MUNDO
Los retos que vienen para empresarios: Generación COVID-19 ¿la generación del cambio?
Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
Cada proceso electoral, cada temblor o cada suceso importante que impacta nuestro país, continente o el mundo se dice que es una generación del cambio… pero a los que nacimos después de la segunda guerra mundial, no nos había tocado ver algo así de dramático en todos los frentes, ni siquiera en los atentados terroristas de del famoso 9/11. De hecho, en la Segunda Guerra Mundial podríamos decir que la batalla nunca llegó a nuestras tierras.
En el 2020 la guerra se libra en varios frentes de todo el mundo. Como hemos venido advirtiendo en este espacio, el costo humano será muy alto por el factor sicológico y económico que agudiza el drama.
En la Segunda Guerra Mundial México recibió beneficios industriales que ahora podrían repetirse si los empresarios o los políticos se ponen de pie frente a la tormenta y aprenden de los libros de historia.
El reparto de las culpas internacionales y locales ya inició. Seguro habrá oportunidad para estudiar y tratar de prevenir que esto vuelva a suceder. Por lo pronto, hay empresarios y países que se reorganizan para producir los artículos de mayor demanda y prever los negocios paralelos del mediano y largo plazo.
Hemos escuchado que desde Europa hasta Norte América las empresas automotrices, textiles y de plásticos se reacondicionan para tratar de mitigar la demanda de equipos y utensilios médicos. Los alcaldes, los gobernadores las cámaras industriales, y claro, el gobierno federal, deben hacer lo propio para garantizar el abasto local y como en la Segunda Guerra Mundial apoyar a nuestros aliados que en este caso serían EUA y Canadá.
Hay muchos sectores que están trabajando a marchas forzadas y otros que están en el congelador. Los encargados de las políticas económicas e industriales deben reorientar nuestra capacidad productiva. Esos encargados siguen cobrando su salario diario aunque no trabajen, por lo que deberían de servir de algo y de inmediato atender la nueva realidad y tratar de aprovecharla para mejorar al país en lugar de dejarlo caer.
En la economía, usando la analogía de la pandemia, es como si no hicieran nada y dejasen a todos los mexicanos que se contagien a su suerte sin utilizar las herramientas médicas y preventivas para disminuir la mortandad. Los tres niveles de gobierno tiene poderosas herramientas para inyectar flujo, confianza y certeza en la población.
LA EXPERIENCIA DE LA SEGUNDA GUERRA
En los EUA y Canadá habitan varios millones de mexicanos que cada año se parten el lomo para enviar miles de millones de dólares a sus familias mexicanas. Este es el mejor momento para mostrar que cuando ellos están necesitados nosotros estamos ahí con nuestro apoyo.
La clase de historia económico-política inicia en 1941 cuando el gobierno mexicano acordó con el gobierno de EUA un plan que a la postre fomentó la urbanización e industrialización del país en un lapso muy corto de tiempo. México no producía suficientes minerales ni acero para sostener una industria pesada, ni tenÍa tecnología para industrializar el algodón u otras fibras para la industria del vestido y del calzado.
De hecho, a finales de 1941, el Presidente Manuel Ávila Camacho formó el fondo para impulsar el progreso industrial en México. Este fondo tenía tres objetivos básicos:
1.- Ayudar a las empresas existentes a reorientar y ampliar sus capacidades para adaptarse a la nueva realidad internacional, digamos hoy en día armar respiradores por un par de meses (12 al menos).
2.- Apoyar a nuevas empresas en áreas que tuviesen viabilidad económica asegurada, digamos utensilios médicos.
3.- Analizar los recursos humanos y materiales para la creación de industrias en todo México, digamos industria química que tenemos casi abandonada en el país o de alimentos empacados que en cualquier crisis de salud son altamente demandados. Llevamos casi medio siglo de diversas pandemias y esas siempre demandan el mismo tipo de equipos y de alimentos con mayor o menor número, pero siempre cosas similares.
Eso fue el origen del llamado Milagro Mexicano de mediados del siglo pasado. En este ejemplar ejercicio nacional de conocimiento, promoción y desarrollo, se crearon empresas e instituciones públicas y privadas que hoy son ejemplo de calidad como el Colmex, Tec de Monterrey-MTY, Bimbo, Prisa, Farmacias Benavides, Grupo México, Pisa, Maseca, Telmex y muchas otras incluyendo las comunicaciones y el entretenimiento como la red de Televisa Radio y los Estudios Churubusco que dieron origen la llamada “Era de Oro del Cine y la Radio” y las primeras promociones internacionales a nuestros queridos Vallarta y Acapulco. Todo esto ayudó a que México lograse un crecimiento económico y desarrollo horizontal sin precedentes.
