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OPINIÓN

¿Qué va a decir de la crisis económica?: Segundo informe, primer mitin electoral

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Metástasis, por Flavio Mendoza //

Un informe de gobierno nada diferente con un Presidente tampoco nada diferente, en medio de un escenario completamente distinto, pero que se ha vuelto la moda en el mundo, la culpable de todos los problemas y por más que diga el Presidente Andrés Manuel López Obrador que es diferente, como en otros tiempos y como actualmente en otras partes del mundo quiere hacer creer al pueblo bueno y sabio que la culpa de la crisis económica es el Covid-19.

En los spot publicitarios oficiales para el segundo informe de gobierno constitucional, el Presidente ha decidido revivir las frases de su eterna campaña electoral, pero ahora financiados por el estado mexicano, todo el aparato del gobierno centrado a levantar la figura central de un mesías, que se ha apoderado de la verdad absoluta, abusando de la pos-verdad.

Por ejemplo el primer spot fue en el que culpó a la pandemia de la eventual crisis económica, pero anticipa que se comenzó a rescatar a la “economía popular”, sin rescatar a los empresarios y banqueros “como se hacía antes”, éste será uno de los ejes rectores de su informe, en el que no se preocupa por informar, por los datos objetivos, por la realidad, sino que va enfocado a las emociones de las personas, como si se tratase de una campaña electoral. Pero la culpa de la inminente crisis no es sólo la pandemia, recordemos que el crecimiento negativo ya se viene arrastrando desde su primer año en el ejercicio del poder.

Un segundo spot resalta la victimización del Presidente, incluso comparándolo con el revolucionario Madero, en éste culpa a quienes él cree sus adversarios que generaliza de conservadores y de paso menciona a la prensa como los voceros de éstos, a quien dice están desquiciados, pretendiendo imponer la idea de que los señalamientos a su deficiente administración se debe a que es todo bueno y quienes no quieren el progreso y transformación atacan desprestigiando. En el informe esta idea tratará de distraer de los señalamientos que se han hecho y de los que no han desmentido desde el gobierno federal, contestan imponiendo su “verdad”.

Otro spot, el del avión presidencial, mismo que contradictoriamente parece no querer vender, pues es uno de sus principales insumos en la estrategia de “pan y circo” para el pueblo, pues tanto en campaña como ahora en la presidencia le ha dado tanto, hasta la recaudación de ingresos económicos a partir de la famosa rifa del avión, que no es avión, que ya se pagó y se volverá a pagar y que servirá para lo mismo que se supone fueron los ajustes del presupuesto con austeridad republicana.

El avión de la inmensa mayoría de naciones tiene tanto modificaciones de lujo y confort como de tecnología y seguridad, pero la gran mentira es decir que es el avión más costoso del mundo, que no lo tiene ni Trump, sin embargo hay otras naciones que cuentan con mejores y más costosos aviones presidenciales, con particularidades de lujo y confort acorde al mandatario. El Presidente AMLO sí usa el avión y quizá se ha sacado más jugo que sus antecesores.

El colmo, usa en un cuarto spot al Papa Francisco para justificar con el evangelio las políticas asistencialistas, un paliativo demostrado en el mundo que no funciona ni para el bienestar, ni para la riqueza de un país. En éste incluso contradictoriamente dice al final “un tengan para que aprendan” una frase revanchistas que ninguna religión aprobaría, el presidente AMLO apostó a usar la fe a partir de la religión con más adeptos en el país, además enviando el mensaje claro de que seguirá regalando el dinero “del pueblo” al pueblo, aunque no todo éste contribuya a la recaudación del mismo.

Es claro que el Presidente tiene su cabeza en la próxima elección y no en la cruda realidad que prevalece en el país, donde los números de la economía apuntan a la peor crisis desde hace 100 años, confirmado por el secretario de Hacienda. O la criminalidad creciente, donde los abrazos y no balazos no ha sido efectivo, en lo que va de su sexenio ya ha alcanzado cifras record en homicidios.

En Educación de plano parece que no hubo cambios, al contrario son más las deficiencias actuales del sistema educativo que en el pasado, con una reforma que no se acaba de entender y muy similar a la “mal llamada reforma Educativa” pero en la anterior se tenían más certezas para el magisterio.

