Beisbol
Las sorpresas del beisbol: Final inesperada entre Venados y Tomateros

Vuelacercas, por Salvador Cosío Gaona //
En una final inesperada, y contra todos los pronósticos, Tomateros de Culiacán y Venados de Mazatlán, en lo que se considera ya un clásico sinaloense, se encuentran inmersos en fragorosa batalla por el título de la campaña 2019-2020 de la Liga Mexicana del Pacífico, tras dejar fuera de la competencia en la etapa de semifinales a Cañeros de Los Mochis y los favoritos Yaquis de Ciudad Obregón, de manera respectiva.
De sorpresa en sorpresa nos ha conducido esta postemporada, comenzando por la inesperada eliminación de los Charros de Jalisco en la primera ronda de Playoffs a manos de Cañeros de Los Mochis, considerando que los caporales jaliscienses se habían mostrado con mayor empaque que los mochitecos durante el desahogo de las dos fases del calendario ordinario, habiendo culminado en mejor posición que los del norte de Sinaloa en ambas rondas del certamen colocados, además en mejor posición en el standing global por la suma total de los puntos obtenidos y la mayor cantidad de triunfos que los llamados “verdes por siempre”, que pese a un virtual menor nivel de fortaleza de su roster supieron alzarse exitosos con el boleto a la Semifinal para enfrentar a los Tomateros de Culiacán.
En cuartos de final quedaron en el camino además de Charros, Sultanes de Monterrey, Águilas de Mexicali y Naranjeros de Hermosillo, siendo tres equipos de Sinaloa los que lograron avanzar a las Semifinales; Venados de Mazatlán a quien le tocó enfrentar al conjunto que llegaba con etiqueta de favorito, los Yaquis de la tribu de la antigua Cajeme, mientras que Tomateros de Culiacán y Cañeros de Los Mochis se enfrentaría entre sí.
Ambas semifinales fueron marcadas por el dramatismo, los grandes lances, y el beisbol de estupenda calidad, así como de alguna u otra forma una sobresaliente competencia entre las novenas que se midieron en esta fase del certamen. Pero tal como se mencionó podría ocurrir, en el marco de esa altísima disputa en ambos frentes de batalla los Venados mazatlecos dieron la sorpresa al imponerse en extra innings por la mínima diferencia blanqueando por una carrera a cero a los Yaquis que como ya mencionaba, llegaron a los playoffs como candidatos naturales al título después de la estupenda campaña que culminaron siendo primer lugar de la tabla general de posiciones en la primera y la segunda vuelta y además imponiendo nuevo récord de victorias con 44. Los de Obregón llegaron pisando fuerte a la postemporada, primero venciendo en la primera ronda de cuartos de final a las águilas de Mexicali, y posteriormente, en la semifinal, habiéndose colocado 3 juegos a 1 a punto de obtener el triunfo y el boleto a la fiesta grande para finalmente haber sido doblegados por los Venados que vinieron de atrás para vencerlos ganándoles en patio ajeno.
En tanto, en el otro frente en reñida competencia también Tomateros de Culiacán se alzó con el triunfo frente a Cañeros de Los Mochis quienes aún contando con los servicios del mejor pitcher abridor en la ronda regular que lo fue Yoanis Quiala, así como la gran colaboración del ligamayorista de los medias rojas de Boston, Héctor Velázquez Aguilar, que como recordamos llegó a los Cañeros como refuerzo para los juegos de Playoff proveniente de Mayos de Navojoa, al final cayeron vencidos en el séptimo juego en una serie que igualmente estuvo envuelta en dramatismo y buen béisbol.
De esta manera los Tomateros llegaron a la Serie Final como favoritos dada la consistencia de su estructura, con un roster plagado de peloteros con una gran experiencia desempeñándose en el beisbol invernal mexicano, con presencia en el circuito estival y participación en otros países, sin contar que lleva ya algunos años con la mayoría de sus integrantes jugando juntos, además por haber culminado en mejor ubicación en las dos fases del calendario regular, y por haber despachado en la Semifinal con menos dificultad de lo que se esperaba a Cañeros de Los Mochis.