En esa época de crisis-oportunidad, México inició una importante era de industrialización en la que sustituyó importaciones e inició exportaciones masivas de productos industriales, alimenticios y textiles a EUA, a Canadá e incluso a Europa a través del Plan Marshall que después de la guerra invirtió desde EUA $364 mil millones de dólares – a valor actual-. En esa época, también se dio inicio al programa bracero. En esta “guerra”, cuando menos podríamos modernizar nuestra capacidad industrial y evolucionar nuestra fuerte capacidad agrícola-industrial como ya lo hicimos en 1941, e incluso acordar un plan para regularizar a los millones de mexicanos que viven indocumentados en el país vecino, quienes hoy igual que ayer, alimentan tanto a EUA trabajando en sus campos y fábricas, como a México enviando dinero a millones de familias en pobreza.
PROGRAMAS DE DESARROLLO
Los gobiernos de las mega-potencias (China-EUA), se están preparando para la nueva era. ¿Será que los mexicanos de hoy seremos como la generación de los 40´s?
EUA inicia la negociación de ambicioso programa de infraestructura por otros 2 millones de millones de dólares adicionales a los 6 millones de millones de dólares que están utilizando para evitar el colapso de su economía por el cierre temporal. China con su incalculable y moderna capacidad de producción e inmenso flujo económico, está en plena campaña global que nos recuerda a las campañas presidenciales del PRI, repartiendo mandiles y utilitarios de buena, mediana y mala calidad; ambos gigantes tratando de ser el país más poderoso del post COVID19.
Los gobiernos deben invertir para evitar que la crisis económica se profundice. Pero además de invertir deben desregularizar, agilizar trámites y claro, diferir pagos fiscales durante esta coyuntura en conjunto con una política de reorientación y fomento industrial, comercial y económico que nos suba a la ola económica que vendrá allá a mediados del 2021 al pasar el segundo ciclo del COVID19.
A nivel internacional, el costo del dinero está muy barato, es momento para que el gobierno agilice programas de financiamiento con interés fijo y tasas bajas. ¿Qué mejor aliado para Canadá y EUA en su búsqueda por sustituir importaciones asiáticas? Que el país que coadyuvó con mano de obra, partes, alimentos e incluso botas durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué mejor oportunidad para México que esta crisis para relanzar sus capacidades de servicios y de producción?
NO TENGAN MIEDO
A mi alcalde Lemus, a mi gobernador Alfaro y a mi presidente López Obrador les pedimos que tomen esta crisis y la conviertan en éxito. Que sean humildes para valorar las virtudes y limitaciones y que sean solidarios con el pueblo que los eligió, utilizando las herramientas en su poder para superar lo que viene y alcanzar el desarrollo horizontal que permita a todos los mexicanos tener salud, trabajo, casa y alimento. No tengan miedo a desregularizar, a fomentar la inversión y a diferir pagos en todo tipo de impuestos y servicios, la gente está en crisis emocional y eso es también contagioso. La esperanza también lo es. ¡Se dirige con el ejemplo!
En México tenemos a cuatro millones de micro y pequeños negocios que pagan impuestos y generan empleos, ellos son parte vital del tejido social nacional. Es primordial que esos negocios mantengan su viabilidad, de lo contrario en unas semanas veremos a más de 20 millones de mexicanos sin empleo.
Las universidades están desarrollando tecnología para atender la crisis sanitaria, a través de las áreas de economía de los tres niveles de gobierno debemos acercarlas a los empresarios, buscando aliviar dos malestares con una sola medicina y abastecer al mercado local, nacional e internacional de artículos en alta demanda. Debemos asegurar que las empresas que están operando no pierdan la cadena de suministro ni su salud y que las paralizadas cuenten con apoyo del Estado para que, al levantar la cuarentena, estén listas para reactivar la cadena productiva del país eso sin contar las áreas de oportunidad para reorientar como fue en los 40´s.
Esta guerra mundial no se pelearía como las otras, será mucho más dinámica y global que las dos anteriores. Aún no parece ser militar, pero si será estratégica y económica como todas. Hoy más de 200 países, equivalente al 93% de la población del planeta, están bajo algún tipo de restricción relacionada con el COVID19.
