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MUNDO

China avanza en control cibernético: Trump casi muere, Biden solo Dios sabe…

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Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

La AI es el centro de la estrategia de educación e influencia de China para su pueblo y para el mundo. En el tercer pleno del partido comunista en China encabezado por su líder Xi Jinping fue claro en utilizar a la AI para difundir y educar a las nuevas generaciones sobre las bondades del comunismo tipo China. Así las cosas, mientras en occidente nos peleamos por pronombres, por detentar el poder con mentiras en China utilizan el poder para educar en la lealtad a la política de Estado.

La ventaja de este sistema es que llega al mundo de forma instantánea, es muy fácil de operar y claro si uno tiene las herramientas suficientes puede convencer a las masas de que lo que le dicen en TikTok o en otras plataformas es la verdad absoluta.

China se asegura de que sus jóvenes amen al comunismo y vean que Occidente y sus valores como la libertad y la democracia están sobrevaluados. Lo interesante es que en occidente los jóvenes empiecen a pensar lo mismo. Con las herramientas de la AI que ya han sido utilizadas por grandes empresas occidentales para influir en elecciones de sus propios países, China sabe que el terreno está sembrado y ellos solo deben aprovechar la oportunidad.

Claro que la economía de China está sufriendo por diversas razones, al grado que varios bancos importantes han cerrado y algunos empresarios han bajado el ritmo de su inversión y producción.

Ojo, la desaceleración de China se ha venido anunciando y padeciendo por más de una década en la que suben y bajan, pero aun así su crecimiento es de muy buen tamaño en comparación con occidente. En el segundo trimestre del 2024 China creció 4.7% lo que, para nuestra pena, es muy superior a la mayoría de las naciones occidentales. Pero China lleva al menos, 4 años apostando a la educación con la AI como tutorial de alumnos, lo que ha sido un éxito. Se reportan jóvenes que eran pésimos en matemáticas y que lograron superar con buenas notas sus exámenes de secundaria y prepa después de un par de meses de ser apoyados por esa tecnología.

El uso de la AI será también para bajar los costos en otros sectores como la seguridad y la educación presencial. Pero lo más importante es que el gobierno de China se ha puesto como meta usar esta tecnología para difundir en todo el mundo su modelo de modernización y gobierno eficiente. Es interesante que, durante el pleno del partido comunista, además de cambios en posiciones importantes y de anuncios para la lucha en contra de la corrupción, no faltó una foto alterada con AI que dio la vuelta al mundo como noticia diciendo que Xi había tenido un derrame cerebral. Es decir que el mundo fue engañado -por alguien-, pero eso ayudó a no poner atención a la orden de Xi de utilizar esa tecnología en la promoción del comunismo dirigida a los niños y jóvenes de China y del mundo.

Para muestra un botón. El viernes hubo una parálisis mundial de sistemas de todo tipo de servicios y empresas. Una empresa CrowdStrike software tuvo un problema de software y eso paralizó a 300 de las 500 empresas más grandes del mundo. Una actualización automática del software causó una emergencia en casi todos los países de Europa y América incluyendo hospitales, aeropuertos y otros servicios básicos. La empresa ha dicho que fue un error, pero si un error de uno o dos programadores puede causar este daño sin querer ¿qué puede causar una AI dirigida?

Mientras tanto EUA sigue con sus problemas internos. El sábado antepasado un joven de 20 años disparó en 8 ocasiones un rifle de alto poder en contra del candidato Donald Trump. Uno de esos disparos dio en la oreja del candidato, otro pegó en la cabeza de un asistente al que mató en el acto, otros dos pegaron en el cuello y en el cuerpo de dos asistentes quienes están en estado grave a dos semanas del ataque. 

Algunos líderes empresariales de izquierda y de medios no quieren que Trump regrese aludiendo que la gente que vota por él es un catálogo de los peores vicios, es decir el 50% de los ciudadanos de ese país.

