OPINIÓN
Enemigo de la austeridad republicana: El INE rico de Lorenzo Córdova

Opinión, por Pedro Vargas Avalos //
Se inició el año 2022 y se recrudecieron varios asuntos. Entre ellos figuran los relativos a la pandemia del Covid19, que con la versión “ómicron”, amenaza a la humanidad entera; pero además está lo relativo a los energéticos, donde se inscriben las cuestiones relativas al petróleo, el gas, la energía eléctrica y el sensacional “oro del futuro”, o sea, el litio.
Pero los temas no se agotan con los antedichos trajines, sino que las cuestiones económicas reclaman atención idónea, y sin desdoro de otros varios renglones que demandan amplia consideración, está lo relativo a las implicaciones políticas, donde no solo se avizora la anticipada sucesión presidencial, pasando por los comicios que en seis entidades se registrarán este año, sino a la llevada y traída revocación de mandato del presidente, procedimiento que se supone deberá realizarse el mes de abril venidero.
Sobre esta práctica de participación democrática, las opiniones se han dividido: por un lado, están las agrupaciones de oposición y sus simpatizadores, que coinciden con las posturas del Instituto Nacional Electoral (INE), poniendo trabas para su realización y, por la otra parte, el partido gobernante MORENA, sus aliados y adeptos, quienes concuerdan con la posición del primer mandatario federal, sobre que ineludiblemente se lleve a cabo ese ejercicio cívico.
Bajo tales circunstancias, los heraldos de cada actitud han indicado reiteradamente sus argumentos, mismos que van desde la falta del requisito de desconfianza hacia el Presidente, como la carencia de recursos para poder organizar el proceso; del otro bando, exigiendo el cumplimiento irrestricto de la Constitución y su ley reglamentaria, que lo mandatan.
Al respecto, dice Lorenzo Córdova Vianello (LCV), presidente consejero del INE, que el organismo que dirige, ha tomado decisiones a veces polémicas y controvertidas, las cuales “no deberían ser motivo ni de censura y mucho menos de persecución penal o política” (Los Periodistas, enero 3, 2022). Una de ellas fue la exigencia de más dinero (pues querían la friolera de 3 mil 830 millones de pesos y dice que solo cuentan con 1,500 millones) ya que el presupuesto que les autorizó la Cámara de Diputados, fue insuficiente.
Desde luego que el INE no recurre a la política de austeridad que el actual gobierno ha implementado. Desde que el primer magistrado, al arrancar su período, anunció la necesidad de esa conducta republicana, ya que no es congruente haya “gobierno rico junto a pueblo pobre”, exhortó a todos los integrantes de la administración pública para que se ajustaran a tal sistema. Sin embargo, solo en el poder legislativo y las dependencias del ejecutivo, se hizo eco a la petición, pues el poder judicial, amparado en un artículo constitucional que originalmente (en 1917) no preveía los salarios, logró que Plutarco Elías Calles, en agosto de 1928, incluyera en el artículo 94 constitucional, la no disminución de las remuneraciones de jueces y ministros durante su encargo, y así ha perdurado no obstante las numerosas reformas a la Carta Magna.
El numeral 127, fracción II de la Carta Magna federal, establece que ningún servidor público podrá recibir una remuneración por su trabajo, mayor que la del Presidente de la República. Y en la fracción III, reafirma que ningún empleado gubernamental podrá ganar más que su superior jerárquico: nadie puede negar que el máximo servidor público, dentro del gobierno, es precisamente el jefe de las instituciones nacionales. La excepción que contiene la misma parte del artículo que nos ocupa, dice, “salvo que el excedente sea consecuencia del desempeño de varios empleos públicos, que su remuneración sea producto de las condiciones generales de trabajo, derivado de un trabajo técnico calificado o por especialización en su función, la suma de dichas retribuciones no deberá exceder la mitad de la remuneración establecida para el Presidente…”. Más claro ni el agua.
Las diversas instituciones que han surgido de hace unos lustros a esta fecha, revestidas de “autonomía”, se han adherido a esta prerrogativa para defender mañosa y encarnizadamente sus pródigos ingresos, y dentro de tales entes destaca el INE. Pero se les olvida que no reúnen las condiciones antedichas, pues, ni tienen un trabajo técnico calificado ni es una especialidad profesional o científica su labor: ser consejero electoral, es un honor, pero solo exige requisitos ordinarios para un empleo de tal índole. En consecuencia, están sujetos a lo que establece dicho artículo 127 en su fracción segunda. Pero Lorenzo (Lencho para sus cuates) cree que defender rabiosamente sus privilegiadas retribuciones, (percibe anualmente $2 millones 487 mil pesos) incluidas una serie de ventajosos beneficios (como gastos médicos mayores) o gruesas partidas para consumos, y no digamos el ejército de “asesores” que tienen, algo así como doscientos sesenta y dos, todos muy bien pagados -hasta $104,875.00 pesos mensuales- y con fastuosas prestaciones. (Sin Embargo al Aire, nov.30-2021).
