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MUNDO

La historia de Albert Bourla, director de Pfizer: Del milagro frente al paredón al milagro de la vacunación

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Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

Albert Bourla es director de la empresa Pfizer y responsable de la vacuna contra el COVID-19 elaborada por dicha empresa. Es médico veterinario con especialidad en zoología, y ha pasado su vida estudiando enfermedades de los animales y su transmisión durante décadas en varios continentes, pero lo interesante de su historia es que sus padres, de origen griego y religión judía escaparon de milagro a la muerte.

Durante la Segunda Guerra Mundial, más de 45,000 griegos-judíos fueron llevados del pueblo de Salónica en el Mar Egeo a varios campos de concentración. Prácticamente el 90% de ellos fueron sacrificados en cámaras de gas, pero un par de jóvenes –Sara y Moisés- lograron escapar para evadir ser llevados a dichos campos y sobrevivir. Años después esos jóvenes se conocieron y de su matrimonio nació el ciudadano griego-estadounidense Alberto Bourla, quien durante el 2020 se convirtió en uno de los hijos preferidos de sus paisanos israelíes.

En el pueblo natal de Sarah y de Moisés, vivían 50 mil judíos de los que el 80% fueron enviados a los campos de concentración y otra gran parte fue fusilada frente al paredón, los que lograron salvarse debieron ser fugitivos o ocultarse durante varios años y a los que regresaban o eran delatados, los encarcelaban como sucedió con la joven Sarah.

La futura madre de Albert incluso estuvo a segundos de la muerte cuando un pelotón de soldados nazis la colocó frente a la pared para ser ejecutada, pero un milagro y la intervención de un pariente y un amigo no judío, lograron que fuese dispensada por el momento, pero continuó encarcelada. Días después del episodio los nazis abandonaron Grecia. Esto lo cuenta el propio doctor Bourla en un video recientemente hecho público por él mismo durante una conferencia.

Albert no es un improvisado, ha trabajado en Pfizer desde 1993, cuando fue contratado como médico veterinario de dicha empresa en Grecia, de ahí fue ascendiendo a varias posiciones de mayor responsabilidad, siendo enviado a trabajar en África, América y Europa, después fue director de operaciones a nivel mundial, responsabilidad desde donde pasó a ser designado director general a nivel mundial de esa renombrada empresa farmacéutica.

A inicios del 2020 el doctor y empresario Bourla se fijó la meta de producir y presentar ante las autoridades sanitarias de Estados Unidos una vacuna contra el coronavirus para inicios de octubre de ese mismo año, dicha postura puso presión a todos los competidores y dio referencia al entonces Presidente de EUA –Trump- para decir en público que dichos fármacos estarían listos en otoño del año pasado.

Naturalmente los funcionarios médicos de casi todo el mundo, incluidos la OMS y el famoso doctor Fauci de Estados Unidos, pensaron y declararon que eso era imposible, pero los empresarios y científicos de Pfizer, Moderna y AstraZeneca demostraron que sí lo era. De hecho, los “expertos”, altos médicos burócratas, decían que por lo menos stardarían dos o tres años, pero ya vemos que hasta Rusia, China y la India han desarrollado sus propias vacunas en menos de 12 meses.

DE LA MUERTE A LA ESPERANZA

Según el diario “Jewish Journal”, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu estuvo muy en contacto con el doctor Bourla para asegurar las dosis necesarias y tempranas de la vacuna vs el COVID-19 a favor del pueblo israelí.

El gobierno de Israel ha tenido una historia de éxito con su programa de vacunación, siendo ejemplo para el mundo. Pero poco se podría haber hecho si no se contase con el fármaco. La vacuna de Pfizer es una de las primeras y más eficientes en el mercado, pero además esta historia muestra lo que la tenacidad y el esfuerzo de una nación y de una persona pueden lograr.

Al escapar de las fauces de la muerte, los padres de Bourla se casaron y lograron inculcar en su hijo los valores de la educación, de la perseverancia y el trabajo; 80 años después de que ellos libraron la muerte, su hijo lidera una campaña mundial para librar de la muerte a millones de personas víctimas potenciales del nuevo Corona Virus.

EMPIEZAN A VER RESULTADOS POSITIVOS

Según el Ministerio de Salud de Israel, a unas cuantas semanas de iniciada su campaña de vacunación a los adultos mayores, los números empiezan a dar buenas nuevas. A la fecha más del 90% de las personas mayores a 60 años de edad han recibido la primera dosis de la vacuna de Pfizer, en el mismo periodo se ha registrado una disminución de un 41% de contagios y una caída del 31% en hospitalizaciones de dicho grupo poblacional.

Un efecto similar se dio en el grupo poblacional de los “profesionales de la salud” a quienes se les esta vacunando y ya muestran una disminución de infecciones del 41%.

Recordemos que en ambos casos la mayoría han recibido únicamente la primera dosis, conforme la segunda dosis se vaya aplicando estos números seguirán mejorando.

Los efectos positivos del programa de vacunación son más evidentes cuando se comparan con los números de infectados entre la población menor a los 59 años y que no son parte de los servicios médicos, por lo que el porcentaje de vacunados aún es menor. Recordemos que Israel está vacunando a los adultos mayores y a los servicios médicos de manera prioritaria pero también está vacunando a población abierta cuando las fármacos están disponibles en los centros de vacunación y no podrán ser aplicados a otros habitantes parte de los grupos poblacionales prioritarios.

La vacuna de Pfizer –como la de moderna-, deben estar en una refrigeración especial y de no ser utilizada al ser descongelada se echa a perder, por lo que Israel en comparación a muchos otros países, ha decidido usar todas sus vacunas diarias logrando que los contagios disminuyan en un 12% en la población menor a 59 años y no parte de los “Servicios Médicos” y una reducción del 5% en las hospitalizaciones de esta categoría poblacional.

