OPINIÓN
La supremacía anglosajona se ve sacudida: Poco efectiva diatriba de Estados Unidos ante realidad económica

Economía Global, por Alberto Gómez-R. //
Luego de la pandemia del Covid-19 -un evento nunca antes vivido por la humanidad- y un conflicto bélico en Eurasia que implica la permanencia, aunque efímera, del supremacismo anglosajón (EE.UU. y el Reino Unido) o bien, la consolidación de la multipolaridad del poder mundial encabezada por Rusia y China con sus aliados, lo que al parecer acontecerá; como Roma, el imperio anglosajón está derrumbándose debido a su propia decadencia.
La dupla anglosajona, a través de su brazo armado en Europa, la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), intenta hacer valer su poderío ya en picada, obligando a sus 30 países miembros y a quienes pretenden adherirse a esa organización, a aceptar las condiciones que más favorezcan a EE.UU. y al Reino Unido en términos políticos, militares y económicos.
Sin embargo, aunque la más reciente reunión del Consejo General de la OTAN, celebrado en Madrid los días 29 y 30 de mayo, fue anunciada con bombo y platillo, cuya intención fue hacer ver al mundo el liderazgo estadounidense en Occidente y la fortaleza de la unión de los miembros de tal organismo, en realidad fue toda una farsa.
Los intentos de la administración Biden por revivir las glorias pasadas de la OTAN que dejó imborrables cicatrices en millones de personas por las guerras en las que intervino dicha organización (Kosovo, Serbia y Montenegro, Libia, Afganistán, Irak, Turquía…), generaron a sus promotores enormes ganancias económicas, además de importantes posicionamientos geoestratégicos; pero la visión que tiene de este organismo el anterior presidente de Estados Unidos, Donald Trump, una organización “obsoleta”, es la que ahora se evidencia.
A pesar de la gran bocanada de aire que la guerra ruso-ucraniana ha significado para la desahuciada OTAN, el efecto durará poco, ya que ninguno de los países miembros de la Organización, está en condiciones de seguir aportando al organismo al menos el 2% de su PIB (Producto Interno Bruto) -como lo especifican los compromisos de quienes la conforman- dada la frágil situación económica por la que atraviesa Occidente, en especial EE.UU. y Europa.
La guerra en Ucrania empeoró las perspectivas económicas mundiales. La inflación está marcando récords en la UE y el resto de países del mundo, sobre todo en cuanto a alimentos y precios de la energía. El panorama económico empeora al añadirse las consecuencias de las sanciones impuestas a Rusia y el incremento en los tipos de interés tanto en EE. UU., como del Banco Central Europeo, entre otros problemas económicos que provocan incertidumbre entre los inversores ante el temor de una recesión.
La directora general del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, admitió un escenario sombrío en los próximos meses y no descarta una recesión, algo que tampoco hace la OCDE. Sin embargo, las instituciones y ministros de finanzas europeos se muestran confiados en que se pueda evitar, siempre y cuando Rusia no corte por completo el suministro de gas a los ciudadanos europeos. (france24.com)
El Banco Central Europeo (BCE) ha subido los tipos de interés por primera vez en 11 años. Se une a varios otros bancos centrales para priorizar las preocupaciones sobre la inflación desbocada, impulsada, entre otros factores, por la invasión rusa de Ucrania, sobre los temores de sofocar el crecimiento.
El BCE elevó su tasa de depósito de referencia en 50 puntos básicos al 0 por ciento el jueves, a pesar de que durante semanas los mercados indicaron que esperaban un aumento de 25 puntos básicos. El banco, que engloba a los 19 países que usan el euro, también aumentó su principal tasa de refinanciamiento al 0,50 por ciento y prometió posibles aumentos de tasas adicionales tan pronto como en su próxima reunión el 8 de septiembre.
El aumento se produce cuando las predicciones de recesión en la eurozona han aumentado para finales de este año y el próximo, ya que las facturas de electricidad, combustible y gas han debilitado el poder adquisitivo de las empresas y las personas. Las economías de los países de la eurozona han estado particularmente expuestas a la guerra en Ucrania dada su amplia dependencia del petróleo y el gas natural rusos.
Las preocupaciones han ayudado a empujar al euro a un mínimo de 20 años frente al dólar estadounidense. Tras el movimiento del jueves, el euro ganó más de un 0,6 por ciento frente al dólar, superando los 1,02 dólares. (aljazeera.com)
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha declarado el sábado (23 de julio) que los tipos de interés subirán tanto como sea necesario para que la inflación vuelva al 2%.
