MUNDO
Continúa la incertidumbre

Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //
Incertidumbre es el costo de la arrogancia de un mandatario que disfruta alardear, incluso desde una posición débil o difícil de sostener. Hablar de una posición débil del país más poderoso del mundo puede que no sea exacto a la luz del poderío económico que tiene; sin embargo, se justifica por la misma razón que lo llevó a fijar aranceles a todo el mundo y a poner distancia con sus socios y aliados tradicionales.
Donald Trump ha reconocido que hay un déficit importante en las finanzas públicas estadounidenses, que su deuda externa es alta y que se paga mucho a los tenedores de bonos del tesoro por las altas tasas de interés. Reconoce que el gigante está herido, no de muerte, pero sangra y quiere dejar de hacerlo. Sus asesores económicos le han propuesto varias vías para recomponer la situación financiera, lo que lo ha llevado a entablar una virtual guerra comercial, que aparentemente no está ganando.
La estrategia de fijar aranceles masivos con el fin de utilizar el poder económico de Esrados Unidos para sentarse a negociar con otras potencias y naciones, condiciones que equilibren la balanza comercial estadounidense y hacer posible que las finanzas nacionales se nivelen con una mayor recaudación, introdujo al mundo en la antesala de un nuevo orden económico y a la vez en un ambiente de inseguridad, desconfianza e incertidumbre. El socio y amigo se volvió usurero, prepotente y exigente, además de proteccionista en un mundo globalizado.
La estrategia no parece estar funcionando como lo pensaron. La reacción del mercado de valores y particularmente la de China, le han obligado a suavizar las medidas arancelarias mediante pausas, aplazamientos y liberaciones, como en el caso de los chips y artículos electrónicos. En el duelo con la potencia asiática Trump ha sido el primero en parpadear y negociar con China es ahora imprescindible pero las condiciones no serán como él lo imaginó. Sin embargo, mantiene el discurso soberbio con el resto de las naciones y aunado con sus mensajes en redes sociales siembra mayor desconfianza en el antes confiable socio comercial.
Más allá del orgullo que siente el presidente Trump porque vayan a “besarle el trasero” los mandatarios de otras naciones, se advierte una gran incertidumbre mundial ante el nuevo orden que parece querer configurar. Su veleidoso e impredecible proceder provoca cuando menos cautela en los proyectos de inversión y actúan inversamente a su propósito de relanzar las manufacturas en su propio país.
México resiente el clima de desconfianza, pues la ventana del nearshoring se cierra y la inversión privada no llega, lo que pega en la línea de flotación del régimen, necesitado de disminuir su déficit en las finanzas y a la vez de incrementar el ingreso para sufragar el gasto de los programas sociales sin acudir a más deuda.
Esta es una tormenta que se veía venir y la prudencia con que se está enfrentando amaina los efectos inmediatos, pero nos condena a vivir en incertidumbre permanente, pendientes del humor de un gobernante que con ocurrencias tiene al mundo expectante e inseguro.
No será un sexenio fácil para Claudia Sheinbaum obligada a complacer las exigencias del vecino y limitada por la herencia recibida del anterior gobierno. Hace bien al recurrir a un discurso nacionalista y en defensa de la soberanía pues eso le da popularidad y un marco de respaldo que la estructura política le regatea. Sin capital político propio, aún tiene que recurrir a los halagos al anterior para dar la imagen de unidad en el movimiento. Tal vez lo mejor que le pudo suceder, para su imagen y función, es el tener que lidiar con el tejedor de zozobra pues eso la convierte en guía y líder en un asunto en el que la presencia del anterior es nula.
En el futuro inmediato, el escenario será complicado, pues los factores de incertidumbre se acumulan. Además del factor Trump, injerencista e impredecible, tiene la sombra de un proceso de elección de juzgadores y composición de un nuevo Poder Judicial que arroja más dudas que certezas y sobre todo la herencia de un andamiaje político en proceso de construcción en el que el liderazgo es compartido con un fantasma y las fuerzas políticas buscan consolidar ínsulas de poder.
En el escenario actual es urgente que resuelva o deje medianamente atendido, (no se sabe que se le ocurra al vecino) el tema de aranceles y negociación del TMEC, pues luego seguirá la prueba del año electoral de 2027 con elección de gobernador en 16 estados y ya desde ahora se están brincando las trancas algunos aspirantes y sus padrinos.
En cualquier escenario, político, económico o administrativo, la incertidumbre persiste y la prudencia que ahora se muestra puede no ser suficiente para lo que se avizora.