Mientras estamos preocupados por los contagios, estamos aterrados por la contracción de la economía, debemos ocuparnos en cómo salvarla y relanzarla, tanto la propia como la nacional. En el lustro de 1940 a 1941 y en plena guerra mundial el PIB de México creció a 7.3% anual. Si la aprovechamos, esta “guerra” puede ser la era del Segundo Milagro Mexicano. Aquél milagro involucró a todos los sectores de la sociedad, desde el gobierno, banqueros, trabajadores, empresarios de producción y de servicios, campesinos y podríamos decir que hasta a los líderes religiosos.
De los 40´s a los 60´s, México -como China desde los 80´s a la fecha-, creció hacia adentro y hacia fuera. ¡Ese milagro puede y debe repetirse! ¿Seremos la generación que genere un Nuevo Milagro Mexicano? O nos quedaremos siendo mediocremente la generación arrollada por el COVID19.
Según la Biblia, Dios siempre inicia la conversación diciendo… “!No Tengas Miedo!” . Vienen días muy difíciles con noticias tristes; con Dios todo es superable, roguémosle que nos ilumine e ilumine a nuestros líderes, quienes por quedar bien o no equivocarse, se dejan vencer por el miedo o la soberbia. No perdamos la fe y pongamos manos a la obra sin esperar que los demás nos resuelvan la vida.
MUNDO
Crisis política en el país galo: Francia, la política y su eterno teatro de lo absurdo
A título personal, por Armando Morquecho Camacho //
En 1958, Francia vivió el ocaso de su Cuarta República, un régimen político marcado por la inestabilidad, la fragmentación y la incapacidad de responder a los desafíos de su tiempo. Fue una crisis existencial que llevó al país al borde del abismo, hasta que Charles de Gaulle, casi como un deus ex machina en una tragedia griega, emergió para restaurar el orden y forjar la Quinta República.
Hoy, 66 años después, la historia parece resonar entre las bambalinas del teatro político francés: el telón cae sobre el gobierno de Michel Barnier, tumbado por una moción de censura que unió a extremos ideológicos en un espectáculo digno del teatro del absurdo.
La caída del primer ministro Barnier, tras el uso del controvertido artículo 49.3 de la Constitución para aprobar el presupuesto sin votación parlamentaria, no solo evidencia una crisis coyuntural, sino un síntoma de algo mucho más profundo: el desgaste de la democracia representativa frente a la polarización. La alianza entre la izquierda del Nuevo Frente Popular y la extrema derecha de Marine Le Pen para derrocar al gobierno es un recordatorio de cómo las democracias pueden ser víctimas de sus propios actores, quienes, en su afán por ganar protagonismo, olvidan el guion fundamental de la estabilidad y el consenso.
En cualquier obra teatral, los personajes que ocupan extremos opuestos del escenario raramente trabajan juntos. Pero en la política francesa actual, la izquierda y la extrema derecha han hecho un pacto que recuerda al Fausto de Goethe: sacrificaron principios a cambio de un beneficio inmediato, en este caso, la caída del gobierno. La pregunta que queda suspendida en el aire es si este acuerdo, tan oportunista como efímero, es el preámbulo de una mayor desestabilización.
Esta dinámica no es exclusiva de Francia. En democracias de todo el mundo, la fragmentación y el oportunismo político han llevado a alianzas insólitas que terminan minando la legitimidad de las instituciones. Sin embargo, Francia, con su rica tradición de debate político y su rol central en la Unión Europea, se encuentra en una posición particularmente frágil. Cada golpe al sistema no solo debilita su capacidad de gobernar internamente, sino que también envía señales de incertidumbre a nivel internacional.
El artículo 49.3 de la Constitución de Francia, diseñado para sortear bloqueos parlamentarios, es un ejemplo clásico de cómo una herramienta pensada para garantizar la gobernabilidad puede convertirse en un detonante de crisis. Al aprobar el presupuesto sin votación parlamentaria, Barnier activó una bomba política que detonó su propio gobierno. En términos teatrales, fue un acto de improvisación que, lejos de salvar la escena, terminó dejando al escenario vacío y al público desconcertado.
