiendo lo inevitable.
La enseñanza es clara: la política requiere mesura, prudencia y un entendimiento profundo de la transitoriedad del poder. Nadie es eterno en el cargo, y quienes lo olvidan terminan consumidos por el peso de sus propias decisiones.
En la vida, como en la política, el equilibrio lo es todo. El dinero, el éxito y la influencia pueden convertirse en espejismos que hacen olvidar el propósito inicial. La historia nos ha enseñado que aquellos que se ven a sí mismos como intocables, como dueños de un destino inalterable, terminan siendo arrastrados por la corriente de su propia soberbia. La verdadera habilidad no está en acumular poder, sino en administrarlo sin perder el sentido de la realidad.
El desafío es claro: no ser Ícaro ni Sísifo, sino aprender a volar sin olvidar que siempre habrá una caída, y a empujar la piedra con la consciencia de que el esfuerzo nunca es definitivo. Porque en la política, como en la vida, nadie es eterno en la cumbre, y solo aquellos que lo entienden logran caer con dignidad y levantarse con sabiduría.
MUNDO
Los narcos gringos, primera parte

Opinión, por Gerardo Rico //
“La violencia urbana en Estados Unidos, que en ciudades como Chicago, Baltimore, Los Ángeles y Nueva York arroja estadísticas preocupantes de por lo menos una persona asesinada a diario, está directamente ligada a la venta de drogas y por ende al narcotráfico mexicano.
Sin embargo, en una sociedad como la estadounidense, con su gobierno acostumbrado a buscar fuera de sus fronteras a los culpables del problema de la demanda y el consumo de drogas, los asesinatos cometidos todos los días por pandilleros o entre pandillas no son algo que valga la pena resaltar a nivel nacional; es más, si el muerto o los muertos son afroamericanos o hispanos, el gobierno hace todo lo posible por meter el asunto debajo de la alfombra”.
En la Unión Americana no existen estructuras lineales en las organizaciones del narco, como las hay en México y otras naciones latinoamericanas. Los narcos gringos trabajan con cualquier cártel y con varios al mismo tiempo cuando es posible. Son operadores que se encargan de la logística para transportar, distribuir y vender drogas. Su tajada se reparte entre muchos, son como una cadena de trabajadores independientes que prestan sus servicios a los narcos extranjeros.
“Lo que no hay en Estados Unidos son cárteles, no hay una estructura piramidal de capos entre los narcos gringos, menos aún un narcotraficante estadounidense destacado en comparación con los logros criminales alcanzados por delincuentes como Pablo Escobar Gaviria, Rafael Caro Quintero o el Chapo Guzmán”.
Este es apenas un bosquejo del libro “Los narcos gringos”, una radiografía inédita del tráfico de drogas en Estados Unidos, que fue escrito por el periodista Jesús Esquivel, corresponsal de la revista Proceso desde 1989 en Washington D.C., acreditado ante la Casa Blanca, el Congreso Federal y el Departamento de Estado de Estados Unidos. Hay que destacar que el libro fue editado en el 2016 y los derechos de edición son de Penguin Random House.
Ante las medidas del presidente Donald Trump, quien declaró como grupos terroristas a los cárteles de la droga en México, y las advertencias de funcionarios de su administración que podrían intervenir militarmente en nuestro país para terminar con estos, se me hizo muy interesante realizar una reseña de este libro que describe cómo opera el narco en el vecino país del norte.
“Las narcas gringas no son como las buchonas sinaloenses ni andan subiendo fotos al Facebook acompañadas de “su hombre” o ataviadas con joyas y vestidos de diseñador; son casi imperceptibles: están en todos lados, pero no se ven. Viven en grandes urbes como Nueva York, visten como ejecutivas y en algunos casos lo son, pero están más concentradas en hacer dinero fácil”.
En la Gran Manzana no llama la atención ver a una mujer blanca caminando por Park Avenue vestida con un traje sastre y con un portafolios en la mano: alguien así se puede considerar una más de las abogadas, empresarias o vendedoras de acciones financieras en Wall Street.
La lucha contra la violencia urbana es la guerra del gobierno estadounidense contra sus narcotraficantes y contra el comercio de drogas, pero aquel no lo admite y prefiere mantenerla disfrazada como “lucha contra la violencia”. En la DEA se desarrolló la Estrategia de ahogamiento, concentrada en su totalidad a combatir el tráfico de drogas al nivel de los pandilleros.
El objetivo de esta estrategia fue el identificar a los intermediarios estadounidenses de los cárteles mexicanos, personajes que se encargan de establecer la relación directa de un cártel con las pandillas de Estados Unidos. Los intermediarios son los que reclutan a los pandilleros y uno de los lugares favoritos para este objetivo es el sistema carcelario a nivel estatal y local.
Con cifras de hace nueve años, el autor del libro precisa que “para tener una idea del problema solo hay que mirar lo que sucede en Chicago: tiene el sistema carcelario municipal más grande de Estados Unidos y del mundo, el cual alberga entre 9,000 y 13,000 presos, de los cuales más del 80% purgan condenas por delitos relacionados con la violencia urbana pandillera y la venta de narcóticos”.
“La gravedad y el tamaño de la epidemia del consumo de drogas en Estados Unidos es auténticamente una calamidad; la muerte de jóvenes estadounidenses por sobredosis de narcóticos parece un hoyo negro sin fondo. Desde el gobierno federal de este país, la mejor práctica para enfrentar el problema del tráfico internacional de narcóticos sigue siendo buscar responsables fuera de sus fronteras; en este contexto de irresponsabilidad y de delegar a otros las culpas y las consecuencias de sus problemas de salud pública y educación, se augura que México seguirá siendo el villano favorito de la Casa Blanca y del Capitolio”.
Los Narcos Gringos, de Jesús Esquivel, además de ser una lectura amena, describe cómo operan los brókers, los narco motociclistas y narco camioneros, las narco pandillas los informantes y la narco corrupción gringa, entre otros capítulos por demás interesantes y que no pierden actualidad.
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