OPINIÓN
México al rojo vivo: Asesinato de sacerdotes jesuitas indigna y sacude conciencias

Opinión, por Pedro Vargas Avalos //
Por más esfuerzos que se hagan, no podemos soslayar la situación difícil, lamentable, por la que atraviesa el país entero, en varios aspectos. Uno mejor quisiera, invariablemente, comentar los avances en las grandes y pequeñas obras que las actuales administraciones de la república y de nuestro Estado, se han echado a cuestas para bienestar general; o glosar triunfos resonantes, como el del social demócrata Gustavo Petro en Colombia, nuestra querida y fraterna nación sudamericana. Sin embargo, la cruda realidad se impone.
En efecto, cuando aun la temible pandemia del Corona virus sigue dando de qué hablar, (aunque a decir verdad ya se tiene bajo control), la situación económica se desmejora, el renglón de la salud no atina en ser eficaz, la corrupción (cual corcel del apocalipsis) prosigue su cabalgata en todos los ámbitos, los políticos se empeñan en su anodino, cuando no, contradictorio actuar, en mucho solapados e imitados por los medios tradicionales de información y ciertos intelectuales orgánicos. Empero, el tema de la violencia que implica inseguridad y rebela crecimiento de la criminalidad, se enseñorea a los cuatro vientos del país, y lastimosamente, Jalisco corre al parejo.
Hasta alarma provoca leer o escuchar las noticias que por distintos medios nos bombardean a diario los sentidos. Por lo general, la nota roja es predominante, o al menos la información que más impacta el ánimo. Asesinatos, balaceras, desaparecidos, extorsiones, feminicidios, ilegalidades y, como cerezas de tóxico pastel, corruptelas a Dios dar.
Claro que hay muchos indicios y no pocas acciones, que especialmente del gobierno federal, y en mucho menor medida en la administración estatal o la municipal, se apuntan con el objetivo de aliviar carencias y subsanar omisiones, pero de plano han sido insuficientes o mal ejecutadas, por lo que sus resultados han dejado mucho que desear.
En cuestión económica, el solo anuncio del Banco de México de que la inflación este año de 2022 rebasará el ocho por ciento, causa cierto escalofrío, porque ya sabemos que cuando el gobierno anuncia topes, estos ordinariamente son rebasados. Y ese fenómeno, que entraña posibles carencias y segura carestía, conspira contra la población, particularmente la más desvalida.
Por lo que ve a la salud, la celebérrima pandemia que nos flageló mas de dos años, atrasó todos los planes para, como aseguraba al inicio del sexenio el presidente López Obrador, pronto tendríamos los mexicanos un sistema de salud universal semejante al de Dinamarca, es decir, eficiente, integral y calificado. El 3 de mayo pasado, declaró el primer mandatario en la consabida mañanera: “Nos hemos propuesto tener el sistema de salud funcionando de manera óptima para el primer trimestre del año próximo, … hasta que entre todos podamos lograr levantar el sistema de salud público, gratuito, no sólo el cuadro básico de medicamentos, todas las medicinas, todos los análisis clínicos, todas las intervenciones.”
Es de hacer notar que el ejecutivo de Jalisco, “porque la salud es prioridad y la pandemia lo ha demostrado”, Enrique Alfaro, presentó el plan “de infraestructura hospitalaria hasta el 2024, para llevar los servicios a zonas rezagadas y cumplir con 100 por ciento de acreditación de las unidades, con una reprogramación presupuestal que llegará a seis mil 160 millones de pesos en inversión total”. De ambos gobernantes, solo podremos decir que una cosa es prometer y otra cumplir, por lo que concediéndoles el beneficio de la duda, como el apóstol Santo Tomás, (que dijo: ver y creer) en su momento, ya veremos y si es cierto, les creeremos.
Sobre el fenómeno de la corrupción, cuyo propósito de abatirla ha sido el lema del régimen lopezobradorista, la mera verdad que avanza muy poco, y esa levedad solo en algunos renglones del gobierno de la Cuatro T. En las demás ramas, y en las esferas de los Estados y las municipalidades, no se advierten adelantos y más bien, al decir de mucha gente, es aplicable el refrán de “en vez de andar, gateamos”. Y conste, decimos de la gente, no de las oposiciones, porque si nos atuviéramos a estas (que siempre hablan de refilón y con miras sectarias), el estado es fallido y nuestra ubicación el abismo en todos los órdenes.