Este episodio plantea preguntas fundamentales sobre los límites del poder ejecutivo en una democracia. ¿Hasta qué punto puede un líder priorizar la eficiencia sobre la deliberación? Y, sobre todo, ¿qué implica este tipo de medidas para la confianza pública en las instituciones? En un momento en que la desafección ciudadana hacia la política está en su punto más alto, la percepción de autoritarismo, aunque sea en nombre de la eficacia, puede resultar devastadora.
En este drama político, Emmanuel Macron se encuentra como el solitario protagonista de una obra que no logra conectar con su audiencia. Su proyecto centrista, que alguna vez prometió trascender la división izquierda-derecha, se enfrenta a un parlamento fragmentado donde ninguna facción está dispuesta a ceder. Es un recordatorio de que, en política, los discursos ambiciosos rara vez sobreviven al choque con la realidad.
Macron, al igual que De Gaulle en 1958, se encuentra en un momento definitorio. Sin embargo, a diferencia de su ilustre predecesor, carece de la legitimidad moral y el respaldo popular para imponer su visión. En un sistema político cada vez más dependiente del consenso, el liderazgo autoritario ya no es una opción viable. Pero ¿cómo liderar cuando los actores clave están más interesados en sus propias líneas que en el éxito colectivo de la obra?
La inestabilidad política en Francia tiene implicaciones que van más allá de sus fronteras. Como uno de los pilares de la Unión Europea, Francia desempeña un rol crucial en temas como la seguridad, la transición energética y la reforma económica. Sin un gobierno estable, su capacidad para liderar en estos frentes se ve gravemente comprometida.
Además, la crisis francesa ocurre en un momento en que Europa enfrenta desafíos existenciales, desde la guerra en Ucrania hasta el auge del euroescepticismo en varios países miembros, por ello, la incapacidad de Francia para actuar como un socio confiable y predecible en este contexto es un golpe para el proyecto europeo en su conjunto.
La crisis política en Francia es un recordatorio de que la democracia no es solo una cuestión de procedimientos, sino de cultura política. En una época marcada por la polarización y el populismo, el arte de construir consensos se ha convertido en una habilidad cada vez más rara. Sin embargo, es precisamente este tipo de liderazgo el que Francia –y el mundo– necesita para navegar los desafíos del siglo XXI.
La política, como el teatro, requiere de ensamble. Los mejores espectáculos no son aquellos donde una sola estrella brilla, sino donde el elenco trabaja en armonía para contar una historia convincente. Hoy, Francia necesita líderes que comprendan esta lección, que sean capaces de poner el bien común por encima de sus intereses individuales y que puedan restaurar la confianza en un sistema que, pese a sus imperfecciones, sigue siendo la mejor opción para resolver nuestras diferencias.
Cuando la Cuarta República cayó en 1958, el dramaturgo francés Jean-Paul Sartre reflexionó que la política de su tiempo era un «teatro sin final». Hoy, esa observación sigue siendo inquietantemente relevante. Francia, atrapada entre bastidores en su propio drama político, debe decidir si permitirá que la obra termine en tragedia o si encontrará la manera de reinventarse una vez más.
El reto es formidable, pero no insuperable. La democracia, al igual que el teatro, siempre tiene espacio para un nuevo acto, un nuevo protagonista y, con suerte, un final que haga justicia a los ideales que nos inspiran a seguir creyendo en ella.
MUNDO
La edición genética: ¿Un futuro a la medida o una caja de pandora?
Bioética, por Omar Barrera //
Imaginemos un mundo donde enfermedades como el cáncer o la fibrosis quística sean cosa del pasado. Un mundo donde podamos diseñar a nuestros hijos, libres de enfermedades hereditarias. Este futuro, que hasta hace poco parecía reservado a la ciencia ficción, está cada vez más cerca gracias a la edición genética, una tecnología que nos permite modificar el ADN de cualquier organismo, incluyendo al ser humano.
La reciente decisión de Sudáfrica de flexibilizar sus regulaciones sobre esta práctica ha encendido un debate global sobre los límites de la ciencia y las implicaciones éticas de esta poderosa herramienta. El caso de Sudáfrica: un precedente controvertido.
Sudáfrica ha sido pionera en relajar las restricciones a la edición genética, abriendo la puerta a una amplia gama de aplicaciones, desde la cura de enfermedades hasta la mejora de características humanas.
Sin embargo, esta decisión ha generado una gran controversia a nivel internacional. ¿Estamos preparados para modificar el genoma humano? ¿Cuáles son los riesgos y beneficios de esta tecnología? ¿Cómo podemos garantizar que se utilice de manera ética y responsable?
