OPINIÓN
La izquierda estadounidense contra Elon Musk: El multimillonario dice que Twitter será políticamente neutral
Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
Antes que nada hemos de aclarar que la izquierda de México es muy distinta a la tradicional izquierda de Estados Unidos de Norteamérica. No es el momento de delinear las diferencias, pero tal vez la única coincidencia con la izquierda estadounidense moderna es que quieran solucionar todo con dar dinero de los impuestos a los que no lo tienen, aumentando las cargas fiscales entre los que compran o producen y el control de precios.
Desde que Musk insinuó que compraría Twitter fue claro, “la plaza pública debe ser un espacio para el debate de ideas con el único límite de la ley”. Durante años, como ya lo hemos dicho, las grandes empresas como Twitter, Facebook, Instagram y otras han gozado de inmunidad procesal ya que se consideraron básicas para la libre expresión, debate y difusión de ideas. Por lo anterior ellas mismas regulan, aumentan, disminuyen y limitan el contenido que sus usuarios pueden transmitir.
Con base en lo anterior los directivos y ejecutivos de estas empresas desarrollaron políticas internas que poco a poco fueron siendo aplicadas para aumentar o reprimir la difusión de ideas, estas herramientas también las usaron para aumentar o disminuir el número de personas que podrían difundir o ver nuestros mensajes. Incluso se hizo parte del modelo de negocios por los cuales uno puede pagar a esas empresas para que nos ayuden a difundir nuestros mensajes en poblaciones objetivo. Por ejemplo si uno tiene pasteles y quiere venderlos uno puede pedir a Facebook o alguien de Twitter que le busquen clientes potenciales por edad, zona, educación tendencias de consumo o de pensamiento etc., si uno es político igual uno puede pagar para ser más exitoso.
Esto al parecer fue visto por algunos como una violación a la libertad de expresión ya que un político podría suprimir las ideas contrarias si los ejecutivos de las empresas de redes estaban de su lado. Por ejemplo, en estos dos años esas redes han autocensurado más de 600 notas relacionadas con el actual presidente de EEUU. Lo anterior con base en un estudio realizado por el centro para el análisis de medios de dicho país.
Las notas censuradas van desde la ahora famosa historia del hijo del presidente Biden y sus negocios con el extranjero, hasta noticias de inseguridad o inflación y economía que se decían eran falsas o poco confiables y ahora han sido confirmadas pero nadie ha reconocido que la censura en su momento fue basada en información o posturas erróneas de los ejecutivos de dichas empresas de redes sociales.
Algunos creen que esas censuras a la información no son o no fueron un error sino que forman parte de una campaña para promover una sola visión de las cosas y suprimir la crítica. Pero, ¿cómo será esto posible? Por ejemplo el 99.4 % de los ejecutivos de Twitter están registrados o donaron dinero a un mismo partido político durante el 2021, lo que muestra que tienen la misma ideología, lo que es curioso es que las noticias que ellos decidieron moderar o censurar eran en contra de los políticos del partido por el que ellos votaron, lo que parece ser un claro conflicto de intereses y una aportación en especie al partido de sus simpatías, que es el Partido Demócrata.
Por lo anterior, la compra de Twitter y el anuncio de su nuevo dueño de que dicha empresa será políticamente neutral es un atentado para la ideología de los aún ejecutivos de dicha empresa y claro que es un mal momento en contra del partido demócrata que usaba a Twitter como parte de sus herramientas de comunicación.
El tema ha crecido tanto que políticos de primer nivel como Barack Obama o Hillary Clinton han pedido emitir nuevas reglas para dichas empresas lo que no habían pedido en años. Algunos conductores de MSMBC (de izquierda) admiten que una empresa de redes sociales puede alterar el resultado de una elección presidencial en EEUU restringiendo los mensajes de un candidato y aumentando los de otro, pero irónicamente antes se decía que eso no era posible cuando el “loco” de Trump les acusaba de influenciar las elecciones del 2020. Veremos en qué acaba este nuevo drama de medios en EEUU.
Por lo pronto Musk ha sido claro, no le gustan los fanáticos de la izquierda pero tampoco tolera a los fanáticos de la Derecha. Pide menos odio y más amor en las redes sociales. ¿No se supone que eso se deberían de pedir todos? Estados Unidos necesita una nueva política para la unión nacional pero no parece estar en manos de Trump ni de Biden sino del pueblo que por el momento está muy ocupado viendo temas de Ucrania o de la súper inflación y de la contracción económica de este año.
