NACIONALES
Entre dimes y diretes el Ejecutivo y Legislativo federales: Discuten por consulta sobre el Ejército

Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //
Los mexicanos somos muy dados a pronunciar entre renglones lo que queremos decir, para no expresar con franqueza algunos reclamos, opiniones o consejos. Por lo tanto, si queremos entender el mensaje, debemos deducir el sentido de lo que no se dijo con claridad.
Si lo antedicho es común entre toda la gente, es doblemente habitual para los políticos, personas siempre reacias a exponer con simple verdad lo que buscan o pretenden comunicar. Por eso, cuando alguien habla mucho y poco se le entiende, solemos criticarlo diciéndole: “pareces político”.
En días recientes, presenciamos una toma y daca entre el presidente de la junta directiva de la Cámara de Diputados Federal (el panista Santiago Creel Miranda) y el líder de la Junta de coordinación política (Jucopo) de esa cámara, el morenista Ignacio Mier Velasco, teniendo como punto central el anuncio del primer mandatario nacional de realizar una encuesta, para saber que opina el pueblo sobre “si el ejército debe continuar coadyuvando para lograr la seguridad pública”.
Ya sabemos que para crear la Guardia Nacional (GN) el 26 de marzo de 2019, hubo gran consenso de todos los diputados y senadores para ello, y además, se aprobó en un artículo transitorio de la reforma constitucional correspondiente, que las fuerzas armadas permanentes estaban autorizadas para continuar apoyando las tareas de ese nuevo organismo hasta 2024, con el fin de que tanto dicha Guardia como las corporaciones policíacas estatales y municipales, se reorganizarán y capacitarán eficientemente, a fin de otorgar la plena seguridad pública que los mexicanos requerimos; logrado este empeño, el ejército y armada volverían a sus cuarteles.
Como lo anterior, evidentemente no se ha logrado, una legisladora del PRI (la duranguense Yolanda de la Torre, ahora presidenta del Supremo Tribunal de su Estado) presentó iniciativa para que las fuerzas armadas prolongaran su participación, en las tareas de seguridad pública, hasta 2028. Incluso, la legisladora Cristina Ruiz Sandoval, también del partido tricolor, planteó que fuese hasta el año 2029.
La Cámara de Diputados aprobó con mayoría calificada (dos terceras partes de diputados asistentes, por ser reforma constitucional) el 14 de septiembre, la reforma, debiendo pasar al Senado para que se discutiese y aprobase en iguales términos; como en esta Cámara alta, los senadores presentes que apoyan esa iniciativa no lograron, por un voto, la mayoría calificada, esta propuesta no se votó y en hábil estrategia legislativa, el 21 del mes pasado se regresó a comisiones, para posteriormente debatir y votar, se supone que estando ya asegurada esa indispensable votación idónea, lo cual es probable sea este mes de octubre.
Considerando lo sucedido, el titular del poder ejecutivo federal (Andrés Manuel López Obrador, Amlo) anunció el septembrino viernes 23, que convocaría a una consulta popular sobre ese tema, el cual, siendo tan delicado, no debe resolverse desde las cúpulas sino “que sea el pueblo quien decida”, agregando: “No considero que se deba hacer con el INE, pero sí que la gente pueda votar”. En consecuencia, será la Secretaría de Gobernación quien instrumente esa consulta, que, no siendo vinculante, sí puede reflejar el punto de vista claro de la ciudadanía.
Al respecto, Amlo sugirió tres preguntas que se formularían a los votantes: a) si están de acuerdo con la Guardia Nacional y su desempeño; b) si consideran que ejército y marina estén hasta 2028 haciendo labor de seguridad pública o ya regresen a sus cuarteles, y c)a qué dependencia debe pertenecer la GN: a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la Secretaría de Gobernación (SG) o la Secretaría de Seguridad Púbica (SSP).