MUNDO
China, Japón y México: la batalla global por el internet del futuro con matices locales

– Por José Modesto Barros Romo, Conciencia Pública
El internet de ultra velocidad ya no es un asunto de ciencia ficción, sino un campo estratégico donde las potencias tecnológicas definen su hegemonía. Japón, China y, en menor medida, México, han roto en este año barreras históricas de transmisión de datos, cada uno desde trincheras distintas, pero con un objetivo común: asegurar ventajas en la economía digital del siglo XXI.
Japón sorprendió al mundo al anunciar que sus científicos del Instituto Nacional de Información y Comunicaciones Tecnológicas (NICT) lograron transmitir datos a 1.02 petabits por segundo a través de fibra óptica.
Se trata de un récord mundial que equivale a descargar en un segundo la información de más de 10 millones de videos en alta definición, el equivalente a todo el catálogo de Netflix en un solo segundo.
Más allá de la hazaña técnica, el logro japonés envía un mensaje claro: su apuesta es consolidar infraestructuras terrestres estables y de larga distancia, con la mira puesta en mantener la competitividad industrial frente a China, Estados Unidos y Europa.
El gigante asiático, por su parte, libra otra batalla: el dominio del espacio inalámbrico. China Mobile reveló que en una red experimental de 6G alcanzó velocidades de 280 gigabits por segundo, descargando un archivo de 50 GB (unas 25 películas de mediana calidad) en apenas 1.4 segundos.
A esto se suman proyectos universitarios que exploran transmisiones en frecuencias en terahercios y enlaces satelitales de 100 Gbps, tecnologías que se perfilan como piezas centrales en la construcción de un ecosistema digital global, donde China pretende marcar la pauta a la espera lanzar comercialmente las redes 6G para el año 2030 en todo su territorio.
La estrategia china es evidente: no se conforma con desplegar infraestructura terrestre, busca liderar el futuro de las comunicaciones en el espacio y en el aire, donde se definirá el control de datos y, con ello, el poder geopolítico. De ahí que los experimentos en 6G no solo representen avances científicos, sino una carta de presentación en la carrera tecnológica frente a los estadounidenses, japoneses y los europeos.
México, en contraste, aparece con un logro más modesto pero simbólico. El año pasado la empresa Megacable, en alianza con Nokia, alcanzó 1.1 terabits por segundo en pruebas de fibra óptica de larga distancia.
No es un récord mundial ni una revolución en telecomunicaciones (aunque sí es un hito a nivel Latinoamérica, equivalente a descargar un videojuego como Call of Duty: Modern Warfare III en un segundo). Esta es una señal de que nuestro país busca modernizar su infraestructura digital con miras a los próximos años.
El reto está en si estos avances se traducirán en beneficios reales para los ciudadanos o quedarán como demostraciones técnicas en un país donde millones aún carecen de acceso a internet estable.
La comparación es reveladora: mientras Japón apuesta por la perfección de la fibra, China por la supremacía inalámbrica y espacial, México apenas intenta ponerse al día. El dilema nacional es mayúsculo: ¿apostar por ser solo consumidores de tecnologías extranjeras o trazar un plan estratégico que coloque a la región en la disputa global por la soberanía digital?
Lo cierto es que el internet del futuro no será solo más rápido; también será la nueva frontera de poder. Quien controle las redes de transmisión controlará la información, la seguridad nacional y el desarrollo económico. Japón y China ya están en esa carrera. México, como suele ocurrir, observa desde la periferia.
MUNDO
TMEC enfrenta nubarrones económicos: riesgo de estanflación en la región

– Por Redacción Conciencia Pública
La economía de los países del TMEC —Estados Unidos, México y Canadá— atraviesa un escenario de creciente incertidumbre marcado por la desaceleración del crecimiento y las presiones inflacionarias.
Aunque ninguno de los tres socios comerciales ha entrado oficialmente en un proceso de estanflación, los riesgos de caer en este fenómeno se han intensificado en los últimos meses debido a las tensiones comerciales, las tarifas arancelarias y el enfriamiento de la actividad productiva.
En el caso de Estados Unidos, analistas y organismos internacionales han señalado la presencia de un entorno conocido como “stagflation-lite”: una versión leve de estanflación caracterizada por inflación persistente y crecimiento económico débil.
Las tarifas impuestas a México, Canadá y otros socios han encarecido bienes y servicios, lo que eleva los precios al tiempo que limita la competitividad. La Reserva Federal ha reconocido la complejidad del momento, pero evita hablar de una estanflación plena como la de los años setenta.