La gota que derramó el vaso fue cuando el Consejo General del INE dispuso, por mayoría de seis votos a favor y cinco en contra, la medida extraordinaria de posponer temporalmente la realización de la Revocación de Mandato del Presidente de la República, por insuficiencia presupuestal.
El paladín de la democracia mexicana -según parece por sus expresiones – Don Lencho Córdova, tajante dijo: “Que quede muy claro: no se trata de una suspensión del proceso o de una negativa a cumplir con las obligaciones constitucionales del INE. Se trata de un acuerdo que busca dotar de certeza plena a este ejercicio inédito de participación ciudadana”.
Y no contento con lograr esa suspensión (no prevista en la Constitución ni la Ley), con aire prepotente manifestó el señor Córdova: “Si realmente se quiere la Revocación de Mandato se los digo con mucha franqueza: salidas hay, el acuerdo…deja abiertas las probabilidades y… pone sobre la mesa posibilidades para que, si realmente hay voluntad de que la Revocación de Mandato sea una realidad, ésta se lleve a cabo”. Las salidas él mismo las enumera: que la Cámara de Diputados haga la ampliación presupuestaria, o el Presidente del país, gire instrucciones a la Secretaría de Hacienda para que suministre los fondos que pide el INE.
El malhadado acuerdo, fue reprobado no solo por la ciudadanía, sino por la Suprema Corte y el Tribunal Federal Electoral (TRIFE). El presidente de la Cámara de Diputados (Sergio Gutiérrez Luna) interpuso en la Corte la controversia constitucional y el 22 de diciembre concedió la suspensión provisional, ordenando que el INE prosiguiera “con la organización y el desarrollo de la totalidad de las actividades del proceso de revocación de mandato hasta su conclusión con el presupuesto aprobado de 1,503 millones de pesos el cual constituye un indicador de viabilidad financiera”, en razón a que se estaría poniendo en riesgo el ejercicio oportuno del derecho de la ciudadanía a decidir si revoca o no el mandato del presidente (Expansión Política, Guadalupe Vallejo, 22-12-2021).
Días después, el TRIFE, ante recurso interpuesto por MORENA y PT, resolvió revocar el mentado acuerdo del INE, y les dijo a sus directivos no poner “en riesgo el ejercicio oportuno del derecho de la ciudadanía a decidir si revoca o no el mandato” del presidente de la nación. Por lo tanto, debe realizar y gestionar “las adecuaciones necesarias a su presupuesto, sin afectar sus obligaciones constitucionales, legales, estatutarias y laborales, a fin de garantizar el adecuado desarrollo” del proceso revocatorio. (Portal de Consulta, TRIFE, 29-dic.21).
Para entonces, el antedicho presidente de la Cámara de Diputados, había presentado (el miércoles 22 de diciembre) una denuncia ante la Fiscalía de la República, para deslindar si los consejeros del INE tenían responsabilidad penal. Esto hizo que Lencho y sus adláteres, así como la oposición, reaccionaran telúricamente, pues dice aquél que las diferencias entre los pares y las de la institución con otras entidades, no deben criminalizarse. Y por si hubiese culpas administrativas, la denuncia también se presentó ante el Órgano Interno de Control del INE. Como varias organizaciones y el mismo AMLO, dijeron que no debería llevarse este asunto a la materia penal, la denuncia no se ratificó. Lencho pidió que como esos ilícitos son de oficio, esperaba que se declarara por la Fiscalía su improcedencia. Y volvió a decir que él y sus pares, “a pesar de la persecución penal que se pretende hacer de algunos de sus integrantes 2 siguen cumpliendo sus obligaciones. (Twitter de LCV, 2 ene.2022).
