OPINIÓN
La participación más importante en la COP26 de la ONU: La pequeña Tuvalu y su mensaje para el mundo

A título personal, por Armando Morquecho Camacho //
La política es una actividad tan interesante, que absolutamente todos nosotros, incluyendo aquellos que aseguran repudiarla, la buscamos de manera constante en casi todos los momentos de nuestras vidas.
Ya sea leyendo un libro, una columna de opinión, e incluso, involucrándonos de manera directa y constante en los asuntos vecinales de nuestra colonia o de nuestro coto, al final del día todos buscamos la política: algunos la buscan para entender algún suceso, y otros, la buscamos para generar algún cambio en nuestro entorno.
La política siempre va a estar ahí y más nos vale que la aprovechemos ya que a través de ella se pueden materializar muchos de los anhelos colectivos que dan forma a nuestras aspiraciones.
Asimismo, la política es una actividad fascinante. En mi caso particular, mi primer acercamiento con ella fue justamente porque encontré en algunos espacios la oportunidad de acercarme a un grupo de personas con las que compartía un sinfín de ideales, pero al mismo tiempo, porque me permitió conocer las realidades, los contrastes y las necesidades de mi municipio: Zapopan.
Desde el día en que comencé a enrolar mi vida y mis proyectos en esta actividad ha pasado, aunque no lo parezca, mucho tiempo, y con el paso de los años he tenido no solo la oportunidad de conocerla mejor y de entenderla un poco más, sino que también he tenido la fortuna de verla como lo que es: una actividad multidimensional que va más allá de lo que vemos y de lo que conocemos.
La política, haciéndole honor a la pluralidad, la diversidad y la universalidad que la caracteriza (o que debería caracterizarla) llega a todos los rincones de la actividad social del ser humano y justamente eso es lo que la vuelve fascinante.
Un ejemplo de cómo es que llega a cada rincón, podemos encontrarlo simple y sencillamente en las también maravillosas y fascinantes ciencias de la comunicación.
Tal y como lo he comentado en más de una ocasión, la política y la comunicación siempre han guardado una relación muy íntima, y aunque los ejemplos más famosos de esto los encontramos en las épocas más oscuras de nuestra historia, como lo es la Segunda Guerra Mundial, en la actualidad esta relación ha alcanzado un significado completamente diferente, y aunque probablemente hay mucho que cuestionar de esta nueva visión, ciertamente también hay mucho que admirar.
La política sin mensaje no es nada, toda acción política debe tener uno, pero obviamente no cualquier mensaje, este debe ser tan fuerte que pueda impactar en lo más profundo de la sociedad, pero también, debe ser un mensaje lo suficientemente claro para que así todos puedan entenderlo, esto debido a que si la actividad política, o bien, los fines que se persiguen a través de ella simplemente no son claros ni entendibles, entonces toda la actividad o una gran parte de ella, carecerá de impacto y si la política no tiene impacto, entonces carece de sentido.
Aunque muchos no lo crean, lo anterior tiene un impacto enorme y probablemente, se ha convertido en el pilar de los proyectos políticos modernos, y si alguien duda de ello, entonces le recomiendo voltear al norte del país, especialmente, a Nuevo León.
Pero bueno, para no desviarnos en la siempre interesante vida política nacional, la razón por la que esta semana traigo a colación este tema en particular es debido a una de las participaciones más importantes que pudimos observar durante la COP26 de las Naciones Unidas.
Y no, no me refiero en lo absoluto a las participaciones que tuvieron grandes políticos, como Barack Obama, quien en lugar de mandar un mensaje contundente, invirtió una gran parte de su tiempo de participación en promover la imagen del presidente Joe Biden y en criticar la imagen y figura de Donald Trump.
En esta ocasión el mensaje más importante, y a su vez, el más fuerte, vino del representante del cuarto país más pequeño del mundo: Tuvalu.
Simon Kofe, Ministro de Justicia, Comunicación y Relaciones Exteriores de Tuvalu, con el agua en las rodillas y en medio de una playa sumergida debido a la crisis climática, instó a los demás líderes mundiales a tomar medidas para reducir a cero las emisiones contaminantes para el 2050 para frenar el calentamiento global y así evitar la desaparición de países como el suyo que están expuestos al aumento del nivel del mar.
Con este mensaje el ministro tuvaluano escenificó la realidad que enfrenta su país a raíz del cambio climático, y de igual manera, mostró al mundo que lo único que le espera no solo a su país, sino a muchos más, es la desaparición.
