Connect with us

MUNDO

La derrota de EEUU en Afganistán: El mensaje al mundo, de terroristas a mandatarios con anuencia estadounidense

Publicado

el

Política Global, por Jorge López Portillo Basave

Recuerdo que en la mañana del martes 11 de septiembre del 2001 escuché en la radio sobre el accidente luego conformado por el ataque en contra de las Torres Gemelas en Nueva York. 

Ese fue el ataque más fuerte que habían sufrido los EUA desde Pearl Harbor en la Segunda Guerra Mundial.  Si Las Vegas hubiese pensado en apuestas para lo que pasó el 11 de septiembre del 2021 a veinte años del ataque, estoy seguro que nadie habría imaginado lo que sucedería en Afganistán.  

DEL 9/11/01 AL 9/11/21

Los talibanes decidieron tomar protesta a su nuevo gobierno el día 11 de septiembre. Pudiendo hacerlo en cualquier otro día han decidido que esa es la fecha correcta para enviar un mensaje a sus seguidores y al mundo. Así es, los nuevos responsables del país no pudieron pedir mejor fecha que el vigésimo aniversario del día que Bin Laden escogió para asesinar a más de cinco mil inocentes en distintos ataques y en consecuencia cambiar al mundo, nuestra forma de viajar y hasta nuestro lenguaje. 

Mohammad Hasan Akhund ha sido escogido por sus seguidores talibanes como el nuevo jefe del gobierno interino afgano. El gobierno se forma después de unas semanas de haber tomado el control del país por la fuerza y provocado la salida del gobierno electo con el beneplácito de los EUA. 

Akhun se encuentra hasta este día en una lista negra emitida por la ONU de personas con sanciones por actos terroristas, él se desempeñaba como encargado de asuntos exteriores y después viceprimer ministro del gobierno talibán en Afganistán de 1996 al 2001 cuando los EUA los derrocaron por haber sido el asiento de Bin Laden y presuntamente coorganizadores del ataque contra EUA. 

Al nuevo jefe de gobierno afgano se le conoce como Mullah, palabra de origen persa que significa doctor de la ley religiosa que es el Corán. Los Mullah son líderes político-religiosos que usan un turbante de color negro si son descendientes de Mahoma o blanco si no lo son.  La junta de gobierno talibán es un grupo de jefes militares religiosos que forman ahora el gobierno nacional de dicho país. Así las cosas, durante los últimos 20 años Afganistán estuvo bajo un gobierno de ocupación norteamericana que promovía la participación de la mujer a la par de los hombres, la libertad de prensa, la libertad religiosa y otras prácticas consideradas como pecaminosas y que en consecuencia deben ser castigadas con golpes o la muerte. 

Mullah Akhun era uno de los hombres más cercanos a Osama Bin Laden, ahora dirige los destinos de ese país. El ahora Jefe de Gobierno del Emirato Talibán declaró hace unos días que Osama era inocente de dicho ataque y que ahora que ellos estaban a cargo de Afganistán se respetarían los derechos de las mujeres pero bajo la ley islámica que los talibanes profesan. Esto ha incluido golpizas a mujeres y a quienes se atrevan a cuestionar las nuevas reglas.  

MUERE LA REPÚBLICA DE AFGANISTÁN 

20 años después del ataque, los talibanes se salen con la suya. Después de haber sido derrocados por los norteamericanos y de que muchos de sus líderes fueron encarcelados por su complicidad con Al Qaeda. El movimiento religioso político Talibán fue removido y reemplazado por un gobierno semidemocrático con el respaldo militar de los EUA durante todos estos años. 

A la salida de las tropas de los aliados, los líderes talibanes de inmediato tomaron la mayoría de las ciudades y como sabemos la capital hace tres semanas reinstaurando su forma de gobierno teocrático.

