OPINIÓN
Una propuesta para el IPEJAL, del experto Pedro Villegas: Excluir a funcionarios y dividir cuentas de burócratas y maestros

Por Mario Ávila //
Un modelo de pensiones que se rija por los principios de universalidad, de solidaridad y que sea intergeneracional, como el que opera en el IPEJAL, es el correcto en opinión del abogado laboralista Pedro Sebaste Villegas Rojas, director del Centro Nacional de Promoción Social (CENPROS), quien a la vez planteó que para sacarlo de la crisis, se debe excluir a los funcionarios públicos que se jubilan con altos sueldos, es decir, en su opinión debería operar solo para los trabajadores de los servicios públicos, o bien estipular un tope máximo no mayor a 10 salarios mínimos.
Detalló que los funcionarios de mandos medios y la alta burocracia, como jueces, diputados, regidores o integrantes del gabinete, tendrían la posibilidad de contratar otro tipo de instrumentos financieros para velar por su futuro, dados los altos sueldos que perciben, para no sangrar las arcas del Instituto de Pensiones del Estado y con ello se puedan sanear sus finanzas y garantizar las pensiones actuales y futuras de los trabajadores de los servicios públicos.
Pedro Villegas, abogado, capacitador y experto en formación sindical, sin conocer a detalle el contenido de los estudios actuariales que le conceden vida útil al IPEJAL solo hasta el 2027, pero conocedor de la problemática nacional que ha permeado en la materia en las últimas décadas, se aventuró a comentar que una solución estaría también, en el hecho de dividir las cuentas con las que se pensionan los trabajadores en general y los maestros de la sección 47 del SNTE.
Explicó que este problema lo vivió de cerca en el caso de Nayarit, en donde los servidores públicos pidieron que se manejaran los recursos por separado y lo que está ocurriendo es que el dinero de la partida de los maestros está prácticamente agotada y se avecina un dilema grave, a causa de que los maestros no tenían tope en sus pensiones y además por costumbre, a cada maestro a punto de jubilarse se le beneficiaba aumentándole un nivel para que obtuviera una pensión mayor a lo que había aportado en su vida laboral.
El tema lo abordó para los lectores del semanario Conciencia Pública, el licenciado Pedro Sebaste Villegas Rojas, asesor de la Federación de Sindicatos de trabajadores al Servicio de los Gobiernos Estatales Municipales e Instituciones Descentralizadas de los Estados Unidos Mexicanos (FESTEM), dado su amplio conocimiento en la materia y su amplia visión de lo que ocurre con el gremio en todo el territorio nacional.
Recordar que los poderes Ejecutivo y Legislativo han convocado a los trabajadores, a ser ellos los que tomen la decisión de dar su opinión para enmendar la ley del Instituto de Pensiones del Estado, ya que según los estudios actuariales, la expectativa de muerte del IPEJAL ocurriría en el 2027 o bien en el 2033 si funcionan las estrategias que se han implementado a raíz de la reformas a la ley, en el año anterior, con lo que se incrementaría en casi 40 mil nuevos trabajadores afiliados y se bajan las pensiones a un topo máximo de 105 mil pesos.
Sin embargo, esta invitación a reformar la ley del IPEJAL, se da en tiempos convulsos en los que después de un año como representante mayoritario de los trabajadores en el Consejo de Administración, destituyen a Juan José Hernández, secretario general del sindicato de los Hospitales Civiles y líder de la FESIJAL y le conceden el asiento a José Miguel Leonardo Cisneros, dirigente de la SAFE, tras de afiliar a 16 mil trabajadores del sistema de salud federal, que trabajan en Jalisco, pero son pagados con recursos federales y no cotizan en el IPEJAL.
Además, la propuesta de reforma se da también en el momento más álgido en la disputa que sostienen el líder moral de la UdeG, Raúl Padilla López y el gobernador del Estado, Enrique Alfaro Ramírez, a raíz de que en el presupuesto 2021 se reorientaron 140 millones de pesos que estaban etiquetados para el Museo de Ciencias Ambientales y se reasignaron a la construcción del Hospital Civil de Oriente, en Tonalá.