Hoy lo único nuevo es mantener el proyecto de Salinas Pliego, las Orquestas Azteca” que las quieren meter en todo. Ni que decir de la salud, con una estrategia fracasada, que ha superado todas las proyecciones, incluyendo las más catastróficas, establecido así por ellos mismo. Un combate a la corrupción que se ha derrumbado con la burda defensa del presidente a su hermano Pío, los moches eran la corrupción, lo de hoy son aportaciones para que el pueblo pudiera estar contento de su llegada al poder y de la actual transformación.

Un Informe que seguro tendrá el aplauso de los incondicionales, pues ahora el sometido y subordinado es patriota, mientras los que critican y cuestionan son los conservadores que desean el pasado corrupto de este país.

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NACIONALES

La integración del nuevo Poder Juidcial

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Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

Desde siempre la Suprema Corte de Justicia de la Nación (en México es el único país con esa denominación; en el resto del mundo es la Corte Suprema) ha sido un blanco político, aunado a su innegable vocación jurídica. Los ires y venires jurídico-políticos del Poder Judicial en México van desde antes de declarar la independencia del país hasta nuestros días.

Antaño, debates entre «conservadores» y «liberales» definieron poderes y alcances de legislativos, ejecutivos y jurídicos, marcando responsabilidades y límites.

Actualmente, se ha revelado al abogado mixteco Hugo Aguilar Ortiz como presunto presidente del Supremo Tribunal de Justicia al obtener la mayor cantidad de votos para su designación como magistrado en la elección del 1º de junio de este año.

Antaño, cuando el entonces presidente de la república, Juan Álvarez nombró a Benito Pablo Juárez García como ministro de justicia (1855) se llevó al cabo dicha designación como lo ordenaba la Constitución: el presidente de la república tenía esa facultad.

Es hasta el 15 de junio de 1861 que don Benito asume la presidencia del Supremo Tribunal de Justicia que, entonces, significaba ser vicepresidente de la república.

Comonfort, presidente que fue destituido y que había encarcelado a Juárez por no “comulgar” con sus ideas conservadoras, dio paso a la primera presidencia de Benito Pablo Juárez García, pues ocupaba la presidencia del STJN. Surgen entonces las Leyes de Reforma y la guerra intestina que trajo a Maximiliano de Habsburgo como emperador.

A los 12, Juárez dejó Guelatao por Oaxaca, sin hablar español, pero su inteligencia brilló en el seminario de Santa Cruz, aprendiendo filosofía y latín. Estudió abogacía, se casó con Margarita Maza, tuvieron 12 hijos, la mayoría fallecidos.

Juárez fue regidor, diputado local, diputado federal y gobernador de Oaxaca. Santa Anna lo desterró a New Orleans; al caer Santa Anna, regresó para ocupar una magistratura en la SCJN.

La biografía de Juárez da para escribir una enciclopedia, pero esta parte sirve para entender que don Benito no era un ingenuo juez o magistrado. Aprendió a nadar entre tiburones de la política decimonónica que era feroz e implacable hacia los cambios, sobre todo los relativos a los fueros, posesiones e injerencias sociales de la Iglesia.

Como jurista fue parte de la creación de las Leyes de Reforma (independencia del Estado respecto a la Iglesia, ley sobre matrimonio civil, del Registro Civil, de Panteones y Cementerios y el paso de los bienes eclesiásticos a la nación); también promulgó la llamada Ley Juárez, que atendía a situaciones administrativas.

Las presidencias de Juárez son otros capítulos de su historia personal y de México.

¿Cómo entonces comparar la trayectoria de Benito Pablo Juárez García con la del flamante electo presidente del nuevo Supremo Tribunal de Justicia de la Nación, el mixteco Hugo Aguilar Ortiz?

Por cierto, “polvos de aquellos lodos”, Juárez no “masticaba” a Porfirio Díaz no sólo por ser enemigos políticos, sino por pertenecer a etnias oaxaqueñas diferentes: la zapoteca y la mixteca, respectivamente. Igual correspondía Porfirio Díaz Mori a su rival, al que intentó destituir mediante un golpe militar.

Según se ha dicho, la mayoría de los votos (cuatro millones 883 mil 3897) se dieron para Aguilar Ortiz por lo que será presidente de la SCJN dos años y será ministro 12 años. La presidencia será rotativa y, según los votos obtenidos la irán ocupando. los nuevos magistrados durarán en el cargo entre ocho y 12 años.

Los otros ministros serán: Lenia Batres; Yasmin Esquivel; Loretta Ortiz; Sara Irene Herrerías; María Estela Ríos González; Giovanni Figueroa Mejía; Arístides Guerrero e Irving Espinoza Betanza.