Hace tres días circuló por redes sociales un video de dos jóvenes periodistas con fuertes golpes en todo el cuerpo, ellos confesaron que habían sido atacados a palos y a fuetazos por policías que se molestaron porque ellos estaban filmando una protesta de mujeres en contra del régimen a las que también sometieron a golpes. Durante la golpiza les dijeron que tenían suerte de no ser decapitados. Esta es la vida bajo el nuevo sistema Talibán, que para la Casa Blanca en Washington es un grupo con mentalidad de “profesionales y un modelo con mente empresarial”.  ¡Que declaración tan ridícula y falta de visión!

Del nuevo gabinete afgano-talibán se reconocen además del líder Mullah Ahkun, a al menos a otros 13 que también están en la lista negra de terroristas o asociados emitida por la ONU. Entre ellos resalta el nombre del encargado de seguridad tanto pública como nacional, Sirajuddin Haqqani en contra del que hay una recompensa de $10 millones de dólares para su captura ¿Qué? Así es, si usted ingresa a la página del FBI de EUA verá el nombre de ese señor y el de su tío (por el que se ofrecen $5 millones de dólares), ambos como altos blancos del gobierno americano, por lo que si quiere, avíseles que están en las oficinas del Departamento de Gobierno de Afganistán, usted se gana una muy buena lana y nos comparte la recompensa.

En esas listas de los nuevos integrantes del gabinete afgano, también están otros cinco líderes que estuvieron detenidos en la base norteamericana de Guantánamo en Cuba por actividades terroristas hasta que en el 2014 fueron liberados por Obama quien los intercambió por un soldado desertor que se había tratado de sumar a los locales y fue capturado por ellos quienes pensaban que era un agente de la CIA. El gabinete del Emirato es una lista de “quién es quién” en el terrorismo regional con varios integrantes que son buscados por las autoridades internacionales. 

Varios de los ahora altos líderes políticos talibanes, son un grupo de liberados por los gobiernos de EUA en acuerdos con la administración Obama y la Administración Trump. ¿Coincidencia que Biden no quisiera matar a Osama Bin Laden en el 2011? Sea como sea, a los talibanes Biden no les es ajeno, como se sabe durante el Gobierno de Obama, Bin Laden pidió no tratar de matar a Biden durante su viaje a la región. 

LA FOTO DEL ANIVERSARIO DEL 9/11 

En una postura humillante y casi de súplica el gobierno de EUA se apresura a echar porras al nuevo gobierno Talibán por permitir que salgan personas del país, a pesar de que los mantiene detenidos por días en los aviones ya en pista, diciendo que son un “nuevo Talibán” con “mentalidad casi empresarial”, esto mientras en las calles se persigue y golpea a los disidentes y a las mujeres que van sin hombres que las acompañe, ni pensar en mujeres con cargos de poder. Se asesina a los homosexuales y muchas cosas por el estilo. Vasta escuchar las declaraciones del vocero del nuevo gobierno el pasado 9 de septiembre sobre la posible participación de la mujer en el nuevo gobierno “…No es necesario para una mujer estar en el gabinete. Una mujer no puede ser ministro… Ellas deben dedicarse a dar a luz y a criar a los niños de acuerdo con la Ley islámica…” 

Como advertí hace unas semanas, China, Rusia e Irán estarían atentos a lo que sucediese a la salida de los poderes occidentales encabezados por los EUA. 

Mientras que en EUA los políticos se enfrentan para ver quién fue menos tonto y más patriota en este vigésimo aniversario del ataque terrorista de Bush a Biden, en Kabul la foto es un gobierno encabezado por los mismos talibanes que se suponía serían derrotados por haber apoyado a Al Qaeda; en EUA los jóvenes piden menos nacionalismo mientras que en  Afganistán el gobierno sólo habla de haber expulsado a los infieles extranjeros; mientras que en EUA los familiares de las víctimas del atentado y de los soldados muertos durante esa guerra de 20 años recuerdan a sus muertos, en Afganistán, los talibanes elevan la bandera de ese grupo en la que fue la Embajada de los EUA en dicho país hasta hace tres semanas. Finalmente los americanos se enfrentan por las vacunas o el uso del lenguaje mientras que China, Rusia e Irán son los invitados de honor en la muy exclusiva toma de protesta del gobierno Talibán a la que únicamente invitaron a seis naciones, todo ello el mismo día 11 de septiembre del 2021. De paso China recuerda que Taiwán es parte de China y se afila los dientes para culminar el trabajo ahora que puede.