MÉXICO: ENTRE LA ESPERANZA Y LA INCERTIDUMBRE
En México, la edición genética también ha generado gran interés y debate. Si bien nuestro país cuenta con una sólida comunidad científica en el área de la biotecnología, la regulación en materia de edición genética aún es incipiente basta con meterse a leer la ley general de salud y su reglamento.
La decisión de Sudáfrica representa un punto de inflexión que obliga a México a replantear su marco normativo y a enfrentar los desafíos éticos y sociales que plantea esta tecnología.
LOS BENEFICIOS DE LA EDICIÓN GENÉTICA
Los potenciales beneficios de la edición genética son inmensos. Esta tecnología podría permitirnos:
1. Curar enfermedades genéticas: Eliminar la causa genética de enfermedades como la fibrosis quística, la anemia falciforme y la distrofia muscular.
2. Desarrollar nuevos tratamientos: Crear terapias más eficaces para enfermedades como el cáncer y el VIH.
3. Aumentar la producción de alimentos: Desarrollar cultivos más resistentes a plagas y enfermedades, y con mejores características nutricionales.
LOS RIESGOS Y DESAFÍOS
Sin embargo, la edición genética también plantea riesgos y desafíos importantes:
1. Creación de “bebés de diseño”. La posibilidad de seleccionar rasgos físicos y cognitivos en los futuros hijos plantea serias preocupaciones éticas.
2. Desigualdad: El acceso a la edición genética podría estar limitado a aquellos que puedan pagarla, exacerbando las desigualdades sociales.
3. Consecuencias imprevistas: Las modificaciones genéticas podrían tener efectos secundarios no deseados a largo plazo.
4. Riesgos ambientales: La liberación de organismos genéticamente modificados en el medio ambiente podría tener consecuencias impredecibles.
EL MARCO ÉTICO Y LEGAL
Para aprovechar los beneficios de la edición genética y minimizar los riesgos, es necesario establecer un marco ético y legal sólido a nivel nacional e internacional. Este marco debe abordar cuestiones de garantizar que los beneficios de la edición genética sean accesibles a todos, y no solo a unos pocos privilegiados.
Debe existir protección de la dignidad humana para evitar la discriminación y la eugenesia. Hay que asegurar que la investigación en edición genética sea transparente y esté sujeta a supervisión pública. También fomentar la cooperación entre países para establecer normas comunes y evitar una carrera armamentista genética.
MÉXICO ANTE UN DILEMA
México se encuentra en una encrucijada. Por un lado, la edición genética representa una oportunidad para mejorar la salud de la población e impulsar el desarrollo científico. Por otro lado, plantea desafíos éticos y sociales que requieren una reflexión profunda y un debate abierto.
Es fundamental que nuestro país desarrolle un marco regulatorio adecuado que permita aprovechar los beneficios de esta tecnología, al tiempo que garantiza la seguridad y la dignidad de las personas.
Este marco debe ser flexible y adaptable a los rápidos avances científicos, pero al mismo tiempo debe ser sólido y capaz de proteger a las futuras generaciones. La edición genética es una tecnología con un potencial revolucionario, pero también plantea desafíos éticos y sociales sin precedentes.
La decisión de Sudáfrica ha abierto un nuevo capítulo en este debate global, y México debe asumir un papel protagónico en la construcción de un futuro donde la ciencia y la ética vayan de la mano.
MUNDO
Gran desafío político para Claudia Sheinbaum: El poder de la negociación, futuro del T-MEC
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, asumirá su cargo hasta el día 20 de enero del 2025, sin embargo, ya se comporta como presidente en funciones, mientras que el todavía presidente Joe Biden se queda cada vez más en las sombras.
Trump inició una gira por Europa en la que ha sido invitado de honor por el gobierno de Francia para la reapertura de la catedral de Notre Dame, en París, reconstruida luego del incendio que la consumió en su totalidad en 2019.
El presidente electo Trump, tiene una apretada agenda en su visita a Europa con distintos líderes políticos y empresariales para comenzar a plantear los primeros pasos de su segundo mandato presidencial, actuando como si ya hubiera ocupado nuevamente la Casa Blanca.
El caso de Donald Trump pone de manifiesto varios principios clave de la negociación:
La importancia de la preparación: Comprender las fortalezas y debilidades propias y de la contraparte es esencial para establecer estrategias efectivas.