Ante esa declaración, ni tardo ni perezoso, el domingo 25 del mes retropróximo, el diputado Santiago Creel, apenas electo el uno de septiembre como presidente de la directiva de la Cámara de Diputados para un año, se valió de tan privilegiado cargo para difundir un video. En este, se dirige al Presidente de la República, “con respeto a su investidura” pero en defensa de los diputados y de la Constitución, ante lo que califica como “indebida intromisión” del ejecutivo, quien con la consulta aludida, pretende “presionar socialmente a los legisladores”. Enseguida, en especie de consejo no pedido, aduce Creel, que reformar la Carta suprema es atribución del Constituyente Permanente (CP), (institución formada por las dos Cámaras y los congresos locales de las Entidades federativas), rematando con tajante frase: “nadie puede estar por encima de él, menos una consulta que va en contra de la propia Constitución”. Según este diputado panista, que aspira a ser candidato presidencial para 2024, el CP es el máximo órgano del país y representante de la soberanía popular.
Pero eso no lo dice la Constitución, ya que está precisa (art. 39) que la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo; que todo poder público dimana de él, mismo que tiene en todo tiempo el derecho de variar la forma de gobierno. Así pues, el flamante diputado Creel no dio bien la lección. Para el día 28 pasado, Creel hizo pública la petición de una entrevista con el mandatario para acordar, políticamente, lo que mejor convenga a la nación. Ese fueron los “dimes” del panista.
Como es lógico suponer, el adalid de la diputación (Jucopo), Ignacio Mier, inmediatamente salió en defensa del primer magistrado, y le recitó sus “diretes” a Creel, a quien calificó de “hipócrita”: “usted no es ingenuo, lo conozco y con todo respeto quiero decirle que en el fondo ni le importa la Constitución ni el Constituyente permanente, ni la seguridad de… los mexicanos, seamos honestos, usted lo que pretende es iniciar la carrera para lograr la candidatura de su partido en las próximas elecciones” presidenciales.
Luego, le endilgó lo siguiente: No reduzca ese honroso cargo de ser presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados que le fue conferido, ahí por la mayoría de las diputadas y diputados, para convertirse en un simple vocero de su partido”, ya que ni siquiera es -Creel-, vocero del Congreso que está compuesto por dos cámaras, y mucho menos puede ser portavoz del CP y en tal situación, lo que hace el panista, es ir contra la Carta Magna, y solo buscar posicionarse para fortalecer su aspiración personal.
Para vigorizar esas ideas, el guía de MORENA, Mario Delgado, terció y expresó que el video de Creel era una desfachatez, y decía puras mentiras, ya que: “el presidente de la República,…no invade ninguna facultad del Legislativo al promover una consulta ciudadana, pues es promover la participación ciudadana y ésta es una de las facultades que tiene la Secretaría de Gobernación…fomentar el desarrollo político, contribuir al fortalecimiento de las instituciones democráticas, promover la formación cívica y la participación ciudadana…” (El Sol de México, 26 de septiembre).
Entonces, para hacer más interesante el “dime y te diré” entre legisladores, el ejecutivo expuso: “que la opinión sobre la permanencia del Ejército en las calles no se llamará “consulta” porque tiene que buscarse el marco legal apropiado”, advirtiendo que el INE no participará porque luego pide muchísimo dinero para “viáticos, desgaste, viajes al extranjero para ir a ver cómo llevan a cabo las consultas en otras partes…” y se busca no salga caro el sondeo de opinión. En cuanto al diálogo o entrevista con el dirigente de la Cámara de Diputados, Amlo le sugirió al diputado blanquiazul que hablara con el Secretario de Gobernación.
Los dimes y diretes se soltaron por todas partes y entonces, tanto los diputados Creel y Mier, como el secretario de Gobernación (Adán Augusto López) y demás políticos involucrados, como que quisieron que las aguas no se encresparan más. Para alcanzar este objetivo, al terminar una reunión de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), el diputado Mier invitó a fumar la pipa de la paz, al diputado Creel, por lo que decidió invitarlo con el propósito, “de garantizar la cohesión y la institucionalidad de los órganos de gobierno de la Cámara de Diputados”.
Por su lado, el güero Creel, dijo aceptar la junta con Adán Augusto López, para hablar sobre seguridad pública, aunque luego imitó a la Chimoltrufia: “creo tener una solución al problema, a lo mejor me equivoco, a lo mejor no, a lo mejor tiene méritos, a lo mejor no…”.