Asimismo, en su video Simon Kofe manifestó que aunque tiene confianza en que se tomarán las medidas necesarias para cumplir con las metas pactadas, en Tuvalu se están preparando para el peor escenario posible: que su territorio desaparezca y que todos sus habitantes tengan que emigrar a otra parte del mundo, que probablemente para ese entonces, también esté sufriendo los estragos del cambio climático.
No obstante el mensaje del ministro no es meramente informativo e ilustrativo, el mensaje va más allá de ponerle nombre y apellido a una realidad que muchos se niegan a ver, este mensaje es también una fuerte advertencia a la comunidad internacional a quien se le deja claro que en gran medida, el futuro de Tuvalu y de otras naciones está en sus manos.
Simon Kofe sentó un precedente que gracias a las redes sociales y a la era digital, seguramente trascenderá generaciones y de nosotros depende cómo será recordado e interpretado este mensaje, ya sea como un recordatorio positivo de lo que logramos evitar gracias a la colaboración y la voluntad, o bien, como un recordatorio del día en que ignoramos el llamado de auxilio de una nación cuya sentencia climática se extendió por todo el mundo.
Para combatir el cambio climático no basta con acciones aisladas y unitarias o bien, con promesas vacías en medio de una cumbre internacional, se requiere de acciones colectivas y unificadas.
Aunado a lo anterior, también, estaba pensando en decir que se requiere de voluntad política, pero creo que antes de hablar de la voluntad política, es necesario establecer que lo que se requiere es de una clase política con consciencia social.
MUNDO
La IA en la vida cotidiana, herramientas al compás de las necesidades humanas

Actualidad, por Alberto Gómez R. //
En el escritorio de la Dra. Elena Márquez las líneas rojas comenzaron a serpentear en la pantalla. «Mire aquí, doctora», susurraba el sistema mientras señalaba una sombra casi imperceptible en la resonancia magnética de Carlos, su paciente de 58 años.
Lo que tres especialistas humanos habían pasado por alto, esta inteligencia entrenada en millones de imágenes médicas lo detectó: un tumor temprano, tratable. «Hace cinco años me habrían tachado de loca por confiar en una máquina», confiesa Elena mientras aprieta el brazo de Carlos con una sonrisa aliviada. «Hoy sé que esta tecnología le ha regalado décadas de vida».
Así, sin estridencias, las redes neuronales artificiales (RNAs) se han colado en la vida cotidiana. Ya no son esos entes abstractos de laboratorio, sino herramientas que respiran al compás de necesidades humanas.
«El gran cambio en 2025 no es técnico, sino humano», reflexiona David Lemes, investigador de la Universidad de São Paulo. «Cuando visito hospitales y veo a médicos abrazando a pacientes salvados por diagnósticos de IA, o a agricultores que riegan sus campos con la precisión que les marca el teléfono… eso es la revolución real».
El dato lo confirma: 80% de los hospitales utiliza ya IA para mejorar la atención, según el informe Deloitte 2024.
EL LATIDO DE LAS NUEVAS REDES
Lo llaman el «efecto mariposa digital». En el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), un equipo liderado por la ingeniera Priya Vasudevan muestra cómo una nueva arquitectura de redes de espigas (SNNs) consume menos energía que una bombilla LED mientras analiza datos climáticos. «Son redes que ‘piensan’ como neuronas biológicas – con pulsos eléctricos breves», explica. «El año pasado redujimos el consumo energético un 70%. Imagínese: pronto podrán correr en su reloj inteligente».
Pero donde realmente se nota el cambio es en las cocinas de las casas. Marta, panadera en un pueblo de Toledo, abre su horno mostrando unas barras de pan perfectas. «La red neuronal ajusta temperatura y humedad según la harina que uso hoy», dice orgullosa. Su sistema, desarrollado por una startup local, aprende de cada horneada. «Al principio desconfiaba, pero ahora es como tener a mi abuela aconsejándome».
En los hospitales: El doctor Ignacio Ríos, en el Hospital La Paz de Madrid guarda una resonancia magnética en su computadora portátil: «Este niño tenía un tumor cerebral que ningún humano vio», señala. «La RNA no solo lo detectó, sino que simuló 120 opciones quirúrgicas en segundos. Operamos donde la máquina nos sugirió… y aquí está el niño, jugando al fútbol».
