OPINIÓN
Gobernador quiere consejo a modo en IPEJAL

Metástasis, por Flavio Mendoza //
El Consejo del Instituto de pensiones del Estado de Jalisco (Ipejal) esta semana tomó protesta como nuevo representante de los trabajadores burócratas a José Miguel Leonardo Cisneros, en sustitución de Juan José Hernández Rodríguez de la FESIJAL, pese a que ese mismo día había sino notificado por el Tribunal Estatal de Escalafón y Arbitraje sobre la suspensión del acto.
Pero como si se tratara de una indicación política de un alto mando del Gobierno de Jalisco, no sólo tomaron protesta, sino que además la presumieron en redes sociales, aunque posteriormente sería eliminada de las mismas.
El asunto va más allá de quitar a una persona u organización sindical de los trabajadores al servicio del Estado, el fondo está en la causa. Previo a tomar protesta a este líder sindical, el Gobierno del Estado de Jalisco realizó dos actos formales en los que no fue notificado el dirigente de FESIJAL, la firma del incremento salarial a burócratas y el arranque de la construcción de la nueva Unidad de Medicina Familiar del Ipejal, en un claro desafío del Gobierno del Estado hacia la Federación que actualmente cuenta con la afiliación de más sindicatos en cantidad de organizaciones y de agremiados.
Pero este golpe al sindicalismo en Jalisco no debe pasar de noche, pues hoy se atentó contra la libre sindicalización y representación de los trabajadores, en un movimiento operado desde el Poder del Estado, se intentó quitar la representación de los trabajadores de una Federación legal y legítimamente conformada con la mayoría de los burócratas, es la propia ley quien establece que las negociaciones salariales se llevarán a cabo con la organización sindical mayoritaria y los beneficios tendrán impacto colateral para los otros trabajadores agremiados a sindicatos de minorías.
Lo que el Gobernador Enrique Alfaro ha hecho es violar la ley, violentó derechos de libre afiliación y representación sindical, mandando el mensaje de que sólo quien esté con él será parte de las decisiones en la entidad, un Consejo a modo, una costumbre de los últimos 20 años, donde los representantes de los trabajadores eran simplemente otro alfil del Gobernador en turno para el desfalco a Pensiones.
Esto se da en un marco muy complicado para el propio Ipejal, derivado de los cuestionamientos que se han hecho en los últimos años desde que Juan José Hernández mejor conocido como “El Choco” ha manifestado estar en desacuerdo con algunas decisiones del Consejo Directivo del Ipejal. La detonante es la construcción del proyecto Ciudad Judicial Laboral, proyecto del Gobierno del Estado que se hará con el dinero de los trabajadores y del que por más que argumenten que es un buen negocio, el Ipejal invertiría cerca de 400 millones de pesos que no tendrán retorno sino hasta el año 13 posterior al pago de renta, mientras la proyección de viabilidad financiera del Instituto es entre 7 y 8 años a partir del último estudio actuarial en 2021. La fecha fatídica ya comenzó y la actual administración estatal, como en anteriores, utiliza el fondo de los trabajadores burócratas para proyectos de interés político.
Este es el verdadero objetivo de quitar a un dirigente, el único en los últimos 20 años que ha levantado la voz discordante contra las decisiones del Consejo Directivo, porque en el pasado no nos enterábamos del sentido de votación ni había oposición que impidiera todas las inversiones que han provocado un desfalco al fondo solidario de los trabajadores, responsables directos del serio problema financiero que enfrenta y que pone en riesgo la seguridad social de miles de trabajadores y sus familias. Por ejemplo, el caso del magisterio, los maestros en el Estado no fueron enterados de esta inversión que se hace con su dinero, como tampoco lo hicieron en otras inversiones millonarias que hoy se convirtieron en centavos. Sin embargo, no pueden estar exentos de este atentado contra el sindicalismo, hoy le tocó a la FESIJAL, pero cuando el magisterio vuelva a tener un digno dirigente que defienda lo que es de los trabajadores, se correrá el riesgo de que el autoritarismo de Casa Jalisco busque cómo quitarlo de la silla del Consejo, por ello no podemos ser indiferentes a esta lucha que han emprendido de manera cívica y legal.
La lucha jurídica comienza por la representación legal de los trabajadores burócratas en el Ipejal, mientras el reloj sigue acercándose a la fecha fatídica, sin una Iniciativa de Reforma Integral y con una ritmo promedio de jubilaciones que proyectan un inminente problema financiero del Instituto de Pensiones a la vuelta de la esquina.