Estamos pues ante un evidente caso de la locución popular “Andar en dimes y diretes”. Sobre esta frase coloquial, nos dicen los investigadores del Diccionario Histórico de la Lengua Española, que se inició cuando se encaraban al monarca en España, sus gobernados, hace cientos de años: «Que no hable ninguno con su Rey papo á papo -cara a cara-, ni ande con él á dime y dirte há (direte).» Al respecto, explica la Real Academia Hispana, que la locución “hace referencia a comentarios y habladurías o a intercambio de opiniones, réplicas y contrarréplicas, normalmente sin acritud”.
El diccionario nos da ejemplos para entender mejor la frase: “Entre tantos dimes y diretes aun no llegamos a un acuerdo”. Y si en las sesiones hay barullo, se dice: “La junta se realizó entre muchos dimes y diretes”.
Lo cierto es que esta frase hecha, tiene siglos y proviene de las palabras “dime y te diré”, habiéndose transformado ésta en “direte”. Es tan popular, que un conjunto musical moderno, (los Inquietos del Norte) grabó una canción con ese nombre, y en una parte, entonan: “Ni todo es bueno, ni malo/depende quien va a juzgarlo/…Entre chismes y alcahuetes/desperdiciamos la vida/por querer tener la razón/no tienen sentimientos, ni tienen corazón.
Y eso es cabalmente lo que hacen nuestros políticos: hablan y hablan, para finalmente demostrar que, como siempre “andan en dimes y diretes”, en muchos temas. Con ello acreditan generalmente, que no tienen memoria, ni sabiduría, ni palabra, y mucho menos, corazón.
NACIONALES
Elecciones del Poder Judicial: Abstención del 86 por ciento; votaron 13 millones, es decir, entre el 12.57 y 13.32%

Por Mario Ávila //
En un ejercicio sin precedentes en la historia de México y del mundo, alrededor de 13 millones de ciudadanos salieron a las urnas este domingo para elegir por voto popular a jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial Federal.
La jornada electoral, que transcurrió sin incidentes graves en el país, marcó un hito en la democracia mexicana, aunque también dejó al descubierto los retos de un proceso inédito que busca transformar una de las instituciones más importantes del Estado.
Participación ciudadana: Un 13% acude a las urnas
A las 23:00 horas de este domingo, la presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei Zavala, ofreció un corte informativo sobre la jornada electoral. Según las estimaciones del INE, la participación ciudadana osciló entre el 12.57% y el 13.32%, lo que equivale a un rango de 12.5 a 13.3 millones de votantes de un padrón de 99.7 millones de ciudadanos registrados en el Listado Nominal del Electorado.
Para obtener esta cifra, el INE recurrió a una muestra representativa de 1,644 casillas seccionales, equivalente al 2% de las más de 83 mil instaladas en todo el país. La muestra fue diseñada por expertos en estadística y matemática, garantizando su representatividad. Aunque la participación fue baja comparada con otros procesos electorales, Taddei celebró el ejercicio como “una etapa histórica para el INE, como organizador y depositario de la confianza ciudadana, que ha hecho todo para garantizar una elección transparente”.
Para contextualizar, la participación en la elección presidencial de 2024, que llevó a Claudia Sheinbaum a la presidencia, alcanzó el 61%, mientras que en la Revocación de Mandato de 2022, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, votaron 16.5 millones de mexicanos (un 17.7%).
En la consulta para juzgar a expresidentes de 2021, otro proceso inédito, la participación fue aún menor, con un 7.4%. Si bien la elección del Poder Judicial no puede compararse directamente con estos ejercicios, la cifra del 13% refleja los desafíos de involucrar a la ciudadanía en un proceso complejo y poco familiar.
Un proceso de conteo escalonado y transparente
El cierre de casillas marcó el inicio de un arduo proceso de cómputo que se lleva a cabo en los 300 Consejos Distritales del INE, donde miles de funcionarios y ciudadanos trabajan para dar certeza a los resultados. Taddei explicó que, a diferencia de elecciones anteriores, el conteo comenzó a las 18:00 horas del mismo domingo, transmitiéndose en vivo a través de los canales del INE y bajo la supervisión de observadores electorales para garantizar máxima publicidad.
En esta elección se renovaron 881 cargos del Poder Judicial: 9 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), 2 magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), 5 magistraturas del Tribunal de Disciplina Judicial, 15 magistraturas de Salas Regionales del TEPJF, 464 magistraturas de Tribunales de Circuito y 386 jueces de Distrito. La magnitud del proceso obligó al INE a diseñar un calendario escalonado para el cómputo de votos.