CRECER LA COTIZACIÓN Y AUMENTAR LA EDAD, ES LA CONSTANTE EN EL PAÍS
No solamente el estado de Jalisco está en problemas para pagar las pensiones, hay otros estados que si bien han visto problemas, no han dejado de cumplir con esa obligación, expuso abogado Pedro Villegas, quien además planteó: “Yo me atrevería a decir que en todos los estados que han tenido problemas su sistema de pensiones, ha prevalecido el concepto de la corrupción, en todos y ese ha sido el motivo por el cual todos los sistemas han estado reformándose y todos en el mismo sentido, intentan modificar aumentando un porcentaje mayor de cotización e incrementar la edad para adquirir el derecho a la jubilación”.
Muy pocos estados -dijo-, han hecho reformas que han ayudado a que a los trabajadores no le vaya tan mal, uno de ellos Veracruz que se reformó, pero no con el estándar de las modificaciones que todo mundo quiere hacer en los diferentes estados, la edad y las aportaciones. Incluso el tema común, que las administren los bancos, a través de las famosas afores. En Veracruz hasta donde yo tengo información la cosa fue diferente, se refirma la ley, pero no en ese mismo esquema, por eso se convirtió en una situación inusual, saliéndose del esquema de las reformas tradicionales, tomando en cuenta el sentir de las organizaciones sindicalistas, al grado de que encontraron un modelo distinto en donde hay aportaciones, pero no sangran la economía y los salarios de los trabajadores.
Esa ha sido la constante en todos lados -abundó-, ahora habría que decirte que hay estados que aportan por sus trabajadores, es decir no le piden ni un peso a los trabajadores, no hay ningún descuento en su salario, sino que el estado se encarga de soportar la erogación. Y por cierto esos son también las entidades en donde se ha estado queriendo reformar el tema de las pensiones, para que ahora los trabajadores aporten. Yo recuerdo entre ellos al estado de Morelos y Querétaro. Todos se están reformando en ese mismo sentido, por eso el rechazo a esas reformas de las organizaciones de los trabajadores.
LA INDIVIDUALIZACIÓN DE LAS CUENTAS
Sobre la posibilidad de emigrar hacia la individualización de las cuentas, Villegas Rojas planteó drásticamente que esta situación sería negativa, “primero, no hay garantía de que un banco, que eso son las administradoras de los fondos para el retiro, te administre adecuadamente tus fondos; hay que recordar que ese esquema es el que se adoptó en Chile, donde se dieron cuenta que al final era un procedimiento que iba en detrimento de los trabajadores, porque la banca no garantiza que vayas a recibir una buena pensión, en virtud de que lo que la banca hace es especular con tu dinero, lo invierte, la banca no tiene dinero en el colchón, la banca lo circula, lo invierte en capital de riesgo.
LA AUSENCIA DE “CANDADOS” PROPICIA ABUSOS Y CRISIS
El modelo solidario del Ipejal, en el que todos aportan para la pensión de todos, es el correcto, en opinión de Pedro Villegas, quien plantea que debe haber un principio de universalidad, de solidaridad e intergeneracional, “ese espíritu lo tenían la Ley del IMSS y la Ley del ISSSTE, todavía antes del 2007; el problema es que en la mayoría de las leyes de pensiones en los estados, no hay ‘candados’, precisamente para establecer hasta qué rangos de salarios son los que se aportan.
“Por ejemplo, el ISSSTE está topando las cotizaciones hasta los 10 salarios, ahora 10 unidades de medida y actualización, hoy difícilmente los trabajadores ganan más de 10 veces el salario mínimo, es decir más de 27 mil pesos mensuales, los que ganan más que eso son funcionarios, son mandos medios y a ellos los topan con esa cantidad. Ese es el problema que yo observo en las leyes de los estados en materia de pensiones, hay una indiscriminación, a eso se le llama ‘pensiones doradas’ y efectivamente ingresa un funcionario y cotiza un año y salen con pensiones enormes. Yo creo que ahí es donde sí se necesita una verdadera reforma, en donde se impongan candados y se establezcan límites, no pensando en el común de los trabajadores, sino en funcionarios de otro nivel.
“Por ejemplo, yo recuerdo en el estado de Morelos hace unos cinco años, se empezó a discutir ese esquema y los primeros que se opusieron fueron los diputados, obvio, no les convenía eso. En síntesis, lo justo sería que el Instituto de Pensiones sea solo para los trabajadores o bien para los funcionarios que quieran aportar, a sabiendas que al momento de retirarse no pueden rebasar determinada cantidad. La idea es establecer un tope máximo en las pensiones, así es, porque estamos hablando de pensiones para los trabajadores.