Esta idea de que Trump es Hitler naturalmente ayuda a que personas o grupos decidan salvar al mundo y evitar a como dé lugar que la prole lo elija. Lamentablemente Trump no ayuda a su causa y aunque su mensaje de toma de protesta como candidato oficial el pasado día jueves fue medio centrado, su reputación y en especial su selección de compañero de fórmula no ayudan porque en lugar de escoger alguien que le ayudará a balancear la propuesta eligió como compañero a la Vicepresidencia a un senador de Ohio quien hace un par de años era su contrario pero que a final de cuentas representa en su caso, a un sector popular que de cualquier forma votaría por Trump.

Si Biden se mantiene como candidato, seguramente Donald será presidente. Pero si Biden es sustituido por Kamala, esto podría ponerlo en aprietos, en especial porque le pesará como ancla el haber escogido a un candidato para vice presidente que no le suma nada.

Regresamos al 2020 cuando la victoria era de Trump para perderla y su selección de compañero de fórmula puede que haya sido una apuesta muy mala. Insisto en que el senador tiene sus méritos, pero nada que no pudieran sumar otros de los aspirantes que pudo escoger como la gobernadora de Dakota del Sur, la ex congresista Demócrata de Hawai quien renunció a su partido, el senador de color Cotton de Carolina del Sur o el senador Rubio de Florida todos, estos con buenas credenciales y que sumarian a mujeres, minorías o independientes.

Trump escoge a Vance porque es cercano a los sindicatos de estados tradicionalmente Demócratas, lo escoge porque es de un grupo que en el 2016 y en el 2020 no lo apoyó y claro porque en estos dos años el senador Vance se convierte en el más joven en la historia de ese partido y puede hablar con los católicos, que Trump no tiene de su lado.

Como dije, todas esas virtudes las tenían varios de los otros, pero los otros podrían decir que eran famosos y aspirantes a la presidencia sin Trump. Vance le deberá a él su ascenso acelerado como lo fue en su momento el ascenso de Obama producto del senador Schumer y de la congresista Pelosi.

Por otro lado, el fin de semana el presidente Biden dejó de hacer campaña porque le dio Covid19 por tercera vez y tuvo que irse de regreso a su casa de descanso. Se le vio caminando muy cansado, pero sin usar máscara en ningún momento.

Lo anterior reanimó los llamados para su renuncia porque su aspecto era terriblemente cansado al subir y bajar los 10 escalones de su avión. Biden sigue teniendo problemas para mantenerse como candidato incluso para mantenerse como presidente y para cuando esta columna salga podría ser que ya lo hayan obligado a renunciar a la candidatura del 2024 que ganó hace un par de meses.

Biden y su círculo cercano alegan con razón que recientemente fue electo para ser candidato en esta elección, con votos y dinero de millones de sus seguidores del Partido Demócrata, dinero que no necesariamente podrían usar otros aspirantes salvo Kamala quien es su compañera de fórmula. Sus críticos dentro del Partido Demócrata aseguran que ya no puede ganar porque después del debate tan malo y de que la población de EUA ha visto sus constantes errores y falta de memoria durante las últimas tres semanas.

Joe ya no garantiza los intereses de la cargada que lo apoyó a ganar en una campaña del 2020 en la que Trump era el centro y Biden estaba casi en su casa por las medidas del Covid19. Por eso y porque sus números van en caída, ahora se han volcado en su contra desde muchos de los mega-millonarios que pagan las campañas Demócratas como la familia Disney, vacas sagradas como Obama, famosos como George Clooney y hasta las cadenas de televisión como CNN, MSNBC, ABC y hasta el New York Times quienes llevan tres semanas sacando filtraciones en su contra.

Hasta el dueño de Facebook, quien donó 200 millones de dólares en el 2020 a Biden ha dicho que no apoyará en este año y que ahora entiende a los que apoyan a Trump. De hecho, los únicos dos días que no hubo campaña interna en contra de Joe B. fueron el sábado y el domingo días en que las noticias, las abarrotó el asunto del Atentado vs Trump.

Biden inició como Senador en la era en la que Jimmy Carter ganaba la presidencia, de hecho, Carter fue presidente únicamente por 4 años -1976 al 1982- porque una severa crisis económica y varios problemas mundiales lo llevaron a perder en contra de Ronald Reagan. En cierto sentido es interesante que el nacimiento de la era en la que Biden llegó al poder sea casi idéntica a los problemas de la era en la que su carrera política podría concluir siendo forzado a renunciar a la candidatura y presidencia que buscó por años y que finalmente consiguió en el 2020.