En Afganistán Mullah Akhun y sus aliados festejan su regreso victorioso sobre los EUA y en Occidente se lamen las heridas. Un nuevo Vietnam pero mucho más penoso. La retórica de los líderes de Al Qaeda apoyados por el régimen Talibán de la época, que estaba formado casi por los mismos individuos que hoy regresan al poder era clara, “Alá nos dará la victoria”. El hombre que planeó el ataque, digamos la mente maestra debajo de Osama Bin Laden, Khalid Sheikh Mohammed dijo al Juez de su caso en Guantánamo Cuba “…venceremos porque los americanos no se dan cuenta que no necesitamos ganar militarmente, sólo necesitamos pelear por el tiempo suficiente para que ellos mismos se derroten…” irónicamente este sujeto sigue aún en prisión, en espera de su sentencia a pesar de que se declaró culpable. Su confesión fue desechada por el gobierno de Obama quien quería sacarlo de la prisión militar y pasarlo a un juzgado civil, cuando dejó libres a cinco talibanes que ahora son integrantes del gabinete afgano. El organizador confeso sub alterno de Osama no ha sido juzgado y ahora festeja que sus amigos están de nuevo en el poder de Afganistán en el exacto aniversario de su ataque.

La televisión del nuevo gobierno afgano ha estado pasando un video de 40 minutos en los que presume su campamento de soldados suicidas Al-Fatih, reiterando que lo que pasó en EUA hace 20 años fue culpa de los propios americanos quienes son el origen del mal que les atacó. El líder militar del nuevo gobierno sentenció “… los egresados de este campo han realizado muchos sacrificios durante los últimos 20 años, incrementaremos nuestros esfuerzos para aumentar la fuerza y equipo de este grupo (escuadrones suicidas), usaremos todos los recursos de acuerdo con la guía del Sharía del Islam” que según ellos da sustento al Jihadista ultra radical.

A veinte años del atentado, hay que recordar que muchos de nuestros paisanos legales o ilegales residentes en NY también fallecieron, ya sea sepultados como trabajadores en las torres o como voluntarios en el auxilio de las víctimas y por ellos hay que orar. Algunos incluso anónimos u otros con reconocimiento tardío como por el héroe jalisciense Rafael Hernández quien falleció el 24 de Septiembre del 2011 por complicaciones en los pulmones ocasionadas porque asistió como voluntario en los servicios de emergencia de esa trágica mañana del martes 11 de Septiembre del 2001.

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MUNDO

El Capitán América y la batalla ideológica

Publicado

el

Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //

El cómic del Capitán América nació con un objetivo claro y acorde a un momento histórico muy concreto. El Nº1 de la serie apareció en los puestos de revistas estadounidenses en marzo de 1941, en su portada mostraba a un musculoso hombre enmascarado que portaba un traje lleno de barras y estrellas, mismo que propinaba un golpe en la mandíbula a Adolf Hitler. Este primer número vendió más de un millón de ejemplares.

Cuando se publicó el cómic, Estados Unidos aún no había entrado en la Segunda Guerra Mundial pero la situación era cada vez más tensa con las fuerzas del Eje y el gobierno ya estaba preparado para lo que podía suceder.

En diciembre de ese año, Pearl Harbor fue bombardeado por aviones japoneses y entonces EEUU se unió a los aliados. El Capitán América, que había conquistado el corazón de los jóvenes lectores, se sumó a la lucha difundiendo mensajes patrióticos o apareciendo en campañas propagandísticas.

El origen del Capitán América decía bastante de él: Steve Rogers era un joven que intentó alistarse en el ejército llevado por el compromiso que sentía hacia su país, pero que fue rechazado debido a su mala condición física. Sin embargo, su valentía y valores llamaron la atención de un grupo de científicos que lo eligieron para ser el primer “supersoldado” de la historia inyectándole un suero especial.