Y es que nuestros políticos, casi como regla imperativa, cual escribiera el humorista Alfredo Lamont, son “individuos que nos escuchan con la mayor atención, sin oír una palabra de lo que les decimos”. (Definiciones, ed. Océano, Esp., 1983). Por ello, su interés se cifra en lo que quiere su grupo y lo que personalmente les beneficia, olvidando que representan al pueblo y que deben cuidar del bien nacional. Como afirmaba Rius, la política a la mexicana, “es el arte de robar a la gente, y que esta siga aplaudiendo”. (Pequeño Rius Ilustrado, Grijalbo, 1978). Y por lo que ve a la prensa, es bueno saber que así como se le considera el cuarto poder por su influencia en los asuntos públicos esenciales, no debemos olvidar lo que aseveraba Malcolm X, (1925-1965) el defensor de los derechos afroamericanos: “Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido”.
Y así, remontando esta gradería de calamidades, arribamos al peldaño de la violencia, que como apuntamos, implica crímenes e inseguridad. No hay día en que no seamos sacudidos por notas estremecedoras por lo indignantes. Ante ataques en Teocaltiche, tiroteos en las cercanías de Lagos de Moreno o El Salto, por Tepatitlán y Mazamitla; fosas clandestinas en Tlajomulco, en el norte estatal, o el feraz sur y la bulliciosa costa, sin omitir el populoso centro jalisciense, el gobernador Alfaro atinó en decir que esos hechos eran por la vigilancia que se despliega: “Lo que hay es un trabajo de patrullaje…cuando tu no vigilas, cuando dejas que los delincuentes caminen libremente por las calles, pues no hay enfrentamiento.” (Mural, 19 junio 2022).
Y así se vinieron acaeciendo trágicos sucesos, en Jalisco, en Michoacán, en Guanajuato, Tamaulipas, Sinaloa y Colima; en el sureste, el norte, el centro, etc., de nuestra república. El Universal del martes 21, publicó en primera plana: “La extorsión, delito imparable. Alcanza niveles récord”. El mismo día leemos en El Sol de México: “Aumentan en mayo los homicidios dolosos”.
A la postre, se difundió el terrible asesinato de dos jesuitas y un civil en la población de Cerocahui, municipio de Urique (Chihuahua). El aciago hecho ocurrió al mediodía del lunes 20 de junio, dentro del templo en que ejercía los religiosos. Las victimas fueron un guía de turistas de esa comunidad, (Pedro E. Palma) y dos sacerdotes de la compañía de Jesús, (Joaquín Mora y Javier Campos) de edad avanzada ambos (alrededor de 80 años) y con plausible reconocimiento comunitario, pues su vida y obra por décadas, siempre fue a favor de esa población, cuyo común denominador es la pobreza. El presunto responsable de esa atrocidad, es apodado El Chueco, reputado como cabecilla de una cuadrilla de criminales de la sierra tarahumara, (Los Salazar) que a la vez tiene conexiones con carteles de la mafia con sede en Sinaloa.
El provincial de los jesuitas en el país, Luis Gerardo Moro Madrid, con motivo de esa barbarie, expresó: “México vive una violencia criminal lacerante” (El Universal, 22 junio 2022). Y claro, demandaron justicia, junto al esclarecimiento del feroz acontecimiento. La gobernadora chihuahuense (Maru Campos) opinó que los sacerdotes fueron víctimas circunstanciales. Lo cierto es que inmediatamente el ejecutivo federal ordenó una indagatoria a fondo, apoyando a la autoridad de Chihuahua, (pues el homicidio es competencia del fuero común, o sea, del Estado) con elementos del ejército y la guardia nacional, que se sumaron a los de seguridad pública estatal. Los cuerpos, que habían sido sustraídos por los homicidas, fueron encontrados rápidamente y al fiero “Chueco” se le persigue denodadamente.
Con cuánta razón, al ver que México está al rojo vivo, exclamó el destacado analista Jorge Zepeda Patterson: “El infame asesinato de dos jesuitas misioneros en la sierra Tarahumara, de manera gratuita y salvaje, ha indignado a la opinión pública con sobrada razón. Una cuenta más de un largo rosario de incidentes que muestra que la población en amplios territorios se encuentra indefensa…”. (Milenio, 23-06-2022).