Del 1 al 3 de junio se contarán los votos para la SCJN, y entre el 3 y el 4 se computarán los del Tribunal de Disciplina Judicial. Los días 4 y 5 se dedicarán a la Sala Superior del TEPJF, mientras que del 5 al 6 se contarán los votos de las Salas Regionales.
Entre el 6 y el 8 de junio se procesarán los votos para Tribunales de Circuito, y del 7 al 10 los de jueces de Distrito. El 12 de junio se validarán los resultados, y el 15 se realizarán los cómputos nacionales, declarando la validez de la elección y entregando constancias de mayoría a los ganadores.
López Obrador reaparece y respalda la reforma
Un momento que captó la atención nacional ocurrió a las 9:50 de la mañana en Palenque, Chiapas, cuando el expresidente Andrés Manuel López Obrador, principal impulsor de esta reforma durante su sexenio, reapareció para votar en una casilla especial.
Visiblemente más delgado, con el cabello corto y vestido con una guayabera blanca con vivos guinda, López Obrador habló con los medios tras emitir su voto: “Nunca en la historia de nuestro país el pueblo había tenido el derecho de elegir directamente a jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial. Es la primera vez, por eso quise participar en esta elección histórica”.
El expresidente aprovechó para elogiar a la presidenta Claudia Sheinbaum, a quien calificó como “la mejor del mundo”, y reveló que está trabajando en un nuevo libro sobre la grandeza cultural de México. “Es la tercera vez que salgo de la quinta, porque estoy escribiendo algo que les va a gustar mucho”, adelantó, generando expectativa entre sus seguidores.
Protestas y elecciones concurrentes
Mientras López Obrador celebraba el proceso, en la Ciudad de México y otras capitales estatales se registraron marchas de protesta contra la elección, lideradas por miembros del Partido Acción Nacional (PAN), exfuncionarios del Poder Judicial y comunicadores opositores a Morena. Las críticas señalaron la falta de información, la confusión en las boletas y las irregularidades reportadas, como el uso de “acordeones” para orientar el voto, lo que algunos consideran una forma de manipulación.
Este domingo también se eligieron cargos del Poder Judicial en 19 estados de la República, además de elecciones municipales en Veracruz y Durango. En:Jalisco, Luis Zamora Cobián, vocal de la Junta Local del INE, aseguró que la jornada transcurrió sin incidentes relevantes. “Fue una buena elección, no hubo hechos que lamentar en el estado”, afirmó, destacando el esfuerzo de organización en un contexto de procesos concurrentes.
Un hito con retos pendientes
La elección del Poder Judicial Federal marcó un antes y un después en la democracia mexicana al permitir que la ciudadanía participe directamente en la renovación de una institución clave. Sin embargo, la participación del 13% evidencia los retos de un proceso complejo, con miles de candidatos y cargos poco conocidos para la población. La desinformación, la falta de campañas efectivas y las irregularidades reportadas, como el uso de “acordeones”, subrayan la necesidad de ajustes para futuros ejercicios de este tipo.
A pesar de estos desafíos, el INE reafirmó su compromiso con la transparencia y la legalidad, asegurando que cada voto será contado con certeza. Esta elección, aunque perfectible, sienta un precedente para la democratización de instituciones tradicionalmente alejadas de la participación ciudadana. Ahora, el país espera los resultados que definirán el rumbo del Poder Judicial, mientras la sociedad reflexiona sobre el impacto de este proceso en el equilibrio de poderes y la consolidación de la democracia mexicana.
LOS NÚMEROS
Los ciudadanos salieron a las urnas para elegir mil 800 puestos en los poderes judiciales locales y federales:
9 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)
2 Magistraturas de la Sala Superior y 15 de las Salas Regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)
5 integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ)
464 Magistraturas de Circuito
386 personas Juzgadoras de Distrito
Se registraron 1,700 incidentes durante la jornada
De acuerdo con el corte de caja que dio el INE a las 18:00 horas, se instalaron en el país 83 mil 974 casillas, lo que representa el 99.98%. Las casillas cerraron alrededor de las 18:00 horas luego de su apertura a las 08:00 horas, después de la tradicional ceremonia de honores a la Bandera en la explanada del INE.