En 2020 Covid19 fue la gota que derramó el vaso vs Trump. Hoy podría ser que el Covid19 sea el pretexto que permita a los que hace 20 días apoyaban a Biden, darle una salida decorosa y elevar en su lugar a alguien que tenga más oportunidad de ganarle a Trump.

La democracia parece no estar de moda. Es interesante cómo se maneja la información y se utiliza el nombre de la democracia, de la salud o de la seguridad nacional para manipular voluntades de gente por lo general inocente. Ya sabemos lo que se dice de Trump. Pero recordemos que se empezó a decir cuando decidió ser candidato por el Partido Republicano, aunque días antes era amado por la prensa y las televisoras. Ahora vemos lo que los aliados de Biden filtran de él en medios mundiales y la defensa de Joe suena similar a la de Trump.

Ambos se quejan de que élites desean sustituir la voluntad de los electores. Pero ¿qué cambió? ¿Es posible que en 3 semanas Biden haya perdido su capacidad y encanto? o será que al ser público lo que antes era secreto a voces ya no es sostenible y por eso los que ayer le aplaudían y ocultaron su condición, hoy piden su salida para no perder el poder.

Robert Kennedy fue prácticamente expulsado del Partido Demócrata y denostado en medios por querer competir con Joe advirtiendo que estaba muy débil para seguir. Es igualmente interesante que se haya pedido quitar a Trump y a Kennedy de la boleta de varios estados para salvar la democracia. Ahora que tienen a Joe que es el candidato que apoyaron, quieren que se baje y designar a otro u otros cambiando las reglas del juego y no por medio de una elección abierta.

Los grupos que pedían que Trump fuera encarcelado y alababan a Joe ahora piden que se baje ante un mundo que escucha y en muchos casos les sigue la corriente. Porque para salvar la democracia nada mejor que evitar que los candidatos sean electos por procesos claros. En China gobierna Xi Jinping y ¿en Estadoa Unidos?

La desinformación para controlar al pueblo o elecciones se usa desde China hasta Europa, Canadá y hasta EUA tratando de pasar leyes o reglamentos que obliguen a las empresas de redes sociales a censurar o manipular los mensajes de los usuarios sin avisar a los mismos. Esto en conjunto con la AI será la nueva forma en la que los poderosos o los Estados puedan moldear el discurso político sin que los consumidores de dichos mensajes lo sepan. Y para todos aquellos que ven a Hitler en todos lados, él sentiría envidia de lo que hoy sus críticos pueden hacer sin que la gente se dé cuenta.

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CARTÓN POLÍTICO

El muro de los dolores

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MUNDO

El poder venció a la información: Los medios de comunicación y el engaño de la salud de Joe Biden

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Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

El saber lo qué pasó con la capacidad cognitiva de Biden es no sólo importante para EUA sino para los medios y las democracias del mundo. Digamos que algunos de los políticos de alto nivel del partido demócrata de EUA prefieren ver hacia adelante y dar carpetazo al pasado. Eso suena adecuado para no estar repitiendo temas políticos del 2021 al 2025 en especial si los beneficiarios temen el haber abusado del estado mental y físico del exmandatario.

Empecemos por recordar que hace ocho días se dio a conocer el audio de la entrevista del 2023 donde Joe Biden era cuestionado por el fiscal especial responsable de investigar el posible delito del entonces senador por Delaware de los 70 al 2008, y después del 2008 al 2016 vicepresidente Biden, quien se habría llevado a su casa, a su oficina privada y, a una universidad particular varias cajas de documentos marcados como secretos o confidenciales.

Cuando el fiscal especial dio a conocer su informe y recomendó no procesar a Joe Biden, dijo que la razón por la que hacía esa recomendación era porque de poner al presidente Biden ante un jurado, no se podría obtener una condena, ya que se le vería como “un anciano olvidadizo” quien por años de manera consciente se llevó y mantuvo sin permiso.

