MUNDO
El gran poder de la industria militar de EEUU: Robert F. Kennedy Jr. dice que Estados Unidos provocó la guerra en Ucrania

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
Hace décadas que algunos presidentes de EUA, especialmente a su salida y muchos políticos han venido advirtiendo de los riesgos de una industria militar tan poderosa que pueda llevar a ese país y al mundo a una guerra solo por el placer de vender más.
A veces el leer un poco de historia nos puede ayudar a evitar grandes tragedias. Pero la verdad sea dicha cuando uno está en el poder las decisiones se toman por presiones y pasiones más que por estudios realmente ampliamente difundidos y comprendidos.
Los ejemplos de la ignorancia colectiva al ejercer el poder sobran. Uno puede decir que muchos políticos toman decisiones por intereses ocultos al público y eso es verdad, lamentablemente en muchas de esas mismas ocasiones las consecuencias de sus decisiones e incluso los motivos más importantes son realmente desconocidos para la gran mayoría de los que participan en la cadena de mando y de toma de decisiones.
Me encantaría decir que las potencias son más cuidadosas en esto que los llamados países en vías de desarrollo, pero no es así. Obviamente las naciones más ricas y poderosas han tenido en su conjunto líderes y pueblos que han trabajado duro para estar donde están. Uno puede cuestionar sus métodos. No estamos hablando de moral sino de resultados y del grado de conocimiento de los involucrados en las consecuencias de sus actos. Pero siempre hay unos cuantos que saben la verdad y otros cuantos que por análisis y modelos intelectuales pueden exponer las razones en tiempo real, aunque por lo general son poco escuchados. Como dice la biblia “por sus frutos los conoceréis”.
Como usted sabe la segunda guerra mundial la perdió Hitler con sus aliados Italia y Japón. La guerra se perdió en parte porque Hitler traicionó a Rusia quien era neutral y fue invadido por Alemania. Eso causó que Rusia con Stalin se uniese a los aliados UK y EUA porque los demás europeos ya estaban ocupados por los nazis.
Por todos es sabido que al fin de la Segunda Guerra Mundial Rusia y EUA se repartieron Europa partiendo Alemania en dos. Pasaron cuatro décadas hasta que la Unión Soviética con un presidente pro nacional pero no pro imperialista decidió acabar con la URSS y dejar a sus repúblicas satelitales en libertad de elegir. Mijaíl Gorbachov pactó con el papa Juan Pablo II, con Ronald Reagan y con Margaret Thatcher la reunificación de Alemania por la caída del muro de Berlín sin sangre. Fue un momento muy feliz para millones, lo que no fue muy rentable para los apóstoles de la guerra fría. De los 70´s a los 80’s el negocio de la guerra siguió ganando millones, pero la verdad ya no era lo de antes.
Hagamos una pausa. En los 60´s un presidente se le ocurrió oponerse a Vietnam después de un fracaso en la llamada Bahía de Cochinos, ese presidente se llamaba John Fitzgerald Kennedy (JFK) y por los errores de información destituyó al entonces director de la CIA. Afortunadamente después del asesinato de Kennedy el ex director de la CIA fue designado por Lyndon Johnson, presidente sustituto de JFK para investigar el homicidio del ex presidente.
Obvio ¿Quién mejor para hacerlo? Que quién había sido despedido por inepto o por mentiroso. Bueno de ahí seguimos a los 70´s cuando un presidente electo y reelecto por mayoría popular se opuso a seguir en Vietnam y claro fue asesorado por algunos de sus allegados de los aparatos de seguridad nacional para espiar a sus opositores. Como sabemos eso no salió muy bien para Nixon porque atraparon a sus muchachos de forma muy boba en el hotel Watergate de Washington DC y milagrosamente el periodista que expuso la historia había renunciado recientemente a la CIA.
No hay que olvidar que uno de los acuerdos de Nixon para evitar otra guerra como la de Vietnam fue el asegurar a China que ellos no mandarían militares a Taiwán mientras que China respetase la isla incluso iniciando acuerdos con Rusia y otros países para dar pie a la no proliferación de armas nucleares. Como sabemos Nixon salió caminando, pero muerto. De ahí sigue Ronald Reagan quien también fue anti guerra y por poco muere asesinado. Coincidencias todas seguramente, pero también son coincidencias que los tres hayan tratado de evitar el aumento de guerras innecesarias lo que no hizo muy felices a sus aliados de las industrias militares y de algunos directivos de las agencias de inteligencia.