«Estamos enviando un mensaje claro a las empresas, los empleados y los inversionistas: la inflación volverá a nuestro valor objetivo del 2 % en el medio plazo», ha hecho saber en un artículo de opinión para el conglomerado alemán Funke Mediengruppe.
Las medidas adoptadas hasta ahora, según Lagarde, «ya están teniendo un impacto en los tipos de interés en toda la zona del euro».
Lo cierto es que la población europea se siente acorralada, ya que los precios de los bienes no cesan de subir, el poder adquisitivo encogiéndose, y las deudas, soberanas e individuales, aumentando.
Al filo de una recesión económica en ciernes, los líderes adversarios de ambas partes (Occidente y Eurasia), Joe Biden y Vladimir Putin, están afanados en la búsqueda de apoyo para consolidar alianzas y con ello su peso en el juego del poder global.
En la primera gira del presidente Joe Biden a Medio Oriente, ha buscado reavivar alianzas estratégicas con países de la región, así como sumar fuerzas contra Rusia y China –aunque no lo manifieste abiertamente- e intentando incrementar los volúmenes de petróleo disponibles en el mercado internacional, y para ello, el ocupante de la Casa Blanca se ha tenido que tragar sus palabras, y verse obligado a agachar la cabeza.
Bastaron menos de 24 horas en Arabia Saudita para que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, empañara su imagen de férreo defensor de los derechos humanos que ha intentado labrarse durante mucho tiempo.
La vida de cualquier político está salpicada de promesas de campaña que acaba incumpliendo, y para Biden esa lista incluye ahora la hecha en 2019 de tratar a Arabia Saudita como «paria» por su historial en materia de derechos humanos.
El presidente estadounidense publicó una columna en el Post en la que explicaba sus motivos para realizar el viaje, diciendo que quería «reforzar una asociación estratégica», e insistió en que «las libertades fundamentales siempre están en la agenda cuando viajo al extranjero». (Reuters)
Sin embargo, Biden fue duramente criticado por la prensa internacional al reunirse con el príncipe heredero saudí Mohamed bin Salmán, a quien los servicios de inteligencia de Estados Unidos señalan como el responsable del asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
Más allá de los derechos humanos, Biden justificó que su viaje estaba destinado a «promover los intereses de Estados Unidos», una probable alusión a la necesidad de impulsar una mayor producción de petróleo del mayor exportador de petróleo del mundo, ya que el aumento de los precios de la gasolina está perjudicando las perspectivas de su partido antes de las elecciones de mitad de mandato de noviembre, cuyo resultado definirá, al menos en teoría, el direccionamiento de las acciones de Washington en el actual contexto, si retirarse de una batalla poco factible de ganar, o bien adaptarse a los nuevos cambios globales y poner la casa en orden. Lo segundo es muy poco probable que suceda.
MUNDO
Musk, el gran perdedor en su choque con Trump

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El enfrentamiento entre Elon Musk y Donald Trump, dos titanes que pasaron de aliados a fieros adversarios, revela una lucha de poder con profundas implicaciones. Musk emerge como el principal perdedor, con daños a su reputación, empresas y capital político, mientras Trump consolida su autoridad y avanza su agenda.
Este choque, más allá de una disputa personal, refleja tensiones entre nacionalismo y globalismo, errores estratégicos de Musk y desafíos para países como México en un contexto de políticas proteccionistas.
Musk cometió un error al integrarse al gobierno de Trump, asumiendo que su riqueza, influencia mediática y popularidad en redes le otorgarían un rol protagónico en Washington. Subestimó la dinámica política estadounidense, donde el poder reside en cargos electos, no en asesores externos. Su visión globalista y tecnocrática chocó con el nacionalismo de Trump, especialmente en temas como aranceles y gasto público, generando fricciones con figuras clave de la administración, como Peter Navarro y Howard Lutnick.
La incursión política de Musk tuvo un costo elevado para sus empresas, particularmente Tesla. Las acciones de la compañía se desplomaron, con pérdidas estimadas en 9,000 millones de dólares en valor de mercado, tras la controversia con Trump. Esta caída, junto con las críticas a su gestión, refleja una pérdida de confianza de los inversores, quienes percibieron que Musk priorizó ambiciones políticas sobre la innovación tecnológica. La estabilidad de Tesla y su futuro están ahora en entredicho, evidenciando el impacto desastroso de esta aventura.
El choque entre Musk y Trump también fue una batalla de egos. Musk, acostumbrado a liderar, no estaba preparado para un rol subordinado en una administración que exige lealtad absoluta a Trump. La ruptura era previsible: dos personalidades dominantes compitiendo por controlar la narrativa política en un momento de reacomodo del orden global. Musk buscó influir en políticas que beneficiarían a Tesla y SpaceX, como desregulación y contratos federales, pero subestimó el costo reputacional y financiero de alinearse con Trump.
