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Las presiones de EEUU a sus socios comerciales: Complacer a Washington o rechazar el boicot contra Huawei

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Por Redacción Conciencia Pública //

En la guerra contra el gigante chino, Estados Unidos presiona a otros países del mundo a sumarse a las sanciones contra Huawei con lo que se divide la comunidad internacional y extiende el conflicto a otros naciones que no tienen vela en el entierro. 

Poco a poco sus principales socios se convierten en los rehenes de su ‘guerra’ contra el gigante chino, opinan distintos expertos entrevistados por Sputnik.

Es el caso de los operadores japoneses de telecomunicaciones como SoftBank, NTT Docomo y KDDI que anunciaron que aplazarán las ventas de nuevos modelos de teléfonos de Huawei y detendrán la recepción de pedidos preliminares. Como principal socio de EEUU, Japón es el más sensible a la presión ejercida por Washington, opina el experto Zhou Yong del Instituto de Relaciones Internacionales de China.

“Claro está que los emprendedores japoneses están bajo influencia del Gobierno estadounidense. Es más probable que rompan sus lazos con Huawei pero continúen apoyando sus negocios con EEUU. El mercado estadounidense es la principal fuente de desarrollo para las empresas de Japón. Rechazar a Huawei para el país asiático es como sacrificar a un peón en el tablero de ajedrez  para salvar a la reina», considera Zhou Yong.

Pero no todas las empresas de Japón se apresuran a romper sus relaciones con el gigante tecnológico chino. Panasonic desmintió la información difundida por varios medios de que la empresa había detenido los suministros de varios componentes para productos de Huawei. En la compañía japonesa enfatizaron que Panasonic continúa suministrando sus productos y servicios para Huawei, que sigue siendo su socio más importante.

EEUU presiona también a Corea del Sur y este país trata de contrarrestar la demanda para que Seúl presione a sus empresas tecnológicas y no permita la expansión del equipamiento de Huawei en los países del Sudeste Asiático. Corea del Sur se arriesga a convertirse en el principal perdedor en la guerra desencadenada por Washington contra la empresa china. Tan solo un comunicado acerca de que Seúl había abordado con Washington el problema de seguridad de las redes 5G provocó el desplome del 6,35% de los valores del operador surcoreano LG U+.  

La causa de su devaluación está clara: desde 2012 LG U+ ha estado construyendo una red de comunicaciones inalámbricas LTE en Seúl y utilizó los equipos producidos por Huawei. Ahora el operador de comunicación móvil trata de desarrollar en base al equipamiento de Huawei las redes de quinta generación. Según el periódico Maeil, las ventas anuales de Huawei  alcanzan entre 170 millones y 250 millones de dólares en el mercado surcoreano.

Además, la empresa Koscom que asegura el funcionamiento de la bolsa surcoreana, el grupo financiero Nonghyup, el principal navegador del país Naver y el grupo automovilístico Hyundai Motors, entre otras empresas, utilizan el equipamiento producido por Huawei. Esta es la razón por la que el rechazo de los productos chinos es capaz de provocar serias pérdidas financieras, considera Chung Jae-hung, empleado del Instituto Sejong.

«Corea del Sur no es una colonia de EEUU. Por eso no se puede hablar de que los Gobiernos de estos países puedan limitar el número de acuerdos entre las empresas surcoreanas y las de China. LG U+ y otras compañías de Corea del Sur utilizan el equipamiento de Huawei por su rentabilidad. Las corporaciones deben tomar decisiones por sí mismas y la interferencia del Gobierno sería un error», aseveró Jae-hung.

Según el experto, Seúl teme a las medidas con las que China podría responder en caso de que las autoridades surcoreanas decidan seguir a las de EEUU e introduzcan sanciones contra Huawei. En Corea del Sur todavía recuerdan la dura respuesta que China dio al despliegue de los sistemas estadounidenses de defensa aérea THAAD. Seúl no quiere situarse entre la espada y la pared, considera Jae-hung.

De esta manera el posible cierre del mercado chino podría asestar un duro golpe contra la economía surcoreana ya que tan solo Huawei adquiere anualmente mercancías surcoreanas por más de 10.000 millones de dólares.  Según el reporte de Samsung Electronics, Huawei ocupó el cuarto lugar en la lista de los mayores compradores de semiconductores surcoreanos en el primer trimestre de este año.