El Sumo Pontífice Francisco, jerarca del catolicismo mundial, es jesuita, por lo que muy particularmente se sintió lastimado, y emitió una reflexión: “Expreso mi dolor y consternación por el asesinato en México anteayer de dos religiosos jesuitas y de un laico. ¡Cuántos asesinatos en México! La violencia no resuelve los problemas, sino que sólo aumenta los sufrimientos innecesarios.”
Ante tal enunciado, López Obrador contestó: “Estamos totalmente de acuerdo, porque hay todavía quienes piensan que la violencia hay que enfrentarla con violencia, el mal con el mal.” En consecuencia, en primer lugar, se deben abatir las causas de la violencia; ¿Cómo?, logrando que haya trabajo para todos, que tengan oportunidades los jóvenes para el estudio, que se combata la pobreza. Y lo segundo, que es importantísimo, lograr cero corrupciones y cero impunidades, lo cual incluye, agregamos nosotros, una lucha sin cuartel, pero ajustada a la ley y con el soporte de la sociedad, contra la delincuencia organizada. Solo así, estamos seguros, se le podrá someter.
JALISCO
Urge reingeniería en Ipejal: Pensiones de Jalisco, de la misión sublime al botín y desvío

Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //
Cuando gobernaba a Jalisco el ilustre Agustín Yáñez Delgadillo, cuyo período fue del uno de marzo de 1953 al último de febrero de 1959, preocupado por la inexistencia de normas que protegieran a los servidores públicos del Poder Ejecutivo, dando opción de agregarse a los trabajadores de las municipalidades, envió con fecha 10 de diciembre de 1953 al Congreso local, una iniciativa para crear la Ley de Pensiones Civiles del Estado; fungía como Secretario General de Gobierno, el distinguido abogado Alberto Fernández, quien como competente jurista sin duda dio fino retoque al humanista proyecto, apuntalado por el jefe de Economía y Hacienda, Lic. Francisco Medina Ascencio.
El lunes 14 de aquel mes navideño, se dispuso en la Cámara de Diputados, que la iniciativa antedicha fuese analizada por las comisiones de pensiones y la de gobernación, en las cuales destacaban los legisladores Dr. Francisco Sánchez Flores, (el polifacético y célebre Pancho Panelas) muy cercano al mandamás jalisciense, y el Lic. Carlos G. Guzmán, quien había fungido como segundo de abordo en el período del gobernador Jesús González Gallo (1947-1953), antecesor del literato Agustín Yáñez.
El Poder Legislativo de ese entonces, la XL legislatura, lucía diputados de enorme calidad en lo humano y lo político, siendo en total 18 y entre ellos mencionamos como botones de muestra, a: Alfonso de Alba Martín (académico, escritor y enseguida secretario de gobierno, por el fallecimiento del Lic. Fernández), Juan Gil Preciado (futuro gobernador), José Parres Arias (notable Rector de la Universidad tapatía), Manuel García Guzmán (alias el General Zaragoza, padre del futuro gran político Sergio García Ramírez); el medico Enrique García Ruiz (alias Buda, adalid de los estudios forenses en Guadalajara); D. José Ma. Díaz de León, (quien sería Procurador de Justicia, hermano del primer Rector de la Universidad oficial) y el culto ensayista y poeta Emmanuel Palacios.
El documento fue debatido el 17 de ese decembrino mes, y para el siguiente día firmaron el dictamen favorable, basados en que tenía un “amplio espíritu de beneficio humano que entraña y tiende no solo a la protección de los empleados públicos, sino al mejoramiento integral de Jalisco”. El parecer se aprobó el 28 de diciembre de ese año, según decreto 5904 rubricado por el Lic. José Parres Arias, presidente de la Cámara y los diputados Francisco Espinoza Sánchez y Dr. Enrique García Ruiz, sancionándolo el inmediato día 30 el gobernador Agustín Yáñez y publicándose en el periódico oficial “El Estado de Jalisco” el postrer día -jueves 31 de diciembre- del año 1953, para entrar en vigor el uno de enero del año inmediato.
Con ello se cumplía el espléndido fin del sobresaliente mandatario jalisciense de “proteger el equipo humano de que dispone (el Estado) en la realización de las actividades públicas”, dado que la actividad diaria que despliegan “trae consigo un desgaste físico que es menester garantizar y prevenir en beneficio de quienes dedican su vida al servicio de la colectividad”.