Canadá enfrenta también un panorama complicado. Su crecimiento económico se ha frenado y diversos sectores productivos anticipan pérdidas importantes debido a los aranceles de Washington. Medidas de emergencia como el programa “Buy Canada” buscan proteger empleos y mitigar el impacto en la industria automotriz y energética, aunque las proyecciones apuntan a la posible pérdida de decenas de miles de empleos si las tensiones comerciales se prolongan. La inflación no ha escalado con la misma fuerza que en Estados Unidos, pero el riesgo de estanflación no se descarta.
México, por su parte, lidia con un crecimiento prácticamente nulo, con estimaciones de apenas 0.4 % del PIB en 2025, lo que coloca al país al borde de la recesión. A diferencia de sus socios, la inflación mexicana se ha mantenido moderada, en torno al 3.5 % anual, dentro del rango objetivo del Banco de México.
No obstante, la combinación de bajo dinamismo económico y presiones externas genera preocupación. El banco central ha optado por recortar tasas de interés en un intento de estimular la economía sin perder el control inflacionario.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y otros organismos han advertido que la política de tarifas en Estados Unidos está generando un “shock de oferta” que afecta no solo al propio mercado estadounidense, sino también a Canadá y México.
El encarecimiento de insumos y bienes intermedios repercute en las cadenas de suministro de la región, golpeando la inversión y elevando los costos para las empresas y consumidores.
En conjunto, el TMEC enfrenta un escenario de alto riesgo: crecimiento bajo, tensiones comerciales y presiones inflacionarias que ponen en entredicho la estabilidad económica regional.
Aunque la estanflación no se ha instalado de manera formal, la combinación de factores actuales mantiene a los tres países al filo de este fenómeno, lo que obliga a sus gobiernos y bancos centrales a buscar estrategias coordinadas que eviten repetir una crisis como la de los años setenta.
👉 Este cuadro ayuda a visualizar rápido que ninguno de los tres socios está formalmente en estanflación, pero todos enfrentan presiones distintas: EE. UU. por inflación, México por bajo crecimiento y Canadá por el impacto de las tarifas arancelarias impuestas por Donald Trump:
MUNDO
Cielos de Europa en alerta: la OTAN dispara por primera vez contra drones rusos en territorio aliado

– Por Redacción Conciencia Pública
El 10 de septiembre de 2025 marcó un hito en la historia de la defensa colectiva de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN): por primera vez, aviones del pacto —en apoyo a Polonia— abrieron fuego contra drones rusos que penetraron en el espacio aéreo aliado, convirtiéndose en la primera acción militar directa de la alianza sobre su territorio desde el inicio de la guerra en Ucrania.
Polonia reportó la entrada de hasta 19 drones, algunos procedentes de Bielorrusia, los cuales fueron considerados amenazas directas y, por ello, neutralizados con apoyo de aviones caza F-16 polacos y F-35 neerlandeses.
Las operaciones implicaron el cierre temporal de los aeropuertos de Varsovia y Lublin, y órdenes de resguardo para la población en regiones orientales del país, cercanas a Ucrania.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, calificó el incidente como una “provocación a gran escala” de parte de los rusos, y afirmó que la situación era “la más cercana a un conflicto abierto desde la Segunda Guerra Mundial”.
A raíz de lo ocurrido, Polonia invocó el Artículo 4 de la organización, dando inicio a consultas urgentes entre los países aliados, entre los que se encuentra Estados Unidos, el país con más capacidades militares en el tratado.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, condenó firmemente la acción rusa y reafirmó el compromiso de la alianza de defender cada centímetro de su espacio aéreo. El coronel Martin O’Donnell, portavoz del Mando Supremo Aliado en Europa (SHAPE), enfatizó: «Esta es la primera vez que aviones de la OTAN han enfrentado amenazas potenciales en el espacio aéreo aliado».
La incidencia se produjo durante un amplio ataque de Rusia contra Ucrania la noche de ayer, que involucró cientos de drones y decenas de misiles.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenskiy, advirtió que al menos ocho de esos drones estaban dirigidos hacia Polonia y consideró el episodio como un “precedente extremadamente peligroso para Europa”.
Aunque Polonia activó el Artículo 4, no llegó a invocar el Artículo 5, que establece el mecanismo de defensa colectiva inmediata (en ese artículo se señala que todos los países de la OTAN deben acudir inmediatamente a defender al país atacado). Analistas consideran este movimiento como una señal de diplomacia firme más que un preludio a una escalada militar mayor.
Mientras tanto, la Unión Europea propone reforzar la protección de sus fronteras, con iniciativas como la construcción de una “muralla antidrón” en el este del continente.