MUNDO
Los negocios del hijo del presidente Biden: ¿Influyentismo? la Casa Blanca en el Museo Soumaya de Slim
Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
Hace 30 años y 6 meses el ingeniero Carlos Slim logró concretar la operación que le cambiaría la vida a él y a muchos más. En ese no tan lejano mes de diciembre de 1990 adquirió –fiada- la empresa Telmex por poco más de $400 millones de dólares, es decir 17% por arriba de lo que era el valor accionario de la misma y como ya sabemos fue el negocio de su vida.
Para no entrar en detalles, Slim vio una oportunidad y la tomó, pero obviamente la compra no se pudo haber dado sin el apoyo de quien gobernaba el país, a pesar de eso, mucho se ha dicho sobre su posible relación de negocios con el entonces presidente Carlos Salinas, pero nada se ha demostrado. Lo que es un hecho es que a tres décadas de esa “milagrosa” adquisición Slim está en la cima del poder internacional no sólo por su capacidad económica sino por su creciente influencia en los círculos de los políticos de EUA.
Lo anterior se hace evidente con las revelaciones hechas hace unos días en algunos medios norteamericanos que hicieron públicos datos y fotos contenidos en la computadora abandonada del Jr. Biden quien habría organizado cuando menos un par de reuniones privadísima con dos empresarios mexicanos y su padre durante la era en que éste era vicepresidente de EUA.
La computadora habría sido abandonada hace muchos meses por el hijo –muy distraído- de Joe Biden en un taller de reparaciones y nunca habría sido recogida hasta que el dueño del taller la turnó a las autoridades a finales del 2019, pero su contenido no ha sido totalmente revelado, por lo que poco a poco nos hemos ido enterando de sus secretos desde fotos con menores hasta los secretos menos raros como estas reuniones y comunicaciones con magnates que felices acudían a ver al número dos de la Casa Blanca.
Según los datos e imágenes contenidas en dicha computadora, Miguel Alemán ahora perseguido por presunta evasión fiscal en México y Carlos Slim habrían tenido pláticas de negocios con el hijo de Biden –Hunter- y este les habría invitado cuando menos una ocasión a la residencia oficial del vicepresidente -su padre-.
El tiempo coincide con tres aspectos de la vida política de EUA y de México. El primero es la famosa “Reforma Energética” en nuestro país, de hecho, la reunión y los textos posteriores entre Hunter y sus contactos en México, hablan de que el objetivo de sus reuniones era realizar negocios relacionados con los energéticos. No debemos olvidar que Hunter Biden recibió millones de dólares de la viuda de un oligarca ruso, quien además de ser alcalde de Moscú era uno de los hombres de Vladimir Putin en los temas de petróleo. Es importante recordar que también en Ucrania habría empresarios involucrados en presuntos actos de corrupción por asuntos energéticos, en los que el Jr. de Joe Biden, era parte central.
El segundo hecho que coincidió con dicha reunión entre Joe Biden con Slim en la era de vicepresidente, fue que para el mes de enero del 2015 Carlos Slim adquiriría la mayoría accionaria del poderoso medio noticioso “The New York Times” o NYT por sus iniciales, a través del cual no sólo se sumó al selecto club de multimillonarios dueños de medios con influencia internacional como Jeff Bezos –dueño de Amazon- quien compró el Washington Post, sino que también se abrió asimismo la puerta a la influencia política territorial del país del Tío Sam y de la Tía Hillary.
El dinero en las elecciones de cualquier país te abre la puerta pero el dinero y el poder mediático te dan mucho más, no olvidemos que en nuestro propio país hay diputados y senadores que son propuestos a los partidos por los dueños de las cadenas de televisión y que muchos de los candidatos hacen fila para recibir el apoyo en especie de los dueños de los medios electrónicos como fue antes de los medios impresos.
Durante la campaña del 2016 el NYT y el propio empresario mexicano apoyaron a los candidatos demócratas y el 2020 no fue la excepción. Slim tiene dinero para asegurarse una vida llena de lujos y para asegurarla a varias generaciones de sus descendientes, pero el dinero sin poder puede no ser suficiente.