La primera oficina se instaló en el mismo Palacio de Gobierno, lateralmente al pie de la escalera principal, fungiendo como director, el aludido jefe del Departamento de Economía y Hacienda, Lic. Francisco Medina Ascencio, arandense de gratos recuerdos por su bonhomía y sentido humanístico.
Es muy significativo, que la idea sustantiva fue salvaguardar los derechos de los trabajadores de la administración pública, no incluyendo a los cargos de elección sino a los “funcionarios por designación y los empleados al servicio del Estado” con nombramiento expedido por este. Optativo de ser parte de esa protección, la tendrían -previo acuerdo con la Dirección de Pensiones- los trabajadores de los municipios y órganos descentralizados de la Entidad.
No se habló de los diputados o regidores, e incluso de los magistrados del Supremo Tribunal que sin embargo si podrían invocar ser servidores públicos con nombramiento legal. Al presente son, indebida e injustamente, los preferentes usufructuarios de las pensiones jaliscienses.
Los apartados de esa primigenia ley, aparte de organizarla ubicando a la Dirección dentro del área de Economía y Hacienda estatal, estipulan lo referente al patrimonio de Pensiones Civiles (sobre todo las aportaciones de trabajadores y el Estado o municipios en su caso, previendo entidades descentralizadas que se afiliaran) que incluían donaciones y diversos renglones derivados de sus gestiones. Luego seguían los préstamos a corto plazo, los créditos hipotecarios, las casas-habitación (compradas o arrendadas) y desde luego la sustancia de la norma: las pensiones.
Es resaltante mencionar que esas pensiones, se otorgarían a quienes hubiesen laborado al menos 30 años y cotizado como mínimo 3 anualidades; además el máximo de la suma a recibir sería del 60 por ciento del sueldo último que hubiese devengado el beneficiado. Los servidores de 55 años cumplidos podían pensionarse siempre que hubieran cotizado cuando menos 15 años. Como propósito quedó algún día poder cubrir pensiones con igualdad de sueldo. Finalmente se determinó que, si un empleado afiliado dejaba de cotizar, podía pedir la devolución de lo aportado.
De esa manera arrancó la visionaria y noble tarea del ahora ardiente Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco (IPEJAL), cuya ley -ha tenido varias- fue actualizada insuficientemente el año de 2023, más que nada porque son políticos quienes hacen tales remiendos, dejando rendijas para luego aprovecharse de ellas, cuando creen llegado el momento de pensionarse.
Claro que además de lo anterior, el instituto ciertamente ha resentido bastantes actos reprobables por parte de gobernantes poco escrupulosos y directivos desastrosos. A eso le debemos sumar que los pensionados y jubilados, materia central de la institución, no están lamentablemente bien organizados y por ello, son mal atendidas sus propuestas. Por su parte, el sindicato de los trabajadores del Instituto, mejor estructurado que aquellos, empero tampoco suele tener el trato que les corresponde.
El organismo ha sido utilizado varias ocasiones como “caja chica” de los gobernantes estatales, y desdichadamente considerado, con la complicidad de esos personajes autoritarios, a veces como botín y por lo general contemplado como paracaídas de altos funcionarios o notorios políticos maliciosos. De unos y otros, se puede señalar a diputados, magistrados y funcionarios influyentes, todos aprovechados de la nobleza de Pensiones del Estado.
Tales sujetos a la fecha constituyen la “élite dorada” de pensionados, grupo que sangra exageradamente los fondos de IPEJAL en perjuicio de la institución y sobre todo de la mayoría inmensa de sus genuinos derechohabientes. Al respecto, escribió en 2022 el universitario Gabriel Torres Espinoza: “El IPEJAL parece todo, menos un instituto que salvaguarde el interés superior de los derechos y las prestaciones de sus afiliados, beneficiarios y pensionados. Opera como un saqueador vil, despiadado y sin escrúpulos”. (ene 19, 2022 | Columnas, El Respetable).