Aunque los Estados que forman parte de la alianza de inteligencia Cinco Ojos como Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda también se sumaron a la política de Washington aplicada respecto a Huawei, no todos los países del mundo pueden dictar su voluntad a las empresas, opina Zhou Rong.

«Muchas empresas no van a actuar en detrimento de sus propios ingresos solo para satisfacer a EEUU. Es más probable que empiecen a analizar qué es lo más beneficioso para ellas: complacer a Washington o rechazar el boicot contra Huawei. Paulatinamente llegarán a la conclusión de que seguir la política de EEUU causará más daños que beneficios», concluyó.

Ex estratega de Trump festeja el «asesinato de Huawei»

Por Alfredo Jalife-Rahme //

El anterior estratega de la elección de Trump en 2016, Steve Bannon, levanta la puja contra China y considera que el «asesinato» de la empresa de telecomunicaciones Huawei, a la que exige sacar del mercado de capitales de EEUU, «es 10 veces más importante que conseguir un arreglo comercial» con Pekín.

La guerra comercial de Trump contra China se ha agudizado de forma dramática con la prohibición de Google/Alphabet de usar su sistema operativo Android y Google Play a Huawei.

Si la extrema dureza de Trump contra China llama poderosamente la atención, las incendiarias declaraciones de Steve Bannon incitan a una guerra total contra Pekín en los ámbitos tecnológico y financiero/económico, que naturalmente rebasan el mero aspecto comercial de la guerra de tarifas impuestas por Trump desde hace un año.

Steve Bannon, quien fue echado de la Casa Blanca por Trump por sus ataques indiscretos contra la familia del  presidente 45 en el libro ‘Fuego y furia’ de Michael Wolff, sabe mucho de finanzas por haber sido funcionario del omnipotente banco de inversiones Goldman Sachs de donde también proviene el secretario del Tesoro, el israelí-estadunidense Steve Mnuchin quien ha adoptado una postura más diplómática.

Bannon afirma que Trump no se detendrá con el exorcismo decretado contra Huawei mediante una ‘orden ejecutiva’, sino que contempla «planes para excluir a todas las empresas chinas de los mercados de capitales de EEUU».

En una entrevista exclusiva para South China Morning Post, con sede en Hong Kong y propiedad de Alibaba, Bannon fulminó que se trata de «un asunto de masiva seguridad nacional para Occidente (sic)» ya que Huawei «es una mayúscula amenaza a la seguridad nacional, no solo para EEUU, sino para el resto del mundo. Y vamos a obliterarla».

SCMP comenta que Bannon «no elaboró los supuestos riesgos específicos a la seguridad de los productos de Huawei» y refiere que Alemania tampoco ha encontrado «una evidencia dura para apoyar los alegatos de EEUU».

Bannon criticó el ‘error’ de Trump de haber levantado sanciones similares el pasado julio contra la empresa china de telecomunicaciones ZTE.

El ideólogo y estratega de Trump no oculta que el objetivo es librar una «guerra económica» contra China para obligar a Pekín a adoptar reformas fundamentales (sic): «No pienso que esto se resuelva pronto. Es el inicio de un proceso duro y muy largo» y prometió presionar en forma «implacable».

Es obvio que las cantadas ‘reformas fundamentales’, que equivalen a una capitulación, no serán aceptadas por China.

Bannon coloca el ‘tema China’ como «central en la campaña de 2020» cuando augura sin tapujos la reelección de Trump. Y aún en el caso remoto de que perdiese, asevera que «un demócrata será tan duro con Pekín como Trump».

Sentencia que «la gente de Wall Street intenta proyectar el temor de que el mercado de valores colapsará si Trump no consigue un acuerdo comercial. Todo son mentiras».

Como que Bannon se contradice con sus amenazas financieras para expulsar a China de los mercados de capitales en EEUU cuando también arremete contra los «corporativistas de Wall Street» que han colaborado con la clase dirigente de China para preservar «un sistema inicuo» que daña los intereses de los trabajadores estadunidenses del cinturón industrial (Rust Belt) que fueron catalogados por Hillary Clinton como ‘deplorables’.