A partir de ahí los partidarios de los conservadores exigieron conocer los audios completos de dicha entrevista para ver si en realidad se justificaba no procesarlo por el mismo delito por el que se estaba procesando en ese 2023 a Trump, quien además a diferencia de Biden, había sido presidente durante el tiempo en el que se llevó a su casa papeles marcados como confidenciales.

Obviamente los medios de mayor prestigio desestimaron las críticas de los republicanos y del propio Trump. La Casa Blanca y decenas de legisladores y altos políticos demócratas acusaron a los republicanos y al propio fiscal especial de estar atentando contra la imagen de Biden al que defendieron asegurando que él era mentalmente muy ágil y tan agudo y trabajador que era difícil el mantenerle el paso ya que estaba bien preparado e informado de todos los temas que presentaban a su consideración.

La verdad es que desde el 2020 se vio a un Biden disminuido pero los encierros por el COVID-19; le dieron la excusa perfecta para hacer campaña desde el sótano de su casa. Incluso se decía que su agenda era ligera era para no arriesgar a los ciudadanos, contrastándolo con los eventos masivos de Trump al que acusaban de ser un hombre mentalmente agotado.

Los medios de comunicación y las encuestas pedían a un presidente con imagen tradicional que pudiera ser aceptado por los llamados afroamericanos. Así las cosas, Joe Biden llegó a la candidatura misma que había buscado sin éxito por tres ocasiones anteriores y seleccionó como su compañera a la senadora por California Kamala Harris, quien en el debate previo a la primera elección interna de su partido, había acusado a Biden de racista.

Hoy todo es historia, las anécdotas públicas y privadas llenan los medios nacionales del país más rico y poderoso del mundo. Los medios más afamados acusan a los líderes demócratas de ocultar el estado de Biden y ser causantes de la victoria de Trump.

Los líderes demócratas dicen que ya no es tiempo de ver para atrás sino de ver el futuro, los aspirantes que se quedaron en el camino en la elección interna del 2020 dicen que ellos no vieron nada pero que es culpa de Biden y de sus allegados por no haber sido honestos y claro los militantes y figuras liberales dicen que la dirigencia del partido es culpable por haber ocultado la realidad.

Como siempre la derrota y la vergüenza son huérfanas. Incluso CNN y su conductor estrella Jake Tapper sacaron un libro para denunciar los secretos tras el poder del periodo 2020-2025 en donde citan fuentes de integrantes del gabinete que aseguran no haber tenido acuerdos con el presidente por más de 2 años. Señalan que el presidente no reconocía a sus secretarios de Estado o altos asesores, incluso indicando que para acuerdos con el propio secretario de Defensa necesitaba un guion.

El gobierno de Biden se vio envuelto en múltiples decisiones cuestionables, pero poco difundidas por los medios quienes eran sus aliados. Ahora se sabe que muchas de esas decisiones fueron firmadas con una máquina que hacía la firma de Biden y no por su puño y letra. La noticia de que Biden está enfermo en realidad no es noticia, el nombre de cuando menos uno de sus padecimientos no era público, pero se ocultó por negocio de unos cuantos.

El 74% de los electores no querían que fuera candidato en 2024. Ahora los conductores de MSNBC como Joe Scarborough de Morning Joe, quien hace 1 año decía que “esta versión de Biden (del 2024) era la mejor de la historia por su agilidad mental y su conocimiento de la política”, ahora dice que Biden decía estupideces, pero que siempre las dijo, por lo que no era raro, y que él no es culpable de encubrir la verdad sobre Biden, que en realidad era pública, pero no aceptada.

George Clooney, quien días antes del debate de Biden con Trump realizó un evento con artistas de Hollywood para recaudar fondos a favor de Joe y Kamala, ahora dice que Biden estaba muy mal y que por eso como deber cívico, él pidió a Biden dejar la candidatura (claro, después del desastroso debate y de sacarle a sus amigos 30 millones de dólares en donaciones).

Asesores del presidente confiesan que en el avión presidencial se decía que el presidente no podía ni siquiera poner una oración completa. Algunos otros aseguran que se pensaba ponerlo en silla de ruedas después de la elección.