Solo como comparación veamos lo que pasó con Bush hijo, con Clinton y con Obama quienes aplaudieron la guerra con Irak y Afganistán basados en una mentira que se elaboró por las mismas agencias de inteligencia y que benefició a muchos de sus amigos en especial a los de la industria militar.
Regresemos al caso Ucrania 2022. Hace unos días en un evento de campaña, Rober F Kennedy Jr. dio una pequeña clase de historia y recordó que después de la reelección de su tío JFK y meses antes de su asesinato él le confió a su hermano Robert Kennedy, quien era el Procurador General, que pretendía desmantelar a la CIA y a los sistemas de inteligencia de su país para dar vida a algo nuevo, dadas las cuestionables recomendaciones que había recibido de ellos en momentos clave como la invasión de Cuba y el caso en Vietnam por no llamarles engaños.
En ese sentido el actual precandidato a presidente, abundó en datos desde 1980 hasta los 90´s en los que los líderes de Europa y EUA aseguraron a la URSS y en particular a Gorbachov de que si ellos desmantelaban el muro de Berlín y sus armas nucleares en países de la que sería la Ex URSS, la OTAN no crecería ni una pulgada hacia el Este y mucho menos instalarían nuevas armas nucleares en esos países incluido Alemania. Lo anterior como una forma de incentivar la paz, la reunificación y desacelerar la carrera armamentista.
Por lo anterior, asegura Robert FK Jr., la política de expansión de la OTAN y la intervención directa de EUA y UK en la política de Ucrania durante el 2021, fueron parte decisiva en la guerra de Rusia vs Ucrania en el 2022.
¿Miente Robert F Kennedy Jr.? Veamos qué dicen los documentos históricos públicos sobre las dos aseveraciones más severas de Kennedy vs Biden en la guerra de Ucrania. Primero dijo que la OTAN les aseguró a Gorbachov y a sus sucesores que no crecerían hacia el Este. Bueno en diciembre del 2017 se dieron a conocer documentos secretos sobre múltiples garantías que EUA, Francia y UK dieron a Rusia en este sentido.
Pero a pesar de sus promesas, desde la era de Bush hijo hasta este día la OTAN ha incrementado mil setecientos kilómetros hacia el Este y sumado a 14 países casi todos ellos ex miembros de la URSS, instalando en ellos armas nucleares cada día más cerca de Moscú. De hecho en dos ocasiones, una con Clinton y otra con Bush, Secretarios de Estado y de Defensa, con distintos partidos políticos en el poder de EUA, amenazaron con renunciar si esos presidentes rompían la palabra de EUA con respecto a la expansión al Este de NATO.
Por lo anterior con respecto a la falta de palabra de la OTAN vs Rusia Kennedy tiene razón. Con respecto a la segunda aseveración, relacionada con que la guerra de Rusia vs Ucrania fue provocada por EUA, hemos encontrado que en el 2019 el candidato Zelensky, basó su campaña en no entrar en guerra con Rusia e incluso aceptó en dos ocasiones firmar garantías de que no se uniría a NATO, pero misteriosamente en el 2021, después de una visita del Primer Ministro de UK Boris Johnson y de aliados de Washington Ucrania cambió de opinión y se negó a incluir en su constitución una cláusula específica de neutralidad con respecto a la OTAN o NATO por sus siglas en inglés.
Esto se puede verificar en las vueltas, dimes y diretes de los llamados acuerdos de Minsk versiones 1 y 2. Vale la pena recordar que Joe Biden era el encargado de la relación con Ucrania durante los 8 años de Obama. En esos años Rusia se adueñó de Crimea y el expresidente de Ucrania Petro Poroshenko, perdió la reelección contra Zelensky por presuntos actos de corrupción en los que tal vez hasta el hijo de Biden estaba involucrado. Ahora con Biden presidente y con un grupo de empresas militares sedientas de recuperar las ganancias que Afganistán dejaba, suena muy conveniente que la OTAN y Rusia reinicien una guerra fría utilizando países intermedios como peones. ¿Será coincidencia? Para Kennedy y para muchos no lo es.
Solo por especulación y sin justificación del baño de sangre en Ucrania. ¿Cómo reaccionaría la OTAN si México decidiera unirse militarmente a China y a Rusia y de esa unión resultara la instalación de bases nucleares en cada uno de los estados a lo largo de la frontera norte de México y asimismo si hubiera submarinos con las banderas de chino-rusas permanentemente en el Golfo de México? ¿Qué dirían Biden y Kamala?
Usted ¿qué opina?