Según The Lancet, estos sistemas reducen errores diagnósticos hasta un 40% en oncología. Además, herramientas como AlphaFold -Premio Nobel de Química 2024- han descifrado 200 millones de estructuras proteínicas, acelerando el diseño de fármacos contra enfermedades incurables.
En las fábricas: En la planta de SEAT en Martorell (Cataluña, España), Ana Torres observa cómo los robots pintan carrocerías. «Antes repintábamos el 15% por defectos. Ahora las redes neuronales predicen fallos en la pintura antes de que ocurran», explica. Un informe de MIT Technology Review confirma: estas fábricas «que sienten» reducen desperdicios un 60% y mejoran la eficiencia operativa en 40% según Accenture.
En el campo: José Manuel, agricultor en Jaén (España), extiende sus manos hacia el olivar. «Esta temporada la IA me dijo: ‘Riega solo el jueves’. Los vecinos regaron tres veces… mi cosecha fue un 30% mayor con menos agua». Son redes que predicen microclimas analizando décadas de datos, como confirma un estudio en Nature Agrotech.
LAS SOMBRAS DEL PROGRESO
Pero no todo brilla. En Berlín, la abogada Sofia Müller comenta: «Ayer recurrimos una condena injusta: un algoritmo de riesgo penal etiquetó erróneamente a mi cliente». El problema, como explica Science en su último editorial, es la «caja negra»: 63% de los ciudadanos teme que la IA introduzca sesgos en decisiones médicas, mientras 42% de los médicos desconfía de su impacto en la relación humana.
«Cuando un sistema de crédito denegó mi hipoteca, pedí explicaciones», relata Marco, diseñador en Barcelona. «Me dijeron: ‘El algoritmo lo decidió’. Eso duele». La Unión Europea aprobó en 2024 leyes que exigen transparencia basadas en siete pilares éticos, desde supervisión humana hasta no discriminación. Pero como advierte la experta en ética digital Luisa Montenegro: «La regulación va tres pasos detrás de la tecnología».
EL ABRAZO HUMANO-MÁQUINA: EL MODELO CENTAURO
Lo fascinante surge cuando humanos y máquinas encuentran su equilibrio. En una escuela rural de Oaxaca, México, la profesora Laura enseña con su «aliada digital»: una RNA que adapta ejercicios según el ritmo de cada niño. «Pedro tenía problemas con las fracciones… la IA detectó que aprendía mejor con ejemplos musicales. Ahora explica ritmos como 3/4 usando sones tradicionales». David Game, de Elsevier, lo denomina «guía socrático digital»: sistemas que no dan respuestas, sino que estimulan el razonamiento, disponibles «día y noche» para estudiantes.
En los estudios Pixar de California, el animador Ricardo de la Cruz muestra su última creación: «Este personaje nació de mi sketch… pero la IA propuso 200 variaciones de movimiento en segundos. Elegí tres, las mezclé… y nació magia». Herramientas como estas están democratizando la creatividad, según la revista Wired, y ya 75% de las empresas líderes en salud experimentan con IA generativa para innovar.
LO QUE VIENE: ¿AMIGOS O AMOS?
Mientras el autor escribe este artículo, el asistente de RNA susurra: «Revisa esta frase: suena muy técnica». Esta dualidad define al año 2025: herramientas poderosas que exigen sabiduría humana. Los agentes autónomos como Gemini 2.0 de Google ya no solo recomiendan: compran boletos o gestionan agendas con preaprobación humana.
Y los modelos pequeños (SLMs) -que funcionan sin internet en móviles- llevarán diagnóstico a zonas rurales: 55% de los usuarios de IA médica tienen entre 18 y 24 años, pero solo 60% de mayores de 55 confía en ella.
«El desafío ya no es construir IAs más inteligentes», concluye el profesor Francisco Herrera Triguero de la Universidad de Granada, habiendo revisado el borrador de la normativa europea que entrará en vigor en 2026. «Es recordar qué nos hace humanos mientras bailamos con ellas. Porque ni los algoritmos más complejos entenderán el nudo en la garganta cuando abrazas a tu hijo».
Quizás ese sea el verdadero avance este año: dejar de verlas como máquinas para entenderlas como espejos. Espejos que, si miramos con cuidado, nos devuelven lo mejor – y lo más frágil – de nuestra humanidad.
MUNDO
Las «tierras raras», y el monopolio de China ante el mundo

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
La semana pasada, el grupo de los cuatro países llamados QUAD, integrado por Japón, India, Australia y Estados Unidos, al que también se ha unido Corea del Sur, se reunió para buscar medidas de independencia con respecto al monopolio de China en el mercado de los minerales llamados “REEs”, tierras raras en español.