Twitter: @FlavioMendozaMx
NACIONALES
Como anillo al dedo

– Opinión, por Ramiro Escoto Ratkovich
La tragedia de las inundaciones no ha hecho más que beneficiar al gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, cuando estaba en la palestra el tema de los señalamientos de enriquecimiento ilícito del José Ramiro López Obrador por sus ranchos en Tabasco, así como el ganado del aficionado número uno del futbol en el senado, Adán Augusto López, los viajes en jet privado y la casa de 12 millones de Gerardo Fernández Noroña, entre otros, con una gran cortina de humo suficiente también para cubrir mientras la distracción continúa, la votación a favor de los nuevos impuestos, así como el endeudamiento para el próximo año, concedido por la mayoría en el Congreso.
La tormenta perfecta tiene además a la zacatecana, gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, quien ha evadido su responsabilidad en las afectaciones y víctimas en ese estado, junto al presidente municipal de Poza Rica quien se evidenció con su omisión en la construcción de un dique, pero para ambos lo que ha ecistido es protección y ausencia de comentarios de parte del Gobierno de México, aunque para la titular del ejecutivo veracruzano, el pasado jueves hubo desaire, luego de que la presidenta recorriera varias zonas afectadas sin su presencia.
No hay dinero, y el país tiene suficientes pistas de circo como para que la gente se distraiga: en Michoacán agricultores tiran limones, mientras que en Jalisco los que siembran el maíz no han encontrado respuestas ni cumplimiento de la palabra al pago de sus cultivos; incluso volverían a tomar carreteras y accesos a grandes ciudades si las cosas no toman un curso justo para los campesinos.
La presidenta habla del incremento al IEPS en las bebidas azucaradas argumentando que es por salud, palabra que ha usado una y otra vez, a sabiendas de que ese dinero va a los compromisos no cumplidos, menos justo a la salud, donde no hay medicinas, producto de que no pagan las deudas con el sector farmacéutico, y el discurso se cae así nuevamente por falta de congruencia.
Escándalos como el de la titular de CONACYT, por su enriquecimiento y gasto millonario en trabajos y proyectos fantasma, como la vacuna patria, por ejemplo, o el del huachicol fiscal que sigue consumiendo fondos de un Pemex que mantiene México con gasolinas por arriba de los 25 pesos y Dos Bocas que gasta más delo que produce y vale.
Y qué decir de quien dirigía el FONDEN que ni los morenistas sabían que estaba con ellos tras su salida del PRI, y que ahora, en la narrativa lo ponen de ejemplo para que el partido revise los perfiles de quienes están en Direcciones y responsabilidades, con el fin de que cumplan con los requerimientos, conocimientos, pero sobre todo transparencia y honestidad.
El fracaso de Mexicana de Aviación que dejó de ser tema de presunción, porque la verdadera prensa ha develado el alto costo de un capricho del sexenio pasado que no deja de sorprender en deudas y pérdidas.
Los diputados ahora quieren gravar hasta los video juegos violentos, bajo un pretexto que sólo busca justificar la recaudación de impuestos, al más puro estilo de “Varguitas” en la ley de Herodes.
Bien decía el expresidente López Obrador, esta situación en el país le va como anillo al dedo en el tema de los distractores, mientras el plan C se desarrolla al amparo de una línea que advierte la manera en la que no saben de administración pública, atención a desastres y manejo de crisis.
Queda claro también que la improvisación tampoco ha sido su fuerte, cuando negaron que nadie les advirtió sobre las lluvias en 5 estados, mientras que CONAGUA lo informó el 9 de octubre en su reporte del tiempo, mismo que fue borrado de la memoria digital.
Así como la transparencia que fingen y luego silencian, como cuando la presidenta calló al secretario de Salud —como lo hizo con damnificados y afectados en Veracruz—, pero lo peor es que no hay oposición que pueda competir con la realidad que vivimos políticamente, y ese es justo el anillo que mejor le viene al dedo.
NACIONALES
Dos reportes y algo más

– Opinión, por Luis Manuel Robles Naya
El reporte de perspectivas económicas del Banco Mundial señala que existen importantes vientos en contra del crecimiento en nuestro país y en el mundo, derivados de tensiones comerciales y mayor incertidumbre política. Nos dice que, las débiles perspectivas limitan la capacidad para crear empleos y reducir la pobreza extrema. Contempla, además, una reducción de la inversión extranjera directa en las economías emergentes y en desarrollo, que agravan estas condiciones adversas.