Veamos el caso de Miguel Alemán y de otros muchos que han caído en desgracia por pisar los intereses o el ego de los poderosos en turno o por abusar de su poder económico sintiéndose intocables, es decir por culpa o por inocencia, el poder siempre buscará dinero y el dinero siempre buscará poder para mantenerse mutuamente.
LOS MEJOR COTIZADOS
Según se sabe el Jr. Biden, ha pagado muchos de los gastos diarios a su padre durante años, incluso sus cuentas de teléfono celular según informes de dicha computadora, lo que sugiere que su buen hijo comparte su éxito económico con su buen e inocente padre ahora presidente. Y cómo no?, si el joven artista y empresario estrella ha tenido la fortuna de conocer, obvio de casualidad, a muchos empresarios y políticos del mundo como a de Don Carlos Slim.
A pesar de esto su padre aseguró durante la campaña que él nunca se había enterado ni platicado con su hijo sobre sus negocios en el extranjero, pero las fotos y documentos recientemente publicados parecen contradecir ese dicho.
De cualquier modo el joven cincuentón Hunter ahora presume ser artista de popote. ¡No es broma! Uno puede ver en YouTube al artista pintando con un popote sostenido con su boca -no con la mano-. Según sus representantes esos cuadros serán puestos a la venta por $500 mil dólares. Así es, la carrera meteórica de Hunter como empresario del petróleo que nació y floreció durante los ocho años de la vicepresidencia de su padre con Barack Obama, ahora es superada por sus capacidades artísticas que según sus promotores y representantes son tan valiosas como las de los grandes del Renacimiento o del Cubismo.
Esta comparación se hace con base en los precios de los cuadros del heredero Biden quien recibiría por compradores “anónimos” cientos de miles de dólares por cada una de sus creaciones de 30 a 40 centímetros de alto por otros 30 o 40 de ancho, lo mismo que valen cuadros de Picasso, Da Vinci o Renau que han sido subastados recientemente por la afamada firma Sothebys.
EQUIPO DE OBAMA DESTROZA A BIDEN
Walter Shaub quien fuera el director de ética en la Casa Blanca durante el mandato de Barack Obama, criticó severamente el movimiento de la familia Biden y de la actual administración vía Twitter diciendo… “están asegurándose de que nunca sepamos quién compró” las pinturas del hijo del presidente. “En lugar de declarar quién esta pagando sumas indignantes de dinero por el arte de Hunter Biden, de manera que podamos monitorear si la compra es para ganar acceso al gobierno, la Casa Blanca está asegurando que nunca sepamos quiénes son”.
Según Joe Biden, Hunter es el hombre más inteligente que conoce, lo anterior lo declaró el año pasado cuando en la campaña aparecieron críticas a la vida de negocios, de drogas y de insultos a mujeres por parte de su hijo. Tal vez sea verdad, una persona autodidacta que de ser expulsado del ejército de EUA por drogadicción pasó a ser empresario petrolero y ahora artista de altos vuelos en unos cuantos años.
SLIM SABE DÓNDE APOSTAR
Desde hace años Carlos Slim le ha metido lana a los políticos, no es raro que en México sea del equipo consentido del Presidente AMLO como lo fue de otros. Pero ahora su influencia y sus inversiones parecen llegar al corazón mismo del poder en Washington. Esperemos que las aportaciones de nuestro paisano sean menos penosas que otras que reciben otros juniors en bolsas de dinero o en compras a precios inflados. Slim se ha cuidado siempre de esto, ojalá y no lo terminen exhibiendo con la compra de una pintura del nuevo “Genio de la acuarela” para el Museo Soumaya.
Según datos de medios norteamericanos, los encuentros entre los Biden y los Slim se dieron a raíz de una visita del Presidente de México Felipe Calderón a la Casa Blanca y de ahí continuaron durante el sexenio de Peña hasta el mismo 2016 año de la elección de los EUA en la que ganó Trump.