El llamado QUAD fue impulsado allá por el 2007 por Enzo Abe, ex primer ministro de Japón, asesinado hace un par de años. Desde su creación ha sido un grupo más diplomático que otras cosas, con el fin de mantener la libre navegación en el Pacífico, en especial en la región del Océano Índico en donde China ha ido amenazando a sus vecinos.
China es, sin lugar a dudas, un ejemplo de cómo se llega al control mundial, mientras que las potencias occidentales se debatían entre pronombres y definiciones para dar nombres a deseos sexuales.
Durante la historia de la civilización, los minerales han sido pieza clave que permite a quien los controla poder de influencia para dominar a pueblos y naciones. Podemos hablar de oro, plata, cobre y hasta de la sal, todos básicos e imprescindibles. Unos caros, otros baratos, pero todos muy importantes. De acuerdo con la etapa en la que se encuentra cada civilización, es el uso de los minerales y la prioridad que le asignan.
Podemos hablar de la sal para poder preservar alimentos, purificar y como moneda de cambio, de la pólvora y el acero para las guerras contra armadas de bronce o hierro, del carbón y las mezclas de minerales para la revolución industrial, del petróleo y después del gas y la energía nuclear.
Todo es minerales y su debida transformación. Algunos países de manera activa han promovido la industrialización mineral, otros la consolidación de sus estrategias comerciales cuando no tienen esos minerales en sus propios países, pero las grandes potencias de la humanidad han podido consolidar la capacidad de extracción mineral, de proceso, de comercio interno y externo y de uso para generar artículos de valor agregado. No es una receta secreta sino una receta amarga. Es trabajar o apostarle al futuro. Lo han hecho todos los países y los empresarios más exitosos de la historia.
Pero entremos a hablar de los REEs. En realidad, no son tan “raras” sino que requieren de mucho trabajo mecánico y energético para su purificación. Se identifican a 17 minerales que son de este grupo mismos que son base para la tecnología moderna. China se dio cuenta que tenía estos minerales desde hace casi un siglo allá por 1927.
Así las cosas, China se puso a trabajar en lo que otros no querían hacer. Durante 70 años no pasó casi nada, pero en los 80´s ese gobierno empezó a dar incentivos fiscales a la producción y exportación de esos minerales, en los 90´s la declararon una industria estratégica y 2 años después ya eran el principal productor del mundo. En lograr de bajar la velocidad invirtieron más y presionaron a otros países a dejar sus propias industrias para ser clientes de China. Para el año 2000 ya eran el productor monopolio mundial lo que se ha mantenido.
Una vez que China dominó el mercado de esos minerales los ha utilizado -como todas las potencias lo harían- para presionar o premiar a amigos y enemigos. Un ejemplo nos lo da el pleito territorial del 2010 en el que China prohibió la exportación de esos minerales a Japón y así lo ha hecho con todos los países desarrollados con los que ha tenido diferencias incluido EUA en el 2019 y ahora en el 2025. Los bloqueos han durado poco, pero muestran que pueden generar falta de continuidad en cadenas de producción de industrias de todo tipo desde equipos de comunicaciones hasta la industria militar y energética.
EUA, Canadá, Japón, Corea y claro Europa sabían de estos minerales descubiertos hace casi 300 años, siendo el primero de los 17 en Suecia por el año 1787 y de ahí en otros lados. Pero los del G7 y sus aliados cayeron en la complacencia y dejaron a China el campo de desarrollo. Razones hay muchas, pero todas son excusas. El valor estratégico de estos minerales era sabido desde los años 50 del siglo pasado cuando se dieron cuenta que eran necesarios para las televisiones y algunos aparatos de comunicación.
Esos años coinciden con la fecha en la que China empezó a explotarlos de manera muy modesta, pero ya en los 70, cuando el mundo empezó a ser tecnificado, Occidente y el propio Japón no previeron nada. Fue China quien incentivó la inversión extranjera con la apertura a partir de la relación con Nixon, que también fue impulsada por Luis Echeverria.
Dejemos los 90 años de demora. Durante los últimos 50 años, Occidente siguió apostando a hacer todo en China, y los chinos de manera obvia y natural aprovecharon la ventaja. Ahora Occidente busca alternativas, como se ve con el QUAD -cuarteto- de países del Indo-Pacífico, pero lo mismo aplica para Europa, y habrá que ver qué representa esto para el resto de Asia.