LOS TRIUNFOS DE VENADOS
En tanto, Venados de Mazatlán, pese a haber arribado a la Postemporada en una posición no muy cómoda entre los ocho finalistas, su participación en Cuartos de Final y Semifinales le valieron estar colocados con todo merecimiento en la Final por el título dejando en el camino a Naranjeros de Hermosillo, sin contar que sufrió para lograr la hazaña de imponerse nada menos que al mejor equipo de la temporada, los Yaquis de Ciudad Obregón.
Una vez definida la inesperada Serie Final que colocó frente a frente a Venados y Tomateros, se puso en marcha esta etapa definitoria de la que resultará el nuevo campeón de la LMP una vez que Charros quedó fuera de la competencia en su intento de retener la corona.
En los dos primeros juegos celebrados en territorio culichi, el equipo de Tomateros hizo buenos los pronósticos al obtener sendas victorias en casa frente a su fanaticada, para luego pagar la visita en el puerto donde de igual forma los Venados hicieron valer la localía y se impusieron en el tercer juego de la serie con pizarra de siete carreras a cero, en lo que fue el primero de los tres cotejos programados a llevar acabo en tierras mazatlecas.
Si bien los Venados alcanzaron una blanqueada holgada en el tercer juego de la serie, se puede decir que sufrieron de más en los dos primeros cotejos celebrados en el Nuevo estadio de Culiacán, sobre todo porque después de eliminar a Yaquis se pensaba que podrían llegar embalados y con el ánimo por todo lo alto para esta gran serie pero ha tenido que ir contra corriente y será interesante ver de que están hechos en los subsecuentes juegos de esta última etapa del campeonato.
Es claro que los dos conjuntos mostraron capacidad y empaque para ser finalistas y a la vez para alzarse como triunfadores de este año con la corona de campeón y todo ha estado dependiendo de factores como estrategia, administración del staff de pitcheo, fortaleza mental y física, así como audacia y capacidad para jugar bien por parte de los beisbolistas participantes sin dejar de lado el factor suerte que debe acompañar a los peloteros.
Ha quedado claro que el beisbol como tal es así, un deporte en el que nunca está todo escrito o todo puede suceder; una súper estrella puede fracasar inexorablemente o alguien etiquetado como bisoño generar un éxito inusitado, e igual ocurre a managers con una gran prosapia pueden equivocarse como si fueran noveles y otros que no tienen tanta trayectoria pueden marchar hacia adelante y llevar a su equipo a la victoria en base a genialidades.
De la forma como se ha venido jugando el beisbol en la Postemporada en la LMP queda claro que tiene la calidad para aspirar al mejor lugar en la escena mundial. Ya se ha dicho que México está hoy colocado un peldaño más que antaño habiendo pasado del sexto al quinto sitio por los resultados hasta ahora alcanzados en los diversos torneos, como el pasado Premier 12 del que México emergió como uno de los seis escuadrones que tendrán espacio en los Juegos Olímpicos a jugarse en Tokio en julio de este año. Las apasionadas batallas con excelentes lances a la defensiva tanto en el cuadro como en los jardines, joyas de pitcheo de abridores y relevistas, y grandes batazos, significan la consolidación del beisbol mexicano sobre todo el invernal como uno de los mejores del orbe.
SINALOA TENDRÁ UN NUEVO CAMPEÓN
Ya veremos cómo termina esta gran Serie Final que a la distancia estamos presenciado toda vez que tristemente los Charros de Jalisco no pudieron seguir la ruta para alcanzar el anhelado bicampeonato y tendremos que esperar la próxima temporada para apoyarlos y acompañarlos en conseguir la hazaña.
Será Sinaloa quien tendrá un nuevo campeón y solo falta ver qué escuadrón cuenta con los mejores elementos y el factor suerte de entre Venados y Tomateros para ceñirse la corona.
E-mail: opinión.salcosga@hotmail.com
Twitter: @salvadorcosio1
Beisbol
Charros en ascenso: Pitcheo y racha ganadora

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
A mitad de la temporada 2025 de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB), con 47 de los 90 juegos del rol regular disputados hasta el sábado 14 de junio, los Charros de Jalisco han encendido las alarmas con una racha ganadora que los reposiciona en la Zona Norte.