La lista de detalles es tan larga que ahora que todos saben que estaba muy enfermo, nadie quiere admitir que fue parte de la operación de encubrimiento más penosa de la historia moderna de los Estados Unidos. El presidente tiene un cáncer avanzado. Según expertos, este lo debe tener desde hace 5 o tal vez 10 años.

Algunos dicen que, como el presidente tiene más de 80 años, ya no era costumbre hacer pruebas de cáncer. Pero eso es para civiles normales, no para el hombre más poderoso del mundo, como demuestran los estudios que se le hicieron a Bush, Obama y Trump antes y ahora. Además, Biden ya había tenido cáncer de piel y problemas en el colon. Peor aún, se dice que su último examen (oficial) de próstata fue en el 2014, por lo que “oficialmente” nunca fue diagnosticado.

Esto es una mamarrachada, perdone usted mi lenguaje. En fin, ahora veremos si se sabe quien o quienes eran los que tomaban las decisiones de la pluma mecánica y si como dice Biden él no sabía de partes delicadas de la salida de Afganistán o de los temas de hombres en baños de mujeres o de los millones de indocumentados traficados por carteles en los años recientes o de la hiperinflación del 2023-2024, o de los miles de millones de dólares en endeudamiento para gasto de infraestructura que no se hizo. La verdad es que solo Dios sabe quién era, o si eran los verdaderos presidentes de facto de EEUU.

Lo cierto es que los medios prefirieron ser parte del poder que de la información. Las decisiones de Biden fueron tan cuestionables como muchas de las de Trump, pero en los principales medios que ahora se hacen sorprendidos, casi nadie les dio crítica o cuestionamiento. Los libros de periodistas parecen más un catálogo de excusas y disculpas tardías.

El grupo cercano a Biden aprovechó el poder y sea o no legal es algo humano. Pero los medios se supone que son los que deben hablar de frente al poder y estaban tan ocupados defendiendo posturas ideológicas que olvidaron ver que debían investigar y difundir todo lo que era noticia en favor de sus lectores y no solo lo que le convenía a sus amigos. Para la historia quedan los cientos de millones de dólares enviados de China, Rusia y Ucrania al hijo del presidente Biden y que nadie pudo explicar.

También los cientos de millones de dólares en gastos de asesores en los paquetes de presupuesto más altos de la historia que no construyeron casi nada de infraestructura, los decretos firmados con máquina en lugar de en físico por parte del presidente, los largos periodos del hijo del presidente en la oficina presidencial sin su padre presente.

Otros hechos acumulados fueron el escándalo de la salida de Afganistán y los múltiples episodios en los que el presidente decía no saber sobre órdenes o recomendaciones recibidas en materia de seguridad nacional, el presupuesto para hombres trans en competencias de mujeres, lucha contra el tráfico de personas, los meses sin fin en los que el presidente vacacionó y visitó su casa de playa sumando casi la mitad de todo su tiempo al frente del país del Tío Sam, etc.

La verdad es que, si uno busca los videos de Biden antes de ser VP y claro antes de ser presidente, veremos a un Joe Biden con ideología y arranques muy distintos a su gobierno. Pero la historia recordará al Joe B. perdido en los escenarios, con la inflación más grande en la historia reciente de su país, la pérdida de más de 300 mil niños inmigrantes y confundido en sus mensajes que fue bajado de la candidatura y cuyas firmas como presidente ahora se ponen en duda.

Al final, la puerta revolvente de intereses entre medios y el poder evitó la crítica y las investigaciones al poder desde los medios más importantes. Ahora debemos ser autocríticos y ver que, no solo en EUA, sino en todo el mundo, al poder y a todos nos molestan las críticas, pero son parte de los controles para saber si estamos haciendo bien las cosas. Incluso las que vienen malintencionadas nos ayudan. Pero en especial debemos ver que hasta los países y medios más respetados y poderosos caen en el error de solapar a los amigos.

Así, los dos lados de la moneda: Biden y Trump, uno protegido por medios, tanto que quedó ciego a la realidad, y otro que está todo el tiempo en pleitos de ida y vuelta con los medios, que ya no se sabe cuándo acierta o cuándo se equivoca. 

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MUNDO

¿El Waterloo de Trump?

