MUNDO
El conflicto palestino-israelí

Opinión, por Iván Arrazola //
Es difícil poder explicar lo que está ocurriendo entre Israel y Palestina, el histórico enfrentamiento entre estos pueblos en su disputa por un territorio (Jerusalén) que ambos consideran sagrado, ha entrado en una etapa crítica que amenaza con romper la ya de por sí frágil estabilidad en la región del Medio Oriente.
La organización islámica Hamás lanzó miles de proyectiles desde la Franja de Gaza en contra de Israel, grupos de hombres armados penetraron territorio israelí matando a cientos de civiles y tomando a decenas de personas como rehenes. Los saldos preliminares hablan de más de dos mil personas muertas y por lo menos 150 personas que han sido tomadas como rehenes por el grupo islamista Hamás.
A partir de la agresión del fin de semana pasado, Israel ha anunciado que está en guerra en contra de Hamás y se prepara para un conflicto prolongado. Para explicar lo sucedido hay que tomar en cuenta distintos factores que incidieron en el ataque:
En primer lugar, Israel ha tenido una vida política convulsa en los últimos meses, el primer ministro Benjamín Netanyahu ha polarizado a la sociedad israelita al promover una reforma al poder judicial que le quita independencia, también ha promovido asentamientos judíos en territorio palestino, esto ha provocado que la sociedad se divida entre los que apoyan y no apoyan las propuestas radicales de Netanyahu, pero también el gobierno ante las disputas políticas, se distrajo de una labor fundamental como lo es el tema de la seguridad, en una región altamente conflictiva.
En segundo lugar, uno de los sistemas de seguridad que se preciaba de ser uno de los más poderosos del mundo falló, no sólo eso, la entrada de miembros del grupo terrorista Hamás a territorio israelí, el falló en el Domo de Hierro que es el sistema que detecta y destruye misiles dirigidos a Israel, y sobre todos las fallas de los servicios de inteligencia, que fueron incapaces de anticipar el ataque sorpresa por parte de Hamaás, traerán severos cuestionamientos tanto al gobierno como a los servicios de inteligencia israelitas.
Las consecuencias de la guerra saltan a la vista, pero un saldo inicial es que con este conflicto ganan los radicales tanto en Israel como en el grupo Hamás. El conflicto traerá aire puro para la gestión de Benjamín Netanyahu quien estaba en el ojo del huracán por su polémica gestión, con el conflicto las diferentes fuerzas políticas tendrán que cerrar filas en torno a Netanyahu; por otro lado, también Hamás gana ya que se aleja cualquier tipo de acuerdo que permita alcanzar paz en la región.
Cuando al fin parecía que se podía lograr cierta estabilidad en la región, sobre todo cuando Arabia Saudita estaba por firmar un acuerdo para establecer relaciones diplomáticas con Israel, el ataque de Hamás seguramente echará para atrás un acuerdo que habría ayudado a la región a tener mayor estabilidad.
El principal promotor del acuerdo entre Arabia Saudita e Israel, Estados Unidos, también se verá afectado, la administración Biden buscaba afanosamente la firma de este acuerdo que le permitiría generar un acuerdo con sus dos aliados en la región, lo que le permitiría tener mayor estabilidad en la zona y alejar a los movimientos radicales. Ahora Estados Unidos tendrá que estar al pendiente de lo que suceda en Oriente Medio y Rusia, que es otro foco de atención.
Por otra parte, el tema de los rehenes se vuelve fundamental en este contexto, en el pasado Hamás ha utilizado a los rehenes como moneda de cambio para liberar presos palestinos en Israel, en esta ocasión por la gravedad del ataque, Israel no está dispuesto a negociar absolutamente nada y se ha planteado el poder ingresar a la Franja de Gaza para rescatar a los rehenes, Hamás ha declarado que por cada ataque israelí matará a un rehén, en este escenario resultará altamente complejo el rescate de los rehenes.
Israel ha tomado una serie de decisiones contrarias al derecho internacional humanitario, al bloquear la Franja de Gaza y cortar los servicios de electricidad, agua, combustible, e impedir el ingreso de suministro de alimentos a la zona, ha puesto en riesgo a los dos millones de palestinos que viven en la zona, esto generará una crisis humanitaria y quien se verá afectada serán las personas que habitan la Franja de Gaza.