Es fácil entender que las potencias utilizan sus armas para posicionarse; así lo hicieron los turcos con el comercio, los árabes con el petróleo, los estadounidenses con las armas y ahora los chinos con las tierras raras. Nada nuevo bajo el sol.
Lo único raro de los minerales “raros”, es que alguien quiera hacer el trabajo duro y constante para obtenerlos. Son tan comunes como el cobre en la corteza terrestre. México tiene detectadas millones de toneladas de esos minerales. Si Estados Unidos y Europa quieren, podemos ser socios estratégicos, incluso para la industria maquiladora, de electrónicos, o de autos, que tanto aman nuestros expertos en comercio desde Herminio Blanco hasta la fecha.
Como sugerencia y al margen de esta nota. Reitero mi modesta propuesta y solicitud al gobierno federal y a los de los estados para que detonen la industria de minería con valor agregado que tanto podría darnos. No es un tema de la 4T sino de décadas de abandono enfocadas en la industria de autos y de la maquila fronteriza que han llevado a que la Secretaría de Economía que se comió a la subsecretaria de minería durante el sexenio de Don C. Salinas, no tenga área para la promoción de la industria química de los minerales que abundan en nuestro país.
Para nuestro país las oportunidades son inmensas. La pregunta es: ¿queremos hacer el trabajo? EEUU lo hizo, China lo hizo, Japón lo hizo, ¿lo haremos nosotros o nuestros hijos? Ojalá lo vea en mi tiempo. Pero si no lo veo, es bueno recordar a los jóvenes que el mayor bien es nuestro esfuerzo propio.
El capital humano. Así, Israel es el principal productor de flores y China el de los REEs. Estados Unidos y sus habitantes se arriesgaron y han dado grandes tecnologías al mundo, lo mismo otros países antes y seguro otros después.
Arte y cultura
Franz Kafka, buscó el olvido y alcanzó la eternidad

Conciencia en la Cultura, por Luis Ignacio Arias //
El mejor amigo de Max Brod, como última voluntad, le pidió que al morir quemara todo lo que había escrito para que nadie pudiera leerlo y así evitar las burlas hacia él y su obra. Cuando el momento llegó Max Brod no cumplió, aunque fue la voluntad de su amigo, Max decidió que aquellos textos debían ser consumidos por el público y no por el fuego. Es así como 101 años después el mundo aun conoce el trabajo de Franz Kafka, uno de los autores más originales e influyentes de la literatura universal.
Franz Kafka murió a causa de la tuberculosis, el 3 de junio de 1924 en la ciudad de Kierling, Klosterneuburg, Austria, tenía 40 años. En vida publicó cuentos cortos y novelas, la más destacada “La metamorfosis”, donde un hombre despierta convertido en cucaracha e intenta afrontar los desafíos de su rutina diaria, pero las circunstancias le son adversas.
Declarado un clásico de la literatura universal, “La metamorfosis” es una muestra del ingenio y los temores de Kafka. Su personaje, de un día para otro, es un hombre incapaz de cumplir sus obligaciones y proveer a su familia, se convierte en un paria.
La figura de la cucaracha representa a toda aquella persona incapaz de cumplir o amoldarse a las exigencias que trajo consigo la Revolución Industrial: el trabajo especializado y la producción en masa, lo que para muchos comenzó la deshumanización laboral. Es así como cualquier persona, de un día para otro puede pasar a ser inútil, una carga para su familia, tan despreciada como una cucaracha.
Viena para finales del siglo diecinueve era parte del Imperio Austrohúngaro; formado por Austria, Hungría, República Checa, etc., el Imperio estaba saturado de funcionarios, reglas y jerarquías ineficientes. Viena ya era una ciudad industrial y moderna, aunque mezclada con estructuras feudales y burocráticas muy anticuadas. Barrios obreros crecieron rápidamente, con condiciones insalubres, hacinamiento y pobreza. Mientras tanto, el centro imperial brillaba con arquitectura monumental, creando una ciudad dividida entre esplendor y miseria. Miles de campesinos migraron a la ciudad buscando trabajo en fábricas textiles, metalúrgicas, ferrocarriles y construcción. La máquina reemplazó al artesano, lo que llevó a una profunda sensación de despersonalización.