Como es lógico, los dimes y diretes en torno a la integración de la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación, han circulado profusamente. Se ha acusado a Aguilar Ortiz de ser un incondicional del expresidente Andrés Manuel López Obrador y, por consecuencia de la 4T.

Sobre la mayoría de los magistrados y magistradas pesa también la sombra de estar bajo la batuta del partido Morena, o lo que es lo mismo, del gobierno que encabeza la presidente Sheinbaum y que se extiende a las cámaras legislativas.

Los mexicanos (que votaron o no lo hicieron) estaremos a la expectativa para observar si en verdad se cumplen las expectativas en las que basaron la integración del nuevo Poder Judicial. Por lo pronto, será determinante la posición personal de cada uno de los ministros, en especial de quien habrá de presidir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, respecto a la muy importante tarea que tendrán a su cargo desde sus magistraturas.

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NACIONALES

La elección que nadie entendió

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Opinión, por Miguel Anaya //

El pasado 1 de junio de 2025, México escribió un capítulo inédito en su historia electoral: por primera vez se votó de manera directa a jueces, magistrados y ministros, una reforma promovida bajo la bandera de la “democratización del Poder Judicial”. Una jornada que prometía ser histórica, pero que terminó pasando de noche para la mayoría de los ciudadanos.

La participación fue baja, los votos nulos, muchos, y el desconcierto, generalizado. ¿Por qué? Porque cuando se convoca a votar sin contexto, sin información y sin conexión real con la ciudadanía, lo que se obtiene no es democracia participativa, sino un teatro cívico.

Para entender lo ocurrido, hay que remontarse a los orígenes de esta elección. Tras años de confrontaciones entre el Ejecutivo y el Poder Judicial, el discurso presidencial encontró terreno fértil: el Poder Judicial era elitista, lejano e inamovible. Y es verdad que, por años, la justicia en México se administró alejada de las necesidades ciudadanas. Sin embargo, el remedio propuesto fue igual de drástico que riesgoso: abrir la elección de jueces y magistrados a voto popular, sin construir antes las condiciones necesarias para que la ciudadanía supiera qué estaba votando.

El resultado: millones de mexicanos se enfrentaron a boletas con nombres que no reconocían, cargos que no entendían y funciones que nadie les explicó. Lo anterior ahuyentó a muchos y a otros tantos los llevó a votar sin las herramientas mínimas de información, terminando en millones de votos nulos.

La elección del 1 de junio fue como entrar a una librería, cerrar los ojos y elegir un libro al azar esperando que sea un buen texto de derecho constitucional. ¿Quiénes eran los candidatos? ¿Cuál era su trayectoria judicial? ¿A qué corriente respondían? ¿Quién los propuso? La mayoría de los votantes no lo sabía.

Y no es que el mexicano promedio no quiera participar. Lo que ocurre es que el mexicano no vota por lo que no entiende. Y en esta ocasión, no hubo campañas de información claras, ni debates, ni biografías públicas, ni nada que acercara el proceso judicial al lenguaje ciudadano, solo listas extensas, boletas complejas y la promesa de que “ahora tú eliges a tus jueces”, y eso no basta para una ciudadanía escéptica de las elecciones y de las instituciones políticas.

En redes sociales circularon cientos de memes con frases como: “Yo fui a votar por mi juez favorito, pero no me atendieron en la oficializa de partes”, “Había más gente en la fila de las tortillas qué en la casilla” o, “¿Y si mejor echamos un volado?” La sátira popular reflejó un sentimiento auténtico: la elección fue tan abstracta, que parecía más un ejercicio electoral entre amigos que de democracia real.

El voto informado es la base de cualquier sistema democrático. Pero este ejercicio fue una anomalía: Fue como invitar a toda la nación a elegir al nuevo director del Instituto Nacional de Física Cuántica sin siquiera explicar qué es un bosón. Un ejercicio tan enredoso y técnico que no acercó al Poder Judicial a la ciudadanía, sino lo contrario.

En fin. Lo que sigue es un reacomodo de piezas. ¿Podrán ser independientes jueces que llegaron al cargo por campaña electoral, con estructuras políticas establecidas? El tiempo dirá.