En tanto, el INE reportó 1770 incidentes; de los más relevantes, 500 fueron incidentes relacionados con la interferencia para impedir la realización de la jornada «sin causa justificada». Las incidencias fueron desde riesgo en casillas hasta el mal tiempo por el clima. De todas las incidencias reportadas, el 80.4% fueron atendidas.
JALISCO
¿Por qué el rechazo ciudadano a la reforma judicial en Jalisco?

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
La participación del 7.07% en las elecciones judiciales del pasado domingo en Jalisco, la segunda más baja del país (detrás de Guanajuato que fue del 6.5), es un mensaje contundente de la ciudadanía: un rechazo claro a la reforma judicial impulsada por Morena y una señal de desconfianza hacia las instituciones. Este resultado no solo expone las fracturas internas del partido en el estado, sino que también pone en duda la legitimidad del proceso y plantea serios desafíos para el futuro político de Morena y la presidenta Claudia Sheinbaum en una región clave.
Un abstencionismo que habla
El 7.07% de participación –equivalente al 92.93 de abstención– no puede interpretarse de otra manera que como un fracaso estrepitoso de los operadores y liderazgos de Morena en Jalisco. Figuras como Carlos Lomelí, Claudia Delgadillo, Erika Pérez, Chema Martínez y Laura Imelda Pérez, así como la Universidad de Guadalajara, mostraron una incapacidad evidente para movilizar al electorado.
¿Dónde quedó el morenismo que prometía transformar el estado? El abstencionismo no solo refleja la falta de articulación del partido, sino también un rechazo público a lo que muchos perciben como un intento de Morena por controlar el Poder Judicial y socavar su independencia.
En mi columna del lunes, titulada “¿Democratización o control político?”, planteé si este proceso realmente democratiza la justicia o si es un mecanismo para consolidar el poder de Morena. Los números de Jalisco responden con claridad: los ciudadanos ven más allá de la narrativa oficial de “democratización” y perciben la reforma como una toma de poder, especialmente en un contexto donde Morena domina el Congreso de la Unión.
Líderes sociales como el arzobispo de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, han criticado el proceso como un ejercicio que favorece la agenda de Morena en lugar de mejorar el sistema judicial. Su descripción de un proceso “planchado” resuena con un electorado jalisciense históricamente receloso del control centralizado, lo que explica su decisión de abstenerse.
Fragmentación y divisionismo en Morena
Otro factor detrás de esta baja participación es la fragmentación interna de Morena en Jalisco. El partido carece de unidad y de una visión compartida; en su lugar, prevalece una lucha de intereses por el control y el poder. Los liderazgos locales, más preocupados por sus agendas individuales que por un proyecto colectivo, se comportan como “perros y gatos en disputa”, cada uno aferrado a su hueso. Desde la Ciudad de México, figuras como Leonel Cota Montaño y Alfonso Ramírez Cuéllar intentaron, sin éxito, alinear a los grupos locales. A pesar de sus declaraciones públicas de unidad y de promesas de duplicar la participación, el morenismo jalisciense quedó en evidencia.
La Universidad de Guadalajara, que se involucró en el proceso, tampoco logró movilizar al electorado. Su incapacidad para mantener el registro del partido Hagamos en elecciones pasadas ya había mostrado sus limitaciones, y esta elección judicial lo confirmó. Morena le falló a la presidenta Sheinbaum al no conectar con los jaliscienses, un estado donde el partido ha enfrentado dificultades históricas para consolidarse. Si en la elección federal de 2024 Morena obtuvo resultados en Jalisco, el mérito fue del liderazgo de Sheinbaum, no de las figuras locales, marcadas por el divisionismo, el egocentrismo y el individualismo.
Desconfianza institucional y desencanto ciudadano
El 92.93% de abstención no solo es un rechazo a la reforma judicial, sino también un reflejo del desencanto con el sistema político en general. La percepción de que estas elecciones carecen de legitimidad o de un impacto real en la justicia ha exacerbado la crisis de confianza en las instituciones. Los ciudadanos jaliscienses, conocidos por su tradición de autonomía y resistencia al poder central, ven en esta reforma un intento de Morena por imponer su agenda, más que una solución genuina a los problemas del Poder Judicial, como la corrupción, el nepotismo y la falta de acceso a la justicia.