Pensar en una solución pronta al conflicto luce complicado, no sólo porque Hamás es un grupo que utilizará a la población civil como escudo humano para protegerse de los ataques israelís, lo que desafortunadamente puede provocar miles de muertes, también porque Israel buscará a toda costa destruir de una vez por todas a Hamás, lo que puede llevar a un conflicto prolongado, en este escenario solo el desgaste entre los grupos en disputa parece ser el único escenario en el que se podría pensar en el fin de la guerra, lo que demuestra este lamentable acontecimiento es que la política ha fallado y quién pagará el precio de la guerra será gente inocente.
JALISCO
Lleva Ballet Folclórico de Guadalajara cultura y tradición a Estados Unidos

– Por Mario Ávila
El Ballet Folclórico de Guadalajara se presentó en el Rosemont Theatre de Chicago, en el evento estelar de la Segunda Ruta de la Gira Internacional 2025, México en el Corazón.
Los bailarines tapatíos compartieron escenario con el Mariachi Estelar de México en el Corazón y la Banda Orquesta Colores, y presentaron estampas, música y canciones de Guanajuato, Yucatán y Jalisco ante los más de 4 mil 400 asistentes.
Este espectáculo se realiza anualmente e incluye al Mariachi Estelar como uno de sus principales artistas, junto con el Ballet Folclórico Guadalajara y la Banda Orquesta Colores.
Participaron en el evento Sergio Suárez, presidente de NAIMA (North American Institute for Mexican Advancement); Ron Serpico, alcalde de Melrose Park; Susana Mendoza de Illinois Comptroller; Reyna Torres, cónsul general de México en Chicago; Andrea Blanco, coordinadora del Gabinete Social del Gobierno de Jalisco; y Manuel Romo, secretario de Gobierno del Gobierno de Guadalajara.
Esta es la segunda parada de la ruta de México en el corazón, la primera fue en la Ciudad de Sioux City, en Iowa en donde se presentó por primera vez, y más de mil personas asistieron a disfrutar de este espectáculo.
La gira continuará por el Medio Oeste, Sur y la Costa Este de los Estados Unidos.
Para fechas y ciudades entrar en este sitio web: http://www.mexicoenelcorazon.org
CARTÓN POLÍTICO
Edición 805: Entrevista a Mirza Flores: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»
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LAS CINCO PRINCIPALES:
Arranca el Sistema Estatal de Participación Ciudadana en Jalisco
La corrupción urbanística: Valle de los Molinos y Colomos III
MUNDO
La tradición del saqueo: Naturaleza depredadora del poder imperial

– Actualidad, por Alberto Gómez R.
(Parte 1) A lo largo de la historia de la humanidad, el poder económico de los grandes imperios se ha construido frecuentemente sobre pilares tan sombríos como la guerra, el saqueo sistemático y el sometimiento de pueblos enteros.
Este patrón de comportamiento, visible desde los primeros imperios de la antigüedad hasta las potencias contemporáneas, revela una lógica de acumulación basada en la extracción violenta de recursos más que en la productividad o la innovación endógena.
El historiador económico Douglas North, citado en uno de los documentos analizados, señalaba que los imperios antiguos establecían sistemas burocráticos sofisticados que permitían la expropiación sistemática de excedentes de las regiones conquistadas.
En el mundo actual, Estados Unidos representa la última encarnación de este impulso imperial, aunque sus métodos hayan evolucionado hacia formas más sofisticadas de dominación económica y militar.
Como se advierte en el panorama actual, esta potencia estaría experimentando un rápido declive relativo en el escenario global, lo que intensificaría sus comportamientos depredadores hacia naciones ricas en recursos que se resisten a someterse a su hegemonía.
Venezuela, con las mayores reservas petroleras certificadas del planeta, se encontraría en la mira de este mecanismo de saqueo contemporáneo, al igual que lo estuvieron Irak, Libia y Siria en las últimas décadas, solo por citar algunos ejemplos.
LOS CIMIENTOS HISTÓRICOS DEL SAQUEO IMPERIAL
Los primeros grandes imperios de la historia establecieron las bases de lo que sería una larga tradición de explotación económica mediante la conquista. En Mesopotamia, Egipto, China y la India, surgieron estructuras estatales centralizadas que «legislaban, impartían justicia y ejecutaban sobre un extenso territorio que agrupaba a muchas ciudades» (eumed.net).
Estos imperios perfeccionaron sistemas de extracción de riqueza mediante tributos, esclavitud y control de las rutas comerciales.
El Imperio de Alejandro Magno ofrece un ejemplo temprano de cómo la conquista militar servía como vehículo para la acumulación de riqueza. Como se describe en los documentos, Alejandro y sus falanges macedonias conquistaron todo el Imperio persa en tan sólo ocho años, apoderándose de inmensos tesoros y estableciendo un sistema de control sobre territorios que se extendían hasta la India. Patrón similar exhibiría el Imperio Romano, que transformó el Mediterráneo en su «Mare nostrum» y extrajo recursos de todos los territorios conquistados, desde las minas de plata hispanas hasta los graneros egipcios.
