MUNDO
Francia y la justicia selectiva: Macron podría perdonar a Le Pen

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
Hace años el ahora expresidente Biden lanzó su primera campaña a presidente de EUA. Tardó más de 20 años con 4 intentos, pero llegó a la Casa Blanca. Biden no enfrentó un juicio, pero pudo haber pasado por los actos de su hijo Hunter y de él mismo, pero no fue así. De cualquier manera, podemos ver que en algunos puntos EUA, Francia y México pueden ser un ejemplo de lo que pasa cuando se enjuicia a un político en activo.
En muchas ocasiones los juicios pueden ser exagerados por razones políticas, pero en otras de hecho pueden ser disminuidos por las mismas razones. Solo para poner en contexto, el asunto es que Macron en Francia estaba por perder las elecciones presidenciales y Marine Le Pen es la candidata puntera.
Pero veamos con más detalle el caso de Francia. En años recientes, Europa se ha visto sacudida por temas de corrupción y presunta corrupción y en casi todos los casos las penas han sido menores. Ejemplos hay varios incluso llegando hasta la vicepresidencia del Parlamento Europeo en el 2022 a quien se le condenó por recibir sobornos de Qatar. Bueno, Qatar parece que ya tiene tradición en eso del soborno porque como usted recordará se les acusó de comprar el mundial de fútbol y otros eventos similares.
Pero la legisladora que supuestamente cometió el soborno no ha sido sentenciada ni nadie por ese caso. Lo mismo sucede con otro escándalo de presunta corrupción en el 2023 cuando supuestamente la empresa Huawei sobornó a políticos del mismo parlamento. De ese asunto nada se sabe después de 2 años de iniciado.
Marine Le Pen y varios de sus colegas fueron acusados de utilizar de forma indebida fondos del Parlamento Europeo que tiene sede en Bruselas, Bélgica. Se le acusa de haber pagado a asesores que trabajaban en cosas ajenas o contrarias a la política de dicho parlamento. Es decir, que pagó salarios y sus empleados no hacían lo que debían hacer.
El caso obvio tiene muchas aristas legales, pero de esas se encargarán sus abogados y los jueces de apelación. Lo que me llama la atención es que esos trabajos fueron pagados del 2004 al 2016 y que el juicio duró 9 semanas y se realizó a finales del año pasado. Uno se preguntaría si este asunto nunca fue visto durante los últimos 20 años. Esas peculiaridades hacen que muchos piensen que esto fue un ajuste de cuentas político y no una aplicación de la justicia.
El Partido de ella es el favorito para ganar las elecciones de Francia y ella la líder de las preferencias. En ese sentido, un juicio, sumario a casi una década de los hechos es de llamar la atención. De hecho, llama aún más la atención que la sentencia aplicó el castigo de suspender derechos políticos para ser candidata de inmediato.
En muchos casos la pena se suspende hasta después de la apelación. Digamos que la pena puede causar daño irreparable y por eso por lo general se suspenden hasta que el caso está firme. Pero eso no sucedió en esta sentencia, la jueza de la causa ordenó que La Pen no pudiera inscribirse a las campañas en el 2026 sin importar que su sentencia y, por ende, castigo estén aún en apelación.
AMLO casi fue encarcelado por el entonces presidente Vicente Fox y eso le dio muchísima popularidad, tanto que eso y el pleito entre el PRIAN le dieron la presidencia 12 años después. Lo mismo le pasó a Trump al enfrentar y lograr demorar o ganar la mayoría de sus casos legales.
Emmanuel Macron podría perdonar a Le Pen y con eso ganar la elección o rogar a Dios que ella no gane la apelación porque, de lo contrario, será presidenta y seguro le cobrará el regalo. Sea o no obra de Macron, ella se asegurará de que así se vea y la verdad, la sentencia y los propios cargos en el momento oportuno parecen ser muy buenos para formar una narrativa sobre una persecución política.
Yo he visto decenas de juicios penales en contra de expolíticos y en ninguno vi que le quitaran los derechos políticos al acusado antes de que la sentencia fuera firme e inapelable. Veremos si Le Pen se baja de la contienda y con eso evita arriesgar a su partido, que podría perder por falta de un candidato, o tal vez ella haga esto su mensaje central de campaña. Ya veremos en qué acaba este caso, pero por ahora la justicia francesa no parece estar muy ciega.
La sanción puede ser revocada por apelación que normalmente dura 18 meses pero que por ser de este caso ha sido acelerada a menos de 12 meses de ahí ella puede ir al máximo tribunal de Francia y aun así llegar a la elección, pero el tener suspendidos sus derechos políticos y estar sin posibilidad de registro ha hecho que esto se vea como un caso político y no de justicia ya que cualquier demora en los procesos de apelación y revisión la dejaría sin poder ser candidata.
La Jueza que presidía el proceso contra Le Pen hizo declaraciones públicas posteriores a la sentencia, lo que no ayudó a su imagen de imparcialidad, lo que aumentó los ánimos de los ya molestos seguidores de Le Pen. Esto ha generado que le asignen seguridad especial a la juzgadora quien públicamente desde antes del juicio ha sido partidaria de políticas contrarias a las de La Pen, lo que le suma más dudas a su imparcialidad.