Durante su viaje a México como parte de la comitiva de su padre, Hunter recibió una visita privada al museo Soumaya, tal vez de ahí nació su idea de pintar para los poderosos. Eso no lo sabemos, pero sí sabemos que Hunter ha tenido problemas con las drogas y que ha seguido a su papi a los viajes y reuniones con mandatarios extranjeros de los que después “milagrosamente” obtiene relaciones y nuevas ideas de negocio.
Lo interesante es que en esas reuniones y en los viajes de Biden Jr. a México se hablaban de las inversiones en el sector energético, lo que confirma que desde EUA veían con gran interés y ya con pláticas concretas desde Calderón, la famosa reforma energética que se concretó con Peña y con el apoyo de todos los partidos políticos en el llamado “Pacto por México” del 2013.
En un futuro cercano podríamos ver parte de la colección Biden exhibida en los muros del Museo del magnate Slim y todos sabríamos que esos costosísimos cuadros tienen el valor del poder de la Casa Blanca. Por lo pronto Don Caros Slim es sin duda no solo por su dinero sino por su manejo de las relaciones políticas el mexicano con más influencia en el gobierno de los EUA y mejor aún en la familia Clinton y en la Familia Biden.
No seamos mal pensados, los familiares de los políticos del mundo, en especial sus hijos, son por lo general mucho muy exitosos e independientes y si de casualidad reciben fuertes sumas de dinero de personas que hacen negocios con el gobierno, eso no es corrupción ni influyentísimo sino pura casualidad. Y si se convierten en empresarios o artistas connotados de un día para otro es porque antes no se habían descubierto esas capacidades que siempre tuvieron pero que no habían explotado. ¿Usted cree que Slim sea amigo por interés político económico de los Biden o que ellos le busquen por su dinero? ¡Obvio no! Eso no pasa en EUA ni en ningún otro país.
Seguramente los Slim y los Biden se hicieron amigos por compartir temas de religión y de sociedad, aunque los documentos de la computadora de Hunter digan lo contrario. No seamos mal pensados. Ya veremos si cuando tome el poder Kamala se mantiene la buena estrella del Jr. o si la misma pasa a los descendientes de la Primera Mujer Presidente o a lo menor Jr. B puede iniciar con clases para los que serán los oligarcas y artistas del futuro.
MUNDO
El fenómeno trumpista
Opinión, por Miguel Anaya //
A unos días del apabullante triunfo de Donald Trump y pasando la efervescencia del momento podemos analizar con mayor calma el porqué de una nueva victoria del controvertido empresario.
Primero, desmenucemos los números electorales: Trump necesitaba 270 votos del Colegio Electoral y consiguió más de 300, si hablamos de votos efectivos el presidente electo logró 5 millones más de sufragios que su competidora, además, logró triunfos en Estados qué aparentemente se inclinaban por los demócratas como lo fueron Wisconsin y Minnesota.
Lo arrollador del triunfo Trumpista se entiende por varios factores entrelazados entre sí y como cada historia de éxito, convergen errores de un lado y aciertos del otro, algunos de los que podemos mencionar son los siguientes:
La percepción económica. Debido a múltiples factores la inflación en Estados Unidos se disparó durante los primeros años del gobierno de Joe Biden y aunque el fenómeno se ha controlado durante los últimos meses el poder adquisitivo de los ciudadanos norteamericanos se fue mermando, haciendo extrañar la administración de Trump.
La mala elección demócrata. Desde la etapa final del periodo presidencial de Joe Biden, este dio muestras de tener una salud mermada, enviarlo a contender por la reelección fue un error que costó caro al partido con tintes de izquierda, al entrar Kamala Harris en sustitución el tiempo fue insuficiente para levantar una campaña que empezó con muchos negativos.
El discurso republicano. Los republicanos entendieron que existe un sector muy amplio entre los estadounidenses que se sienten lastimados por las políticas de subvención y de permisión alentadas por los demócratas, al pronunciarse duramente contra las ayudas sociales, la inmigración ilegal y la economía globalizada, lograron aglutinar a los votantes conservadores y/o que consideran que Estados Unidos se ha mermado en su economía, seguridad o valores por alguno de los temas señalados.