CARTÓN POLÍTICO
El muro de los dolores
MUNDO
El poder venció a la información: Los medios de comunicación y el engaño de la salud de Joe Biden

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
El saber lo qué pasó con la capacidad cognitiva de Biden es no sólo importante para EUA sino para los medios y las democracias del mundo. Digamos que algunos de los políticos de alto nivel del partido demócrata de EUA prefieren ver hacia adelante y dar carpetazo al pasado. Eso suena adecuado para no estar repitiendo temas políticos del 2021 al 2025 en especial si los beneficiarios temen el haber abusado del estado mental y físico del exmandatario.
Empecemos por recordar que hace ocho días se dio a conocer el audio de la entrevista del 2023 donde Joe Biden era cuestionado por el fiscal especial responsable de investigar el posible delito del entonces senador por Delaware de los 70 al 2008, y después del 2008 al 2016 vicepresidente Biden, quien se habría llevado a su casa, a su oficina privada y, a una universidad particular varias cajas de documentos marcados como secretos o confidenciales.
Cuando el fiscal especial dio a conocer su informe y recomendó no procesar a Joe Biden, dijo que la razón por la que hacía esa recomendación era porque de poner al presidente Biden ante un jurado, no se podría obtener una condena, ya que se le vería como “un anciano olvidadizo” quien por años de manera consciente se llevó y mantuvo sin permiso.
A partir de ahí los partidarios de los conservadores exigieron conocer los audios completos de dicha entrevista para ver si en realidad se justificaba no procesarlo por el mismo delito por el que se estaba procesando en ese 2023 a Trump, quien además a diferencia de Biden, había sido presidente durante el tiempo en el que se llevó a su casa papeles marcados como confidenciales.
Obviamente los medios de mayor prestigio desestimaron las críticas de los republicanos y del propio Trump. La Casa Blanca y decenas de legisladores y altos políticos demócratas acusaron a los republicanos y al propio fiscal especial de estar atentando contra la imagen de Biden al que defendieron asegurando que él era mentalmente muy ágil y tan agudo y trabajador que era difícil el mantenerle el paso ya que estaba bien preparado e informado de todos los temas que presentaban a su consideración.
La verdad es que desde el 2020 se vio a un Biden disminuido pero los encierros por el COVID-19; le dieron la excusa perfecta para hacer campaña desde el sótano de su casa. Incluso se decía que su agenda era ligera era para no arriesgar a los ciudadanos, contrastándolo con los eventos masivos de Trump al que acusaban de ser un hombre mentalmente agotado.
Los medios de comunicación y las encuestas pedían a un presidente con imagen tradicional que pudiera ser aceptado por los llamados afroamericanos. Así las cosas, Joe Biden llegó a la candidatura misma que había buscado sin éxito por tres ocasiones anteriores y seleccionó como su compañera a la senadora por California Kamala Harris, quien en el debate previo a la primera elección interna de su partido, había acusado a Biden de racista.
Hoy todo es historia, las anécdotas públicas y privadas llenan los medios nacionales del país más rico y poderoso del mundo. Los medios más afamados acusan a los líderes demócratas de ocultar el estado de Biden y ser causantes de la victoria de Trump.
Los líderes demócratas dicen que ya no es tiempo de ver para atrás sino de ver el futuro, los aspirantes que se quedaron en el camino en la elección interna del 2020 dicen que ellos no vieron nada pero que es culpa de Biden y de sus allegados por no haber sido honestos y claro los militantes y figuras liberales dicen que la dirigencia del partido es culpable por haber ocultado la realidad.
Como siempre la derrota y la vergüenza son huérfanas. Incluso CNN y su conductor estrella Jake Tapper sacaron un libro para denunciar los secretos tras el poder del periodo 2020-2025 en donde citan fuentes de integrantes del gabinete que aseguran no haber tenido acuerdos con el presidente por más de 2 años. Señalan que el presidente no reconocía a sus secretarios de Estado o altos asesores, incluso indicando que para acuerdos con el propio secretario de Defensa necesitaba un guion.
El gobierno de Biden se vio envuelto en múltiples decisiones cuestionables, pero poco difundidas por los medios quienes eran sus aliados. Ahora se sabe que muchas de esas decisiones fueron firmadas con una máquina que hacía la firma de Biden y no por su puño y letra. La noticia de que Biden está enfermo en realidad no es noticia, el nombre de cuando menos uno de sus padecimientos no era público, pero se ocultó por negocio de unos cuantos.
El 74% de los electores no querían que fuera candidato en 2024. Ahora los conductores de MSNBC como Joe Scarborough de Morning Joe, quien hace 1 año decía que “esta versión de Biden (del 2024) era la mejor de la historia por su agilidad mental y su conocimiento de la política”, ahora dice que Biden decía estupideces, pero que siempre las dijo, por lo que no era raro, y que él no es culpable de encubrir la verdad sobre Biden, que en realidad era pública, pero no aceptada.