La ley debe ser pareja, pero eso también implica la oportunidad. Ser juzgado para beneficiar a otros no es nada nuevo en la historia de la humanidad. La Pen puede ser responsable de ese delito que en casi todo el mundo sería falta administrativa y por tanto debe pagar su culpa, pero el tiempo de su juicio, la fecha de los sucesos, la velocidad de la sentencia y el alcance de la misma son cuando menos cuestionables, en especial porque el supuesto delito se cometió en Bélgica y aunque la ley de la UE establece que esas faltas serán perseguidas por los países natales de los parlamentarios. El caso es inédito, ya que a nadie se le ha juzgado con esa severidad, celeridad y por faltas tan antiguas que para terminar no le dieron a ella ningún beneficio económico.
Algunos dicen que esta es la tumba de la política de derecha que sería la primera mujer presidenta de Francia y que esto dará oportunidad para que el partido de centro Izquierda de Macron se levante porque no dará tiempo a la oposición para encontrar un candidato popular que suceda a Le Pen y todo esto puede ser muy cierto, pero también puede que sea la gota que derrame el vaso en la ya disminuida popularidad de Macron. En estos días se realizarán marchas de protesta mismas que esperemos no terminen en violencia que solo afectará a inocentes de ambos bandos.
JALISCO
Lleva Ballet Folclórico de Guadalajara cultura y tradición a Estados Unidos

– Por Mario Ávila
El Ballet Folclórico de Guadalajara se presentó en el Rosemont Theatre de Chicago, en el evento estelar de la Segunda Ruta de la Gira Internacional 2025, México en el Corazón.
Los bailarines tapatíos compartieron escenario con el Mariachi Estelar de México en el Corazón y la Banda Orquesta Colores, y presentaron estampas, música y canciones de Guanajuato, Yucatán y Jalisco ante los más de 4 mil 400 asistentes.
Este espectáculo se realiza anualmente e incluye al Mariachi Estelar como uno de sus principales artistas, junto con el Ballet Folclórico Guadalajara y la Banda Orquesta Colores.
Participaron en el evento Sergio Suárez, presidente de NAIMA (North American Institute for Mexican Advancement); Ron Serpico, alcalde de Melrose Park; Susana Mendoza de Illinois Comptroller; Reyna Torres, cónsul general de México en Chicago; Andrea Blanco, coordinadora del Gabinete Social del Gobierno de Jalisco; y Manuel Romo, secretario de Gobierno del Gobierno de Guadalajara.
Esta es la segunda parada de la ruta de México en el corazón, la primera fue en la Ciudad de Sioux City, en Iowa en donde se presentó por primera vez, y más de mil personas asistieron a disfrutar de este espectáculo.
La gira continuará por el Medio Oeste, Sur y la Costa Este de los Estados Unidos.
Para fechas y ciudades entrar en este sitio web: http://www.mexicoenelcorazon.org
CARTÓN POLÍTICO
Edición 805: Entrevista a Mirza Flores: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»
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LAS CINCO PRINCIPALES:
Arranca el Sistema Estatal de Participación Ciudadana en Jalisco
La corrupción urbanística: Valle de los Molinos y Colomos III
MUNDO
La tradición del saqueo: Naturaleza depredadora del poder imperial

– Actualidad, por Alberto Gómez R.
(Parte 1) A lo largo de la historia de la humanidad, el poder económico de los grandes imperios se ha construido frecuentemente sobre pilares tan sombríos como la guerra, el saqueo sistemático y el sometimiento de pueblos enteros.
Este patrón de comportamiento, visible desde los primeros imperios de la antigüedad hasta las potencias contemporáneas, revela una lógica de acumulación basada en la extracción violenta de recursos más que en la productividad o la innovación endógena.
El historiador económico Douglas North, citado en uno de los documentos analizados, señalaba que los imperios antiguos establecían sistemas burocráticos sofisticados que permitían la expropiación sistemática de excedentes de las regiones conquistadas.
En el mundo actual, Estados Unidos representa la última encarnación de este impulso imperial, aunque sus métodos hayan evolucionado hacia formas más sofisticadas de dominación económica y militar.
Como se advierte en el panorama actual, esta potencia estaría experimentando un rápido declive relativo en el escenario global, lo que intensificaría sus comportamientos depredadores hacia naciones ricas en recursos que se resisten a someterse a su hegemonía.
Venezuela, con las mayores reservas petroleras certificadas del planeta, se encontraría en la mira de este mecanismo de saqueo contemporáneo, al igual que lo estuvieron Irak, Libia y Siria en las últimas décadas, solo por citar algunos ejemplos.
LOS CIMIENTOS HISTÓRICOS DEL SAQUEO IMPERIAL
Los primeros grandes imperios de la historia establecieron las bases de lo que sería una larga tradición de explotación económica mediante la conquista. En Mesopotamia, Egipto, China y la India, surgieron estructuras estatales centralizadas que «legislaban, impartían justicia y ejecutaban sobre un extenso territorio que agrupaba a muchas ciudades» (eumed.net).