En un contexto geopolítico, la agenda proteccionista de Trump, que prioriza la economía estadounidense frente a competidores como China, chocó con la visión globalista de Musk, defensor del libre comercio.
Este desacuerdo refleja tensiones más amplias entre nacionalismo económico y globalización, con implicaciones para México. Los aranceles propuestos por Trump podrían imponer nuevas barreras comerciales, afectando la economía mexicana, que depende de su relación con Estados Unidos. México debe prepararse para negociar con una administración fortalecida tras neutralizar a Musk.
Musk podría argumentar que su incursión política buscaba beneficiar a sus empresas a largo plazo, consolidando su imagen entre los círculos conservadores que apoyan su discurso de libre mercado. Sin embargo, los resultados inmediatos muestran un fracaso: no logró influir en las políticas clave y sacrificó la estabilidad de sus compañías. Su falta de experiencia en el ámbito público lo hizo vulnerable a los juegos de poder de Washington, una lección que otros empresarios han aprendido a un costo similar.
Para recuperar su posición, Musk debe enfocarse en restaurar la confianza en Tesla y sus otras empresas, evitando futuras incursiones políticas mal calculadas. Su reputación como innovador está en riesgo, y la percepción de oportunismo político podría alejar a inversores y consumidores. Mientras tanto, Trump sale fortalecido, manteniendo el control de su administración y demostrando que, en la política estadounidense, el poder electoral supera a la influencia mediática o económica.
El caso de Musk es un recordatorio de que el poder económico no siempre se traduce en poder político. Su intento de influir en Washington, sin comprender las dinámicas de poder, resultó en un revés significativo.
México y América Latina, por su parte, enfrentan el desafío de adaptarse a un entorno de políticas proteccionistas, donde la fortaleza de Trump podría complicar las relaciones comerciales. La lección es clara: en los juegos del poder, la estrategia y la preparación son tan cruciales como la ambición.
P.D. Tras su ruptura el 5 de junio de 2025, Musk acusó a Trump en X de aparecer en los archivos de Epstein, sin pruebas. Trump lo llamó “loco” en Truth Social, amenazando con cancelar contratos del gobierno estadounidense con Musk. Tesla perdió 150 mil millones de dólares. Musk reclamó la victoria electoral de Trump en 2024; Trump lo acusó de ingratitud, marcando un quiebre definitivo.
Beisbol
Julio Urías y el sueño guinda: ¿Un regreso triunfal a Tomateros?

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Es posible que en octubre veamos a Julio Urías, el talentoso pitcher mexicano, lanzar con los Tomateros de Culiacán en la Liga Arco Mexicana del Pacífico? ¿O es solo un anhelo de los aficionados que soñamos con ver al monticulista sinaloense retomar su carrera tras la sanción impuesta por la MLB, que concluirá el 17 de julio de 2025, después del Juego de Estrellas?
La afición guinda, reconocida como una de las más apasionadas de México, vibraría con el regreso de su hijo pródigo al montículo. Urías podría encabezar un roster estelar junto a ex grandes ligas como el relevista Víctor González y el poderoso Joey Meneses, formando un equipo competitivo que elevaría el espectáculo de la Liga Arco y atraería a más aficionados al estadio.
A sus 28 años, Julio Urías sigue siendo un talento excepcional. Su recta, que supera las 97 millas por hora, y su variado repertorio de pitcheos lo consolidaron como una pieza clave en la Serie Mundial de 2020 con los Dodgers de Los Ángeles. Sin embargo, su carrera se vio opacada por un caso de violencia doméstica que derivó en cinco cargos menores en Los Ángeles. Aunque la Fiscalía del Condado no presentó cargos graves, Urías se declaró no culpable a uno de los delitos, mientras que los otros cuatro fueron desestimados tras aceptar un programa de tratamiento de un año.
La MLB, tras su investigación, determinó que Urías violó la Política Conjunta de Violencia Doméstica, Agresión Sexual y Abuso Infantil, imponiéndole una suspensión que finalizará a mitad de la temporada 2025. Aunque esto le permitirá recuperar su elegibilidad, el estigma y el «pacto no escrito» entre los dueños de equipos de Grandes Ligas podrían complicar su retorno al béisbol estadounidense.