Tras vencer en siete de sus últimos ocho encuentros, incluyendo seis triunfos consecutivos, el equipo jalisciense muestra señales de recuperación tras un bache que amenazó con descarrilar su campaña. ¿Qué impulsa este resurgimiento y qué perspectivas tienen los Caporales en la pelea por los playoffs? Para responder, consulté a dos figuras clave: Luis Alberto González, director general, y Juan Carlos González Iñigo, asesor del equipo.
El pitcheo, que representa al menos el 70% del éxito en el béisbol, ha sido el talón de Aquiles no solo de los Charros, sino de varios equipos de la LMB. La salida del abridor estelar Bryce Conley, fichado por los Nacionales de Washington tras un arranque dominante, dejó un hueco en la rotación. “Su partida nos obligó a improvisar, aunque lo anticipábamos”, reconoce Luis Alberto González.
Los abridores iniciales, tanto mexicanos como extranjeros, no rindieron como se esperaba, forzando ajustes en el bullpen. En las últimas tres semanas, Charros reforzó su cuerpo de relevistas con incorporaciones como Henry Mejía, José Fernández y Alex Bustamante, despidiendo a pitchers como Vidal Nuño, Jonathan Aro y Esteban Haro. “Ahora tenemos un bullen más confiable, clave en una liga donde un juego puede requerir hasta diez relevistas”, subraya González.
Juan Carlos González Iñigo, por su parte, destaca el potente bateo del equipo, pero coincide en que el pitcheo es la preocupación central. “La pelota está más viva y volátil esta temporada, y la altitud de estadios como el Panamericano en Guadalajara, Aguascalientes o Querétaro amplifica los batazos”, explica.
La rotación sufrió tras la salida de Conley, y pitchers como el cubano Elian Leyva y Jeremy Rhoades fueron dados de baja por bajo rendimiento, sustituidos por Pavel Hernández y Dovydas Neverauskas. Sin embargo, los mexicanos Eduardo Vera, Luis Payán y el puertorriqueño Dereck Rodríguez han mostrado mayor adaptación a las condiciones del Panamericano. “Los pitchers mexicanos se adecúan mejor por su experiencia en estas alturas”, afirma González Iñigo, citando al ex ganador del Cy Young norteamericano Trevor Bauer como ejemplo de versatilidad e inteligencia, una cualidad escasa pero vital.
La esperanza también recae en el regreso de Luis Iván Rodríguez, esperado tras el Juego de Estrellas en julio, para fortalecer la rotación junto a Vera y Payán. “Con un cuerpo de diez relevistas sólidos y abridores consistentes, somos más competitivos”, asegura Luis Alberto González. Esta reestructuración llega en un momento crucial, pues la LMB es una liga impredecible donde las rachas no garantizan el éxito en playoffs.
Hace apenas unas semanas, los Charros parecían hundirse luego de tres series perdedoras, pero su reciente racha los coloca a 4.5 juegos del líder en la Zona Norte, donde Tecolotes, Algodoneros, Sultanes, Toros y Acereros libran una cerrada batalla por la supremacía, con solo 3.5 juegos de diferencia entre el primero y el cuarto.
La clave para los Charros será mantener la consistencia en el montículo y capitalizar su bateo explosivo, que ha sido un pilar en esta campaña. Los ajustes a mitad de temporada, aunque arriesgados, parecen rendir frutos, posicionando al equipo no solo para asegurar un boleto a los playoffs, sino para competir de tú a tú con potencias como Sultanes, Toros o Acereros, que combinan experiencia y profundidad en sus rosters.
Si el bullpen sigue consolidándose y los abridores mexicanos mantienen su nivel, los Caporales podrían escalar hasta la cima de la Zona Norte antes del cierre del rol regular. Por ahora, la racha ganadora en el Panamericano, frente a rivales como Leones de Yucatán, es una señal alentadora de que los Charros están encontrando su ritmo justo a tiempo.
Beisbol
La hazaña para la historia de Ronnie Camacho: 27 jonrones hace 62 años en la Liga del Pacífico

Por Gabriel Ibarra Bourjac //
El sol se alzaba implacable sobre Empalme, Sonora, aquel febrero de 1963, tiñendo de dorado las calles polvorientas que conducían al estadio de los Rieleros. Ronaldo “Ronnie” Camacho, el “roperón de Empalme”, caminaba hacia el diamante con el peso de su pueblo sobre los hombros.