Ese panorama no varió con la alternancia partidista que experimentó el gobierno de Jalisco (del PRI al PAN; luego del PAN al PRI y de este a MC) puesto que las irregularidades y malos manejos persisten en el Instituto que, dice el autor antedicho, está “gangrenado de corrupción, y atestado de pillos”. Y para ejemplo de lo anterior, tenemos el caso del actual director, quien en enero pasado se autorizó (con la complicidad del ineficaz Consejo de la institución) un incremento salarial del 67%, mientras que los empleados del IPEJAL y no digamos sus pensionados y jubilados, reciben aumentos de miseria.
El sindicato independiente del organismo publicó sobre el tema: además del incremento de sueldo del 67% al director Juan Partida, se aprobó en esa sesión el “incremento salarial de hasta un 55% en 16 nombramientos directivos, lo que implicará un gasto anual adicional de 7 millones de pesos… A la vez, se aprobó en ese procedimiento de reestructuración, la creación de seis nuevas plazas con sueldos que van de los 42 mil a los 84 mil pesos mensuales, que significan un gasto adicional de 600 mil pesos mensuales, en plazas de nueva creación.” (Semanario Conciencia Pública, 2-II-2025).
Por fortuna el nuevo ejecutivo estatal, ya se dio cuenta de la trastada y echó para atrás ese agravio; los jaliscienses confiamos que con esa muestra tenga oportuno aviso de lo que son los dirigentes del Instituto y permanezca al tanto de su actuación, para enmendar o mejor, evitar desvíos.
Numerosos y variados son los rubros en que las directivas de IPEJAL han fraguado “negocios” reprobables: estacionamientos, salones de fiestas, capilla de velación, el Club Deportivo Hacienda del Real, la hacienda de La Mora, la oficina de viajes, la óptica, etc. Sin embargo, los más descollantes desaciertos económicos fueron en inversiones, desde turísticas o inmobiliarias, hasta las de bolsa, mismas que han significado copiosas pérdidas patrimoniales para el organismo. Ante tales acciones desvergonzadas, la impunidad fue la actitud ordinaria del gobierno, salvo algún caso excepcional.
Por lo anterior es que urge, una ley eficaz y una actitud gubernamental atinada para que ya no se vea como botín o paracaídas al IPEJAL. Este requiere de reingeniería para sanear sus recursos financieros, ser repensado en lo que ve al nombramiento de sus directivos, así como fortalecer los beneficios que debe otorgar.
Lo primero para que robustezca su economía, equilibre las pensiones y jubilaciones; lo segundo, para establecer beneficios posibles e indispensables que vigoricen el nivel de bienestar de sus protegidos genuinos. En cuanto a sus dirigentes, no puede ser que siga en manos de protegidos o políticos decadentes y paracaidistas, cuyos resultados llevan al abismo al instituto, sino que deben ser personas honradas, conocedoras y conscientes de lo que es administrar y comprender la elevada misión del IPEJAL, lo cual se reflejaría en sustentabilidad institucional y en valiosos apoyos a los afiliados y pensionados.
Por lo pronto, ese es el reto que tiene el flamante gobernador de Jalisco, y a tal fin debe atender toda actividad de los sindicalizados del IPEJAL conjuntamente a los pensionados y jubilados de tan bienhechora institución.
JALISCO
Loretta Ortiz Ahlf en Jalisco: La ilusión de la justicia popular

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
I. El Congreso y la chulada de ministra
En el Patio Constituyentes Jaliscienses del Congreso del Estado de Jalisco, la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Loretta Ortiz Ahlf, desplegó un espectáculo de retórica y autoelogio en su ponencia «Desafíos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación». Frente a una audiencia conformada en su mayoría por legisladores de Morena y partidos afines, Ortiz Ahlf defendió la reforma judicial con una mezcla de condescendencia y certeza dogmática.
«Ustedes van a ser los más beneficiados», dice. Y en ese «ustedes», hay un eco de pueblo, de una comunidad olvidada que, por fin, según su discurso, tendrá acceso directo a la justicia. Ya no harán falta abogados carísimos ni contactos en los oscuros pasillos del poder. Serán los ciudadanos los que elijan a sus jueces. La ministra, en un arranque de campechanía, se describe a sí misma como «una chulada de ministra». La frase resuena y se vuelve titular antes de que termine la jornada.
Mientras la ministra hablaba de justicia expedita y procesos que deberían resolverse en un máximo de seis meses, lanzaba críticas a los trabajadores del Poder Judicial por sus protestas, responsabilizándolos del atraso en miles de procedimientos. No parecía percatarse de la ironía de pedir celeridad en un país donde los tribunales suelen ahogarse en expedientes y burocracia.