¿Qué sigue? El futuro inmediato está marcado por una alineación creciente entre los poderes del Estado. Un Poder Judicial renovado bajo una lógica electoral, un Poder Legislativo acomodado mayoritariamente con el Ejecutivo y una sociedad que observa, por un lado, con escepticismo los procesos y, por otro, con un bono de credibilidad hacia la presidenta.

Es evidente remarcar que, si no se invierte en educación cívica profunda, en información clara, en candidaturas transparentes y en participación genuina, lo que nos espera no es una democracia fortalecida, sino una coreografía de legitimidad vacía, y en la vida social de cualquier entidad, cuando hay vacíos de legitimidad, hay movimientos reaccionarios.

Aún es tiempo de corregir, de mejorar y de construir verdadera democracia para nuestra nación, con ejercicios auténticos, transparentes e incluyentes. Que lo sucedido sirva como lección, no como justificación ni como cacería.

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JALISCO

¿Qué hacer con tantas motos?

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De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //

Angie (así le decimos de cariño) circulaba al mediodía de norte a sur sobre López Mateos. A la altura de la colonia Las Fuentes, un motociclista que llevaba una mochila con el logotipo de entrega de comida, de esas de plataforma, iba zigzagueando entre los carriles centrales cuando de pronto derrapó, justo en frente de mi amiga, quien para evitar atropellarlo frenó de golpe, provocando que el carro que veía detrás de ella impactara al suyo ocasionando un daño bastante notorio.

El sujeto, luego de incorporarse, simplemente se alejó de la escena, dejando a su espalda un caos vial y un montón de problemas para quienes sufrieron por su tremenda imprudencia.

El anterior, es uno de los veinticinco accidentes diarios que en promedio suceden en la zona metropolitana.

Hay mediciones oficiales que datan del 2023 que indican que al menos un motociclista muere cada día como consecuencia de este tipo de percances.

Y es que algo ocurre en la mente de un buen número de motociclistas que se transforman en una especie de cirqueros viales, poniendo en peligro su vida y en riesgo la seguridad de los automovilistas.

Pareciera que pierden la noción de la gravedad que implica maniobrar por las calles a altas velocidades en medio de camiones de carga o de pasajeros.

¡Cuántos jóvenes han perdido la vida debajo de las llantas de una unidad del transporte público!

Es como si en algún momento de su viaje se sintieran impunes, elásticos o inmortales.

Pero la cosa no para ahí, a pesar de la violación a los reglamentos en la materia, si los conductores no les abrimos espacio para que puedan avanzar a su ritmo, se molestan a un nivel de insulto como una mentada de madre.

Más aún, todo apunta a que persiste la idea de que, en un incidente en el que estén involucrados un motociclista y un automovilista, este último es el que resultará culpable, aunque no lo haya sido.

Al respecto, este fin de semana, El Informador publicó un trabajo de investigación revelador e inquietante.

Cito: “De acuerdo con la Secretaría de Transporte (SETRAN), hasta el 6 de mayo, apenas 168 mil motociclistas contaban con licencia vigente en el estado. En contraste, el padrón vehicular estatal registra más de un millón 16 mil motocicletas, según datos de la Secretaría de Hacienda. Esto indica que solo dos de cada diez motociclistas tienen su licencia al día, mientras que ocho de cada diez manejan sin permiso”.

Si a ello agregamos que hay más de un millón de unidades rodando por la entidad, concentrando la mayor cantidad en la metrópoli, el asunto se complica más en virtud de que no hay regulación del tipo ni del modelo.

Por eso vemos pasar por igual a motos de alto cilindraje, enduro o vespas. Claro que el tema es en extremo complejo, pues todos tenemos derecho a ganarnos la vida; sin embargo la situación debe ser controlada de algún modo.

Tengamos en cuenta que en Guadalajara los delitos más comunes cometidos en motocicleta son el robo, el asalto y las ejecuciones porque los agresores aprovechan la agilidad de estos vehículos para escapar. 

Tlaquepaque, por ejemplo, reporta que tres de cada cuatro delitos se cometen utilizando motocicletas. 

Especialistas y diputadas en el Congreso local concentran su atención en campañas de concientización y la aplicación de la ley con más rigor.

En lo personal, estimo conveniente también acudir a experiencias internacionales con el ánimo de contener el crecimiento de este delicado problema.

De continuar así, en breve vamos a lamentar no haber tomado las medidas necesarias cuando aún teníamos tiempo para hacerlo.

En X: @DeFrentealPoder

*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, activista social, escritor y analista político.

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