“Con este esquema incluso hablándote de la experiencia del ISSTE, los que salen afectados son los científicos, los médicos, los investigadores, ya que en la mañana hacen investigadores y en la tarde son docentes y si juntan los dos salarios ganan arriba de 50 mil pesos y los compañeros salen afectados porque el tope máximo de las pensiones son de 27 mil pesos, ya no los 50 que aportaron, es un descontento con los compañeros, pero son los menos, el grueso de la clase trabajadora gana menos de 27 mil pesos”, aseguró el experto en sindicalismo.
EL DINERO DE LOS TRABAJADORES SE LO SIGUE LLEVANDO EL DIABLO
“El dinero se lo llevó el diablo”. Con esa frase, el abogado laboralista, Pedro Villegas, recuerda al líder de la CTM, Fidel Velázquez, en el caso del dinero ahorrado por los trabajadores, en particular para la subcuenta de vivienda que se depositaba en el Infonavit “y fue lo que dijo cuando se le preguntó de las aportaciones al Infonavit de los trabajadores que no tenían necesidad de adquirir un crédito, eso se acumulaba y eso al final de tu vida laboral, cuando tú te retirabas, te lo tenían que regresar.
“Cuando se le preguntó que pasa con esas aportaciones dijo que ese dinero se lo había llevado el diablo; ahora hay una disposición legal para regresarlas, antes había mucha discrecionalidad para cumplir o no con esa obligación, si querían te la regresaban y si no, tenías que pelearla a través de un juicio. Y entonces cuando le preguntaron qué pasaba con ese dinero que estaba acumulado, fue cuando dijo que se lo llevó al diablo, fue prácticamente como decir: Yo no lo sé, eso se despareció. Él se lavó las manos, porque eran parte los sindicatos de esa conformación tripartita del Infonavit. Y a raíz de esa situación, se implementó el famoso sistema de ahorro para el retiro”, según recuerda Pedro Villegas.
Y el dinero de los trabajadores se lo sigue llevando el diablo. Villegas Rojas asegura que un elemento fundamental para evitar la quiebra de los sistemas de pensiones, es ponerle fin a la corrupción, “eso es vital, porque este tema ha acabado no solamente con las finanzas de los órganos de pensiones, sino con muchas otras cosas en detrimento de los trabajadores, como los institutos de seguridad social, de vivienda, de salud, con fideicomisos y con cualquier cosa ha acabado el tema de la corrupción; el problema es que no se castiga a quien incurre en ese tipo de anomalías. Y por desgracia mientras haya ahí el colchón y esté disponible la cuenta, todos los funcionarios se imaginan cosas con ese dinero, agarran de ahí y el problema es que cuando ya no hay, los culpables son los trabajadores y a ellos son a los que debemos ajustarle el salario, ajustarle las aportaciones y extenderle el tiempo para que se jubilen, para que el dinero rinda”.
DE NADA SIRVE EL TOPE DE LOS 105 MIL PESOS
Cuestionado si sirve de algo a la salud financiera del IPEJAL el acabado con las pensiones VIP y haber impuesto un tope máximo de 105 mil pesos, Pedro Sebaste Villegas Rojas, director del Centro Nacional de Promoción Social (CENPROS), expuso que en su opinión, “esa cifra es abismal, no hay un trabajador que gane 105 mil pesos, se ganan entre 5 y 6 salarios mínimos, no se rebasa los 10 en el caso del trabajador de a pie, el que hace la talacha, esa es una realidad; ya los funcionarios medios y altos se llevan lo que se les da la gana.
“En esa lógica, el IPEJAL tendría que ser el órgano de pensiones solo para los trabajadores de los servicios públicos, no para los funcionarios, ahí está la clave; además, habrá que dividir las cuentas, porque Jalisco debe de tomar en cuenta lo qué pasó en el estado de Nayarit, los burócratas y los maestros estaban juntos, por excelencia, aunque la mayoría de los maestros tienen salarios buenos, por arriba de la media y lo que ocurrió fue que la organización de los trabajadores de los servicios públicos propició que se hicieran dos cuentas, una para pensionar a los trabajadores y otra para los maestros. Y el fondo de los maestros se acabó, los maestros ahorita ya tienen muchas dificultades, se lo acabaron ellos, porque cuando se iban no solamente les promediaban el salario que percibían en el último año, sino que ellos por costumbre se aumentaban un nivel más y entonces se iban con un salario mayor que no percibían y sobre el que no habían cotizado. Y ellos mismo se acabaron el recurso”, planteó el entrevistado.