Respecto a la elección de jueces y magistrados en Jalisco, Ortiz Ahlf evadió definiciones claras. Cuando se le preguntó si el proceso debía realizarse en 2025 o postergarse hasta 2027, respondió de forma ambigua: «Es una decisión del Congreso. Si logran concluir los trabajos y se puede dar cabida al proceso electoral en 2025, será en 2025, y si no, hasta el 27. No trasciende», ocasionando que más de una diputada local de la bancada de MORENA se retorciera de molestia, pues se pretendía que su reforma se aprobara el mes pasado y se llamara a elecciones este mismo año. Como si una reforma estructural en el Poder Judicial fuera una cuestión menor, un simple trámite administrativo sin consecuencias.
En cuanto a la relación con Estados Unidos, Ortiz Ahlf respaldó con fervor a la presidenta Claudia Sheinbaum frente a las amenazas de Donald Trump. Con un tono nacionalista encendido, sentenció: «México es un estado soberano y no se vale intromisión alguna». La frase resonó en el patio del Congreso, pero quedó flotando en la nada, carente de cualquier propuesta concreta sobre cómo enfrentar las embestidas del vecino del norte.
Loreta Ortiz Ahlf prácticamente salió del recinto encapsulada, rodeada de un séquito de colaboradores, simpatizantes y un equipo de seguridad improvisado que la escoltó hasta su salida.
II. El diálogo con los jueces: Entre lo técnico y lo político
En la penumbra de un salón del Hotel Fiesta Americana, en la emblemática zona de la Minerva, se congregaron figuras del ámbito judicial y sindical para escuchar a la ministra Loretta Ortiz Ahlf. La convocatoria, realizada por la Federación de Trabajadores de Jalisco, liderada por Juan Huerta Péres, prometía ser un espacio de reflexión sobre la reciente reforma al Poder Judicial.
La ministra Ortiz Ahlf, con su característico tono sereno pero firme, abordó la polémica propuesta de elección popular de jueces, magistrados y ministros. «Si tenemos capacidad de elegir a nuestros presidentes, gobernadores, legisladores y presidentes municipales, ¿qué no la tendríamos para elegir jueces?», cuestionó, desafiando a una audiencia que, aunque atenta, mostraba signos de escepticismo.
Entre los presentes se encontraban miembros destacados del Poder Judicial estatal y federal, así como líderes sindicales y políticos locales, incluso Arturo Zamora Jiménez, Coordinador de los Foros Ciudadanos para la Armonización del Poder Judicial en Jalisco, asistió en plan de oyente y se dedicó a saludar pacientemente.
La ministra, en este escenario más cómodo y cercano, compartió anécdotas que evidenciaban las fallas internas del sistema judicial, como el caso de un juez que, durante once años, acosó impunemente al personal femenino a su cargo. «Son usos y costumbres», fue la respuesta que recibió cuando cuestionó la inacción ante tales conductas.
La propuesta de otorgar 220 mil pesos a los aspirantes a ministros para hacer campaña ante la ciudadanía generó murmullos en la sala. Un aspirante presente preguntó: «¿Cómo se promoverán los candidatos ante los votantes?». La ministra, con una sonrisa que denotaba tanto comprensión como incertidumbre, respondió: «Ni yo lo sé, apenas se aprobaron las leyes secundarias». La sinceridad de la respuesta generó simpatía de los asistentes con Loreta Ortiz.
Al finalizar su intervención, Ortiz Ahlf enfatizó que la reforma busca garantizar que los ciudadanos tengan acceso pleno a la justicia. Sin embargo, la ambigüedad en los detalles y la falta de claridad en la implementación nos tienen a muchos con más preguntas que respuestas. La salida de la ministra Ortiz fue sin prisas entre selfis, abrazos, y comentarios de simpatía. La noche avanzaba, y mientras algunos asistentes se retiraban en silencio, otros se agrupaban en pequeños círculos, debatiendo las implicaciones de una reforma que promete cambiar el rostro de la justicia en México, pero que aún deja entrever sombras de incertidumbre.