George Clooney, quien días antes del debate de Biden con Trump realizó un evento con artistas de Hollywood para recaudar fondos a favor de Joe y Kamala, ahora dice que Biden estaba muy mal y que por eso como deber cívico, él pidió a Biden dejar la candidatura (claro, después del desastroso debate y de sacarle a sus amigos 30 millones de dólares en donaciones).
Asesores del presidente confiesan que en el avión presidencial se decía que el presidente no podía ni siquiera poner una oración completa. Algunos otros aseguran que se pensaba ponerlo en silla de ruedas después de la elección.
La lista de detalles es tan larga que ahora que todos saben que estaba muy enfermo, nadie quiere admitir que fue parte de la operación de encubrimiento más penosa de la historia moderna de los Estados Unidos. El presidente tiene un cáncer avanzado. Según expertos, este lo debe tener desde hace 5 o tal vez 10 años.
Algunos dicen que, como el presidente tiene más de 80 años, ya no era costumbre hacer pruebas de cáncer. Pero eso es para civiles normales, no para el hombre más poderoso del mundo, como demuestran los estudios que se le hicieron a Bush, Obama y Trump antes y ahora. Además, Biden ya había tenido cáncer de piel y problemas en el colon. Peor aún, se dice que su último examen (oficial) de próstata fue en el 2014, por lo que “oficialmente” nunca fue diagnosticado.
Esto es una mamarrachada, perdone usted mi lenguaje. En fin, ahora veremos si se sabe quien o quienes eran los que tomaban las decisiones de la pluma mecánica y si como dice Biden él no sabía de partes delicadas de la salida de Afganistán o de los temas de hombres en baños de mujeres o de los millones de indocumentados traficados por carteles en los años recientes o de la hiperinflación del 2023-2024, o de los miles de millones de dólares en endeudamiento para gasto de infraestructura que no se hizo. La verdad es que solo Dios sabe quién era, o si eran los verdaderos presidentes de facto de EEUU.
Lo cierto es que los medios prefirieron ser parte del poder que de la información. Las decisiones de Biden fueron tan cuestionables como muchas de las de Trump, pero en los principales medios que ahora se hacen sorprendidos, casi nadie les dio crítica o cuestionamiento. Los libros de periodistas parecen más un catálogo de excusas y disculpas tardías.
El grupo cercano a Biden aprovechó el poder y sea o no legal es algo humano. Pero los medios se supone que son los que deben hablar de frente al poder y estaban tan ocupados defendiendo posturas ideológicas que olvidaron ver que debían investigar y difundir todo lo que era noticia en favor de sus lectores y no solo lo que le convenía a sus amigos. Para la historia quedan los cientos de millones de dólares enviados de China, Rusia y Ucrania al hijo del presidente Biden y que nadie pudo explicar.
También los cientos de millones de dólares en gastos de asesores en los paquetes de presupuesto más altos de la historia que no construyeron casi nada de infraestructura, los decretos firmados con máquina en lugar de en físico por parte del presidente, los largos periodos del hijo del presidente en la oficina presidencial sin su padre presente.
Otros hechos acumulados fueron el escándalo de la salida de Afganistán y los múltiples episodios en los que el presidente decía no saber sobre órdenes o recomendaciones recibidas en materia de seguridad nacional, el presupuesto para hombres trans en competencias de mujeres, lucha contra el tráfico de personas, los meses sin fin en los que el presidente vacacionó y visitó su casa de playa sumando casi la mitad de todo su tiempo al frente del país del Tío Sam, etc.
La verdad es que, si uno busca los videos de Biden antes de ser VP y claro antes de ser presidente, veremos a un Joe Biden con ideología y arranques muy distintos a su gobierno. Pero la historia recordará al Joe B. perdido en los escenarios, con la inflación más grande en la historia reciente de su país, la pérdida de más de 300 mil niños inmigrantes y confundido en sus mensajes que fue bajado de la candidatura y cuyas firmas como presidente ahora se ponen en duda.
Al final, la puerta revolvente de intereses entre medios y el poder evitó la crítica y las investigaciones al poder desde los medios más importantes. Ahora debemos ser autocríticos y ver que, no solo en EUA, sino en todo el mundo, al poder y a todos nos molestan las críticas, pero son parte de los controles para saber si estamos haciendo bien las cosas. Incluso las que vienen malintencionadas nos ayudan. Pero en especial debemos ver que hasta los países y medios más respetados y poderosos caen en el error de solapar a los amigos.