La conclusión de todo lo anterior es que, Don Lorenzo, tiene muchas confusiones: A) la defensa a ultranza de sus altos salarios anticonstitucionales, no conllevan la autonomía del INE, como a hurtadillas sostiene; B) el INE no es la democracia de México, solo es un organismo encargado de organizar los eventos electorales conforme a la ley. El pueblo, especialmente los ciudadanos, son los que encarnan, al ejercer sus derechos, la democracia mexicana. C) la austeridad republicana es parte fundamental de nuestra realidad actual, y a ella deben ceñirse los integrantes del INE, haciendo a un lado sus opulentos sueldos y sus impúdicos derroches. D) el hecho de ser dirigentes del INE, no los exenta de incurrir en responsabilidades, tanto administrativas como punitivas: el que nada debe, nada debe temer, por lo que si su actuación es legítima, no deben sobrecogerse ni imaginar “persecución penal”, ya que nadie les ha fabricado crímenes, solo se denunciaron “hechos”.
Lencho anda tan embrollado, que en una entrevista concedida hace unos días al diario peninsular “El País”, manifestó que, “Estamos viendo un contexto inédito de hostigamiento a las autoridades electorales. Además, se ha abierto una narrativa claramente de acoso y descalificación”. Y ya haciéndose víctima, vaticinó: “Este discurso de descalificación y de desinstitucionalización ha antecedido en el pasado algunos de los peores experimentos autocráticos de la historia. No estoy diciendo que eso vaya a ocurrir en México, pero subrayo la similitud de este tipo de discursos, por ejemplo, con lo que ocurría en los años 20 en Europa”.
En base a esas declaraciones, consideramos que Don Lorenzo cada vez está más confuso. Lo que ocurría en aquellos tiempos en el viejo continente, eran la gestación del nazismo y el crecimiento del fascismo, lo cual, hablando de nuestra actualidad nacional, de plano resulta inadmisible. A menos que el buen Lencho, ya esté tan neurasténico, que piense como algunos alharaquientos ejemplares de la oposición, de los que invitaron al VOX ibero, o de los que anhelan con volver a los tiempos del anodino Fox, del abominable Calderón o del inmundo Peña Nieto. De suceder esto, entonces sí tendría razón el protagónico cuanto enrevesado dirigente del INE. Pero fundados en la madurez de nuestro pueblo, podemos afirmar que “Si es pasión, que se les borre”: México seguirá adelante y nuestra democracia, cada día, será más sólida y correcta, con o sin el apoyo de este confundido personaje.
OPINIÓN
Tierra de garzas

Opinión, por Miguel Anaya //
Había una vez un pueblo costero, rodeado de mares vibrantes y volcanes dormidos. Su nombre era Garzalandia. Sus habitantes, en su mayoría cangrejos, trabajaban incansablemente, mientras en lo alto, observándolos con mirada serena pero calculadora, reinaban las garzas.
A pesar de que los cangrejos eran muchos más, las garzas habían logrado convencerlos de que la mejor opción para gobernar eran ellas, así, para ser electas, a veces se presentaban en planillas azules, otras ocasiones con planillas naranjas o amarillas, incluso formaron una planilla llena de garzas de distintos colores, qué ya habían gobernado, pero se presentaban como algo nuevo. Los cangrejos discutían acaloradamente cual color era mejor e incluso se peleaban por ello, pues los simpatizantes de alguna u otra garza, a veces llegaban al fanatismo.
Los cangrejos pagaban impuestos que terminaban en los nidos de las aves. Garzas que gastaban lo recaudado en viajes alrededor del mundo con la excusa de que esos gastos eran necesarios para aportar una nueva visión a Garzalandia. Por si fuera poco, en aquel lugar había otro poder igual de influyente: las tortugas. Silenciosas y meticulosas, se movían con paso pausado, pero firme, administrando territorios, cobrando tributos y asegurando que las reglas no escritas de Garzalandia se cumplieran.
A través de décadas, las tortugas habían funcionado como instrumento de control de las garzas, pero durante los últimos años, el poder y crueldad de las tortugas se había incrementado. Nada se movía sin su autorización, y quien intentaba desafiar su orden, pronto descubría su error.
A pesar de lo terrible de la situación, Garzalandia seguía siendo un paraíso en muchos ámbitos: playas doradas, una cultura envidiable, restaurantes llenos de vida, música que alegraba las tardes… pero también un profundo sentimiento de resignación. Cada tres años, las garzas recorrían las casas con promesas renovadas:
«Ahora sí, vamos a cuidar de ustedes.»
«Se acabó la corrupción.»
«Garantizaremos el agua limpia por los próximos 50 años.»
“Por fin solucionaremos el problema de la basura.”
Los cangrejos, esperanzados, votaban. Elegían garzas de distintos plumajes, algunas con atuendos sencillos, otras con palabras cautivadoras, otras calvas… Y luego regresaban a sus vidas, a sus jornadas interminables, al vaivén de promesas que nunca se cumplían, a vivir con miedo.