Finalmente, a la pregunta de cuál sería el modelo óptimo de pensiones, que beneficie a los trabajadores y no a quienes administran los fondos, Pedro Sebaste Villegas Rojas, expuso: “Yo me quedaría con el esquema de un modelo cuyo principio se basa en la universalidad, todos tenemos derecho a la pensión jubilatoria; la solidaridad, que lo que se aporte sea para la jubilación del otro compañero y el principio intergeneracional, que los que en el futuro ingresen sean los que financien la pensión de los actuales trabajadores. Es decir, un modelo intergeneracional y solidario es el que debe de prevalecer.
“Lamentablemente se ha roto con eso porque todo lo que se hubiese logrado en base a las aportaciones de los trabajadores, todo lo que vinieron acumulando desde hace mucho tiempo, alguien lo agarró y entonces ya en lugar de financiar a los futuros trabajadores, dicen que son pérdidas, porque ese dinero ya no se encuentra. Un ejemplo de ello ustedes lo tienen ahí en Jalisco, las inversiones que se hicieron, fueron inversiones que no cuajaron, ese dinero se perdió, ese era dinero de los trabajadores. Entonces uno no puede pensar que ese dinero servirá para amortizar a la próxima generación, porque ya no hay. Ese es el verdadero problema de las pensiones, la corrupción y la impunidad”.
JALISCO
Un comienzo con luces y sombras de Lemus en tragedia de desaparecidos

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
La crisis de desapariciones en México, y particularmente en Jalisco, es una herida abierta que refleja la descomposición del tejido social y la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad y la justicia con gobernantes que han evadido su responsabilidad, minimizando el grave problema.
La llegada de Pablo Lemus al Gobierno de Jalisco despierta una mezcla de esperanza y escepticismo en un estado que carga con la vergüenza de ser líder nacional en desapariciones, con más de 15,000 personas perdidas en las sombras.
Lemus ha dado pasos iniciales que, al menos en el discurso, reconocen la gravedad del problema, algo que su predecesor, Enrique Alfaro, evitó con frases desafortunadas que culpaban a las víctimas, culpando a los medios de magnificar el problema.
La creación de la Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de Personas Desaparecidas, aprobada en octubre de 2024 y jefaturada por Edna Montoya Sánchez, es una señal de intenciones. Promete centralizar esfuerzos, integrar tecnología forense y coordinarse con colectivos de buscadores, como Guerreros Buscadores de Jalisco. Reuniones con líderes como Indira Navarro, quien ha encontrado más fosas que muchas fiscalías, muestran una apertura que contrasta con el cerco de la administración anterior.
Sin embargo, las promesas no son nuevas. En 2018, Alfaro también anunció una “estrategia integral” que nunca llegó a puerto. La secretaría de Lemus, aunque bien intencionada, nace con dudas: el presupuesto de 65 millones 200 mil pesos se ve muy bajo si se trata de enfrentar y buscar solución al principal problema de Jalisco.
¿Evitará la burocracia que asfixia a la Comisión de Búsqueda? El anuncio de mesas de trabajo con la Universidad de Guadalajara y la FEU es positivo, pero suena a eco de iniciativas pasadas que se diluyeron en foros sin impacto.
Más preocupante es la falta de claridad sobre cómo enfrentará a la criminalidad tan poderosa en la entidad. Su respaldo a la investigación federal sobre el campo de entrenamiento y supuesto crematorio en el Izaguirre Ranch de Teuchitlán en marzo de 2025 sugiere disposición a colaborar con la Federación, pero delegar responsabilidades no basta en un estado donde la complicidad local es un secreto a voces.
Recursos, pero con condiciones
Jalisco no es cualquier estado. Con un presupuesto de 174 mil millones de pesos en 2024 y una economía pujante, Lemus tiene los medios para marcar una diferencia, pero solo si los usa con audacia. Puede transformar la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas, hoy un elefante blanco, con investigadores capacitados y libres de nexos con el crimen.