Bill Maher, afamado conductor de la televisión nocturna en HBO con el programa “Real Time”, ha sido claro y honestamente crítico de la izquierda en su país al decir: «soy el mismo de siempre, libertino, soltero, sin hijos, fumador de mota que siempre he sido y siempre seré, no soy yo el que cambió, es la izquierda, quien se niega a reconocer que sus nuevas ideas son una locura. Un pequeño puñado dentro de la izquierda que enloqueció y una mayoría que tiene miedo a decirles la verdad, pero yo no», asevera el conductor de TV.
¿QUIÉN ES ELON MUSK?
Usted tal vez sabe que Musk es la persona más rica del mundo con una fortuna aproximada de 200 mil millones de dólares. El hombre de 50 años de edad nació en Sudáfrica en una ciudad muy pobre y emigró a Estados Unidos para estudiar la licenciatura en Ciencias y otra en Artes en la Universidad de Pensilvania.
Es dueño o socio mayoritario y fundador de Tesla, la empresa más exitosa de autos eléctricos, SpaceX dueña de la única flota de cohetes espaciales privados que ha llevado a varios astronautas de ida y vuelta al espacio y pronto llevará a astronautas a la luna, The Boring Co., constructora de túneles para alta velocidad por debajo de ciudades como Las Vegas, o Los Ángeles, que serán diseñadas para operar con vehículos eléctricos y autónomos como en las películas del futuro.
También es dueño de NeuroLink, que servirá para rehabilitar daños en el cerebro y tal vez hasta médula espinal o ampliar la capacidad de operaciones intelectuales, compró Pay Pal, empresa de pagos vía celular y computadora para operaciones digitales y el banco X.com, que es uno de los primeros bancos totalmente en línea y permite que tus operaciones financieras se hagan con el correo electrónico. Ademas posee StarLink, dueña de la flota de satélites espaciales más amplia del mundo, que ha ayudado a que Rusia no pueda bloquear las comunicaciones en Ucrania y pronto dará servicio al primer celular satelital de acceso y venta mundial que ofrecerá precios más económicos y mejor servicio de internet al no requerir esas torres por todos lados que dejan de servir en una montaña o bajo el agua.
El admitir que uno no es dueño de la verdad absoluta requiere humildad y por eso Musk pide a sus críticos que sigan en Twitter porque la libertad de expresión necesita de todos. Ese es Elon Musk quien después de haber sido insultado en su nueva plataforma por sus críticos les pide permanecer para poder mejorar juntos a su empresa y a su país adoptivo. Parece que Musk podría dar clases a muchos políticos del mundo que siendo dueños de nada, se sienten serlo de todo.
Musk concluyó la semana enviando un mensaje en el que platicaba con @jack fundador de Twitter y quien fue en su momento superado por sus propios ejecutivos, en esa plática pública, el fundador de la empresa le deseaba éxito a Elon y este le respondía agradeciendo su mensaje y diciendo “…yo apoyé y voté por Obama, no soy un conservador, soy un moderado, pero el Partido Demócrata de hoy ha sido secuestrado por extremistas…”.
El hombre más rico del mundo ha decidido no vivir en mansiones sino en una modesta casa de zona popular en Texas, del tamaño de una de interés social mexicana y acude a fiestas de todo tipo desde las de los poderosos hasta las de sus vecinos texanos muchos de ellos de origen mexicano.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN?
Países como Rusia, China, Cuba Corea del Norte y los del grupo siempre han limitado o francamente bloqueado el acceso de sus pueblos a estas plataformas por ser consideradas como herramientas de propaganda occidental en contra de los “intereses nacionales”.
Todos hablamos de cómo nos fue en la feria, si un medio nos trata bien queremos más de ese medio y que se replique su mensaje, pero si un medio nos ataca o pasa a ser neutral representa una amenaza para nuestra supervivencia política. Lo mismo pasa en EEUU o para ser franco en el mundo.
La libertad de expresión que debe estar moderada por la ley no es bien vista por los poderosos y siempre ellos han tratado de limitarle. Recordemos que a Galileo le iba a costar la vida el decir que la tierra era redonda cuando todos sabíamos que era plana hasta que vimos que no lo era y qué decir de los muy eficientes tratamientos de sanguijuelas o sangrados para curar fiebres hasta que se vio que no solo eran ineficientes sino hasta dañinos. La libertad de expresión permite el desarrollo de ideas de todo tipo, malas, buenas y pésimas, pero también permite el avance de la humanidad.