Mientras tanto, las tortugas seguían su marcha imperturbable. Ellas no cambiaban con las elecciones. No necesitaban discursos, ni votos, ni publicidad. Su autoridad era otra, más tangible, más cotidiana. Para los cangrejos, las tortugas no eran un gobierno; eran una certeza. Y en Garzalandia, la certeza era más fuerte que la esperanza, tanto así que, aunque suene increíble, muchos jóvenes cangrejos aspiraban a convertirse en tortugas, vestían falsas garras y caparazones, escuchaban música qué idolatraba a los reptiles, aunque esas canciones promovieran la violencia contra su propia especie.
Un día, un joven cangrejo se atrevió a preguntar:
—¿Y si dejamos de votar por garzas y elegimos a un cangrejo?
La respuesta llegó pronto, con el tono de resignación que se había arraigado en generaciones:
—No seas ingenuo. Si no votamos por las garzas, las tortugas seguirán gobernando igual. Nosotros, los cangrejos, no podemos cambiar nada.
Y así, la historia continuó:
Las garzas administraban el poder desde lo alto.
Las tortugas reinaban en las calles.
Los cangrejos trabajaban sin parar.
Y Garzalandia seguía su curso, siempre igual.
Pero entre los murmullos del pueblo, algo comenzó a cambiar. Algunos cangrejos dejaron de discutir sobre garzas de distintos colores y empezaron a hablar de comunidad. Dejaron de esperar soluciones desde las alturas y empezaron a construirlas entre ellos. Recordaron sus raíces y promovieron una cultura que resaltaba el orgullo de ser crustáceo.
Se reunieron para proteger sus propios intereses. Se organizaron para cuidar de sus familias. Crearon redes donde la voz de los cangrejos tenía peso, donde sus preocupaciones eran escuchadas.
Descubrieron que el cambio no siempre viene desde arriba. Cambiaron su manera de ver las cosas y sus rutinas, aprendiendo a trabajar en equipo. Entendieron que el ejercicio de gobierno también les correspondía y que si se lo proponían podían avanzar juntos, caminado en distinto sentido al acostumbrado.
Y así, aunque caminar hacia adelante nunca ha sido fácil para un cangrejo, por primera vez, decidieron intentarlo.
NACIONALES
La elección del 1 de junio

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Hay una controversia muy fuerte sobre si ir o no a votar el 1 de junio entrante. Los “a favor” traen ya —incluso– una lista con nombres a los que se debe dar el voto. Así como se lee: a quiénes se debe dar el voto. Y, además, por quienes NO se debe votar.
Esto es una flagrante violación a las leyes, pero lo están haciendo los simpatizantes de los candidatos morenistas no sin antes echar un choro mareador sobre la “histórica” participación del conglomerado para quitarle de las manos a los perversos de la historia (siempre hay que tener un stock de “malvados” para echarles la culpa de todo) a jueces y magistrados del Poder Judicial.
No solo los morenistas “de a pie” andan a marchas forzadas exhortando a la gente a votar. También se ha echado mano de opinólogos, youtubers, eruditos de kermés e informadores que bombardean los medios tradicionales y sociales con sus sesudos análisis y “contundentes” afirmaciones.
Las “coincidencias” que estos espontáneos promotores de la elección del 1 de junio tienen en sus vehementes decires es obvia: 1. Es mejor votar por “los malos” que no votar por nadie; 2. Votar es ““el único medio de cambiar las cosas”; no votar es admitir que ya no hay democracia en este país y, por último, pero no menos importante para los promotores del voto para elegir al nuevo Poder Judicial, es que si dejamos de votar “otros” lo harán por los abstencionistas. Un verdadero retruécano.
Lo que es indiscutible en estos embates en pro de la elección es que hay una “responsabilidad” social en estos comicios que favorecerá (ellos lo aseguran) a que la impunidad, la lentitud en la justicia y, sobre todo, la corrupción del Poder Judicial sea cosa del pasado a partir de la citada renovación y remoción del Poder Judicial Mexicano.
Detractores de la elección popular de jueces, principalmente opositores a la 4T, políticos, periodistas y líderes de redes sociales, usan sus plataformas para desmotivar a los ciudadanos.
Afirman que esta elección es una farsa. Dicen que en realidad los nuevos jueces y magistrados ya están designados y que la votación es solo una simulación para legitimarlos.
Que Morena ha “palomeado” ya a sus huestes de jueces y que solo esperan que llegue el 1 de junio para ratificarlos legalmente. Que “la gente” no debe convalidar esta manera de apoderarse de otro poder (ya tienen el Ejecutivo y el Legislativo) so pena de pasar de una democracia cuestionable a una dictadura descarada.
