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Las visiones de Elon Musk y Klaus Schwab: Cumbre de la gobernanza mundial 2023, «serán los nuevos amos del mundo»

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Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

Cuando uno lee sobre las ideas, circunstancias, programas o estrategias que dieron forma a los imperios de antaño, uno busca textos digitalizados o no, de testigos que narraron lo que los poderosos, los influyentes y el pueblo decían o hacían y de vez en cuando nos encontramos con documentos en piedra, en cuero o en papel que de primera mano nos muestran lo que los líderes de la época pensaban.

En este orden de ideas me siento profundamente emocionado de poder ser parte de esta generación que tiene acceso a las ideas de la revolución multidimensional que estamos viviendo, incluyendo la llamada cuarta revolución industrial.

De verdad me gustaría que los políticos, los empresarios, los estudiantes, los periodistas y en general todos los que desean saber cómo estamos viviendo esta revolución y cómo podemos participar en ella de manera activa y más consciente pudieran darse un par de horas para ver los videos de las siete reuniones anteriores de la llamada cumbre de gobernanza que este año en particular nos permitió dar un vistazo no solo a temas sociales, políticos, económicos y tecnológicos sino que dejó ver de manera clara dos posturas totalmente antagónicas de lo que puede ser el futuro del mundo utilizando las mismas herramientas del presente y del futuro inmediato como lo son las energías renovables, la tecnología espacial, la inteligencia artificial, las plataformas de social media y la biología sintética o artificial. En especial las ponencias de Elon Musk y de Klaus Schwab fundador y presidente del Foro Económico Mundial, que nos servirán este día como guías de discusión y contraste.

El World Governance Summit o WGS por sus siglas en inglés, es una organización creada por el sultán de Dubái y los Emiratos Árabes Unidos para intercambiar ideas y acercar a los principales líderes económicos y políticos del mundo al Oriente Medio y viceversa.

Este evento que se ha venido desarrollando como una versión más relajada y creo yo mucho más práctica que el Foro Económico Mundial, tuvo un giro inesperado el pasado fin de semana cuando durante las presentaciones de Klaus Schwab y de Elon Musk escuchamos dos posturas totalmente antagónicas y que de ser escuchadas con atención nos dicen lo que antes solo podíamos escuchar en privado o leer en columnas de personas que después eran tachadas de “conspiracionistas”.

La reunión del WGS se realizó en Dubái del 13 al 15 de febrero, en la misma hubo eventos paralelos de la OMS, la UNESCO, la ONU, el FMI, la NASA, la OPEP, la OMC, la OCDE y del Consejo del Atlántico que es como una ONG de políticos y empresarios norteamericanos que participan en política global desde 1961. Como se ve es un WEF de Oriente Medio o una ONU mezclada con capital privado que, según mi opinión, busca ser un foro alterno con la geo-visión e intereses de esa región.

Para nadie es secreto que los grandes capitales del mundo y que los gobiernos de los países más poderosos han estado hablando de un Nuevo Orden Mundial incluso los EUA lo han dicho, no entiendo si conscientes o solo complacientes de que eso representa el final de su era de dominio político y económico internacional como supra superpotencia que aún son.

Pero ¿qué es ese Nuevo Orden Mundial? ¿Quién o quiénes lo encabezan? ¿Qué representa eso para los menos ricos? ¿Qué representa eso para los habitantes de cada región del mundo? “El Diablo está en los detalles”, dice el refrán. Sin ganas de ser muy simplista, pero con la idea de ser muy claro, el Nuevo Orden no es uno solo, porque ni siquiera se ha dado, en realidad hay una guerra por definir cuál será ese Nuevo Orden Mundial y para identificar la magnitud de los extremos de esa lucha y de sus posibles caminos resulta útil el analizar los mensajes de la Cumbre de Gobernanza Mundial y en particular algunas líneas del mensaje de K. Schwab, de Elon Musk y del Vicepresidente de los Emiratos Árabes Unidos.

LOS AMOS DEL NUEVO ORDEN MUNDIAL

Durante su mensaje de presentación el ingeniero y economista Schwab quien se ha referido en múltiples ocasiones al tema de un nuevo comienzo mundial en especial a partir del Covid-19, dijo emocionado y contento que quienes logren dominar las tecnologías de la biología sintética (artificial), la tecnología espacial y la inteligencia artificial serían “los amos del mundo”.

La frase fue fría y directa, incluso en un párrafo en el que se percibe como una invitación a ser parte de ese Nuevo Orden Mundial de amos del mundo por medio de la tecnología. Pero esto no es nuevo, quien mejor sabe manejar y utilizar las herramientas a su alcance es quien ha salido como Dueño o Maestro de los demás pueblos.

Aunque suene fuerte o peyorativo, esa ha sido la realidad de la vida, el poderoso siempre trata de dominar al que no lo es. Lo que me asombra es que ya estamos tan avanzados en este camino al Nuevo Orden Mundial, que las voces que lo promueven o advierten ya no se preocupan por esconder sus aspiraciones.

Los comentarios de los Poderosos me recuerdan la tesis ya antes citada de mi amigo Mauricio Gudiño, quien en 1991 decía que en un futuro no muy lejano, las empresas serían los nuevos gobiernos del mundo.  Schwab comentó abiertamente, sin mencionar a EEUU por su nombre, que estamos pasando de una era en la que hay una sola y real superpotencia a una de corporaciones superpotencias globales.

