MUNDO
Satélites y viajes espaciales: La colonización del espacio, el reparto de la Luna y de planetas

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
Dependiendo de lo que uno quiera hacer con una propiedad y de los usos que esta tenga depende su valor comercial. Para los poderosos el terreno es tan valioso que hay guerras por un pedazo como lo es en Gaza, Crimea o Panamá.
Y qué decir de los países o naciones que ante la falta de tierra han ganado espacio al mar o a los lagos desde los admirables aztecas hasta Rusia, China, Arabia Saudita u Holanda.
Como usted recordará Gaza mide menos que Morelos, Crimea menos que Querétaro y bueno Panamá era una región de Colombia que los EUA los independizó para poder quedarse con el famoso canal allá a finales de 1800. Los aztecas crearon espacios firmes en el lago porque no tenía tierra propia, lo mismo hicieron los rusos, los chinos, los árabes y los holandeses entre otros en ríos, mares y lagunas.
En este sentido, los gobernantes y los particulares siempre han querido poseer más y más y más terreno para usos múltiples, desde cultivo o habitación hasta barreras naturales, industria o minería. Pero en 1966 los gobiernos de los países líderes en tecnología, en esa época EUA y URSS junto con la ONU decidieron aceptar una regulación espacial en la que se prohibía la declaración de soberanía sobre astros, planetas, lunas o cualquier cuerpo celeste. Obviamente al llegar EUA a la Luna puso su bandera, lo mismo hicieron después Rusia, China y la India.
De ahí en adelante, se popularizó la idea del espacio y claro, ahora muchos países y grupos de países se han lanzado a la carrera espacial. Estoy seguro de que si México hubiese seguido con su propio programa espacial, en la actualidad EUA y particularmente las empresas privadas de otras naciones ya habrían puesto una base de despegue en alguna de nuestras penínsulas.
Pero como los países no pueden adueñarse oficialmente de un pedazo de Luna o de Marte, los países a través de empresas particulares han iniciado esa nueva carrera para la colonización del espacio. Así las cosas, de entrada, China y EUA ya cuentan con varias empresas privadas, todas ellas con contratos de gobierno, para trabajar en transportación de mercancías y minería espacial. Así es. La IP internacional se ha lanzado con todo a la conquista del espacio iniciando con los satélites y la Luna desde donde pronto podremos estar enviando materiales para la construcción en el espacio y algunos creen que incluso para traer a la tierra materiales escasos y caros como los diamantes o las llamadas tierras raras.
El liderazgo en la carrera de las empresas privadas por la supremacía espacial la tiene el visionario y excéntrico Elon Musk quien con sus empresas Starlink y SpaceX literalmente se ha posicionado como el hombre del espacio. Pero no es el único en esta idea de la minería y ocupación espacial, las empresas Ispace, Europe, Origin Space, Karman, TransAstra, Asteroid Mining Corporation y Lunar outpost de occidente, y claro las empresas chinas privadas con dinero público que no se quedarán atrás.
Los directivos de la NASA dicen que se necesitarán personas y empresas como las que exploraron y desarrollaron el medio oeste de Estados Unidos o la jungla de Panamá, que en el caso de la Luna sean capaces de generar su propia agua, aire, energía y alimentos. Con eso se podrán crear las primeras colonias, lo que es obvio, pero casi inimaginable hasta hace unas décadas.
Las empresas que empezaron con estas ideas hace menos de 20 años hoy valen billones de dólares. La empresa más valiosa es SpaceX que tiene un valor aproximado de $150 mil millones de dólares.
Lo importante es que las empresas privadas están trabajando con los gobiernos de las potencias por lo que en realidad son como aliados particulares que pueden evadir el acuerdo internacional de los años 60 y tener un poco más de libertad en sus operaciones, incluso en la construcción futura de estaciones espaciales.