Bannon oculta que parte del triunfo de Trump se debió también a la movilización supremacista de los WASP (White AngloSaxon Protestant: blancos protestantes anglosajones) en el Cinturón Bíblico (Bible Belt).

Hoy Bannon preside el ominoso Comité del Peligro Presente (Committee On The Present Danger), un grupo fascistoide de la Guerra Fría que combatió al comunismo y hoy tiene como objetivo luchar contra el Partido Comunista chino.

El anterior ideólogo de Trump, quien dice comunicarse con el presidente a través de «sus abogados» y no directamente, amenazó con las siguientes jugadas financieras para cortar de tajo las Ofertas Públicas Iniciales (IPOs, por sus siglas en inglés) —lanzamientos de acciones iniciales de las empresas chinas en Wall Street—, además de «cerrar todos los fondos de pensiones y las compañías de seguros de EEUU que proveen capitales al Partido Comunista Chino», lo cual provocará «un gran movimiento en Wall Street para restringir el acceso a las empresas chinas en los mercados de capitales hasta que acepten esta reforma fundamental».

Reconoce «estar más a la derecha que el presidente Trump» en el tema de China, y «se enorgullece de ello. De ser un superhalcón».

La dureza de Bannon es ilimitada, pero también puede ser teatral ante el esperado encuentro que tendrá Trump con el mandarín Xi —y también con el zar Vlady Putin, aunque no ha sido confirmado por el Kremlin— al margen de la disfuncional Cumbre del G20 en Osaka (Japón) el 28 y 29 de junio, donde no se puede eliminar la hipótesis de un arreglo del tipo ‘ganar-ganar’.

No fue gratuita la selección de la entrevista de Bannon al portal chino SCMP con sede en Hong Kong para amedrentar directamente a la dirigencia china. El grave problema es que no da margen para negociación alguna al declarar la guerra tecnológica, financiera y económica contra China, lo cual puede sonar muy exuberante ya que China cuenta con varias armas en su arsenal de represalias que van desde la devaluación de su divisa, el yuan, pasando por la liquidación de sus bonos del Tesoro estadunidenses hasta su ‘opción nuclear’, así bautizada, de cesar la venta de los ‘rare earth minerals’ (minerales de tierras raras) tan vitales para los componentes militares modernos de EEUU.

No pasó nada desapercibida la visita del mandarín Xi Jinping, acompañado de Liu He, el vice primer ministro a cargo de las negociaciones comerciales con la contraparte estadunidense, a una empresa operativa de minerales de tierras raras en la ciudad de Ganzhou, en la provincia oriental de Jiangxi. Según el portal chino Global Times, «muchos han sugerido que China limite sus exportaciones de minerales de tierras raras a EEUU como una contramedida a la decisión de EEUU de asestar tarifas en bienes chinos y cortar el abasto de semiconductores a las empresas chinas».

Cabe señalar que China es el mayor productor del mundo de minerales de tierras raras —más del 90% del suministro global— que son vitales para productos avanzados desde los aviones hasta los semiconductores, lo cual puede perjudicar no solamente a EEUU, sino también a Japón.

Cabe señalar en forma significativa y conveniente que los minerales de tierras raras no han sido incluidos en la ‘lista negra’ del alza de las tarifas propinada por Trump.

La visita de Xi fue también simbólica ya que rindió homenaje a un monumento en Yudu (un barrio de Ganzhou) que marcó el inicio de la ‘larga marcha’ del Partido Comunista hace 85 años, lo cual puede significar que la dirigencia china está dispuesta a una nueva «larga marcha tecnológica y financiera» en su guerra comercial contra EEUU.

Pero a Bannon nada lo detiene y en una entrevista para Fox News, después de alardear del triunfo del ‘nacionalismo económico’, mezclado de la extrema derecha populista, en las elecciones para el Parlamento Europeo, desechó las represalias de China de prohibir las exportaciones de minerales de tierras raras y se burla de que Pekín lo haya nombrado su «principal enemigo público».

La televisión china CCTV calificó a Bannon de «verdadero enemigo de EEUU».

