MUNDO
El acercamiento de Rusia con el Papa Francisco

Por Silvia Palacios //
MSIa Informa, julio de 2019.- El 4 de julio pasado el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin aprovechando su visita de estado a Italia, se reunió en el Vaticano con el Papa Francisco, evento que se repite por tercera vez después de las audiencias privadas en 2013 y 2015.
La insólita frecuencia de reuniones muestra una cierta empatía de puntos de vista convergentes en relación a temas estratégicos mundiales: la paz mundial amenazada por los conflictos permanentes del Medio Oriente y sus consecuencias sobre la situación de las minorías cristianas perseguidas en la región lo que amenazan su existencia.
En un comunicado del portal del Kremlin dado a conocer por la agencia de noticias Sputnik, se destaca la cercanía cada vez mayor entre Moscú y el Vaticano:
“El líder ruso reveló que el sumo pontífice le autorizó contar públicamente que entre sus libros de cabecera siempre se encuentran obras de León Tolstói y Fiodor Dostoievski, los ‘clásicos de la literatura rusa. Eso dice mucho, eso pone en evidencia nuestras profundas raíces comunes’, aseguró Putin”.
Por su parte, la oficina de prensa del Vaticano emitió un parco comunicado que informa que los temas generales tratados fueron las crisis de Venezuela, Siria y Ucrania. Además de “cuestiones relevantes para la vida de la Iglesia Católica en Rusia”, del tema ecológico y de las actuales relaciones bilaterales entre la Santa Sede y la Federación Rusa.
“Durante las cordiales conversaciones, ambas partes expresaron su satisfacción por el desarrollo de las relaciones bilaterales, reforzadas posteriormente con la firma, de un memorando de entendimiento sobre la colaboración entre el Hospital ‘Bambino Gesù’ y los hospitales pediátricos de la Federación Rusa”.
La diplomacia Santa Sede-Moscú va más allá de la mera simpatía mutua, y está avanzando en la cooperación sobre temas cruciales de carácter moral y espiritual que devastan al mundo occidental, con un acercamiento paralelo y sin precedentes históricos entre la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Católica, después de más de mil años del cisma que las separó en el siglo XI.
Este acercamiento se inició en el pontificado de Juan Pablo II, a partir de la visita de Mijaíl Gorbachov el primero de diciembre de 1989, cuando aún existía la Unión Soviética y estaba en curso la Perestroika. Entonces Juan Pablo II recordó a Gorbachov que el año anterior Roma celebró el milenio del Bautismo de la Rusia de Kiev.
El 11 de febrero de 1998, el presidente ruso Boris Yeltsin visitó a Juan Pablo II. Pero definitivamente ha sido el presidente Vladimir Putin el que ha mantenido una diplomacia más activa y frecuente con El Vaticano. Además de reuniones con Juan Pablo II y Benedicto XVI, se ha reunido como ya señalamos tres veces con el actual pontífice. Cabe destacar en este acercamiento el histórico encuentro en Cuba en enero de 2016 entre el Papa Francisco y el Patriarca de todas las Rusias, Cirilo I de Moscú.
LA GUERRA HIBRIDA RELIGIOSA EN UCRANIA
Todo indica que el tema de la prolongada guerra en Ucrania cobró gran importancia en la reunión Putin-Francisco. Ucrania como se sabe vive una situación geopolítica explosiva respecto a Rusia y a Europa. En el que también está involucrado el aspecto religioso.
El 15 de octubre de 2018, la Iglesia Ortodoxa Rusa anunció el corte de todos los nexos con el patriarcado de Constantinopla, jerárquicamente responsable por la Iglesia Ortodoxa Griega, por haber aceptado una autocefalia (independencia) declarada por dos ramas de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, originalmente vinculada al Patriarcado de Moscú. Aunque parezca una aberración en pleno siglo XXI, el cisma, considerado el más grave desde que se separaron la iglesia católica y la ortodoxa en el siglo XI, afecta directamente a los 300 millones de fieles de la Iglesia Ortodoxa y es resultado de las maquinaciones geopolíticas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Rusia.