III. Puerto Vallarta y la retórica de la soberanía
En el conocido Hotel Velas Puerto Vallarta, la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Loretta Ortiz Ahlf, ofreció una ponencia titulada «El rostro del Poder Judicial en el México actual». Acompañada por la diputada del Partido Verde, Yussara Canales, Ortiz Ahlf se dirigió a un público selecto compuesto por miembros de la comunidad vallartense y figuras políticas de la Cuarta Transformación.
Desde el inicio, la ministra dejó en claro su diagnóstico: el sistema judicial mexicano es un laberinto de burocracia y tiempos indefinidos. «Hoy por hoy en México nadie sabe cuándo inicia un proceso judicial y mucho menos cuándo va a terminar», sentenció. Con esa afirmación, Ortiz Ahlf puso sobre la mesa uno de los problemas más arraigados de la justicia mexicana: la lentitud. «Hay procesos que duran más de quince o dieciséis años», añadió con tono de indignación, aunque sin ofrecer soluciones concretas más allá de la insistencia en la necesidad de un cambio estructural.
La ministra también hizo hincapié en la desconexión entre el Poder Judicial y la ciudadanía. «La mayoría de las personas no saben para qué sirve un ministro de la Corte, ni siquiera un juez o un magistrado. Somos ajenos a los ciudadanos, y eso no puede ser», reconoció.
Por su parte, Yussara Canales, con el tono de quien ha encontrado en la retórica de la Cuarta Transformación una guía infalible, elogió la participación de la ministra, calificándola como «un avance significativo» en la transformación del sistema judicial. «Con claridad y compromiso, la ministra expuso la necesidad de un Poder Judicial que deje atrás las viejas prácticas de privilegio y corrupción», declaró la diputada, como si las palabras por sí solas bastaran para borrar décadas de estructuras enquistadas.
El acto culminó con una ovación moderada. La ministra y su séquito se retiraron entre saludos y fotografías. Afuera, Puerto Vallarta continuaba su ritmo, ajeno al evento en el hotel de cinco estrellas, donde una vez más, la justicia se discutió sin que nadie supiera realmente cómo alcanzarla.
En X @DEPACHECOS
Beisbol
Un equipo que pasará a la historia: Gracias, Charros, gracias…

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¡Qué temporada logró tener Charros!
La forma de ganar el campeonato de la Liga Arco Mexicana del Pacífico fue indiscutible. Nos brindaron una final de ensueño, que nunca llegamos a imaginar que ocurriría.
Pasaron sobre Águilas de Mexicali, Naranjeros de Hermosillo y Tomateros de Culiacán. Brillantes actuaciones. Y así fueron a la Caribe que se celebró en Mexicali.
ARAÑAR LA GLORIA
En el Clásico Caribeño se arañó la gloria. Después de haber llegado invicto a la final, la batería de los caporales se apagó. Los bateadores no lograron descifrar los jeroglíficos que envío al home plate el lanzador Esmil Rogers que apoyado en el relevo de Dominicana dominaron a la novena mexicana.
La diferencia mínima, fue de 1-0. Y Leones del Escogido se llevó la corona a pesar de haber quedado con 3-3 en los 6 juegos que protagonizaron. Así es el sistema aceptado por todos los jugadores que opera en El Caribe y así queda. Dominicana logró su campeonato 23 en la historia de estos clásicos.
Charros estaba tan cerca y tan lejos la corona del Caribe. México había sido el gran equipo de esta pequeña serie mundial latinoamericana. México llegó invicto con un 5-0, en la misma serie había derrotado a República Dominicana 2-0.
Con las reglas anteriores, México hubiera sido el campeón, pero el sistema cambió y después de una primera etapa de todos contra todos entre 5 equipos, se elimina 1 y entre los 4 restantes se enfrentan para sacar a los semifinalistas.
Y el festejó se celebró con música de merengue y con ron. Los mariachis callaron y el tequila se guardó. No hubo fiesta en el vestidor mexicano.
UN EQUIPO DE TRIUNFADORES
Mucho dolió esta derrota ante los dominicanos. ¿Por qué se perdió? Puede haber muchas opiniones. Siempre se culpará a alguien. Hay quienes piensan que se pudo haber ganado. ¿Por qué no se fue Hamilton al robo cuando se embasó? ¿Por qué Benjamín Gil no mandó tocar la bola? ¿Porqué Charros no corrió como lo había hecho?