Esta desconfianza se suma a la falta de información y a la complejidad del proceso electoral. Con miles de candidatos y cargos poco conocidos, muchos ciudadanos optaron por no participar, percibiendo el ejercicio como una farsa diseñada para favorecer a Morena. La baja participación en Jalisco, comparada con el promedio nacional del 13%, refleja un sentimiento anti-morenista que podría fortalecerse en el futuro, especialmente si el partido no ajusta su estrategia.
Implicaciones para el futuro político de Jalisco
El fracaso de Morena en movilizar a los ciudadanos en un proceso tan publicitado como las elecciones judiciales expone su vulnerabilidad en Jalisco, un estado donde ha luchado por consolidarse frente a fuerzas como Movimiento Ciudadano. Esta baja participación podría fortalecer a la oposición y al sentimiento anti-morenista, abriendo la puerta a que partidos locales capitalicen el descontento ciudadano. Además, el divisionismo interno de Morena podría llevar a una reconfiguración de sus liderazgos en el estado, un proceso que será crucial para su futuro político.
¿Quiénes podrían emerger como nuevos líderes? Esa es una pregunta que aún no tiene respuesta, pero lo que sí está claro es que Morena necesita un liderazgo más inclusivo y una comunicación efectiva para reconectar con los jaliscienses. Sin estos cambios, el partido seguirá enfrentando reveses en un estado estratégico para el panorama nacional. La presidenta Sheinbaum, quien ha apostado por esta reforma como un pilar de la 4T, también enfrenta un desafío: demostrar que puede unificar a su partido y ganar la confianza de regiones tradicionalmente reticentes al proyecto morenista.
Un mensaje claro para Morena
El 7.07% de participación en Jalisco es una combinación de factores: un rechazo a la reforma judicial, una profunda desconfianza en las instituciones, una división interna de Morena y un fortalecimiento del anti-morenismo local.
Este resultado plantea un reto significativo para el partido y para Sheinbaum, quien deberá replantear su estrategia en el estado si busca consolidar su proyecto político a nivel nacional. La ciudadanía jalisciense ha hablado con su abstención, y su mensaje es claro: no basta con discursos de democratización; se necesitan acciones que realmente.
NACIONALES
Elección judicial en México: ¿Democratización o control político?

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
La elección para renovar el Poder Judicial Federal, celebrada este domingo 1 de junio de 2025, fue presentada por Morena y la 4T como un hito de democracia directa. Sin embargo, el proceso, justificado con el discurso de un Poder Judicial corrupto y elitista, ha generado más dudas que certezas.
La baja participación ciudadana y las múltiples irregularidades sugieren que el objetivo real podría ser el control político de una institución clave para el equilibrio de poderes en México.
BAJA PARTICIPACIÓN: DESCONFIANZA Y DESINFORMACIÓN
Las encuestas de Infobae y El Economista anticipaban una participación de entre el 8% y el 23%, y el INE confirmó un 12% (unos 12.06 millones de votantes de un padrón de 100 millones). Esta abstención histórica no respalda la narrativa de Morena de un apoyo popular, sino que refleja desconfianza y falta de legitimidad. Una encuesta de Enkoll mostró que el 77% de los mexicanos no conocía a ningún candidato, evidenciando una desinformación generalizada.
La complejidad de las boletas, con 3,400 candidatos para 881 cargos y 60 distritos electorales (según la Universidad Iberoamericana), dificultó el voto informado, especialmente en zonas rurales con acceso limitado a información.
El diseño del proceso también parece haber sido opaco. La ausencia de debates públicos y la distribución de «acordeones» –listas de candidatos oficialistas– sugieren manipulación para favorecer a Morena. Estas prácticas, denunciadas por analistas, minaron el voto libre y desincentivaron la participación. La abstención masiva no es apatía, sino una protesta silenciosa contra un sistema que no garantiza transparencia ni equidad.
IRREGULARIDADES: UN PROCESO VICIADO
La jornada electoral estuvo marcada por irregularidades que refuerzan la percepción de un proceso diseñado para beneficiar a Morena. Reportes de El Universal e Infobae documentaron acarreo de votantes, compra de votos y distribución de «acordeones» por los «servidores de la nación». Estas acciones, lejos de ser aisladas, parecen coordinadas para controlar el Poder Judicial.