Puede invertir en un Centro Regional de Identificación Humana, como el de Coahuila, para procesar los restos de las más de 1,000 fosas clandestinas halladas en el estado desde 2018. Puede, también, liderar un esfuerzo legislativo que garantice derechos a las familias de los desaparecidos, desde permisos laborales hasta fondos de reparación, algo que estados como Chihuahua han implementado con éxito.
Un plan sin excusas
Si Pablo quiere ser recordado como el gobernador que enfrentó la crisis de desaparecidos, debe actuar con medidas concretas y medibles, no con discursos. Primero, dotar a la Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de al menos 500 millones de pesos anuales, suficientes para contratar forenses, analistas de inteligencia y equipo de geolocalización. Esta secretaría debe rendir cuentas trimestrales, con metas claras: localizar 1,000 personas vivas o restos identificados en dos años. Los colectivos, que han hecho el trabajo del Estado, deben tener un asiento permanente en su consejo asesor, no solo reuniones protocolarias.
Auditar la Fiscalía Estatal y la Comisión de Búsqueda. Casos como el de Teuchitlán, donde colectivos hallaron restos ignorados por las autoridades, son una bofetada a la confianza ciudadana. Depurar a funcionarios corruptos o negligentes es impostergable.
Crear un fondo estatal de 100 millones de pesos para las familias de los desaparecidos, cubriendo asistencia psicológica, legal y económica, como lo pidió Blanca Yolanda, cuyo caso sigue sin respuesta desde 2024.
Las buscadoras, como Indira Navarro, necesitan escoltas en zonas de riesgo, tras episodios como la emboscada de Tlajomulco en 2023 que dejó seis policías muertos. Quinto, impulsar una campaña estatal que use estadios, escuelas y medios para educar y movilizar. Los Charros de Jalisco podrían dedicar juegos a las víctimas, y los artistas locales, como Alejandro Fernández, podrían sumarse a un mensaje de unidad.
El papel de la sociedad
La sociedad también tiene un rol. He visto cómo la indiferencia ciudadana perpetúa estas tragedias. Lemus debe convocar a los jaliscienses a romper el silencio, denunciando anónimamente fosas o apoyando a colectivos. Pero no puede cargar solo con la responsabilidad: la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que dirige Luz del Carmen Godínez, designada en los tiempos del gobernador Enrique Alfaro, que ha sido tibia en el tema de los desaparecidos, debe asumir una actitud responsable y comprometida con las víctimas y un rol más protagónico, ya que se requiere su voz a favor de la justicia y poner un alto a esta tragedia que tanto dolor ha ocasionado entre las familias jaliscienses.
Pablo tiene mucho por hacer y sin duda este tema de los desaparecidos es su principal desafío: si logra resolverlo pasará a la historia como el mejor gobernador de los nuevos tiempos, un gobernador comprometido y responsable. Eso es lo que anhelan los jaliscienses, que hable menos y actúe con más determinación, con metas y resultados tangibles y medibles.
JALISCO
Simulación vestida de protocolo: Los balcones del poder y la tragedia de los desaparecidos

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Nada más ridículo, nada más infame, que la simulación vestida de protocolo. El jueves 10 de abril, mientras 20 rostros de estudiantes desaparecidos clamaban justicia desde las fichas pegadas en los muros del centro de Guadalajara, el equipo de comunicación del gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, montó su propio espectáculo desde el balcón del Palacio de Gobierno. No fue un acto de Estado. Fue un montaje. Un burdo teatro de crisis con telón de fondo, luces naturales y actores de reparto con cargo académico.
Allí estaban: la rectora general de la Universidad de Guadalajara, Karla Planter Pérez; la presidenta de la Federación de Estudiantes Universitarios, Zoé García Romero; y el secretario general universitario, César Barba Delgadillo. Todos ellos en fila, al sol, como si el guion les exigiera mostrar compromiso a base de insolación y sonrisa. Abajo, el dolor; arriba, la pose.
La escena no fue casual, fue deliberada. Y como suele ocurrir con las puestas en escena del poder, el tiempo fue el mejor cómplice. La cita originalmente pactada entre la rectora y el gobernador se iba a realizar en Casa Jalisco a las 11:30. Pero –¡oh divina coincidencia! – el encuentro se trasladó a Palacio de Gobierno a las 13:00 horas: justo cuando los estudiantes y familiares, con lágrimas y pancartas, tenían planeada su concentración frente al mismo edificio… ¡pura coincidencia!