Lo cierto es que hubo únicamente dos buenas oportunidades de anotar y los dos equipos la tuvieron. Primero fue México el que llenó las bases en la baja del segundo inning cuando el lanzador Esmil Rogers se descontroló. Hizo 32 lanzamientos a home, llenó las almohadillas de charros, pero faltó el batazo clave y con 1 out se bateó para doble play.
En la alta del tercero, el que se descontroló ahora fue Manny Bañuelos, que también llenó las bases, pero sin out. Robinson Canó vino a batear y conecta roletazo para doble play, pero el que estaba en tercera anota. Y así el juego se fue hasta el final. No habría más carreras.
México eta vez no bateó, cayó en slump y que sumadas las 8 entradas del juego anterior frente a Puerto Rico, con estas 9, fueron 17 innings sin anotar carrera. A los lanzadores dominicanos, México le pegó únicamente 1 hit. En mal momento la artillería se apagó.
Dominicana ganó porque aprovechó esa oportunidad. Y punto.
Benjamín Gil sigue sin ganar una serie del caribe de 5 en las que ha participado. Y a Charros aún no se le da en su tercera incursión. Quedó un amargo sabor de boca. Se tuvo muy cerca el campeonato, más cerca de la que tuvieron otros muchos equipos que llegaron, por eso es que duele, duele a los jugadores que tienen vergüenza y pundonor, duele a los directivos que esperaban vivir la alegría y culminación de un gran año de Charros, duele a la afición que ven al representativo de México, como el campeón sin corona.
Y utilizo una frase muy trillada: así es el beisbol. Y lo que sigue.
CHARROS, UN CONJUNTO EXITOSO
Felicitamos a Charros, a todo estos peloteros que en este año nos brindaron tantas emociones, nos dieron un campeonato al convertirse en un equipo espectacular, con actitud y entrega que finalmente se conectó con el respetable el que lo impulsó como no habíamos visto antes y que vislumbra en el futuro que esa charromanía que se había apagado, regresa. Seguramente serán cientos o miles de niños que contagiados por esta chispa de un deporte tan hermoso y vibrante, lo empezarán a jugar, alejándose de las tentaciones tan abundantes hoy día.
El equipo 2021-2022 de Charros será recordado y anotamos a sus grandes estrellas y su juego de conjunto, dirigidos por Benjamín Gil a quien hay que darle el mérito de haber articulado este equipazo: Billy Hamilton, líder robador de bases; Michael Wielansky, que corre como venador por los senderos y que quedó líder en triples; Mateo Gil, que vino a reforzar a Charros y que le inyectó esa frescura de batear, correr y fildear, al hacerse presente en el momento importante, con todo y ser el hijo de papá, Mateo llegó para quedarse.
Esa atrapada histórica de Julián Ornelas frente a Tomateros en la casa de los guindas al lanzarse para capturar la bola, es de esos batazos engarces que que cambió el destino de un juego y evitó la derrota de Charros, que permitiría ganar ese segundo juego de la serie final.
¡Qué atrapadón de Ornelas!
El colombiano Reynaldo Rodríguez, que conectó aquel jonrón de 3 carreras ante Tomateros y que permitió que Charros se levantara de la lona, iba abajo 0-5 para empatar el juego y luego ganar 6-5, todo esto en la novena entrada, era el tercer juego de la serie finan ante Culiacán.
El refuerzo de Donovan Casey, con su velocidad en los jardines y en las bases, con un brazo privilegiado que permitió enfriar a dos corredores en home plate, uno de ellos a Tomateros y que marcó la diferencia entre el triunfo y la derrota, así como ese esquizee play que anotó para que Charros rompiera el empate con Tomateros en ese sexto juego que le dio el campeonato. Carlos Mendivial y Alfredo Hurtado que se rotaban la receptoría. No podemos olvidar a Japhet Amador, que hizo ajustes a su bateo, que con batazos cortos, contribuyó a la causa.
Los brazos de Manny Bañuelos, de Ronald Medrano, Luis Iván Rodríguez, Alemao Hernández, Adrián Gusman, Mario Meza, Luis Payán, Miguel Aguilar y el gran cerrador Trevor Clifton, que será histórico, así como el refuerzo del “indio de San Luis Potosí”, Jesús Cruz.
Hay más jugadores campeones, pero el espacio se nos agotó.
La afición se debe sentir orgullosa de este gran conjunto de estrellas.
¡Gracias Charros, gracias por todas estas emociones que nos brindaron!
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