NACIONALES
Luchamos y perdimos…
De primera mano, por Francisco Javier Ruiz Quirrín //
López Obrador fue como el médico que al detectar la enfermedad en el paciente, en vez de aplicarle un tratamiento para aliviarle, buscó matarlo.
Como opositor al régimen desde el año 2000 mil a su campaña presidencial en el 2018, repitió miles de veces que el gran problema de México era la corrupción.
Y al llegar a palacio nacional, juró cumplir no solo con la Constitución y las leyes que de ella emanan, sino hacer realidad su máxima de “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”.
Nadie puede poner en tela de duda el gran avance democrático de nuestro país en los recientes 30 años.
A partir de 1988 y su gran fraude electoral operado por el gobierno federal y, directamente por el entonces secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz, el presidente Carlos Salinas (1988-1994) inició realmente la transformación del Estado mexicano con tres grandes decisiones: Admitir la primera derrota del PRI en una gubernatura con el triunfo del panista Ernesto Ruffo Appel en Baja California, expedir la credencial de elector con fotografía y crear el Instituto Federal Electoral para sacar las manos del gobierno en la organización de los comicios electorales e iniciar la creación de organismos autónomos para eliminar los poderes plenipotenciarios del Presidente de la República, con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
En los siguientes sexenios se daría la consolidación de la pluralidad política para acceder al poder con Vicente Fox en la Presidencia en el año 2000, amén de varias gubernaturas ya en manos del Partido Acción Nacional y con el Partido de la Revolución Democrática apoderándose del dominio total de la ciudad de México.
Fox “desclasificaría” los documentos reveladores de la actuación del gobierno en los acontecimientos trágicos del 2 de octubre de 1968 y de ahí sobrevino la creación del Instituto Nacional de Transparencia Informativa (INAI), como un conducto eficaz para que la ciudadanía tuviera acceso a conocer sobre el manejo de los recursos públicos, de su dinero, con todos los procedimientos para documentar adquisiciones y ejecuciones de las obras públicas.
En el año 2014, el IFE pasó a convertirse en el Instituto Nacional Electoral (INE), consolidándose como un organismo autónomo, enteramente ciudadano y confiable, lo que incluyó la convicción de no regresar jamás al pasado caracterizado por el fraude electoral.
Al mismo tiempo, se crearon diversos organismos autónomos, todos ellos buscando una mayor libertad e independencia del Poder Ejecutivo.
Así nació el INEGI, la Comisión Reguladora de Energía, la Comisión Federal de Competencia Económica, el Instituto Nacional de Telecomunicaciones y (entre otros) la Comisión Nacional de Evaluación (CONEVAL) importantísimo para medir la pobreza en el país y con la necesaria credibilidad sin mayor influencia del gobierno.
Sin duda, México había alcanzado un avance extraordinario para consolidar su Democracia. El problema contra el que habría de luchar, era contra la corrupción y la impunidad, multi-denunciados ambos gracias a un periodismo libre e independiente.
Y de las denuncias por corrupción que leímos en “El Universal”, en “Reforma”, en la revista “Proceso”, que escuchamos con Carmen Aristegui, es que un personaje como Andrés Manuel López Obrador pudo tener acceso a un extraordinario apoyo popular, sobre todo por su repetición en el mensaje de combate a la corrupción y la impunidad. Y así llegó el año 2018, en que triunfó de manera avasalladora para llegar a la Presidencia.
Este lunes, es el último día en el calendario de este sexenio llamado propagandísticamente de la “cuarta transformación”.
Aquel enfermo al que se le detectó en su organismo corrupción e impunidad, sufrió varios atentados para terminar con su existencia.
Ahora, la omnipresencia ha regresado en la figura presidencial, el avance democrático de los últimos 30 años ha desaparecido, las libertades están en riesgo, empezando por la libertad de expresión, la propiedad privada y el derecho a la vida.
Hoy, como hace cincuenta años, el poder se ha reconcentrado en la Ciudad de México y, por vez primera, se ha militarizado el país y se han sentado las bases para que el Poder Judicial Federal pierda su naturaleza, para pasar de la defensa y cumplimiento del texto constitucional, el equilibrio de poderes, al sometimiento de intereses políticos.