La separación de las iglesias ortodoxas ucranianas del Patriarcado de Moscú ha sido incentivada por la OTAN desde la independencia de Ucrania de la antigua Unión Soviética en 1991. La interferencia externa se intensificó después del golpe de estado de 2014 en Kiev, incentivado por el Departamento de Estado y la CIA (Agencia Central de Inteligencia) estadounidenses, habiendo pasado las iglesias “rebeldes” a controlar propiedades tradicionalmente ligadas a la Iglesia Ortodoxa Rusa.
En septiembre de 2018, el ex-embajador especial de los EUA para asuntos de libertad de religiosa internacional, Sam Brownback, visitó Kiev para reunirse con el presidente Petro Poroshenko y manifestarle el pleno apoyo de Washington a la propuesta de la creación de una Iglesia Ortodoxa Autocéfala Ucraniana.
Con el apoyo externo, el Patriarcado de Kiev ahora está impulsando el repudio de los ucranianos hacia la Iglesia Ortodoxa Rusa, algo que puede incitar todavía más las tensiones internas del país, de por si complicadas por el conflicto de cuatro años con las provincias del Este, de mayoría étnica rusa. A pesar de la “autocefalia”, un gran número de ucranianos se mantienen fieles a la Iglesia Ortodoxa Rusa y al Patriarcado de Moscú.
En un editorial publicado el pasado 19 de octubre, el sitio ruso Strategic Culture Foundation observó que, al fomentar la cizaña ortodoxa, Washington y la OTAN pretenden tomar el liderato y fomentar el aislamiento internacional del presidente ruso Vladimir Putin, cuyos lazos con la Iglesia Ortodoxa Rusa son notorios, así como el papel de la institución eclesiástica en la “reconstrucción espiritual” del país.
Por lo anterior, evidentemente desde que el conflicto afloró el Vaticano ha seguido muy de cerca los acontecimientos ucranianos.
Así al otro día del encuentro Putin-Francisco, el Papa Francisco recibía en El Vaticano a la alta jerarquía de la Iglesia greco-católica de Ucrania, entre otros el obispo greco-católico de Kiev, Halyc Svjatoslav.
En un sentido pronunciamiento por el desangramiento del país, el papa Francisco hizo alusión directa a lo que se denomina “guerra híbrida”, desencadenada en Ucrania por la OTAN, y al intento de manipular los asuntos religiosos, en una clara alusión a la disidencia de la Iglesia Ortodoxa local que después de siglos de unidad se separó de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
“Ucrania vive desde hace tiempo una situación difícil y delicada, desde hace cinco años herida por un conflicto que muchos llaman ‘híbrido’, compuesto de acciones de guerra donde los responsables se mimetizan; un conflicto donde los más débiles, los más pequeños pagan el precio más alto, un conflicto agravado por falsificaciones propagandísticas y manipulaciones de diferente tipo, también por el intento de implicar el aspecto religioso” afirmó Francisco.
Al pedir a los jerarcas de la iglesia ahí reunidos para aumentar los esfuerzos para la paz, enfatizó la necesidad de unirse a otras religiones del suelo ucraniano. “La sinodalidad también lleva a ampliar los horizontes y a vivir la riqueza de la propia tradición dentro de la universalidad de la Iglesia: a mantener buenas relaciones con los demás ritos, a considerar la belleza de compartir partes significativas del propio tesoro teológico y litúrgico con otras comunidades, también las no católicas; a entretejer relaciones fructíferas con otras Iglesias particulares, y con los Dicasterios de la Curia Romana”. Finalmente, el Papa recibió una invitación para visitar a Ucrania, por ahora sin respuesta.
EL PAPA EN MOSCÚ
La anterior fue una hipótesis lanzada en la atmósfera mediática y oficiosa de la visita del presidente Putin al Papa Francisco. Esa realidad era impensable hace una década, ahora es cada vez más probable.