(Cortesía de Sputnik, agencia rusa de noticias)

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La moderación sobre el radicalismo

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Opinión, por Miguel Anaya //

Durante años, en muchos rincones del mundo, la política pareció perder el centro. Ante el desencanto con partidos tradicionales y líderes que parecían cada vez más desconectados de las necesidades reales de la población, surgieron figuras que ofrecían rupturas radicales. Hombres y mujeres que hablaban con fuerza, que desafiaban las reglas, que prometían sacudir el sistema.

Y durante un tiempo, muchos ciudadanos, cansados de discursos acartonados que no resolvían de fondo las cosas, votaron candidaturas radicales.

El fenómeno no fue exclusivo de una región. En Estados Unidos, Donald Trump desafió el statu quo con un estilo confrontativo que rompió moldes. En Argentina, Javier Milei llegó a la presidencia con un discurso antisistema que canalizó la frustración de millones. En Italia, Giorgia Meloni representó un giro radical con raíces nacionalistas profundas, incluso en Nuevo León se eligió a Samuel García. Estas victorias compartían un mismo origen: la idea de que la política tradicional había fallado.

No solo fueron los errores de gestión o la corrupción los que abrieron paso a este péndulo hacia los extremos. También influyó la imposición de ciertas visiones ideológicas que no terminaron de convencer a la mayoría. Muchos ciudadanos sintieron que los discursos públicos dejaron de reflejar sus inquietudes reales, que los gobiernos se ocupaban más de debates abstractos que de cosas concretas: el precio de los alimentos, la calidad de la educación, la inseguridad en las calles. Ante eso, muchos decidieron voltear al extremo, al que gritaba más fuerte, al que prometía barrer con todo, al que hacía más espectáculo.

Pero esa misma fuerza que los llevó al poder, en muchos casos, también los expuso. Las promesas imposibles, el tono agresivo, la falta de resultados tangibles, los shows montados cada vez más vacíos, terminaron desilusionando a buena parte de sus electores. Poco a poco comenzó el retorno a la moderación. No como una vuelta nostálgica al pasado, sino como una necesidad práctica.

La reciente elección en Canadá es un reflejo claro de este giro. Contra lo impensable hace apenas unas semanas, el liberal Mark Carney, un tecnócrata sin experiencia electoral, venció al conservador Pierre Poilievre, quien había liderado las encuestas durante meses con un discurso duro, directo y populista.

Carney no es un político de carrera, es un economista de prestigio internacional, exgobernador de los bancos centrales de Canadá y del Reino Unido. Su estilo no es carismático ni electrizante. Pero en un momento en que el país enfrenta incertidumbres económicas y tensiones diplomáticas, su figura representó algo muy valioso: confianza, estabilidad y claridad.

Poilievre, por su parte, apostó por una narrativa confrontativa. Atacó al gobierno saliente, prometió recortes masivos y se mostró abiertamente cercano a la agenda trumpista. En tiempos recientes, eso había sido una receta ganadora. Pero esta vez la estrategia no funcionó. La gente no quiso más ruido.

Esa reacción del electorado canadiense no es un hecho aislado. En Francia, el presidente Macron logró frenar a los radicales. En España, el PSOE logró mantener el poder pese a la presión de una coalición entre conservadores y extremistas. Incluso en países donde estas opciones si ganaron las elecciones, hoy enfrentan desgaste acelerado.

¿Por qué? Porque la gente quiere vivir en paz. Quiere que la política se ocupe de lo importante: la salud pública, la educación, la seguridad en las calles, la posibilidad de tener un empleo digno. Ni la revolución constante ni el inmovilismo absoluto ofrecen eso. El equilibrio sí.

La mesura no es una debilidad. Es una forma de reconocer la complejidad del mundo. Gobernar así es difícil, porque implica negociar, escuchar, ceder a veces. Pero también es la única forma sostenible de liderar sociedades diversas y modernas sin vivir en conflicto permanente. Las sacudidas son importantes, pero no se puede vivir en la incertidumbre constante (las caídas de las bolsas de Nueva York nos lo muestran claramente).

Lo de Canadá es una historia que vale la pena contar, no porque sea espectacular, sino precisamente porque no lo es. Es el relato de una sociedad que eligió con la cabeza fría, que prefirió a alguien que no buscó incendiar el país, sino repararlo. Cuando se apagan los gritos y las luces de la espectacularidad, lo que queda son las decisiones y acciones que realmente cambian la vida de las personas.