La campaña Trumpista. Donald Trump sacó rédito de cualquier tipo de ataque recibido. Cuando se le señaló por misógino o machista, presentó sin temor sus valores conservadores; al ser acusado de xenófobo, realzó su plan migratorio en defensa de América; cuando fue víctima de un atentado logró promocionar la fotografía más icónica del presente siglo; fue criticado por hacer campaña en un McDonald’s, entonces se vistió de recolector de basura, se subió a un camión y mencionó que sacaría la suciedad del gobierno, acciones qué gustaron a sus seguidores y que lo posicionaron en la agenda mediática.
La participación de las minorías. Cuando se piensa en minorías se suele referir a aquellos grupos de la agenda woke qué representan a ciertos grupos que generalmente enrolan ideas de izquierda, sin embargo, la campaña republicana logró llegar a estratos conservadores como comunidades Amish que fueron vitales en la elección de Pensilvania, iglesias cristianas y trabajadores manufactureros principalmente blancos. Resultó que el 5 de noviembre esos grupos salieron a votar en masa por el candidato republicano.
Estos cinco factores y algunos otros más explican la avasalladora victoria del empresario y político, muchas lecciones dejan al mundo pues la ola derechista empieza a crecer en occidente, ejemplos como el de Argentina, El Salvador, España, Francia, Italia, Reino Unido, entre otros, dan muestras de que el momento político y social se inclina por valores más conservadores.
En México, algunos celebran a victoria de Trump y otros más lo ven con reservas pues el discurso del presidente electo ha sido duro contra los inmigrantes y contra los grupos de la delincuencia organizada a quienes ha dicho que clasificará como grupos terroristas.
Hay mucho trabajo por hacer de parte del gobierno mexicano para poder llevar una buena relación con el vecino del norte que recibe a millones de paisanos y que representa más del 70% de las ventas de productos mexicanos en el extranjero.
Para los promotores del discurso de izquierda hay que decir que por su configuración económica China no puede ocupar el lugar de comprador ni las posibilidades migratorias que representa EE. UU. para nuestro país. Con sus buenas y malas hay que adaptarnos a la nueva realidad del mundo.
MUNDO
El triunfo de Trump: La resurrección de la incorrección política en Estados Unidos
A título personal, por Armando Morquecho Camacho //
En el imperio romano, los gladiadores no solo luchaban contra sus oponentes, sino también contra el propio sistema que los veía como meros objetos de entretenimiento. Aunque estaban ahí para complacer al pueblo y al emperador, el simple hecho de desafiar la muerte los convertía, a los ojos de muchos, en símbolos de rebeldía y resistencia contra una sociedad que ya no escuchaba a quienes no estaban en el poder.
Con el triunfo de Donald Trump, para lo que será su segundo mandato, no estamos en la arena de un coliseo, pero sí en un escenario donde lo políticamente incorrecto ha vuelto a rugir con fuerza, y esta vez, los espectadores no solo aplauden la incorrección, sino que la celebran y la defienden.
La victoria de Trump no solo supone una nueva configuración en términos de liderazgo geopolítico; es una señal clara de cómo el discurso público y la narrativa política están siendo moldeados por figuras como él, quienes desafían la normatividad con una irreverencia que muchos consideraban obsoleta.
Esta campaña fue distinta: él, junto con sus aliados estratégicos como Charlie Kirk y sus debates en las universidades de estados clave, promovieron una ofensiva que iba mucho más allá de temas aislados, enfocándose en una narrativa que desafía de lleno los cimientos del discurso «políticamente correcto», logrando hacer que su causa sea la causa de muchos.