En su mirada se mezclaban la determinación y el nerviosismo: sabía que la penúltima serie del rol regular en la Liga Mexicana del Pacífico sería su prueba de fuego.
Los Naranjeros de Hermosillo, líderes de la liga, llegaban a retarlo, y con ellos, dos titanes del bateo, Héctor Espino, el “Supermán de Chihuahua”, y Saúl Villegas. Ronnie cargaba 24 jonrones; Espino y Villegas, empatados con 23, acechaban su corona. El aire vibraba con la expectativa de 15 mil fanáticos que abarrotaban las gradas, ansiosos por presenciar una batalla que pasaría a la historia.
Desde el primer juego, el estadio se convirtió en un caldero de emociones. Ronnie, con su bat al hombro, sentía cada mirada mientras se paraba en la caja de bateo. El pitcher de los Naranjeros lanzó una recta alta, y el sonido del impacto resonó como un trueno: jonrón 25. La multitud estalló en un rugido que hizo temblar las gradas de madera.
Al día siguiente, en el segundo juego, otro cuadrangular surcó el cielo, el 26, y la afición ya soñaba con la gloria. Pero fue en el cuarto y último juego de la serie cuando Ronnie selló su leyenda. Con un swing poderoso, la bola voló más allá de las bardas, marcando su jonrón 27. El récord estaba hecho, y Empalme se rindió a sus pies. Ese récord, implantado hace 61 años, sigue intacto, solo igualado por Bob Darwin en 1971-1972 con Hermosillo.
El sonido que nunca se olvida
Días atrás, sentado frente a mí en una tarde cálida de junio de 2025, le pregunté a Ronnie cuál de esos jonrones había gozado más. Sus ojos, cargados de nostalgia, se iluminaron mientras respondía: “Nada es más hermoso que escuchar el sonido del impacto del bat con la bola y verla viajar arriba de las bardas”. Su voz temblaba al recordar aquel invierno del 63, cuando en su tierra natal, con los Rieleros, superó a Espino y Villegas para conquistar la corona de jonrones. “Fue una emoción inmensa”, añadió, “sentir que no le fallé a mi gente”.
Ronnie, junto a Espino, fue uno de los bateadores más temidos de México, un bombardero que acumuló 457 jonrones en su carrera: 317 en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) y 140 en la del Pacífico, un poder que aún resuena en la memoria colectiva.
Una vida dedicada al diamante
Ronnie Camacho nació el 26 de octubre de 1935 en Empalme, un pueblo ferroviario de Sonora donde el béisbol era más que un deporte: era un rito. A los 17 años, en 1953, debutó con Fresno en la Liga de California, sucursal de los Cardenales de San Luis, siendo el más joven del equipo. En 1958, ya con los Rieleros, ganó la triple corona de bateo en la Liga Invernal de Sonora, preludio de lo que sería su gloriosa carrera.
Durante más de 20 años y 2,200 juegos, Ronnie brilló en México y Estados Unidos, jugando para equipos como Águilas de Mexicali, Tecolotes de Nuevo Laredo y Pericos de Puebla, hasta su retiro en 1975 con Aguascalientes. En 1983, su nombre ingresó al Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México, un reconocimiento a su legado inmortal.
Un homenaje que une pasiones
El eco de sus hazañas llegó hasta Guadalajara, donde tuve el privilegio de rendirle homenaje en el Palacio Municipal, durante el último año de la administración de Enrique Alfaro, con Enrique Ibarra como alcalde interino.
Como relató Diego Morales Heredia en Conciencia Pública, destaqué a Ronnie como un ícono mexicano, un ejemplo de profesionalismo y entrega que inspira a la juventud. “Cuando hay talento, pasión y vocación, se puede lograr”, dije, emocionado, mientras recordaba mis inicios en el periodismo, nacidos de mi amor por el béisbol.