Quitemos el show de la política, de las decisiones públicas. Pensemos en sociedad, en agendas que favorezcan a la mayoría a largo plazo, seamos empáticos, construyamos desde la comunidad y desde el entendimiento. No es una receta mágica, es un remedio lógico.

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God bless you, Mr. Trumpapa

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Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

A quienes los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco, sentenciaron los griegos antiguos. Si aunamos la soberbia, la locura a la estupidez, podremos comprender la foto que la cuenta oficial del presidente Donald Trump publicó, en la que aparece como el nuevo Papa.

Burlarse de las creencias de la gente, sea cual fuere su religión, no es cualquier cosa. La reacción de los católicos a lo que se considera una blasfemia es una de las primeras manifestaciones de rechazo.

¿En qué cabeza cabe hacer este tipo de “chistosadas”? No es un meme que “alguien” publicó. Proviene de una cuenta oficial de Trump. En momentos donde todavía la grey católica mundial llora la muerte del Papa Francisco y en espera que se nombre al nuevo Vicario de Cristo, se antoja que, efectivamente, lo haya confeccionado y aprobado un loco, ensoberbecido por el poder del imperio otrora amo del mundo.

Roma comenzó su decadencia con los emperadores insanos, con Tiberio a la cabeza; enseguida otro no menos “zafado” como lo fue Calígula; Nerón, el piromaníaco incestuoso con su propia madre; Cómodo, el narcisista, también incestuoso con su propia hermana y el adolescente Heliogábalo, señalado como pedófilo, homosexual, sátiro y que se propuso imponer a su Dios (él nació en Siria y fue proclamado emperador a los 14 años) por encima de los dioses romanos.

¿A qué viene todo esto? Al imperio yanqui, otrora dueño del planeta, sólo le faltaba un “emperador” de la talla de los antes señalados para comprobar la decadencia que vive este “reino” en estos tiempos.

Esta pifia no va a pasar desapercibida. No es una “bromita” cualquiera. Es una declaración de guerra en contra de los católicos y en Estados Unidos de Norteamérica hay millones, sobre todo los de origen irlandés, italiano y latinoamericano.

José Saramago, escritor portugués, escribió en uno de sus geniales textos: “Los dioses, pienso yo, sólo existen en el cerebro humano, prosperan o se deterioran dentro del mismo universo que los ha inventado, pero ‘el factor Dios’ está presente en la vida como si, efectivamente, fuese dueño y señor de ella. No es un Dios, sino ‘el factor Dios’ el que se exhibe en los billetes de dólar y se muestra en los carteles que piden la bendición divina para América (la de Estados Unidos, no la otra).

Y fue el factor Dios lo que se transformó el dios islámico, que lanzó contra las torres del World Trade Center los aviones suicidas contra los desprecios y en venganza por las humillaciones sufridas por creer en ese dios.

Ese factor Dios es terriblemente igual en todos los seres humanos, dondequiera que estén y sea cual fuere la religión que profesen. Ese que ha intoxicado el pensamiento y abierto las puertas a la intolerancia más sórdida, que solo respeta aquello que se le manda creer; el que, después de presumir haber hecho de la bestia un hombre, terminó por hacer del hombre una bestia.

Esa “bestialidad” del hombre surge al volverse irracional y una de las condicionantes para perder la mesura es que “alguien” se atreva a burlarse de su dios, de su religión, de su clero.

Ahmed Salman Ruashdie, escritor hindú, de nacionalidad inglesa, sufrió por años el claustro obligado, luego de la sentencia de muerte que le fue proferida por los altos clérigos islámicos, quienes consideraron que su libro Versos Satánicos atentaba en contra del Islam.

En México no cantamos mal las rancheras. La guerra cristera se dio por varios y variados factores que motivaron a los católicos, sobre todo a los de la zona de Los Altos de Jalisco y el Bajío.

Muerte, destrucción, barbarie, fueron los resultados de esta guerra en la que participaron incluso sacerdotes católicos que desestabilizó la paz social en los años 20.

Donald Trump no es ningún comediante. Adolece de humor y no tiene vis cómica. Por tanto, su gracejada no será sólo anecdótica. Tendrá consecuencias políticas, sociales y quizá hasta económicas.