La sugerencia: Para desbloquear la creación de empleo formal y el crecimiento a largo plazo, las reformas deben centrarse en aumentar la calidad institucional, atraer inversión privada, fortalecer el capital humano y los mercados laborales. Nada de eso se está haciendo.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional ha elevado su pronóstico de crecimiento para México a 1% en 2025, sobre la predicción de abril de este año que fijó en 0.3% debido a que las presiones arancelarias han sido menores de lo previsto y a que espera una recuperación de la economía estadounidense, esto desde el punto de vista macroeconómico. Sin embargo, este jueves, el mismo FMI señala que México registrará el mayor déficit fiscal para un primer año de gobierno en un registro de al menos 4 sexenios y la deuda neta gubernamental será la más alta desde el año 2006.
Para las calificadoras internacionales, la observación sobre el comportamiento de la deuda nacional es un punto de mayor importancia, pues muestra una tendencia creciente amenazando su grado de confianza. Las autoridades hacendarias mexicanas han hecho énfasis en que la deuda es perfectamente manejable y que no representa riesgos; sin embargo, el conjunto de la economía nos indica que puede llegar a niveles inmanejables.
El presupuesto de ingresos presentado al Congreso muestra claramente que el Estado necesita más recursos para superar el déficit que arrastra, estimado por el FMI en 4.9%, un punto porcentual por arriba de la estimación oficial mexicana, y denota que el ingreso dependerá del comportamiento fiscal y al parecer en el siguiente año será el consumo el que sostenga la dinámica económica y el ingreso fiscal.
Para que el gobierno recaude más, debe necesariamente que haber crecimiento y este solo será posible si aumenta la inversión, pero para que esta llegue el capital debe tener confianza y los últimos indicadores publicados por el INEGI demuestran que esta va a la baja tanto en el ámbito empresarial como en el consumidor.
En el noveno mes de este año, el indicador de confianza del consumidor sufrió un revés de 0.53 puntos respecto a septiembre de 2024, nueve caídas en su comparación anual. Por su parte el indicador de confianza empresarial, en términos anuales lleva también nueve caídas, pese a que en septiembre tuvo un avance de 0.11.
Hay reservas para que la inversión fluya y, además, el crédito privado también va a la baja ante la incertidumbre que representa un Poder Judicial más inclinado a la protección social que a la aplicación estricta de la ley.
La recomendación del Banco Mundial no debiera desecharse a la ligera ni desestimarse, el gobierno requiere consolidar sus avances políticos y mantener sus políticas distributivas, pero necesita a la par, incrementar sus ingresos fiscales y esos solo llegan con crecimiento, el cual se inhibe por las reformas que desnivelan el equilibrio entre los factores económicos y el Estado.
Es momento de darse cuenta de que la velocidad con que se implementaron las reformas sociales y políticas necesita una pausa para ordenar el concierto del Estado Mexicano, que no es sólo el gobierno. Con lo hecho, no hay nada que impida la presencia dominante del gobierno en la vida económica nacional y es tiempo de pensar en los límites necesarios para no ahogar a los actores y factores subordinados, sin los cuales las políticas sociales y redistributivas del ingreso no serán posibles.
El crecimiento permanecerá bajo también, si las restricciones al comercio internacional persisten por las barreras arancelarias impuestas en el sexenio anterior, y la incertidumbre política resulta como consecuencia de elecciones poco confiables por el dominio gubernamental de las instituciones electorales. Aunemos a lo anterior, que la inseguridad preocupa a las actividades económicas que requieren algo más que una baja en la tasa de homicidios.
El déficit gubernamental, el pago del servicio de la deuda y la creciente demanda de los programas sociales significan mayor estrés para las finanzas públicas, impedidas hoy de financiar el desarrollo. De no darse las expectativas de recaudación, la deuda seguirá creciendo sin que esos recursos tengan un fin productivo sino asistencial.
Las últimas disposiciones fiscales incrementan los impuestos al consumo y esto eleva los precios y dificulta el control de la inflación. No son buenas señales, pero el gobierno necesita dinero y de algún lado lo habrá de obtener, al menos ahora que no es año electoral.
NACIONALES
¿Y después de las reformas qué?

– Opinión, por Iván Arrazola
El resultado de la elección de 2024 fue, sin duda, sorprendente. Ni siquiera el más optimista de los simpatizantes del oficialismo habría anticipado una victoria con tales dimensiones. Aunque existen distintas interpretaciones sobre si esa supermayoría debió o no alcanzarla Morena y sus aliados, lo cierto es que, con las reglas vigentes, era difícil que el desenlace tuviera otra interpretación.