Si bien es cierto que lo que hace a Steve un héroe es el resultado de la inyección del suero (fuerza sobrehumana, súper reflejos, etc.), sus habilidades son una consecuencia de los valores que ya tenía. Es decir, que Steve era tan importante cómo el capitán. Los propagandistas gringos tenían claro lo que querían comunicar: cualquier estadounidense puede ser un héroe para su nación.

El panorama que enfrenta Estados Unidos en pleno 2024 es diametralmente distinto al que se tenía previo a la segunda guerra mundial. Los jóvenes ya no creen en lo que hace el gobierno, piensan que la guerra contra el Estado Islámico y Hamás es incorrecta y aquel sentimiento patriótico que llevó a Estados unidos a ser lo que es, se desvanece.

Los jóvenes estadounidenses, empujados por una serie de ideas que ven en redes sociales y por un pensamiento propio que critica a las instituciones, han salido a protestar en sus campus universitarios. Los manifestantes exigen a los centros educativos que rompan vínculos con cualquier proyecto que beneficie al Gobierno israelí o a las empresas que financian el conflicto entre Israel y Palestina.

La primera manifestación se dio en la Universidad de Columbia. Decenas de estudiantes instalaron una zona de tiendas de campaña en el campus y en días pasados, la policía intentó desalojar el campamento, cuando arrestó a más de 100 personas.

El fin de esta historia es de pronóstico reservado, pues parece increíble que hoy los jóvenes salgan a protestar contra un gobierno que de una u otra manera garantiza su expresión y su desarrollo personal para en cambio, defender ideas de aquellos que han buscado destruirlos. Algo de razón tendrán los jóvenes, pero, de seguir adelante con esto, ponen en riesgo a las instituciones que les brindan una serie de privilegios que pocos tienen en el mundo; pareciera que viven el síndrome de Estocolmo.

México, con diferencias de fondo, vive una situación similar. La admiración a la delincuencia organizada y a lo que representa, lleva a los jóvenes aspirar a ser como aquellos que generan inseguridad en el país, a compartir sus ideas, escuchar su música, replicar su vestimenta y a llevar a cabo acciones similares a las de que aquellos que tanto dañan a la sociedad.

Tal vez la guerra ideológica se perdió cuando faltaron líderes positivos a quien admirar, cuando se inició una guerra y el estado se mostró débil, cuando la pobreza y marginación llevaron a los jóvenes a buscar salir de esa situación a cualquier costo o cuando se propuso que a los delincuentes se le debían dar abrazos.

Estados Unidos y México comparten el problema de la falta de credibilidad de sus jóvenes hacia el gobierno. En ambos casos, parece que la batalla ideológica está perdida. ¿Qué hacer para recuperar la admiración y el respeto de los jóvenes por el país que los vio nacer?

Continuar Leyendo

MUNDO

El radicalismo viene de la izquierda

Publicado

el

Opinión, por Fernando Núñez de la Garza Evia //

“La estabilidad lo es todo”, dice un antiguo proverbio chino. Pronto nos daremos cuenta de su sabiduría al quedar atrás la relativa estabilidad vivida en el país y el mundo durante los últimos treinta años. Además del regreso de las rivalidades geopolíticas, del desafío del calentamiento global y los riesgos de las nuevas tecnologías, tendremos que añadir el regreso del radicalismo político. En ciertos países proviniendo de la derecha, mientras que en otros de la izquierda.

Ha habido un debilitamiento de la democracia ante una creciente radicalización política. En Estados Unidos, una parte de la izquierda se ha vuelto más fundamentalista con la cultura del woke, aunque se ha mantenido en los márgenes partidistas. En la derecha, sin embargo, la radicalización se ha normalizado al llevar al extremo los principios del libre mercado, la negación del calentamiento global y la militarización de la política exterior.

Asimismo, en Europa ha sido la derecha política la que se ha tornado más extremista, llegando inclusive al poder en países tan relevantes como Italia. Pero, ¿por qué es la derecha la que ha llevado la delantera radical? Fundamentalmente, por la migración masiva y sus crecientes problemas culturales. Y un problema mayúsculo es que ese extremismo no solo es a nivel de las élites, sino también de las poblaciones.