Para darnos una idea de lo que está pasando allá arriba es importante decir que a noviembre de 2023 hay oficialmente más de 25 mil satélites artificiales orbitando la tierra, obviamente el país que tiene más satélites es EUA con un poco más de 11 mil, pero de ese total cinco mil son de SpaceX y únicamente tres mil son del gobierno con otros tres mil en organizaciones menos significativas pero igual de influyentes. Habrá que ver si SpaceX es dueño de la fachada de algunos satélites militares, pero eso no se anuncia.
El segundo país como gobierno es Rusia con casi cinco mil, pero como nación es China que llega en conjunto a siete mil. Después de esas naciones y empresas lo demás se va de Alemania e Inglaterra con poco más de mil cada una y de ahí países de todo tipo desde Brasil o Israel hasta Arabia o India incluyendo a nuestro México amado. Bueno esos 25 mil satélites necesitan atención en tierra y servicio en el espacio y claro un transporte para llevarlos y para después atenderlos si es necesario. Lo que se hará más frecuente ya que en un principio los satélites eran desechables, pero poco a poco se irán haciendo más reutilizables.
Si tomamos como referencia la cantidad de objetos enviados al espacio por año veremos fácilmente de lo que estamos hablando. El primer año en el que algo se lanzó al espacio para mantenerse en órbita fue en 1957 en ese año fueron dos objetos los que se lanzaron, de ahí al año siguiente fueron 8 y al año siguiente en 1959 fueron 14. Para 1964 es decir a 7 años del inicio ya se estaban enviando más de 100 objetos por año y así se mantuvo más o menos entre 100 y 200 hasta los años 2000.
Pero en los últimos años esto ha sido una locura. Del 2018 a 2023 cada año se ha roto el récord de objetos lanzados y en este 2023 llegaremos a los dos mil objetos lanzados en un año.
Como sabemos el gran número de satélites son para orbitar la tierra, pero muchos otros ya están orbitando la Luna o Marte entre otros. Los cohetes iniciales podían solo llevar unos cuantos kilos de carga adicional pero los modelos actuales de China y de EUA pueden llevar hasta 150 toneladas de carga por evento mientras que los rusos pueden llevar 100 toneladas. Los cohetes más modernos son reutilizables como los de SpaceX lo que ha permitido la velocidad en la carrera espacial.
Y como dicen los vendedores de bienes raíces… ¡ubicación, ubicación, ubicación! Al inicio de esta columna recordamos lo valioso que es un pedazo de tierra por razones militares o económicas, pero ahora imaginemos cuánto vale tener bases militares orbitando sobre la cabeza de los contrarios y tener la capacidad de escapar a otro lado si por algo una guerra nuclear afecta por un tiempo la vida en la tierra.
Bueno ahora podemos imaginar el valor de una nave espacial y de un destino seguro. ¿De qué le serviría todo su dinero a los multimillonarios si su vida está en peligro y sin forma de salvarla? Y claro en escenarios menos drásticos podemos recordar que un boleto para el llamado súper tazón puede costar hasta $100 mil dólares para un evento que ven miles en persona y millones por tele. Así las cosas, ¿cuánto puede una persona rica pagar por un viaje espacial a la órbita o a la Luna, por no decir a Marte? Una vista y un viaje que ninguno de sus antepasados, amigos, parientes o conocidos ha tenido. ¿Cuándo veremos nuestra bandera clavada en la Luna? Bueno a la fecha podemos presumir de la gloria ajena de Rodolfo Neri y de Kathya Echazarreta, personas nacidas en México y que han dejado la tierra para ir al espacio en misiones espaciales. He de recordar que Kathya es paisana nacida en Guadalajara allá en 1995 pero que emigró con sus padres a los siete años de edad y estudió ingeniería eléctrica en UCLA. Para después sumarse al equipo que voló a la órbita terrestre en la nave Blue Origin durante el 2022.