El uso del poder de alternativa: Estar dispuesto a retirarse de la mesa de negociación puede proporcionar una ventaja significativa.
La comunicación estratégica: Adaptar el mensaje según la audiencia y el contexto puede influir en el resultado de manera decisiva.
El manejo de la percepción: La percepción de fuerza y control puede influir en la disposición de la contraparte a ceder.
Sin embargo, también existen riesgos asociados con un estilo negociador que enfatiza la confrontación o las amenazas. La falta de flexibilidad puede resultar en acuerdos a corto plazo insostenibles o en la ruptura de relaciones importantes.
LA COMPLEJA RELACIÓN MÉXICO-ESTADOS UNIDOS
La relación entre Estados Unidos y México es una de las más complejas y significativas en el panorama internacional, especialmente en el contexto actual. Ambos países comparten una frontera de más de 3,000 kilómetros, una interacción económica robusta, y una dinámica social y cultural profundamente interconectada. Esta asociación trasciende el ámbito geográfico y se convierte en un pilar fundamental para las economías de ambas naciones, con impactos globales. Sin embargo, las recientes declaraciones y amenazas del presidente electo Donald Trump ponen en riesgo este equilibrio delicado.
LA BALANZA COMERCIAL: UNA RELACIÓN INTERDEPENDIENTE
El comercio bilateral entre México y Estados Unidos es uno de los más grandes del mundo. Según datos de la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés), México es el segundo socio comercial más importante de Estados Unidos, solo detrás de China, con un intercambio de bienes y servicios que superó los $779 mil millones de dólares en 2023. En tanto, cifras del Banco de México destacan que alrededor del 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos.
En el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), esta relación se ha consolidado como un esquema de cooperación económica basado en reglas claras y mutuamente beneficiosas. Sin embargo, Trump ha amenazado con imponer aranceles elevados a los productos mexicanos, una medida que podría desestabilizar la balanza comercial. Este tipo de políticas proteccionistas no solo afectarían a México, sino también a las empresas estadounidenses que dependen de insumos fabricados en territorio mexicano.
Un ejemplo claro es la industria automotriz, donde México desempeña un papel clave como proveedor de autopartes y ensamblaje de vehículos. De acuerdo con la Organización Mundial de Comercio (OMC), más del 37% de las autopartes utilizadas en vehículos fabricados en Estados Unidos provienen de México. La imposición de aranceles podría aumentar los costos de producción en un sector estratégico para la economía estadounidense.
Las amenazas de Trump de imponer aranceles a los productos mexicanos podrían desestabilizar estas cadenas de suministro y aumentar los costos para los consumidores estadounidenses. Según la Cámara de Comercio de Estados Unidos, aranceles elevados podrían traducirse en un incremento de precios de hasta un 15% en productos básicos, afectando principalmente a los hogares de ingresos medios y bajos.
La mano de obra mexicana: Un pilar del crecimiento económico en Estados Unidos
El aporte de los trabajadores mexicanos en la economía de Estados Unidos es otro elemento esencial en esta relación bilateral. Según el Pew Research Center, se estima que en 2023 había 12 millones de inmigrantes mexicanos viviendo en Estados Unidos, de los cuales alrededor de 8 millones formaban parte de la fuerza laboral. Este grupo contribuye significativamente en sectores como la agricultura, la construcción y los servicios, que dependen en gran medida de esta mano de obra.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos señala que más del 50% de los trabajadores en el sector agrícola son mexicanos, un dato que subraya la dependencia de Estados Unidos en este ámbito para garantizar la seguridad alimentaria. Además, los inmigrantes mexicanos pagan miles de millones de dólares en impuestos y aportan al sistema de seguridad social, a menudo sin acceso a los beneficios que generan.
A pesar de su impacto positivo en la economía estadounidense, las amenazas de Trump de realizar deportaciones masivas representan un riesgo no solo para las familias afectadas, sino también para los sectores económicos que dependen de esta fuerza laboral. El Instituto de Política Migratoria (MPI, por sus siglas en inglés) advierte que la deportación de trabajadores mexicanos podría causar un déficit en sectores críticos, encareciendo productos y servicios básicos para los consumidores estadounidenses.
EL IMPACTO DE LAS REMESAS Y LA INTERDEPENDENCIA ECONÓMICA
Otro aspecto relevante en la relación económica bilateral es el flujo de remesas. Según el Banco Mundial, México recibió más de $60 mil millones de dólares en remesas en 2023, la mayoría provenientes de trabajadores en Estados Unidos. Estas transferencias no solo son una fuente vital de ingresos para millones de familias mexicanas, sino también un motor económico para comunidades enteras.