La derecha en México no se ha radicalizado, al menos no aún. Porque no ha hecho suyas las políticas de mano dura contra la inseguridad, como la derecha salvadoreña. Porque no tiene una dura retórica anti-migrante, como la derecha europea. Y porque no niega el calentamiento global ni ha hecho suyo el dogma del libre mercado, como la derecha estadounidense. Además, la derecha mexicana es democrática, porque cree en los canales institucionales, la negociación partidista y las elecciones populares como mecanismos fundamentales para resolver los problemas políticos nacionales.

Sin embargo, su problema fundamental estriba en su falta de cuadros políticos, tanto así, que una persona sin militancia partidista será su candidata a la presidencia de la República, y lanzaron a una ex-Miss Universo para tratar de recuperar su otrora joya de la corona en el norte del país: Lupita Jones en Baja California.

La izquierda en México es la que se ha radicalizado. Tiene sentido: si en Occidente la derecha lo ha hecho a raíz de la migración masiva y sus choques culturales, en México ha sido la izquierda derivada de un contexto de pobreza y desigualdad, y de la desconfianza social que inevitablemente generan.

Las políticas del populismo de izquierda están ahí: militarización de la vida pública, exclusión del calentamiento global y los temas medioambientales, una profunda aversión a la ciencia y la tecnología, reparto de dinero sin condicionantes de por medio, adelgazamiento continuo de las capacidades del Estado, y un largo etcétera. Ni hablar de su manifiesto autoritarismo y sus políticas que podrían llevar al fin de la democracia-liberal en el país.

La izquierda y la derecha son dos lados de la misma moneda ideológica. Sin embargo, ha sido la izquierda política la que se ha radicalizado en México, tomada por el populismo lopezobradorista. La buena noticia es que la radicalización ha ocurrido más a nivel de las élites, sin haber permeado del todo entre la población. Por ahora.

  • Fernando Nuñez es analista político con estudios en derecho, administración pública y política pública, y ciencia política por la Universidad de Columbia en Nueva York

E-mail: fnge1@hotmail.com

En X: @FernandoNGE

Continuar Leyendo

MUNDO

Abordando la desigualdad económica: El papel esencial del gobierno en las políticas de redistribución

Publicado

el

A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

En la actualidad, la desigualdad económica es un tema candente que suscita debates y preocupaciones en todo el mundo. Esta disparidad en la distribución de la riqueza y los recursos económicos no solo es un fenómeno presente en economías en desarrollo, sino que también afecta a las naciones más industrializadas.

Mientras algunos defienden el valor de la meritocracia y la libre empresa, argumentando que el éxito económico debería ser el resultado del esfuerzo y el talento individual, otros señalan la creciente brecha entre ricos y pobres como una injusticia fundamental que requiere atención urgente.

La idea de que cada individuo debe tener la oportunidad de prosperar según su mérito es una piedra angular de muchas sociedades modernas, pero en la práctica, esta promesa de igualdad de oportunidades puede ser inalcanzable para muchos debido a barreras estructurales y desigualdades sistémicas.

En este contexto, surge una pregunta crucial: ¿Cuál es el papel del gobierno en la reducción de la desigualdad económica? Si bien algunos abogan por una intervención mínima del Estado en los asuntos económicos, argumentando que el mercado libre eventualmente corregirá cualquier desequilibrio, la realidad es que la desigualdad económica persiste y se profundiza en muchas sociedades.

Esto plantea la necesidad de una evaluación cuidadosa del papel que el gobierno puede y debe desempeñar en la promoción de la equidad económica y la justicia social. La cuestión no es solo una de moralidad, sino también de estabilidad social y cohesión comunitaria. Una sociedad profundamente dividida por la desigualdad económica corre el riesgo de enfrentar tensiones sociales y políticas que pueden socavar la estabilidad y el progreso a largo plazo

En este contexto, el papel del gobierno en la reducción de la desigualdad económica es crucial, ya que a través de ella, y con debida perspectiva social, se pueden implementar políticas de redistribución que promuevan una distribución más equitativa contribuyendo así a una sociedad más justa y próspera.