Poco antes de la última reunión Putin-Francisco, el italiano Don Paoli Pezzi, arzobispo metropolitano de la Madre de Dios en Moscú y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de la Federación Rusa, declaró que: “El asunto de la paz, dada la creciente inestabilidad en el mundo no puede estar ausente de la agenda de la próxima audiencia”, porque sabemos muy bien, agregó, que “Rusia es una nación esencial para la paz, que puede hacer posible alcanzar ese objetivo. Y el Papa está muy interesado en la pacificación entre los pueblos”.
El servicio de noticias Vatican News, que publicó la entrevista con el arzobispo Paoli Pezzi, también lo interrogó sobre si en el encuentro se plantearía una visita de Francisco a Moscú. El respondió: “Sabemos que, para el Papa Francisco, es deber del poder político hacer una invitación formal. Pero sobre todo es la autoridad religiosa del país la que debe estar interesada en tener al Papa como su invitado. Me parece que hasta ahora la Iglesia Ortodoxa, no ha hecho una invitación oficial”.
Por su parte. el portavoz del Vaticano, Alessandro Gisotti, dejó clara “la satisfacción sincera y alegre del Santo Padre” por la visita del mandatario. Y se mostró optimista: “estoy seguro de que el Papa visitará Moscú en unos años”.
Que Putin actúa en unidad con la Iglesia Ortodoxa no hay dudas, como tampoco el hecho de que él que resalte la importancia de la religión en el proceso civilizatorio, y más precisamente el menosprecio a ésta lo ubique en el predominio actual del mundo liberal. Esto lo dejó muy bien expresado en una entrevista con el Financial Tiimes al advertir del veneno del laicismo radical que permea sobre todo a Europa:
“La religión debe desempeñar el papel que tenga en cada momento. No puede ser empujada hacia afuera de este espacio cultural. No debemos abusar de nada. Rusia es una nación cristiana ortodoxa y siempre hubo problemas entre el cristianismo ortodoxo y el mundo católico. Exactamente por eso tengo algunas palabras sobre los católicos. ¿Hay ahí algún problema? Sí, hay, pero los problemas no pueden ser exagerados y usados para destruir a la propia Iglesia Católica Romana. No puede admitirse. A veces, tengo la impresión de que esos círculos liberales están comenzando a usar ciertos elementos y problemas de la Iglesia Católica como herramienta para destruir a la propia iglesia. Ahí está lo que me parece incorrecto y peligroso.
“¿Será que todos olvidamos de que todos nosotros vivimos en un mundo basado en valores bíblicos? Hasta los ateos y otros viven en este mundo.
“Nosotros no tenemos que pensar sobre eso todos los días, frecuentar la iglesia y orar, para demostrar así que somos devotos cristianos o musulmanes o judíos. Sin embargo, en el fondo, debe haber algunas reglas humanas fundamentales y valores morales. En este sentido, los valores tradicionales son más estables y más importantes para millones de personas que esa idea liberal que en mi opinión, está realmente desapareciendo, dejando de existir”.
MUNDO
China, Japón y México: la batalla global por el internet del futuro con matices locales

– Por José Modesto Barros Romo, Conciencia Pública
El internet de ultra velocidad ya no es un asunto de ciencia ficción, sino un campo estratégico donde las potencias tecnológicas definen su hegemonía. Japón, China y, en menor medida, México, han roto en este año barreras históricas de transmisión de datos, cada uno desde trincheras distintas, pero con un objetivo común: asegurar ventajas en la economía digital del siglo XXI.
Japón sorprendió al mundo al anunciar que sus científicos del Instituto Nacional de Información y Comunicaciones Tecnológicas (NICT) lograron transmitir datos a 1.02 petabits por segundo a través de fibra óptica.
Se trata de un récord mundial que equivale a descargar en un segundo la información de más de 10 millones de videos en alta definición, el equivalente a todo el catálogo de Netflix en un solo segundo.
Más allá de la hazaña técnica, el logro japonés envía un mensaje claro: su apuesta es consolidar infraestructuras terrestres estables y de larga distancia, con la mira puesta en mantener la competitividad industrial frente a China, Estados Unidos y Europa.