Donald Trump ha sido un maestro de la controversia desde su primera llegada a la política, pero en este segundo periodo, su narrativa ha ido un paso más allá. Se ha posicionado como el «antihéroe» que lucha contra lo que su base percibe como una élite moralista que domina el discurso y define lo que es aceptable y lo que no. En lugar de moverse en los márgenes de lo políticamente correcto, ha decidido darle la espalda por completo, redefiniendo el debate y forzando a sus oponentes a reaccionar constantemente a sus provocaciones.
Charlie Kirk, uno de sus más fervientes defensores y fundador de Turning Point USA, se ha encargado de extender esta narrativa en los campus universitarios, lugares que suelen ser epicentros de las nuevas ideas y donde el progresismo cultural ha florecido con fuerza. Kirk ha usado los debates en estos espacios como un escenario ideal para poner a prueba su retórica conservadora, armando un espectáculo en el que no solo combate ideas, sino que también desafía la identidad de aquellos que sostienen puntos de vista distintos. Ha puesto en primer plano temas que los republicanos habían evitado en ocasiones anteriores, como el aborto o la identidad de género, y los ha usado para galvanizar un movimiento que se ha manifestado con fuerza.
Esta ofensiva ha tenido un impacto profundo en la narrativa pública. Por un lado, el apoyo a Trump parece mostrar una fuerte resistencia al discurso tradicional de respeto a la diversidad y la inclusión. En esta nueva narrativa, esos conceptos no son derechos fundamentales, sino imposiciones que restringen la «verdad» y «la libertad». Trump y sus plataformas proponen una versión alternativa: defienden un derecho a decir lo que uno piensa, sin importar a quién ofenda. La incorrección política no es solo una postura estética, sino una declaración de principios, y su creciente aceptación podría cambiar radicalmente el tono y los temas de la conversación pública en Estados Unidos y, potencialmente, en el mundo.
Por ejemplo, temas como el aborto y la identidad de género han dejado de ser meros debates de políticas públicas para convertirse en declaraciones morales que Kirk y otros como él usan para definir a sus oponentes como «enemigos de los valores tradicionales». En sus presentaciones, Kirk no se limita a debatir, sino que también construye una identidad que cataloga a los defensores de estos temas progresistas como parte de una fuerza opresiva.
Trump y Kirk no están simplemente criticando las propuestas de la izquierda; están creando una narrativa en la que todo el establishment progresista es parte de un «régimen» que ha intentado suprimir la voz de quienes piensan diferente. Esta narrativa presenta a la «gente común» como víctimas de una élite política y cultural que impone reglas y creencias ajenas a sus tradiciones y valores.
A lo largo de su campaña, Kirk y otros influyentes en las redes han utilizado las diferencias ideológicas como un escudo para blindarse ante las críticas. En esta dinámica, la idea de debate o diálogo se transforma; ya no es una discusión abierta, sino una guerra cultural en la que solo hay espacio para la victoria o la derrota.
El segundo triunfo de Trump y el trabajo mediático de personajes como Kirk dejan lecciones importantes sobre el rumbo que podría tomar la narrativa política. La «incorrección política» no solo ha vuelto, sino que parece estar consolidándose como un lenguaje común entre aquellos que, por décadas, se han sentido reprimidos o marginados por los cambios en la cultura. Las implicaciones van más allá de los resultados electorales y pueden tener un impacto duradero en la configuración de los valores y el discurso de toda una generación.
Este cambio de paradigma podría, sin duda, remodelar la manera en que se desarrollan las campañas y los discursos en el futuro, no solo en Estados Unidos, sino también en otras democracias que observan y adoptan tendencias norteamericanas. En lugar de acatar las normas de lo políticamente correcto, es probable que veamos una nueva oleada de líderes que buscarán capitalizar en la retórica de la incorrección, argumentando que su «autenticidad» los vuelve más legítimos y dignos de confianza.
La victoria de Trump representa no solo un triunfo electoral, sino una victoria en la guerra cultural. Al estilo de los gladiadores romanos que desafiaban a un sistema al que sabían que nunca pertenecerían, Trump y sus seguidores, liderados por figuras como Charlie Kirk, han demostrado que desafiar la norma es, en muchos casos, el camino hacia el éxito en un mundo donde lo políticamente correcto había sido la regla indiscutible.
