MUNDO
La carrera por ser el país número uno del mundo: Los puntos débiles de China en la competencia con EEUU

Política Global, por Raúl Zibechi //
(Sputnik Noticias). Cuando se analiza la realidad geopolítica y, en particular, la decadencia de la dominación estadounidense, tienden a simplificarse tanto la rapidez de su caída como la velocidad de ascenso de sus competidores. Como si el deseo de un cambio en la relación de fuerzas global, sustituyera el análisis sereno de los hechos.
Así, se destaca la idea de la superioridad tecnológica de China frente a Silicon Valley, algo que la realidad contradice. Aunque es cierto que el dragón está alcanzando al águila en casi todos los terrenos, aún falta un tiempo para que esto se concrete.
Como ejemplo, colocaré algo que analicé meses atrás y se relaciona con la rápida construcción y despliegue de portaviones por parte de China, lo que podría llevarla a equipararse con la flota estadounidense en un par de décadas.
Aunque China está fabricando su cuarto portaviones, recientes informes destacan que el navío, el primero construido íntegramente en el país, tiene limitaciones de combustible que le otorgan autonomía de apenas seis días de navegación, en contraste con la extensa capacidad de los portaviones de EEUU dotados de energía nuclear.
Pretendo indagar en algunas de las debilidades de China, que se suman a la contraofensiva de la Casa Blanca y que pueden retrasar aunque no impedir que se convierta en el nuevo hegemón mundial.
La primera es la cuestión demográfica. La población china envejece de forma muy rápida, al punto que en 2030, el 25% tendrá más de 65 años. Según estimaciones, la fuerza de trabajo alcanzó su pico en 2011 y comenzó a decaer, en tanto la población total disminuirá en 400 millones hasta el fin del siglo.
La cuestión demográfica es un problema mayor, ya que China ancló su impresionante crecimiento económico en una mano de obra abundante y barata que ahora comienza a ralear. Algunos especialistas estiman que China tendrá uno de los peores perfiles demográficos del mundo, cuando llegó a tener uno de los mejores.
La segunda es la existencia de una estructura política muy centralizada, algo que parece haberse agudizado desde la llegada de Xi Jinping a la cúspide del Estado y del Partido Comunista. El centralismo excesivo, un mal que padeció la Unión Soviética, tiende a sofocar la iniciativa de personas e instituciones y a socavar la innovación, un aspecto decisivo en la fortaleza actual de las naciones.
El mandato de Xi se inició en 2012 y supuso el viraje más importante desde el fin de la Revolución Cultural y la apertura de la economía impulsada por Deng Xiaoping.
«A Xi se le atribuye una predilección por el control estatal de la economía que marque de cerca la impronta del sector privado», señala Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China.
El problema es que el control puede asfixiar la creación por la rigidez de las instituciones, como ha sucedido en tantas experiencias históricas.
De hecho, Xi ha sido elevado al nivel de Mao Tse Tung, algo impensable tiempo atrás. En efecto, el XIX Congreso del partido celebrado en 2017 ha reforzado su liderazgo, pero, como señala Ríos, su ascenso ha estado acompañado de un creciente culto a la personalidad, la eliminación del límite de los dos mandatos, el cuestionamiento de las reglas del proceso sucesorio y el abandono del consenso.
Cuestiones que pusieron fin a una larga etapa de estabilidad institucional que «abre un horizonte de incertidumbre respecto al futuro político del Partido Comunista».
No pretendo apuntar que China entrará en crisis política o económica, sino que en el aspecto económico, como en el político, presenta alguna debilidades que no debemos pasar por alto, a riesgo de subestimar la capacidad de EEUU de contraatacar en los puntos más frágiles del que definió como su principal adversario estratégico.
A los elementos señalados podrían sumarse otros. Uno de ellos son las élites económicas chinas, que estarían buscando salir del país y que no necesariamente apuestan por el actual Gobierno y sus objetivos nacionales.
Otra incógnita que habrá de dilucidarse en los próximos meses, es la capacidad de Huawei de afrontar el desafío de la Administración Trump. Al respecto, abundan los análisis más contradictorios, pero los datos fríos señalan que la guerra tecnológica puede no tener un ganador claro en el corto plazo.
«Washington no parece haber considerado que los principales diseñadores de chips dependen del mercado asiático. El 20% de los ingresos de Intel provienen de China, Singapur y Taiwán. El 52% de los ingresos de Qualcomm vienen de sus ventas en China y otro 16% a Corea del Sur. Nvidia obtiene el 38% de sus ventas en Taiwán, el 16% en China y un 15% en el resto de Asia», señala el economista David P. Goldman en Asia Times.
En este sentido, un dato que puede ayudar a comprender dónde estamos, es el ‘ranking T0P500’, de los superordenadores con mayor rendimiento del mundo, que se emite dos veces al año.
En junio de 2013 una supercomputadora china pasó a ocupar el primer lugar de la clasificación, desplazando por primera vez a sus pares de EEUU y Japón. Pero en junio de 2018, los ordenadores de EEUU volvieron a ocupar las primeras posiciones, desplazando a los chinos.