El gigante asiático, por su parte, libra otra batalla: el dominio del espacio inalámbrico. China Mobile reveló que en una red experimental de 6G alcanzó velocidades de 280 gigabits por segundo, descargando un archivo de 50 GB (unas 25 películas de mediana calidad) en apenas 1.4 segundos.
A esto se suman proyectos universitarios que exploran transmisiones en frecuencias en terahercios y enlaces satelitales de 100 Gbps, tecnologías que se perfilan como piezas centrales en la construcción de un ecosistema digital global, donde China pretende marcar la pauta a la espera lanzar comercialmente las redes 6G para el año 2030 en todo su territorio.
La estrategia china es evidente: no se conforma con desplegar infraestructura terrestre, busca liderar el futuro de las comunicaciones en el espacio y en el aire, donde se definirá el control de datos y, con ello, el poder geopolítico. De ahí que los experimentos en 6G no solo representen avances científicos, sino una carta de presentación en la carrera tecnológica frente a los estadounidenses, japoneses y los europeos.
México, en contraste, aparece con un logro más modesto pero simbólico. El año pasado la empresa Megacable, en alianza con Nokia, alcanzó 1.1 terabits por segundo en pruebas de fibra óptica de larga distancia.
No es un récord mundial ni una revolución en telecomunicaciones (aunque sí es un hito a nivel Latinoamérica, equivalente a descargar un videojuego como Call of Duty: Modern Warfare III en un segundo). Esta es una señal de que nuestro país busca modernizar su infraestructura digital con miras a los próximos años.
El reto está en si estos avances se traducirán en beneficios reales para los ciudadanos o quedarán como demostraciones técnicas en un país donde millones aún carecen de acceso a internet estable.
La comparación es reveladora: mientras Japón apuesta por la perfección de la fibra, China por la supremacía inalámbrica y espacial, México apenas intenta ponerse al día. El dilema nacional es mayúsculo: ¿apostar por ser solo consumidores de tecnologías extranjeras o trazar un plan estratégico que coloque a la región en la disputa global por la soberanía digital?
Lo cierto es que el internet del futuro no será solo más rápido; también será la nueva frontera de poder. Quien controle las redes de transmisión controlará la información, la seguridad nacional y el desarrollo económico. Japón y China ya están en esa carrera. México, como suele ocurrir, observa desde la periferia.
MUNDO
TMEC enfrenta nubarrones económicos: riesgo de estanflación en la región

– Por Redacción Conciencia Pública
La economía de los países del TMEC —Estados Unidos, México y Canadá— atraviesa un escenario de creciente incertidumbre marcado por la desaceleración del crecimiento y las presiones inflacionarias.
Aunque ninguno de los tres socios comerciales ha entrado oficialmente en un proceso de estanflación, los riesgos de caer en este fenómeno se han intensificado en los últimos meses debido a las tensiones comerciales, las tarifas arancelarias y el enfriamiento de la actividad productiva.
En el caso de Estados Unidos, analistas y organismos internacionales han señalado la presencia de un entorno conocido como “stagflation-lite”: una versión leve de estanflación caracterizada por inflación persistente y crecimiento económico débil.
Las tarifas impuestas a México, Canadá y otros socios han encarecido bienes y servicios, lo que eleva los precios al tiempo que limita la competitividad. La Reserva Federal ha reconocido la complejidad del momento, pero evita hablar de una estanflación plena como la de los años setenta.
Canadá enfrenta también un panorama complicado. Su crecimiento económico se ha frenado y diversos sectores productivos anticipan pérdidas importantes debido a los aranceles de Washington. Medidas de emergencia como el programa “Buy Canada” buscan proteger empleos y mitigar el impacto en la industria automotriz y energética, aunque las proyecciones apuntan a la posible pérdida de decenas de miles de empleos si las tensiones comerciales se prolongan. La inflación no ha escalado con la misma fuerza que en Estados Unidos, pero el riesgo de estanflación no se descarta.