Muchos de los billonarios más famosos tienen sus inversiones en estas tecnologías, desde Jeff Bezos y Bill Gates hasta Elon Musk y otros más de Asia, Medio Oriente y Europa con una inversión del 2020 al 2022 que supera los $500 mil millones de dólares. Estos millonarios también están invirtiendo en compañías que construirán la nueva estación espacial internacional.
Por su lado China está planeando tener su propia estación ya que no es parte de la actual estación, pero como lo decíamos al inicio, los países y particulares siempre están buscando tener más terreno y por eso la Luna será el nuevo destino con vistas inimaginables y claro oportunidades para hacer fortuna. Según especialistas financieros la industria del turismo, transporte y minería espacial inicialmente explotarán en valor alcanzando unos $3 trillones de dólares en los próximos 5 años, es decir 6 veces más de lo que hoy vale. Si a sus hijos les gusta la aventura y la ciencia este es un camino muy interesante con poca competencia y mucho futuro. Ya sabemos que el problema de México y francamente ahora del mundo, es que la gente y en especial los políticos no tienen tiempo o ganas de leer y de informarse, pero ojalá y en este asunto pongamos atención porque los jóvenes mexicanos pueden ser muy útiles y la geolocalización de nuestro país puede ser la llave para el desarrollo económico de una clase media. La historia está llena de ejemplos como el de Kathya Echazarreta o el de Guillermo González Camarena – inventor de la tele a color- que emigraron a EUA y lograron alcanzar sus sueños. Pero ¿por qué no derribar las barreras y crear las plataformas para que en México muchos más puedan lograr sus sueños? Cada pueblo tiene el gobierno que merece.
JALISCO
Andrés Manuel López Beltrán: No quiere que lo llamen ‘Andy’
CIERTO O FALSO
“No salgo a medios y no respondo porque creo que los medios están muy quemados (…) Yo me llamo Andrés Manuel López Beltrán y mi mayor orgullo es llamarme como el mejor presidente que ha tenido este país (…) El llamarme ‘Andy’ es demeritar eso, quitarme ese legado, quitarme ese nombre”.
ANDRÉS MANUEL LÓPEZ BELTRÁN / SECRETARIO DE ORGANIZACIÓN DE MORENA
“Andy, Andy, Andy. No te creas importante. Eres un junior sin calle, sin historia, sin respeto. Nadie te sigue por lo que eres, solo por el apellido que usas como escudo y herencia”
ALEJANDRO “ALITO” MORENO / PRESIDENTE NACIONAL DEL PRI
FUEGO CRUZADO
“Estoy muy decepcionado con Elon. Lo he ayudado mucho. Conocía los entresijos del proyecto de ley mejor que nadie. No le importó. De repente, se encontró con un problema, y solo lo agravó cuando se enteró de que íbamos a recortar el mandato de vehículos eléctricos”.
DONALD TRUMP / PRESIDENTE DE EEUU
“¡Falso! Este proyecto de ley nunca me fue mostrado ni una sola vez y fue aprobado en plena noche tan rápido que casi nadie en el Congreso pudo siquiera leerlo”.
ELON MUSK / EX JEFE DEL DEPARTAMENTO DE EFICIENCIA GUBERNAMENTAL DE EEUU
VOZ ALTA
Le tienen envida
Salvador Caro Cabrera destaca como un excepcional operador político, guiando con éxito a numerosos candidatos—jueces y magistrados—hacia el Poder Judicial Federal, logrando resultados altamente favorables. A través de estrategias bien elaboradas, promovió estos perfiles entre grupos, organizaciones y diversas regiones, enfrentando críticas pero demostrando su eficacia, como quedó claro en los Distritos 9 y 11 donde la participación llegó a más del 9%. Su actuación, respaldada plenamente por la ley sin impedimento alguno, ha generado envidia, reflejando su habilidad y legitimidad en el proceso.
SALVADOR CARO CABRERA. Demostró su eficacia como operador político.