La grey católica no dejará pasar la oportunidad de arremeter contra Donald. Esa irreverencia, esa blasfemia (así la consideran los católicos) ha dolido en lo más profundo de la sensibilidad de los creyentes.

Entonces, bajo esa óptica, el imperio de los Estados Unidos de Norteamérica ya tiene su “emperador” demente. Ya solo falta ver cómo y cuándo se derrumba, y no por el escándalo que ha generado su meme donde aparece como el Papa, sino por las “locuras” económicas que ha impuesto “su majestad” y que -dicen los enterados de la economía- habrán de regresarse con creces y de manera destructiva a su nación.

¿No tendrá Donald Trump alguien con mediana inteligencia en su staff de asesores como para que le adviertan que su soberbia, su demencia le acarreará la perdición, no solo a su persona, sino a su país? Ahí se deja esa interrogante.

God bless you, Mr. Trumpapa.

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La batalla por la autonomía financiera: Alternativas al SWIFT en un mundo en desdolarización

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Actualidad, por Alberto Gómez R. //

(Parte 1) En las últimas décadas, el sistema SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication) ha sido la columna vertebral de las transacciones financieras globales, facilitando el flujo de más de 40 millones de mensajes diarios entre bancos en 200 países. Sin embargo, su dominio —y el del dólar estadounidense que lo sustenta— está siendo desafiado por una ola de iniciativas que buscan reducir la dependencia de Estados Unidos y reconfigurar el orden económico internacional.

Desde proyectos tecnológicos como mBridge hasta alianzas geopolíticas como las impulsadas por los BRICS, el mundo asiste a una carrera por crear infraestructuras financieras alternativas que reflejen un nuevo equilibrio de poder.

La caída del poderío del imperio económico de los Estados Unidos, mantenido principalmente por el dólar como moneda de reserva y comercio internacional, está llegando a su fin, sobre todo en el contexto de fuertes agresiones comerciales iniciadas el 20 de enero del 2025, día en que Donald Trump asumió la presidencia de aquel país por segunda ocasión, con el supuesto objetivo de “hacer grande a América otra vez” (MAGA), el tema y lema de la campaña que lo llevó a la Casa Blanca en las elecciones de 2024. A partir de ese mismo momento, el ahora presidente estadounidense, comenzó una carrera para intentar mantener a flote la economía de su país, a través de una fuerte estrategia de intimidación para lograr negociar lo que a su parecer es mejor para Estados Unidos.

EL SWIFT Y SU PAPEL EN LA HEGEMONÍA DEL DÓLAR

Fundado en 1973, 239 bancos de 15 países crearon la red SWIFT (siglas de Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), con el objetivo de hacerlos más rápidos, fáciles y seguros. Casi medio siglo después, SWIFT conecta a más de 11.000 entidades financieras y más de 200 países y territorios entre sí, que han logrado estandarizar el proceso para que se complete en plazos de entre 24 y 48 horas; no es un sistema de pagos en sí mismo, sino una red de mensajería que estandariza las órdenes de transferencia entre instituciones financieras. Su relevancia radica en que el 90% de las transacciones internacionales se liquidan en dólares, lo que otorga a Estados Unidos un poder de vigilancia y sanción sin precedentes.

Como señaló la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, durante el Foro Económico Internacional de San Petersburgo en 2023: «Debemos comerciar en nuestras monedas y crear canales de pago distintos a esta red controlada por Occidente».

El sistema se basa en el intercambio rápido y seguro de información sobre las transacciones financieras (ya sean pagos, avales, garantías, información de cuentas…) que tienen lugar entre entidades de distintas áreas globales. Cada entidad cuenta con un código único compuesto por una serie de entre 8 y 11 dígitos, que identifican la entidad, el país al que pertenece y la localidad en la que se encuentra su sede central. Es el código SWIFT, también conocido como BIC (por las siglas en inglés de Código de Identificación Bancaria).