Por otro lado, el capital humano y las inversiones mexicanas en Estados Unidos también son notables. Empresas mexicanas como Bimbo, Cemex y Grupo Alfa tienen una presencia significativa en el mercado estadounidense, generando empleo y contribuyendo al desarrollo de sus economías locales.
CÁRTELES DE DROGAS Y LA AMENAZA A LA SOBERANÍA MEXICANA
En contraste con los beneficios económicos, las amenazas de Trump de denominar como «terroristas» a los cárteles de drogas mexicanos y justificar el envío de tropas a México representan una grave violación de los principios de soberanía nacional y autodeterminación. Este tipo de intervenciones, además de generar tensiones diplomáticas, podrían contravenir el Derecho Internacional y exacerbar los problemas de seguridad en la región. Aunque esta medida tiene como objetivo justificar una intervención más directa en México, plantea serias implicaciones legales y diplomáticas. Según expertos en Derecho Internacional, como los analistas del Centro para el Estudio de los Derechos Humanos de la Universidad de Harvard, esta clasificación podría ser utilizada para justificar acciones militares unilaterales, violando los principios de soberanía y autodeterminación consagrados en la Carta de las Naciones Unidas.
Además, las acciones militares estadounidenses en territorio mexicano podrían desestabilizar aún más la región y afectar negativamente la cooperación bilateral en temas clave como seguridad y migración. México ha insistido en la necesidad de abordar el problema del narcotráfico como una responsabilidad compartida, subrayando que el consumo de drogas en Estados Unidos y el tráfico de armas hacia México son factores clave que alimentan esta problemática.
El gobierno mexicano, respaldado por organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha rechazado categóricamente estas propuestas, argumentando que los problemas de seguridad deben resolverse mediante la cooperación y el respeto mutuo, no mediante imposiciones unilaterales. México ha enfatizado su disposición a trabajar con Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico, pero sin ceder a presiones que comprometan su soberanía.
UN FUTURO INCIERTO PERO LLENO DE OPORTUNIDADES
A pesar de las tensiones actuales, la relación entre México y Estados Unidos tiene un enorme potencial de crecimiento si se manejan adecuadamente los desafíos. La dependencia mutua, lejos de ser una debilidad, es una fortaleza que debe ser aprovechada para construir un futuro más equitativo y próspero para ambas naciones.
Las amenazas de políticas proteccionistas y medidas unilaterales pueden tener efectos negativos a corto plazo, pero también ofrecen la oportunidad de revalorar los términos de cooperación bilateral. Instituciones como la OCDE y el Banco Mundial han señalado que una relación económica equilibrada y justa es clave para el desarrollo sostenible de ambos países.
Las contundentes respuestas de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, a las controversiales y agresivas declaraciones y mensajes de Donald Trump, establecen un primer paso en lo que podría la relación bilateral, basada en el respeto. La fortaleza de México, así como su potencial de crecimiento que lo ha situado en la posición número 12 entre las economías más grandes del planeta, respaldan una postura firme ante un experto negociador como Trump, que busca los puntos débiles en sus contrapartes para imponerse, incluso intimidar, para lograr sus objetivos.
La relación bilateral entre México y Estados Unidos es fundamental en el panorama actual, no solo por su impacto económico, sino también por su importancia estratégica y social. Aunque existen tensiones y desafíos, la historia ha demostrado que ambos países son más fuertes cuando trabajan juntos. El reto para los próximos años será encontrar un equilibrio entre los intereses de ambas naciones, respetando los principios de soberanía y cooperación internacional, para que esta relación continúe siendo un modelo de éxito en el ámbito global, y ante los desafíos de la conformación nuevos bloques económicos, que están cambiando la dinámica y el equilibrio de poderes mundiales.
El poder de la negociación trasciende culturas, sectores y épocas. Como habilidad esencial para resolver conflictos, crear valor y fortalecer relaciones, su importancia no puede ser subestimada. El ejemplo de Donald Trump ilustra cómo esta herramienta puede aplicarse tanto en los negocios como en la política internacional, resaltando tanto sus beneficios como sus desafíos.
En un mundo cada vez más interconectado y complejo, dominar el arte de la negociación será indispensable para quienes deseen influir en los acontecimientos globales y liderar con éxito.
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