Aquí es donde surge la posibilidad de verlo en la Liga Arco con los Tomateros, el equipo de sus amores desde niño. Vestir el uniforme guinda en Culiacán, su ciudad natal, sería más que un regreso al béisbol: sería una oportunidad para reconectar con sus raíces, donde brilló en categorías infantiles y juveniles antes de ser firmado por los Dodgers a los 16 años.
La afición culichi, conocida por su lealtad, recibiría a Urías con los brazos abiertos, ofreciéndole el apoyo que necesita tras los momentos difíciles. Este retorno cumpliría un sueño que el propio pitcher expresó en 2021: jugar con el equipo de su tierra. Más allá de lo deportivo, sería un capítulo de redención personal, un mensaje de que los errores no definen el futuro de un talento generacional.
Si Urías demuestra un cambio genuino y compromiso, su incorporación a los Tomateros no solo revitalizaría su carrera, sino que también inspiraría a peloteros y aficionados, mostrando que la perseverancia puede superar los tropiezos. Su llegada sería un hito para la Liga Arco, un impulso para el béisbol mexicano y una narrativa de superación que combina datos, pasión y emoción.
Aunque no hay certeza de que Urías juegue con los Tomateros, la posibilidad existe. Todo dependerá de si un equipo de MLB lo contrata tras el fin de su sanción o si decide regresar a casa para escribir un nuevo capítulo en su historia. La pelota está en el aire, y los aficionados guindas ya sueñan con verla cruzar el plato.
MUNDO
El rompimiento de Musk con Trump

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El quiebre se anticipaba, lo que muchos preveían ocurrió antes de lo esperado: la ruptura entre el magnate Elon Musk y el presidente Donald Trump. Musk, quien había apoyado fervientemente a Trump durante su reelección en 2024 y fue nombrado jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), anunció su separación del gobierno trumpista, frustrado por políticas que calificó de “absurdas” y decepcionantes.
Críticas contundentes a la política fiscal
El 3 de junio de 2025, Musk arremetió en la plataforma X contra la ley “One Big Beautiful Bill Act”, aprobada por la Cámara de Representantes, que incluye recortes de impuestos por billones de dólares y un aumento en el gasto de defensa. La describió como una “abominación repugnante”, advirtiendo que incrementará el déficit presupuestario en $600 mil millones para el próximo año fiscal, según señaló en CBS News.
Musk, quien logró ahorros estimados en $175 mil millones a través de DOGE, criticó que el proyecto contradice sus esfuerzos de austeridad, alertando que “este nivel de gasto excesivo llevará a Estados Unidos a la esclavitud de la deuda”, con un déficit proyectado de más de $2 billones anuales y un 25% de los ingresos gubernamentales destinados a intereses.
Tensiones económicas y políticas
Análisis independientes de la Oficina Presupuestaria del Congreso respaldan las preocupaciones de Musk, estimando que la ley podría elevar el déficit entre $2.3 y $3.8 billones en una década, aunque cuestionan la efectividad de las cifras de DOGE por inconsistencias. Además, la eliminación de incentivos para vehículos eléctricos en el proyecto afecta directamente a Tesla, lo que podría influir en la postura de Musk, cuya empresa ya enfrenta protestas y caídas en ventas por su asociación con Trump.
Mientras tanto, Trump defiende los recortes fiscales, aunque reconoce aspectos mejorables, y su administración, a través de Stephen Miller, niega que la ley agrave el déficit, contradiciendo los análisis.
Un rompimiento con repercusiones
La ruptura no solo refleja diferencias ideológicas sobre el gasto público, sino también tensiones comerciales, como los aranceles que Musk ya había criticado por su impacto en Tesla. Aunque Trump no ha confrontado directamente a Musk, la influencia del magnate podría complicar el avance de la ley en el Senado, donde enfrenta resistencia de republicanos fiscalmente conservadores.
Este quiebre evidencia las complejidades de una relación marcada por intereses económicos y políticos en conflicto, dejando un escenario incierto para ambos.
Un futuro incierto en el tablero del poder
El rompimiento entre Elon Musk y Donald Trump no solo sacude la política fiscal estadounidense, sino que también podría redefinir alianzas en el escenario global. La salida de Musk del gobierno trumpista, junto con su capacidad para influir en la opinión pública y en el Senado, amenaza con frenar la ambiciosa «One Big Beautiful Bill Act», mientras las tensiones comerciales y los intereses de Tesla agravan el distanciamiento.
Este quiebre podría debilitar la cohesión del bloque republicano, afectar la credibilidad de Trump en temas económicos y abrir un nuevo capítulo de incertidumbre, donde la voz de Musk, aún poderosa, podría moldear el rumbo de Estados Unidos en un momento crítico.
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