El fundador del WEF también comentó que en esta nueva era había que unificar globalmente como en una corporación (¿Cómo en el WEF?) a gobiernos para que apliquen las directrices tomadas, a empresas porque son las que generan riqueza, innovación y productos, a la población porque es la que consume, a la academia porque genera pensamiento y a los medios porque hay que mantener un diálogo permanente.

Esta síntesis de su visión para lograr una mayor globalización en la que decía que los gobiernos debían educar a la gente a no tener miedo a las nuevas tecnologías o a este nuevo orden. Me llamó mucho la atención porque parece dejar el papel de la ciudadanía en un limitado papel de consumidor y de ejecutor de las directrices de un corporativo global quién sabe qué deben hacer los individuos de una sociedad global y por ende darles directrices.

Claro, Klaus hizo algunas otras recomendaciones, pero todas en ese mismo sentido de que la globalización sería mejor para el control y el bienestar decidido desde un centro. La libertad de expresión, la democracia, la felicidad individual no tuvieron cabida en su mensaje, pero hay que reconocer su gran inteligencia y visión pragmática. De verdad muy interesante y si uno lo ve desde el punto de vista de un empresario líder mundial totalmente entendible pero cuestionable por su similitud al feudalismo y algunos dirían al fascismo.

CIVILIZACIÓN UNA FRÁGIL VELA QUE PUEDE EXTINGUIRSE

El mensaje contrastante del otro magnate Elon Musk, fue claro y casi inapropiado. Musk tiene una estrecha relación con los sauditas en ese sentido la plática con él fue mucho más directa y en esa confianza Elon también fue claro como lo fue Schwab. Tengamos cuidado con los excesos de un globalismo o de “demasiado globalismo”. En una clara alusión a los riesgos de suprimir ideologías o desarrollos regionales, recordó que a la caída de cada imperio había habido otros en formación que pudieron preservar el avance de la humanidad, pero que si toda la humanidad se veía sometida a un solo modelo podría ser altamente riesgoso, incluso para la subsistencia de la misma civilización. Esto parece ser un contrasentido, pero al abundar sobre el tema dijo que algunas empresas o plataformas podrían tratar de poner demasiado el dedo sobre la balanza y con ello suprimir o aniquilar la diversidad de opinión y de pensamiento, poniendo de ejemplo el poder y la influencia que han tenido los pensamientos de San Francisco y el Sylicon Valley en el mundo por ser desde donde se controlan la mayoría de las llamadas redes sociales.

En un mensaje que advertía algunos de los riesgos del globalismo excesivo, escuchamos a un ingeniero físico ultra millonario hablar como filósofo y en consecuencia sobre lo que debíamos buscar en la vida, lo que era desde su punto de vista la emoción y el sentido de la vida. De forma preocupada aseveró que “la civilización y la autoconciencia son frágiles”, si nuestro deber es levantarnos cada día con el único propósito de resolver los problemas inmediatos, entonces no parece haber mucho sentido en la vida, concluyó el dueño de Space X.

Hasta la fecha no he visto señales de otras civilizaciones, si es así y somos los únicos, entonces debemos asegurarnos de que la vida y la civilización se expandan más allá de este planeta, de lo contrario tarde o temprano este mundo y con él la flama de la vida se extinguirán en un inmenso mar de oscuridad espacial argumentó.

Pero Elon dueño de Interlik, hizo una fuerte y segunda advertencia más inmediata. Así como mucho globalismo puede ser un riesgo para la civilización, la Inteligencia Artificial representa un peligro existencial para la humanidad, por lo que pidió a los gobiernos regularla antes de que pueda ser demasiado tarde, ya que una máquina puede procesar billones de pensamientos en segundos pudiendo ser más inteligente y ágil que cualquier hombre.

Esta regulación puede desacelerar el crecimiento de la inteligencia artificial (IA), pero puede prevenir grandes daños aseveró quien es hoy por hoy uno de los hombres con más acceso a la tecnología espacial y cibernética de punta, pero quien también se ha visto interesado en mantener como él lo dijo, una plaza pública digital plural en la que haya libertad de ideas con la única limitante que la ley señale sin que de manera artificial se ponga el dedo en la báscula como sucedía en Twitter, concluyó.

Las conferencias de dicha cumbre a la que acudieron más de 4 mil personas y políticos de más de 165 naciones, dan para pláticas profundas y muy de vanguardia, por lo que en la siguiente semana hablaremos de otros aspectos relacionados con las energías renovables y el futuro inmediato de los combustibles fósiles, asuntos que como es de esperarse no fueron menores en una reunión convocada por el grupo de países que lideran la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

La nueva era global da oportunidad para una nueva superpotencia: ¿China, Oriente Medio o El Corporativo Global de Schwab? ¿Qué y a quién representan cada uno de ellos? ¿Quién quiere un Nuevo Orden Mundial? ¿Por qué queremos un Nuevo Orden Mundial? ¿Es el fracaso de la democracia? Son puntos que de es una forma u otra estuvieron presentes en la reunión de Dubái y que podremos abordar con más detalle en la semana siguiente. El escuchar por YouTube estas conferencias fue realmente interesante e ilustrativo.

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El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?

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Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //

La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.

Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.

Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.

En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.

El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.

La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.

El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.

E-mail: samcg2002@gmail.com

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Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto

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Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //

Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.

Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.

Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.

Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.

El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.

La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.

En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.

Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.

Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.

Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.

Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.

Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.

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En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales

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Actualidad, por Alberto Gómez R. //

En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.

La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.

LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN

La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.

Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.

El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.

DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA

El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.

La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.

En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.

FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN

La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.

Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.

La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.

RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES

Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.

Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.

El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.

El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.

EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE

El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.

El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.

En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.

El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.

Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.

Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.

El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.

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