HUELLA HISTÓRICA
¿Raúl Padilla o Enrique Alfaro dejarán mayor huella histórica? Tras su fallecimiento, el líder moral de los Leones Negros, Padilla, sigue cosechando victorias póstumas, con su legado trascendiendo en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), que celebró su edición 40 con una gala en el Auditorio Telmex. Homenajes al cine mexicano destacaron, con Karla Planter, rectora de la UdeG, en rol protagónico, y Portugal como invitado. Mientras el impacto de Padilla perdura, el de Alfaro aún se desarrolla, planteando un contraste entre legado consolidado y potencial emergente.
RAÚL PADILLA LÓPEZ. Su figura trasciende su tiempo.
DIÁLOGOS ABIERTOS
Verónica Delgadillo, alcaldesa de Guadalajara, aborda con crudeza y sinceridad los retos de la ciudad en diálogos con líderes de opinión. “No hay varita mágica, el presupuesto es limitado y las demandas son enormes”, confesó, comparando su lucha con la metáfora de la Bartola de Chava Flores. Con franqueza, promete un gobierno cercano: “Guadalajara te cuidará, pero todos debemos jalar parejo”. Su enfoque en seguridad, basura y servicios públicos refleja compromiso, enfrentando presiones con transparencia y apelando a la corresponsabilidad ciudadana.
VERÓNICA DELGADILLO. Diálogos abiertos con líderes de opinión pública.
MUNDO
Discurso de individualismo extremo: La derecha que no salva, un riesgo disfrazado de esperanza

A título personal, por Armando Morquecho Camacho //
A la derecha le gusta imaginarse como el lugar del orden, de la razón y del mérito. Su narrativa gira en torno a ideas como “eficiencia”, “disciplina”, “libertad individual” y “trabajo duro”. Durante décadas, fue una forma efectiva de contrastarse con los excesos o fracasos de ciertas izquierdas: burocracias gigantes, discursos revanchistas, populismos disfuncionales.
Pero esa imagen está dejando de sostenerse. La nueva derecha —la que hoy marca tendencia en redes, encabeza algunos gobiernos y monopoliza micrófonos— ya no representa ninguna de esas virtudes. Lo que ofrece no es ni orden ni racionalidad: es puro espectáculo.
Ahí están Donald Trump, Javier Milei y Santiago Abascal como muestra. Tres líderes que han hecho del grito una política, del insulto un argumento y del caos una bandera. Ninguno de ellos ha demostrado ser particularmente eficiente, pero todos han sabido capitalizar una narrativa emocional basada en el resentimiento. Dicen luchar contra “el sistema”, pero lo hacen desde la cima.
Se presentan como outsiders, aunque lleven años en la política. Proclaman amor por el mercado, pero están más cómodos en la cultura del meme que en los fríos informes financieros.
Ya no les interesa defender un modelo económico coherente, ni sostener el legado intelectual de la derecha liberal o conservadora clásica. Su apuesta es otra: dominar el flujo de la conversación pública. Ser tendencia. Explotar la ansiedad de las masas que se sienten traicionadas por las élites ilustradas, por los expertos, por las instituciones. No importa si lo que dicen es contradictorio, vacío o incendiario: lo importante es provocar, atraer, dividir.
Este fenómeno tiene su correlato empresarial. En América Latina, por ejemplo, el caso de Ricardo Salinas Pliego es ilustrativo. El magnate no solo es dueño de empresas y medios: se ha posicionado como una figura política, aunque sin partido ni candidatura. Lo hace desde sus redes sociales, donde predica una mezcla de darwinismo social, desdén por los pobres, burla al Estado y culto a su propio éxito. Su mensaje no es técnico ni ideológico: es emocional. Una especie de “si yo pude, tú también, y si no puedes, es tu culpa”.
Se presenta como víctima del gobierno, del sistema judicial, del fisco, de la prensa. Lo paradójico es que lo hace desde una posición de privilegio absoluto. Pero funciona. Porque hoy ser rico no te quita autoridad moral: te la da.