El panorama actual dice que China crece de forma exponencial como fabricante de superordenadores, alcanzando el 45% de los 500 más eficientes con el doble de los que presenta EEUU. Pero los chinos son menos eficientes y los fabricantes estadounidenses, como Intel, llevan ventaja en las tecnologías más avanzadas y en particular en la estratégica fabricación de semiconductores.
Con lo anterior quiero enfatizar que ambas naciones tienen vulnerabilidades, que la inevitable ascensión del dragón será más lenta de lo previsible y que la competencia entre ellas se está convirtiendo en la seña de identidad del siglo XXI. Ambas potencias no se engañan acerca de las debilidades de la otra, e incluso de las propias, como lo revelan los informes de las agencias seguridad de EEUU y los análisis del Gobierno chino. Claridad de análisis que hará más cerrada la rivalidad y más incierto su desenlace.
MUNDO
Sensacionalismo mediático: Alimentando el miedo a una Tercera Guerra Mundial

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El sábado pasado, el mundo despertó con la noticia de que Estados Unidos bombardeó instalaciones nucleares cerca de Teherán, utilizando bombarderos furtivos B-2, bombas antibúnker GBU-57 y misiles Tomahawk lanzados desde submarinos y destructores.
Este ataque a tres puntos estratégicos intensificó la tensión global en un contexto ya marcado por la incertidumbre del gobierno de Donald Trump. Sus políticas, desde aranceles arbitrarios hasta conflictos comerciales con aliados como México y Canadá, han generado inestabilidad, amplificada por medios sensacionalistas que, a través de redes sociales, alimentan el miedo a una tercera guerra mundial entre audiencias influenciables.
El conflicto comenzó con ataques israelíes contra Irán, basados en la supuesta inminencia de una bomba nuclear iraní. Irán respondió impactando misiles en el complejo militar Kirya en Tel Aviv, exponiendo la vulnerabilidad del sistema defensivo israelí, incluida su Cúpula de Hierro.
Trump, alineándose con Israel, decidió intervenir sin pruebas claras que justifiquen la acción, evocando el precedente de George W. Bush, quien en 2003 invadió Irak con falsas acusaciones sobre armas de destrucción masiva. Esta repetición de tácticas imperiales para preservar la hegemonía estadounidense genera escepticismo global. ¿Quién confía en Trump, cuya facilidad para distorsionar la verdad es bien conocida?
Tras ganar las elecciones en noviembre de 2024, Trump prometió evitar “guerras eternas”, pero su retórica belicosa, incluyendo amenazas contra el líder supremo iraní Ali Khamenei, contradice esa postura. Su decisión arriesga un conflicto de consecuencias impredecibles, especialmente si Irán contraataca bases estadounidenses en la región.
Los medios sensacionalistas, amplificados por plataformas digitales, convierten esta crisis en un espectáculo de paranoia, presentando el conflicto como el preludio de una guerra global. Sin embargo, un análisis racional sugiere que las condiciones para una escalada de esa magnitud son limitadas, particularmente por la postura de China y Rusia, aliados históricos de Irán.
CHINA: CAUTELA ESTRATÉGICA
China ha optado por posicionarse como mediador, proyectando una imagen de actor responsable en la escena global. Los aviones chinos detectados rumbo a Irán probablemente buscaban evacuar personal, no brindar apoyo militar. Una guerra prolongada elevaría los precios del petróleo, afectando la economía china, que depende de la estabilidad energética.
Pekín podría recurrir a presión diplomática o sanciones económicas contra Estados Unidos, pero una intervención militar es improbable, dado el riesgo de desestabilizar sus relaciones con Occidente. Los medios sensacionalistas, sin embargo, exageran el rol de China, generando temor infundado entre quienes consumen titulares alarmistas sin cuestionarlos.
RUSIA: OPORTUNISMO LIMITADO
Rusia, enfrascada en su conflicto con Ucrania, ve en la crisis una oportunidad para distraer a EEUU y debilitar su apoyo a Kiev. Sin embargo, su respaldo a Irán ha sido mínimo, sin evidencia de asistencia militar directa. Moscú podría negociar beneficios, como alivio en sanciones por Ucrania, a cambio de mantenerse al margen. Aunque podría ofrecer inteligencia o logística a Irán si el conflicto escala, una intervención activa es poco probable.
Los titulares que predicen una coalición Rusia-Irán son exageraciones mediáticas que alimentan la paranoia de una guerra global, ignorando los cálculos estratégicos de Moscú.
FACTORES QUE LIMITAN LA ESCALADA
Irán ha advertido que la intervención de EE. UU. podría desencadenar una “guerra total”, pero su capacidad militar está mermada tras los ataques israelíes a sus defensas aéreas y sitios nucleares. China y Rusia priorizan su estabilidad interna y económica, evitando un enfrentamiento directo con EE. UU. e Israel. Ambos países podrían buscar influencia mediante soluciones diplomáticas, no militares. Los medios sensacionalistas, sin embargo, capitalizan el miedo, magnificando la amenaza y omitiendo el contexto geopolítico que desinfla la narrativa de una guerra mundial inminente.