También que hay una desfachatez de parte de quienes han promovido esta elección porque “ellos saben perfectamente quiénes quedarán y en qué puestos”, dado que hay una maquinaria de selección que ha pasado por varias instancias de gobierno para dar el visto bueno a los futuros jueces y magistrados.
¿Es un acto democrático la elección del 1 de junio? Esto puede señalarse al respecto: Para fortalecer la democracia es muy necesaria la participación ciudadana. A veces a través del voto, de las consultas públicas y la participación en las iniciativas comunitarias.
La Educación Cívica fomenta el ejercicio de derechos y responsabilidades ciudadanas. La democracia requiere respeto a derechos humanos, libertad de expresión, transparencia, rendición de cuentas y un sistema legal equitativo para todos.
Para fortalecer cualquier democracia es menester motivar la participación ciudadana en la toma de decisiones, para lo que se recurre al debate, discusiones y acuerdos políticos.
Hay dos modelos de democracia: directa y representativa. Ambas, se afirma, promueven el desarrollo de una sociedad justa, próspera y equitativa. Ambas fomentan valores como la libertad, la equidad, la justicia, la tolerancia y el respeto a la diversidad.
Si no hay estabilidad económica, política y social, es muy posible que no haya, tampoco, democracia.
Las instancias internacionales señalan que no hay democracia sin instituciones sólidas, competencia multipartidista, elecciones libres, separación de poderes y con impunidad generalizada.
Cuando el poder ya no reside en el pueblo, no es para el pueblo y va en contra del pueblo, afecta a nuestra idiosincrasia, nuestras costumbres y valores: honradez, lealtad, honestidad, reciprocidad, solidaridad y civismo.
Que cada quién decida, con base en su conocimiento, su cultura, su información y su convicción, si habrá de participar o no en la próxima elección del 1 de junio.
JALISCO
¿Frangie para Guadalajara?

De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //
La pregunta lleva lumbre pero no sorprendería si en un futuro el rumor se vuelve realidad.
Y es que en menos de dos semanas, en momentos distintos y en voz de personajes distantes entre ellos, me enteré que un buen número de emecistas han colocado sobre el escritorio el nombre de Juan José Frangie como una opción para proponerle que dirija su mirada hacia la capital.
¿La razón?
Porque consideran que Verónica Delgadillo y su equipo cercano están más preocupados en producir estallidos mediáticos de poca duración, que en hacer un gobierno eficiente y de largo aliento.
Me dicen que en el primer cerco montado alrededor de Pablo Lemus hay quienes proyectan que de seguir viajando en demasía al extranjero y continuar cediendo el mando a su gente de confianza, el escenario electoral intermedio pinta en extremo complicado.
Sobre el particular, tuve a la vista una encuesta en la que Morena ya rebasa en Guadalajara con seis puntos porcentuales a Movimiento Ciudadano.
Dicho de otro modo, de acuerdo a las mediciones que tienen en mano los estrategas del poder naranja, si la cuatro té elije un perfil verdaderamente competitivo –ya sea Mary Gómez o Claudia Delgadillo, por ejemplo- el triunfo emecista se vería tremendamente comprometido.
En este sentido, y aunque en lo personal creo que Frangie, al término de su gestión, se integrará al gabinete de Lemus como jefe de gabinete, lo cierto es que hay dos variables que podríamos contemplar.
La primera es que el actual alcalde zapopano –que para mi gusto ha sido mucho mejor presidente municipal de lo que fue el gobernador- aparece con buen posicionamiento en el ánimo metropolitano, lo que supone que daría una batalla digna, con amplias posibilidades de refrendar el gane para emecé.
La segunda, es que indudablemente Pablo se sentiría más cómodo teniendo como candidato a Juan José que a Verónica.
¿Por qué?
Porque el manual dice que presidir el ayuntamiento tapatío es la vía corta que conduce a Casa Jalisco, y por lo que se sabe, a Lemus nada le provocaría más alegría que su gran amigo y maestro le sucediera en el cargo.
En este espacio he sostenido que Juan José Frangie es uno de esos casos de excepción en el que un empresario logra sortear con éxito una alta responsabilidad en el ámbito público.
Al margen del afecto y profundo respeto que le tengo, estoy convencido de que nadie con un mínimo de sensatez, puede negar que su trabajo es muy aceptable.
Así pues, recordemos que en política no hay sorpresas, de manera que si comienza a cobrar fuerza la versión que aquí expongo, no habría cabida para los sorprendidos.
@DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, activista social, escritor y analista político.
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