México, por su parte, lidia con un crecimiento prácticamente nulo, con estimaciones de apenas 0.4 % del PIB en 2025, lo que coloca al país al borde de la recesión. A diferencia de sus socios, la inflación mexicana se ha mantenido moderada, en torno al 3.5 % anual, dentro del rango objetivo del Banco de México.
No obstante, la combinación de bajo dinamismo económico y presiones externas genera preocupación. El banco central ha optado por recortar tasas de interés en un intento de estimular la economía sin perder el control inflacionario.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y otros organismos han advertido que la política de tarifas en Estados Unidos está generando un “shock de oferta” que afecta no solo al propio mercado estadounidense, sino también a Canadá y México.
El encarecimiento de insumos y bienes intermedios repercute en las cadenas de suministro de la región, golpeando la inversión y elevando los costos para las empresas y consumidores.
En conjunto, el TMEC enfrenta un escenario de alto riesgo: crecimiento bajo, tensiones comerciales y presiones inflacionarias que ponen en entredicho la estabilidad económica regional.
Aunque la estanflación no se ha instalado de manera formal, la combinación de factores actuales mantiene a los tres países al filo de este fenómeno, lo que obliga a sus gobiernos y bancos centrales a buscar estrategias coordinadas que eviten repetir una crisis como la de los años setenta.
👉 Este cuadro ayuda a visualizar rápido que ninguno de los tres socios está formalmente en estanflación, pero todos enfrentan presiones distintas: EE. UU. por inflación, México por bajo crecimiento y Canadá por el impacto de las tarifas arancelarias impuestas por Donald Trump:
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Cielos de Europa en alerta: la OTAN dispara por primera vez contra drones rusos en territorio aliado

– Por Redacción Conciencia Pública
El 10 de septiembre de 2025 marcó un hito en la historia de la defensa colectiva de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN): por primera vez, aviones del pacto —en apoyo a Polonia— abrieron fuego contra drones rusos que penetraron en el espacio aéreo aliado, convirtiéndose en la primera acción militar directa de la alianza sobre su territorio desde el inicio de la guerra en Ucrania.
Polonia reportó la entrada de hasta 19 drones, algunos procedentes de Bielorrusia, los cuales fueron considerados amenazas directas y, por ello, neutralizados con apoyo de aviones caza F-16 polacos y F-35 neerlandeses.
Las operaciones implicaron el cierre temporal de los aeropuertos de Varsovia y Lublin, y órdenes de resguardo para la población en regiones orientales del país, cercanas a Ucrania.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, calificó el incidente como una “provocación a gran escala” de parte de los rusos, y afirmó que la situación era “la más cercana a un conflicto abierto desde la Segunda Guerra Mundial”.
A raíz de lo ocurrido, Polonia invocó el Artículo 4 de la organización, dando inicio a consultas urgentes entre los países aliados, entre los que se encuentra Estados Unidos, el país con más capacidades militares en el tratado.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, condenó firmemente la acción rusa y reafirmó el compromiso de la alianza de defender cada centímetro de su espacio aéreo. El coronel Martin O’Donnell, portavoz del Mando Supremo Aliado en Europa (SHAPE), enfatizó: «Esta es la primera vez que aviones de la OTAN han enfrentado amenazas potenciales en el espacio aéreo aliado».
La incidencia se produjo durante un amplio ataque de Rusia contra Ucrania la noche de ayer, que involucró cientos de drones y decenas de misiles.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenskiy, advirtió que al menos ocho de esos drones estaban dirigidos hacia Polonia y consideró el episodio como un “precedente extremadamente peligroso para Europa”.
Aunque Polonia activó el Artículo 4, no llegó a invocar el Artículo 5, que establece el mecanismo de defensa colectiva inmediata (en ese artículo se señala que todos los países de la OTAN deben acudir inmediatamente a defender al país atacado). Analistas consideran este movimiento como una señal de diplomacia firme más que un preludio a una escalada militar mayor.
Mientras tanto, la Unión Europea propone reforzar la protección de sus fronteras, con iniciativas como la construcción de una “muralla antidrón” en el este del continente.