Rodeado de la peña beisbolera más apasionada del occidente, con 150 miembros, celebramos a este sonorense que encarna la grandeza del rey de los deportes. Su récord de 27 jonrones en la Liga del Pacífico, y los 39 en la LMB, lo convierten en el protagonista de las mayores proezas cuadrangulares del béisbol mexicano, un legado que sigue motivando a generaciones.
Un faro para los nuevos peloteros
Ronnie Camacho no es solo un nombre en los libros de récords; es un faro para las nuevas generaciones de peloteros que sueñan con el éxito. Su historia enseña que el talento, forjado con disciplina y amor por el juego, puede romper barreras y conquistar hazañas eternas.
En cada swing de un joven bateador, en cada grito de la afición, resuena el eco de aquellos 27 jonrones de 1963, un recordatorio de que, con pasión y entrega, el diamante siempre recompensa a quienes lo honran. Ronnie, el “roperón de Empalme”, sigue siendo la chispa que inspira a los futuros campeones del béisbol mexicano.
Beisbol
Julio Urías y el sueño guinda: ¿Un regreso triunfal a Tomateros?

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Es posible que en octubre veamos a Julio Urías, el talentoso pitcher mexicano, lanzar con los Tomateros de Culiacán en la Liga Arco Mexicana del Pacífico? ¿O es solo un anhelo de los aficionados que soñamos con ver al monticulista sinaloense retomar su carrera tras la sanción impuesta por la MLB, que concluirá el 17 de julio de 2025, después del Juego de Estrellas?
La afición guinda, reconocida como una de las más apasionadas de México, vibraría con el regreso de su hijo pródigo al montículo. Urías podría encabezar un roster estelar junto a ex grandes ligas como el relevista Víctor González y el poderoso Joey Meneses, formando un equipo competitivo que elevaría el espectáculo de la Liga Arco y atraería a más aficionados al estadio.
A sus 28 años, Julio Urías sigue siendo un talento excepcional. Su recta, que supera las 97 millas por hora, y su variado repertorio de pitcheos lo consolidaron como una pieza clave en la Serie Mundial de 2020 con los Dodgers de Los Ángeles. Sin embargo, su carrera se vio opacada por un caso de violencia doméstica que derivó en cinco cargos menores en Los Ángeles. Aunque la Fiscalía del Condado no presentó cargos graves, Urías se declaró no culpable a uno de los delitos, mientras que los otros cuatro fueron desestimados tras aceptar un programa de tratamiento de un año.
La MLB, tras su investigación, determinó que Urías violó la Política Conjunta de Violencia Doméstica, Agresión Sexual y Abuso Infantil, imponiéndole una suspensión que finalizará a mitad de la temporada 2025. Aunque esto le permitirá recuperar su elegibilidad, el estigma y el «pacto no escrito» entre los dueños de equipos de Grandes Ligas podrían complicar su retorno al béisbol estadounidense.
Aquí es donde surge la posibilidad de verlo en la Liga Arco con los Tomateros, el equipo de sus amores desde niño. Vestir el uniforme guinda en Culiacán, su ciudad natal, sería más que un regreso al béisbol: sería una oportunidad para reconectar con sus raíces, donde brilló en categorías infantiles y juveniles antes de ser firmado por los Dodgers a los 16 años.
La afición culichi, conocida por su lealtad, recibiría a Urías con los brazos abiertos, ofreciéndole el apoyo que necesita tras los momentos difíciles. Este retorno cumpliría un sueño que el propio pitcher expresó en 2021: jugar con el equipo de su tierra. Más allá de lo deportivo, sería un capítulo de redención personal, un mensaje de que los errores no definen el futuro de un talento generacional.
Si Urías demuestra un cambio genuino y compromiso, su incorporación a los Tomateros no solo revitalizaría su carrera, sino que también inspiraría a peloteros y aficionados, mostrando que la perseverancia puede superar los tropiezos. Su llegada sería un hito para la Liga Arco, un impulso para el béisbol mexicano y una narrativa de superación que combina datos, pasión y emoción.
Aunque no hay certeza de que Urías juegue con los Tomateros, la posibilidad existe. Todo dependerá de si un equipo de MLB lo contrata tras el fin de su sanción o si decide regresar a casa para escribir un nuevo capítulo en su historia. La pelota está en el aire, y los aficionados guindas ya sueñan con verla cruzar el plato.
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