Lo anterior cobra relevancia ya que en un sistema económico basado en la libre empresa, a menudo se promueve la idea de que el gobierno debe tener una mínima intervención en la economía, dejando que el mercado se autorregule.

Sin embargo, esta perspectiva puede pasar por alto el importante papel que el gobierno puede desempeñar en la reducción de la desigualdad económica a través de políticas de redistribución las cuales no necesariamente implican una intervención directa en la economía, sino más bien un enfoque en la redistribución equitativa de la riqueza y los recursos para garantizar un mayor equilibrio social y económico.

Por otro lado, en esta tesitura, el gobierno puede adoptar medidas para fortalecer la seguridad social, proporcionando una red de seguridad para los ciudadanos más vulnerables lo que puede incluir programas de asistencia social, como seguro de desempleo, subsidios alimentarios y programas de vivienda asequible, que ayudan a proteger a los individuos y familias de caer en la pobreza extrema debido a circunstancias adversas.

Asimismo, es fundamental invertir en infraestructuras sociales, como educación pública de calidad y acceso equitativo a oportunidades de desarrollo profesional. Al proporcionar a todos los ciudadanos las herramientas y habilidades necesarias para tener éxito en la economía moderna, se puede reducir significativamente la desigualdad económica y promover una mayor movilidad social.

No podemos perder de vista que, si bien la libre empresa puede ser un motor importante para el crecimiento económico, el gobierno tiene un papel vital que desempeñar en la reducción de la desigualdad a través de políticas de redistribución equitativa de la riqueza y los recursos. Estas políticas no solo promueven la justicia social, sino que también pueden contribuir a un mayor crecimiento económico y estabilidad social a largo plazo.

A pesar de ello, la realidad es que un enfoque equilibrado es necesario. Mientras que el exceso de intervención del gobierno puede tener efectos negativos en la innovación y la eficiencia económica, la falta de intervención puede exacerbar la desigualdad y crear tensiones sociales insostenibles. Por lo tanto, es importante que el gobierno encuentre el equilibrio adecuado, implementando políticas de redistribución que sean efectivas y eficientes sin socavar el espíritu emprendedor y la vitalidad económica.

Es evidente que la desigualdad económica es un desafío significativo que enfrentan muchas sociedades modernas, tanto que este desafío constantemente nos genera la necesidad de plantear preguntas difíciles, pero cuyas respuestas son necesarias.

Si bien la libre empresa puede ser un motor importante para el crecimiento económico, no puede garantizar por sí sola una distribución justa y equitativa de la riqueza y los recursos. En este sentido, el gobierno puede desempeñar un papel crucial en la reducción de la desigualdad a través de políticas de redistribución que promuevan un mayor equilibrio social y económico.

Al considerar estas políticas de redistribución, es importante tener en algunas de las ideas planteadas por Michael Sandel en su libro «La tiranía del mérito».

Sandel argumenta que la meritocracia, la idea de que el éxito se debe exclusivamente al mérito individual, ha contribuido a la creciente desigualdad económica al glorificar el éxito personal mientras denigra a aquellos que no tienen éxito. Esta narrativa del mérito puede llevar a la creencia de que aquellos que están en la parte inferior de la escala económica merecen su situación, lo que socava la solidaridad social y perpetúa la desigualdad.

Por lo tanto, las políticas de redistribución deben ir más allá de simplemente corregir las desigualdades económicas y también abordar las injusticias subyacentes en el sistema. Esto puede implicar cambiar la forma en que valoramos el éxito y reconocer que el mérito individual no es el único determinante del éxito económico. En su lugar, debemos adoptar un enfoque más colectivista que reconozca la contribución de todos los miembros de la sociedad y garantice que todos tengan acceso a oportunidades y recursos básicos para prosperar.

La lucha contra la desigualdad económica requiere un enfoque integral que combine políticas de redistribución efectivas con un cambio en nuestra concepción del mérito y el éxito. Al hacerlo, podemos trabajar hacia una sociedad más justa y equitativa, donde todos tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial independientemente de su origen socioeconómico.

Continuar Leyendo

Tendencias

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.