Lo que representa Salinas Pliego es la figura del empresario redentor. Ya no se trata sólo de emprender o generar empleos. Se trata de suplantar al político. De sugerir, directa o indirectamente, que sólo quienes han tenido éxito en los negocios deberían tener poder de decisión. Como si administrar una cadena de tiendas fuera lo mismo que diseñar políticas públicas complejas, garantizar derechos o defender libertades.
La nueva derecha abraza con entusiasmo esta figura. En lugar de cuadros técnicos, promueve personajes estridentes. En lugar de programas serios, vende frases virales. En lugar de instituciones sólidas, propone personalismos autoritarios. El resultado es un nuevo tipo de populismo: no uno basado en el pueblo contra las élites, sino en el individuo omnipotente contra todo lo que le incomoda: el Estado, los impuestos, los medios, la ciencia, el disenso.
Esto es peligroso por muchas razones. Primero, porque convierte la política en un campo de guerra cultural permanente, donde todo se juega en el terreno de la identidad y el agravio, no de las soluciones. Segundo, porque desmantela los equilibrios democráticos bajo la excusa de “quitar trabas” al genio del líder. Y tercero, porque socava la idea misma de lo público: el Estado ya no es visto como una herramienta de justicia o bienestar, sino como un obstáculo para los exitosos.
La derecha que alguna vez promovió instituciones, reglas, competencia ordenada y responsabilidad fiscal, ha cedido el paso a una versión desfigurada de sí misma: histriónica, rabiosa, individualista hasta el delirio. Y con ello ha perdido una oportunidad valiosa de ofrecer respuestas a las crisis reales del presente: desigualdad, cambio climático, desinformación, polarización social.
Lo más inquietante es que esa derecha ni siquiera cree en la derecha. No cree en la tradición, ni en los contrapesos, ni en la democracia representativa. No cree en el pensamiento liberal clásico ni en los valores conservadores. Lo que quiere es mandar, imponer, sobresalir. Su único principio es el triunfo inmediato. Su única ideología es el narcisismo.
No se trata de negar que muchas izquierdas también han fallado, ni de defender modelos ineficientes o autoritarios. Reconocer esos errores es fundamental para avanzar y evitar repetirlos. Sin embargo, es necesario advertir que esta derecha contemporánea no es en absoluto el remedio frente a esos fallos.
Más bien, puede ser vista como una versión invertida, que comparte con ellos la misma concentración de poder en figuras carismáticas, la misma tendencia a polarizar y simplificar debates complejos, y la misma dificultad para aceptar matices o posiciones críticas.
La derecha actual, con su discurso enfocado en el individualismo extremo, el rechazo a la diversidad de ideas y la tendencia a imponer su visión como la única válida, representa un riesgo igual de serio para la democracia y la convivencia social. Así, lejos de ser una alternativa equilibrada o una corrección necesaria, esta derecha puede resultar igual de problemática y dañina en el largo plazo.
Lo sensato —y quizás lo verdaderamente subversivo hoy— es pedir madurez política. Pedir ideas complejas. Pedir responsabilidad institucional. Pedir liderazgos que no se alimenten del conflicto constante. En tiempos de histeria, el pensamiento es revolucionario.
MUNDO
El dominio del dólar

Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //
Gracias a Donald Trump y su política económica, la incertidumbre permea en las economías occidentales y genera desconfianza en la potencia de la economía estadounidense para hacer que el dólar siga siendo la moneda internacional de referencia. La inquietud existe, es real, principalmente por la fragilidad actual de las finanzas estadounidenses.
Las finanzas públicas de los Estados Unidos lucen mal, con un déficit de 7.26% en 2024 y una deuda pública de 34.5 billones de dólares, equivalente al 120.7% del PIB. Lo anterior y la falta de acciones fiscales que reduzcan el déficit han llevado a las calificadoras internacionales, Moodys la última, a rebajar la calificación de la deuda estadounidense que por primera vez cae de la calificación AAA y la mayoría la mantiene en ese nivel con perspectiva negativa, recomendando cautela.