Esta era la Viena en la que en 1833 nació Kafka, en la ciudad de Praga. Su familia pertenecía a la clase alta gracias a los buenos manejos del negocio textil de su padre, el gran villano de su vida. Obligado por él, Franz estudió derecho y posteriormente trabajó en tribunales civiles y penales y en compañías de seguros.
Ahí fue testigo de las compensaciones que se otorgaban a los obreros por accidentes de trabajo; la pérdida de dedos o extremidades era común, pero también las lesiones incapacitantes, las cuales privaban al trabajador de su fuerza de trabajo, como lo era el protagonista de La metamorfosis.
En 1922 recibió la jubilación anticipada a causa de la tuberculosis que padecía desde 1917 y que sería la causa de su muerte. Kafka dedicaba su tiempo libre a la escritura; publicó cuentos en diversas revistas, además de sus novelas: En la colonia penitenciaria, El fogonero, Un artista con hambre, etc. Pero no solo escribía para publicar, dejó varios diarios y mantenía una copiosa correspondencia, como era normal por la época.
Probablemente la más célebres de sus cartas fueron las dedicadas a su padre, Hermann Kafka, hombre duro y autoritario con el que su hijo nunca pudo tener una relación de afecto mutuo.
La historia cuenta que Franz había decidido casarse, Hermann no estaba de acuerdo con la boda de su hijo y él buscando un acercamiento con su padre le entrego a su madre, Julie Löwy, una carta de más de 100 páginas manuscritas muestra de la habilidad de Franz para la escritura, pero también de todas aquellas cosas que no se atrevía a decirle en persona a su padre, el cuál nunca supo de la existencia de la carta, pues su esposa nunca se la entregó, devolviéndosela a su hijo Franz.
Esta carta junto con otros escritos formó parte de todos los textos que Kafka quería que fueran quemadas a su muerte. Fue un hombre de carácter inseguro y ansioso, por lo que publicó una mínima parte de sus escritos y dejó la mayoría inconclusos.
Fue a Max Brod a quien confió borradores y adelantos de algunas de sus obras y fue a él a quien nombró albacea literario, en una carta le pide “Querido Max, mi última petición: todo lo que deje detrás de mí… en forma de diarios, manuscritos, cartas (propias y ajenas), bocetos, etc., debe ser quemado sin excepción y sin ser leído.” Para fortuna de la humanidad su deseo fue desoído.
Posterior a su muerte fueron publicados El proceso, El castillo y América, además de la ya citada Carta al padre, entre otros. Al no tener intenciones de publicarlas, las novelas se encuentra inconclusas, pero aun así son consideradas obras influyentes en la historia de la literatura. Las tres presentan los rasgos característicos de su obra: burocracia mecánica, temas industriales, fragmentación del sujeto, sistemas judiciales impersonales, trabajos despersonalizantes.
La palabra kafkiano se acuñó para abarcar todas las características del universo de Kafka, situaciones absurdas rayando en lo surrealista y atmósferas opresivas y adversas al individuo.
A pesar de las críticas y hacia el manejo de obra de Kafka por parte de Max Brod, es gracias a él que la obra se conservó y se difundió, ya que, con la invasión Nazi en Viena, Brod escapó del país llevándose la obra de Kafka.
Para ese tiempo sus padres ya habían muerto y sus hermanas murieron en los campos de concentración, por lo que la obra de Franz probablemente se habría perdido con ellas. De la misma forma en que otras grandes voces se apagaron en el silencio del anonimato, situación de lo más kafkiano posible.
-
Uncategorized6 años atrás
Precisa Arturo Zamora que no buscará dirigencia nacional del PRI
-
Beisbol5 años atrás
Taiwán marca camino al beisbol en tiempos del COVID-19: Reinicia partidos sin público
-
REPORTAJES6 años atrás
Pensiones VIP del Ipejal: Arnoldo Rubio Contreras, ejemplo del turbio, sucio e ilegal proceso de tabulación de pensiones
-
VIDEOS6 años atrás
Programas Integrales de Bienestar, desde Guadalajara, Jalisco
-
VIDEOS6 años atrás
Gira del presidente López Obrador por Jalisco: Apoyo a productores de leche en Encarnación de Díaz
-
OPINIÓN5 años atrás
¡Ciudado con los extremistas! De las necedades de FRENA y otros males peligrosos
-
VIDEOS6 años atrás
Video Columna «Metástasis»: Los escándalos del Ipejal
-
OPINIÓN4 años atrás
Amparo, la esperanza de las Escuelas de Tiempo Completo