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Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //

Los Estados Unidos están siendo víctima de su propio éxito económico como sociedad de consumo. Su elevado déficit deriva de su alto número de consumidores con poder adquisitivo que consumen muchos productos importados.

Esto no sería malo, según Keynes, ya que el gasto en el consumo activa el ahorro, pero el problema de EUA es que no ahorra y ha financiado su déficit con deuda, lo que es capitalizado principalmente por China que, con su recaudación o superávit, ha financiado su crecimiento con políticas de la más pura inspiración capitalista.

China es un gigante de la manufactura, y potencia económica y científica, y el error estratégico de Trump sería querer competir con ellos en la manufactura. Parece que así lo comprendieron sus asesores y aunque en sus políticas insisten en llevar de nuevo la manufactura a su país, ese parece un objetivo secundario en la guerra comercial que han desatado. El objetivo primordial está en restablecer el equilibrio y reducir los déficits ingresando más y gastando menos.

La solución salvaje que se le ocurrió al presidente Trump y sus asesores fue poner tarifas o aranceles en forma universal con tasa fija, y recíprocos y proporcionales con el déficit de los países con balanza más desnivelada en su contra, como es el caso de China a la que impuso aranceles hasta de 145%.

Las consecuencias ya han sucedido. Las bolsas y el capital especulativo acusaron la incertidumbre; las cadenas de suministro se paralizaron o ralentizaron; las inversiones se retrajeron; el dólar se ha depreciado hasta un 8% y la relación comercial con China llegó a equipararse con un embargo por los altos aranceles recíprocos entre ambas naciones.

La semana anterior observamos cómo, en consecuencia, con la amenaza de una recesión mundial, llegaron los dos gigantes a una mesa de negociación en Ginebra, Suiza, en la cual acordaron una tregua de tres meses y la reducción temporal de sus aranceles; China los dejaría en 10% y los EUA en 30%. Algunos lo vieron como una capitulación o rendición decorosa ante la demostración China de su fortaleza y sobre todo su gran capacidad de resiliencia por la disciplina de sus consumidores y por la independencia de su proveeduría, a diferencia de sus adversarios que enfrentan presiones de productores y consumidores por los efectos de su política en las cadenas de suministro y en los precios.

A simple vista sería tanto como aceptar que Ginebra ha sido el Waterloo de Trump al llegar debilitado y ceder en la batalla arancelaria. Pero una vista más al fondo y pensando que una guerra se considera ganada al conseguir sus objetivos, la percepción de derrota debería ser reconsiderada.

En la tregua, Trump mantiene altos sus aranceles, pues el 30% no es bajo si se suman los adicionales al acero y aluminio ya existentes. Los precios al consumidor irán al alza en un riesgo político calculado antes de la elección intermedia, pero se reducirá el consumo de los productos que provocan el déficit; la devaluación del dólar resultante reduce la presión sobre la deuda y la especulativa con los bonos del tesoro; la inflación se mantiene en niveles controlables por la FED y la permanencia de aranceles altos con el resto del mundo aumenta la recaudación y provoca el ahorro necesario para componer la cuenta nacional.

Entonces la percepción de derrota no sería tan exacta, pues sus objetivos se estarían cumpliendo, tal vez no en la proporción deseable, pero si en el sentido correcto.

Falta saber cuál será la posición de la Unión Europea, Japón, Corea y los integrantes del BRIC, cuya situación es diferente a la de China y es presumible que con ellos tratará el presidente Trump de negociar en condiciones de mayor conveniencia.

La política del presidente Trump enfrenta presiones en todos los frentes, el interno y el exterior y eso si significa una debilidad, pues sin un respaldo decidido de los suyos las condiciones para negociar no serán las que el imaginó al desatar esta vorágine comercial y por ello considero que Ginebra no será su Waterloo, pues todavía le quedan demasiados frentes.

Sus objetivos son los necesarios para lograr equilibrar la balanza de pagos y darles respiro a las finanzas públicas, pero la estrategia partió de cálculos equivocados sobre la posición de fuerza. El gran garrote ya no intimida como antes y a él le faltan las palabras suaves que recomendaba Roosevelt.

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