No será la primera vez que los EUA caigan en situación económica comprometida, pero sí es la primera vez que el encargado de resolverlo no tiene las mejores calificaciones y sus políticas parecen tener las prioridades invertidas.
Algunos teóricos argumentan, con razón, que la estabilidad de una economía abierta depende de la existencia de una potencia capaz de garantizar mercados abiertos para el comercio, una economía sólida de respaldo para economías en crisis y una moneda estable, y esas condiciones parece estarlas perdiendo el país emisor del dólar. Por el momento no inspira confianza ni a sus aliados y su economía no es tan sólida.
Sin embargo, a pesar de esas condiciones adversas, no existe por el momento otra moneda capaz de sustituir al dólar como moneda de referencia. La fortaleza creciente de China no le da al Yuan esa posibilidad, porque en ese país sus mercados de capitales carecen de liquidez propia y el control estatal es rígido, sin que dejemos de notar el hecho de que en la competencia por mercados y en inversión ha incrementado su presencia en países emergentes, como duro rival comercial.
Por otra parte, el euro, producto del consenso de la Unión Europea, tampoco ofrece garantías sólidas como moneda de respaldo, pues el conjunto de Estados que conforman la Eurozona no siempre camina en la misma dirección.
Las alternativas no son atractivas por ahora y es mucho más aventurado pensar que las criptomonedas pudieran ser alternativa. Es un hecho que, en el momento, la debilidad del dólar ha propiciado que las operaciones financieras busquen monedas más fuertes como protección temporal en tanto cesa la incertidumbre arancelaria y se estabiliza el dólar. Pero esto es coyuntural en espera de mayor estabilidad de mercados.
Quedan tres años de zozobra e incertidumbre en los que la esperanza es que las fuerzas reales de la economía obliguen al impredecible presidente estadounidense a reconsiderar sus decisiones. La responsabilidad global que contrajo al liderar al país más poderoso del mundo lo deben obligar a considerar otras premisas, distintas a lo que parece ser su guía, que es su manual de negociación comercial.
Se advierte su preocupación por mejorar el ingreso y compensar el déficit, sin embargo, la política arancelaria que busca ser recaudatoria ha tenido graves efectos en la estabilidad de su moneda. La otra prioridad es el nivel de la deuda, y ese no podrá ser reducido sin afectar al gasto gubernamental. Adicionalmente, en ese contexto, surge la iniciativa de ley fiscal actualmente discutiéndose en el Congreso, la cual reduce el gasto social, pero también reduce impuestos, lo cual no suena muy congruente si lo que se busca es reducir el déficit. Sus efectos han sido ampliamente criticados por economistas de renombre.
No es halagüeño el panorama económico de los EUA y eso ha venido a sacudir la economía mundial, pero eso no será por el momento la causa de que el dólar deje de ser la moneda de referencia.
En México, algunos celebran que la paridad peso-dólar mejore, pero es un espejismo que no debiera engañarnos. El dólar está débil; no es que el peso esté fuerte y nuestro déficit, al igual que lo elevado de la deuda, tienen en riesgo la calificación crediticia del país.
Añadiendo la reforma judicial y la falta de normatividad para las nuevas instituciones que sustituirán a los desaparecidos reguladores, no hay buenas señales. Nuestra economía es un espejo de la estadounidense y dada la incertidumbre que nos acompañará en los próximos tres años, es más recomendable generar alternativas más potentes, realistas y creativas que el Plan México, que nos permitan no caer víctimas de la turbulencia vecina.
Por lo demás, el mundo seguirá negociando, teniendo, por ahora, al dólar como moneda de referencia, pues aun en la situación de vulnerabilidad de la economía estadounidense no hay moneda que lo remplace y la comunidad internacional puede, como lo ha hecho hasta hoy, navegar en la incertidumbre, pagando el costo con un magro crecimiento.
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