IMPLICACIONES PARA MÉXICO
Para México, el conflicto tiene repercusiones económicas y políticas significativas. Un aumento en los precios del petróleo por la guerra beneficiaría temporalmente a Pemex, pero elevaría los costos de combustibles, impactando la inflación y el bienestar de los mexicanos. Además, la presión de EEUU para alinear a México en su agenda podría complicar la política de no intervención del país, un principio histórico de su diplomacia.
La intervención de Estados Unidos en Irán es un movimiento arriesgado de Trump para reafirmar la hegemonía estadounidense, sin evidencia sólida que lo respalde. Los medios sensacionalistas, amplificados por redes sociales, convierten esta crisis en un espectáculo de miedo, exagerando las probabilidades de una tercera guerra mundial y generando paranoia entre audiencias poco críticas.
China y Rusia, con posturas cautelosas, difícilmente escalarán militarmente, optando por maniobras diplomáticas para proteger sus intereses. En México, el conflicto amenaza con impactos económicos y diplomáticos, lo que exige un periodismo responsable que desmantele el alarmismo y fomente un análisis racional.
La ciudadanía merece información veraz, no narrativas que lucren con el temor.
CARTÓN POLÍTICO
El verdadero significado de «MAGA»
JALISCO
«No empezaré una guerra, la detendré (…) Dicen que quiero empezar guerras, no es verdad»: Donald Trump en 2024
CIERTO O FALSO
“No empezaré una guerra, la detendré (…) Dicen que quiero empezar guerras, no es verdad, quiero detener las guerras”
DISCURSO DE DONALD TRUMP TRAS GANAR ELECCIONES (6 de noviembre del 2024)
“Mediremos nuestro éxito no solo por las batallas que ganemos, sino también por las guerras que terminemos y, quizá lo más importante, por las guerras que nunca entremos”
DISCURSO DE DONALD TRUMP DE INVESTIDURA COMO PRESIDENTE (20 de enero de 2025)
“No los vamos a sacar (invasores de casas), pero sí les vamos a advertir que si no se regularizan nunca van a ser dueños de la vivienda (…) Lo que queremos es que sea de ellos y estamos planteando que la puedan adquirir a un precio muy económico en libros con un esquema de renta con opción a compra, y a los 4 o 5 años sean ya dueños de la vivienda”
OCTAVIO ROMERO OROPEZA / DIRECTOR GENERAL DEL INFONAVIT
“Existen organizaciones dedicadas a invadir casas y predios por lo que las palabras de Romero Oropeza significarían darle manga ancha y representa un atentado directo contra el derecho a la propiedad privada”
MANUEL AÑORVE / COORDINADOR DE LA FRACCIÓN DE SENADORES DEL PRI
FUEGO CRUZADO
Voz alta
Algo muy pertinente y necesario se logró el pasado viernes al sesionar el Imeplan y acordar la creación de la Agencia Metropolitana de Gestión Integral de Residuos. El único municipio que votó en contra fue el de Tlaquepaque que preside la morenista Laura Imelda Pérez Segura, que parece una decisión absurda, toda vez que el tema del manejo integral de los desperdicios en esta área conurbada debe ser un plan donde participen todos, como es el caso en el manejo de la basura que se genera. Hasta el momento no existe una explicación coherente de parte de la alcaldesa del porqué de la negativa.
LAURA IMELDA PÉREZ SEGURA. ¿Por qué votó en contra de Tlaquepaque?
Ser persistente
La persistencia de Sergio Chávez finalmente le permitió que se votara y se aprobara en la reunión del Instituto Metropolitana de Planeación (Imeplan) su propuesta de crear el que llamó el “Siapa de la basura”, lucha que inició desde el 2022. Ahora, los nueve cabildos metropolitanos deben ratificarla; con la aprobación de al menos dos, el gobernador asignará 200 millones de pesos como capital semilla para iniciar operaciones, consolidando un sistema metropolitano de gestión de residuos que busca eficiencia y sostenibilidad en la región.
SERGIO CHÁVEZ DÁVALOS. La creación del Siapa de la basura.
Dicen los que saben que el ex gobernador Enrique Alfaro está “muy tranquilo” en su primer año sabático en Madrid y contento por haber sacado el título como director técnico. Y mucho más porque por lo del Rancho Izaguirre, ya no lo citará la Fiscalía General de la República, ya que no se quiso escarbar más. Alfaro sigue siendo un personaje poderoso en Jalisco. Simplemente en Guadalajara la alcaldesa Verónica Delgadillo no le pudo decir que no a su petición de que nombrara al censor del sexenio Álvaro González como el director de Comunicación de Guadalajara, aceptando pagar el costo que ello significa.
ENRIQUE ALFARO. Acomodó al censor del sexenio Álvaro González.
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