¿Quién cree en coincidencias en política? Nadie con tres neuronas activas. Lo que vimos no fue la interrupción de una reunión para atender una protesta, sino la escenificación planeada de una falsa atención.
Lemus salió al balcón solo después de que los gritos desde la plaza lo obligaran. “¡gobernador, escúchanos, por favor!”, “¡somos estudiantes, no somos delincuentes!”, clamaban. Pero Lemus no se bajó a la plaza. En cambio, montó una mesa de trabajo a cielo abierto, en pleno balcón, como si los rayos del sol purificaran la hipocresía. ¿A quién carajos se le ocurrió ese patético espectáculo?
¿Y qué resultó de ese bochornoso espectáculo? La promesa de que habrá mesas de trabajo. Que habrá información. Que habrá coordinación con los tres niveles de gobierno. Palabrería hueca, reciclada de las promesas que no han impedido que Jalisco sea epicentro nacional de desapariciones. Que lo diga Teuchitlán. Que lo griten las familias que ya no duermen, que buscan en fosas y hospitales, en redes sociales y servicios forenses sobrepasados de cuerpos.
Lo más triste no fue Lemus. Fue ver a la rectora Karla Planter, a la dirigente estudiantil Zoé García y al secretario César Barba prestarse para semejante pantomima. ¿Qué hace una rectora sentada en un balcón mientras sus estudiantes exigen respuestas desde la calle? ¿A quién representa una líder estudiantil que se deja retratar como ornamento de la simulación institucional? ¿Dónde está la autonomía universitaria si el rectorado y su representación estudiantil se convierten en comparsa del Ejecutivo?
Planter, en un tuit posterior, habló de “coincidencias”. García Romero no cuestionó el cambio de sede ni de hora. Barba, en silencio. Y mientras tanto, la FEU difundía en sus redes: “¡Nos faltan estudiantes!”. ¿Nos faltan? Sí. Pero también nos sobran funcionarios indiferentes y dirigentes estudiantiles obedientes.
Los manifestantes pedían justicia, no una sesión de fotos. Exigían presencia del Estado, no una escena grotesca de conciliación ficticia. Lemus, experto en manejar el escaparate político, hizo lo que mejor sabe: montarse en una crisis para aprovechar una oportunidad. Nada nuevo. Así gobernó Zapopan. Así deslumbró en Guadalajara. Así inaugura su sexenio en Jalisco: entre cortinas, cámaras y balcones.
El mensaje no fue para las familias. Fue para los likes, para los reels, para los medios. Lo que logró el equipo de comunicación del gobierno de Jalisco fue una producción de redes sociales disfrazada de política pública. Una respuesta oportunista a una crisis estructural.
Pero lo más ofensivo fue que todo ocurrió unos días antes de Semana Santa, cuando los estudiantes están de vacaciones, cuando las escuelas están cerradas, cuando los pasillos universitarios están vacíos.
Este es el fondo del problema: mientras el dolor se expresa con marchas, el poder responde con puestas en escena. Mientras los familiares pegan fichas de búsqueda, el equipo de comunicación del gobernador pega frases hechas. Mientras se juega con el sufrimiento ajeno, se manipula a los medios con imágenes producidas desde Casa Jalisco.
Y no se engañen. Esto no es un error de cálculo, ni una falla de protocolo. Es estrategia. Es una narrativa de control que busca normalizar el horror con mesas, actas, sillas al sol y comunicados institucionales.
Pero hay cosas que no se maquillan. La ausencia de 20 estudiantes no se borra con videos. La responsabilidad del Estado no se elude con balconazos. La dignidad de una universidad pública no se entrega por un lugar en la escenografía oficial, olvidando que el líder moral del Grupo Universidad prefirió morir antes que claudicar… precisamente aprovechando las vísperas de una Semana Santa.
La gran pregunta que queda es: ¿hasta dónde están dispuestos los actores universitarios a prestarse al juego del Ejecutivo? Porque hoy, frente a todo Jalisco, su papel no fue el de contrapeso, sino el de patiños. Y si ese será el tono de los próximos seis años, entonces el guion está claro: los balcones seguirán llenos de sonrisas vacías, mientras las calles se llenan de nombres, rostros y ausencias.
Y ahí sí, ni con todos los reflectores del mundo podrán ocultar el vacío.
En X @DEPACHECOS
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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