Con la era de los descubrimientos, las potencias europeas perfeccionaron el arte del saqueo imperial a escala global. España y Portugal inauguraron lo que podría considerarse el primer «imperio global» de la historia: «por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes del mundo» (eumed.net).
El flujo de metales preciosos desde América hacia Europa financió las guerras y el desarrollo económico europeo durante siglos, a costa del exterminio y la explotación de poblaciones indígenas.
El Imperio británico llevaría este modelo a su máxima expresión, estableciendo una red global de colonias y territorios controlados que proveían de recursos naturales y mercados cautivos a la metrópoli. El comercio de esclavos, la extracción de recursos en condiciones de cuasi-esclavitud y la destrucción de industrias locales competitivas fueron algunas de las estrategias empleadas para consolidar su hegemonía económica.
ESTADOS UNIDOS, LA SUPERPOTENCIA DEPREDADORA
Estados Unidos emergió como potencia global practicando una versión modernizada del juego imperial tradicional. Bajo la Doctrina Monroe y su corolario Roosevelt, se autoproclamó potencia hegemónica en América Latina y el Caribe, interviniendo militarmente en múltiples ocasiones para proteger sus intereses económicos. La diplomacia de las cañoneras y las intervenciones directas aseguraban el acceso a mercados, recursos y rutas comerciales estratégicas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, con las potencias europeas debilitadas, Estados Unidos ascendió a la condición de superpotencia global, rol que se consolidaría tras el colapso de la Unión Soviética.
Como se señala en uno de los documentos, «después de que se desintegrase la Unión Soviética a principios de 1990, Estados Unidos quedó como la única superpotencia restante de la Guerra Fría». Esta posición hegemónica le permitió moldear las instituciones internacionales a su medida y establecer un sistema económico global que privilegiara sus intereses.
La economía estadounidense se ha vuelto profundamente dependiente de lo que el presidente Eisenhower denominó el «complejo militar-industrial». Con un presupuesto militar que supera al de los siguientes diez países combinados, Estados Unidos ha convertido la guerra en un negocio extraordinariamente lucrativo para sus corporaciones de defensa.
Como se documenta en uno de los artículos revisados, la administración Biden ha solicitado al Congreso «842 mil millones de dólares para el Pentágono en el año presupuestario 2024», lo que representa «la solicitud más grande desde el pico de las guerras de Irak y Afganistán» (france24.com).
Este apetito insaciable por el gasto militar requiere enemigos externos y conflictos perpetuos, creando un círculo vicioso de intervencionismo que justifique tales desembolsos. Los resultados son visibles en las sucesivas guerras e intervenciones que han marcado las últimas décadas, desde Vietnam hasta Afganistán, pasando por Irak, Libia y Siria.
EL SAQUEO CONTEMPORÁNEO
La invasión de Panamá en 1989 constituye un ejemplo paradigmático de cómo Estados Unidos utiliza pretextos para justificar intervenciones militares que persiguen objetivos geoeconómicos estratégicos. Como se documenta extensamente en varios de los materiales consultados, la llamada «Operación Causa Justa» fue oficialmente justificada como una medida necesaria para detener el narcotráfico y defender la democracia.
El general Manuel Antonio Noriega, quien había sido durante años un aliado útil para Washington y colaborador de la CIA, fue convertido de pronto en enemigo público número uno. Como se describe en los documentos, Noriega «había sido aliado clave de Estados Unidos durante el final de la Guerra Fría, trabajando como agente de la CIA, al tiempo que tejía vínculos con el narcotráfico» (elnacional.com). Cuando dejó de ser funcional a los intereses estadounidenses, fue acusado de narcotráfico y derrocado mediante una invasión militar que causó entre 500 y 4 mil víctimas panameñas, según distintas fuentes.
El verdadero objetivo de la invasión, sin embargo, habría sido asegurar el control estratégico del Canal de Panamá en vísperas de su traspaso completo a soberanía panameña, previsto para el año 2000 según los Tratados Torrijos-Carter de 1977. Como se señala en uno de los documentos, estos tratados «condicionaba la defensa del canal de manera conjunta, a través de un tratado adicional, dando la posibilidad de intervenir militarmente en Panamá si la operación del canal se viese comprometida».
La invasión aseguró que, aunque panameño en papel, el canal permaneciera bajo control efectivo estadounidense.
Continuará…