Al final, la pregunta ya no es si el discurso «políticamente incorrecto» tiene cabida, sino hasta qué punto redefinirá el ámbito político. Como los gladiadores de la antigüedad, Trump y su equipo han entrado en una arena donde la victoria no se mide solo en votos, sino en la capacidad de imponer su narrativa y de desafiar al sistema. Lo que queda por ver es hasta dónde llegarán y qué tan duradera será esta victoria.
MUNDO
Kamala Harris atenta a 2028: Trump ganó voto popular y hace historia con las minorías
Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
Ya sabemos que Trump ganó. Pero hay detalles que usted debe saber y posibilidades que debe tener encuentra para que no juzguemos a la ligera lo que sucedió allá en EUA la semana pasada.
Primero me gustaría recordar que en nuestro país hay gente que lo admira y otros que lo detestan. Me llama la atención que en algunos círculos políticos y de medios utilicen la elección como un presagio de problemas para la actual presidenta. Eso dependerá mucho de nosotros o más bien de ellos los que están en el poder y no solamente de él.
Como se demostró cuando Trump fue presidente, es muy rudo y grosero, pero llega a acuerdos, no solo reformó el TLC, sino que logró los acuerdos más importantes en 50 años en Oriente entre judíos y musulmanes. Mi comentario va más enfocado en los críticos de la 4T que incluso en el 2016, 2020 y 2024 pidieron apoyar a Hillary, Biden y a Kamala y ahora festejan que al ganar Trump será rudo con la actual administración.
Como ejemplo de civilidad Biden recibe a Trump quien será el 47º presidente de EUA el miércoles y Kamala, aunque con la normal molestia, ha dicho que ayudará en la transición, ambos con una actitud pública diferente a la de Trump en el 2020, claro en privado seguro será como fue en el 2016 cuando le dejaron esqueletos que después salieron a la luz. Trump será el segundo hombre en la historia de EUA en ser recibido por el presidente saliente para darle la bienvenida como expresidente y futuro presidente.
Como lo he dicho aquí desde el 2020, Stephen Grover Cleveland fue el otro presidente en 1885, quien perdió la reelección y 4 años después ganó nuevamente en 1893. Lo curioso es que en el 2020 Trump tenía una foto de ese presidente en la oficina de la Casa Blanca ya que ese presidente fue también empresario de los bienes raíces como lo es Donald y como dato histórico adicional, Cleveland fue el primer presidente de EUA que provenía del Partido Demócrata años después de la guerra civil. Como usted sabe la guerra civil fue encabezada por los sureños del Partido Demócrata y del Ku-Klux-Klan en contra de los norteños del Partido Republicano encabezados por el presidente Abraham Lincoln.
Pero yo lo he dicho antes, creo que ninguno merecía ganar por la cadena de errores que ambos cometieron. Lo evidente es que la mayoría de los ciudadanos de EUA prefirieron al monstruo naranja que logró avances económicos muy importantes del 2016-2020 y que no inició ninguna guerra durante su periodo o permitió que los pleitos regionales se llevaran a las armas como ahora es en Ucrania e Israel, que a la continuidad del modelo económico y diplomático demócrata que representa la Vicepresidente Kamala Harris quien nunca quiso decir qué habría hecho distinto si hubiera estado en los zapatos de Biden del 2020 al 2024.
Esto último es el eje por la que Trump ganó, no solo su buen antecedente económico y diplomático del 2016-2020, sino que la gente de EUA está muy molesta por la situación económica de la clase media y media baja.
Los demócratas encabezados por Kamala y 100 días antes por Joe Biden perdieron esta elección. A continuación, daremos algunos datos que tal vez nos recuerden que la propaganda o la fama tienen límites tanto a favor como en contra, pero lo que la gente no tolera es morirse de hambre.