Así, los dos lados de la moneda: Biden y Trump, uno protegido por medios, tanto que quedó ciego a la realidad, y otro que está todo el tiempo en pleitos de ida y vuelta con los medios, que ya no se sabe cuándo acierta o cuándo se equivoca.
MUNDO
¿El Waterloo de Trump?

Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //
Los Estados Unidos están siendo víctima de su propio éxito económico como sociedad de consumo. Su elevado déficit deriva de su alto número de consumidores con poder adquisitivo que consumen muchos productos importados.
Esto no sería malo, según Keynes, ya que el gasto en el consumo activa el ahorro, pero el problema de EUA es que no ahorra y ha financiado su déficit con deuda, lo que es capitalizado principalmente por China que, con su recaudación o superávit, ha financiado su crecimiento con políticas de la más pura inspiración capitalista.
China es un gigante de la manufactura, y potencia económica y científica, y el error estratégico de Trump sería querer competir con ellos en la manufactura. Parece que así lo comprendieron sus asesores y aunque en sus políticas insisten en llevar de nuevo la manufactura a su país, ese parece un objetivo secundario en la guerra comercial que han desatado. El objetivo primordial está en restablecer el equilibrio y reducir los déficits ingresando más y gastando menos.
La solución salvaje que se le ocurrió al presidente Trump y sus asesores fue poner tarifas o aranceles en forma universal con tasa fija, y recíprocos y proporcionales con el déficit de los países con balanza más desnivelada en su contra, como es el caso de China a la que impuso aranceles hasta de 145%.
Las consecuencias ya han sucedido. Las bolsas y el capital especulativo acusaron la incertidumbre; las cadenas de suministro se paralizaron o ralentizaron; las inversiones se retrajeron; el dólar se ha depreciado hasta un 8% y la relación comercial con China llegó a equipararse con un embargo por los altos aranceles recíprocos entre ambas naciones.
La semana anterior observamos cómo, en consecuencia, con la amenaza de una recesión mundial, llegaron los dos gigantes a una mesa de negociación en Ginebra, Suiza, en la cual acordaron una tregua de tres meses y la reducción temporal de sus aranceles; China los dejaría en 10% y los EUA en 30%. Algunos lo vieron como una capitulación o rendición decorosa ante la demostración China de su fortaleza y sobre todo su gran capacidad de resiliencia por la disciplina de sus consumidores y por la independencia de su proveeduría, a diferencia de sus adversarios que enfrentan presiones de productores y consumidores por los efectos de su política en las cadenas de suministro y en los precios.
A simple vista sería tanto como aceptar que Ginebra ha sido el Waterloo de Trump al llegar debilitado y ceder en la batalla arancelaria. Pero una vista más al fondo y pensando que una guerra se considera ganada al conseguir sus objetivos, la percepción de derrota debería ser reconsiderada.
En la tregua, Trump mantiene altos sus aranceles, pues el 30% no es bajo si se suman los adicionales al acero y aluminio ya existentes. Los precios al consumidor irán al alza en un riesgo político calculado antes de la elección intermedia, pero se reducirá el consumo de los productos que provocan el déficit; la devaluación del dólar resultante reduce la presión sobre la deuda y la especulativa con los bonos del tesoro; la inflación se mantiene en niveles controlables por la FED y la permanencia de aranceles altos con el resto del mundo aumenta la recaudación y provoca el ahorro necesario para componer la cuenta nacional.
Entonces la percepción de derrota no sería tan exacta, pues sus objetivos se estarían cumpliendo, tal vez no en la proporción deseable, pero si en el sentido correcto.
Falta saber cuál será la posición de la Unión Europea, Japón, Corea y los integrantes del BRIC, cuya situación es diferente a la de China y es presumible que con ellos tratará el presidente Trump de negociar en condiciones de mayor conveniencia.
La política del presidente Trump enfrenta presiones en todos los frentes, el interno y el exterior y eso si significa una debilidad, pues sin un respaldo decidido de los suyos las condiciones para negociar no serán las que el imaginó al desatar esta vorágine comercial y por ello considero que Ginebra no será su Waterloo, pues todavía le quedan demasiados frentes.
Sus objetivos son los necesarios para lograr equilibrar la balanza de pagos y darles respiro a las finanzas públicas, pero la estrategia partió de cálculos equivocados sobre la posición de fuerza. El gran garrote ya no intimida como antes y a él le faltan las palabras suaves que recomendaba Roosevelt.
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