Desde entonces, el oficialismo ha sabido trabajar de manera cohesionada en la promoción de un amplio paquete de reformas que han transformado la estructura institucional del país. Sin embargo, esa capacidad de articulación abre hoy una nueva interrogante: ¿qué viene después de las reformas? ¿Cómo se sostendrá un modelo basado en la concentración del poder?
Estos cuestionamientos no son menores, las nuevas reglas para la elección del Poder Judicial, lejos de fortalecer la impartición de justicia, introducen incertidumbre y riesgo institucional. La falta de criterios claros, la curva de aprendizaje de los nuevos integrantes y la politización del proceso presagian un deterioro en la eficiencia judicial, un área que ya era objeto de fuertes críticas por parte de la ciudadanía.
A ello se suma la cuestionable selección de perfiles. En muchos casos, la experiencia y el conocimiento jurídico fueron relegados; lo prioritario era garantizar afinidad con el poder. La evidencia más clara de esta manipulación son los llamados “acordeones” que circularon durante el proceso, instrumentos que orientaban el voto hacia determinados candidatos. Este episodio quedará registrado como un ejemplo más de cómo se indujo la voluntad popular en favor de ciertos intereses.
Por otro lado, la reciente aprobación de la nueva Ley de Amparo refuerza la percepción de un gobierno que busca restringir los contrapesos. Al redefinir el concepto de “interés legítimo” y limitar quién puede ampararse frente a decisiones del Estado, el régimen acota la posibilidad de que los ciudadanos se defiendan de los abusos del poder.
Aunque el discurso oficial asegura que se trata de evitar privilegios para los poderosos, en la práctica estas modificaciones restringen el acceso a la justicia de los ciudadanos comunes y pueden utilizarse como herramientas de persecución política.
Frente a este panorama, surge una pregunta inevitable: ¿qué hará el gobierno una vez que haya consumado todas las reformas que se propuso? La última —y quizá la más significativa por su alcance y consecuencias— es la reforma electoral, un proyecto en el que tampoco se vislumbra apertura al diálogo ni posibilidad de acuerdos con la oposición. Todo indica que el oficialismo volverá a recurrir a su mayoría legislativa para imponer los cambios, utilizando la conocida aplanadora parlamentaria que ha caracterizado a este sexenio.
Entre las medidas más polémicas se encuentra la reducción del número de legisladores de representación proporcional, lo que implicaría una merma directa en la pluralidad política y en la representación de las minorías. A ello se suma la intención de modificar la forma de integración del órgano electoral encargado de organizar los comicios, abriendo la puerta a que sus integrantes sean electos bajo un esquema que favorezca la afinidad política con el gobierno.
Más allá de sus justificaciones, las reformas aprobadas se han impuesto sin los consensos mínimos con la oposición. El uso de la mayoría legislativa para aprobar transformaciones estructurales tiene un costo político: la falta de legitimidad y la erosión de la confianza institucional. La llamada “mayoría artificial” que permitió al oficialismo avanzar en su agenda ha sido cuestionada incluso por actores que reconocen la validez formal de las elecciones, pero advierten sobre el debilitamiento de los equilibrios democráticos.
Particularmente grave es el caso del Poder Judicial. La selección de ministros mediante mecanismos tan poco transparentes resta legitimidad a quienes asumen el cargo. Además, el proceso de aprobación estuvo acompañado de prácticas reprobables: en el caso de la reforma judicial, legisladores opositores fueron presionados para ausentarse de las sesiones, otros cooptados a cambio de impunidad.
En este escenario, un futuro gobierno de signo distinto podría cuestionar la legitimidad de las instituciones y de las decisiones surgidas bajo estas condiciones. Incluso podría llegar a desconocer resoluciones judiciales, alegando que provienen de un poder constituido de manera irregular. De ocurrir, México enfrentaría una crisis institucional de gran magnitud.
El oficialismo parece no advertir que ningún poder es eterno. Las decisiones tomadas sin diálogo, sin contrapesos y sin respeto a la pluralidad tienden a revertirse con el tiempo. En una democracia, las reformas requieren negociación, gradualidad y legitimidad; cuando se imponen, generan resistencias y, tarde o temprano, serán revisadas o anuladas.
Por ello, al régimen actual le convendría construir puentes con la oposición con la que se han negado a negociar. De lo contrario, las mismas reformas que hoy consolidan su poder podrían convertirse mañana en el origen de su desgaste político y en el punto de partida de una nueva etapa de cambios.
JALISCO
Producción de maíz en caída libre

– Opinión, por Gerardo Rico
Con la promesa que el próximo 27 de octubre tendrán respuesta oficial a sus peticiones de aumento al precio de la tonelada de maíz, a 7 mil 200 pesos por tonelada, productores de este grano en Jalisco y diferentes Estados de la República advirtieron que de no obtener respuesta favorable bloquearán nuevamente las carreteras del país.