Aunque Israel aplicó medidas de encierros durante diciembre y enero, dichas medidas también habían sido aplicadas el verano pasado y las disminuciones de contagios y de hospitalizaciones no habían sido tan pronunciadas como ahora, por lo que los números de estas semanas dan una clara idea de los resultados positivos del uso de los nuevos fármacos que previenen el contagio del COVID-19.

En general Israel ha mostrado durante las últimas dos semanas, una disminución del 45% en infecciones y un 26% en las hospitalizaciones de cuidados intensivos, según indicó el Primer Ministro israelí, presumió que han vacunado a más de 6 millones de habitantes con al menos una dosis de la vacuna y ya 2 millones de personas con las dos dosis. Estos números positivos muestran que “las vacunas sirven” aseveró Netanyahu. Más del 60% de los habitantes han recibido una dosis de la vacuna y casi el 30% de la población total habrá recibido la doble vacunación a menos de 2 meses de haberse iniciado el programa.

El reto es saber si las nuevas variantes del COVID-19 arruinarán el avance o solo pondrán un bache en el camino. Le apuesto a lo segundo pero espero que los políticos y los médicos burócratas lean y confíen en los científicos particulares en contraste de lo que pasó durante el 2020.

En Israel y en los círculos diplomáticos y farmacéuticos del mundo, saben que Netanyahu presionó y negoció directamente con Albert Bourla para lograr tener dosis iniciales y suficientes, lo que indica que cuando un político se pone a trabajar logra las cosas.

Ojalá y pronto estemos en el mismo estado de avance que Israel y que veamos nuestros números de hospitalizaciones a la baja. Si nuestros líderes y políticos usasen las redes para leer temas internacionales y no sólo para pegarse políticamente, podrían aprender o comparar estrategias.

Mientras tanto, al viernes pasado, los Emiratos Árabes Unidos pasaron el 35% de población vacunada, Inglaterra pasó el 17%, seguido de los EUA pasó el 10% y de las demás potencias mejor ni hablar, van por el 3% al 5% incluidas las poderosas Francia, Alemania y Canadá. Estos porcentajes son con una vacuna pero ya a muchos les están aplicando la segunda dosis.

EL PROMETER NO EMPOBRECE

La semana pasada resaltábamos la hipocresía de los líderes políticos y económicos que se dicen globalifílicos y que se la pasan dando sermones de integración a los países y a los habitantes del mundo. El llamado proyecto “Covax”, programa de la OMS que se supone distribuirá 330 millones de vacunas vs COVID-19 durante este 2021 entre los países más pobres o necesitados, es un buen ejemplo de mi opinión.

A la fecha de los siete países más desarrollados y ricos del mundo sólo Canadá es parte de dicho esfuerzo, pero hace tres días nos enteramos que el Primer Ministro Trudeau decidió incumplir con su compromiso. Lo anterior se dio ante la natural presión local para acelerar la vacunación local que va en un penoso 5%.

Llama la atención la retórica de la Vice Primer Ministro canadiense Chrystia Freeland quien antes las críticas internacionales y de algunos locales sentenció: “Nuestro gobierno nunca se apenará, ni pedirá disculpas por tratar de vacunar a nuestro país lo más pronto posible”, suavizando su comentario con la aseveración de que también tratarán de ayudar al resto del mundo. Su declaración fue un “Canadá First” al estilo Trump a pesar de que la funcionaria es de izquierda y como su jefe Trudeau, fue muy crítica de Trump.

A pesar de que Canadá pre compró cientos de millones de vacunas, incluso para vacunar a su población hasta 8 veces, lo hizo en la segunda ola de preventas, por lo que sus pedidos aún se están surtiendo y su compromiso con el llamado “Covax” deberá ser demorado.

Según el acuerdo “Covax”, Canadá recibiría por un tiempo la mitad de sus dosis mensuales de Astra-Zeneca y de Pfizer y la otra mitad sería entregada para ser distribuida a través de la OMS, pero la presión y necesidad de sus ciudadanos, es decir los que pagarán los $440 millones de dólares vía impuestos que comprometió Trudeau por esas vacunas, le están haciendo difícil cumplir con su compromiso global, por lo que ahora el país de la hoja de maple usará el 100% de las primeras entregas que le hagan sus proveedores y después aportará al mecanismo de la OMS las que ya no urgentes.

El mecanismo multinacional en el que como dije, no están los países más ricos, aportaría 330 millones de vacunas para ser distribuidas entre 145 países, pero eso no cubre ni el 3.3 % de la población de dichas naciones. Como siempre “Covax” es un acuerdo para verse bien y parecer bueno, pero ni es su obligación regalar vacunas ni es la de nosotros los pobres el de esperar que nos resuelvan los problemas. Naturalmente Japón, Alemania, Francia, Inglaterra y EUA que no están en “Covax” podrán donar cuando quieran pero por lo pronto no se comprometieron con lo que no incumplieron, pero Canadá presumió y ahora se “rajó”.

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El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?

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Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //

La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.

Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.

Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.

En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.

El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.

La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.

El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.

E-mail: samcg2002@gmail.com

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Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto

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Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //

Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.

Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.

Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.

Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.

El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.

La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.

En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.

Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.

Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.

Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.

Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.

Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.

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MUNDO

En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales

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Actualidad, por Alberto Gómez R. //

En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.

La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.

LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN

La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.

Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.

El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.

DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA

El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.

La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.

En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.

FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN

La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.

Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.

La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.

RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES

Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.

Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.

El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.

El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.

EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE

El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.

El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.

En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.

El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.

Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.

Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.

El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.

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