Estos imperios perfeccionaron sistemas de extracción de riqueza mediante tributos, esclavitud y control de las rutas comerciales.
El Imperio de Alejandro Magno ofrece un ejemplo temprano de cómo la conquista militar servía como vehículo para la acumulación de riqueza. Como se describe en los documentos, Alejandro y sus falanges macedonias conquistaron todo el Imperio persa en tan sólo ocho años, apoderándose de inmensos tesoros y estableciendo un sistema de control sobre territorios que se extendían hasta la India. Patrón similar exhibiría el Imperio Romano, que transformó el Mediterráneo en su «Mare nostrum» y extrajo recursos de todos los territorios conquistados, desde las minas de plata hispanas hasta los graneros egipcios.
Con la era de los descubrimientos, las potencias europeas perfeccionaron el arte del saqueo imperial a escala global. España y Portugal inauguraron lo que podría considerarse el primer «imperio global» de la historia: «por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes del mundo» (eumed.net).
El flujo de metales preciosos desde América hacia Europa financió las guerras y el desarrollo económico europeo durante siglos, a costa del exterminio y la explotación de poblaciones indígenas.
El Imperio británico llevaría este modelo a su máxima expresión, estableciendo una red global de colonias y territorios controlados que proveían de recursos naturales y mercados cautivos a la metrópoli. El comercio de esclavos, la extracción de recursos en condiciones de cuasi-esclavitud y la destrucción de industrias locales competitivas fueron algunas de las estrategias empleadas para consolidar su hegemonía económica.
ESTADOS UNIDOS, LA SUPERPOTENCIA DEPREDADORA
Estados Unidos emergió como potencia global practicando una versión modernizada del juego imperial tradicional. Bajo la Doctrina Monroe y su corolario Roosevelt, se autoproclamó potencia hegemónica en América Latina y el Caribe, interviniendo militarmente en múltiples ocasiones para proteger sus intereses económicos. La diplomacia de las cañoneras y las intervenciones directas aseguraban el acceso a mercados, recursos y rutas comerciales estratégicas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, con las potencias europeas debilitadas, Estados Unidos ascendió a la condición de superpotencia global, rol que se consolidaría tras el colapso de la Unión Soviética.
Como se señala en uno de los documentos, «después de que se desintegrase la Unión Soviética a principios de 1990, Estados Unidos quedó como la única superpotencia restante de la Guerra Fría». Esta posición hegemónica le permitió moldear las instituciones internacionales a su medida y establecer un sistema económico global que privilegiara sus intereses.
La economía estadounidense se ha vuelto profundamente dependiente de lo que el presidente Eisenhower denominó el «complejo militar-industrial». Con un presupuesto militar que supera al de los siguientes diez países combinados, Estados Unidos ha convertido la guerra en un negocio extraordinariamente lucrativo para sus corporaciones de defensa.
Como se documenta en uno de los artículos revisados, la administración Biden ha solicitado al Congreso «842 mil millones de dólares para el Pentágono en el año presupuestario 2024», lo que representa «la solicitud más grande desde el pico de las guerras de Irak y Afganistán» (france24.com).
Este apetito insaciable por el gasto militar requiere enemigos externos y conflictos perpetuos, creando un círculo vicioso de intervencionismo que justifique tales desembolsos. Los resultados son visibles en las sucesivas guerras e intervenciones que han marcado las últimas décadas, desde Vietnam hasta Afganistán, pasando por Irak, Libia y Siria.
EL SAQUEO CONTEMPORÁNEO
La invasión de Panamá en 1989 constituye un ejemplo paradigmático de cómo Estados Unidos utiliza pretextos para justificar intervenciones militares que persiguen objetivos geoeconómicos estratégicos. Como se documenta extensamente en varios de los materiales consultados, la llamada «Operación Causa Justa» fue oficialmente justificada como una medida necesaria para detener el narcotráfico y defender la democracia.
El general Manuel Antonio Noriega, quien había sido durante años un aliado útil para Washington y colaborador de la CIA, fue convertido de pronto en enemigo público número uno. Como se describe en los documentos, Noriega «había sido aliado clave de Estados Unidos durante el final de la Guerra Fría, trabajando como agente de la CIA, al tiempo que tejía vínculos con el narcotráfico» (elnacional.com). Cuando dejó de ser funcional a los intereses estadounidenses, fue acusado de narcotráfico y derrocado mediante una invasión militar que causó entre 500 y 4 mil víctimas panameñas, según distintas fuentes.
El verdadero objetivo de la invasión, sin embargo, habría sido asegurar el control estratégico del Canal de Panamá en vísperas de su traspaso completo a soberanía panameña, previsto para el año 2000 según los Tratados Torrijos-Carter de 1977. Como se señala en uno de los documentos, estos tratados «condicionaba la defensa del canal de manera conjunta, a través de un tratado adicional, dando la posibilidad de intervenir militarmente en Panamá si la operación del canal se viese comprometida».
La invasión aseguró que, aunque panameño en papel, el canal permaneciera bajo control efectivo estadounidense.
Continuará…