Además, hubo cargos «sin competencia», con candidaturas únicas en 51 posiciones federales, como en Durango (49 candidaturas para 49 cargos, según Integralia), lo que reduce la elección a una formalidad y cuestiona su pluralidad.
La complejidad del conteo, con casillas atendiendo hasta 2,250 electores (el triple que en elecciones ordinarias), generó dudas sobre la integridad del proceso. El INE enfrentó un desafío logístico sin precedentes, y la tardanza en los resultados —estimaciones para el 3 de junio en el caso de la Suprema Corte y el 5 de junio para el Tribunal Electoral— alimentan especulaciones sobre posibles manipulaciones.
EL DISCURSO DE LA CORRUPCIÓN
Morena justificó la elección señalando corrupción y nepotismo en el Poder Judicial, un discurso que resuena con una ciudadanía harta de la impunidad. Sin embargo, el análisis no resiste un escrutinio crítico. El Índice Global de Impunidad 2025 coloca a México en el último lugar de 69 países, y problemas como la falta de juzgados, la sobrecarga de casos (un juez mercantil en Monterrey maneja 15 mil casos, según Rubén Moreira) y la necesidad de capacitación persisten. Pero la solución propuesta no ataca estas raíces, sino que politiza el Poder Judicial. La presencia de candidatos alineados con la 4T, según El País, sugiere una captura institucional disfrazada de participación popular, más que una verdadera democratización.
IMPACTO EN LA DEMOCRACIA MEXICANA
La baja participación y las irregularidades tienen graves implicaciones. La abstención masiva refuerza la percepción de que las elecciones no son confiables para el cambio institucional. La manipulación del proceso amenaza la independencia judicial, pilar del equilibrio de poderes.
Si el Poder Judicial queda subordinado al Ejecutivo y Legislativo, ambos dominados por Morena, México podría deslizarse hacia un sistema de partido hegemónico, similar al viejo PRI, como advirtió PortalGuanajuato.mx.
La polarización también se ha profundizado. Mientras Claudia Sheinbaum defiende la elección como un hito democrático, críticos como Enrique Krauze y Javier Laynez Potisek la califican de «farsa» y «golpe de Estado». Esta división debilita la confianza en las instituciones y dificulta los consensos necesarios para abordar los problemas reales del sistema judicial.
UN EXPERIMENTO FALLIDO CON COSTOS ALTOS
La elección judicial del 1 de junio de 2025 no democratizó el Poder Judicial ni combatió la corrupción. Se convirtió en un ejercicio de control político que deja al sistema judicial más vulnerable. La baja participación y las irregularidades no son fallas accidentales, sino síntomas de un proceso diseñado para favorecer a Morena sobre los principios democráticos.
México necesita una reforma judicial que fortalezca la independencia, la capacitación y los recursos, no que lo someta al poder político. La factura será alta: un Poder Judicial debilitado, una democracia erosionada y una ciudadanía desencantada. La pregunta es si la sociedad mexicana exigirá una transformación real o si este episodio marcará un retroceso autoritario más profundo.
-
Uncategorized6 años atrás
Precisa Arturo Zamora que no buscará dirigencia nacional del PRI
-
Beisbol5 años atrás
Taiwán marca camino al beisbol en tiempos del COVID-19: Reinicia partidos sin público
-
REPORTAJES6 años atrás
Pensiones VIP del Ipejal: Arnoldo Rubio Contreras, ejemplo del turbio, sucio e ilegal proceso de tabulación de pensiones
-
VIDEOS6 años atrás
Programas Integrales de Bienestar, desde Guadalajara, Jalisco
-
VIDEOS6 años atrás
Gira del presidente López Obrador por Jalisco: Apoyo a productores de leche en Encarnación de Díaz
-
OPINIÓN5 años atrás
¡Ciudado con los extremistas! De las necedades de FRENA y otros males peligrosos
-
VIDEOS6 años atrás
Video Columna «Metástasis»: Los escándalos del Ipejal
-
OPINIÓN4 años atrás
Amparo, la esperanza de las Escuelas de Tiempo Completo