Los pesares de la izquierda y de sus aliados no dejan de asombrar, algunos profesores de la gloriosas y antes respetadas Universidades de Harvard, George Washington y Princeton dieron el día libre a los estudiantes molestos por la victoria de Trump, extendieron fechas para entregar tareas o exámenes y tomaron otras medidas como abrir centros para atención emocional con galletas, leche y bebidas gratuitas, para consolar a los alumnos que se sentían mal por el resultado de la elección.
Algunos estudiantes judíos dijeron que las universidades de élite tenían un doble estándar, argumentando que esas acciones no ayudaban a que los estudiantes enfrentaran la realidad, recordando que cuando Israel fue atacado por Hamas en el 2023 nadie dio días de ajuste para los estudiantes de esa fe o nacionalidad. Esto muestra que muchos jóvenes o profesores están acostumbrados a recibir trato de víctimas en algo que es un proceso democrático.
Pero el fondo de la elección puede resumirse en números de economía, confianza, minorías cambiando de bando y de edades. Esto nos ayudará a ver si Trump ganó por racismo o porque la gente no quiso más del actual modelo. Primero veamos los temas menores pero que dieron fuerza al tema obvio que es la economía. Hace 8 días comenté en este espacio que el 75% de los electores decían que el país estaba en el rumbo incorrecto. Se dio a conocer que el 8% de los electores no estaban contentos con ninguno de los dos candidatos pero que de ese 8% dos de cada tres decidieron votar por Trump. Esa es la casi exacta cantidad de los votos que Trump tiene por arriba de los que tiene Kamala.
Los números también indican que la diferencia de mujeres a favor de Kamala fue de 9% es decir menos que la de Hilary o Biden, mientras que la diferencia de hombres a favor de Trump fue de 13%. En ese sentido de ver a los electores por raza, sexo o religión encontramos que en varios estados o zonas latinas Trump ganó con más de un 50% de los votos, de hecho, en la región fronteriza hay zonas con el 75% de latinos en las que desde hace 120 años no había ganado un republicano y Kamala perdió varias de esas en Nuevo México, California, Texas, Arizona y Nevada.
Trump llegará a los mismos votos que en el 2020 pero Kamala tendrá casi 13 millones de votos menos que Joe Biden, pero también tuvo menos votos que Obama en 2008.
En Nueva York y Nueva Jersey la diferencia de Kamala fue la mitad de la diferencia de Biden Vs Trump. En el voto judío y musulmán también se vio como los demócratas perdieron porcentajes importantes de los electores. Pero ya entrando en materia que es la economía y la inseguridad habrá que decir que la ventaja de Trump pudo ser mucho mayor de no ser por sus propios errores que al parecer fueron menores a los del otro lado.
Los electores que ganan menos de $50 mil dólares anuales, es decir clase baja, votaron por Trump más que por Kamala, los que ganan menos de $100 mil y más de $50 votaron por Trump 52-46. En los que ganaban más de $100 mil al año es decir clase alta votaron 55% a favor de Kamala y 40% por Trump. Es decir que fue la clase media la que no quiso más del modelo económico y de seguridad pública de Kamala.
Recordemos que en el 2020 la inflación estaba en menos de un 2% y en los últimos tres años alcanzó un 30% acumulado. Recordemos que Kamala apoyó la propuesta 47 cuando fue abogada general de California antes de ser senadora hace 8 años. Esa propuesta llamada “comunidades seguras” permitía que robos menores a $999. dólares fueran tratados con menos severidad que saltarse un semáforo. Esa política fue copiada en otras ciudades y estados demócratas lo que desató del 2020 a la fecha una ola de robo hormiga que según estadísticas llega a los $14 mil millones de dólares anuales.
Esta política, sumada a la inflación, hacia muy difícil a los dueños de pequeños negocios poder mantenerse en pie porque esos negocios no podían soportar robos diarios de miles de dólares en mercancía. Esos negocios en la mayoría de los casos son propiedad de minorías negros, hispanos, árabes, judíos y mujeres solteras. Digamos que en varias ciudades de EUA como San Francisco, Los Ángeles, NY, Chicago, Seattle y otras el robo fue legalizado y a las víctimas incluso transeúntes se les dijo que ese robo era aceptable como parte de una reparación por los abusos en contra de los pobres. Para quedar claros se volvió un estilo México en donde uno sale y no sabe con cuánto regresará y si la tiendita de la esquina tendrá lo que queremos o habrá cerrado por tantos asaltos.