Para el intercambio de esta información cuenta con SWIFTNet, una plataforma de mensajería que facilita estas comunicaciones y aloja cuatro servicios: FIN, el servicio de mensajería más antiguo, permite intercambiar mensajes individuales en formatos estándar ampliamente aceptados por toda la comunidad financiera; InterAct permite, además, intercambiar mensajes en formatos privados y es más flexible; FileAct facilita la transferencia de archivos, por ejemplo, el envío de grandes lotes de pagos internacionales; y WebAccess habilita para sus miembros la navegación segura por las páginas web financieras. (bbva.com)

Este monopolio se ha convertido en un arma geopolítica. En 2022, la exclusión de bancos rusos de SWIFT tras la invasión a Ucrania aceleró la búsqueda de alternativas. Rusia, China y otros países perciben ahora la urgencia de construir sistemas que eviten lo que el senador estadounidense Marco Rubio llamó «el poder de estrangular economías enteras».

MBRIDGE: LA APUESTA ASIÁTICA POR LAS CBDCs

Uno de los proyectos más avanzados es mBridge, una plataforma de pagos transfronterizos basada en monedas digitales de bancos centrales (CBDC). Desarrollado por el Banco de Pagos Internacionales (BIS) junto a China, Hong Kong, Tailandia, Emiratos Árabes Unidos y, recientemente, Arabia Saudita, mBridge utiliza tecnología de ledger distribuido para eliminar intermediarios y reducir costos. En pruebas realizadas en 2024, una transacción entre Abu Dabi y Beijing se completó en solo 10 segundos, frente a los días que puede tomar el sistema tradicional.

Según Josh Lipsky del Atlantic Council, mBridge «podría redefinir cómo se liquidan las materias primas, especialmente el petróleo, sin depender del dólar». Este proyecto no solo tecnifica las transacciones, sino que simboliza un cambio estratégico: países como Arabia Saudita, históricamente aliados de EE.UU., ahora exploran vías para comerciar petróleo en yuanes o CBDCs, erosionando el pacto del petrodólar establecido en 1974.

El proyecto mBridge alcanzó la etapa de producto mínimo viable (MVP) a mediados de 2024. El proyecto buscaba explorar una plataforma de moneda digital multibanco central (CBDC) compartida entre los bancos centrales y comerciales participantes, basada en tecnología de registro distribuido (DLT) para permitir pagos y liquidaciones transfronterizas instantáneas.

El Proyecto mBridge fue el resultado de una amplia colaboración iniciada en 2021 entre el Centro de Innovación del BPI (Banco de Pagos Internacionales), el Banco de Tailandia, el Banco Central de los Emiratos Árabes Unidos, el Instituto de Moneda Digital del Banco Popular de China y la Autoridad Monetaria de Hong Kong. El Banco Central Saudí se unió en 2024.

El proyecto tuvo como objetivo abordar algunas de las principales ineficiencias en los pagos transfronterizos, como los altos costos, la baja velocidad y las complejidades operativas. También abordó las preocupaciones sobre la inclusión financiera, especialmente en jurisdicciones donde la banca corresponsal (que conecta a los países con el sistema financiero global) ha estado en declive, lo que ha generado costos y retrasos adicionales.

Los acuerdos multi-CBDC que conectan diferentes jurisdicciones en una única infraestructura técnica común ofrecen un gran potencial para mejorar el sistema actual y permitir que los pagos transfronterizos sean inmediatos, económicos y universalmente accesibles con liquidación final.

Se creó una plataforma basada en una nueva cadena de bloques, mBridge Ledger, para facilitar pagos transfronterizos y transacciones de divisas entre pares en tiempo real. En 2022, se llevó a cabo un piloto con transacciones de valor real. El equipo del proyecto mBridge exploró posteriormente si la plataforma prototipo podía evolucionar hasta convertirse en un MVP.

Para lograrlo, los cuatro bancos centrales y autoridades monetarias participantes fundadores desplegaron un nodo de validación, mientras que los bancos comerciales realizaron más transacciones de valor real en preparación para el lanzamiento del MVP. Paralelamente, el comité directivo del proyecto creó un marco legal y de gobernanza a medida, que incluye un reglamento, adaptado a la naturaleza descentralizada única de la plataforma.

La plataforma MVP está habilitada para realizar transacciones de valor real (sujeta a la preparación jurisdiccional) y también es compatible con la Máquina Virtual de Ethereum -la criptomoneda. Esto le permitió servir como banco de pruebas para soluciones tecnológicas complementarias, nuevos casos de uso y la interoperabilidad con otras plataformas. El BPI anunció en octubre de 2024 que cedería el proyecto a los socios. (bis.org)

continuará…

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