Este día 30 de septiembre, México ha visto aumentada su deuda pública de manera desproporcionada, mientras Acapulco se cae por causas naturales y Sinaloa ha caído por el dominio de las bandas delincuenciales.
Pero López Obrador festeja. Nunca le importó el dolor ajeno. No cumplió con su máxima de “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo de México”.
Se ha luchado por el avance democrático y de libertades, sobre todo en los últimos 30 años, pero en el sexenio 2018-2024 se detuvo ese avance y se buscó desaparecerlo.
Luchamos y perdimos.
JALISCO
Morena volvería a perder en Jalisco
De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //
Una de las más prestigiadas casas encuestadoras del país, Polymetrix, dará a conocer esta semana un estudio de opinión verdaderamente revelador.
Se trata de un muestreo estatal de 640 casos que arrojan datos que además de confirmar el triunfo de Pablo Lemus, también indican que de repetirse la elección en Jalisco, Morena volvería fracasar frente al partido Movimiento Ciudadano.
Y aunque cada vez está más lejos la posibilidad de que se anule el proceso electoral del 2 de junio, lo cierto es que la precitada encuesta no tiene desperdicio alguno.
Por ejemplo, de acuerdo a la información a la que tuve acceso, más del 55 por ciento de los entrevistados considera que no debió impugnarse la elección y el 57 por ciento cree que no debe repetirse.
Pero hay algo más, y es que a la pregunta sobre la imagen del gobernador electo, más del 53 por ciento declaró que es positiva, mientras que de Claudia Delgadillo, la refirieron con apenas un 42 por ciento, manifestando una percepción negativa el 58 por ciento.
El asunto que llama poderosamente la atención es que un 50 por ciento de las personas consultadas aseguró que en caso de que se repita el proceso, votaría por MC, en tanto que por el morenismo un 42 por ciento, y casi el 8 por ciento por el resto de los partidos.
Así las cosas, y en virtud de que la impugnación morenista continúa viva en un reducido sector de la opinión pública, la realidad es que el Movimiento guinda no tendría oportunidad de arrebatarle la victoria al Movimiento naranja.
Lo dicho, aquí hubo voto diferenciado.
@DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista político.
NACIONALES
Complicada realidad económica: El legado de la deuda
Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Más allá de las promesas políticas que han cautivado a una nación dividida, nos encontramos ante una realidad que nadie puede negar: la situación económica de México es un desastre en cámara lenta. El gobierno de López Obrador, en su esfuerzo por construir una «Cuarta Transformación», nos ha llevado a niveles de deuda no vistos en más de tres décadas.
Y mientras algunos celebran los programas sociales y los aumentos salariales, hay una verdad que no podemos ignorar: gastamos más de lo que generamos y, como cualquier hogar mal administrado, las consecuencias tarde o temprano nos alcanzarán.
Comencemos por lo elemental: la deuda. Al mes de junio de 2024, la Deuda Bruta del Sector Público asciende a la escalofriante suma de 16 billones 760 mil 737.4 millones de pesos. Esta deuda es la más alta que hemos tenido en los últimos 30 años, y lo más preocupante es que no hay un plan claro para reducirla. La promesa de López Obrador de mantener a México libre de endeudamiento quedó enterrada bajo una montaña de 6.6 billones de pesos adicionales, que su administración ha acumulado en tan solo seis años.
Pero no solo es la deuda lo que debe preocuparnos. Lo que agrava esta situación es cómo se han gestionado los recursos. En su sexenio, la inversión física, la que debería haber sido destinada a infraestructura pública para estimular la economía y atraer inversiones privadas, fue inferior a lo que se destinó al pago de intereses de la deuda. Esto es, en términos simples, suicidio financiero. En lugar de crear condiciones para el crecimiento, gran parte de los recursos se ha utilizado para tapar los agujeros que la propia deuda ha generado.
El resultado de esta mala administración está a la vista: el crecimiento económico de México durante los seis años de López Obrador ha sido de un 0.8%, el peor desde la administración de José López Portillo. Mientras otros países han encontrado la manera de repuntar, México parece estancado, inmovilizado por decisiones erráticas y políticas que, si bien han mantenido un discurso de austeridad, en la práctica no han hecho más que exacerbar el problema.