En ese sentido, según los datos el 60% de los empleos de EUA son creados por mini empresarios, esos de los que Kamala decía iba a subir los impuestos del 20% al 30%. Según los datos estadísticos esos mini negocios y su índice de confianza se encuentran en los niveles más bajos solo similares a los del 2020 a mediados de la pandemia. Por cierto, ese mismo índice de confianza de los microempresarios estaba en el 2019 en el nivel más alto desde su creación allá por el año 1950.
Ese nivel de positivismo solo fue tan alto con Ronald Reagan y el punto más bajo se dio en octubre de este 2024 cuando llegó a un 15% de confianza. De hecho, el mensaje de Regan y de Bill y ahora de Trump es un mensaje pro pequeña empresa y desregulación lo que contrasta con el mensaje del partido demócrata.
Hablando de dinero las campañas de EUA costaron $16 billones de dólares. Una locura de dinero de la que Kamala gastó $1 mil millones de dólares vs Trump que gastó como $600 millones. A pesar de esa gran diferencia, desde hace más de 20 años un republicano no ganaba el voto popular. Por cierto, me llama la atención que la derecha en México que incluso pidió campaña en contra de Trump celebre que, en la victoria de Trump, Morena enfrentará una presión por arreglar temas como el narcotráfico.
Ya hablaremos de los primeros pasos que Trump ha prometido llevar en su segunda administración como la eliminación de impuestos al retiro, a las propinas y bajar los impuestos a los negocios del 20% al 15% algo similar a lo que hizo en el 2018 cuando los bajo del 30% al 20%. Por lo pronto otro dato histórico como el del índice de confianza de los pequeños empresarios, es el dato de la bolsa de valores -Dow Jones- que alcanzó su alza más grande en un día de elecciones, récord que llevaba 140 años. Un alza similar solo de vio en los días en los que se concluyó la segunda guerra mundial. Así es, en números Trump parece ser muy bueno, pero ya veremos si lo logra.
Finalicemos con lo que parece ser natural. Trump no es el primer político que al perder una elección lo intenta de nuevo. Es uno de los dos que gano, luego perdió y luego gano de nuevo la Casa Blanca, pero ha habido otros que se lanzaron y perdieron y luego se lanzaron y ganaron. El caso más claro es en los 60s Nixon vs Kennedy, Reagan y claro Biden 3 veces perdedor. De hecho, Kamala perdió las internas en el 2020 vs Biden. Pero ahora Kamala tiene ya fama, poder y claro capacidad para generar dinero en cantidades monumentales.
Obama decía allá en el 2012 … “las elecciones tienen consecuencias” pero algunos gobernadores demócratas dicen que serán un frente contra las políticas del Trump. Digamos que suenan poco democráticos. Pero puede ser que esos políticos estén buscando posicionarse para el 2028.
Así las cosas, Kamala estará atenta a Trump para ver si regresa en el 2028 pasando por la gubernatura de California en el 2026. Otros la han propuesto como ministro de la Suprema Corte de EUA, para esto último tendrían que pasar dos cosas. Uno, la ministro Sotomayor quien ya es grande debería renunciar en estos días para que Biden en menos de 30 días proponga a Kamala y dos, que logre que el Senado la vote antes de que el Senado pase a manos de los Republicanos el 6 de enero o claro de que Trump entre el 20 de enero.
Ya veremos si Kamala se lanza por California, pero obviamente es una mujer con futuro si decide utilizar su capital político cosa que Hillary no hizo. La derrota es huérfana y hoy todos evaden sus responsabilidades por la derrota, pero en la derrota también se puede aprender, como pasó a Trump en el 2020.
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