“Ahora que China dejó de comprar maíz a Estados Unidos, este país quiere acomodar su producción a cómo dé lugar en México y en todo el mundo. De ahí que es notorio el incremento de importación de maíz en los últimos años y eso no nos favorece a los productores mexicanos”, señala René Beas, veterano dirigente y luchador social del agro en Jalisco, con quien conversé sobre el tema. Advierte que si no hay respuestas favorables en la fecha acordada con la Secretaría de Gobernación, además de carreteras, podrían bloquear el Aeropuerto Internacional de Guadalajara.
Los productores de maíz en México enfrentan problemas graves como el cambio climático -sequías e inundaciones-, el aumento de los costos de producción -insumos como fertilizantes y combustible-, la competencia desleal del maíz importado y la falta de apoyos gubernamentales efectivos para la productividad, incluyendo la desaparición de programas de financiamiento y comercialización.
Estas dificultades originaron una caída en la producción nacional, obligando a los agricultores a enfrentar precios bajos, bajos rendimientos y, en muchos casos, a abandonar sus actividades. El impacto limitado de programas claves para el apoyo al campo es uno de los factores que merman cada vez más la producción de alimentos en México, al grado de que para este 2025, especialistas prevén que se obtengan las peores cosechas, con niveles de emergencia en granos, especialmente los que son históricamente más consumidos por los mexicanos.
En 2018, la producción de maíz en México fue de aproximadamente 27.1 millones de toneladas, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP). Esta cifra representa un descenso con respecto a años anteriores, pero fue el punto de partida para un periodo de baja en la producción en los años recientes. Para el 2024, apenas llegó a poco más de 23.6 millones de toneladas. Y la tendencia sigue a la baja.
“En los últimos 10 años, México pasó de ser el cuarto productor a nivel mundial, a ser el séptimo; además, para el 2025 seremos el importador más grande en cuanto a maíz se refiere”, advierten especialistas del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA). Y sí, entre enero y agosto de este año se registró una compra acumulada récord de este grano básico para la población mexicana, tanto en volumen como en valor, revelan datos oficiales.
Cifras de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), recopilados por el GCMA, confirmaron que en los primeros ocho meses del año se han importado 16 millones 800 mil toneladas de maíz, cifra sin precedente para un periodo similar y 0.8 % superior a las 16 millones 200 mil toneladas de un año antes.
En lo que se refiere a valor, las compras internacionales de maíz, principalmente amarillo y transgénico desde Estados Unidos, representaron un desembolso de 3 mil 573 millones de dólares, 2.4 por ciento más en comparación con los 3 mil 488 millones de dólares de igual lapso de 2024.
AY JALISCO…
Jalisco produjo poco más de 3 millones 945 toneladas de maíz grano, según datos recientes, adicionalmente es el principal productor nacional de maíz forrajero -destinado al consumo animal-, con aproximadamente 4 millones de toneladas en 2024. René Beas considera que más del 90% de productores maiceros en nuestro Estado están en números rojos, “cada vez se paga menos por cada tonelada de maíz que se produce”.
“A nosotros los productores nos quieren pagar por debajo de los cinco mil pesos la tonelada, teniendo costos por arriba de 50 mil y rendimientos por debajo de ocho toneladas. Con el comienzo de importar maíz transgénico, estamos destinados al fracaso”, precisa.
Pero aquí se presenta otro fenómeno: tan solo el año pasado se tiene registro que el 30% de los agricultores de maíz en Jalisco dejaron de sembrarlo para plantar agave y otros cultivos. El problema que enfrentan miles de productores maiceros en Jalisco y a nivel nacional desafortunadamente tiende a empeorar con el riesgo de incremento a la importación de maíz transgénico en el marco de las negociaciones que vienen del T-MEC.
No existe un número exacto de productores de maíz en nuestro Estado, pero se estima que hay alrededor de 19 mil ,657 unidades de producción agropecuaria, de las cuales un porcentaje significativo se dedica al cultivo de maíz.
La producción de maíz es muy importante en México por su importancia alimentaria, es la base de la dieta nacional y de más de 600 platillos tradicionales como tortillas, tamales y atole. “Es muy fácil de resolver, si las grandes empresas acaparadoras de maíz en México otorgan un peso de subsidio por tonelada y los gobiernos estatal y federal 50 centavos cada uno, le aseguro que se acaba el problema de miles de maiceros”, precisa Renés Beas.