Y si hablamos de crecimiento, no podemos dejar de mencionar la inversión extranjera, otro talón de Aquiles de esta administración. Las cifras oficiales indican que la llegada de capitales foráneos ha sido 3 mil 274 millones de dólares menor en comparación con el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Las nuevas inversiones, que son las que generan empleos y dinamizan la economía, apenas alcanzaron los 59 mil 738 millones de dólares en este sexenio, una cifra muy por debajo de los 75 mil 496 millones alcanzados por Peña Nieto. ¿Y qué pasó con el tan anunciado nearshoring? Aquella gran promesa de que México se convertiría en el destino predilecto para las empresas que buscan acercarse a Estados Unidos ha quedado en el aire. La inseguridad, la corrupción y la falta de certidumbre jurídica han espantado a los inversionistas, quienes optan por destinos más estables.
Este panorama se complica aún más cuando observamos el déficit fiscal. Al cierre de julio de 2024, los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), que miden la diferencia entre los ingresos y los gastos del gobierno, registraron un déficit de 1.043 billones de pesos, el más alto en los primeros siete meses del año desde que se tiene registro. ¿Qué significa esto? Que estamos gastando mucho más de lo que generamos, y los ingresos provenientes de la exportación petrolera y del cobro de impuestos no son suficientes para cubrir las necesidades del gobierno. Este déficit es una señal clara de que nuestra economía está desequilibrada y no puede sostener el ritmo de gasto actual.
Muchos defensores de la administración actual han señalado que, a pesar de todo, López Obrador mantuvo una disciplina fiscal encomiable, sobre todo durante la pandemia del COVID-19. Y es cierto, en comparación con otros países, México mantuvo una estabilidad macroeconómica sorprendente. Sin embargo, esto fue a costa de un crecimiento raquítico y una inversión extranjera diezmada por la incertidumbre jurídica que algunas reformas generaron.
Uno de los grandes ejes del discurso del presidente fue la creación de una sociedad del bienestar, un ideal que prometía corregir décadas de desigualdad. Sin embargo, ese gran cambio estructural nunca se dio. Los ricos son más ricos, y los pobres, aunque han recibido becas, pensiones y apoyos, siguen sin acceso a las oportunidades que realmente les permitirían salir de la pobreza. La distribución de recursos nunca fue revisada a fondo, y los programas sociales, aunque bienintencionados, no han atacado las raíces del problema.
Un ejemplo claro es el presupuesto destinado a los programas sociales para jóvenes que, dicho con todo respeto, ni estudian ni trabajan. 600 mil jóvenes reciben apoyo económico sin que se les exija nada a cambio. Lo mismo ocurrirá con las mujeres entre 60 y 64 años. Entre ambos programas, los expertos estiman que se gastarán en 2025 alrededor de 90 mil millones de pesos. ¿Es esto sostenible a largo plazo? Difícilmente. Aunque estos apoyos han mejorado la calidad de vida de algunos sectores, no se están generando las condiciones necesarias para un crecimiento económico real.
Y mientras tanto, las calificadoras internacionales como Morgan Stanley, Moody’s, Bank of América y Fitch miran con preocupación el rumbo que está tomando la economía mexicana. El gran proyecto energético de la administración, Pemex, sigue siendo un barril sin fondo, y la ineficiencia de la refinería Dos Bocas ha costado miles de millones de pesos sin resultados tangibles.
Además, el papel del Ejército en la asignación de contratos y en la administración de recursos públicos es un tema que no podemos pasar por alto. Se ha recurrido a las Fuerzas Armadas como el gran contratista del gobierno, con adjudicaciones directas y sin licitación. Esta falta de transparencia no solo genera desconfianza, sino que también abre la puerta a posibles desvíos de recursos que, hasta ahora, no han sido esclarecidos.
Con todo, sería injusto no reconocer un logro significativo de este sexenio: el incremento al salario mínimo. La reciente reforma constitucional que garantiza que el salario mínimo nunca esté por debajo de la inflación es, sin duda, un avance. En un país donde el salario mínimo perdió más del 70% de su poder adquisitivo en los últimos 40 años, esta reforma es un paso importante hacia la recuperación del bienestar de los trabajadores.
Así pues, el legado de López Obrador es un espejo roto: mientras algunos ven en sus fragmentos la justicia social prometida, otros ven solo el reflejo de una economía descompuesta.
La historia se encargará de juzgar si el legado de esta administración fue un paso hacia adelante o simplemente una ilusión más en el largo y sinuoso camino de la política mexicana. Pero, como siempre, la realidad económica será el juez más implacable de todos.
En X @DEPACHECOS
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